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26 de octubre de 2023

¿Cómo hacer nuevas amigas?

 


Todas mis relaciones de amistad con mujeres surgieron de una conversación íntima y larguísima. Primero nos sentimos atraídas al vernos, luego sentimos una vibra especial, y cuando nos sentamos a hablar y empezamos a desnudar las almas, comienza la magia. A medida que la otra nos demuestra que se siente segura con nosotras, nosotras nos empezamos a sentir también seguras con ellas, y se crea un clima de confianza mutua que nos permite ir abriéndonos los corazones, hasta que ambos conectan.

 Mujeres que comparten su historia de vida y reciben la tuya como un tesoro, desde la complicidad y la escucha amorosa: así forjé el vínculo del amor con todas las mujeres de mi vida, también con las de mi familia. Hay un enamoramiento en ese compartir, que se parece mucho a la magia del romanticismo, pero que es mucho mejor porque el deseo no es de conquistar ni poseer, sino de conocernos mejor y disfrutarnos mutuamente.

La magia surge cuando nos abrimos en canal, y nos mostramos tal cual somos, sin miedo a que la otra mujer use la información que le estamos dando para hacernos daño. Cuando vemos que la otra tampoco tiene miedo, y se pone generosa, nosotras nos ponemos más generosas también y nos quitamos la armadura para que nos vea tal y como somos, con nuestros defectos y virtudes, nuestras grandezas y nuestras miserias, nuestros éxitos y nuestras derrotas.

Hablando del tiempo jamás podremos hacer otra cosa que quedarnos en la superficie, no hay nada más aburrido que la gente que habla de lo político y no de lo personal. Solo se puede disfrutar el gozo de la conexión cuando nos quitamos la máscara social y nos abrimos en canal.

¿Y que pasa cuando vivimos ese momento mágico con una mujer?, ¿cómo creamos una relación amorosa?

Generalmente buscamos las cosas que tenemos en común, y desde ahí proponemos planes, y elaboramos un proyecto:

a mí también me gusta mucho caminar, ¿qué te parece si nos vamos a andar juntas todos los domingos por la tarde?,

¿y si nos apuntamos a las noches de astronomía juntas?,

a mi también me gusta la poesía, vente a mi casa y leemos juntas en voz alta a nuestras autoras favoritas.

Una vez que encontramos la manera de vernos, y la excusa para juntarnos, ya todo es mucho más fácil.

Para nutrir y hacer crecer una relación hay que cuidarla mucho, y también hay que trabajarse por dentro. Nos han educado para relacionarnos desde el interés, el dominio, la competitividad, el abuso, la rivalidad, así que hay que desaprenderlo todo, y aprender a relacionarnos desde la ternura, el compañerismo, la sororidad, los ingredientes imprescindibles para poder construir relaciones igualitarias en las que todo sea mutuo y recíproco.

Lo primero es quitarte el miedo a las mujeres, lo segundo, el miedo a que te hagan daño. Hay que ser valiente para dar y recibir amor, y hay que ser generosa para compartir tu intimidad, tus miedos, tus sueños, tus recuerdos, tus traumas, tus éxtasis, tus malos y tus buenos momentos.

No necesitas dar buena imagen para que te acepten y te quieran: las amigas te quieren tan y como eres. No necesitas aparentar, ni disimular, ni fingir que eres otra, no tienes que hacerte la fuerte, con ellas puedes mostrar tu vulnerabilidad.

Desde la vulnerabilidad es desde donde podemos construir relaciones basadas en el respeto, la admiración, la cooperación, la sinceridad, el apoyo mutuo, y los cuidados.

Una vez que hemos creado el vínculo, hay que fortalecerlo. Para poder cuidar y hacer crecer estas relaciones, es fundamental que aprendamos a cuidarnos a nosotras mismas, y a trabajar todo aquello que necesitamos para ser mejores personas, y para que nuestras relaciones sean mejores. 

Para poder disfrutar del amor tenemos que entrenar en el arte de la empatía y la solidaridad, trabajarnos el egoísmo, mantener a raya el ego, aprender a hacer autocrítica amorosa, y dar lo mejor de nosotras mismas para que la relación florezca.

Lo más bonito de la amistad entre mujeres es que no está limitada por la exclusividad, como el amor romántico, así que son relaciones en las que caben muchas más mujeres: no hay nada como tener tu propia tribu de amigas con las que hacer frente a un mundo tan individualista, violento e inhumano.

Así que recuerda: lo primero es perder el miedo a las mujeres, ser valiente y generosa, y encontrar las afinidades y las cosas que tenemos en común para afianzar las relaciones. Pueden ser nuestras inquietudes sociales y políticas, artísticas o deportivas, pueden ser nuestras pasiones y aficiones, o simplemente, las ganas de socializar y construir una red de apoyo mutuo.

Lo importante es que dediquemos tiempo a nuestras relaciones, y aprendamos desde pequeñas a valorar el amor entre nosotras, y a darle a la amistad la importancia que se merece. La neurociencia ha demostrado que vivir rodeadas de amor es fundamental para cuidar tu salud mental y emocional, y que las relaciones con los demás son el pilar fundamental de nuestro bienestar y nuestra felicidad.

Las amigas no son solo buenas para la salud y para alargarnos la vida, también para resistir contra el patriarcado, que nos quiere aisladas y enfrentadas entre nosotras. Tengamos presente todo el tiempo que el amor entre mujeres es subversivo, porque no hay nada más poderoso que los grupos de mujeres unidas y organizadas. 

Y si tan difícil encontrar el tiempo y el espacio para apoyarnos y disfrutar, es precisamente porque el capitalismo nos quiere solas, y productivas. Nos quieren sobrecargadas de trabajo, nos quieren estresadas y amargadas, nos quieren medicadas hasta las cejas. Solas y presas del miedo a la soledad somos más vulnerables, por eso es tan importante crear estos espacios de amor en nuestras agendas, y dedicarle tiempo a querernos y para disfrutar de la amistad. 

Mira a tu alrededor: tu vida está llena de mujeres maravillosas con las que puedes compartir tus penas y tus alegrías. Tus vecinas, tus compañeras, tus conocidas: empieza a crear redes de amor con las mujeres de tu vida.

#mujeres #amigas #amistad #cuidados #amor #amordelbueno


Coral Herrera Gómez

Este post se lo dedico a mis amigas, que me han salvado tantas veces, y que hacen que mi vida sea más fácil y más bonita. Gracias por hacer realidad la utopía del amor compañero, me siento muy afortunada de poder recibir y dar tanto amor del bueno ❤️


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Visita El Laboratorio del Amor 


22 de octubre de 2023

Refugios de amor



En tiempos de destrucción y guerra, no solo necesitamos refugios climáticos, sino sobre todo, refugios de amor. Hay guerra en todas partes: guerra entre países, guerra en las aulas, guerra en las parejas y en las familias, guerra entre mujeres, guerra también dentro de ti misma. Para resistir y sobrevivir en un mundo lleno de odio y sufrimiento, los refugios del amor son los únicos espacios seguros y libres de violencia en los que poder dar y recibir amor a manos llenas.

Son espacios en los que te juntas con gente que te acepta tal y como eres, gente con la que puedes desnudarte y ser tú misma, y con la que puedes compartirte sin miedo a que te hagan daño. 

En los refugios del amor están tus familias, tu tribu, tus aliados y cómplices con los que puedes descansar de las luchas de poder, de las relaciones interesadas y abusivas, de las luchas entre grupos humanos. 

En los refugios del amor podemos escapar un rato de la gente tóxica, y de las relaciones basadas en la lucha, la competitividad, el abuso y la violencia. En estos refugios podemos dar y recibir abrazos, dar y recibir consuelo, llorar a gusto, bailar y cantar, celebrar los grandes acontecimientos, y soñar con una vida mejor. Son como casas grandes en las que podemos juntarnos para ahuyentar el miedo a la soledad, para olvidarnos del mundo, disfrutar del calor humano, y del abrigo de la gente que nos quiere y nos cuida. 


Estos refugios no se pueden comprar, tienes que construirlos tu junto con tu tribu, dedicarles tiempo y mimos, cuidarlos, regarlos, nutrirlos y mantenerlos, porque son nuestros hogares. 


Mi propuesta es que multipliquemos y cuidemos estas pequeñas comunidades de paz y de apoyo mutuo para poder descansar, quitarnos la máscara y la armadura, sentirnos a salvo y retomar fuerzas para poder continuar en la lucha del día a día. 


¿Y vosotras, y vosotros, tenéis algún refugio amoroso para poder descansar?, ¿sentís que los valoráis y los cuidáis como se merecen?


Coral Herrera Gómez



10 de octubre de 2023

¿Qué necesitamos para cuidar nuestra salud mental y emocional?




En el Día Mundial de la Salud Mental y Emocional, ¿qué necesitamos los seres humanos para vivir una Buena Vida, libres de sufrimiento?: 

- ingresos dignos, un techo para vivir, agua potable, comida y energía para resistir el frío y el calor. 

- nuestras libertades y derechos humanos fundamentales garantizados.

- tiempo libre para descansar, y para disfrutar de nuestras pasiones y nuestra gente querida.

- sustituir las relaciones basadas en la dominación, la dependencia, el abuso y la explotación por relaciones basadas en la igualdad, la libertad, los buenos tratos, la ternura y los cuidados.

- para hacer frente a la soledad, necesitamos redes de afecto y de apoyo mutuo en las que los cuidados sean recíprocos y compartidos.

- relacionarte con gente con la que poder ser tu misma/o y con la que poder tener conversaciones íntimas y profundas.

- contacto con la naturaleza, tiempo al aire libre, baños de sol y espacios de silencio.

- terapia para todos y todas, no solo para los que puedan pagarla.

-herramientas para poder entender la realidad en la que vivimos, y las violencias que sufrimos y ejercemos.

- herramientas para la utopía: que nos ayuden a soñar y a construir una realidad diferente en la que todos y todas podamos vivir mejor.

- herramientas para cuidar nuestras emociones y nuestras relaciones.

- herramientas para aprender a cuidarnos a nosotros/as mismas, para cuidar los espacios que habitamos, las relaciones que construimos, y el planeta en el que vivimos.

#saludmental #DerechosHumanos 

#calidaddevida

#cuidados 

#buenavida 

#lasaludmentalespolítica


Coral Herrera Gómez


Más artículos de Coral sobre Cuidados




Puedes escucharlos aquí 


5 de octubre de 2023

Autocuidado: el contrato amoroso

 


Nunca te vayas a vivir bajo el mismo techo con un hombre sin antes firmar un contrato amoroso. La mayoría de las mujeres del mundo trabajan gratis para un hombre, y no viven como princesas en un palacio, sino como sirvientas. 

Para protegernos de los abusos y la explotación doméstica hay que dejar claro que nosotras no vinimos al mundo a servir y que no vamos a renunciar a nuestra libertad, ni a nuestros derechos humanos fundamentales. 

Hay que sentarse a pactar cómo nos vamos a relacionar y cómo nos vamos a organizar, y si es necesario, ponerlo por escrito para evitar malentendidos y problemas. 

Para querernos bien y para disfrutar del sexo y del amor, hay que dejar todo muy claro antes de comprometerse, que si no luego nos sentimos estafadas y nos quedamos atrapadas. 

El contrato amoroso es fundamental para que no nos engañen, aquí te cuento cómo aprender a negociar tus pactos de autocuidado y de cuidados.💜

Coral Herrera Gómez


Prólogo del Contrato Amoroso



Todos los libros de Coral Herrera 



12 de septiembre de 2023

No es necesario que te rompan el corazón: puedes aprender a amar sin sufrir



El amor es un arte, afirmó Erich Fromm. Y como en todas las artes, podemos investigar, estudiar y practicar para poder disfrutarlo más.

Para conocer mejor nuestra cultura amorosa, y para conocernos a nosotras mismas, no hace falta pasar por varias relaciones desastrosas.

Aprendemos a golpes y a patadas, desde la más tierna infancia: nos gritan y nos castigan "para que aprendamos", nos pegan mientras afirman: "lo hago por tu bien".

No, lo haces porque no sabes manejar tus emociones y no tienes más herramientas pedagógicas. Hay otras formas de educar que no usan el sufrimiento y no dañan la salud mental y emocional, y estos métodos también están avalados por la Ciencia, que por fin ha derribado el mito de que "la letra con sangre entra". La tortura y el machaque psicológico solo dan placer al que la ejerce, y pueden servir para obligar a memorizar contenidos, pero no para asimilarlos ni comprenderlos.

Cuando vamos creciendo, nos repiten una y otra vez que para estar guapa hay que sufrir, para vivir un romance hay que sufrir, para sacarse una carrera hay que sufrir, para cumplir tus sueños hay que pasarlo mal.

No es cierto.

No es verdad que para aprender tienes que sufrir y pasarlo mal. No es cierto que para vivir mejor tienes que sacrificarte, dejar de vivir la vida, y destrozar tu salud mental y emocional.

Hoy la ciencia afirma que nuestro cerebro aprende más y mejor cuando algo nos interesa o nos apasiona. Los seres humanos aprendemos desde el goce, crecemos, maduramos y nos hacemos más sabias cuando disfrutamos adquiriendo nuevos conocimientos, cuando nos mueve la curiosidad y el placer de saber, de conocer, de experimentar.

No es necesario vivir un trauma para ser más consciente y para tener más herramientas para la supervivencia: también podemos investigar, leer, escuchar, debatir y entrenar en las artes del Buen Vivir. Y precisamente cuanto más sabes del amor, más te cuidas a tí, y más cuidas tus relaciones.

El sufrimiento no es necesario para ser mejores personas, ni para crecer, y la prueba está en los niños y las niñas, mirad cómo se convierten en genios y en expertos cuando algo les apasiona.


Lo de atravesar el valle de lágrimas para llegar al paraíso es un mito religioso.


Esforzarse no es sinónimo de sufrir, es una forma de trabajar que requiere de tí mucha energía y mucho tiempo, muchas ganas y mucha actitud.


Yo recuerdo que me esforcé mucho en la Universidad, pasé muchas horas leyendo y estudiando, pero no fue un infierno. Lo hice disfrutando, y si pudiera, me pasaría la vida haciéndolo.


Aprender el arte de amar es como aprender el arte de conducir. No es necesario chocar mil veces contra otros coches, ni estamparse cien veces en un muro.


Tú no coges un coche a lo loco porque no quieres matarte. Lo que haces es apuntarte a una autoescuela, estudiar las señales, entender el código del tráfico, y luego ensayar y entrenar con ayuda profesional hasta que estás lista para presentarte al examen. Sigues las normas de seguridad, respetas el límite de velocidad, te pones el cinturón. Y si haces muchos kilómetros, con la práctica te conviertes en una experta.


Este es el enfoque que aplico yo en mis clases, en mis cursos, en mis talleres y en mi Laboratorio del Amor: ahorrarnos todo el sufrimiento posible, y aprender desde el disfrute. 


El arte de amar requiere de trabajo personal, es cuestión de tomar conciencia y entrenar: podemos aprender a querernos y a cuidarnos mucho antes de que nos rompan el corazón.


Podemos aprender a aceptar nuestro cuerpo y nuestra vida antes de desarrollar una enfermedad mental, emocional o física.


Podemos desarrollar habilidades para comunicarnos, para dialogar, para resolver nuestros conflictos sin violencia.


Podemos entrenar para aprender a negociar con la pareja y con todas nuestras relaciones, y a defendernos del abuso de los demás.


Podemos tomar conciencia de las violencias que sufrimos y ejercemos, podemos hacer autocrítica amorosa y empezar a trabajar en todo aquello que nos hace sufrir, y hace sufrir a los demás. 


Podemos aprender a valorar lo que tenemos y a disfrutar de la vida sin necesidad de vernos al borde de la muerte.


Podemos ser mejores sin tener que bajar a los infiernos: se trata de tomar conciencia, de atreverse a iniciar el camino del autoconocimiento, de empezar a fabricar nuestras propias herramientas para intentar disfrutar de la vida. Se trata de aprender a cuidar la relación contigo misma, y cuidar tus relaciones con los demás seres vivos.


No es necesario que te rompan el corazón mil veces: puedes aprender disfrutando, ensayando, entrenando día a día con toda la gente de tu entorno, y haciendo frente a las situaciones siendo conscientes de las estructuras con las que nos relacionamos. 


Y si lo hacemos en grupo, es mucho más fácil y más divertido que si lo hacemos solas. Rodeada de amor del bueno, se avanza y se aprende mucho más. 



Coral Herrera Gómez 




Si quieres aprender con nosotras, 


¡vente al Laboratorio del Amor!






Si quieres leer sobre el tema, aquí tienes mi último libro: 

100 preguntas sobre el amor 




Todos los libros de Coral Herrera 


7 de agosto de 2023

Mi puerperio y mi postparto, por Coral Herrera



Después de dar a luz, tardé varios días en aterrizar, por los calmantes que me pusieron tras la cesárea. Me dolían los pezones, me dolían los puntos del corte en la panza, estaba agotada física y emocionalmente. 

Me sentía asustada por la enorme responsabilidad de cuidar a un bebé que dependía de mí para sobrevivir, y a la vez me sentía muy feliz de que mi bebé estuviera sano. Sabía que era muy afortunada porque las primeras semanas me cuidaron tres personas adultas: mi compañero, mi mamá y mi papá. Ducharme era una odisea, caía rendida cuando el bebé dormía, daba teta a todas horas, cambiaba pañales, me pasaba horas mirando al bebé alucinada, y me entraban ganas de llorar por todo.

Mis hormonas estaban revolucionadas, tenía un hambre feroz, y mi cerebro estaba siempre alerta. En esos primeros días todo giraba en torno al bebé: me dedicaba a comprobar todo el tiempo que respiraba y estaba bien, a observar su orina y sus cacas, y a hablar de ellas con mi familia: que si salía dura o blanda, que si era muy oscura o muy clara, muy compacta o muy líquida. Todo giraba en torno a la comida, al sueño, y a los deshechos corporales, mientras luchaba interiormente contra el terror de la muerte súbita. 

Apenas podía caminar por los puntos, así que lo tenía siempre encima, para que se acostumbrara los brazos y al amor. Nos íbamos conociendo poco a poco, yo me iba enamorando poco a poco de él, y estaba aprendiendo a leerle para saber qué necesitaba (si tenía sueño, si tenía hambre, si tenía calor o frío, si quería amor o si le dolían los gases)

El proceso de conexión con la criatura no surge de manera mágica, mamá y bebé se van conociendo poco a poco a base de escucha y del piel con piel. Mi compañero y mis padres me enseñaron a cuidarle, aunque también tuve que luchar por imponer mis propios criterios en base a mis investigaciones y lecturas, y a mi instinto. Me aliviaba recibir mensajes y llamadas de mi gente de España, y recibir las visitas de nuestra familia y amigos para presentarles a Gael.

Cuando mis papás se fueron, me quedé sola. Los días eran muy largos, pero pasaban volando: la mayor parte del tiempo lo pasaba dando teta y pensando en todas las mujeres que estaban como yo, pasando su postparto sin ningún tipo de apoyo, teniendo que cocinar, lavar ropa y platos, limpiar la casa, lavar pañales. 

Y pensaba, ojalá todas las mujeres recién paridas y sus bebés pudieran recibir cuidados, apoyo emocional y logístico en el puerperio, porque esto de la maternidad es una brutalidad. No es sólo el agotamiento físico, sino un montón de emociones intensas que se te vienen encima sin que puedas hacer nada. Miedo, culpa, ternura, alegría infinita... Y muchas emociones contradictorias e intensas.

Te sientes muy frágil y a la vez sientes que tienes super poderes, tu cerebro cambia, tu cuerpo entero se vuelca en sacar adelante a esa criatura indefensa. Recuerdo lo increíble que fue la subida de la leche, y lo que me alucinaba mi cuerpo: me estaba duchando y oía el llanto de mi bebé, me empezaba a salir leche automáticamente, mi cuerpo quería ir corriendo a alimentar a la criatura. Da igual que te digas a ti misma: "está en brazos de su papá, tardo tres minutos y medio" Tu cerebro llena tus pechos y te dice: "corre, tu bebé te necesita" 

Hay un duelo dentro de ti, no es fácil despedirse de la persona que fuiste antes de tener al bebé, ni del ser humano que tenías dentro. Ya no forma parte de ti, no está en tí, se acabó la fusión.

A ratos lloraba y no entendía por qué, si en el fondo de mi alma estaba muy feliz por no haber muerto en el embarazo ni en el parto, y porque Gael había sobrevivido y estaba sano. Y me sentía muy afortunada de tener un compañero tan volcado, responsable y amoroso, que estaba disfrutando tanto de su paternidad.

Yo había leído mucho sobre la revolución hormonal y emocional del puerperio, pero sentirlo dentro de ti es bien diferente. Te sientes más animal que nunca, y tu condición de mamífera te hace sentir tan poderosa, y tan vulnerable a la vez. 

Yo tuve la suerte de tener un bebé sano que comía, cagaba y dormía muy bien, pero siempre pensaba en los bebés enfermos, en las mamás con bebés que no duermen más de una hora seguida, en los bebés con gases y cólicos, con estreñimiento o diarrea, con alergias, bebés con discapacidades, y lloraba pensando en el escaso o nulo apoyo que tenemos las madres, y el agotamiento universal de todas nosotras. 

En esos días de soledad y agotamiento pensaba en las mujeres que no pueden parar de trabajar para recuperarse del parto y construir un vínculo con su bebé. Mujeres obligadas a separarse de su bebé que van a trabajar aún con la herida abierta y los pezones agrietados. 

También pensaba en las madres que son separadas de sus crías y las venden a cambio de unas monedas para poder alimentar al resto de sus hijos e hijas 

Sentí toda la violencia del capitalismo y del patriarcado, y lo inhumano que es que nos pidan a las mujeres que sostengamos las tasas de natalidad. En lugar de apoyarnos, nos exigen que seamos super woman y nos castigan con la doble jornada de trabajo.  

Hasta hace muy poco, la comunidad entera se volcaba en el cuidado de las mamás y los bebés, que estaban rodeados del amor de las abuelas, las tías, las primas y las vecinas. Que ahora tengamos que estar solas en un piso llevando todo, es una bestialidad, y pude comprobarlo en mis propias carnes cuando mis padres regresaron a España. 

Tardé en recuperarme de la cesárea varios meses, tenía casi 40 años, pero para mí lo físico no fue tan duro como lo emocional. Engordé 30 kilos y todo el mundo me decía que tenía que adelgazar y ponerme en forma, pero para mí lo prioritario era mi salud mental. Es imposible hacer ejercicio cuando te ves sola con el bebé, sin poder ducharte y hambrienta, con un cerro de ropa sucia por lavar, un cerro de cacharros para fregar, y un cerro de mails por contestar. 

Tres jornadas laborales en una sola, y me decían que me pusiera a hacer ejercicio, cuando en realidad toda mi energía estaba concentrada en el bebé. Nuestro corazón y nuestro cerebro sí saben distinguir lo que es importante y lo que no: el proceso de conocer a tu bebé y de crear un vínculo sano y hermoso con él, y con tu nueva maternidad, requiere de mucho tiempo y energía, y es un proceso complejo en el que todas necesitamos mucha calma, mucha paz y muchos cuidados de la pareja y la comunidad. 

Recuperarte de tu duelo, acostumbrarte a tu nuevo cuerpo, y crear ese vínculo maternal sola y estresada por la sobrecarga de trabajo (el remunerado y el no remunerado) es una tarea titánica e imposible. Y muy dolorosa cuando el papá y toda tu gente siguen haciendo vida normal y la tuya se ha transformado por completo. 

Yo tardé un año en recuperarme del posparto, y eso que no tuve que pasar por el trauma de separarme de mi bebé ni dejarlo con personas desconocidas.

Si, un año. No tres semanas, ni dieciséis semanas, un año. Lo que más me costó fue recuperarme emocionalmente, y acostumbrarme a las luces y sombras de la maternidad. Dejé de sentirme rara cuando empecé a hablar con otras mujeres de sus maternidades a un nivel íntimo y profundo. Es cuando ves que nos pasa a todas cuando dejas de sentirte tan confusa, tan culpable, tan loca y tan mala madre.

Comprendes de verdad el capitalismo y el patriarcado cuando cae sobre ti todo el peso de la explotación y la violencia, cuando te atraviesa el cuerpo entero.  Todo el mundo espera de ti que seas productiva y feliz, que conserves la cordura, y que puedas con todo. Los medios además te muestran ejemplos de madres que recuperan su figura en tres semanas, madres que duermen por las noches como si no tuvieran bebés, madres que no limpian sus casas y no cambian pañales, madres que en pocos días vuelven a trabajar y a recuperar su vida porque se han liberado de las tareas domésticas y de cuidados, y pueden hacer su vida como si no hubiera pasado nada, exactamente igual que los hombres.

Ver a mujeres bellas luciendo un cuerpo perfecto es una estrategia para aumentar tu culpa, y tu sensación de que estás fracasando porque no puedes con todo. Te dicen, si quisieras podrías desentenderte de tu bebé y ponerte a hacer gimnasia, pero como no quieres, por eso estás gorda. 

La presión sobre las mujeres madres es brutal. Todo el mundo opina, te juzga, te da consejos, y pocos arriman el hombro, y tú mientras te sientes mal porque deberías ser la mujer más feliz del mundo, y no lo eres. 

La sensación de soledad es infinita: de lunes a viernes todo el mundo está ocupado, y tú paseas con el bebé por la calle deseando que te pare alguien para poder hablar. 

Cuando no puedes consolar a tu bebé ni que cese el llanto, cuando no sabes qué le pasa, cuando sientes ganas de salir corriendo, cuando necesitas poder llorar sin que te vea el bebé, es cuando te das cuenta de la trampa. La maternidad feliz es un mito; la gran mayoría de las mujeres no tenemos las condiciones para disfrutarla de verdad.

Todas participamos en la farsa. A las futuras mamás les dices que es muy cansado, pero no les dices la verdad, no les cuentas que es brutal. Y que si su pareja no se involucra, va a ser más brutal todavía.

Tu haces como las demás, te esfuerzas por parecer una mamá feliz en redes sociales, porque la gente no quiere saber de tu miedo, de tu cansancio, de tus dudas e inseguridades, de tu dolor de pezones, de tus cicatrices. Nadie quiere escuchar tus quejas ni oírte hablar del derecho que tienes a recibir cuidados y a cuidar a tu bebé en condiciones óptimas. 

La maternidad es un asunto político de primer orden, y por eso es tan importante mostrar la realidad que vivimos millones de mujeres en el mundo, la realidad de los partos y los pospartos, y lo difíciles que son las primeras semanas de vida de un bebé que nace sin horarios de sueño y con todos sus órganos inmaduros. 

Para los bebés también es un momento brutal. Se está terminando de formar fuera del útero, y tienen que aprender a respirar con sus pulmones, a mamar, a digerir la comida, a expulsar los gases y los deshechos, y a dormir. Son 24 horas de cuidados lo que necesitan cada día, su dependencia es total: por eso las mamás necesitamos cuidados, y que dejen de exigirnos que podamos con todo.

Las únicas que pueden con todo son las mujeres ricas y privilegiadas que se liberan de los cuidados y pueden pasarse el día en el gimnasio y en el salón de belleza, es decir, muy pocas mujeres en el mundo. La inmensa mayoría de las mujeres del planeta, vivimos en una realidad que necesita ser mostrada tal cual es. 

Es urgente desmitificar la maternidad, que podamos compartir nuestras historias reales, y que no dejemos de luchar unidas para que todas las mujeres podamos criar en condiciones, sin dobles ni triples jornadas laborales, y con el apoyo de nuestra red afectiva. 

La maternidad es política: todas necesitamos tiempo y dinero, por un lado, y cuidados de la pareja y de la comunidad para recuperarnos y para sacar adelante a nuestras criaturas en sus primeros años de vida. 

Los mitos solo se desmontan mostrando la realidad de un sistema que nos deja solas, aisladas y triplemente explotadas.

Yo seguiré soñando y luchando por un mundo en el que todas podamos elegir libremente de nuestras maternidades, todas podamos disfrutarlas.

#cuidados #posparto #puerperio #cuerpos #bebés #crianza #cuidadoscompartidos #mitos #realidad #lamaternidadespolítica

#larevolucióndeloscuidados



Coral Herrera Gómez


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Maternidad 

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Cuidados 

30 de julio de 2023

Rosalía: consejos para superar el desamor



Rosalía se está separando, ¿qué le diría yo si me pidiese consejo para tener un duelo corto?

Yo le contaría que a mí me ha ayudado mucho el feminismo en mis separaciones, porque gracias al movimiento de liberación de las mujeres, estoy plenamente convencida de que yo no he venido al mundo a sufrir, y que tengo derecho a vivir una Buena Vida, libre de violencia y sufrimiento.

En mis duelos, me he sentido muy conectada a las millones de mujeres que en esos momentos estaban sufriendo por el desamor, y me ha ayudado mucho la rebeldía que llevo dentro: no quiero pasarme la vida sufriendo por la falta de amor. Y gracias al feminismo, hoy sé que el final de una pareja jamás significa que nos quedamos solas: estamos rodeadas de gente que nos quiere y nos cuida.


 ¿Qué más me ha ayudado a recomponer mi corazón roto?


Puedes seguir leyendo el post en el diario Público


24 de julio de 2023

Entrevista a Coral Herrera Gómez: La Revolución de los Cuidados



La Revolución de los Cuidados: en esta entrevista de 20 minutos hablo de cómo cambiaría nuestro mundo si erradicasemos el trabajo gratis de las mujeres, y si los hombres se sumasen masivamente al sistema de cuidados. 

Si todos tuviéramos tiempo y dinero para dar y recibir cuidados, si tomáramos conciencia sobre la tremenda injusticia sobre la que se asienta nuestra civilización, podríamos acabar con la esclavitud doméstica y podríamos dejar de explotar a las mujeres más pobres del planeta. 

Gracias Acufade Asociación de Cuidadoras  de Tenerife, Canarias, por este espacio 💜


Más artículos de Coral Herrera Gómez sobre los cuidados.

9 de julio de 2023

Enamórate




Enamórate

De la vida

De tus pasiones 

De tu gente querida 

De tu barrio o tu pueblo

De la gente desconocida


Enamórate 

De tu alegría de vivir, 

De tus ideales y tus sueños,

De la filosofia y la poesía 

De tu curiosidad y tus ganas de aprender

De la pasión por el conocimiento

Del arte y de la gente que te regala otras perspectivas de la Vida. 


Enamórate 

De los hombres desobedientes que no le tienen miedo al amor,

De las mujeres valientes que hay en tu vida, 

De las redes de afecto y de apoyo mutuo,

Del Bien Común y del Buen Vivir


Enamórate 

De la gente honesta, trabajadora, luchadora y solidaria que te rodea

De la gente que crece y evoluciona para ser mejor persona 

De la gente que lucha por un mundo mejor

Del planeta que te acoge

De todas las revoluciones y las utopías


Enamórate

De los bosques, los valles, los ríos y los lagos

Del mar y de las montañas, del sol y del viento, 

Del fuego y el agua

De todos los seres vivos y los animales que habitan la Tierra


Enamórate

De los cielos estrellados

Los atardeceres 

Los amaneceres

De la lluvia y el viento

De los brotes de la vida

Y de las sembradoras de semillas


Enamórate de la vida, 

de tu antigua rebeldía,

del amor del bueno, 

del amor compañero, 

de la gente que te cuida.

 

Enamórate: 


el amor es una energía universal y está en todas partes, te rodea siempre, te acompaña día a día


Enamórate de la relación contigo misma, 

de tu hermosa compañía, 

y no te olvides nunca:

tienes derecho a vivir una Buena Vida.


Coral Herrera Gómez 

 💜


#enamoratedelavida #amor #buenvivir  #amordelbueno #BuenaVida #Utopías


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5 de julio de 2023

¿Por qué cuando tengo pareja me olvido de mí misma?




El mito del amor-­fusión está basado en el de la media naranja. Es un mito muy dañino que nos hace creer que debemos fundirnos con nuestra pareja y dejar de ser nosotras mismas y dejar nuestras relaciones para centrar toda nuestra energía, nuestro tiempo y amor en una sola persona.

Les pasa a algunos hombres, pero sobre todo nos pasa a las mujeres, porque desde pequeñas nos educan para que pongamos al novio en el centro de nuestras vidas y nos olvidemos de nosotras mismas.

Por ese motivo, muchas mujeres se preguntan, al finalizar una relación, quiénes son realmente.

Algunas no saben identificar sus pasiones, porque al enamorarse adoptaron las de sus parejas y se olvidaron pronto de su placer, de sus aficiones, de las cosas que les gustaban antes de emparejarse.

Y esto ocurre porque nos han hecho creer que uno más uno es uno y que cuando nos enamoramos, dejamos de ser quienes somos para fundirnos con la otra persona, por eso cuanto más absorbente e intensa es una relación, peor nos sentimos cuando acaba.

Muchas mujeres se hunden emocionalmente cuando terminan sus relaciones, pues se sienten perdidas, desorientadas, vacías e incompletas y lo peor: no recuerdan quiénes eran ellas, cuáles eran sus sueños, qué es lo que definía su personalidad y su identidad.

La mayoría trata de adaptarse a la vida de sus parejas masculinas para pasar todo el tiempo posible con ellas. 

Dejan de escalar, de patinar o de bailar y empiezan a ir a ver a sus chicos jugar al fútbol o surfear en la playa. 

Dejan sus proyectos y sus costumbres, y pasan a ser espectadoras y acompañantes de sus parejas masculinas. 

Incluso dejan a un lado sus propias ideas y opiniones para asumir las de sus compañeros.

Algunas mujeres dejan a sus amigas y a sus grupos sociales, y se acoplan a los grupos del novio, lo cual hace que aumente su dependencia. 

Cuanto más lejos estamos de nuestra gente querida, más vulnerables somos. Cuanto más solas nos sentimos, más inseguras y más necesitadas de amor.

¿Qué ocurre cuando se termina la relación basada en la fusión?, que nos damos cuenta de que nos hemos quedado sin nuestra red de gente querida, que nuestra personalidad se ha diluido, que no sabemos quiénes somos ni qué queremos... y por eso las rupturas duelen muchísimo más.

¿Qué hacer para no dejar de ser tu misma aunque te enamores?

¿Qué puedo hacer para que mi pareja se sienta libre a mi lado?

¿Qué hacer para que mi pareja no limite mi libertad?

¿Por qué el amor romántico parece una guerra? 

¿Cómo saber si estoy tratando mal a mi pareja?

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Coral Herrera Gómez




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El Laboratorio del Amor 


2 de junio de 2023

Estas son las 100 Preguntas sobre el Amor, de Coral Herrera Gómez


                                          



 ÍNDICE 100 PREGUNTAS SOBRE EL AMOR 


Introducción

 BIENVENIDA A LA REVOLUCIÓN AMOROSA


EL AMOR Y LA PAREJA 


1. ¿Qué es el amor? 

2. ¿Qué es el amor romántico? 

3. ¿Qué tiene que ver el amor con el matrimonio? 

4. ¿Por qué es tan importante el amor romántico para las mujeres? 

5. ¿Por qué nos gusta sufrir? 

6. ¿Por qué sufrimos tanto por amor? 

7. ¿Es el amor una droga? 

8. ¿Cómo nos enamoramos? 

9. ¿Cuánto tiempo dura el enamoramiento y por qué se acaba? 

10. ¿Por qué antes las parejas duraban juntas toda la vida? 



EL AMOR Y SUS MITOS 


11. ¿Existe el ‘amor verdadero’? 

12. ¿Es cierto que ‘quien bien te quiere te hará llorar’? 

13. ¿Por qué no encuentro a mi media naranja? 

14. ¿Por qué las princesas esperan y los príncipes viajan? 

15. ¿Por qué la mayor parte de las historias de amor son dramas o tragedias? 

16. ¿Por qué los finales felices siempre acaban en boda? 

17. ¿Qué tiene que ver el mito de la salvación con el del amor? 

18. ¿El amor transforma a las personas? 

19. ¿El amor lo puede todo? 

20. ¿Es lo mismo el amor que el odio? 



EL AMOR Y LA LIBERTAD 


21. ¿Puedo ser libre y tener pareja al mismo tiempo? 

22. ¿Por qué cuando tengo pareja me olvido de mí misma? 

23. ¿Cómo hacer para ser tú misma cuando te enamoras? 

24. ¿Qué pasa si mi pareja quiere controlarme y quitarme la libertad? 

25. ¿Necesitan los hombres dominar a las mujeres? 

26. ¿Por qué hay mujeres que intentan controlar a los hombres de los que se enamoran? 

27. ¿Es cierto que el amor no tiene edad? 

28. ¿Qué estrategias usamos para limitar la libertad de nuestra pareja? 

29. ¿Qué puedo hacer para que mi pareja se sienta libre a mi lado? 

30 ¿Qué hacer para que mi pareja no limite mi libertad? 



EL AMOR Y LA EXCLUSIVIDAD 


31. ¿Por qué somos monógamos e infieles? 

32. ¿Son más infieles los hombres o las mujeres? 

33. ¿Por qué siento celos y necesidad de poseer a mi pareja? 

34. ¿Cómo son las relaciones sin exclusividad? 

35. ¿Qué pasa si tengo pareja y me enamoro de otra persona? 

36. ¿Las infidelidades son violencia? 

37. ¿Qué puedo hacer para dejar de sufrir por celos? 

38. ¿Qué es el ego y por qué me hace sufrir tanto? 

39. ¿Qué pasa si alguien se siente atraído por mí y a mí no me gusta? 

40. ¿Qué pasa si mi pareja no quiere tener pareja? 

41. ¿Qué hago si sospecho que mi pareja quiere dejar la relación? 



EL AMOR Y LA IGUALDAD 


42. ¿Somos iguales las mujeres y los hombres? 

43. ¿Por qué el amor tiene que ser recíproco y los cuidados mutuos? 

44. ¿Qué relación hay entre el dinero y el matrimonio? 

45. ¿Se puede comprar el amor? 

46. ¿Por qué el amor romántico parece una guerra? 

47. ¿Cómo saber si estoy tratando mal a mi pareja? 

48. ¿Cómo sé si estoy sufriendo violencia machista? 

49. ¿Cómo nació el patriarcado y para qué? 

50. ¿Cómo ha sobrevivido tanto tiempo el patriarcado? 

51. ¿Cuándo se acaba el patriarcado? 

52. ¿Por qué no se suman los hombres a la revolución? 

53. ¿Cómo ayudar a un hombre a liberarse de su machismo? 

54. ¿Existen de verdad los hombres igualitarios? 

55. Soy un chico, ¿cómo puedo liberarme de mis patriarcados? 

56. ¿Y cómo hago si soy una mujer y también quiero liberarme de mis patriarcados? 

57. ¿Qué significa que lo personal es político? 

58. ¿Qué significa que lo romántico es político? 

59. ¿Podremos liberar algún día al amor del machismo y el patriarcado? 



EL AMOR, EL SEXO Y EL PLACER 


60. ¿El sexo también es político? 

61. ¿Por qué a los hombres les cuesta disfrutar del amor? 

62. ¿Por qué nos cuesta a las mujeres disfrutar del amor? 

63. ¿Por qué nos cuesta a las mujeres disfrutar del sexo? 

64. ¿Qué ocurre cuando las mujeres tenemos muchas ganas de sexo? 

65. ¿Qué ocurre cuando las mujeres no tenemos ganas de tener relaciones sexuales? 

66. ¿Por qué a algunos hombres les cuesta entender que ‘no es no’? 

67. ¿Son todas las mujeres respetables? 

68. ¿Se pueden separar el sexo y el amor? 

69. ¿Disfrutan más del sexo las mujeres lesbianas, bisexuales y gais? 

70. ¿Cómo disfrutar más del sexo? 

71. ¿Cuáles son mis derechos sexuales y reproductivos? 

72. ¿Por qué hay mujeres que renuncian a sus derechos cuando se emparejan? 

73. ¿Qué hacer si mi pareja no quiere usar protección cuando tenemos sexo? 

74. ¿Debo contarle a mi pareja mis anteriores relaciones sexuales? 

75. ¿Qué hacer si tengo pareja y me apetece tener relaciones sexuales con otras personas?

76. ¿El sexo oral y el sexo anal también deben ser mutuos? 

77. ¿El porno es violencia machista? 


AMAR ES CUIDAR 


78. ¿Cómo cuidarme a mí mismo? 

79. ¿Cómo cuidarme a mí misma? 

80. ¿Cómo cuidarme cuando estoy enamorada? 

81. ¿Los cuidados también son políticos? 

82. ¿Por qué es tan revolucionario el autocuidado? 

83. ¿Por qué es importante cuidar a tu gente querida cuando te enamoras? 

84. ¿Cómo cuidar mi relación de pareja? 

85. ¿Cuáles son los temas más importantes que tengo que acordar con mi pareja? 

86. ¿Qué pasos hay que seguir para crear nuestro contrato amoroso? 

87. ¿Qué hacemos si no tenemos las mismas ideas sobre el amor y la pareja?

88. ¿Cómo pelearnos sin hacernos daño? 

89. ¿Cuándo hay que poner fin a la pareja? 

90. ¿Cómo despedirme con amor? 

91. ¿Cómo vivir el duelo y superar la ruptura de una relación? 

92. ¿Cómo superar el miedo a la soledad? 


AMAR ES DISFRUTAR 


93. ¿Qué es la buena vida? 

94. ¿Qué quiere decir que otras formas de quererse son posibles? 

95. ¿Cómo sé si mi relación es de amor del bueno? 

96. ¿Qué son los ‘amores compañeros’? 

97. ¿En qué consiste la Revolución Amorosa? 

98. ¿Cómo trabajas tú en tu liberación? 

99. ¿Qué pueden hacer los chicos que quieren disfrutar del amor? 

100. ¿Qué pueden hacer las chicas que quieren disfrutar del amor?


Coral Herrera Gómez


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20 de mayo de 2023

El amor está en todas partes



Puedes sentirlo cuando recibes un mensaje de una de tus mejores amigas preguntándote que tal estás y si necesitas algo, en los abrazos largos y apretados que recibes en el funeral de tu hermano, en las felicitaciones que te hacen el día de tu cumpleaños toda la gente que te aprecia y te quiere. 

Puedes experimentar la fuerza del amor en las enfermeras que te suben el ánimo con palabras de aliento mientras te cambian la sonda y te preparan para la operación. Puedes sentirlo en la mano que te coge tu madre para darte fuerzas y aliviar tu miedo. Puedes verlo en la mirada de tu hija cuando llegas a casa, y en los saltos de alegría de tu perra anciana. 

Cuando te sientas sola, piensa que aunque no tengas pareja, estás rodeada de amor. Piensa en toda la gente que te quiere, y toma conciencia de que el amor está en todas partes: en las perras que regañan a sus cachorros cuando juegan demasiado duro, en el papá que pone pañitos húmedos en la frente de su bebé para bajarle la fiebre durante la noche, en la abuela que lleva a los nietos a comer chocolate con churros para que sus hijas tengan una tarde libre solo para ellas.  

El amor está cerca de ti, dentro de tí, y todo el mundo lo lleva en su interior. Puedes sentirlo cuando acunas a tu sobrino en brazos, cuando te encuentras con una amiga de la infancia por la calle, también en el audio de 12 minutos que te ha enviado tu mamá. 

Puedes verlo en la sonrisa de tu gente cuando le cuentas una buena noticia y reacciona con alegría ante tus éxitos, en los ojos de tu papá cuando te mira con orgullo, en la carta escrita a mano de tu prima la emigrante, que vive al otro lado del mundo y no se olvida nunca de ti.

También los demás se relacionan con mucho amor. Puedes verlo en esa mujer que acompaña por primera vez a terapia a su amiga cuando por fin se decide a dejar de sufrir, en la mirada de ternura del hombre que va a recoger a su amigo a la cárcel en el día de su liberación. 

Lo puedes ver en los abrazos que se dan los grupos familiares cuando el doctor les dice que la operación ha salido bien y que sobrevivirá. En esa señora que rescata a un animal herido y se lo lleva a su casa para cuidarlo, en el hombre que te ofrece una lechuga y unos tomates recién sacados de su huerto. 

Puedes verlo en esa niña que protege a su hermano menor en el colegio para que nadie le haga daño, en la pareja que sale corriendo del coche para socorrer a esa mujer que acaba de tener un accidente con el coche, en la gente del pueblo que se echa al monte a buscar a un niño desaparecido. 

Puedes verlo en las familias de acogida cuando dan la bienvenida a un niño o a una niña sin hogar y sin familia, en los ojos de los animales que viven presos cuando recuperan su libertad y vuelven al bosque, a la montaña o al océano. 

Puedes verlo en la tele cuando las cámaras nos muestran a la gente que está trabajando en campos de refugiados a causa de las guerras, las inundaciones, los tsunamis, los terremotos, los volcanes, o en épocas de sequía y hambrunas.

Puedes verlo en los ojos de las personas rescatadas en el Mediterráneo por barcos de ONGs, puedes verlo en los ojos de los perros adoptados cuando se dan cuenta de que por fin forman parte de una familia, puedes verlo en la gente que hace una cadena humana para rescatar a alguien que se está ahogando a pocos metros de la orilla. 

Puedes verlo en las profesoras que le ponen todo su corazón a las clases que imparte cada día, en el enfermero que te trata con respeto y amabilidad, en la gente que se dedica a mover recursos para ayudar a otra gente, y en la gente que lucha a diario por un mundo mejor.

Puedes verlo en la mirada de un caballo cuando se acerca su cuidador, en la persona que dona sus órganos al morir a un desconocido o a varios, y en la persona que organiza una reunión con sus vecinos para resolver colectivamente un problema. 

Puedes verlo en los encierros, protestas y huelgas de gente trabajadora cuando las vecinas y los vecinos llegan con mantas y comida a apoyarles. Puedes verlo cuando se abrazan al celebrar y puedes sentirlo en la sonrisa del periodistas que anuncia la victoria. 

Puedes sentirlo cada vez que te das a ti misma un buen consejo, cada vez que tomas una decisión que te ayuda a estar mejor, cada vez que te permites a ti misma un tiempo para el placer y el disfrute. 

Ponte las gafas del amor

El amor está en todas partes, solo tienes que ponerte las gafas para verlo, y prestar atención a los objetos y a las cosas que te rodean, porque el amor también está en la sopa de pollo que te ha hecho la vecina para que te recuperes de la gripe, en el dibujo que hace tu hija para que se te pase la pena, en la amiga que deja el teléfono a un lado para escucharte con atención amorosa durante horas. 

El amor está en cada cosa que hacemos en nuestro día a día: lo mismo da que estés fregando platos, contestando un mensaje, terminando un proyecto, doblando ropa, haciendo una manualidad para el cole de tus hijas, o conduciendo por la ciudad. 

El amor está en la sonrisa que le brindas a la vecina al darle los buenos días, en tu forma de tratar a tus compañeros de clase o de trabajo, en el masaje que le das a tu abuela en la espalda y en las manos, en la bufanda que le estás tejiendo a tu compañera de trabajo, en el dinero que le prestas a tu hermana cuando se queda sin empleo, en el ratito que le dedicas a una madre del cole de tu hijo que necesita desahogarse y sentirse escuchada. 

El amor está también en el café que le haces a tu compañero o compañera de piso en las mañanas de los fines de semana, en la sonrisa que le dedicas a una desconocida por la calle, en la mirada llena de agradecimiento de una mujer a la que has ayudado a rellenar ese maldito formulario, en el donativo que haces a un refugio de perros. 

También está en el post que publicas en tu muro para difundir el trabajo de tu amigo, y en los cuidados que le brindas a tu amiga después del parto (le cocinas unas lentejas, le tiendes una lavadora, le haces la compra, le friegas esa pila de cacharros, le haces una tarta de chocolate deliciosa, y meces al bebé para que ella pueda echarse una siesta)

El amor está en todas las ocasiones en las que te sientes útil ayudando a los demás, y cada vez que estás contribuyendo a que tu vida y las suyas sean más fáciles y más bonitas. 


El amor no está solo en la pareja

Si, hay mucho amor dentro de ti, y te llega mucho de los demás también. El amor romántico es solo una forma de amor más, pero no es la única ni la más importante. Todas y todos necesitamos mucho amor, y una sola persona no nos puede cubrir esa necesidad: nuestra gente querida es esencial, porque con ellas formamos nuestras redes de cuidados y apoyo mutuo.

La soledad nos envejece, nos enferma y nos acorta la vida. Por eso es tan importante que aprendamos a cuidar el amor, y a cuidar a las personas que queremos. 

Es una toma de conciencia: tengas o no tengas pareja, el amor es una enegía que mueve el mundo. No se agota: es una fuente de energía sostenible, renovable y ecológica. La producimos todo el rato, se retroalimenta a sí misma.  

El amor está en las pequeñas y en las grandes cosas, en el día a día, en todas tus relaciones con los demás, en la forma en que te relacionas con los espacios que habitas: tu hogar, los hogares de otros familiares, tu centro de estudios o de trabajo, el transporte público, el parque infantil, la calle... mucha gente se relaciona amorosamente con los espacios y las personas, porque ha tomado conciencia de lo importante que es respetar las normas de convivencia y educar a los demás dando ejemplo, con su forma de actuar y de relacionarse con los espacios. 

El poder del amor está dentro de ti, y le llega a los demás cada día. Te llega desde fuera, te envuelve y te sostiene, te acuna en sus brazos como si fueras un bebé, y se te mete dentro. En tu interior se convierte de nuevo en amor, que vuelve a salir de tí para alimentar a los demás, en un ciclo amoroso sin fin. 

Hay mucho amor, hay toneladas de amor para todos y todas, está en todas partes. 

Ojalá puedas tomar conciencia de todo el amor que das y que recibes, y ojalá que puedas disfrutarlo, todos los días de tu vida. 


Coral Herrera Gómez 


Más artículos de la autora: 

1 de mayo de 2023

Decálogo para el Autocuidado

 


Autoconocimiento, para aceptarte y conocerte mejor a tí misma

 Amor del bueno, para construir una relación bonita contigo misma 

 Autoestima, para aumentar la confianza en nosotras mismas

 Autonomía emocional, para no tener relaciones de dependencia. 

 Autonomía económica, para ser libres y tener una Buena Vida.

 Autocrítica amorosa, para identificar todo aquello que nos hace sufrir y hace sufrir a los demás.

 Autorregulación y autocontrol: tú puedes controlar las dosis y ser dueña de tus acciones

 Autodefensa emocional: aprender a evitar el abuso, a poner límites a los demás, y a ser asertivas.

Aceptar la Realidad: fundamental tener los pies en la tierra para cuidar mi salud mental y emocional

Aprender a cuidar las Emociones: aprender a identificar, expresar y cuidar las emociones para que no nos hagan daño y no dañen a los demás.

Cuidar la humildad y trabajar el ego para que no nos domine, y para evitar las luchas de poder con los demás.

Cuida tu salud: dormir bien, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico, pasar tiempo al aire libre y a la luz del sol…

Cuida tus redes de apoyo y de afecto: son tu mayor tesoro, y para que se mantengan vivas tienes que regarlas y cuidarlas con amor. 

Cuida tus niveles de autoexigencia: somos seres humanos y somos imperfectos, es imposible ser buena en todo y no equivocarse nunca. 

Comunicación no violenta: aprender a cuidar mis palabras, entrenar en el arte de la asertividad, hablarme a mí misma con respeto y con amor. 

Derecho a divertirte y a disfrutar: haz hueco en tu agenda para ti, y para dedicar tiempo a tus pasiones, y a tu gente querida.

Feminismo: para aprender a relacionarme sin dominar y sin someterme, para aprender a cuidar mis relaciones con las demás mujeres, para trabajar juntas en nuestra liberación.

Grupos de Cuidados: pertenecer a grupos de cuidados es fundamental. Solas no podemos hacer frente al abuso y la violencia, pero juntas podemos protegernos, crear espacios seguros, y proporcionarnos ayuda mutua.  

Honestidad con nosotras mismas, para ser realistas, para evitar el autoengaño y para tener los pies en la tierra.

Lealtad con una misma; para no traicionar tus principios, tus valores, tus ideas, tus apetencias, tus deseos, tus necesidades.

Responsabilidad afectiva con nosotras mismas: somos responsables de nuestra salud mental, emocional y física. 

Sé tú misma: es muy importante que tengas espacios con tu gente querida en los que puedas sentirte libre para ser tú misma, para expresarte sin miedo, para mostrarte tal y como eres. 

Terapia para sanar los traumas y las heridas del pasado.

Toma decisiones:  identifica todo aquello que quieres cambiar para vivir mejor, y toma decisiones para empezar hoy mismo. 

Compromiso con nosotras mismas: 

Elaborar unos pactos de cuidado y firmar un contrato amoroso con nosotras mismas para procurarnos una Buena Vida, para ser mejores personas, para trabajar en nuestro bienestar y en nuestra felicidad. 
Tu compromiso es con el derecho que tienes y tenemos todas a vivir una Buena Vida.




























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