Mostrando entradas con la etiqueta Ética Amorosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ética Amorosa. Mostrar todas las entradas

8 de agosto de 2025

¿Cómo tratas a tus pretendientes?


Uno de los dilemas éticos más importantes a los que nos enfrentamos en el ámbito del amor y las relaciones de pareja es cómo tratamos a los hombres y a las mujeres que se sienten atraídos por nosotras/os.

Este dilema lo tienen igual las personas solteras que las que están emparejadas o casadas: ¿qué hacer cuando alguien se ha enamorado o se está enamorando de tí, y tú no?

Bueno, en un mundo simple y sencillo te sientas a hablar con franqueza con la otra persona y le dices con honestidad que tú no te has enamorado o no sientes lo mismo, y que no estás en el momento de querer formar una pareja. 

Suena fácil, ¿verdad? Pero la realidad es más compleja. 

Si la otra persona no te ha hablado de sus sentimientos ni ha expresado su amor, pero tú notas que está muy enganchada/entusiasmada/fascinada contigo, ¿cómo le dices que tú no le correspondes?

Si la otra persona finge que estáis construyendo "solo" una amistad, aunque sea "especial" o "intensa", entonces la cosa se complica. 

Hacer como que no está pasando lo que está pasando no ayuda en nada.

Lo que sí nos puede ayudar mucho es hacernos estas dos preguntas:

1) ¿cómo me gustaría que me trataran a mí si yo estuviera en su lugar?

2) ¿será que me gusta tener pretendientes y disfruto sabiendo que sufren por mí?


Porque tener pretendiente(s), no sólo nos sube la autoestima, también nos hincha el ego, aumenta nuestro prestigio y nos da mucho poder.

Vivimos en una cultura en la que unas personas valen más que otras. En la jerarquía las personas con más poder son las que tienen gente a su servicio, y las que pueden usar a los demás a su antojo. Conquistar corazones no solo aumenta nuestro valor, también nuestro rango dentro de la jerarquía social. Por eso hay hombres y mujeres que se sienten superiores a los demás y hasta presumen de ello, porque les encanta despertar la admiración y la envidia de los demás.

A las niñas desde pequeñas se les enseña que su valor reside en su atractivo sexual y su belleza, y a los niños se les enseña que las mujeres son objetos a través de los cuales puedes demostrar lo macho que eres. El patriarcado les dice: cuantas más mujeres te deseen, cuanto más se peleen por ti, cuanto más compitan entre ellas por ti, más deseable y viril pareces. 

El mensaje para las mujeres es: cuanto más deseo despiertas, más ganas tienen los machos de llevarte a la cama, y más posibilidades tienes de enamorar al mejor (al más guapo, al más fuerte, al más inteligente, al más rico, etc)

La gente más egocéntrica e insensible no tiene ningún tipo de empatía por sus enamorados/as: coleccionan pretendientes como si fueran cosas, y les importa muy poco si sufren.

La mayoría se justifica afirmando que el problema no es suyo, sino del que se ha enamorado. Pero aquí la responsabilidad es compartida: es un problema de ambos. Y también es un problema colectivo, porque genera muchísimo sufrimiento.

Si alguna vez has estado con alguien que ha jugado con tus sentimientos o te ha utilizado para sentirse deseado/a o amado/a, sabes de qué te estoy hablando. Es muy doloroso estar intentando seducir a alguien que no quiere nada contigo, pero que no lo deja claro y siempre abre una puerta o una ventana a la esperanza.

¿Cuántas veces has escuchado que la esperanza es lo único que se pierde? Este dicho popular es un mecanismo para mantener a la gente de rodillas y sufriendo durante meses o años. La realidad sin embargo es que si alguien no se siente fascinado y no se enamora de ti al principio, es muy difícil que se enamore más adelante.

Es una pérdida de tiempo horrible amar a quien no te corresponde. Las personas que peor lo pasan son las que sufren de dependencia emocional: si se enganchan a alguien se someten a la otra persona y se conforman con migajas. Muchos esperan ser recompensados/as porque en muchas películas románticas el que ama "de verdad" y sufre mucho, al final obtiene su premio. 

¿Cuantas pelis has visto basadas en el esquema "al final él se dio cuenta"? Una de las dos personas se enamora locamente y tiene que pasar toda la trama esperando a que la otra persona "se de cuenta" de que él o ella es el amor de su vida.

Y siempre los finales son felices: "el que la sigue, la consigue"

En estas "tramas románticas" a nosotras generalmente nos toca esperar, y a ellos les toca insistir y acosar.

Hay gente que es capaz de estar años esperando o acosando. 

El engaño es doble: nos engañamos a nosotros mismos y nos engañan haciendonos creer que en algún momento puede suceder el "milagro romántico". La otra persona no quiere nada pero nos engaña haciendonos creer que sí que podría haber algo, y nosotras/os nos engañamos también y nos aferramos a la esperanza. Cada gesto, cada palabra de la otra persona, alimenta ese estado de esperanza, que puede alargarse meses o incluso años. 

Esta falta de reciprocidad somete al enamorado o enamorada: cuanto mayor es la dependencia emocional y el autoengaño, más sumisos son.

Para la persona amada es muy cómodo vivir así, con uno o varios pretendientes pendientes de sus necesidades y sus deseos, pero para la otra persona puede ser un infierno. Especialmente cuando su gente querida trata de abrirle los ojos y hacerle ver que está siendo utilizado/o.

Duele mucho cuando dentro de tu corazón estás convencida de que es una cuestión de tiempo y que el final va a ser feliz. Y cuesta mucho aceptar: cuanto más fantaseamos con la relación, más dura nos resulta la realidad. 

Mucha gente cree que si es complaciente, generosa y entregada logrará tarde o temprano conquistar el corazón del amado o la amada, porque nos hemos creído el mito de que el amor lo puede todo, y el mito de que tenemos poder para cambiar a quienes amamos.

Y es que muchas veces no se trata tanto de un tema de amor como de poder: las y los pretendientes también usan sus armas para dominar al amado, para manipularlo y para chantajearlo. Así empiezan muchas relaciones tóxicas y violentas, cuando intentamos domesticarnos mutuamente y batallamos para llevar a la otra persona a nuestro terreno.


¿Cómo evitar el sufrimiento cuando la relación no es recíproca?

Si estás enamorada y no te corresponden:

Sé humilde y aceptaló con deportividad. No insistas, no acoses, no te victimices: si no te aman, no te aman.

Si tienes pretendientes enamorados de ti:

No seas ambigüo, busca la claridad, usa la asertividad, controla tu ego, y sé honesto/a.

No es suficiente con ser sincero/a: "yo nunca le dije que sentía lo mismo", "yo nunca le hablé de amor", "yo siempre dejé claro que era una amistad"

Además hay que ser buena persona y ahorrarle todo el sufrimiento posible a los demás. 

Las personas no son objetos que podamos coleccionar, ni son esclavos a nuestro servicio: no es justo que alimentemos y sostengamos una relación con alguien que tiene unos sentimientos y emociones muy intensos hacia nosotros. 

No es justo porque lo que a ti te resulta cómodo a la otra persona puede resultarle muy doloroso.

Si no quieres nada con alguien que está enamorado/a de ti, entonces lo mejor es distanciarse durante un tiempo. Porque cuando hay atracción sexual y sentimientos románticos es imposible construir una amistad.

Y todos lo sabemos: solo podemos construir una relación bonita cuando todo es mutuo, y cuando las dos personas queremos lo mismo. En una relación desigual que genera sufrimiento no se puede construir nada. No es justo usar a alguien y jugar con los sentimientos de los demás para tú sentirte un dios o una diosa.

Piensaló: en realidad nadie necesita tener pretendientes. Nuestro valor como personas reside en nuestra bondad, nuestra integridad, nuestra honradez, nuestra forma de estar y de relacionarnos con los demás. No necesitamos personas esclavizadas por amor, no necesitamos aduladores, ni fans, ni siervos a nuestra disposición. 

Cuando hablamos de poner los cuidados en el centro, nos referimos a esto: hay que cuidar a la gente y asumir la responsabilidad que tenemos en todas nuestras relaciones. 

Si te toca ser la persona enamorada te toca ejercer la honestidad, ser realista para evitar el autoengaño, y poner en práctica el Autocuidado.

Si no eres correspondida no insistas: debes alejarte de la otra persona para no sufrir, al menos hasta que tu deseo y tu enamoramiento se diluyan o desaparezcan.

Es una cuestión de ética: somos responsables del sufrimiento que sentimos y del que generamos a los demás. Somos responsables de lo que hacemos, lo que decimos, y de los vínculos que creamos con los demás.

A veces hay que decirse adiós con mucha pena, pero creo que no hay otro modo de tratar bien a la gente y de evitar el sufrimiento en las relaciones sin reciprocidad. 

Coral Herrera Gómez


Artículos relacionados: 




15 de julio de 2025

Humillar a tu novia el día de su boda no es gracioso y no es romántico, es maltrato

 


Alucino cuando me encuentro vídeos de bodas en las que los hombres humillan públicamente a las mujeres con las que están casando. Alucino con la gente que se ríe y aplaude cuando las tiran a una piscina para estropearles el vestido y el maquillaje, o cuando hunden sus rostros en tartas nupciales, o las rocían enteras con champán, o las sacan las bragas en público. 

Humillar a la gente para divertir a los demás es una forma de maltrato, y es violencia.

Humillar a las mujeres en el día de su boda no es gracioso ni es romántico, es violencia machista. Publicar y difundir esas humillaciones en redes sociales es violencia también. 

La única forma de que las mujeres dejen de ser humilladas en sus propias bodas es que nadie les ría las gracias y nadie les aplauda, que no se compartan sus vídeos y que todo el mundo se les eche encima para mostrar su rechazo. 

Si los hombres se comportan así no es solo para hacer reír a los demás, sino también para mostrar su superioridad , su fuerza y su poder. Y si les aplaudimos, lo más probable es que el día de su boda no será el único día que humillen públicamente a sus esposas. Habrá muchos más días. 

Y lo harán también con sus propios hijos e hijas. Ridiculizar y burlarse de la infancia es uno de los deportes nacionales favoritos de millones de personas adultas, que ahora también graban las humillaciones y las difunden en redes sociales.

La única manera de que dejen de hacerlo es dejar de reírles las gracias, dejar de aplaudir, de darle al “me gusta” y de compartirlo en redes. 

Los hombres solo dejarán de ridiculizar a las mujeres y a la infancia en cuanto se den cuenta de que a la gente no le hace gracia y sientan que no tienen apoyo de ningún tipo.

Posdata: 🚩Amigas esto es una red flag y es más grande que una catedral.

Coral Herrera Gómez


Artículos relacionados: 




Ya tengo mi propio canal de Whatsapp, 

podéis uniros aquí para estar al tanto de las novedades en mi blog, 

mis giras, mis libros, vídeos y podcast:  

https://whatsapp.com/channel/0029VbB0ExQ9mrGlaJdIeh1d



6 de junio de 2025

Convertirte en lo que más odias



Si, también te puede pasar a ti. Una de las peores pesadillas para los humanos es convertirnos en aquello que odias, o acabar siendo igual que tu peor enemigo. A veces ocurre que lo que más odias en alguien es algo que también tienes tú dentro, pero no lo ves. El otro es un espejo de tu interior y no siempre tenemos la lucidez para darnos cuenta de que si algo nos provoca mucho rechazo es porque lo llevamos en la mochila que todos cargamos. Pienso en los niños maltratados por curas que acaban convertidos en curas maltratadores, en la hija adolescente que acaba tomando las mismas malas decisiones que su madre, en la nuera maltratada que se convierte en suegra maltratadora. Pienso en todas las cosas que heredamos de los abuelos y los padres, y en cómo hay gente que es capaz de cortar con la cadena que se transmite de generación en generación, y otra que no lo logra jamás.

Pienso también en el pueblo judío, que vivió el horror del nazismo y cuyos mandatarios están replicando el infierno que vivieron sobre el pueblo palestino con el mismo odio con el que ellos fueron exterminados. Tras la II Guerra Mundial las naciones se comprometieron a que el Holocausto no se repitiera nunca más, y todos los años se celebra la conmemoración de Auschwitz con discursos bonitos sobre la libertad y los derechos humanos. Este año se celebró una vez más, mientras los bebés, los niños y las niñas palestinas escapaban de las llamas después de un bombardeo. Heridos, mutilados, huérfanos, muertos de miedo… en este año, más de cincuenta mil niños y niñas que han nacido en guerra y van a morir o han muerto en guerra. Tampoco sus madres y padres han conocido la Paz: llevan desde 1948 sufriendo la colonización, el odio y la violencia de los gobiernos israelíes y de gran parte de la población israelí.

¿Qué es lo que ocurre para que una víctima llegue a convertirse en victimaria, y cómo evitarlo? A nivel personal no tenemos herramientas para tomar conciencia y para trabajar en nosotros mismos todo aquello que odias en los demás. Tienes que mirar dentro, a un nivel muy profundo, para conocerte bien y enfrentarte a tus luces y a tus sombras. Mucha gente nunca hace ese viaje al interior porque siente miedo y porque es más fácil autoengañarte y fantasear con un yo idealizado que siempre te gusta más que tú yo real. Nos construimos con relatos, y poca gente es capaz de ser honesta consigo misma.

Hay que ser muy valiente para reconocer todo aquello que no te gusta de ti y que quisieras cambiar.

Y hay que tener la capacidad de hacer autocrítica amorosa, identificar todo aquello que te hace sufrir y hace sufrir a los demás, y guiarte por los principios de la ética para ser mejor persona.

Pero este trabajo requiere un esfuerzo. Lo más fácil es creer que porque tú has sufrido mucho los demás también tienen que sufrir. O creer que tú siempre tienes la razón, que los demás están equivocados. O perder por completo la empatía y vivir creyendo que tienes derecho a aplastar, explotar, humillar y aniquilar a tus enemigos porque eres superior a ellos.


A nivel colectivo no tenemos herramientas tampoco. Pese a los esfuerzos que han hecho muchos colectivos judíos por la Paz, y las manifestaciones masivas en contra del Genocidio que hemos visto en Tel Aviv, la gran mayoría cree que ellos son el pueblo elegido por Dios, y que eso les da derecho a odiar y a echar del territorio a quienes no son ellos. Creen firmemente que Dios está de su lado y apoya el exterminio. Y como la Fe es irracional, son incapaces de cuestionar a sus líderes religiosos y políticos. Por eso hacen vídeos de TikTok disfrazándose de palestinos y riéndose de sus víctimas, bailando sobre los cadáveres, besando y firmando las bombas que van a matar niños, e incluso se ha puesto de moda hacer turismo para ver cómo caen las bombas.

Lloran con la película de La lista de Schlinder y con los relatos de sus abuelos y abuelas, supervivientes de los campos de concentración. Pero brindan tras cada masacre y sueñan con poder ir pronto de vacaciones al resort de Gaza, cuando esté “limpia” de enemigos.

Todos llevamos un pequeño Hitler en nuestro interior, pero lo reprimimos para poder convivir con los demás. Los límites de nuestro poder los marcan los demás, y también las leyes que regulan la conviviencia. Por eso criar a un niño egocéntrico, sin límites y sin tolerancia a la frustración puede convertirlo en un adulto monstruoso.

Cuando los pequeños Hitlers pierden los complejos, se atreven a dar la cara, y conquistan el poder, los convertimos en ídolos. Porque a todos nos gusta el poder, todos queremos dominar nuestro entorno, y lo ejercemos en casa, en la familia, en el centro de trabajo. No hay más que ver a los chavales de ultraderecha el día que se ponen el uniforme de guardia de seguridad, y se enfundan una pistola en la cadera. Se sienten súper poderosos, aunque no cobren ni el salario mínimo.

En el otro extremo están los que sí llegan a tener poder sobre la vida de millones de personas y disfrutan haciendo daño. Trump, Musk, Milei, Aznar, Ayuso… si ellos están ahí destrozando y ejerciendo violencia contra la población con total impunidad es porque el sistema democrático no tiene mecanismos de autodefensa para la población. Nos dicen que la soberanía reside en el pueblo, pero no podemos destituir a los tiranos ni a los violentos. Sólo podemos salir a la calle a protestar y esperar a que lleguen las siguientes elecciones.

Si ellos están ahí haciendo negocios en beneficio propio y atentando contra nuestros derechos fundamentales es porque muchos de sus votantes son igual que ellos. Seres dominados por el ego y carentes por completo de ética y de empatía, que es lo que nos hace humanos. Admiran a estos monstruos mutilados que hacen gala de su crueldad y se ríen en público de sus víctimas: el mundo está lleno de pequeños Hitlers, y no acabaremos con ellos mientras no nos ofrezcan en la escuela y en la cultura las herramientas que necesitamos para trabajar nuestro ansia de poder y dominación, y nuestro instinto de autodestrucción, tanto a nivel personal como a nivel colectivo. 

Si pueden hacer tanto daño es porque les admiramos, les votamos y les financiamos. Hay que cambiar el sistema político para evitar que estos matones nos lleven a la extinción, y las únicas armas que tenemos para vencer a estos monstruos son la ética, la educación y la cultura. Tenemos que aprender a defendernos de ellos si queremos un mundo mejor. 

Coral Herrera Gómez  


Artículos relacionados:

Desaprender la crueldad

La culpa, la responsabilidad y la autocrítica amorosa

¿Cómo consigues lo que quieres? Ejercicio para la autocrítica amorosa 





11 de mayo de 2025

Consultorio Sentimental de Coral Herrera

 




Si te estás enamorando,

Si te estás desenamorando,

Si estás trabajando en tu liberación,

Si necesitas compañía para trabajar en tu duelo,

Si necesitas herramientas para trabajar en tu autoconocimiento,

tu autoestima,

tu autonomía,

tu autocuidado,

Si quieres aprender las artes de la autocrítica amorosa y la autodefensa emocional,

Si quieres construir con tu pareja una relación de amor del bueno,

Si quieres separarte de tu pareja y quieres hacerlo bien,

Si quieres conocer el amor a través de las ciencias sociales y el feminismo,

Si quieres investigar los orígenes y evolución del amor romántico,

Si quieres aprender a desmontar los mitos románticos, 

Si quieres sufrir menos y disfrutar más, 

si quieres aprender a cuidar tus emociones y tus relaciones,

si quieres liberarte de tus patriarcados,

¡Este es tu curso ideal!





¿Te imaginas un curso personalizado y hecho a tu medida?

Si quieres trabajar a solas conmigo, ya puedes reservar tu fecha para tu  formación personalizada.

Tú eliges:

-  videollamada o llamada telefónica 

-  los temas que quieres trabajar

- cuántas sesiones quieres que dure tu curso

Yo te acompaño en tu proceso de  crecimiento personal y de liberación: en cada sesión (de una hora de duración) te proporciono lecturas, ejercicios y herramientas para que puedas entrenar a diario. 

 



¿Cómo funciona?

Puedes hacer tu pago por Paypal, que ahora permite pagar en 3 plazos. 

Otras formas de pago: por Bizum o por transferencia Bancaria (puedes escribirme a coralherreragom@gmail.com)

Una vez hecho el pago tendrás acceso directo a mi agenda para elegir fecha y hora,

Ya puedes apuntarte en mi web 

12 de marzo de 2025

Cómo hablar con adolescentes sobre la explotación de mujeres




Uno de los temas más difíciles para madres, padres y profesionales de la educación es cómo abordar el tema de la pornografia, la prostitución y la trata con la población adolescente.

En mis charlas y talleres yo lo abordo desde la perspectiva de la justicia social. 

Y además, creo que no hay nada más eficaz para ayudarles a desarrollar su empatía y para tomar conciencia que darles la oportunidad de escuchar a las supervivientes y que conozcan sus historias de vida. 

En las charlas de sensibilización y concienciación que impartimos en institutos y universidades, les damos cifras y datos, que son impresionantes. Les explicamos cómo funciona el negocio de los hombres que usan a las mujeres como mercancía, y quienés son los que realmente ganan dinero en el negocio que usa mujeres. A ellos les tienes que desmontar el mito de la libre elección (lo hacen porque quieren), y a ellas les tienes que desmontar el mito de la puta feliz: todo el tiempo las seducen con la idea de que es dinero fácil y es un trabajo como otro cualquiera. 

Por eso creo que escuchar a las mujeres supervivientes es la forma más efectiva para que entiendan que la explotación es violencia, y que no hay mujeres que merecen tener derechos, y otras que no merecen tener derechos. Es injusto que haya tantas mujeres sometidas a la esclavitud (laboral, doméstica, sexual y reproductiva), no es justo que los hombres puedan satisfacer sus deseos y caprichos usando unas pocas monedas y billetes. 

Desde la perspectiva de la justicia social y desde los principios elementales del feminismo, les explico que ninguna niña nace para puta, que no somos objetos, que no se puede alquilar ni comprar ni vender mujeres, que somos seres humanos, y que esto es una cuestión de derechos humanos.

Les hablo de cómo ser una buena persona y como conducirse por una ética amorosa, y de la importancia de hacer autocrítica, de cuidar su deseo para no abusar de nadie, y de cuidar sus emociones para que no hagan daño a nadie.

Les hablo de que para ser buenas personas los hombres deben dejar de aprovecharse de las mujeres más pobres, y les invito a hacer una revolución que transforme nuestras formas de relacionarnos y de organizarnos: la Revolución Amorosa.

A ellos les explico por qué es importante que aprendan a relacionarse desde el compañerismo con las mujeres. Les cuento que el amor no es una guerra, que no es necesario dominar ni someterse, que las relaciones igualitarias duran más, que no estamos condenados a sufrir, que hay muchas formas de quererse, y que el amor y el sexo son para disfrutar. 

Termino explicando que las mujeres no debemos someternos a las normas sociales ni a los mandatos de género, y que todas nosotras tenemos derecho a vivir una Buena Vida. El feminismo lucha para que la gente tome conciencia de que el mundo no puede girar en torno a los deseos, los sentimientos, los intereses, los privilegios y los negocios de los hombres. 

Porque ninguna mujer viene a este mundo a servir. Nuestra función no es la de ser sirvientas. 

Sirvientas en la Iglesia, en el Burdel, y en el Hogar.

Sivientas pariendo nuevas criaturas, 

Sirvientas limpiando su mierda 

y cuidando a sus hijos,

Sirvientas on line, chicas nuevas todos los días.

Es muy difícil combatir el discurso anti feminista hoy en día, tanto el de los progres como el de la extrema derecha, pero creedme que nada funciona tan efectivamente como permitirles escuchar la historia de mujeres reales que sobreviven a la pornografia y la prostitución. 

Os recomiendo el cómic de Alicia Palmer sobre la vida de Amelia Tinganus: Amelia: Historia de una lucha. Es una mujer superviviente que se dedica a sensibilizar y concienciar a la población sobre la violencia que sufren las mujeres. Ambas trabajaron juntas para contarle a la población adolescente y juvenil la historia de Amelia en formato cómic.

Y os recomiendo también las producciones de Mabel Lozano, que son muy buenas para concienciar sobre el tema. Si logras que tu hijo se horrorice con la industria del porno y la explotación, no tendrás que vigilarle ni castigarle: él mismo entenderá que si consume está alimentando la violencia contra las mujeres. 

Le creará probablemente un dilema ético que tendrá que resolver por si solo, como el resto de los asuntos de la vida. Tu misión es solo ofrecerle recursos y facilitar que se haga preguntas y trate de resolverlas por si mismo, conversando consigo, contigo y con sus amigos y amigas. 

Cuanto más piense y más preguntas se haga , mejor. No hay nada contra la injusticia como la toma de conciencia, la sensibilidad, la empatía y la solidaridad, y todas estas habilidades se desarrollan entrenando cada día, en la interacción con los demás. 

Y es que afortunadamente, todo en esta vida se puede trabajar.

También os recomiendo una plataforma para chicos jóvenes que se llama Broders hecha para chicos desde los 12 en adelante, un espacio seguro donde podrán hablar con expertos en temas de másculinidades.

Coral Herrera Gómez 


Material y recursos:

Cómic Amelia Tinganus

Libro: La Revuelta de las Putas, de Amelia Tinganus

Libro Ética para Celia, Ana de Miguel

Charla de Ana de Miguel en Youtube

Serie Pornoexplotación de Mabel Lozano

Documental AVA de Mabel Lozano

Entrevista a Sonia Sánchez, superviviente

Entrevista a Marina Marroquí

Ni Zorras Ni Héroes. Guía para trabajar el consumo de pornografía en menores





3 de octubre de 2024

¿Cuál es el insulto que más te ha dolido en la vida?

 




 

Hoy os invito a tomar conciencia sobre esta forma de violencia psicológica y emocional tan común. 

¿Te has preguntado alguna vez para qué sirven los insultos? Los usamos para expresar nuestra ira, y para iniciar una pelea mediante el ataque personal. El impacto que tiene en la persona que los recibe es brutal: van directos al corazón, destrozan su autoestima, dañan su prestigio y su imagen social. Los que más duelen son los que van acompañados con un tono de desprecio y asco, y están destinados a provocar en la víctima una reacción emocional brutal: ira, tristeza, rabia, vulnerabilidad. 

Es un mecanismo muy eficaz para manipular: si te dicen que eres una inútil, estúpida, retrasada, gorda, fea, histérica, vieja, loca, es para hacerte sentir insegura, para hundirte emocional y psicológicamente, y también para someterte. Por eso los hombres machistas usan tanto los insultos “zorra” y “puta” contra sus parejas: para ellos no hay una categoría social más baja y denigrante. Saben que duele mucho, y que puede que reacciones atacando con otro insulto, o que te quedes paralizada y llorando: lo que pretenden es destrozarte por dentro. Son una forma de castigo, y  aunque luego nos pidan perdón, el daño ya está hecho y permanece dentro de nosotras durante mucho tiempo, a veces toda la vida. 

Los insultos que más duelen son los que recibimos de gente cercana y de gente querida: padres, madres, hijos, pareja… y son la línea roja que jamás deberíamos traspasar.  Cuando le pierdes el respeto a la otra persona, empieza el maltrato. 

Es el momento en el que hay que romper una relación, sin embargo hemos normalizado tanto la violencia psicológica y emocional, que no lo consideramos agresión, sino una forma de expresar libremente nuestro enojo. Creemos que con pedir disculpas después alegando que estábamos enfadados o nerviosos es suficiente. Y nos enfadamos si la otra persona expresa su dolor: “eres muy susceptible”, “qué exagerada, no era para tanto”, “era una broma”, “eres hipersensible, no se te puede decir nada” 

Es muy difícil reparar el daño que nos causa en el corazón, y por eso muchas relaciones se van deteriorando hasta que se rompen. No sucede así en las relaciones de subordinación en las que las víctimas no pueden salir de ella porque son dependientes (de sus padres y madres, de sus maridos, de sus jefes)

Cuando no puedes escapar, no te queda más remedio que aguantar y soportar. Y cuando nos repiten muchas veces que somos tontas, que somos feas, o que no valemos para nada, nos lo acabamos creyendo: el impacto que tiene en nuestra personalidad es enorme. Sin autoestima es muy difícil defenderse a una misma: muchas víctimas de violencia machista acaban creyendo que se merecen el maltrato y los insultos de su pareja, y que ellos las hacen daño porque las quieren de verdad.

¿Cuál es el insulto que más te ha dolido en la vida, y cuánto tiempo te ha acompañado el dolor?

Coral Herrera Gómez


Artículos relacionados: 


















15 de agosto de 2024

Si no te enamoras y tu pareja sufre



Una de las cosas que más me costó aprender en la vida es que si no estás enamorado o enamorada, y tu pareja lo está pasando mal, hay que dejar la relación. A mí este consejo me habría venido súper bien, porque me ha tocado estar en ambos lados: no solo sufrí por la falta de reciprocidad, también he hecho sufrir porque no me enamoraba.

La honestidad es fundamental para que funcione una relación, y está muy bien ser sincero/a con tu pareja, pero no puedes aprovecharte de ella. Si tú no sientes lo mismo, juegas con ventaja. Lo más cómodo del mundo es dejarse querer, pero no es justo.

No podemos olvidar que cuando no alguien no se siente correspondido/a, inevitablemente sufre. 

Cuando la pasión no es mutua, hay gente que se resigna y se conforma con las migajas del amor, pero es por falta de autoestima, y porque nos han hecho creer en los milagros románticos y en la cultura del aguante, del sacrificio y del sufrimiento.

Sin embargo, en algún momento todos y todas protestamos cuando no nos sentimos cuidados y queridos. Aunque aceptemos que nuestra pareja no quiera vínculos románticos con nosotras, nos cuesta mucho no caer en la trampa de exigir o mendigar amor. Aunque sepamos que la otra persona no quiere comprometerse afectivamente, nos cuesta mucho reprimir nuestras emociones, y renunciar al deseo de ser amados. 

En nuestra cultura se asume que es la persona enamorada la que debe de dar el paso para romper la relación. Pero lo cierto es que cuesta mucho por el autoengaño, y porque cuando estamos muy cegados por el amor no perdemos la esperanza de que la otra persona al final se enamore. 

Yo me di cuenta de que cuando no te enamoras y tu pareja está sufriendo mucho, una debe asumir su responsabilidad afectiva y dejar la relación para que no se prolongue el calvario romántico. 

Es cierto que no es fácil dejar a alguien que te gusta, con la que conectas súper bien en la cama y fuera de ella, con la que te diviertes y te gusta compartir tiempo, pero también es cierto que es doloroso ver sufrir a alguien por ti. Y los reproches, las peleas, los llantos y el sufrimiento pueden llevaros a una relación tóxica de maltrato mutuo.

Si no tenéis las mismas ganas, si no hay el mismo nivel de intensidad emocional, si la relación está desequilibrada, el sufrimiento está asegurado. 

Asi que para ahorrarte sufrimiento a ti y a tu pareja, lo mejor es sentarse a hablar para valorar si se dan las condiciones para quererse bien. Y si no se dan, es mejor deshacer el lazo y que cada uno siga su camino.

Para que todos y todas podamos disfrutar del sexo y del amor, el deseo y los sentimientos tienen que ser recíprocos, y los cuidados deben ser mutuos. 

Coral















21 de julio de 2024

Ellos buscan sirvientas, nosotras buscamos compañeros



Los hombres van buscando mujeres del pasado, las mujeres vamos buscando a los hombres del futuro. 

Ellos buscan sirvientas, nosotras buscamos compañeros.

Por eso es tan difícil hoy en día encontrarnos y juntarnos para disfrutar del sexo y del amor. Nosotras no vamos a dar ni un paso atrás: os toca a vosotros avanzar.


No hay nada más frustrante que la búsqueda del príncipe azul moderno y la princesa rosa tradicional.

Los hombres buscan mujeres sin pasado, virgenes, puras, complacientes, sumisas, discretas y obedientes. Quieren mujeres que ejerzan de mamás, de niñeras, cuidadoras, asistentas, secretarias, enfermeras, cocineras, limpiadoras, psicólogas, cuidadoras que sepan llevar un hogar como Dios manda. 

Quieren un freno de mano y una carcelera que les deje escaparse de vez en cuando. Quieren mujeres perfectas que cuiden a cambio de nada, y no las ncuentran. 

Quieren que la mujer perfecta no envejezca jamás, que lo haga todo con amor y ternura y alegría, que no proteste, y que además tengan tiempo para trabajar fuera de casa, y para cuidar su línea y mantenerse delgadas y eternamente bellas. 

La súper mujer que puede con todo es un mito muy potente, pero el día tiene 24 horas, y no se puede ser la mejor profesional, la mejor esposa, la mejor madre, la mejor hija, la mejor vecina, y la mejor ama de casa. Vivimos agotadas y empastilladas tratando de llegar a todo.

Es imposible cumplir con el rol asignado por el patriarcado y por el capitalismo de una forma total y absoluta, y a los hombres les frustra mucho no poder encontrar una mujer que se entregue a la causa del matrimonio y de la familia feliz, que trabaje fuera pero no demasiado, que cobre un buen salario pero que no sea mejor que el suyo, que sea una mujer que no se canse nunca, que no necesite vacaciones ni tiempo para sí misma, que no enferme nunca, que siempre disponible para cubrir tus necesidades básicas, que no se enfade y lo haga con una sonrisa, y que se quede contigo para siempre.

¿Dónde encuentras hoy en día una adorable esposa que te permita hacer tus escapaditas de macho, y luzca sus cuernos con la dignidad de las reinas y las marquesas?, ¿dónde encuentras hoy una mujer que no tenga sueños propios y quiera sacrificarse por ti a cambio de nada?, ¿dónde encontrar una esposa confiable que no te traicione jamás y aguante todo lo que le eches?

En ningún lado. 

Incluso las mujeres patriarcales que cumplen con su rol de sirvientas protestan cuando sus seres queridos las explotan y las hacen daño. 

Las mujeres en su mayoría quieren reciprocidad en los cuidados, y protestan cuando sus maridos e hijos abusan de ellas y las tratan mal.  

Por mucho que lo intentemos, no podemos ser tradicionales, modernas y posmodernas a la vez, no es posible imitar a nuestras abuelas y a nuestras madres y además ser una mujer de hoy en día. 

Las 24 horas del día no son suficientes para ser las mejores en todo. 

También hay muchas mujeres que sufren porque están buscando a un hombre que no existe aún. O existe, pero son muy pocos hombres en el mundo. Estamos hablando del hombre del futuro, aquel que ha sido educado para aprender a cuidarse a sí mismo, cuidar los espacios que habita, y cuidar a sus seres queridos. 

Es el hombre que practica la autocrítica amorosa, renuncia a sus privilegios de macho, desobedece los mandatos del patriarcado, y ha aprendido a relacionarse con mujeres sin abusar de ellas y sin dominarlas. 

Un hombre autónomo que no necesita sirvienta y que sabe relacionarse con sus parejas sexuales y sentimentales sin tener que dominarlas. 

Un hombre honesto capaz de hablar de sus emociones y de expresarlas sin hacer daño a nadie. 

Un hombre adulto que se lo trabaja para ser mejor persona que su padre y sus abuelos.

Haberlos haylos, pero son muy pocos. 

Los niños varones que estamos criando serán autónomos, pero sólo si tienen referentes a su alrededor y en la cultura, y por ahora no tienen. Los únicos referentes que nuestra cultura les ofrece son machos destructores y mutilados emocionales, así que necesitan ejemplos a su alrededor para construir su masculinidad desde la ética del amor y la filosofía de los cuidados.

Las mujeres llevamos décadas trabajando en nosotras mismas: vamos a terapia, devoramos libros y podcast, hacemos talleres, cursos, másters, posgrados, nos juntamos en grupos para trabajar en nuestra sexualidad, nuestras emociones y nuestras relaciones. 

La brecha emocional y relacional entre hombres y mujeres se agranda cada vez más, porque no es que ellos vayan más lentos, es que la gran mayoría aún no han empezado, y además hay un sector significativo de hombres que quieren volver a aquella gloriosa época en la que las mujeres no salían de casa. 

Estos hombres se resisten, iracundos, a los cambios sociales que está provocando el feminismo. Están cabreados, asustados, dolidos, y creen que cuanto mejor nos va a nosotras, peor les va a ellos. Nos odian a todas, porque no somos de fiar, porque las mujeres somos todas malas y perversas, porque no nos dejamos domesticar como los animales.

Buscan a su abuela para casarse con ella y no la encuentran, claro. 

Nosotras buscamos a hombres que sepan tratarnos como a compañeras, y tampoco los encontramos, claro. 


¿Qué hacemos entonces? 

Nosotras tenemos que seguir nuestro camino, no podemos sentarnos a esperar. El día en el que los hombres no encuentren a ninguna mujer con la que emparejarse, entonces quizás si sientan la necesidad de hacer un cambio, porque solos no quieren estar. 

Ellos que se unan cuando quieran, o que escojan su propio camino. Nosotras sigamos caminando nuestro presente, no podemos quedarnos sentadas: ya despilfarramos muchos años esperando el milagro romántico.

Nosotras ya sabemos que no podemos cambiar a nadie: el único cambio posible es el que puedes hacer tú en ti misma. 

Cada cual se tiene que trabajar a sí mismo/a para llegar al cambio que necesitamos: lo personal es político y las transformaciones individuales propician las transformaciones sociales. 

Los hombres van tarde ya: nosotras no vamos a dar ni un paso atrás. 

Seguimos caminando.


Coral Herrera Gómez 


Vente a caminar con nosotras a

la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del amor ❤️





30 de mayo de 2024

Feminismo en casa: cómo hacer la Revolución Amorosa en familia




La Revolución empieza en casa. Si estás hasta el moño de que tu familia te trate como a una sirvienta, en este post te cuento cómo llevar el feminismo a tu hogar, y cómo poner en práctica la Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados. 

Llevar la utopía a la práctica no es una tarea fácil, sobre todo cuando tus hijas e hijos se han acostumbrado, igual que tu marido, a recibir cuidados sin darlos, y a vivir como reyes s tu costa. 

No es fácil porque los miembros de tu familia no quieren que nada cambie: viven de lujo así, aunque tengan que soportar a veces tus estallidos de rabia y frustración. Les compensa recibir broncas y soportar tu malhumor, y estar todo el día en pie de guerra.

Pero tu Salud está en juego: el agotamiento y el rencor contra los que abusan de nosotras nos acaba enfermando a nosotras. Nos medican para que aguantemos, pero estamos hartas de aguantar. 

¿Por donde empezar? Mi propuesta es que convoques a tu familia a una asamblea, y que sea una reunión libre de pantallas y dispositivos. 


Aquí los pasos para celebrar la primera Asamblea Familiar:

1) Toma de conciencia: Lo primero es expresar como te sientes sin que nadie te interrumpa. Evita los reproches para que no empiecen a defenderse: es más efectivo tratar de generar empatía contando cómo te sientes, y explicando qué necesitas para sentirte mejor. 

Es importante explicar al final que no eres la única, que somos millones de mujeres en todo el mundo en la misma situación. Tu pareja, tus hijos e hijas y demás miembros de la familia tienen que darse cuenta de la injusticia social que supone la explotación doméstica que sufren las mujeres en todo el mundo. El mejor indicador para que entiendan lo que sucede es el del tiempo libre: en todo el mundo los hombres tienen el doble de  tiempo libre que las mujeres, y las mujeres sufren doble jornada laboral.

Se estima que las mujeres que son madres solo tienen una hora libre de tiempo al día, y además la mayoría no tiene derecho a permisos por enfermedad, días de descanso y vacaciones, ni salario. Tienen que comprender que el agotamiento no solo causa mal humor, también tiene un fuerte impacto en tu salud mental, emocional y física. 

Después de analizar el contexto mundial, toca aterrizar y plantearse en grupo: ¿cuánto tiempo libre tenemos cada miembro de la familia, y cómo podríamos hacer para que todos disfrutáramos del mismo número de horas para descansar y disfrutar de la vida? 

Y aquí es cuando es necesario debatir sobre cómo podemos abolir la monarquía patriarcal para sustituirla por una democracia asamblearia. 

Lo más importante es que tus seres queridos se planteen conjuntamente las estrategias para liberar a mamá de su papel de criada, y lograr que tenga todos sus derechos garantizados.

Al final de este primer paso todos y todas deben tener claro que cuando los cuidados no son mutuos, es explotación emocional y doméstica. 

Y que hay que abandonar las estructuras de abuso con las que nos relacionamos, porque los valores del capitalismo y el patriarcado están basados en los privilegios masculinos, el individualismo, la dominación, la acumulación, las jerarquías de poder y las guerras.

La revolución amorosa pretende sustituir estos valores por los del feminismo, el ecologismo, el pacifismo y los derechos humanos fundamentales: apoyo mutuo, cooperación, empatía, solidaridad, igualdad, libertad, paz, trabajo en equipo y compañerismo.


2) Soluciones

Aquí nos ponemos en plan práctico  y lanzamos la pregunta: ¿cómo cuidamos la familia entre todas, y cómo podemos mejorar nuestro hogar?

Es posible que los miembros de tu familia te propongan explotar a una mujer más pobre que te sustituya a ti y cobre poco dinero, pero esta no es una solución feminista. Lo que queremos es erradicar la explotación, no que tú te liberes explotando a otra mujer, y que los demás miembros de tu familia sigan viviendo como si fueran hijos de faraones.

La solución entonces es repartir las tareas de un modo equitativo e igualitario, de manera que cada miembro de la familia, según su edad y capacidades, aporte y colabore. 

En un hogar feliz, se practica la comunicación no violenta, todos dan y reciben cuidados, todos tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones y nos prestamos apoyo mutuo. 


3) Cambios: este es el momento para plantearse: 

¿Qué cambios tenemos que hacer cada uno para transformar esta familia?, ¿qué necesitamos para vivir mejor?

Lo primero es que todos los miembros de la familia aprendan a cuidarse a sí mismos, empezando por el  marido, que tiene que hacer autocrítica amorosa y dar ejemplo. Los discursos sobre la igualdad no sirven de nada si los hombres adultos de la casa no dan ejemplo. Ellos son los que tienen que empezar a tratar a sus parejas como compañeras, y renunciar a sus privilegios masculinos.

El siguiente paso es que todos aprender a cuidar a su gente querida y los espacios que habitan, y para esto hay que entrenar a diario, y tomar plena conciencia de que todos y todas somos responsables del bienestar familiar y del funcionamiento del hogar. 

Los niños que se crian en un hogar feminista no necesitarán una criada cuando logren conquistar su autonomía y las niñas no querrán ser las criadas de nadie cuando sean adultas. Si te ven a ti defendiendo tu derecho a recibir cuidados, y tu derecho a tener tiempo libre para descasar y divertirte, ellas también lo harán. Si no abusan de ti, es más probable que tampoco abusen de los demás cuando se independicen y se hagan adultos.

Nosotras también tenemos que hacer cambios mientras llevamos el feminismo a nuestro hogar. Por ejemplo, tenemos que tomar conciencia de que el poder que sentimos llevando el control de todo y siendo imprescindibles para todos, en realidad nos esclaviza. Es una trampa del patriarcado. Por eso hay que aprender a soltar: nosotras no nacimos para ser policías, ni carceleras. Este papel de capitana del hogar nos convierte en sirvientas. 

No es fácil cambiar, pero se puede: se vive mucho mejor en estructuras horizontales e igualitarias basadas en el trabajo en equipo, y esta es en realidad la única manera de criar personas autónomas, solidarias , responsables y comprometidas. 

Y es también la única manera de cuidar tu salud y de procurarte a ti misma una Buena Vida. 


4) Eaboración del Pacto de Cuidados Mutuos y firma de el Contrato Amoroso:  ha llegado el momento de juntarse y ponerse a escribir. 

No se os olvide que para cualquier ser humano es más fácil cumplir con las normas en cuya creación ha participado, que cumplir con las normas impuestas por otros.

En esta fase del proyecto revolucionario se establecen las normas de convivencia, y se reparten las tareas equitativamente. 

Poned todo el tiempo el foco en cómo vamos a cuidar el ambiente y la atmósfera familiar, cómo vamos a expresar nuestras emociones y cómo vamos a resolver los problemas sin hacernos daño. 

También hay que establecer la periodicidad de las asambleas familiares, y la forma de evaluar si los pactos se están cumpliendo y si el proyecto está funcionando. En estos espacios es importante que todos y todas podamos contar cómo nos estamos sintiendo, y qué necesitamos para estar mejor, y cómo podríamos mejorar el proyecto. 

Se trata de poner en el centro el Bien Común y el Buen Vivir, y aplicar la ética del amor y la filosofía de los cuidados a vuestra vida cotidiana. Se aprende tomando conciencia, practicando la autocrítica amorosa, y entrenando día a día.


5) Celebración: hay que celebrarlo con una buena fiesta, repartiendo las tareas para organizar el evento entre todos y todas, y poniendo en marcha el Pacto de Cuidados. Buena comida, música y baile: empieza una nueva etapa en vuestras vidas.

Parece fácil así planteado, ¿verdad?

Pero, ¿qué hacer si los miembros de tu familia no quieren cambiar, o dicen que van a cambiar pero te toca a ti estar detrás de ellos para que cumplan sus acuerdos? 

Mi consejo es que apliques las estrategias de lucha de la clase obrera, incluida la huelga general. Y si nada sirve, amenazas con que te vas. Y si no te creen, vete unos días a casa de tu amiga. Y al final haces lo que hacen muchas mujeres, cada vez más: demanda de divorcio al canto.

Piensa que en esta batalla no estás sola: todos los días todas las mujeres protestan y luchan en sus hogares contra el abuso, la explotación y la violencia. En todo el mundo. En todas las casas. Lo mismo las que son feministas que las que no lo son: la lucha por los buenos tratos, la justicia y los derechos humanos de las mujeres tiene siglos de Historia y es universal. 

Apoyaté en otras mujeres, y busca más familias revolucionarias, verás que las transformaciones son contagiosas, y que es posible llevar la utopía a la práctica. Tú y todas las mujeres del mundo tenemos derecho a vivir una Buena Vida. 

Coral Herrera Gómez 


Artículos relacionados: 







Si tú también estás haciendo la Revolución Amorosa y quieres sentirte acompañada, 

 ¡vente con nosotras al Laboratorio del Amor! 

Coral Herrera Gómez Blog

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Únete al Laboratorio del Amor

Únete al Laboratorio del Amor
Para saber más pincha en la imagen

Regalos

Regalos
Visita mi tienda