4 de enero de 2023

Dejar de maternar hombres adultos, y empezar a maternarse a una misma

 



Ayer me preguntabais que qué significa dejar de maternar a un hombre adulto, y cómo se consigue. 

Lo primero es dejar claras dos cosas: una, que los cuidados en una relación deben ser mutuos. 

Dos, que lo que tú necesitas es un compañero, no un hijo mayor. 

¿Cómo se consigue? 

Lo primero, explicarle que para ser autónomo tiene que aprender a cuidarse a sí mismo, a cuidar sus relaciones, y a cuidar su hogar. 

Lo segundo, negociar para establecer pactos de convivencia y para repartiros las tareas de cuidados y la logística del día a día.

Los hombres pueden aprender a cocinar, a mantener recogido y limpio su hogar, a limpiar la ropa y colocarla, a hacer la lista de la compra, ir a la compra, y colocar y preparar los alimentos.

Los hombres pueden llevar las cuentas de la casa, ir al médico por su propia iniciativa, llevar las cuentas del hogar, cuidar las plantas y el huerto si tenéis.

Puede aprender a organizar las actividades en el tiempo de ocio, a planificar los viajes en pareja o en familia, puede aprender a consultar el clima y a hacer las maletas. 

Pueden ir a las reuniones del colegio, participar en las actividades en las que piden la colaboración de los padres y madres, estar pendientes de las revisiones médicas de las criaturas y de las mascotas, estar pendiente de los eventos sociales y familiares, y participar en la organización como un adulto funcional más ( cumpleaños, operaciones y enfermedades, bodas y divorcios, nacimientos y entierros, y demás momentos importantes)


Puede aprender a confeccionar los disfraces para fechas señaladas, llevar a las crías a los cumpleaños de sus amigos y amigas, puede socializar con los demás padres y madres por sí solo. 

Puede aprender a estar pendiente de la ropa de las criaturas, pasarle la ropa que ha quedado pequeña a otra gente, y organizar la que os pasan a vosotros.

Puede cambiar pañales, sonar mocos, limpiar vómitos, vigilar fiebres en la noche, puede dar biberones, puede hacer la matrícula del colegio y todo tipo de trámites administrativos, puede ayudar a sus hijos e hijas con los deberes. 

Puede aprender a hacer limpieza profunda en el hogar, ordenar el trastero, ir al banco a hacer gestiones, sacar entradas para ir al teatro o al cine, cambiar la ropa de verano a la de invierno. 

Puede vigilar y curar heridas, planificar menús semanales, puede sentarse a hablar con los adolescentes y sostener conversaciones íntimas con ellos sobre sexo, emociones y sentimientos, puede acompañar emocionalmente a amigos y familiares en momentos difíciles de sus vidas, puede acompañarles y cuidarles cuando enferman. Pueden pasar noches en hospitales con sus familiares y amigos si lo necesitan, pueden estar pendientes de la medicación. 

Todos los hombres pueden cuidarse a sí mismos y pedir ayuda a su gente o a profesionales cuando no se sienten bien. 

Si en tu pareja tú eres la que se encarga de todo mientras él juega a la play o se entretiene con su teléfono, si no tienes tiempo libre y él sí, si te sientes su criada porque él no sabe hacer nada, es porque te está tratando como si fueras una mamá devota y entregada a sus cuidados.

Muchas mujeres lo hacemos porque creemos que ellos no saben hacerlo bien, pero también porque nos creemos que así nos van a valorar más y nos van a necesitar. 

Cuidado con el ego: nos gusta sentirnos importantes e imprescindibles, y creemos que van a estar tan agradecidos que no nos van a dejar nunca. 
Pero nos dejan.

Maternar a un hombre como si fuera un adolescente genera una relación de dependencia mutua. 

Que no se nos olvide que todas somos sustituibles: hay millones de mujeres deseando cuidar a hombres que no se cuidan y no las cuidan. Nos han educado para dar "sin pedir nada a cambio", y para creer que nacimos para servir. 

¿En que consiste el cambio radical que propongo? 

Se trata simplemente de que te cuides a ti misma y te preocupes por tu tiempo de descanso y diversión. Se trata de que tu pareja se comprometa a trabajar en equipo y asumir sus responsabilidades como un adulto funcional, que se trabaje a fondo su machismo y todo lo que se tenga que trabajar para aprender a quererte, a tratarte y a comportarse como un compañero.

Si cuentas con su colaboración para hacer el cambio radical que necesitáis, estupendo. Si se lo trabaja para ser autónomo y para comportarse como un adulto, y para ser un compañero, estupendo. Si aprende a comunicarse para expresar sus emociones y sus necesidades, genial. Si aprende a negociar para llegar a acuerdos y para repartirse las tareas, genial también.

Si no, tendrás que tomar las decisiones que sean necesarias para cuidarte a tí misma y para dejar de relacionarte con él como si fuera un ser dependiente. 

Recuerda que tú no puedes cambiar a tu pareja, que solo puede cambiarse él a sí mismo, y que cualquier cambio lo tiene que hacer por iniciativa propia. Siempre hemos intentado educar y orientar a los hombres, pero ninguno evoluciona si no lo necesita.

Recuerda que un compañero no es un hijo, y que los cuidados en una relación entre personas adultas deben ser siempre mutuos. Y que si no son mutuos, es explotación emocional y doméstica. 

Recuerda que tienes derecho a tener tiempo libre y a descansar, y a vivir en igualdad de condiciones con los hombres con los que te relacionas.

Los amores que sean siempre compañeros.

Coral Herrera Gómez

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