27 de julio de 2024

Necesitamos apoyo y solidaridad: nos están matando




Necesitamos cuidados y ayuda de toda la población con urgencia. Necesitamos solidaridad y apoyo para acabar con el terrorismo machista. Necesitamos llenar las plazas y las calles de gente pidiendo un alto el fuego en la guerra contra las mujeres.  

Nosotras las feministas apoyamos las causas de muchos movimientos sociales, asociaciones vecinales, sindicatos, colectivos ecologistas, pacifistas, antimilitaristas, LGBTIQ y sin embargo cuando salimos a la calle a pedir que dejen de matarnos, estamos solas. 

En todas las aldeas, pueblos y ciudades de España hay colectivos y mujeres feministas protestando con cada femicidio y cada asesinato de niñas y niños, pero la población no se indigna ni se conmueve. 

Necesitamos un cambio en los medios, que siguen presentándo los femicidios como casos aislados, necesitamos escuchar a las víctimas y a sus familias, y que la gente conozca las soluciones que existen para erradicar la violencia. Muchas personas creen que no se puede hacer nada para acabar con la violencia contra las mujeres, pero claro que se puede. 

Si las plazas se llenaran de miles de personas pidiendo el fin de los discursos de odio contra las mujeres, el fin del acoso y las violaciones, la erradicación de la explotación laboral, doméstica, sexual y reproductiva de las mujeres, la eliminación del abuso sexual infantil y los asesinatos de niñas y niños por violencia vicaria, los machistas se quedarían solos. 

Si el rechazo social fuese masivo, los acosadores, los maltratadores, los violadores, agresores y asesinos no podrían actuar como hacen ahora, arropados por la indiferencia de una sociedad que mira para otro lado y que sigue culpando a las víctimas de las agresiones que sufren. 

Necesitamos apoyo del sistema educativo, para que vacune a la gente joven contra la misoginia. 

Necesitamos también el apoyo de los gobernantes para que protejan a las víctimas de violencia machista y para que destinen el dinero del Fondo del Pacto de Estado Contra la Violencia Machista a los Refugios de mujeres.

Además necesitamos la solidaridad de los productores y creadores de las industrias culturales para que dejen de perpetuar los valores del patriarcado a través de los mitos y los estereotipos, y dejen de romantizar la violencia contra las mujeres en sus relatos.

Necesitamos a los movimientos sociales: a las feministas nos han pedido que abracemos todas las causas sociales, ahora nosotras os pedimos también abrazos a todos y a todas.

Que no se os olvide, sobre todo a los hombres, tanto hegemónicos como diversos, que para que las relaciones sean igualitarias, el apoyo ha de ser siempre mutuo, y los cuidados siempre recíprocos. 

El cambio que necesitamos es que los hombres tomen conciencia y se conmuevan, y salgan masivamente a las plazas a condenar los atentados que sufrimos contra nuestros derechos y nuestras vidas. 

Hombres valientes que alcen su voz y den la cara contra la injusticia, hombres que sirvan de ejemplo a otros hombres y que demuestren que nuestras vidas valen tanto como las suyas, y nuestros derechos son iguales que los suyos. 

Si los hombres no reconocen la misoginia que impregna toda nuestra cultura, y que todos llevamos dentro, no podremos acabar con los asesinatos de mujeres. 

Ya es hora de que deis un paso al frente y seáis compañeros de verdad. 

Necesitamos que seáis valientes y pongáis en práctica la la empatía, la solidaridad, la ternura, los cuidados, y el compañerismo, 

porque nos están matando y estamos solas en la lucha contra la violencia.


En España nos matan a 1 cada 3 dias. 


En México 1 cada 2 horas. 11 mujeres cada día.


En todo el planeta, 137 mujeres asesinadas cada día por sus parejas, ex parejas y otros hombres de su familia. 


 #Nosestanmatando #TerrorismoMachista #misoginia #StopViolenciaMachista #Compañerismo #Solidaridad #compañerismo #ApoyoMutuo

Coral Herrera Gómez 


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21 de julio de 2024

Ellos buscan sirvientas, nosotras buscamos compañeros



Los hombres van buscando mujeres del pasado, las mujeres vamos buscando a los hombres del futuro. 

Ellos buscan sirvientas, nosotras buscamos compañeros.

Por eso es tan difícil hoy en día encontrarnos y juntarnos para disfrutar del sexo y del amor. Nosotras no vamos a dar ni un paso atrás: os toca a vosotros avanzar.


No hay nada más frustrante que la búsqueda del príncipe azul moderno y la princesa rosa tradicional.

Los hombres buscan mujeres sin pasado, virgenes, puras, complacientes, sumisas, discretas y obedientes. Quieren mujeres que ejerzan de mamás, de niñeras, cuidadoras, asistentas, secretarias, enfermeras, cocineras, limpiadoras, psicólogas, cuidadoras que sepan llevar un hogar como Dios manda. 

Quieren un freno de mano y una carcelera que les deje escaparse de vez en cuando. Quieren mujeres perfectas que cuiden a cambio de nada, y no las ncuentran. 

Quieren que la mujer perfecta no envejezca jamás, que lo haga todo con amor y ternura y alegría, que no proteste, y que además tengan tiempo para trabajar fuera de casa, y para cuidar su línea y mantenerse delgadas y eternamente bellas. 

La súper mujer que puede con todo es un mito muy potente, pero el día tiene 24 horas, y no se puede ser la mejor profesional, la mejor esposa, la mejor madre, la mejor hija, la mejor vecina, y la mejor ama de casa. Vivimos agotadas y empastilladas tratando de llegar a todo.

Es imposible cumplir con el rol asignado por el patriarcado y por el capitalismo de una forma total y absoluta, y a los hombres les frustra mucho no poder encontrar una mujer que se entregue a la causa del matrimonio y de la familia feliz, que trabaje fuera pero no demasiado, que cobre un buen salario pero que no sea mejor que el suyo, que sea una mujer que no se canse nunca, que no necesite vacaciones ni tiempo para sí misma, que no enferme nunca, que siempre disponible para cubrir tus necesidades básicas, que no se enfade y lo haga con una sonrisa, y que se quede contigo para siempre.

¿Dónde encuentras hoy en día una adorable esposa que te permita hacer tus escapaditas de macho, y luzca sus cuernos con la dignidad de las reinas y las marquesas?, ¿dónde encuentras hoy una mujer que no tenga sueños propios y quiera sacrificarse por ti a cambio de nada?, ¿dónde encontrar una esposa confiable que no te traicione jamás y aguante todo lo que le eches?

En ningún lado. 

Incluso las mujeres patriarcales que cumplen con su rol de sirvientas protestan cuando sus seres queridos las explotan y las hacen daño. 

Las mujeres en su mayoría quieren reciprocidad en los cuidados, y protestan cuando sus maridos e hijos abusan de ellas y las tratan mal.  

Por mucho que lo intentemos, no podemos ser tradicionales, modernas y posmodernas a la vez, no es posible imitar a nuestras abuelas y a nuestras madres y además ser una mujer de hoy en día. 

Las 24 horas del día no son suficientes para ser las mejores en todo. 

También hay muchas mujeres que sufren porque están buscando a un hombre que no existe aún. O existe, pero son muy pocos hombres en el mundo. Estamos hablando del hombre del futuro, aquel que ha sido educado para aprender a cuidarse a sí mismo, cuidar los espacios que habita, y cuidar a sus seres queridos. 

Es el hombre que practica la autocrítica amorosa, renuncia a sus privilegios de macho, desobedece los mandatos del patriarcado, y ha aprendido a relacionarse con mujeres sin abusar de ellas y sin dominarlas. 

Un hombre autónomo que no necesita sirvienta y que sabe relacionarse con sus parejas sexuales y sentimentales sin tener que dominarlas. 

Un hombre honesto capaz de hablar de sus emociones y de expresarlas sin hacer daño a nadie. 

Un hombre adulto que se lo trabaja para ser mejor persona que su padre y sus abuelos.

Haberlos haylos, pero son muy pocos. 

Los niños varones que estamos criando serán autónomos, pero sólo si tienen referentes a su alrededor y en la cultura, y por ahora no tienen. Los únicos referentes que nuestra cultura les ofrece son machos destructores y mutilados emocionales, así que necesitan ejemplos a su alrededor para construir su masculinidad desde la ética del amor y la filosofía de los cuidados.

Las mujeres llevamos décadas trabajando en nosotras mismas: vamos a terapia, devoramos libros y podcast, hacemos talleres, cursos, másters, posgrados, nos juntamos en grupos para trabajar en nuestra sexualidad, nuestras emociones y nuestras relaciones. 

La brecha emocional y relacional entre hombres y mujeres se agranda cada vez más, porque no es que ellos vayan más lentos, es que la gran mayoría aún no han empezado, y además hay un sector significativo de hombres que quieren volver a aquella gloriosa época en la que las mujeres no salían de casa. 

Estos hombres se resisten, iracundos, a los cambios sociales que está provocando el feminismo. Están cabreados, asustados, dolidos, y creen que cuanto mejor nos va a nosotras, peor les va a ellos. Nos odian a todas, porque no somos de fiar, porque las mujeres somos todas malas y perversas, porque no nos dejamos domesticar como los animales.

Buscan a su abuela para casarse con ella y no la encuentran, claro. 

Nosotras buscamos a hombres que sepan tratarnos como a compañeras, y tampoco los encontramos, claro. 


¿Qué hacemos entonces? 

Nosotras tenemos que seguir nuestro camino, no podemos sentarnos a esperar. El día en el que los hombres no encuentren a ninguna mujer con la que emparejarse, entonces quizás si sientan la necesidad de hacer un cambio, porque solos no quieren estar. 

Ellos que se unan cuando quieran, o que escojan su propio camino. Nosotras sigamos caminando nuestro presente, no podemos quedarnos sentadas: ya despilfarramos muchos años esperando el milagro romántico.

Nosotras ya sabemos que no podemos cambiar a nadie: el único cambio posible es el que puedes hacer tú en ti misma. 

Cada cual se tiene que trabajar a sí mismo/a para llegar al cambio que necesitamos: lo personal es político y las transformaciones individuales propician las transformaciones sociales. 

Los hombres van tarde ya: nosotras no vamos a dar ni un paso atrás. 

Seguimos caminando.


Coral Herrera Gómez 


Vente a caminar con nosotras a

la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del amor ❤️





25 de junio de 2024

Coral Herrera en Colombia














La organización de mujeres Puenteras inició un proyecto hermoso hace unos meses para llevar la Revolución Amorosa a Colombia: ha logrado reunir a muchas organizaciones de mujeres en torno a este proyecto, ha organizado muchas actividades, presenciales y virtuales, y lo ha logrado. 

Ya están a la venta las entradas para los eventos en Bogotá y Villavicencio que tendrán lugar la última semana de agosto, podéis adquirir vuestros boletos en esta página web

6 de junio de 2024

Coral Herrera en el Cine

 



Tengo el honor de poder participar en dos cine-forum en las próximas fechas: 

el 7 de junio en Málaga (Festival de Cine de Málaga) , y el 13 de julio en Madrid (CSIC). 





En Málaga tendrá lugar en el Cine Albéniz, el viernes 7 de junio de 10 a 13 horas, y está organizado por el Ayuntamiento en el Marco de las Jornadas de Corresponsabilidad. 
Analizaremos la película "À Plein Temps" y no hace falta inscribirse. 



En Madrid tendrá lugar en el CSIC, el viernes 19 de julio, la película se titula "Un Amor"
 y participa también Petra J. Benyei,



 


¿Qué es "lo normal"?, ¿Quién es "normal"?







"Cuando un juicio no puede enunciarse en términos de bien y de mal se lo expresa en términos de normal y de anormal. Y cuando se trata de justificar esta última distinción, se hacen consideraciones sobre lo que es bueno o nocivo para el individuo. Son expresiones de un dualismo constitutivo de la conciencia occidental". 
Michel Foucault




Lo normal, la normalidad, lo normativo, son conceptos que hemos creado para tratar de definir el conjunto de normas que regulan nuestra convivencia. Tiene que ver, según la RAE, con la costumbre, lo habitual, lo corriente, lo común, lo frecuente, lo acostumbrado, lo razonable y lo lógico. En su lado opuesto, está lo anormal, asociado con la rareza y lo insólito. 


El concepto "normal" nos sirve para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, lo que está bien y mal. Pero la normalidad sirve, además, para discriminar a todas las personas y grupos humanos que no se ajustan a los patrones y modelos que sigue la mayoría. 


Aquellos que son diferentes se etiquetan como anormales, inadaptados, raros, desviados.

Los que no obedecen los mandatos sociales y de género son también considerados locos, chalados, marcianos, dementes.


Las personas que más rechazo generan son aquellos que resultan inclasificables: por mucho que lo intentemos no podemos etiquetarles ni definirles según los estereotipos. 


¿Qué son los estereotipos? Son imágenes agrupadas en categorías que se usan para simplificar la realidad mediante la generalización. Por ejemplo: “los andaluces son fiesteros”, “los latinos son apasionados”, “los pobres son vagos”, “las madrastras son malas”, “las niñas son cursis y débiles”


¿Para qué sirven los estereotipos? Para que todo siga como está, para que el orden social se mantenga intacto, y para perpetuar la jerarquía social y los valores del capitalismo y del patriarcado: la acumulación de poder, el abuso y la explotación, el acaparamiento, el individualismo y el consumismo, las relaciones basadas en la estructura de la dominación y la sumisión. 


Los estereotipos, además, sirven para reforzar el machismo, el clasismo, el racismo, la xenofobia, la aporofobia, la lesbofobia, la homofobia, la misoginia, y demás enfermedades de transmisión social. 


La “normalidad” es un dispositivo de control social que nos somete a las leyes de un grupo. En ellas se nos dice cómo debemos vestirnos, cómo debemos movernos, cómo debemos pensar y actuar, cuáles deben ser nuestras metas y aspiraciones, cuáles deben ser nuestras emociones y cómo deben ser nuestras relaciones con los demás. 


¿Cómo consigue el poder que obedezcamos la norma? 


Asociando lo “normal” a lo “natural”, es decir, asociando lo “normal” a la naturaleza, la biología, y la realidad material. Un ejemplo es la idea de que las mujeres nacemos con un don natural para cuidar a servir a los demás, y que no necesitamos nada a cambio. Nosotras, por naturaleza, somos sacrificadas y entregadas, y nuestro papel en el mundo es servir a los hombres para que vivan como reyes. 


También se nos asigna el rol de sirvientas con la excusa de que así nos han tratado siempre. Cuando nos dicen que “la vida es así”, en realidad nos quieren hacer creer que no hay nada que podamos hacer para cambiar las cosas: son así desde el principio de los tiempos. Este es el argumento que usan para defender las tradiciones culturales en las que se ejerce violencia contra las mujeres o los animales: atentan contra los derechos humanos, pero “es su cultura y hay que respetarla” 


Los mandatos del orden social no están escritos en ninguna parte, pero todos los seres humanos los aprendemos desde pequeños en casa, en el colegio y a través de la cultura y los medios de comunicación. Aprendemos que los niños no lloran y  las niñas no se enfadan, aprendemos a obedecer a los más fuertes y a abusar de los más débiles, aprendemos rápidamente quienes mandan y quienes merecen mayor respeto, y cuál es nuestro lugar dentro de la jerarquía social.  


¿Cuál es el castigo para todos y todas aquellas que se desvíen de la norma, o la desobedezcan? 


El rechazo y el ostracismo. No hay nada que nos duela más que nos critiquen y que nos condenen a la soledad. Cuando no existían las cárceles, las personas que causaban daño a algún miembro del clan eran expulsadas del grupo, y el tener que marcharse y dejar de contar con la protección de la comunidad significaba la muerte. 


Y es que los seres humanos no podemos sobrevivir sin los demás: somos animales gregarios. Las especies que viven en manadas sobreviven más tiempo, y la Humanidad es una especie muy vulnerable que ha podido sobrevivir gracias a su inteligencia colectiva, y a su capacidad para trabajar en equipo y para cooperar. 

Hoy en día castigamos a las personas que son diferentes o que se desvían de nuestro concepto de “normalidad” mediante la expulsión hacia los márgenes y la periferia. 


Nadie desea caer en la exclusión social, por eso tendemos hacia la homogeneización: la diferencia nos asusta, y todo aquello que nos rompe los esquemas mentales y las creencias, nos da miedo. Por eso nos esforzamos por cumplir con los mandatos sociales y por hacer “lo que todo el mundo hace”, aunque para ello tengamos que traicionarnos a nosotros mismos. 


La normalidad también tiene que ver con la hegemonía, es decir, el grupo de poder que decide lo que es normal y lo que no lo es, y por tanto, quién es normal y quién no lo es. 


A través de la cultura estos grupos nos imponen su ideología y su visión de mundo como si fuera la única posible. Por eso podemos afirmar que la normalidad es un concepto arbitrario que sirve como mecanismo para crear sentido y para imponerlo como si fuera producto de la naturaleza o la ley divina. 


Sin embargo, el concepto de normalidad cambia según las culturas y las generaciones. Lo que es "normal" para mí, no lo es para mi abuela. Las normas son diferentes según donde hayas nacido: por eso lo que es “normal” para una mujer europea, puede no serlo para una niña saharaui o para una anciana japonesa. 


Cada comunidad tiene sus costumbres, cosmovisiones, tradiciones, creencias y supersticiones, cada religión tiene sus mandamientos, cada pueblo establece sus propias normas.


La normalidad varía no sólo según las zonas geográficas, sino también según las épocas históricas, la clase social, la etnia, el género.... y las circunstancias personales. Cada uno de nosotros tiene una idea particular de cosas que son "normales" y cosas que no lo son. 


Nos obligan a “normalizarnos” para que nos reprimamos y nos disciplinemos, y sigamos la senda marcada: el coste de ser uno mismo o una misma en esta sociedad es demasiado alto. Por eso todos y todas llevamos una máscara social y simulamos que estamos completamente adaptados a la norma, aunque la realidad es que nadie se adapta de un modo total y absoluto. 


Prueba de ello es que, como nos contaba Foucault, el sistema tiene que vigilar, controlar y castigar a la población constantemente para que no nos desviemos de la norma. 


En general, nos cuesta más asumir normas que nos han sido impuestas, y nos cuesta menos aceptarlas cuando participamos en su elaboración y aprobación. Por eso al poder le cuesta tanto imponer las suyas, y por eso invierte tanto dinero y energía en los sistemas represivos y de control. 


En la posmodernidad sólo se nos permite la transgresión a un nivel estético. Nuestras jerarquías son una gran fuente de violencia y sufrimiento, pero solo nos atrevemos a innovar en el ámbito de la imagen, la moda y del consumo. 


Otras normas son posibles, otra normalidad es posible: ¿cómo podríamos cambiarla? 


En primer lugar, desalojando al policía patriarcal que llevas dentro de ti y con el que te juzgas a ti mismo/a, y a los demás. Cuando dejas de preocuparte por encajar en la sociedad, entonces te liberas a ti y también liberas a los demás, para que puedan ser ellos mismos y ellas mismas.


El limite a la libertad ya sabemos cuál es: tu puedes ser como quieras, siempre y cuando no abuses del resto, y no hagas daño a los demás.


En segundo lugar, tenemos que asumir colectivamente que la normalidad es un asunto político, que solas y solos no podemos, y que necesitamos a los demás para cambiar las normas y para cambiar nuestra realidad. 


Y en tercer lugar, trascendiendo lo estético y llevando a cabo una revolución ética que realmente sea transformadora, y a partir de la cual podamos inventar nuevas normas.


La revolución no está en la imagen que ofrecemos ni en nuestro aspecto físico, sino en los cambios personales que haces para intentar ser mejor persona, y en los cambios sociales que hacemos juntas para transformar nuestras formas de relacionarnos y de organizarnos económica, sexual y afectivamente. 


Que no se nos olvide que las mejores normas son las que elegimos y establecemos nosotros y nosotras en comunidad, no las que vienen impuestas por los grupos de hombres con poder. 

Otras normas son posibles, otras realidades son posibles.

Coral Herrera Gómez



Este artículo fue publicado en la Revista Valors, número 226

con el título:

“La normalitat, un assumpte polític”



Según el Diccionario de María Moliner: Norma

"Regla sobre la manera como se debe hacer o está establecido que se haga cierta cosa: "La provisión de cargos está sujeta a ciertas normas". 

Norma general. Norma de conducta. 

Uso, costumbre: "Las normas sociales varían de un país a otro". Conjunto de las reglas de fabricación de un producto destinadas a estandarizar y a garantizar su funcionamiento, seguridad, evitar efectos nocivos, etc."

Según la RAE, Normal es:

1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
2. adj. Que sirve de norma o regla.
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.


Normalizar es: 
1. tr. Regularizar o poner en orden lo que no lo estaba.
2. tr. Hacer que algo se estabilice en la normalidad. Normalizar políticamente.
3. tr. tipificar (‖ ajustar a un tipo o norma).





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3 de junio de 2024

Coral Herrera en México



Dentro de unos días voy a estar en Ciudad de México, invitada por Romina Sacre, al Aniversario de Sensibles y Chingonas y a la inauguración de su espacio presencial. 

El taller dura 8 horas, puedes elegir el sábado 15 de junio o el domingo 16 de junio, 

puedes venir sola o con tus amigas, ¡te esperamos!


Aquí tienes toda la información y el botón para inscribirte

¡no te lo pierdas que solo hay 30 plazas! 


Gira la Revolución Amorosa 2024

31 de mayo de 2024

Coral Herrera en Madrid: Feria del Libro



Como todos los años, me han invitado a firmar en la Feria del Libro de Madrid, el domingo 2 de junio a las 12 horas en la caseta 105, ¡veniros!

Después toca Sabadell, Malaga y Ciudad de México, 

aquí puedes ver  todos mis eventos de la gira 2024 💜

30 de mayo de 2024

Feminismo en casa: cómo hacer la Revolución Amorosa en familia




La Revolución empieza en casa. Si estás hasta el moño de que tu familia te trate como a una sirvienta, en este post te cuento cómo llevar el feminismo a tu hogar, y cómo poner en práctica la Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados. 

Llevar la utopía a la práctica no es una tarea fácil, sobre todo cuando tus hijas e hijos se han acostumbrado, igual que tu marido, a recibir cuidados sin darlos, y a vivir como reyes s tu costa. 

No es fácil porque los miembros de tu familia no quieren que nada cambie: viven de lujo así, aunque tengan que soportar a veces tus estallidos de rabia y frustración. Les compensa recibir broncas y soportar tu malhumor, y estar todo el día en pie de guerra.

Pero tu Salud está en juego: el agotamiento y el rencor contra los que abusan de nosotras nos acaba enfermando a nosotras. Nos medican para que aguantemos, pero estamos hartas de aguantar. 

¿Por donde empezar? Mi propuesta es que convoques a tu familia a una asamblea, y que sea una reunión libre de pantallas y dispositivos. 


Aquí los pasos para celebrar la primera Asamblea Familiar:

1) Toma de conciencia: Lo primero es expresar como te sientes sin que nadie te interrumpa. Evita los reproches para que no empiecen a defenderse: es más efectivo tratar de generar empatía contando cómo te sientes, y explicando qué necesitas para sentirte mejor. 

Es importante explicar al final que no eres la única, que somos millones de mujeres en todo el mundo en la misma situación. Tu pareja, tus hijos e hijas y demás miembros de la familia tienen que darse cuenta de la injusticia social que supone la explotación doméstica que sufren las mujeres en todo el mundo. El mejor indicador para que entiendan lo que sucede es el del tiempo libre: en todo el mundo los hombres tienen el doble de  tiempo libre que las mujeres, y las mujeres sufren doble jornada laboral.

Se estima que las mujeres que son madres solo tienen una hora libre de tiempo al día, y además la mayoría no tiene derecho a permisos por enfermedad, días de descanso y vacaciones, ni salario. Tienen que comprender que el agotamiento no solo causa mal humor, también tiene un fuerte impacto en tu salud mental, emocional y física. 

Después de analizar el contexto mundial, toca aterrizar y plantearse en grupo: ¿cuánto tiempo libre tenemos cada miembro de la familia, y cómo podríamos hacer para que todos disfrutáramos del mismo número de horas para descansar y disfrutar de la vida? 

Y aquí es cuando es necesario debatir sobre cómo podemos abolir la monarquía patriarcal para sustituirla por una democracia asamblearia. 

Lo más importante es que tus seres queridos se planteen conjuntamente las estrategias para liberar a mamá de su papel de criada, y lograr que tenga todos sus derechos garantizados.

Al final de este primer paso todos y todas deben tener claro que cuando los cuidados no son mutuos, es explotación emocional y doméstica. 

Y que hay que abandonar las estructuras de abuso con las que nos relacionamos, porque los valores del capitalismo y el patriarcado están basados en los privilegios masculinos, el individualismo, la dominación, la acumulación, las jerarquías de poder y las guerras.

La revolución amorosa pretende sustituir estos valores por los del feminismo, el ecologismo, el pacifismo y los derechos humanos fundamentales: apoyo mutuo, cooperación, empatía, solidaridad, igualdad, libertad, paz, trabajo en equipo y compañerismo.


2) Soluciones

Aquí nos ponemos en plan práctico  y lanzamos la pregunta: ¿cómo cuidamos la familia entre todas, y cómo podemos mejorar nuestro hogar?

Es posible que los miembros de tu familia te propongan explotar a una mujer más pobre que te sustituya a ti y cobre poco dinero, pero esta no es una solución feminista. Lo que queremos es erradicar la explotación, no que tú te liberes explotando a otra mujer, y que los demás miembros de tu familia sigan viviendo como si fueran hijos de faraones.

La solución entonces es repartir las tareas de un modo equitativo e igualitario, de manera que cada miembro de la familia, según su edad y capacidades, aporte y colabore. 

En un hogar feliz, se practica la comunicación no violenta, todos dan y reciben cuidados, todos tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones y nos prestamos apoyo mutuo. 


3) Cambios: este es el momento para plantearse: 

¿Qué cambios tenemos que hacer cada uno para transformar esta familia?, ¿qué necesitamos para vivir mejor?

Lo primero es que todos los miembros de la familia aprendan a cuidarse a sí mismos, empezando por el  marido, que tiene que hacer autocrítica amorosa y dar ejemplo. Los discursos sobre la igualdad no sirven de nada si los hombres adultos de la casa no dan ejemplo. Ellos son los que tienen que empezar a tratar a sus parejas como compañeras, y renunciar a sus privilegios masculinos.

El siguiente paso es que todos aprender a cuidar a su gente querida y los espacios que habitan, y para esto hay que entrenar a diario, y tomar plena conciencia de que todos y todas somos responsables del bienestar familiar y del funcionamiento del hogar. 

Los niños que se crian en un hogar feminista no necesitarán una criada cuando logren conquistar su autonomía y las niñas no querrán ser las criadas de nadie cuando sean adultas. Si te ven a ti defendiendo tu derecho a recibir cuidados, y tu derecho a tener tiempo libre para descasar y divertirte, ellas también lo harán. Si no abusan de ti, es más probable que tampoco abusen de los demás cuando se independicen y se hagan adultos.

Nosotras también tenemos que hacer cambios mientras llevamos el feminismo a nuestro hogar. Por ejemplo, tenemos que tomar conciencia de que el poder que sentimos llevando el control de todo y siendo imprescindibles para todos, en realidad nos esclaviza. Es una trampa del patriarcado. Por eso hay que aprender a soltar: nosotras no nacimos para ser policías, ni carceleras. Este papel de capitana del hogar nos convierte en sirvientas. 

No es fácil cambiar, pero se puede: se vive mucho mejor en estructuras horizontales e igualitarias basadas en el trabajo en equipo, y esta es en realidad la única manera de criar personas autónomas, solidarias , responsables y comprometidas. 

Y es también la única manera de cuidar tu salud y de procurarte a ti misma una Buena Vida. 


4) Eaboración del Pacto de Cuidados Mutuos y firma de el Contrato Amoroso:  ha llegado el momento de juntarse y ponerse a escribir. 

No se os olvide que para cualquier ser humano es más fácil cumplir con las normas en cuya creación ha participado, que cumplir con las normas impuestas por otros.

En esta fase del proyecto revolucionario se establecen las normas de convivencia, y se reparten las tareas equitativamente. 

Poned todo el tiempo el foco en cómo vamos a cuidar el ambiente y la atmósfera familiar, cómo vamos a expresar nuestras emociones y cómo vamos a resolver los problemas sin hacernos daño. 

También hay que establecer la periodicidad de las asambleas familiares, y la forma de evaluar si los pactos se están cumpliendo y si el proyecto está funcionando. En estos espacios es importante que todos y todas podamos contar cómo nos estamos sintiendo, y qué necesitamos para estar mejor, y cómo podríamos mejorar el proyecto. 

Se trata de poner en el centro el Bien Común y el Buen Vivir, y aplicar la ética del amor y la filosofía de los cuidados a vuestra vida cotidiana. Se aprende tomando conciencia, practicando la autocrítica amorosa, y entrenando día a día.


5) Celebración: hay que celebrarlo con una buena fiesta, repartiendo las tareas para organizar el evento entre todos y todas, y poniendo en marcha el Pacto de Cuidados. Buena comida, música y baile: empieza una nueva etapa en vuestras vidas.

Parece fácil así planteado, ¿verdad?

Pero, ¿qué hacer si los miembros de tu familia no quieren cambiar, o dicen que van a cambiar pero te toca a ti estar detrás de ellos para que cumplan sus acuerdos? 

Mi consejo es que apliques las estrategias de lucha de la clase obrera, incluida la huelga general. Y si nada sirve, amenazas con que te vas. Y si no te creen, vete unos días a casa de tu amiga. Y al final haces lo que hacen muchas mujeres, cada vez más: demanda de divorcio al canto.

Piensa que en esta batalla no estás sola: todos los días todas las mujeres protestan y luchan en sus hogares contra el abuso, la explotación y la violencia. En todo el mundo. En todas las casas. Lo mismo las que son feministas que las que no lo son: la lucha por los buenos tratos, la justicia y los derechos humanos de las mujeres tiene siglos de Historia y es universal. 

Apoyaté en otras mujeres, y busca más familias revolucionarias, verás que las transformaciones son contagiosas, y que es posible llevar la utopía a la práctica. Tú y todas las mujeres del mundo tenemos derecho a vivir una Buena Vida. 

Coral Herrera Gómez 


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Si tú también estás haciendo la Revolución Amorosa y quieres sentirte acompañada, 

 ¡vente con nosotras al Laboratorio del Amor! 

25 de mayo de 2024

Eventos de Coral Herrera en Junio



En Junio voy a estar en Madrid, Málaga, Sabadell y Ciudad de México,

 aquí tienes todas las convocatorias:


MADRID


día 2, domingo
Hora: 12 a 14 horas
Firma de ejemplares en la 
Feria del Libro de Madrid, 
Caseta 105 Editorial Catarata



SABADELL 





día 4, martes

“AMOR DEL BUENO: CÓMO LIBERAR AL AMOR ROMÁNTICO 
DE LA VIOLENCIA Y EL MACHISMO”

Organizado por: Escola de Gènere
Hora: de 18.30 a 20h
Dónde: Casal Pere Quart
Ubicación: Rambla, 69




MÁLAGA 
día 7, viernes





Día: viernes 7
Hora: 10 a 13 horas
Dónde: Cine Albéniz
Orgniza: Área de Igualdad del Ayuntamiento de Málaga







CIUDAD DE MÉXICO 
dia 14 y 15




Donde: Estudio Agosto
Ubicación: Av. Río Mixcoac 39-5.
Credito constructor
Benito Juárez, CDMX



Y en agosto, ¡voy a Colombia! 

días 22-28 
Bogotá y Villavicencio


Pronto todos los detalles
Organizado por: Puenteras Mujeres




16 de mayo de 2024

Coral Herrera Gómez Blog

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