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18 de julio de 2025

La amistad entre niños y niñas

Sabes que lo estás haciendo bien cuando tu hijo tiene amigas y juega con ellas, y es capaz de resistir la presión de los demás niños. 

Llega una edad en la que los niños empiezan a despreciar profundamente a las niñas y a construir su masculinidad desde el rechazo a todo lo que tiene que ver con los estereotipos femeninos.

A muchos niños les da auténtico terror ser comparados con niñas. Es el peor insulto que pueden recibir en el colegio y en el parque: “lloras como una niña”, “corres como una niña”, “nenaza”, “marica”…. 

Elisabeth Badinter nos explicó que los niños construyen su masculinidad desde el rechazo y en base a 3 principios: “no soy un bebé, no soy una niña y no soy homosexual”

Los estudios demuestran que desde los seis años los niños se creen superiores a las niñas, y las niñas ya tienen claro a esa edad que pertenecen al grupo de las inferiores. 

Por eso que los niños varones tengan amigas es un síntoma de que aún no desprecian a las niñas y de que tienen una personalidad lo suficientemente fuerte como para resistir las burlas de los demás niños. 

Hay que apoyarles porque desobedecer los mandatos de género tiene un coste muy alto para los niños rebeldes: los que no juegan al fútbol, los que no les gusta la violencia, los que se visten como les da la gana, los que no tratan mal a las niñas… sufren una especie de apartheid en los espacios infantiles. 

Creo que por eso mi hijo tiende a juntarse más con las niñas, porque con ellas se siente más libre para ser él mismo. 

A mí me da la vida cuando me junto con madres y padres que fomentan la amistad de sus hijos con niñas y niños. Siento que así estamos apoyando su rebeldía. Porque la sociedad entera les pide que se mutilen a sí mismos y que aprendan a tratar a las mujeres como objetos sexuales, no como iguales. Y les hace creer que no hay nada peor en el mundo que ser una niña o compartir tiempo con niñas.

Contadme por aquí, ¿vuestros niños tienen amigas, vuestras niñas tienen amigos?, ¿y en la adolescencia, lograron disfrutar de la amistad con chicas?

Coral Herrera Gómez 


12 de julio de 2025

Hipersexualizar a las niñas y adolescentes es violencia



Una cosa fantástica que nos pasa a las hembras humanas es que no tenemos celo: podemos tener relaciones sexuales todo el año. Cuando buscamos pareja para tener sexo tratamos de informarles a los demás con nuestra forma de vestir, de maquillarnos, de bailar y de movernos. Los hombres también exhiben su belleza y su atractivo sexual para aparearse, y también bailan y emiten señales con su cuerpo para ligar (con hembras y con machos). 

Si realzamos nuestra belleza y nos exhibimos cuando queremos aparearnos, ¿por qué ahora estamos empujando a las adolescentes y las niñas a imitarnos?


Vamos a la raíz de la cuestión: la diferencia entre humanos y animales es que para nosotros el sexo no es solo la búsqueda del placer y la satisfacción del deseo, también es un tema de poder y de dinero. 

Como nuestra sociedad es jerárquica, las personas más sexys y atractivas tienen más rango y más oportunidad para conseguir un trabajo, para ascender en su empleo y para generar ingresos. Las empresas usan el deseo sexual para vendernos productos y servicios, y tambien tratan a las mujeres como objetos sexuales para alquilar, vender o comprar sus cuerpos. 

Como estamos en una estructura patriarcal y capitalista, las mujeres somos mercancía con la que los señores capitalistas hacen muchísimo dinero. Y nuestra cultura nos hace creer que las mujeres más valiosas son las más bellas y las que más deseo despiertan en los hombres, por eso nos hipersexualizan y nos hipersexualizamos, y por eso tantísimas adolescentes creen que valen más cuántos más pretendientes tengan, y cuantos más likes reciben en redes sociales. 

Y por eso tantas se deprimen cuando no despiertan pasiones en los machos, porque sienten entonces que no valen nada. 

Las mujeres nos hipersexualizamos entonces porque así creemos que tenemos más poder y más posibilidades de conseguir pareja y de triunfar en la vida. Y es cierto que las más guapas consiguen no solo miles de fans, y muchos ingresos, sino que también conquistan a los hombres más ricos y poderosos.

Para ser elegidas como pareja, competimos entre nosotras a ver quién despierta más deseo entre los hombres y más envidia entre las mujeres. Y por eso nos quieren disponibles para poner nuestros cuerpos al servicio del patriarcado y del capitalismo. Nos han hecho creer que despertar el deseo masculino nos da poder y nos hace valiosas.

A las adolescentes las ofrecen ídolos femeninos hipersexualizados para que sueñen ser como ellas, especialmente actrices y cantantes que imitan la estética pornografica para resultar deseables. 

Las industrias saben que son un público muy influenciable, que en la adolescencia nos sentimos muy inseguras y vulnerables, y que vamos buscando la validación social. También saben que tienen problemas con el ego y la autoestima, y por eso les bombardean a diario con productos de belleza y soluciones milagrosas, y con pastillas para aliviar la frustración, la angustia y la depresión de verse feas y poco sexys. 

Y ahora van a por las niñas. Si cada vez ves a más niñas que bailan sexy, y usan maquillaje, tacones, sujetadores con relleno, minifaldas, escotes, uñas pintadas es porque a través de los medios nos hacen creer que no hay nada malo en ello. 

Nos estamos acostumbrando poco a poco a ver niñas hipersexualizadas, aunque sentimos verdadero terror cuando salen las noticias de pedofilos y pederastas detenidos por violar, grabar las violaciones a niñas y niños, y venderlas a otros pedófilos. 

Sin embargo, la gente sigue subiendo a Internet fotos de sus hijas posando sexys como si fueran mujeres adultas. Y hasta presumen de ellas y agradecen los likes y comentarios de gente desconocida.

Muchas madres lo hacen porque no son conscientes del peligro que representa para sus hijas y para las demás niñas. 

Otras creen que vistiendo a sus hijas igual que ellas, resultan aún más atractivas para los hombres. 

Algunas piensan que así sus hijas serán poderosas y podrán llegar lejos en la vida, y les enseñan desde muy pequeñas a explotar sus encantos.

Sin embargo la mayoría lo hace porque lo hacen las demás. Porque es cada vez más normal: en muchos colegios hacen espectáculos de niñas imitando a cantantes famosas y la gente los sube a redes sociales. Lo hacen en navidades y a finales del curso. Lo puedes ver también en los cumpleaños infantiles, en las fiestas de los pueblos, en la tele, en los concursos infantiles de belleza o de canto y baile. Y en los espectáculos de drag queens que ofrecen al público infantil para que lo vean como algo divertido.

Cuantas más niñas vestidas como actrices porno que bailan como actrices porno, más altas son las cifras de abuso y violencia sexual cometidas por niños, adolescentes y hombres adultos. La gran mayoría de los agresores son hombres de su entorno más cercano: padres, padrastros, hermanos, primos, tíos, abuelos, abuelastros, y amigos de la familia. 

Pero también hay redes de hombres que se hacen millonarios con plataformas en las que las niñas y las adolescentes que suben sus fotos eroticas para ganar dinero, aunque quienes ganan dinero son ellos. 

En el mundo real, los hombres trafican con niñas hipersexualizadas de todas las edades, tanto para porno como para prostitución y trata: es un negocio descomunal porque hay muchísima demanda. 

Y esta es la cuestión más horrible que se plantea: ¿por qué hay tantísima demanda?, ¿por qué es un negocio tan bestial?, ¿por qué a los hombres les gustan tanto las niñas y las adolescentes?, 

¿por qué los padres y las madres hipersexualizan y exhiben a sus hijas en la calle y en las redes sociales?, ¿por qué la sociedad permite que los adultos ganen dinero usando a niñas y niños para atraer a otros adultos?

También pienso mucho en las niñas y adolescentes rebeldes que se niegan a hipersexualizarse, a exhibirse y a ser exhibidas, y en las que no cumplen con los cánones de la belleza normativa, y quedan fuera de la competición. 

Las cifras nos indican que la salud mental de la infancia y la adolescencia se está deteriorando cada vez más. Y que cuando no tienen acceso a redes sociales se deprimen menos, tienen menos ansiedad, y baja el índice de suicidios. 

Los datos que tenemos son muy claros: someter a nuestras hijas a la tiranía de la belleza y a la exhibición en redes sociales es violencia contra la infancia. 

Porque muchas no pueden con la tremenda presión, porque las hace sufrir mucho, y porque las pone en peligro frente a los pederastas. Hace dos días salió publicado un estudio de Save The Children en el que se refleja que el 98% de la población adolescente encuestada declaraba haber sufrido violencia en redes por parte de otros adolescentes y de adultos. 

Tenemos un problema muy serio con la hipersexualizacion de la infancia y con la tiranía de la belleza, abramos los ojos de una vez y tomemos conciencia: hay que proteger a nuestros hijos e hijas de las pantallas y de la cultura pedófila y patriarcal. 

Hay que erradicar por completo la explotación sexual y la violencia sexual que sufren niñas, adolescentes y mujeres. Es una responsabilidad colectiva: de los productores de cultura, de los padres y las madres, del profesorado, de los dueños de las redes sociales, y de los gobiernos.

Los niños y las niñas tienen derecho a tener infancia, y a vivir en espacios seguros una vida libre de abusos sexuales. Ademas es responsabilidad de todos cuidar de la salud mental y emocional de nuestras criaturas. 

Coral Herrera Gómez 




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12 de marzo de 2025

Cómo hablar con adolescentes sobre la explotación de mujeres




Uno de los temas más difíciles para madres, padres y profesionales de la educación es cómo abordar el tema de la pornografia, la prostitución y la trata con la población adolescente.

En mis charlas y talleres yo lo abordo desde la perspectiva de la justicia social. 

Y además, creo que no hay nada más eficaz para ayudarles a desarrollar su empatía y para tomar conciencia que darles la oportunidad de escuchar a las supervivientes y que conozcan sus historias de vida. 

En las charlas de sensibilización y concienciación que impartimos en institutos y universidades, les damos cifras y datos, que son impresionantes. Les explicamos cómo funciona el negocio de los hombres que usan a las mujeres como mercancía, y quienés son los que realmente ganan dinero en el negocio que usa mujeres. A ellos les tienes que desmontar el mito de la libre elección (lo hacen porque quieren), y a ellas les tienes que desmontar el mito de la puta feliz: todo el tiempo las seducen con la idea de que es dinero fácil y es un trabajo como otro cualquiera. 

Por eso creo que escuchar a las mujeres supervivientes es la forma más efectiva para que entiendan que la explotación es violencia, y que no hay mujeres que merecen tener derechos, y otras que no merecen tener derechos. Es injusto que haya tantas mujeres sometidas a la esclavitud (laboral, doméstica, sexual y reproductiva), no es justo que los hombres puedan satisfacer sus deseos y caprichos usando unas pocas monedas y billetes. 

Desde la perspectiva de la justicia social y desde los principios elementales del feminismo, les explico que ninguna niña nace para puta, que no somos objetos, que no se puede alquilar ni comprar ni vender mujeres, que somos seres humanos, y que esto es una cuestión de derechos humanos.

Les hablo de cómo ser una buena persona y como conducirse por una ética amorosa, y de la importancia de hacer autocrítica, de cuidar su deseo para no abusar de nadie, y de cuidar sus emociones para que no hagan daño a nadie.

Les hablo de que para ser buenas personas los hombres deben dejar de aprovecharse de las mujeres más pobres, y les invito a hacer una revolución que transforme nuestras formas de relacionarnos y de organizarnos: la Revolución Amorosa.

A ellos les explico por qué es importante que aprendan a relacionarse desde el compañerismo con las mujeres. Les cuento que el amor no es una guerra, que no es necesario dominar ni someterse, que las relaciones igualitarias duran más, que no estamos condenados a sufrir, que hay muchas formas de quererse, y que el amor y el sexo son para disfrutar. 

Termino explicando que las mujeres no debemos someternos a las normas sociales ni a los mandatos de género, y que todas nosotras tenemos derecho a vivir una Buena Vida. El feminismo lucha para que la gente tome conciencia de que el mundo no puede girar en torno a los deseos, los sentimientos, los intereses, los privilegios y los negocios de los hombres. 

Porque ninguna mujer viene a este mundo a servir. Nuestra función no es la de ser sirvientas. 

Sirvientas en la Iglesia, en el Burdel, y en el Hogar.

Sivientas pariendo nuevas criaturas, 

Sirvientas limpiando su mierda 

y cuidando a sus hijos,

Sirvientas on line, chicas nuevas todos los días.

Es muy difícil combatir el discurso anti feminista hoy en día, tanto el de los progres como el de la extrema derecha, pero creedme que nada funciona tan efectivamente como permitirles escuchar la historia de mujeres reales que sobreviven a la pornografia y la prostitución. 

Os recomiendo el cómic de Alicia Palmer sobre la vida de Amelia Tinganus: Amelia: Historia de una lucha. Es una mujer superviviente que se dedica a sensibilizar y concienciar a la población sobre la violencia que sufren las mujeres. Ambas trabajaron juntas para contarle a la población adolescente y juvenil la historia de Amelia en formato cómic.

Y os recomiendo también las producciones de Mabel Lozano, que son muy buenas para concienciar sobre el tema. Si logras que tu hijo se horrorice con la industria del porno y la explotación, no tendrás que vigilarle ni castigarle: él mismo entenderá que si consume está alimentando la violencia contra las mujeres. 

Le creará probablemente un dilema ético que tendrá que resolver por si solo, como el resto de los asuntos de la vida. Tu misión es solo ofrecerle recursos y facilitar que se haga preguntas y trate de resolverlas por si mismo, conversando consigo, contigo y con sus amigos y amigas. 

Cuanto más piense y más preguntas se haga , mejor. No hay nada contra la injusticia como la toma de conciencia, la sensibilidad, la empatía y la solidaridad, y todas estas habilidades se desarrollan entrenando cada día, en la interacción con los demás. 

Y es que afortunadamente, todo en esta vida se puede trabajar.

También os recomiendo una plataforma para chicos jóvenes que se llama Broders hecha para chicos desde los 12 en adelante, un espacio seguro donde podrán hablar con expertos en temas de másculinidades.

Coral Herrera Gómez 


Material y recursos:

Cómic Amelia Tinganus

Libro: La Revuelta de las Putas, de Amelia Tinganus

Libro Ética para Celia, Ana de Miguel

Charla de Ana de Miguel en Youtube

Serie Pornoexplotación de Mabel Lozano

Documental AVA de Mabel Lozano

Entrevista a Sonia Sánchez, superviviente

Entrevista a Marina Marroquí

Ni Zorras Ni Héroes. Guía para trabajar el consumo de pornografía en menores





19 de enero de 2025

Tenemos un problema: los niños son cada vez más violentos




Soy madre de un hijo varón de 8 años, y además soy formadora en institutos y colegios, en los que imparto charlas sobre el tema del amor romántico y la violencia machista desde hace doce años. 

Como madre, como profesora e investigadora, y como ciudadana, me siento cada vez más alarmada por el aumento de la violencia escolar, el machismo y la misoginia, el consumo de porno y la violencia sexual. Estoy tratando de educar a mi hijo para que sea buena persona, para que no sea machista, para que aprenda a relacionarse con las mujeres desde el respeto, la igualdad, la ternura y el compañerismo. Estoy educando a mi hijo para que no odie a las niñas, para que no se sienta superior a ellas, para que no las maltrate, ni abuse, ni ejerza violencia contra ellas, ni en la infancia ni en la adolescencia, ni en la adultez. 

Pero siento que estoy luchando contra el mundo entero, y que la mía es una tarea titánica, una especie de odisea. 

En primer lugar, porque estoy intentando educar a mi hijo para que no sea un adicto a las pantallas. Y en segundo lugar, porque la gente no ha tomado conciencia de lo peligrosas que son para el cerebro y la personalidad de los menores. 

A mi me gustaría que mi hijo tenga la capacidad de analizar la ideología machista y patriarcal insertos en todos nuestros relatos, en todos los formatos y canales: chistes, canciones, dibujos animados, series de televisión, videojuegos, películas, anuncios publicitarios, y vídeos en redes sociales. Sólo así podrá identificar los valores que le están vendiendo, y podrá trabajar en sí mismo para defenderse de la cultura del odio y la violencia que imprena toda nuestra cultura.    


Los niños sufren cada vez más adicciones


Uno de los grandes problemas a los que nos enfrentamos es el aumento de las víctimas menores de edad que sufren adicción a las pantallas. Los expertos y expertas se muestran preocupadas por los efectos que tiene la adicción a las pantallas, a nivel físico, emocional e intelectual. 

Uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de uso adictivo por las pantallas: el estudio elaborado por DKV y la ONG Educar es Todo evidencia la relación entre un uso incorrecto de la tecnología y los trastornos emocionales de los adolescentes. Tras entrevistar a más de 1.400 niños de entre 10 y 17 años, 1.600 familias y una centena de docentes, la investigación reveló que el 45% de los adolescentes reconoce tener problemas para desconectarse de la tecnología y más de la mitad acude a los dispositivos electrónicos (móviles, tabletas, ordenadores, etc.) para estar mejor cuando se han sentido solos, tristes o enfadados. Además, más de uno de cada tres asegura que come o cena con un dispositivo tecnológico y la mitad que se lleva el móvil a la habitación al irse a dormir. 

Los síntomas que sufren las niñas y los niños adictos son variados, pero el indicador más claro es la ansiedad y la angustia que sienten cuando les pides que apaguen el dispositivo (tablet, teléfono, videoconsola, ordenador, etc), y la agresividad con la que reaccionan cuando se lo quitan de las manos. 

Los menores de edad que sufren adicción a las pantallas presentan los siguientes problemas:

- trastorno del sueño.
- abandono de sus pasiones y aficiones.
- irritabilidad y mal humor.
- bajada en el rendimiento escolar
- faltan más a clase
- tendencia al aislamiento y problemas para socializar
- tristeza y desolación cuando no tienen una pantalla en sus manos
- dificultad para manejar el síndrome de abstinencia
- reacciones violentas cuando les quitas las pantallas.

Además están los problemas de salud derivados del sedentarismo: obesidad, dolores de espalda, riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión y ansiedad.

Expertas y expertos explican que la sobrexposición en las pantallas provoca alteraciones en el cerebro: tendencia al aislamiento, conductas agresivas, deterioro cognitivo, falta de autocontrol en las emociones y el comportamiento. 
 
Investigaciones citadas por The Guardian indican que "el uso excesivo de redes sociales y el consumo compulsivo de contenido de baja calidad —desde noticias sensacionalistas hasta teorías conspirativas y entretenimiento vacuo— puede literalmente reducir la materia gris, acortar la capacidad de atención y debilitar la memoria: es lo que se conoce ahora como la "podedumbre cerebral"

Aun así, la magnitud del problema es particularmente grave en jóvenes. Según datos de 2021 de Common Sense Media citados en The Conversation, los preadolescentes pasan 5 horas y 33 minutos diarios frente a pantallas, mientras que los adolescentes alcanzan las 8 horas y 39 minutos.



Salud mental de la población infantil y juvenil

Si además le sumamos el grave deterioro de la salud mental y emocional en la población infantil y juvenil que se ha experimentado en todo el mundo después de la pandemia de COVID 19, podemos darnos cuenta de que el uso de Internet no mejora el panorama, sino que lo empeora. 

Los expertos y expertas están alarmados por el aumento de las depresiones y de los suicidios. Más de 1 de cada 7 adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo tiene un problema de salud mental diagnosticado, según una investigación llevada a cabo por Gallup para el próximo informe Changing Childhood de UNICEF, un promedio del 19% de los jóvenes de 15 a 24 años de 21 países declararon en el primer semestre de 2021 que a menudo se sienten deprimidos o tienen poco interés en realizar alguna actividad.

Los niños varones tienen mayor riesgo  de tener conductas suicidas, porque 2 de cada 3 personas que se suicidan en el mundo son hombres. Según el estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD 'La caja de la masculinidad', “el tipo de posicionamiento frente a la masculinidad tiene un claro impacto sobre la salud mental”. En España, en 2021, 4.003 personas murieron por suicidio: 2.982 hombres y 1.021 mujeres. Los datos indican que hay 12,8 suicidios por cada 100.000 hombres y 4,2 por cada 100.000 mujeres.

Además de los trastornos que produce el uso excesivo de los videojuegos, también el uso de las redes sociales está dañando la salud mental y emocional de la infancia y la adolescencia

En el 2023 una coalición de 41 estados de EEUU y el Distrito de Columbia demandaron a Facebook e Instagram al considerar que son adictivas y dañinas para la infancia. El alcalde de la ciudad de Nueva York presentó una denuncia formal contra cinco de las mayores redes sociales –TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube– por "alentar una crisis de salud mental entre los menores en toda la nación".

Una investigación del Laboratorio de Innovación Audiovisual de RTVE muestra que TikTok no filtra los contenidos por edad. TikTok está en el punto de mira de la Comisión Europea por su diseño adictivo y sus publicaciones nocivas para el menor porque expone a los menores a contenidos sobre suicidio, autolesiones, armas, estafas y pornografía.

En este artículo nos detallan cómo impactan las pantallas en la salud mental y emocional de nuestros adolescentes. 


La violencia escolar y el bullying aumentan en las aulas

La mitad de los adolescentes del mundo sufre violencia en la escuela, según datos de UNICEF: "La mitad de los estudiantes de entre 13 y 15 años de todo el mundo –alrededor de 150 millones— declaran haber experimentado violencia entre pares en las escuelas y en sus inmediaciones" 

En España, uno de cada diez niños/as sufre acoso escolar. Las cifras ponen los pelos de punta. El Ministerio de Educación y Formación Profesional publicó un estudio en 2023 con los siguientes datos: 
- un 9,53% del alumnado señala haberse sentido acosado y un 9,2% haber sufrido ciberacoso.
- el 4,58% admite haber acosado alguna vez a un compañero y el 4,62% haber ciberacosado a una persona. 
- entre las familias, el 7,7% afirma que cree que su hijo ha sido acosado.

Cuando han presenciado una situación de acoso, el 30,9% de los alumnos y alumnas indica habérselo comunicado a un profesor, el 20,17% a un familiar y el 14,8% a un compañero. El 9,83% señala haberse enfrentado al acosador y el 7,17% no supo qué hacer.

Acoso y suicidio: el 21% de víctimas y el 25% de acosadores han intentado suicidarse en España. Cada vez son más las víctimas que se suicidan, pero el pacto de silencio que protege a los agresores no se rompe. Los equipos directivos de muchos centros escolares no quieren problemas, pese a que existen protocolos para proteger a las víctimas del bullying. Los padres y las madres de los agresores tampoco quieren asumir el problema, y a menudo lo minimizan: "son cosas de niños", "mi niño nunca haría eso", "ese niño provocó a mi hijo". El proceso para que se ponga en marcha la protección de las víctimas es muy lento, y la mayor parte de los casos acaban con una solución: obligar a las víctimas a cambiar de colegio, y dejar impunes a los agresores. 

La lucha del profesorado para erradicar la violencia en las aulas no está reconocida, ni se facilita desde las instituciones educativas. Uno de los mayores problemas es la ratio: con 30 o 40 alumnos en clase es imposible hacer frente a todas las situaciones a las que se enfrentan a diario. También la sobrecarga de trabajo les impide ayudar a las víctimas, y falta formación en el profesorado, que necesita más herramientas y más tiempo para poder volcarse en estos casos. 

En nuestra cultura patriarcal, los menores aprenden a ejercer la violencia entre risas. Disfrazan la violencia de bromas, comentarios despectivos en tono humorístico, y burlas crueles. Esto de humillar públicamente a alguien para que se rían los demás lo hacemos también las personas adultas: aprenden de nosotros y nosotras. 


Adicción al porno: los niños son expuestos desde los 8 años 

Sí, desde los 8 años, a veces antes. El informe de Save The Children nos explica que casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía y acceden a contenidos sexuales desde edades muy tempranas (de los 8 a los 12 años), y empiezan a consumirla de forma regular a los 14.  

Nunca los niños habían tenido acceso a tal cantidad de pornografía: les llega por todos los canales a todas horas, todos los días. En los videojuegos les aparecen anuncios de páginas porno a las que acceden con un solo clic: la mayoría de los niños reciben contenidos pornográficos sin buscarlos. 

La experta en pornografía y adolescencia Marina Marroquí afirma: “Los niños no buscan el porno, el porno los encuentra a ellos”, indica. “Es prácticamente imposible escapar: está en el chat de la play, en Twitter, en grupos de WhatsApp, cuando descargan una aplicación... el porno que les llega es sádico y de extrema violencia”

Conforme aumenta el consumo de porno, aumenta la misoginia en los discursos y producciones audiovisuales difundidos en redes sociales, aumentan las víctimas de violencia sexual, violencia verbal y psicológica, violencia física, y también aumenta el nivel de crueldad ejercida por varones jóvenes contra niñas y adolescentes. 

En estas últimas décadas está aumentando la cantidad de adolescentes que sufren adicción al porno.

La adicción a las pantallas y al porno se desarrollan a menudo de forma simultánea, lo que afecta a la salud mental y emocional de los chicos, pero también a sus relaciones sexuales y sentimentales con chicas.

 Muchos de ellos afirman que no consiguen tener erecciones haciendo el amor: sólo se excitan si pueden ejercer prácticas sádicas con sus parejas (escupitajos, bofetones, azotes, insultos, penetraciones anales con dolor, ahorcamientos simulados, vejaciones, etc)

Muchos adictos al porno confiesan que sienten asco de sí mismos, pero que no pueden dejar de consumir porno. La mayoría de los adictos cosifican a las mujeres y se relacionan con ellas como objetos de usar y tirar,  y solo saben relacionarse con mujeres de pago: muchos de ellos tienen dificultades para relacionarse con mujeres que no se subordinan ni se someten a ellos. Tienen miedo de tener contacto físico real, y ello también les impide construir relaciones sanas e igualitarias. 

Estamos hablando de cifras alarmantes: un 10% de la población sufre adicción al porno. 

Las niñas están en peligro

Los agresores machistas son cada vez más jóvenes, así como las víctimas. La violencia sexual contra niñas y adolescentes se está disparando: la Fiscalía General del Estado (FGE) ha alertado de un "alarmante" incremento del 116% de las agresiones sexuales perpetradas por menores en España en el último lustro. 

Los agresores son principalmente sus novios. 

En España hay 101.008 casos activos de mujeres víctimas de violencia de género inscritas en VioGén a fecha 31 de octubre de 2024, de las que 1.201 son adolescentes menores de edad, que viven con protección policial para evitar que vuelvan a ser agredidas por su maltratadores.

Los vídeos más buscados en las webs pornográficas son de violaciones grupales. En España han aumentado en un 64% las violaciones de grupos de chicos contra niñas y adolescentes, y el 10% de las agresiones son grabadas y difundidas en redes sociales según el Informe de Save The Children,


El machismo les entra por los ojos

Los contenidos que consumen están basadas en la exaltación y glorificación de la violencia. Persecuciones, peleas, tiroteos, torturas, palizas, apuñalamientos, bombardeos: los dibujos infantiles, las películas y los videojuegos convierten la violencia en un espectáculo y es el tema central que atraviesa toda nuestra cultura. La violencia está normalizada en nuestra cultura, y funciona como un anestesiante social: la adicción a la violencia hace que los espectadores necesiten cada vez más nivel de crueldad y brutalidad, del mismo modo que les sucede a los hombres adictos al porno (para lograr excitarse necesitan contenidos cada vez más extremos) 

Pocos padres, madres y educadores han tomado conciencia de que exponer a los niños a la violencia, es violencia. 

Muchos cuidan la comida que consumen sus hijos para que sea sana y equilibrada, pero todavía no cuidan lo que consumen sus hijos a través del cerebro. Y son incapaces de relacionar las conductas violentas de sus hijos e hijas con los contenidos que consumen a través de las pantallas. 

¿Qué valores ofrecen los contenidos que consumen nuestros hijos e hijas? La ideología del patriarcado y del capitalismo, cuyos valores y principios están basados en el individualismo, el egoísmo, el supremacismo blanco, las estructuras de dominación y sumisión, el utilitarismo, la acumulación y el acaparamiento, las luchas de poder, las jerarquías humanas, la explotación y la violencia.

Los niños y niñas aprenden a ser hombres y mujeres bajo los mandatos sociales y de género, y los estrereotipos que les dictan cómo deben comportarse, vestirse, pensar y sentir según sean hombres o mujeres. Lo aprenden de una forma inconsciente, y después lo interiorizan: aprenden a relacionarse consigo mismos y con el otro sexo desde la misoginia, que es el odio contra las mujeres. 

¿Cómo interiorizan las niñas este odio? A través de la tiranía de la belleza: muy pronto aprenden a odiar su propio cuerpo y a invertir toneladas de tiempo y dinero en estar guapas para ser elegidas por los machos alfa. Se someten a tratamientos perjudiciales para la salud, se meten al quirófano, y sufren trastornos alimentarios: el uso de filtros en redes sociales está provocando que muchas de ellas no se reconozcan cuando se miran al espejo. 

Además, el neoliberalismo les ha hecho creer que su cuerpo es un producto, una mercancía, un objeto con el que ganar dinero. Les están engañando a todas con la idea de que poner el cuerpo al servicio del patriarcado y del capitalismo es muy empoderante, que hipersexualizarse es algo muy transgresor, y que convertirse en sirvienta sexual de un hombre o de varios es un acto muy feminista. No les dicen que los que de verdad ganan dinero con el negocio de los cuerpos femeninos son los hombres: las mujeres solo tenemos un cuerpo, los hombres tienen cientos y miles de cuerpos para comerciar con ellos. Son los dueños de las plataformas de la industria pornográfica, de los pisos y los burdeles, y de las redes de chicas nuevas que mueven por toda Europa y EEUU. 


Cada vez más machismo en las relaciones de pareja

Paralelamente, las relaciones de pareja entre chicos y chicas están impregnadas de machismo y misoginia. Según los estudios sobre el tema, la forma en que los adolescentes se relacionan está basada en mecanismos de dominación y sumisión, vigilancia y control. Los adolescentes siguen romantizando la violencia machista y siguen creyendo que los celos son una prueba de amor, que tu novio te de una bofetada es algo "normal", y que para amar hay que sufrir, sacrificarse, renunciar y asilarse socialmente para no hacer daño a la pareja y para demostrar que realmente quieres a la otra persona. 

Esto es fuente permanente de conflictos, tanto en la vida real como en la virtual, y son muchas las parejas de adolescentes inmersas en relaciones de maltrato mutuo que confunden con amor romántico. Son relaciones basadas en la vigilancia, el control, la sumisión en la que ambos miembros se limitan la libertad y atentan contra los derechos humanos "en nombre del amor". En la mayoría de estas parejas sus miembros están expuestos a unas elevadas dosis de sufrimiento y sentimientos como el odio o el afán de venganza, pero para muchas niñas y chicas adolescentes intentar salir de este tipo de relaciones puede convertirse en un auténtico infierno. 

Porque a los verones adolescentes les cuesta cada vez más aceptar un "no". En los contextos de ocio y fiesta es muy evidente que los chicos confunden el proceso de cortejo con el acoso: no aceptan rechazos de chicas. Creen que se están haciendo las difíciles y que la clave para poder follar con ellas es insistir hasta el agotamiento. No aceptan un "no", y la prueba más evidente es el aumento de delitos por sumisión química: las chicas no pueden perder de vista su bebida por miedo a que les echen algo en la bebida para violarlas. Este tipo de delito ha aumentado un 75% en España en el último año. 

El machismo y la escasa tolerancia a la frustración lleva a los jóvenes a no aceptar que su pareja quiera romper la relación, y reaccionan con violencia cuando ellas quieren huir. Muchas chicas permanecen en relaciones de dominación y sumisión por miedo, pero también porque creen que sufrir, renunciar, sacrificarse, someterse y servir a los hombres es una prueba de amor. 

Los mitos románticos siguen muy presentes en los relatos dirigidos a menores, y cada vez hay más influencers jóvenes invitando a las chicas a convertirse en perfectas esposas y sirvientas domésticas, por un lado, o a convertirse en sirvientas sexuales de uno o varios "sugar daddy" que las mantengan.
 
Las chicas sufren cada vez más violencia: 

-  En España, la cifra de menores con novios o exnovios que las maltratan o denigran ha crecido un 87% desde 2018, según la Fundación ANAR. El 70% no denuncia ni tiene intención de hacerlo.


- Los abusos y violaciones en grupo se han incrementado del 2,1% al 10,5% en los últimos años.

Cuantos más chicos participan en las violaciones en manada, más cruel y extrema es la violencia que sufren las chicas. 



Los chicos cada vez más de derechas, las chicas cada vez más de izquierdas: ellos son machistas, ellas feministas. 

Trabajo en proyectos de intervención, sensibilización y formación con menores desde el 2012. En estos últimos años tanto yo como mis compañeras formadoras hemos percibido que cada vez es más difícil hablar sobre igualdad, derechos humanos, y relaciones sanas. El ambiente en las aulas es cada vez más hostil, porque los chavales dicen que se sienten culpabilizados, y discriminados: sienten que los avances feministas les están quitando "derechos", aunque en realidad lo que están perdiendo son privilegios. 

En todos los centros hay grupos de chicos que intentan boicotear las charlas y llevar el debate a la guerra entre sexos: "las mujeres también matan", "también hay mujeres maltratadoras", "la mayoría de las denuncias son falsas", y cada vez está más extendida la idea de que la violencia de género no existe, que es un invento del feminismo. Muchos de ellos son apoyados por sus profesores, que sostienen los mismos discursos que lanza la ultraderecha en España. 

Además, los influencers, youtubers y streamers misóginos y anti feministas son sus principales referentes: se trata de jóvenes conservadores y reaccionarios que no sólo elaboran discursos anti feministas, sino que también se dedican a disfundir bulos, arremeter contra las personas inmigrantes, y a ensalzar la dictadura de Franco. Al final de sus vídeos te venden un curso para que puedas hacerte millonario sin trabajar, y puedas vivir a cuerpo de rey, como ellos hacen: se forran vendiendo humo y se empadronan en Andorra para no tributar en España.

La influencia de estos referentes es enorme: sus discursos victimistas enganchan mucho más que los referentes de hombres igualitarios que se responsabilizan y hacen autocrítica para ser menos machistas y para ser mejores personas. Los miembros de la machosfera no sólo se dedican a ofrecer datos falsos a la población juvenil, sino también a acosar en redes a las principales figuras del feminismo, alentando a sus seguidores a sumarse a las campañas de cancelación que a menudo van acompañadas de amenazas de muerte. Estos machos viven obsesionados con el culto al cuerpo, los ccoches caros, y la acumulación de dinero, poder y mujeres.  

Los estudios e informes sobre la juventud nos están ofreciendo cifras que ponen los pelos de punta y explican lo que está ocurriendo. El estudio 3428 'Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género' del CSIC (enero 2024) nos arroja estos datos: 

-Aumenta el negacionismo: un 49,2% de encuestados cree que las desigualdades entre hombres y mujeres son pequeñas o inexistentes. También niegan la brecha salarial entre hombres y mujeres: un 3,6% de los hombres cree que las mujeres tienen mejores salarios que los hombres, y un 42,1% cree que mujeres y hombres cobran lo mismo. 

- El feminismo “ha llegado demasiado lejos”: un 44,1% de hombres aseguran estar muy o bastante de acuerdo con la afirmación “Se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres”. También un 32,4% de mujeres responde afirmativamente a la idea de que hay hombres discriminados.

Otra investigación que demuestra que el antifeminismo y el negacionismo de la violencia machista ha crecido entre los chicos adolescentes en España es el realizado por Fad Juventud con jóvenes de entre 14 y 17 años.

“Mitos como los de las denuncias falsas, la mujer 'casta y respetable' o la mujer 'santa' y el hombre 'conquistador' "empapan la percepción adolescente sobre esta problemática y consiguen que el imaginario sobre violencia de género esté lleno de confusión y negacionismo, a la vez que dificulta la construcción de relaciones sanas en esta etapa de la vida" Nerea Boneta-Sádaba (2024)

Los jóvenes varones son más de derechas que nunca, las mujeres son más de izquierdas: así lo recoge el estudio del CSIC. El aumento ha sido de casi un punto en solo cuatro años. Además, los hombres jóvenes se han convertido en el grupo de población más derechizado de toda la sociedad, algo que no había ocurrido nunca hasta ahora. 


Los niños, niñas y adolescentes también sufren malos tratos en su hogar

Los niños no solo ejercen violencia, también la sufren por parte de los adultos. Los tipos de violencia que sufren son: malos tratos físicos, emocionales y psicológicos, abuso sexual infantil, abandono parental, violencia vicaria y maltrato institucional. 

Según datos de UNICEF, a nivel mundial: 

- Cada cuatro minutos, en algún lugar del mundo, un niño o una niña muere a causa de un acto de violencia.
-Alrededor de 90 millones de niños y niñas vivos hoy en día han sufrido episodios de violencia sexual. 650 millones de niñas y mujeres (1 de cada 5) vivas en la actualidad fueron víctimas de violencia sexual en su infancia, de las cuales más de 370 millones (1 de cada 8) sufrieron violaciones o agresiones sexuales.
- En entornos frágiles, las niñas se enfrentan a un riesgo incluso mayor, ya que la prevalencia de violaciones y agresiones sexuales en la infancia es ligeramente superior a 1 de cada 4.
- Casi 50 millones de mujeres adolescentes de 15 a 19 años (1 de cada 6) han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de sus esposos o compañeros sentimentales en el último año.
- Entre 410 y 530 millones de niños varones y hombres (aproximadamente 1 de cada 7) sufrieron episodios de violencia sexual en la infancia, incluidos entre 240 y 310 millones (aproximadamente 1 de cada 11) que fueron violados o agredidos sexualmente.
- 1.600 millones de niños y niñas (2 de cada 3) sufren castigos violentos en su hogar de manera habitual; más de dos terceras partes son objeto tanto de castigos físicos como de agresiones psicológicas.
- Cada año, la violencia se cobra la vida de un promedio de 130.000 niños, niñas y adolescentes menores de 20 años.
- Los niños varones corren un mayor riesgo de morir a causa de la violencia: 3 de cada 4 niños, niñas y adolescentes muertos a causa de la violencia eran varones.
- El riesgo de morir por un acto de violencia aumenta drásticamente al final de la adolescencia: 7 de cada 10 niños y niñas muertos a causa de la violencia tenían entre 15 y 19 años, la mayoría varones.
- Cerca de 550 millones de niños o niñas (aproximadamente 1 de cada 4) viven en un hogar donde la madre ha sido víctima de actos de violencia causados por su compañero sentimental. Muchos de ellos están expuestos a la violencia vicaria, que es la que ejerce el asesino sobre sus propios hijos para dañar a la madre.

En España los menores empezaron a ser consideradas víctimas de violencia machista en el año 2013. Desde entonces los agresores han matado a 63 menores, y se estima que 360 se han quedado huérfanos por el femicidio de su madre. Hay más de 11 mil niños y niñas cuyas madres tienen protección policial y están en riesgo a causa de las amenazas del padre. Muchos de ellos son condenados por el juez a visitar a sus padres o a convivir con ellos pese a las condenas por violencia de género, e incluso existen jueces que quitan la custodia de los niños a las madres protectoras, es lo que se conoce como el fenómeno del "arrancamiento", el caso más conocido en España es el de Ángela González, cuyo ex marido mató a su hija (la ONU condenó a España por haber permitido al asesino estar con ella sin supervisión), y el caso de Juana Rivas, que ha sufrido unos niveles de violencia institucional gravísimos por parte de jueces y juezas que se han negado una y otra vez a proteger a los dos hijos.  


Hay soluciones

Sí, los niños sufren y ejercen violencia, pero los gobiernos no están tomando medidas contundentes, y los medios de comunicación siguen perpetuando la cultura de la violencia. 

Los profesionales de la docencia batallan a diario en las aulas contra este problema, y llevan años advirtiéndonos de los efectos del acoso escolar, y de la adicción a las pantallas y al porno con los niños y las niñas, pero por alguna razón, la mayoría de las madres y los padres siguen aún en la hinopia. Seguimos dandole moviles a los niños sin pensar en las consecuencias: es como si les dieramos una bomba y no les enseñaramos a manejarla para que no les explote en la cara.

Muchos se sienten culpables porque no tienen apenas tiempo para la crianza y la educación de sus crías, y lo dejan todo en manos de las pantallas. Saben lo perjudicial que resultan las pantallas, pero no saben cómo poner límite a unos niños y niñas sedientos de dopamina, y tampoco tienen herramientas para ayudarles a desmontar los mitos de los contenidos que consumen, y a tomar conciencia de la ideología que subyace a los relatos.  

En Australia acaban de prohibir el uso de redes sociales a menores de 16 años, y en otros países están empezando a tomar medidas para proteger la salud mental y emocional de la población infantil y adolescente, pero aún son insuficientes. 

Los y las expertas recomiendan hablar mucho con nuestros hijos e hijas, pero lo cierto es que la gran mayoría no tienen herramientas para hablarles de la misoginia y la violencia, ni de la manipulación que sufren en redes sociales. En las aulas aún no se enseña a ejercer el pensamiento crítico ni a detectar los principales mecanismos de manipulación que usan los medios y las redes sociales: apenas tenemos sistemas de defensa para protegernos y para proteger a nuestros hijos e hijas. 

Necesitamos que la población tome conciencia, que los gobiernos tomen medidas, y que tanto medios de comunicación, como instituciones educativas e industrias culturales sean capaces de ofrecer las herramientas para que la población pueda identificar los mecanismos de manipulación y aprendan a cuestionar los mensajes con los que les bombardean a diario por tierra, mar y aire. 

En las aulas necesitamos coeducación, y proyectos educastivos basados en la Ética del Amor, la Filosofía de los Cuidados, y el feminismo, para que nuestros hijos aprendan a ser buenas personas y puedan liberarse del miedo y el odio contra las mujeres. 

Sólo desde una perspectiva ética los creadores y productores de cultura podrán plantearse qué tipo de valores están transmitiendo en sus producciones, y a quién beneficia la ideología que utilizan para enganchar a la población a sus creaciones. 

Pero lo primero de todo es que tomemos conciencia del grave problema que tenemos, y asumamos que en estos momentos, la adicción está dañando a la población infantil y juvenil, y los contenidos que nos están ofreciendo sirven para perpetuar la violencia, el machismo, el racismo, el capacitismo, la xenofobia, la homofobia, y demás enfermedades de transmisión social. 

Y desde ahí, podremos empezar a exigir a los gobiernos que implementen políticas públicas que sirvan para ayudar a las familias a manejar la tecnología y a contrarrestar los discursos de la derecha y la extrema derecha. 

Coral Herrera Gómez


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16 de enero de 2025

Las niñas no nacen siendo narcisistas


Las niñas no nacen siendo narcisistas, superficiales, egocéntricas, ni estúpidas. Ninguna de nosotras tenemos un gen que nos condene a vivir obsesionadas con la belleza y el dinero. Ninguna niña nace para ser sirvienta doméstica o sirvienta sexual de uno o varios hombres, todo eso lo aprenden con pantallas, viendo televisión y navegando en redes sociales. 

En las redes sociales las niñas aprenden desde muy pequeñas a exhibirse para gustar a los hombres adultos. Aprenden a bailar sexy, a maquillarse y a peinarse, a hacerse las uñas, a estar a la moda, y a despreciar a las niñas que no se someten a la tiranía de la belleza ni a los mandatos de género. 

Siguen a influencers a las que admiran por su belleza y por su capacidad para hacer dinero, y la gran mayoría son mujeres muy conservadoras y reaccionarias disfrazadas de modernas. Unas te invitan a convertirte en chica mala y sexy, disponible para todos los hombres, y otras te invitan a convertirte en una chica buena, obediente y sumisa, la esposa perfecta que vive por y para el marido (hasta que él la abandona por otra más joven)

Hay un enorme boom de novelas románticas creadas para que las niñas se hagan masoquistas y disfruten sufriendo la violencia de sus amados. Y estas novelas tiene mucho más alcance e impacto que cualquier campaña institucional contra la violencia machista.

Gracias a estas influencers muchas chicas viven en guerra contra sus cuerpos y contra las demás mujeres, gastan toneladas de dinero en moda y belleza, desarrollan trastornos alimentarios varios, se hipersexualizan y viven de rodillas frente a un novio machista. 

Las chicas que se obsesionan con complacer a los hombres son más vulnerables a sufrir violencia, y conozco a muchas madres desesperadas tratando de salvar a sus hijas de jóvenes violadores y femicidas. Es muy difícil que abran los ojos después de pasar tantos años de su vida consumiendo patriarcado. 

Cuantas más horas pasan frente a la pantalla, más se obsesionan con su aspecto físico y con las historias románticas. Las niñas consumen ideología a través del entretenimiento, una ideología basada en los valores del capitalismo y del patriarcado: individualismo, consumismo, egoismo, competición, dominación y sumisión, acumulación y acaparamiento, jerarquías, destrucción y violencia. 

Apenas hay influencers que les hablen de justicia social, derechos humanos, igualdad, solidaridad, ternura, cuidados, y amor.  Muy pocas hablan de utopías y de la posibilidad de construir un mundo mejor. Apenas hay mujeres hablando del Bien Común, desde la ideología del pacifismo, el ecologismo y el feminismo, y las que más seguidoras tienen son mujeres patriarcales de derecha y extrema derecha que no hablan de política, pero que transmiten su ideología sin complejos.

La mayoría de las madres y los padres se encogen de hombros y te dicen que no pueden hacer nada, pero lo cierto es que sí podemos sentarnos a ver con ellas esos contenidos, a cuestionar los mensajes que les envían, y a explicar los valores y principios que subyacen a esas producciones audiovisuales. 

También tenemos el límite del tiempo: no es lo mismo asomarse a la pantalla tres o cuatro horas el fin de semana que pasar cuatro horas al día. 

Algo que puede ser un auténtico salvavidas para muchas niñas: libros donde puedan asomarse a las historias de las mujeres importantes de nuestra cultura. 

Y hablar mucho, mucho, sobre el capitalismo y el patriarcado, sobre el amor y la belleza, sobre las relaciones humanas y sobre lo que de verdad importa.

Coral Herrera Gómez


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15 de enero de 2025

Crítica feminista a la película "Ballerina"



Ayer vi la película de Ballerina y me quedé impactada. 

Estos son algunos de los mensajes de la película:

- No importan los medios que uses para conseguir tus sueños. Si tú quieres ser una estrella no importa que hagas daño a los demás, lo importante es triunfar.

- Los que saben de verdad sobre ballet son los hombres: ellos son los verdaderos maestros de todas las artes.

- Si alguien te apoya y te cuida, y confía en ti, no pasa nada si le decepcionas: basta con pedir perdón con cara angelical. Con esta técnica podrás hacer daño a con quien quieras, todo el mundo te perdonará siempre.

- Si eres un chico y te gusta una chica ten en cuenta que primero tienes que aguantar malos tratos hasta que ella se dé cuenta de lo mucho que vales. Ellas se hacen las duras y hay que acosarlas hasta que logres ablandar su corazón.

- Si has sufrido mucho en la vida tienes derecho a aplastar a los demás, por ejemplo si eres huérfana y pobre.

- Las mujeres son malvadas entre ellas, por eso no hay que tener amigas ni fiarse de ninguna.

- Al amigo gordo hay que tratarle como si fuera un ser inferior, porque los gordos son tontos, vagos yY glotones.

- Las pobres son pobres porque quieren, porque las que de verdad quieren ser ricas se esfuerzan: tú puedes ser quien quieras ser haciendo daño a quien haga falta. 

- Las mujeres son muy complicadas y no hay forma de entenderlas, pero se derriten si les hinchas el ego y les repites todo el tiempo que son fantásticas, únicas, especiales, maravillosas e increíbles. 

- Si eres profesora o profesor es fundamental que trates mal a tus alumnas, para aprender hay que sufrir y no romper nunca la cadena de la violencia. Cuando seas profesora podrás maltratar a tus alumnas de la misma manera que te maltrataron a ti.

-A las chicas las puedes manejar como quieras si les haces creer que no son como las demás chicas. Ellas necesitan sentirse especiales porque se odian entre ellas.

-Cuando eres una estrella puedes llegar tarde a todos sitios, y cuando ensayas para una obra, el equipo de gente no importa, porque el foco está puesto en ti y eres tú la que vas a brillar. Es cierto que han ensayado muy duro, pero olvídate de tus compañeros y compañeras de reparto, lo importante es destacar siempre por encima de los demás.


Coral Herrera Gómez


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3 de octubre de 2024

¿Cuál es el insulto que más te ha dolido en la vida?

 




 

Hoy os invito a tomar conciencia sobre esta forma de violencia psicológica y emocional tan común. 

¿Te has preguntado alguna vez para qué sirven los insultos? Los usamos para expresar nuestra ira, y para iniciar una pelea mediante el ataque personal. El impacto que tiene en la persona que los recibe es brutal: van directos al corazón, destrozan su autoestima, dañan su prestigio y su imagen social. Los que más duelen son los que van acompañados con un tono de desprecio y asco, y están destinados a provocar en la víctima una reacción emocional brutal: ira, tristeza, rabia, vulnerabilidad. 

Es un mecanismo muy eficaz para manipular: si te dicen que eres una inútil, estúpida, retrasada, gorda, fea, histérica, vieja, loca, es para hacerte sentir insegura, para hundirte emocional y psicológicamente, y también para someterte. Por eso los hombres machistas usan tanto los insultos “zorra” y “puta” contra sus parejas: para ellos no hay una categoría social más baja y denigrante. Saben que duele mucho, y que puede que reacciones atacando con otro insulto, o que te quedes paralizada y llorando: lo que pretenden es destrozarte por dentro. Son una forma de castigo, y  aunque luego nos pidan perdón, el daño ya está hecho y permanece dentro de nosotras durante mucho tiempo, a veces toda la vida. 

Los insultos que más duelen son los que recibimos de gente cercana y de gente querida: padres, madres, hijos, pareja… y son la línea roja que jamás deberíamos traspasar.  Cuando le pierdes el respeto a la otra persona, empieza el maltrato. 

Es el momento en el que hay que romper una relación, sin embargo hemos normalizado tanto la violencia psicológica y emocional, que no lo consideramos agresión, sino una forma de expresar libremente nuestro enojo. Creemos que con pedir disculpas después alegando que estábamos enfadados o nerviosos es suficiente. Y nos enfadamos si la otra persona expresa su dolor: “eres muy susceptible”, “qué exagerada, no era para tanto”, “era una broma”, “eres hipersensible, no se te puede decir nada” 

Es muy difícil reparar el daño que nos causa en el corazón, y por eso muchas relaciones se van deteriorando hasta que se rompen. No sucede así en las relaciones de subordinación en las que las víctimas no pueden salir de ella porque son dependientes (de sus padres y madres, de sus maridos, de sus jefes)

Cuando no puedes escapar, no te queda más remedio que aguantar y soportar. Y cuando nos repiten muchas veces que somos tontas, que somos feas, o que no valemos para nada, nos lo acabamos creyendo: el impacto que tiene en nuestra personalidad es enorme. Sin autoestima es muy difícil defenderse a una misma: muchas víctimas de violencia machista acaban creyendo que se merecen el maltrato y los insultos de su pareja, y que ellos las hacen daño porque las quieren de verdad.

¿Cuál es el insulto que más te ha dolido en la vida, y cuánto tiempo te ha acompañado el dolor?

Coral Herrera Gómez


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