Mostrando entradas con la etiqueta Ética Amorosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ética Amorosa. Mostrar todas las entradas

1 de abril de 2023

Aceptar la realidad: para ser mejor persona, y para cuidar tu salud mental




Aceptar la realidad: para cuidar nuestra salud mental y emocional, y acabar con el abuso y la violencia, tenemos que trabajar mucho el arte de estar con los pies en la tierra.

Necesitamos herramientas para ser realistas, para asumir con elegancia y deportividad las derrotas, para aceptar nuestra realidad física y biológica, nuestro cuerpos y nuestro aspecto físico. 

Hay que acabar con el mito de que puedes conseguirlo todo en la vida si lo deseas mucho. 

El dinero nos permite falsear, simular, maquillar, decorar la realidad, pero no transformarla. 

Las personas que usan su dinero y su poder para que otras satisfagan sus deseos, son malas personas. ¿Por qué?

Porque nadie ha venido al mundo a servir a otros, y porque nuestros deseos y nuestros sentimientos no pueden perjudicar ni limitar los derechos de los demás. 

Tenemos que aprender a aceptar los límites de la realidad, y los que nos ponen los demás. Aprender a tolerar que nos digan "NO" y aprender a respetar las leyes que nos impiden hacer lo que nos da la gana.

No podemos usar nuestros privilegios para aprovecharnos de las personas más vulnerables. 

No es justo que vayamos por la vida creyendo que podemos hacer lo que queramos si tenemos dinero para pagarlo. 

En las personas ricas ésta actitud es obscena, y se nos antoja patológica. Pero lo cierto es que aceptar la realidad nos cuesta a todos y a todas, y que necesitamos toneladas de humildad para aceptar que lo que no puede ser, no puede ser. 

Necesitamos una educación que nos hable de los derechos humanos, y nos explique que no podemos usar a nadie para que la realidad se adapte a nuestros gustos, apetencias o necesidades. 

Tener dinero no nos hace superiores a los demás. Tener poder no significa que los demás tengan que obedecernos, sacrificarse, o servirnos. 

Hay que entrenar mucho para vivir despierta, lúcida, con los pies en el suelo, con tolerancia a la frustración, y con habilidades para asumir plenamente la realidad en cada etapa de nuestras vidas. 

Si no nos gusta la realidad, podemos pedir ayuda profesional para asumir todo aquello que no podemos aceptar.

Necesitamos aprender a aceptar los límites de la realidad, y los que nos ponen los demás.

Todos los días hay que entrenar en el arte de la humildad. 

No se puede tener todo en esta vida. 

El amor no se puede comprar. 

Los seres humanos no se pueden intercambiar, donar, regalar, prestar, alquilar, vender o comprar.

Tus deseos tienen un límite. Tu dinero no te da derecho a usar a los demás para hacer tus sueños realidad. 

No todas las estrategias que usamos para manipular la realidad son éticas, porque no está bien manipular a los demás si solo te beneficias tú. 

No está bien aprovecharte de tu poder y tus privilegios para conseguir todo lo que quieres y lo que necesitas. 

No está bien abusar de los demás sólo porque crees que son seres inferiores a tu servicio.

Sería estupendo si pudiéramos aprender todo esto en casa y en la escuela. 

Estamos hablando de nociones básicas de la ética amorosa, la salud mental, el bienestar y auto cuidado.

Estamos hablando de ser mejores personas y de construir un mundo mejor. 

Estamos hablando de igualdad, de derechos, de libertad, de justicia social.

La revolución empieza por uno mismo, por una misma: hay que ser muy valiente y muy humilde para renunciar a imponer tus deseos, y para aceptar la realidad. 

Coral Herrera Gómez


 #éticaamorosa 

#filosofíadeloscuidados 

#realidad #saludmental

#justiciasocial

#otraeducaciónesposible

#OtroMundoEsPosible


Más artículos de Autocrítica Amorosa 

25 de febrero de 2023

Busca tu causa, busca tu gente, y lucha por ella.



Mira dentro de tí, conecta con la niña que quería cambiar el mundo, mira hacia fuera, busca tu causa, únete a otras personas que tengan tu misma causa, y lucha por ella. 

No puedes cambiar el mundo tú sola, pero sí puedes dedicar el poco tiempo y la poca energía que tienes a aportar a alguna de las miles de causas que existen en el mundo. Para saber cuál es tu causa, empieza por aquello que más te indigna, más te duele, y más te conmueve. 

No te olvides que tus problemas personales son políticos, y que si estás sufriendo por algo, probablemente haya mucha gente sufriendo por lo mismo. El mundo está lleno de gente que lucha contra el machismo, la misoginia, el racismo, la xenofobia, el clasismo, la lesbofobia, el especismo, el capacitismo....

Hay gente luchando por la libertad y los derechos humanos, contra la pobreza y el hambre, la explotación y la violencia.

 Hay gente luchando por sus barrios y sus pueblos, otros contra el cambio climático y la destrucción del planeta.

 Hay gente que encuentra su causa en el arte, en el deporte, en la política, en la ciencia y el conocimiento, en la cultura, en las religiones, en los movimientos sociales y vecinales. 

Unos luchan por los derechos de la infancia, otros por los derechos de las personas mayores, por los derechos de la gente con enfermedades o discapacidades, por los derechos de las mujeres y las niñas, por los derechos de los animales y demás seres vivos. 

Otra gente está defendiendo el agua y el territorio, la biodiversidad, los árboles, los mares, la Educación, la Sanidad, los derechos laborales, la investigación científica, el decrecimiento, la distribución y el reparto equitativo de la riqueza, la subida de salarios, la reducción de horarios de trabajo, y la Renta Básica Universal. 

Hay mucha gente luchando contra la evasión fiscal, el acaparamiento de recursos, la contaminación del aire y la tierra, los abusos policiales y judiciales, la usura desmedida, la manipulación de los medios de comunicación, la ciberviolencia, los desahucios, el tráfico de personas y animales, la corrupción, la exclusión social de los colectivos más empobrecidos...

Hay mucha gente ayudando a los colectivos más invisibles y más vulnerables en todo el mundo, muchos millones de personas que sueñan con un mundo mejor y nos ayudan a tomar conciencia de las injusticias. 

Es gente que nos abre los ojos a realidades que no queremos o no podemos ver, y los necesitamos porque son las únicas que se dedican a visibilizar y erradicar la violencia que sufrimos y ejercemos en las aulas, en los centros de trabajo, en la familia y el entorno social, en los parlamentos y las instituciones, en los hospitales y los centros sanitarios, en las residencias de personas mayores, en los centros deportivos, en los medios de comunicación, en las redes sociales, en el transporte público, y en la calle. 

Cuando encuentras tu causa, encuentras un motivo para estar vivo, o para estar viva, y aunque es muy doloroso vivir despierta y bien informada, y ser tan sensible al sufrimiento ajeno, sin duda tener una causa te hace sentir útil, te conecta con tu comunidad, te enreda con otras personas con las que compartes inquietudes y con las que se comprometen con su tarea. 

Tener una causa es el mejor antidepresivo y el mejor ansiolítico del mundo, porque solas no podemos, pero con el apoyo de la gente como nosotras, todo es más fácil. Si has sufrido mucho en la vida, puedes volcarte para que nadie más tenga que pasar por ello.

 Sentirte buena persona, saber que puedes ayudar a mucha gente, es una de las cosas que mejoran nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra relación con nosotras mismas. 

Tener una causa es un salvavidas en un momento en el que tanta gente no logra encontrarle sentido a sus vidas, es la mejor medicina contra el suicidio.

 Además, luchar por un mundo mejor te saca de tu egocentrismo y te permite mirar el mundo más allá de tu ombligo.

Y te permite entender que tú no puedes ser feliz mientras los demás sufren, y que el bienestar es un asunto colectivo y la felicidad un asunto político. 

Busca dentro de tí qué es lo que más te mueve y te conmueve, y ponle todo el amor del mundo a tu causa: tener un motivo para luchar te hace más generosa y mejor persona. 

¿Qué por dónde empiezas? Solo con investigar, reunir datos, recolectar información y ofrecer a los demás lo que has aprendido, sirve para que los demás puedan saber, abrir los ojos y tomar conciencia. Esta toma de conciencia sirve para que los medios lo visibilicen y los políticos tomen medidas, fíjate en cómo los activistas que protegen a la infancia y los activistas de la salud mental están logrando que los gobiernos empiecen a preocuparse por las altas tasas de suicidios. Pequeños actos de muy poca gente pueden cambiar  la vida a millones de personas en el mundo.

Busca tu causa y busca tu gente, y lucha con ella.

Coral Herrera Gómez


Artículos relacionados: 

Rebeldes con, y sin causa

Tomar conciencia

Tus problemas personales son políticos

Cuidados y apoyo mutuo para acabar con la violencia

¿Estás cuidando tu futuro?

El derecho a disfrutar sin dinero

Nos salvamos entre todas

 Todos confiamos en todos: la comunidad viajera

La rebeldía, el mejor antídoto contra el sufrimiento

La Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados

Libros para la Revolución Amorosa  

La Revolución Amorosa


18 de febrero de 2023

El placer del poder

 



¿Qué siente un niño que corta una flor o mata una hormiga por primera vez en su vida? El placer del poder.


¿Y ese señor que camina hacia su coche despacito mientras todo el mundo espera que por fin pare esa alarma que taladra los oídos y el alma? Siente placer con las miradas suplicantes o llenas de odio de los demás. Siente el placer del poder.

¿Qué siente un vigilante que tiene una pistola en su poder y te da órdenes, te regaña, te señala lo que puedes y no puedes hacer cuando entras en el aeropuerto, en un banco o una institución? El placer del poder.

¿Qué siente la enfermera que tarda en darle el bebé recién nacido a su mamá, mientras ella suplica angustiada que le traigan a su hija? El placer del poder.

¿Qué siente una niña cuando lleva por primera vez a un perro con la correa y cuando aprende a darle órdenes? 

El placer del poder.

El placer del poder también le gusta a la secretaria que podría ayudarte porque se conoce todos los trucos de la burocracia, pero opta por no hacerlo y te dice con una sonrisa falsa que no se puede hacer nada.

El placer del poder lo siente la obrera cuando es elegida por un millonario y consigue la boda de ensueño, ser portada en la prensa rosa, y despertar la envidia de las demás.

Lo siente la niña encargada de mantener el orden en el aula mientras la profesora va al baño.

Lo siente la señora cuando su criada le suplica que le conceda un día libre para despedirse de su madre antes de morir, y ella le dice que no.

Lo siente también la mujer que capta todas las miradas con su vestido sexy al llegar a una fiesta, 

el catedrático que recibe el homenaje de su comunidad académica, 

el tuitero que logra viralizar un tuit por primera vez en su vida,

la artista que contonea sus caderas en el escenario ante los gritos enloquecidos de miles de fans.

El placer del poder lo siente asimismo el tertuliano que mete zascas y sale victorioso del combate televisivo, 

la influencer que alcanza el medio millón de seguidores, 

el tipo que es nombrado Ministro cuando lo tratan de Excelentísimo. 

También lo siente la señora que sostiene el cetro en sus manos el día que es nombrada alcaldesa de su pueblo, 

y el Edipo Rey Niño que logra que su madre y su padre se peleen y se dejen de hablar, para poder tener a su mamá para él solo. 

También lo siente la Electra cuando se corona como Reina del corazón de Papá.

El placer del poder lo experimentamos desde la más tierna infancia, cuando aprendemos a disfrutar haciendo sufrir a los animales. 

También lo sentimos cuando humillamos a niños y niñas que no se adaptan a la norma y por tanto no son "normales". 

Los niños sienten placer cuando se ríen del calvo, de la gafotas, del cojo, de la buena estudiante, del gordo, de la tartamuda, del mariquita, de la niña que lleva aparato de dientes, del hijo de inmigrantes, de la niña con pelo corto o del niño con pelo largo.

Ese placer lo siente el matón del barrio sabiendo que los demás tienen miedo de convertirse en su próximo objetivo,

lo siente también su padre contando chistes racistas, gordófobos o misóginos en la barra del bar mientras los demás aplauden.

Es un vicio este placer. 

Lo siente el soldado cuando le aplauden en los desfiles, cuando le mandan a violar niñas o a matar a personas desarmadas, 

Lo siente el presidente de una nación cuando declara la guerra a otro país y recibe millones de dólares de sus amigos para matar a sus enemigos.

El placer del poder lo siente el sicario que cumple su misión, 

el juez que se venga de las mujeres a golpe de martillo, 

el gobernante que decide los indultos, 

el empresario que gracias a sus contactos, firma un contrato millonario con el Estado.

El placer del poder es el mismo en todos y todas: 

en la oficinista que acosa a la compañera nueva porque la ve como una amenaza, 

Y en la novia recién casada que se ha llevado "al más guapo "de la Universidad y despierta la envidia de todas sus amigas con sus fotos de la boda, 

Es el mismo placer que siente la amante del "más guapo" cuando ve esas fotos, sabiendo que después de la luna de miel lo tendrá de nuevo en sus brazos. 

El placer del poder lo siente el ex novio que difunde los vídeos sexuales de la mujer que osó dejarle, para arruinar su reputación y hacerle todo el daño posible,

lo siente el padre que prohíbe a su hijo estudiar lo que le gusta de verdad, y le obliga a seguir sus pasos profesionales 

El placer del poder lo siente el profesor que por fin puede suspender a esa alumna que le cae tan mal, 

Lo siente el niño que atrapa un cangrejo y no lo devuelve al mar mientras los demás le suplican que no lo mate.

Lo siente el chaval que tortura a una vaquilla encerrada y asustada en las fiestas de su pueblo, 

y lo siente también la madre que manipula a su hija y le cortar las alas para tenerla controlada.

El mismo placer que siente el futbolista al meter el gol de la victoria en el Mundial,

o el torero cuando después de una hora de tortura, corta la oreja de un animal agonizante y recibe los aplausos de la plaza.

Este placer lo siente el rencoroso y el envidioso con el mal ajeno, 

el crítico de cine cuando se dispone a hundir una película en su próxima columna, 

el moribundo pensando en la sorpresa y la conmoción que va a causar su testamento en su familia, 

Es también el que siente la nuera cuando gana de nuevo una batalla contra la suegra. O al revés.

Lo siente el opinólogo que quiere cambiar el relato de la realidad usando un micrófono, 

lo sienten los fieles de las religiones posmodernas cuando imponen su vocabulario y su forma de nombrar las cosas, 

lo sienten los miembros de las sectas cuando captan a algún famoso o cuando alcanzan puestos de poder, 

lo sienten todos aquellos que escriben la Historia bajo sus intereses y su visión de  la realidad. 

El mismo placer que siente un cura con un cinturón en la mano viendo el terror de un niño antes de pegarle.

El mismo placer con el que el obispo manosea y desnuda a uns niña para romper su inocencia y destrozarle el alma.

El placer del poder lo sienten los chicos jóvenes cuando van juntos por la calle, ven a una mujer sola, y la acosan sexualmente. 

Cuanto más miedo y enfado muestre la chica, más placer experimentan, y más poderosos se sienten. 

Es un placer que comparten muchos machos en todo el mundo cuando someten, ningunean, menosprecian, dominan, maltratan y violan mujeres. 

El placer del poder lo siente también el joven que logró su objetivo de follar esa noche, después de recibir muchos noes, con una chica que cree que no tiene derecho a echarse atrás cuando quiera.

Ese placer lo siente el mafioso que presiona al gobernante para que le devuelva el favor, 

lo siente el pandillero que nota el miedo en los ojos de sus enemigos cuando quiere cobrarse una deuda, 

lo siente el narco cuando cierra un trato importante con la policía.

Lo siente el hombre que destroza la autoestima de su esposa durante años para machacarla, hundirla, y manipularla a su antojo. 

Lo siente el maltratador cuando su esposa por fin se suicida, 

lo siente el violador cuando ve el terror en los ojos de su víctima, 

y lo siente el femicida cuando decide castigar la desobediencia de su mujer con la muerte.

El placer del poder no es sólo cosa de personas malvadas y sin sentimientos.

El poder nos gusta a todos y a todas, pero unas personas se relacionan desde la ética amorosa, y otras carecen completamente de principios y valores.

Hay gente que acapara el poder y no tiene límite, ni escrúpulos, ni remordimiento de ningún tipo. Solo quieren ganar y ganar, acumular dinero, almacenarlo aunque se le pudra. Para acaparar hay que robarle a la gente, su energía, su tiempo o su fuerza de trabajo, y la mayor parte de la gente malvada es la que no piensa en si los medios que está usando para beneficiarse son éticos o no, si hacen daño a los demás, o no.

A nivel cotidiano, el placer del poder lo siente la adolescente que recibe mil likes por una foto posando sexy, y que cree que su valor reside en el número de seguidores que tiene, 

Lo siente la enamorada que después de mucho insistir, conquista y pone de rodillas a su amado, 

Lo siente el alumno que se convierte en profesor, y sube al estrado para ser escuchado,

Lo siente el ciudadano que se convierte en concejal, 

El cabo que se convierte en capitán, 

El señor insignificante que se convierte en presidente de la comunidad de vecinos, 

La chica de barrio el día que es nombrada directora general de la empresa,

Lo siente también la plebeya que se convierte en reina.

Y el cantante que alimenta su alma con los aplausos de sus fieles, 

Lo disfruta el guardia civil que le zampa tres multas de una vez al chaval de las rastas y los piercings,

El político que llega al poder y empieza a repartir dinero entre los suyos, 

El periodista que difunde un bulo para hundir un partido político, 

El policía que apalea y luego tortura a los jóvenes rebeldes que se manifestaban en la calle.


El placer del poder lo sentimos todos y todas en algún momento de nuestras vidas, y cada cual, según sean sus principios, maneja ese placer o esa necesidad de sentir placer como puede.

Es posible que te creas que tú no necesitas trabajarte este tema, porque generalmente no tenemos conciencia del daño que hacemos a los demás. 

 Sí, a mí me gusta también sentirme poderosa. A, todos y a todas nos gusta el placer del poder. 

Por ejemplo, cuando disfrutas pensando en los llantos de tu gente en tu funeral, 

cuando sueñas con la cara de tus rivales en la ceremonia de ese merecido premio, 

cuando te asomas al perfil de tus ex y los ves fatal, 

cuando alguien desesperado te pide dinero, 

cuando gana tu equipo de fútbol y te crees superior a los de los equipos rivales. 


Tú también sientes el placer del poder cuando enamoras a muchas mujeres o a muchos hombres y los tienes a todos a tus pies. 

Cuando tienes información valiosa y la usas con mezquindad, 

cuando vas a dar una noticia que va a dejar a los demás boquiabiertos, 

cuando usas tu dinero para tener gente devota a tu alrededor, 

cuando arruinas la carrera de alguien a golpe de click,

cuando vas rompiendo corazones y dejando cadáveres emocionales tras de ti.

Sientes ese placer cuando te sientes imprescindible en la vida de alguien,

cuando alguien se arrodilla ante ti arrepentido pidiendo perdón, 

cuando logras quebrar a esa amiga tan segura de sí misma y le haces llorar,

cuando tu perro te pide que le des de comer o le saques a mear, y le haces esperar. 

Lo sentimos todos y todas, en diversos grados y niveles: el problema es que no sabemos usar nuestro poder. No sabemos cómo medirlo, no pensamos en cómo afecta al resto, y lo peor es que nos da igual.

Además, nuestra sociedad narcisista nos hace creer que nuestros deseos son derechos, y nuestros privilegios, un salvoconducto para decir y hacer lo que nos de la gana.  

Por eso abusan y nos hacen daño, por eso abusamos y hacemos daño a los demás.

No solo sufrimos la violencia de los demás a través de su poder, también la ejercemos. Por muy abajo que estemos en la jerarquía social, siempre habrá gente debajo. 

En algún momento de nuestras vidas todos y todas tenemos poder sobre alguien, ya sea un bebé, una persona mayor, una persona enferma o con discapacidades, un animal que no puede escapar, un empleado, o cualquier persona que depende de nosotros y nosotras, económica o emocionalmente hablando.

Cuanto más poder tenemos, más queremos: sentimos placer dominando nuestro entorno, sintiendo que tenemos el control, sintiendo que somos los mejores, que somos los "buenos", que somos superiores, que tenemos la razón.

Nos encanta que nos aplaudan, que nos obedezcan, que nos halaguen, que nos admiren, que nos envidien, que nos rindan pleitesía y nos respeten por nuestro lugar en la jerarquía social. 

Es irresistible ese placer que experimentamos cuando los demás se rinden ante nuestros encantos, nuestro dinero, nuestro talento, o nuestra posición de poder.

El placer es mayor cuando te ha tocado siempre estar abajo y cambias de posición de la noche a la mañana. 

A todos y a todas nos gusta recibir alimento para el Ego, y sentirnos diferentes a los demás: nos encanta pensar que somos personas únicas y especiales, nos deleitamos sabiendo la huella que dejamos en la vida de los demás.

Es difícil no sucumbir al placer del poder cuando ponen una calle o una plaza a tu nombre, 

cuando cada domingo decenas de familias acuden fielmente a verte en el altar y a escucharte durante una o varias horas soltando sermones, 

o cuando presentas una obra artística que te convierte en un personaje histórico y te deleitas pensando que vas a ser recordado por los siglos de los siglos.

Ese placer del poder lo siente el alcalde cuando se apropia del dinero que pone la gente, y en lugar de hacer una escuela, se lo gasta en hacer una escultura en bronce de su personaje.

Lo sienten también los dueños de las multinacionales que se apropian del agua de un territorio para hacerse millonarios. 

 Tomar decisiones que afectan a millones de personas, también es un placer descomunal. Por ejemplo, los políticos de derechas que recortan en Sanidad y saben que están poniendo en peligro la vida de tanta gente. Es un placer que les recorre la espina dorsal y les provoca pequeños orgasmos: ¿hay algo más excitante en el mundo que tener vidas humanas en tu mano?

También les pone mucho recortar en Educación Pública y subvencionar la privada, sabiendo que vas a ayudar a unas pocas familias y a hacer daño a la clase obrera. Cuanto más odias a los y las trabajadoras, más placer sientes haciendo daño. A los mas sádicos les encanta hacer daño también a niños y niñas, sobre todo si son de clase obrera, ¿hay algo más placentero que arruinar su futuro desde su más tierna infancia?

También es un placer sentirte la Salvadora o el Salvador: el solucionador de problemas, el que se sacrifica por los demás, el que ayuda y saca del pozo a los demás.

El que te da consejos para mejorar, el que te ofrece soluciones mágicas para transformar tu vida, el que te consuela cuando tropiezas de nuevo, el que te guía en el camino hacia el éxito, la gloria y la eternidad.... les encanta sentir que pueden manipular e influenciar a cientos o a miles de personas.

Lo curioso del poder y sus placeres es que a veces nos toca obedecer (al jefe en la oficina), otras veces ser obedecidos (por la esposa, la empleada doméstica, o los hijos)

A veces nos toca aplaudir, otras ser aplaudidos, a veces toca soportar humillaciones, otras veces somos nosotros los que humillamos y hacemos daño. 

En un mismo día podemos estar en cualquiera de las dos posiciones varias veces.

Y aunque a la mayoría lo que nos toca es obedecer, tenemos el consuelo de que aunque no podamos mandar sobre los demás, ni manipularlos a nuestro antojo, al menos podemos formar una familia y sentirnos los reyes o las reinas de nuestro hogar. 

En casa podemos sentirnos obedecidos, importantes, necesarios, admirados, temidos, y cuidados, y esto sucede lo mismo en las familias de clase muy alta que en las de clase media, baja y muy baja. Por eso son tan vulnerables nuestras frías y nuestras mascotas: están en nuestras manos, son nuestros, podemos destrozarles la vida si queremos. 

El placer del poder es adictivo y peligroso, porque está controlado por el ego, que es insaciable y siempre quiere más. 

Más aplausos, más likes, más dinero, más fieles, más riquezas, más conquistas, más placer, más poder. 

Uno de los principales mensajes que nos lanzan en los productos culturales del patriarcado es que si somos superiores a los demás, tenemos derecho a aprovecharnos de nuestros privilegios, a abusar lo que queramos, a mandar y a manipular a los demás a nuestro antojo.  

Muy pocas personas en este mundo tienen herramientas para liberarse de sus egos, para trabajarse la humildad, para aprender a pensar en el Bien Común, para liberarse del afán de acaparar y acumular recursos, para usar el poder de forma que no perjudique ni explote a nadie. 

La mayor parte de nosotros somos educados para pensar solo en nosotros mismos, para desconfiar de los demás, y para sacar partido de cualquier situación. 

Educar a las nuevas generaciones para que aprendan a usar su poder sin hacer daño a nadie es toda una odisea, sobre todo porque los teléfonos nos crean la falsa ilusión de que podemos controlar el mundo con los dedos pulgares. 

A través de las pantallas nos sentimos libres para opinar de todos los temas, para ejercer violencia verbal creyendo que no tiene consecuencias, para participar en linchamientos públicos y para destrozar la carrera de cualquier famoso. 

Las asistentas virtuales nos hacen creer que nuestros deseos son órdenes: podemos hacer que trabajen para nosotros, podemos insultarles, mandarles callar, desactivarles. 

Podemos decir lo que queramos y no hace falta que empleemos buenos modales con ellas. Son nuestras esclavas-robot, nos buscan información, encienden la calefacción, nos ofrecen entretenimiento, nos escuchan con atención.

El placer del poder lo usan también las élites a través de la publicidad para engañarnos y para que creamos que un producto mágico nos puede convertir en auténticas diosas del Olimpo: con este desodorante tendrás a todas las mujeres a tus pies, con este pintalabios seducirás a todos los hombres de la oficina, con este coche los demás te van a tener envidia, con este reloj tan sofisticado te ganarás el respeto de los demás, con unas tetas nuevas nadie podrá resistirse a tus encantos.

La publicidad gana mucho dinero aprovechándose de la fragilidad de nuestros egos y de la necesidad de sentirnos admirados y obedecidos por los demás.

La única manera de no caer en la trampa del placer del poder es entender cómo lo usan para manipularnos, y como lo usamos nosotros para manipular y dominar a los demás. 

No es fácil liberarse de la necesidad de tener el poder y de sentir ese placer.

Pero todo en esta vida se puede trabajar.


Coral Herrera Gómez 



¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

14 de febrero de 2023

Si todo es mutuo, es Amor del Bueno

 



En el sexo y el amor todo debe ser mutuo. Las ganas, los sentimientos, el deseo sexual, la ternura y los cuidados. 

Solo se puede disfrutar del sexo y del amor cuando hay correspondencia entre ambas personas, cuando a ambas les apetece lo mismo, y quieren un tipo de relación similar. Si hay reciprocidad, si tenemos la misma libertad y los mismos derechos, si las tareas se reparten por igual, si nos relacionamos en horizontal, de tú a tú, de igual a igual, podemos lanzarnos a disfrutar, y a vivir una bonita historia de amor. 

Las relaciones en las que el amor no es mutuo nos hacen sufrir mucho. Cuando lo damos todo y la otra persona tiene el privilegio de recibir amor y cuidados sin darlos, está abusando de nuestra generosidad y de nuestra vulnerabilidad. 

Si el amor no es mutuo, es explotación emocional. 

Si los cuidados no son mutuos, es explotación doméstica.

Si el deseo sexual no es mutuo, si el placer no es mutuo, es explotación y violencia sexual. 

Si nos quedamos a esperar el milagro romántico, vamos a sufrir mucho. Así que lo mejor es dejar la relación en cuanto notes que no es mutuo, lo mismo si te enamoras que si no te enamoras. Así no sufres, ni haces sufrir a tu pareja. 

Recuerda siempre: 

Es Amor del Bueno si todo es mutuo. 

Coral Herrera Gómez 










¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

3 de febrero de 2023

No te vayas sin decir adiós

 



Nos marchamos sin despedirnos cuando la pareja nos está haciendo mucho daño o cuando corremos algún peligro. Esta es la razón por la cual podemos desaparecer de la vida de una persona sin tener que dar explicaciones, porque debemos proteger nuestra vida, y nuestra salud mental y emocional. 

Cuando no se dan estas circunstancias extremas, si no que simplemente queremos dejar de compartir la vida y romper la relación, entonces sí que debemos despedirnos. 

No siempre es necesario explicar nuestras razones, ni hay que detallarlas con precisión, lo importante es que la otra persona tenga claro qué es lo que está sucediendo, sin ambigüedades. No es el "por qué", es el "qué" está pasando. 

Decir adiós es un acto de amor que requiere mucha honestidad y mucha valentía, no es nada fácil decirle a alguien que ya no estás enamorado o enamorada, no es fácil tampoco decir que quieres separarte para seguir tu camino a solas o con otras compañías, pero hay que hacerlo. 

Lo llaman ghosting, pero es maltrato y es violencia, porque desaparecer sin más de la vida de otra persona hace mucho daño. 

Cuando te dejan de contestar a los mensajes y no te cogen nunca más el teléfono, cuando te bloquean en redes sociales y cortan las vías de comunicación, es fácil pensar que la culpa es tuya, que has hecho algo malo, que te lo mereces por alguna causa.

 Nuestro cerebro se pone en estado de alerta, dispara la adrenalina, nos pone el corazón a mil, y la mente comienza a hacerse preguntas, a darle vueltas, a imaginar y a hacer elucubraciones que nos atormentan mucho.

 Cuando aparentemente todo va bien y de repente alguien corta la relación sin decir adiós, nuestro mundo de hunde por completo, se trastoca nuestra vida entera. 

Cuando alguien desaparece de la noche a la mañana de tu día a día, el duelo es muchísimo más difícil y más largo, porque antes de llegar a la aceptación nos toca pasar un auténtico calvario.

 Nuestra autoestima se hunde, nos sentimos perdidas y vulnerables, nos enfadamos y protestamos, nos ahogamos en lágrimas, nos desesperamos, y a veces, nos obsesionamos. 

Nos cuesta comer, nos cuesta dormir, nos cuesta asumir y nos aferramos a la esperanza de que sea algo puntual, con el miedo de que en realidad sea para siempre, y que nunca lleguemos a saber qué pasó.

No importa si tu relación ha durado diez años o un fin de semana, hay que armarse de valor y contar con calma a la otra persona lo que te está ocurriendo, lo que estás sintiendo, y la decisión que quieres tomar. 

Si no quieres hacerlo por miedo, si sospechas que la otra persona puede perder los papeles, agredirte o agredirse a sí misma, hazlo al aire libre, a plena luz del dia, en un sitio donde haya gente cerca. Pero hazlo: las historias hay que cerrarlas bien, hay que saber ponerle punto y final a las relaciones, hay que ponerle amor a las despedidas. 

Si ya no sientes lo mismo por tu pareja, o si hay cosas de ella que no te gustan, si sientes que no sois compatibles, si no le ves futuro a la relación, dilo con suavidad y firmeza. 

Si quieres empezar otra etapa de tu vida, si quieres vivir otras historias, si te has enamorado de otra persona, dilo con cariño y claridad. 

Si acabas de empezar la relación pero te das cuenta de que en realidad no estás a gusto, por lo que sea, puedes decirlo, porque tienes derecho a empezar y a terminar tus relaciones cuando quieras. 

Lo que no tienes derecho es a hacer sufrir a alguien con quien has compartido tu intimidad personal y sexual, y con quien has compartido fluidos, besos y abrazos.

Porque irse sin más para no tener que dar la cara es de cobardes, y hace sufrir mucho a la otra persona. Ojalá todos tuviéramos la fortaleza para mandar al carajo a quien no nos coge el teléfono, y la autoestima tan alta como para soportar una muestra de desprecio tan cruel. Pero no la tenemos. 

Somos seres muy frágiles, somos muy vulnerables, y nos duele mucho que nos traten mal. Cuando confiamos en nuestra pareja, es porque creemos que nos va a tratar bien todo el tiempo: antes, durante, y al final de la relación. 

Lo llamamos cuidados, lo llamamos responsabilidad afectiva, es una cuestión de justicia y compañerismo.

Es difícil pero con empatía, solidaridad y amor del bueno se consigue: todos y todas merecemos poder decir adiós, y dar y recibir cuidados hasta el final.

#ghosting #ghostinesviolencia

#notevayassindeciradiós #cuidados #buenostratos #separaciones #adiós


Coral Herrera Gómez 


Artículos relacionados: 


Cómo cuidarte y cómo cuidar a tu ex durante la separación







Duelos y rupturas: cómo sufrir menos (podcast en Ivoox y Spotify)



¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 


2 de febrero de 2023

Cuidados y apoyo mutuo para acabar con la violencia



La única forma de parar a la gente que hace sufrir a los demás es unirse y hacerle frente en grupo. 

Dejar de tenerles miedo, dejar de reírles las gracias, dejar de mirar para otro lado, dejar de protegerles con nuestro silencio. 

Cuando las personas que maltratan pierden el apoyo de los demás, se quedan solas, pierden la impunidad, y pierden todo su poder.

Cuando las víctimas tienen el apoyo de su comunidad, cuando nos rebelamos ante las injusticias juntos, cuando nos defendemos entre todos y todas, es más fácil acabar con la violencia.

Lo mismo para los niños y las niñas que sufren abusos y malos tratos en las aulas, que para las mujeres que sufren violencia machista en la pareja: las mujeres que logran escapar de ella son en su mayoría las que tienen una red amorosa sólida que las protege. 

Si no nos quedamos callados y actuamos con valentía, podemos ayudar a todas las que sufren acoso callejero, acoso en el trabajo, en el transporte público, y en los espacios de ocio y de fiesta. Y esta valentía colectiva sirve no solo para acabar con la violencia física y sexual, sino también con la violencia psicológica y emocional.

Cuando se trata de hacer frente a las personas que tienen el poder político y económico, ya hemos comprobado muchas veces a lo largo de la Historia que si nos organizamos, si dejamos de votarles, si denunciamos a diario, si protestamos unidas en las calles, podemos impedirles que nos roben el dinero que ponemos entre todos y todas, podemos sentarles en el banquillo de los acusados, y podemos impedir que atenten contra nuestros derechos fundamentales. 

Si le perdemos el miedo a la gente que abusa de su poder, si desenmascaramos sus intereses, si nos atrevemos a señalar su violencia, si practicamos la autodefensa colectiva, y si apoyamos a las víctimas, no podrán hacernos daño.  

La unión hace la fuerza, y esto hay que aprenderlo y practicarlo desde la más tierna infancia: el apoyo mutuo, el compañerismo y la solidaridad es la clave para acabar con la impunidad que les protege. Pierden todo su poder cuando ven que nos cuidamos entre todos y todas.

#acoso #bullying #violencia #cuidados #solidaridad #Compañerismo #buenostratos #revoluciónamorosa

Coral Herrera Gómez



Artículos relacionados: 

¿Qué es la autodefensa emocional?

Todos confiamos en todos: la comunidad viajera

Otras formas de divertirse son posibles

Espacios de liberación y amor entre mujeres

Educación para ser buena persona y para transformar el mundo

La Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados


¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

15 de enero de 2023

Shakira y la estafa romántica: qué estamos aprendiendo con su historia



El amor romántico es una estafa, la familia feliz es otra estafa, y con la historia de Shakira y Piqué estamos aprendiendo muchas cosas y estamos tratando temas súper importantes de los que normalmente no hablamos. Además nos está sirviendo para explicarles a las niñas y las adolescentes un montón de cosas, y para desmontarles los mitos uno a uno. 

En casa, en el aula, en las redes, aprovechemos su fascinación con Shakira para explicarles que a las mujeres no nos compensa el matrimonio, que no nos merece la pena dejar nuestro hogar y nuestra red de amor por un hombre. 

Que cruzarse un océano y sacrificar nuestro trabajo para ir detrás de un hombre, y para apoyarle en su carrera, no nos compensa. 

Que ser muy guapa y muy sexy no te garantiza que un hombre vaya a tratarte bien y a cuidarte. 

Que tampoco tener hijos con él te garantiza que vaya a ser fiel y a permanecer el resto de su vida junto a tí. 

Que no nos sale a cuenta construir una familia feliz por que es en el hogar donde más malos tratos y violencia sufrimos las mujeres 

Que sufrir por amor no tiene premio ni recompensa. 

Que la infidelidad es violencia psicológica y emocional. 

Que llevarse a tu amante a la cama es una maldad muy cruel. 

Que aunque la mayoría de las mujeres soportan la humillación pública de los cuernos en silencio, no tenemos por que callarnos. 

Que lo que le pasa a ella, nos pasa a todas, y que lo personal es político 


Con respecto a Piqué, podemos aprovechar para desmontar el mito del príncipe azul, para hablar del privilegio masculino de la tener una esposa fiel y una amante joven durante meses o años, y cómo nos afecta esta doble vida a las mujeres. 

Piqué nos puede servir para hablar del machismo, de los malos tratos cuando se acaba el amor, y de la violencia que ejercen los hombres infieles con sus mentiras y engaños.

Podemos desmontar a este ídolo de masas para que nuestros hijos le vean tal y como es, y reflexionen sobre la falta de ética y la forma de usar el poder de los hombres poderosos. 

Otros temazos que están surgiendo con el relato del desamor son: 

- el papel que nos toca cuando somos "la otra"

- la monogamia que se nos impone a las mujeres, 

- la guerra del divorcio, 

- la autoestima y la dependencia emocional de las mujeres.

- las relaciones de rivalidad entre mujeres , y de cómo nos hacemos daño entre nosotras. 

- las relaciones de poder en la pareja

- las diferencias de edad en la pareja

- las relaciones cerradas y las relaciones abiertas

- cómo terminar las relaciones sin sufrir y sin hacer sufrir a nuestra pareja

- la maternidad, la paternidad y la crianza

- la intimidad como derecho o como negocio

- las mujeres patriarcales 

- las mujeres que se liberan 

- relaciones entre nueras y suegras

- divorcios transoceánicos

- cómo cuidarnos cuando nos emparejamos

- cómo cuidarnos cuando nos separamos

- cómo protegernos de los hombres machistas

- sororidad y cuidados entre mujeres

- amor romántico y violencia machista

- cómo defender nuestra libertad y nuestros derechos

- cómo pasar nuestros duelos rodeadas de amor de amigas

- cómo los medios alimentan el mito del amor verdadero y eterno, y para qué. 

- cómo nos manipulan los medios a través de nuestras emociones más primarias.

- cómo los medios nos vendieron la historia romántica de la cantante y el futbolista, 

- cómo nos están contando ahora la separación, 

-cómo nos impactan estas historias, cómo influyen en nuestra forma de relacionarnos. 

- qué valores y principios subyacen a los mensajes que nos mandan los protagonistas y los que opinan sobre los protagonistas, 

- cómo usan los medios el amor romántico para perpetuar los estereotipos y los mitos del patriarcado.

- ¿por qué las mujeres no podemos separarnos cuando nos ponen los cuernos?, ¿por qué Shakira sí puede y la gran mayoría de sus fans no? 

- ¿por qué a los hombres les resulta tan fácil cambiar de pareja y formar otras familias cuando se cansan de sus esposas?


Es el momento ideal además para disfrutar de la reflexión colectiva, para poner en práctica las artes de la Comunicación No Violenta, y para pensar juntas sobre cómo sufrir menos y disfrutar más de nuestras interacciones presenciales y virtuales. 

Cómo veis, este tema tiene dentro mil temas, por ejemplo la ética amorosa, la dimensión económica del matrimonio, la evasión fiscal, las millonadas que están ganando los protagonistas, el sexo y el deseo...

Como engancha mucho a la gente, es ideal para lanzar preguntas y poner a pensar a todo el mundo sobre nuestras formas de comunicarnos y de contarnos historias, y sobre nuestras formas de relacionarnos, de querernos y de separarnos. 

Que nos hace mucha falta a todas y a todos. 


Coral Herrera Gómez 


Artículos relacionados: 


Shakira, los divorcios transoceánicos y otros temas políticos 

El pacto de fidelidad es un pacto de cuidados mutuos




Libros para la Revolución Amorosa


El Laboratorio del Amor 


¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

14 de enero de 2023

¿Por qué la infidelidad es violencia?



Una de las injusticias más grandes de la infidelidad es que mientras tú gozas de tus relaciones sexuales y sentimentales, niegas a tu pareja la posibilidad de gozar también de otras relaciones. 

Además, ser infiel te lleva a engañar y a mentir, y por lo tanto a hacer daño a tu pareja, que probablemente viva angustiada porque en el fondo de su corazón sabe que te estás portando mal con ella. 

Y hay más, no sólo estás ejerciendo violencia psicológica y emocional sobre tu pareja, sino que también estás abusando de la confianza que ha depositado en tí, estás rompiendo los pactos de cuidado, te estás riendo de ella en su cara. 

Si además tu pareja depende económica y emocionalmente de tí, te estás beneficiando de la explotación emocional que ejerces sabiendo que ella no puede romper la relación. 

Es injusto que esté atrapada contigo soportando la humillación de los cuernos, y tu te estás aprovechando para vivir el mayor privilegio que te otorga el patriarcado: la doble vida. Una como soltero y otra como hombre casado y padre de familia. 

Para terminar, te beneficias del pacto de silencio del que gozan todos los hombres, por el cual todo el mundo ve la cornamenta de tu mujer, menos ella misma. Y además, muchos de vosotros atentais contra la salud de vuestra compañera porque no utilizais métodos de protección en vuestras relaciones, lo que pone en peligro su vida.

¿Cuál es la forma de no hacer daño y evitar la violencia y el abuso? 

Contarle a tu pareja desde el principio lo que te está pasando (me gusta otra, estoy tonteando con otra, me estoy enamorando de otra) para que ella pueda tomar sus propias decisiones, como tener otras parejas igual que tú, o como dejar la pareja si no quiere tener una relación abierta. 

Se trata de ser valiente y de afrontar lo que está ocurriendo con honestidad, así como de asumir las consecuencias de tus actos: si quiero tener otras parejas, mi pareja tiene derecho a hacer lo mismo, o a dejarme en cuanto se entere. 

Y con tus amantes lo mismo: honestidad, respeto, transparencia, valentía y cuidados.

Coral Herrera Gómez 


El pacto de fidelidad es un pacto de cuidados mutuos








Libros para la Revolución Amorosa 

El Laboratorio del Amor 


¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

13 de enero de 2023

El pacto de fidelidad es un pacto de cuidados mutuos


Cuando hacemos un pacto de fidelidad, no estamos prometiendo a nuestra pareja que jamás nos sentiremos atraídos por alguien más, ni que jamás nos enamoraremos de otra persona. 

Eso no se puede prometer, porque no sabemos si sucederá. 

Sí que puedes expresar que te gustaría amarle toda tu vida, pero no puedes jurar que el amor no se te va a acabar. 

Lo único que podemos prometernos al juntarnos es que, pase lo que pase, vamos a ser leales y a cuidarnos.

El pacto de fidelidad en realidad es un pacto de cuidados mutuos por el cual nos comprometemos a ser honestos/as con nuestra pareja si se nos acaba el amor o si nos enamoramos de otra persona. 

Es un pacto en el que nos comprometemos a ser sinceros si nos gusta mucho alguien o si estamos empezando a sentir algo fuerte por alguien. Vamos a compartir lo que está sucediendo y lo que estamos sintiendo, para poder gestionar la crisis o el final sin violencia. 

Porque el engaño y la mentira hacen mucho daño, así que como nos queremos, no vamos a hacernos sufrir. O al menos, vamos a intentarlo con todo nuestro corazon. 

Yo confío en mi pareja, pero no pienso que jamás dejará de amarme, ni que nunca se enamorará de otra. 

Confío en que si algún día le ocurre, seré la primera persona en enterarme, confío en que no me va a mentir ni a engañarme. Confío en que no va a estar en dos relaciones a la vez durante meses o años. Confío en que la otra persona no va a meter a nadie en mi casa ni en mi cama. Confío en que la otra persona va a cuidarme incluso cuando se empiece a desvincular románticamente de mí.

Así entiendo yo, al menos, el pacto de cuidados sobre el que construyo mis relaciones de pareja: yo no puedo prometer que voy a amarte para siempre. 

Pero en el tiempo que estemos juntos, y también si llega el desamor, voy a ser valiente para contarte cómo me siento, para escuchar como te sientes. Nos vamos a cuidar mutuamente, y vamos a valorar juntos si queremos o no seguir la relación, o si es mejor terminarla. 

Vamos a seguir siendo cómplices y compañeros hasta el final, y no vamos a meternos en guerras, porque nos hemos comprometido a cuidarnos, en las buenas y en las malas, desde el primer hasta el último día.


Coral Herrera Gómez 


Libros para la Revolución Amorosa 

El Laboratorio del Amor 


¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

19 de diciembre de 2022

Cómo disfrutar de las fiestas en familia: decálogo de cuidados



Cómo disfrutar de las fiestas navideñas con la familia: decálogo de cuidados para celebrar eventos libres de machismo, abuso y sufrimiento. Las fiestas sólo se pueden disfrutar en igualdad y en libertad:

▶️ Cuidar la seguridad: lo primero es garantizar la creación de un espacio seguro para todas las mujeres: en cualquier reunión familiar deben de ser excluidos los abusadores y violadores de niños y niñas. Da igual que el señor cometiera su crimen hace treinta años, no importa si es el abuelo, el padre, el padrastro, el tío, el cuñado, o el hermano: ninguna de nosotras tiene que ser obligada a compartir mesa con familiares que ejercieron violencia y destrozaron nuestra infancia o adolescencia.  

▶️ Cuidar la inclusión: el espacio que elijamos tiene que ser accesible y seguro para que nadie quede excluido por su condición física, su salud, su edad, sus discapacidades. 

▶️ Cuidar la integración: que nadie quede excluido/a porque no tiene dinero para aportar. Todo el trabajo de cuidados es también una forma de aportar, quien no pueda poner dinero, puede poner su tiempo y su energía.

▶️ Cuidar a las niñas y niños, recordad que las navidades son muy importantes para ellos y dejan una huella imborrable. Dejad vuestro adultocentrismo a un lado y volcaos para organizar una fiesta inolvidable. Llevad instrumentos, cantar canciones, poned música, bailar son actividades ideales para que todas las generaciones puedan disfrutar juntas, y para evitar hablar los temas que se pueden tratar en otro tipo de reuniones. También son divertidos los juegos de mesa, o ver juntos álbumes de fotos.

▶️ Cuidar a las personas solas: si algún familiar, amigo/a, vecino/a se queda solo, invitadle a vuestra celebración. Aunque también hay que entender y respetar a todas las personas que prefieren quedarse tranquilitas en casa en estas fechas.

▶️ Cuidar la pareja: para evitar conflictos con la pareja: si tú lo que quieres es estar con tu familia y no con la familia de tu pareja, no pasa nada si cada cual os vais con vuestro grupo familiar. Si tenéis críos, como hay varios eventos en estas fiestas, pueden ver a todos sus familiares alternando entre grupos. También podéis probar a alternar juntos, pero si otros años no ha funcionado, mejor cada cual con su gente querida.

▶️ Cuidar nuestras palabras: durante la cena y la sobremesa hay que retirar las pantallas y cuidar nuestras palabras cuando demos nuestra opinión. Recordad que podemos hacer mucho daño y que lo que queremos en realidad es que todo el mundo esté gusto y se sienta seguro, en un espacio donde se le acepta tal cual es, y donde no se le va a juzgar ni va a recibir ataques.

▶️ Cuidar el corazón: también mucho cuidado con las bromas, las burlas, los comentarios y las preguntas que hacemos, para que no vayan cargadas de indirectas, prejuicios o reproches. Hay que evitar especialmente las opiniones sobre el cuerpo, la vestimenta, el peinado de nuestra gente querida, y reclamos tipo: "¿Cuándo te vas a echar un novio?", "¿Cuándo vais a tener un hijo?", "¿Y para cuándo la parejita?"

▶️ Cuídate también a tí misma/o: a la hora de pensar en con quién quieres celebrar el fin de año y el inicio del otro, una de las claves más importantes es evitar juntarse con gente que no te trata bien. Generalmente estamos sensibles y tenemos las emociones a flor de piel: son momentos para disfrutar, así que no vayas obligada a estar en sitios donde no te sientes bien, o con gente que no te quiere bien. 

▶️ Cuidar la alegría: recordad al grupo que las catarsis estropean siempre las fiestas, y a menudo las convierten en un drama. Los asuntos pendientes se pueden resolver otro día, en un ambiente más tranquilo y sin alcohol.

▶️ Cuidaros con el alcohol: para evitar conflictos causados por el alcohol, podéis inventar una palabra que podéis ofrecer a la persona que empiece a crear el conflicto, para que sepa que se está pasando con la bebida, y que tiene que relajarse un poco. Y otra palabra para que uno tenga claro cuándo hay que irse a dormir. 

▶️ Cuidados para el fin de la fiesta: hay que organizarse para que nadie conduzca bebido/a. Hay que pensar si es mejor que conduzcan los que no beban, o mejor organizar la logística del dormir (colchones, sabanas, almohadas y mantas), y la fiesta de pijamas del grupo infantil.

▶️ Cuidar a las cuidadoras. El objetivo de este año es no explotar a las abuelas ni a las madres. 

El lema de estas navidades es: 


"Las mujeres también tenemos derecho a disfrutar de las fiestas"


Para garantizar este derecho, hay que organizarse. Podéis abrir un grupo en el teléfono con las personas asistentes a la cena o a la comida, incluidas las personas adolescentes. En él, hacéis un listado de tareas, y os las repartís entre todos y todas, de un modo equitativo y justo, acorde con las habilidades y capacidades de cada cual.

Aquí os ofrezco un listado para organizar la logística de las reuniones familiares: 

🌲¿Quien se apunta a la elaboración del menú? Hay que hacer un listado de las bebidas, los postres, los aperitivos y los ingredientes de cada plato,  teniendo en cuenta a la gente de la familia que es vegetariana o vegana, y a las personas con alergias e intolerancias alimentarias

🌲¿Quiénes van a la compra? También podéis repartiros las compras y que cada cual lleve algo.

🌲 ¿Quién se encarga de ambientar el espacio? Esto incluye la limpieza pre fiesta del espacio, y la música, la luz, la decoración, la distribución de las sillas, y la presentación de la mesa. También se encargan de los juegos y el reparto de regalos, si los hay, para que sea divertido.

🌲¿Quiénes cocinan? O también es posible repartirse estas tareas y que cada cual traiga algo de su casa.

🌲¿Quienes sirven la mesa? También se puede hacer tipo buffet y que cada cual se sirva lo suyo

🌲¿Quiénes recogen la mesa y friegan los cacharros?, ¿quiénes van a barrer y fregar?, ¿quiénes van a limpiar las copas después del brindis?

🌲¿Quién se encarga de cambiar pañales a los bebés?, ¿quién atiende a los niños y niñas para que también disfruten del evento familiar y la fiesta sea un espacio seguro? 

🌲 ¿Cómo nos organizamos para que las personas mayores y los familiares con discapacidades puedan llegar al sitio y volver a sus casas, y puedan moverse por el espacio?, ¿quién se encarga de acompañar a las que necesitan ayuda para ir al baño?

🌲¿Quiénes se encargan de coordinar el fin de la fiesta y el regreso a casa?


Cada familia se organiza de una forma, y celebra a su manera, así que podéis quitar y añadir cosas a este listado, y personalizarlo según vuestras apetencias y necesidades. 

Podéis designar a dos personas que coordinen, o también podéis autogestionaros, organizar comisiones de trabajo y funcionar asambleariamente. 

Lo importante en este trabajo de cuidados es que la abuela o la madre no sea tratada, como ha sido siempre, como una sirvienta al servicio de la familia. Y que las mujeres y las niñas puedan disfrutar en igualdad de condiciones que el resto. 

Se trata de que los hombres no lleguen a mesa puesta y se queden sentados mientras les sirven. 

Se trata de trabajar en equipo, aportar ideas, comunicarse con amor, cooperar y repartir tareas para que todos puedan sentirse útiles y protagonistas, y puedan dar lo mejor de sí mismos a los demás. 

Se trata de que todas las personas se sientan integradas, aceptadas, queridas, y libres para mostrarse tal y como es.

Se trata de poner los cuidados en el centro de la mesa, para que todas podamos disfrutar.

#Otrasfiestassonposibles

Coral Herrera Gómez 


Más artículos sobre Cuidados


¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 

22 de noviembre de 2022

¿Qué pasa si no se enamora de mí?



Si no se enamora de tí al principio, en las primeras semanas de relación, ya no se va a enamorar. A veces sucede que nos enamoramos antes de empezar, otras veces durante el romance, pero si no se da la magia en los inicios, es difícil que surja después. ¿Por qué? 

Porque el enamoramiento surge de la admiración y también de la idealización de la otra persona. A nosotras nos resulta muy fácil admirar a los hombres, a ellos no les resulta tan fácil. Pocos reyes se enamoran de plebeyas, casi ninguno de sus criadas. 

Cuando nos emparejamos y nos vamos conociendo más a fondo, la idealización va disminuyendo a medida que conocemos los defectos de la otra persona. Si la endiosamos demasiado, lo normal es que nos decepcionemos en la misma medida. Las parejas que sobreviven al final del enamoramiento son las que quieren al otro tal y como es.


Nosotras las mujeres sabemos perfectamente cuándo una persona se derrite de amor por nosotras, y cuándo es solo atracción sexual. No hace falta que nos lo diga nadie, lo sabemos. Y también sabemos que cuando solo hay química sexual, las relaciones duran lo que duran. 

El problema es que el patriarcado nos seduce para que nos engañemos a nosotras mismas y nos aferramos a la esperanza. 

Por eso nos quedamos con hombres que nos dicen cosas como: "no me voy a enamorar", "no te hagas ilusiones", "no quiero tener pareja", "no quiero nada serio", "no siento nada por tí y no significas nada para mí". Algunos son capaces de estar años y años diciendo lo mismo.


Si nos dejamos llevar por el sentido común, lo normal es que salgamos corriendo. Todas sabemos que es imposible disfrutar del sexo y del amor con alguien que pone un muro enorme entre él y tú. No es miedo, es simplemente que no siente las mismas ganas que nosotras. Si no hay arrebato, locura y pasión en los inicios, no la va a haber después.


Entonces, ¿por qué nos quedamos a esperar a ver si sucede el milagro? 

Primero porque creemos que es un reto: "¿Cómo que no te vas a enamorar?", piensa tu ego, furioso, "¡¡yo, que soy tan maravillosa y tengo tanto amor para darte!! Ya verás como vas a acabar rendido de amor ante mí "

Segundo, porque nos han contado muchísimos cuentos en los que él tiene miedo de amar, ella pasa muchas pruebas para demostrarle que es una mujer en la que se puede confiar, y exhibe su capacidad de sacrificio y su amor. Al final "él se da cuenta" de lo maravillosa que es ella y de lo mucho que la ama (es el premio por esperar tanto)

En la vida real, no hay recompensa por sufrir por amor.

A nosotras nos da mucha pena el hombre que no se enamora. Y nos creemos que podremos ayudarle a confiar y a dejar de defenderse de las mujeres y del amor. 

Pero no podemos. 

El sistema defensivo masculino es buenísimo y todo el mundo lo fortalece constantemente mediante los chistes, los dichos populares, los refranes y los consejos, que vienen a decir más o menos que las mujeres somos interesadas, malas, retorcidas, manipuladoras, aprovechadas, caprichosas, perversas, irracionales, y que enamorarse de cualquiera de nosotras es un peligro. 

Aunque nos creamos muy especiales y poderosas, nosotras no podemos curar la misoginia ni hacer que "se den cuenta" de que somos buenas personas y no vamos a hacerles daño. 

La única forma de que un hombre se entregue al amor es que se enamore locamente, y no hay nada que podamos hacer para lograr esa reacción química brutal que se desata entre dos seres humanos que se atraen y se idealizan mutuamente.

Lo que sí podemos hacer es estar despiertas, ser realistas, olvidarnos de los milagros románticos y dejar una relación cuando los sentimientos no son mutuos. 

Las mujeres no podemos permitirnos el lujo de enamorarnos locamente de alguien que no nos ama. Se sufre demasiado, y se nos hunde la autoestima: estar en relaciones sin reciprocidad es una tortura psicológica y emocional, y una forma de autodestrucción lenta, pero súper violenta contra nosotras mismas. 

Por eso es tan importante que las mujeres aprendamos a cuidarnos, a ser honestas con nosotras mismas, y a ser humildes para aceptar la realidad: si un hombre no se enamora, no se enamora, y no se va a enamorar después.

Da igual lo guapa que te pongas, lo sumisa y complaciente que seas, no importa si le obedeces en todo y le cuidas mucho: hay millones de mujeres como tú, dispuestas a darlo todo y a conformarse con unas migajas de amor. 


Esta es una de las principales reglas del auto cuidado: si no se enamora de tí, controla tu ego, y no te auto engañes. Tus amigas pueden decírtelo las veces que hagan falta, hasta que seas capaz de decirlo en voz alta: "no se ha enamorado de mí, no se va a enamorar, y yo no nací para esperar milagros"

Recuerda que solo se puede disfrutar del amor en las relaciones donde todo es mutuo y recíproco ☀️


Coral Herrera Gómez 


Artículos relacionados: 


Más:


                 El Laboratorio del Amor 

18 de noviembre de 2022

La rebeldía, el mejor antídoto contra el sufrimiento



La mejor vacuna contra la tristeza, la apatía, la desesperanza, la desolación, el vacío existencial, el aburrimiento y el miedo, es el despertar de la conciencia social, y la rebeldía. La mayor parte de los adolescentes no ven futuro, y algunos creen que la única forma de dejar de sufrir es quitarse la vida. 

En mi trabajo con adolescentes les explico que el sufrimiento es colectivo, que la mayor parte de nuestros problemas personales son colectivos, y que por tanto las soluciones no pueden ser individuales, sino colectivas. 

Algunos se quedan alucinados cuando les digo que otras formas de relacionarse, de quererse y de organizarse son posibles, que otro mundo es posible, y que para poder mejorar y transformar nuestras vidas, hay que cambiar el mundo en el que vivimos. 

Les cuento que solas no podemos, pero que juntas sí, y les hablo de los movimientos sociales que luchan contra el sufrimiento, la explotación y la violencia. Les digo que frente al individualismo y la ley del "sálvese quien pueda", tenemos la Comunidad y el Bien Común, y que hay millones de personas en el planeta luchando por un mundo mejor. 

Les explico que una persona jamás puede ser feliz si está rodeada de gente que sufre. La felicidad no está dentro de ellos, sino en las relaciones que tienen con los demás. Por eso no solo hay que aprender a cuidarse uno/a misma, sino también aprender a cuidar a los demás, y a cuidar el planeta en el que vivimos.

Les cuento que cambiando nuestra forma de relacionarnos no solo mejoraremos nuestra salud mental y emocional, y nuestra calidad de vida, sino que además podemos cambiar el sistema político y económico en el que vivimos. 

Y que, desde siempre, todos los avances sociales se han conseguido protestando en las calles, abriendo los ojos a la gente, sensibilizando y haciendo pedagogía. 

Muchos creen que la pobreza y la violencia son inevitables, que la vida es así, y que no se puede hacer nada excepto rezar o esperar a que alguien nos salve.

Entonces les hablo de los héroes y heroínas del siglo XXI, porque en la tele no los van a ver. Les cuento la historia de aquella madre que después de hundirse y encerrarse a llorar por la desaparición de su hija, se juntó a otras madres que también buscaban a sus hijas, para pedir justicia y acabar con las redes de trata y los femicidios. Les hablo de aquella mujer que después de pensar en el suicidio cuando su ex novio publicó sus videos íntimos, salió a luchar y hoy ha conseguido que la ciberviolencia contra las mujeres sea delito en su país. Les hablo de ese hombre que salva vidas a diario en el Mediterráneo con su barco, y de toda la gente anónima que no se resigna, no se conforma, y se organiza con otra gente para mejorar las vidas de todos nosotros y nosotras. 

Les cuento que los únicos antídotos contra el odio y las enfermedades de transmisión social (machismo, clasismo, racismo, etc) son la empatía y la solidaridad, que es la ternura de los pueblos. 

Claro que hay esperanza, solo tenemos que buscarnos, encontrarnos, y organizarnos: si aprendemos a comunicarnos y a debatir sin hacernos daño, podremos ponernos de acuerdo en los objetivos comunes. 

Les hablo de la gente de su edad que en lugar de encerrarse en su habitación a consumir apocalipsis, está en las calles luchando por el bienestar y los derechos de todos. La mejor medicina contra la desesperanza es juntarse con gente que sueña. 

Me preguntan que cómo pueden unirse a esos movimientos, les explico que en todos los barrios y pueblos hay gente joven luchando, y que si no hay grupos cerca de sus casas, pueden crearlos y juntarse con más gente. 

La rebeldía es contagiosa, es súper eficaz para cuidar nuestra salud mental y emocional, y para conseguir que todas y todos podamos vivir una Buena Vida.

Coral Herrera Gómez 

#OtroMundoEsPosible 

#OtrasFormasDeQuererseSonPosibles 

#unmundomejor 


Artículos relacionados: 

Tomar conciencia, y despertar

Rebeldes con, y sin causa

¿Qué necesitas para vivir una Buena Vida?

¿Estás cuidando tu futuro?

La Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados



¿Quieres ser mecenas de este post? 

Tú eliges la cantidad que quieres aportar, 

¡muchas gracias por tu donación!


 


Coral Herrera Gómez Blog

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Únete al Laboratorio del Amor

Únete al Laboratorio del Amor
Para saber más pincha en la imagen