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Aquí unas cuantas preguntas que podemos hacernos a nosotras mismas, y entre nosotras, para liberar nuestras redes sociales del maltrato, la violencia verbal, psíquica y emocional. Es un ejercicio de autocrítica amorosa que podemos hacer a solas y en grupos:
-Antes de abrir tu teléfono y entrar en las redes sociales, respira hondo y pregúntate: ¿cómo estoy hoy, cómo me siento?
-Al cerrar tu teléfono, respira hondo y hazte la misma pregunta: ¿cómo me siento?, ¿cómo ha cambiado mi estado de ánimo?, ¿estoy mejor o peor que hace un rato?
- Toma conciencia de cuánto tiempo le dedicas a la mañana, a la tarde y a la noche a las redes sociales, y cuánto le dedicas a comer, a dormir, al trabajo doméstico, al trabajo remunerado, y a la gente a la que quieres.
- Revisa y analiza: ¿qué nivel de enganche tienes con las redes?, ¿qué emociones sientes al entrar en ellas?, ¿te aburren o te excitan?, ¿te ponen feliz o te cabrean?, ¿cuánto?
-¿Cómo va tu autoestima?, ¿como te cuidas en redes sociales?, ¿cómo cuidas a los demás en redes sociales?, ¿cómo cuidas las redes sociales?, ¿cómo cuidas a la gente que no conoces?, ¿cómo te cuidan a ti?
- ¿Qué es lo que buscas en las redes, que beneficios te reporta, qué aprendes en ellas?
- ¿Qué aportas tu en las redes sociales?, ¿eres creativa y generosa, haces propuestas, te sientes útil, ayudas a alguien, haces sentir a alguien mejor?
- ¿Cómo utilizas tu talento y tus habilidades en ellas?, ¿qué es lo que más te gusta de ti en redes?
- ¿Qué tipo de conversaciones y con qué tipo de gente disfrutas de la conversación?
- ¿Cómo tratas a la gente que no piensa como tú?
-¿Cómo te tratan a ti los demás?
- ¿Cómo está el ambiente en cada red social cuando entras?, ¿cómo te influye a ti este ambiente?
-¿Qué emociones sientes durante una hora de navegación?, ¿cuales son las emociones más intensas?
-Cuando alguien quiere captar la atención de todo el mundo, ¿cómo lo consiguen?, ¿cómo generan reacciones emocionales fuertes?, ¿por qué a las redes sociales le vienen muy bien esas reacciones emocionales? Si, para tenernos enganchadas, claro.
- ¿Son éticas las estrategias que utilizamos para aumentar nuestra popularidad o nuestra fama en redes?, ¿te benefician solo a ti, o nos benefician a todos y a todas?, ¿qué impacto tienen en los demás?
- ¿Actúas impulsivamente, o te paras a pensar un poco antes de comentar en los hilos cargados de emociones fuertes?
- ¿Te informas bien sobre cómo piensa una persona antes de criticarla por su forma de pensar?
- Cuando haces una crítica, ¿estás aportando algo?, ¿le servirá a esa persona de algo la crítica?, ¿y a los demás?, ¿estás convencida de que es una crítica pertinente, que es justa y necesaria?
- ¿Conoces espacios en los que puedes hablar tranquilamente, espacios seguros y libres de violencia verbal?, ¿crees que en tu muro la gente está segura conversando, o se montan peleas sangrientas a las que acude la gente a divertirse?
-¿Cómo vas de empatía?, ¿eres capaz de ponerte en el lugar de la gente con la que estás conversando?
- ¿Pides disculpas públicas cuando te equivocas?, ¿reconoces tus errores públicamente?, ¿haces autocrítica sobre tus aportaciones a la red?
- ¿Cómo escuchas?, ¿le pones amor a tu forma de escuchar y de recibir los mensajes que lanza la gente?, ¿lees con verdadera atención lo que ha escrito esa persona antes de ponerte a criticarla?
-¿Qué haces cuando tienes un mal día o tienes muy mal humor?, ¿utilizas las redes para desahogarte o te lo trabajas un poco para no intoxicar el ambiente?
- ¿Qué impacto tiene en los demás tus palabras cuando te sientes invadida por el mal humor, la frustración, el sentimiento de impotencia, el cabreo y la rabia, tus miedos e inseguridades, tu aburrimiento, tus traumas y tus carencias afectivas?
- ¿Qué es lo que más te cabrea que te hagan en una conversación?, ¿puedes revisar a ver si haces lo mismo tú con los demás?. Puede que te moleste que te encajonen con una etiqueta, que hagan suposiciones, que pongan en tu boca cosas que no has dicho, que malinterpreten tus palabras, que se burlen de ti, que hagan acusaciones falsas, ¿cuales de estas prácticas utilizas tú cuando interaccionas con los demás?
- ¿Para qué se arman las peleas?, ¿qué queremos, qué quieren conseguir creando polémicas, atacando y peleando en redes: quieren más seguidores, quieren lucirse, quieren divertirse, aumentar su fama, llamar la atención, quieren amor, dinero, reconocimiento?
- ¿Humillar públicamente a alguien es violencia?, ¿llamar a un linchamiento colectivo contra alguien es violencia?, ¿censurar a alguien y silenciarle es violencia?, ¿sacar de contexto las palabras de alguien para engañar a tu audiencia es violencia?, ¿publicar noticias falsas y bulos, chismes y rumores, es violencia?
- ¿Hacer sufrir a alguien es violencia?, ¿hacer sufrir a alguien para divertirte y divertir a los demás es violencia?
- Todas y todos tenemos derecho a expresar nuestra indignación en redes, nuestra rabia y nuestra desesperación, la pregunta es: ¿cómo expresar la rabia y el sin hacer daño a nadie?,
- ¿A dónde te lleva la indignación?, ¿te lleva a permanecer en la queja, o te lleva a la acción?, ¿sirve para cambiar algo?, ¿te ayuda a ti en algo?, ¿ayuda a los demás?
- ¿Contra quién diriges tu indignación?, ¿esta semana la has estallado contra cuanta gente?, ¿cuántos son hombres, y cuántas son mujeres?
- Revisa las cosas que has escrito cuando expresas tu indignación: ¿podrías decírselas a esa persona a la cara, mirándole a los ojos?
- ¿Dónde está el límite para no faltarle al respeto a la persona con la que estamos hablando?, ¿por qué no paramos las conversaciones cuando alguien traspasa ese límite?
-¿Cuál es el nivel de desprecio, cuál es la intensidad del tono de desprecio que utilizas en los debates en los que participas?
-¿Utilizas las burlas para humillar a tus enemigos o enemigas?, ¿para qué las utilizas, qué consigues con ellas?
-¿Y qué se consigue generalmente utilizando los insultos y la amenazas?
- ¿Cómo te sientes cuando notas que vas ganando una batalla en redes y te da el subidón repartiendo zascas?
-¿Y cuando pierdes, cómo te sientes cuando eres tú la que recibes zascas?
- ¿Para qué debatimos realmente? ¿Puede ser para llegar a acuerdos, para buscar soluciones a problemas comunes, para aprender juntas, para compartir información y generar conocimiento?, ¿para intentar convencer a los demás e imponer nuestra visión de mundo?, ¿para construir un mundo mejor?, ¿para convertir la indignación en acción?
-¿Cuáles son los temas que más te escuecen?
- ¿Por qué sigues a personas que no te caen bien, no te agradan o te resultan antipáticas?
- ¿Por qué disfrutas cuando alguien ataca a esas personas?, ¿por qué te entran ganas a ti también de atacarlas? , ¿por qué nos da placer pelear?
- ¿Disfrutamos más peleando que conversando?, ¿es más emocionante una conversación plagada de insultos y humillaciones, que una conversación tranquila y apasionada en la que nadie se falte al respeto ni haga daño a los demás?
- ¿Cómo reaccionas ante las palabras de las demás?, ¿´cómo te sientes cuando alguien te señala que estás equivocada?, ¿cómo te sientes cuando se burlan de ti o se dirigen a ti con desprecio?, ¿y cuando se malinterpretan tus palabras?, ¿qué sucede cuando alguien reproduce un comentario tuyo sacado de contexto para acusarte de algo que no es cierto?
- Si puedes ver en ti como te sientes al recibir un zasca, ¿eres capaz de ponerte en el lugar de otras personas, y saber lo que sienten?, ¿por qué nos enfurece que sufran las personas que nos caen bien, y nos de placer ver sufrir a las personas que nos caen mal?
- ¿Cómo va tu ego?, ¿cuantos aplausos, likes y "me encantan" necesitas cada día para sentirte especial, único y maravilloso?, ¿cuánto reconocimiento necesitas por parte de los demás?, ¿cómo intentas atraer la atención de los demás para lucirse?, ¿de verdad necesitas tanta atención?
- ¿Cómo cuidas tus palabras?, ¿te paras a pensar en algún momento en el daño que pueden hacer a las personas a las que te diriges?, ¿sabiendo que hacen daño, por qué no cuidamos más nuestra forma de expresarnos y de comunicarnos?
- ¿Cuál es el objetivo final de atacar a alguien en redes?, ¿aumentar seguidores/as?, ¿alimentar tu ego, fortalecer tu autoestima?, ¿hacer cambiar de opinión a tus oponentes?, ¿lucirte para que los demás admiren lo brillante que eres?, ¿demostrar que tu teoría o la corriente en la que estás es la correcta?, ¿machacar la autoestima de tu enemigo/a para sentirte mejor que él?, ¿intentar silenciar al otro/a y lograr que se calle o abandone las redes?, ¿o simplemente se trata de desahogarte?
- ¿Hay otra manera de ganar seguidores/as que no sea generando polémicas y peleando en redes?
- ¿Qué pasa cuando te atacan a ti?, ¿cómo te sientes cuando pierdes una pelea?, ¿qué ocurre si no te apoya nadie?, ¿cómo te curas las heridas y sales hacia delante?
- ¿Qué ocurre cuando te apoya mucha gente y te sientes poderosa?, ¿cómo usas tu poder para silenciar o destrozar a tu enemigo/a?
- ¿Eres leal a tu gente, son los demás leales contigo?, ¿tu lealtad te lleva a defender a tu gente atacando a la gente del otro bando?
- ¿De qué rebaño formamos parte?, ¿cómo obedecemos a las compañeras más populares o exitosas?, ¿cómo las seguimos, cómo nos llega lo que hacen y dicen?, ¿cómo despiertan nuestras emociones?, ¿es posible ser crítica incluso cuando te posee la idolatría?, ¿se porta bien la líder a la que sigues y admiras?, ¿sabe reconocer cuando ha metido la pata?, ¿trata bien a su gente?, ¿y a los demás?
- ¿Qué hacemos con las personas que intentan mediar en los conflictos?, ¿cómo les agradecemos o les rechazamos por su labor?, ¿por qué les obligamos a posicionarse en un bando u en otro?
- ¿Serían aburridas las redes sociales si no hubiese guerras?, ¿es necesaria la polémica para que podamos divertirnos?, ¿será que nuestra forma de generar polémica es cruel?, ¿es necesario tratar mal a las personas para ganar una batalla?
- ¿Será que no sabemos criticar de una forma constructiva, aportando soluciones o haciendo propuestas?, ¿por qué somos, en general, tan destructivos y destructivas?
-¿Para qué guardas las capturas de pantalla de los mensajes privados?, ¿para amenazar, chantajear o extorsionar a alguien?, ¿cómo te sientes teniendo ese poder para someter a alguien con la amenaza de exponerla públicamente?
-¿Cómo reacciona tu cuerpo cuando alguien te provoca en redes para empezar una pelea?
-¿Te has sentido alguna vez superior o inferior a alguien en una conversación?, ¿cómo te afectan los complejos de superioridad o inferioridad de los demás?
- ¿Cómo nos aprovechamos de las emociones de los demás?, ¿cómo reaccionamos ante alguien que está dolido, enfadado, triste, o con miedo, y lo expresa abiertamente?, ¿cómo utilizamos la información que tenemos de esa persona para darle donde más duele?, ¿cómo usamos nuestro poder para hacer daño a los demás?
- ¿Esos chutes de adrenalina que sientes en la interacción con la gente en redes, cuánta energía te dan, donde pones esa energía?, ¿te hacen bien, o te hacen mal?
- ¿Tienes paciencia para explicarle a la gente tus puntos de vista, y para transmitir tus conocimientos, o crees que no hace falta explicar nada porque cada cual tiene que abrir los ojos por su cuenta?
- ¿Cómo serían las conversaciones si fuesen presenciales?
-¿Cómo ves a los demás a tu alrededor, cómo discuten, cómo se comunican, como interaccionan con sus contactos?
- ¿Cómo vas de honestidad y de coherencia?, ¿pones en práctica los bellos discursos que publicas en redes?
-¿Cómo nos estamos trabajando la envidia, los celos, las luchas de poder entre las mujeres?, ¿por qué no hablamos de los sentimientos negativos que se generan entre nosotras?, ¿por qué no tomamos conciencia de una vez de que la competencia y enemistad entre mujeres es uno de los pilares fundamentales del patriarcado?
- ¿Cómo funcionan los rumores y chismes para silenciar a las mujeres, por qué hay tanta gente que utiliza las falsas acusaciones para hundir a quien desprecia?
- ¿Qué otras técnicas se usan para silenciar a alguien, o para "cancelar" a alguien?, ¿las has utilizado tú?,
-¿Cómo te sientes sabiendo que puedes arruinarle la vida a alguien con un solo click, en un segundo y sin esfuerzo?, ¿es muy gratificante tener tanto poder, verdad?, ¿cómo usas tu poder en redes sociales?
- Dado que nuestra cultura está cargada de enfermedades de transmisión social (machismo, clasismo, racismo, xenofobia, gordofobia, gerontofobia, homofobia, lesbofobia, transfobia....), y que estas se contagian a través estereotipos, mitos y creencias llenas de prejuicios, ¿le pones conciencia a cómo tu forma de expresarte sirve para derribar o perpetuar esos estereotipos?
- ¿Cómo podríamos utilizar el humor para que no sea dañino ni perpetúe la discriminación de determinados colectivos sociales?, ¿cómo podríamos usarlo para rebajar el nivel de tensión de las conversaciones?
- ¿Cuantas horas al día dedicas a criticar a alguien, en público o en privado?, ¿a cuanta gente le expresas tu admiración y apoyo, en público o en privado?
- ¿Para qué quiero yo tantos likes y tantas fans?, ¿de verdad lo necesito?, ¿por qué le damos tanta importancia a los seguidores, cuando en realidad lo que necesitamos es que nuestra gente más querida nos quiera?
-¿ En qué se parecen las redes sociales al circo romano?, ¿por qué tanta gente disfruta viendo pelear y matarse a dos personas?, ¿por qué todo el mundo pide sangre y más sangre?
-¿Cómo se queda tu cuerpo cuando te sientes invadida por el odio?, ¿cómo expresas tu odio?, ¿para qué sirve tu odio?, ¿a dónde te lleva?
- ¿Por qué ponemos nuestro tiempo y energía en debates que no nos llevan a ningún lado?
- ¿Crees que la comunicación puede ser un buen instrumento para resolver conflictos?, ¿qué pasa cuando la comunicación falla y es la que genera los conflictos?,
-¿Por qué hay tantos malentendidos en las redes, y por qué nos cuesta tanto reconocer que entendimos mal?, ¿será que es fácil malinterpretar a alguien cuando te cae mal?
-Cuando la guerra termina, y antes de que empiece la siguiente, ¿te paras a contar cuántas bajas y heridas hay en redes, y cuánta gente decide abandonar las redes?
- ¿Por qué la mayoría de la gente que abandona las redes sociales son mujeres?
Aquí algunas de las muchas preguntas que podemos hacernos para trabajar individualmente, y a continuación algunas que podemos hacernos a nivel colectivo para trabajar el tema de los malos tratos y la violencia en redes:
¿Cómo podríamos hacer para comunicarnos sin violencia, para tratarnos bien en redes, para recuperar el placer de la conversa, para convivir en paz en el cibermundo?
¿Cómo cuidamos las redes para liberarlas de la violencia, como hacemos para cuidarnos entre todas y todos?
¿Cómo desaprendemos a divertirnos a costa del sufrimiento ajeno?, ¿cuando vamos a dejar de aplaudir y contemplar ejecuciones públicas en la plaza del pueblo?,
¿Cómo despatriarcalizar y disfrutar de las redes sociales para que sean espacios seguros para todas?
¿Cómo utilizar las redes para tejer alianzas frente a un sistema de explotación económico que nos quiere a las mujeres de rodillas?
¿Cómo utilizar las redes para cuidarnos, para organizarnos, para que todas podamos vivir mejor?
Tenemos mucho trabajo de autocrítica amorosa por delante, mucho trabajo para aprender las artes de la comunicación no violenta, para escucharnos con respeto y empatía, y para aprender a cuidarnos y cuidar a las demás. No estamos condenadas a sufrir ni a hacer sufrir a los demás en redes: otras formas de comunicarse y de relacionarse son posibles, otras redes sociales son posibles.
Coral Herrera Gómez
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El desprecio es una forma de maltrato porque es un arma muy poderosa para hacer daño a los demás: impacta directamente en su autoestima, nos hunde psicológicamente, y sirve también para humillar públicamente a la otra persona. .
Para esta semana les propongo un ejercicio de autocrítica amorosa: vigilen sus niveles de desprecio y tomen en cuenta cómo afectan a desconocidos y a sus seres queridos. Para acabar con la violencia y los malos tratos, lo primero es entender que están dentro de nosotros y de nosotras. Somos gente maltratadora porque hemos sido educados en una cultura patriarcal, y sea de modo consciente o inconsciente, hacemos daño a los demás.
Prueben a ponerle atención a su forma de hablarle a los demás, y a ustedes mismos, y hagan esta pregunta: ¿para qué uso este tono de desprecio, qué quiero conseguir?. Lo usamos para expresar nuestra indignación, para que nos den la razón, para que nos obedezcan, para sentirnos superiores, para alimentar nuestro ego, para que nos aplaudan, o para ganar una lucha de poder.
Si quieren medir sus niveles, repasen sus últimas conversaciones en redes sociales, sus comentarios en noticias o en publicaciones, sus chats con amigos o familia. Pongan atención a la forma en cómo se dirigen hacia las personas con las que interaccionan: su pareja, sus hijos e hijas, sus familiares, compañeros de trabajo, y desconocidos en redes sociales, pero también cómo se hablan ustedes mismos.
Pongan atención sobre la forma en que tratan de ganar los combates en redes sociales, y luego analicen los niveles de desprecio que reciben de los demás. Verán como incluso para defender nuestras ideas utilizamos el desprecio hacia los que no piensan como nosotras y nosotros.
¿Como nos impacta el desprecio de los demás? Nos pone sumisos, nos hace sentir inseguros, destroza nuestra autoestima, pero también nos genera mucho rencor. Si no controlas tus niveles de desprecio, se convierte en odio. Y el odio no solo daña a los demás, también nos daña a nosotros y a nosotras mismas.
Solo con ponerle atención a cómo usamos esta técnica contra los demás, y como la usan contra nosotras, podremos empezar a trabajar. El objetivo final es controlar al maltratador que llevamos dentro para dejar de sufrir, y para dejar de hacer daño. No se angustien: la violencia psicológica y emocional que ejercemos contra nosotros mismos y contra los demás se puede trabajar. Basta con darse cuenta de que el desprecio es un arma de destrucción, que podemos expresar nuestro enfado sin herir a nadie, basta con cuidar nuestro tono y nuestras palabras para no hacer sufrir a los demás.
#AutocríticaAmorosa #TodoSePuedeTrabajar
El patriarcado educa a los hombres para que crean que el fin justifica los medios. Y como el fin, para muchos, es tener a una y a varias mujeres a sus pies para que siempre estén disponibles para ellos, no se paran a pensar en la dimensión ética de su comportamiento. No se paran a pensar que hacer sufrir a una persona para tener poder sobre ella es maltrato y violencia.
Una mujer libre con la que tienes sesiones de sexo divertidas puede decirte que sí o que no cuando tengas ganas de sexo, en cambio una mujer enamorada irá corriendo a cualquier hora a tus brazos. Esta es la diferencia entre las mujeres libres, y las mujeres prisioneras del amor. Los hombres educados en el patriarcado creen que el amor es como una guerra, y para ellos hacer prisioneras a las mujeres es como un juego: es un desafío a su virilidad, parecido al que juegan cuando van de caza. Les encanta acumular trofeos para hacer alarde de su poder, para aumentar su prestigio, para reafirmar su virilidad, para sentirse importantes, para obtener los aplausos y despertar la envidia de los demás, y para tener a su alrededor muchas mujeres disponibles.
No sólo les pasa a los machos alfa, también les pasa a los hombres de izquierdas, y a los aliados feministas, y a los poliamorosos progres: creen que sus técnicas para ligar son las adecuadas porque las usaron sus tatarabuelos y sus padres. Las aprenden en las películas y en las series, en las novelas y en la prensa del corazón, pero también las aprenden de los hombres que tienen a su alrededor: todos, casi todos lo hacen, es lo "normal".
Desde muy pequeños aprenden que una pelota vuelve a ti a mayor velocidad cuanto más fuerte la golpeas contra la pared. Hay varios chistes sobre la similitud entre las pelotas y las mujeres: saben que si las mujeres se enamoran y sufren, serán más sumisas, y podrán manipularlas para tenerlas a mano cuando las necesiten.
¿Y cómo enamoran a las mujeres? Casi todos siguen los mismos pasos: primero las hacen reír, luego las colman de orgasmos y atenciones, y después se alejan para que no se crean que han conseguido enamorarles al cien por cien, y para que empiecen a sufrir.
Los hombres patriarcales saben que las mujeres tenemos un problema muy grave de autoestima, y que por consiguiente, somos inseguras, y celosas. También saben que tenemos mucho miedo a quedarnos solas, y a que nadie nos quiera, porque todos los días nos bombardean con la idea de que hay que esforzarse para tener pareja e invertir mucho dinero, tiempo y recursos en estar guapa, estar a la moda, ser buena en todo, y ser perfecta para ser amada, y para que tu amado no busque a otras mujeres.
Son muchos los hombres que se aprovechan de esta baja autoestima para hacernos tocar el cielo con los dedos, y luego bajarnos a los infiernos. Sus técnicas son muy eficaces, por eso hay tantísimas mujeres sufriendo por amor: mujeres rotas por el dolor, mujeres con su salud mental terriblemente dañada, mujeres deprimidas y medicadas, mujeres que se suicidan, mujeres en terapia intentando sanar las heridas...
Somos millones las que queremos dejar de ser esclavas del amor, y le ponemos mucho empeño. Pero el amor es una droga muy potente y desde pequeñitas nos hacen adictas para convertirnos en yonquis del amor, para que seamos dependientes de un mito que nos revoluciona el cuerpo, el corazón, las entrañas y el sexo. Gastamos mucha energía y tiempo tratando de ser amadas, y luego nos cuesta años desengancharnos del amor romántico. El precio que pagamos al enamorarnos es demasiado alto, pero nadie nos habla del coste tremendo que tiene sufrir por amor a un hombre.
Los hombres patriarcales no evalúan el impacto que sus deseos y necesidades tienen en los demás: simplemente usan las estrategias que les funcionan sin pararse a pensar en si hacen sufrir o no. No piensan en si es ético poner de rodillas a las mujeres para beneficiarse de ellas. Les han dicho que en el amor todo vale, que no hay reglas ni restricciones para que ejerzan su poder. Les han dicho que las mujeres somos malas y que tienen que defenderse de los encantos femeninos: saben que la única forma de domesticar a las mujeres que tienen derechos y que se sienten libres es a través del amor.
Muchos no han oído hablar siquiera de la responsabilidad afectiva: no se responsabilizan de las estrategias que utilizan para conseguir lo que quieren porque son las que se han usado de toda la vida.
Algunos creen que sufrimos porque queremos, nos dicen que en realidad somos libres y podríamos dejarles cuando quisiésemos. Creen que nos gusta y que disfrutamos sufriendo, que está en nuestra naturaleza, y que es innato en las mujeres.
Pero no es innato: las mujeres aprendemos a sufrir antes que a disfrutar del amor. Desde niñas nos presentan a las grandes sufridoras como mujeres bellas y especiales, nos las mitifican para que colaboremos con el patriarcado, que nos quiere amargadas y entretenidas con el tema del amor de pareja. Cuando somos más mayores, no creemos tener derecho a recibir cuidados y amor: solo nos han enseñado a darlos.
El maltrato en la pareja está normalizado y romantizado: nos hacen creer que para vivir una pasión hay que sufrir, nos hacen creer que cuando Cupido nos dispara sus flechas estamos condenadas a sufrir por amor. Vamos desarmadas y desnudas al amor, y ellos van con casco, con escudo y con espada. Vamos ilusas al amor pensando que ahí está nuestra salvación, y el golpe que nos llevamos cuando descubrimos que el amor romántico es una estafa y no hay recompensa por sufrir por amor, duele en el alma.
Por eso es tan importante tomar conciencia de que hay que dejar de sufrir por amor, y para ello hay que conocer las técnicas que algunos hombres heterosexuales utilizan para someternos y tenernos bajo control.
¿Cómo hacen para que las mujeres sufran por ellos?
-Te dan una de cal y otra de arena, para que primero goces intensamente, te enganches, te montes tu película, y luego sufras por ellos.
- Algunos usan la ambigüedad: no expresan sus sentimientos con claridad, se muestran confusos, a veces dicen una cosa y luego la otra, a veces te avivan la esperanza y otras te la quitan, y algunos se muestran atormentados para que empatices con ellos.
- Otros aparecen y desaparecen: es una técnica muy efectiva para angustiar a las mujeres, ir y venir, estar y no estar, moverse para delante y atrás, como las olas del mar.
- Unos te hacen sentir muy especial y te hablan de futuro, porque han aprendido muy bien las técnicas de los don juanes para ligar en el siglo XXI.
- Otros te hacen sentir poca cosa y se hacen más grandes a tu lado para bajarte aún más la autoestima.
- Unos se enamoran locamente, y hacen muchas promesas de futuro que no saben si podrán cumplir. Pero saben que las promesas son esenciales para alimentar la ilusión. Saben que nos están engañando, con alevosía y premeditación.
- Otros no se enamoran, pero fingen que están enamorados para enamorarte a ti también. Saben que con palabras bonitas pueden abrir todos los corazones que quieran: entran en ellos, los destrozan y se largan.
- Unos te imponen su modelo de pareja sin preguntarte a ti por tus apetencias o tu forma de entender y de vivir el amor,
-Otros son negacionistas de la pareja y juran que a pesar de los años que lleváis juntos, tú no eres nadie, tú no eres nada para ellos, y jamás seréis pareja. Algunos de ellos te ocultan a su gente querida, otros no, pero la mayoría se aprovecha del privilegio del no compromiso para hacer lo que les venga en gana, según sus apetencias o necesidades.
- Unos provocan celos en sus amantes para que no se crean las únicas, para que sean complacientes y se esfuercen, y para que vivan con miedo constante a ser sustituidas.
-Otros lloran y se victimizan para que siempre estés pendiente de ellos,y para que atiendas sus necesidades y te olvides de las tuyas
-Algunos te encierran en una relación monógama: te hacen creer que son monógamos para que tú seas fiel y leal, pero no lo son. Es simplemente machismo y egoísmo: ellos viven una vida sexual y amorosa diversa mientras que para ti él es el centro de tu mundo. Mira como están los burdeles de cualquier pueblo y cualquier ciudad a mediodía: repletos de hombres. La monogamia es una gran estafa que sirve para coartar nuestra sexualidad y para tenernos domesticadas y encerradas en casa.
- Otros proponen relaciones abiertas y les encanta juntar a varias de sus mujeres en un mismo espacio para verlas competir y rivalizar.
- Algunos son muy "sinceros" y te detallan con todo lujo de detalle como ligan con otras mujeres y lo mucho que disfrutan.
- Otros son muy deshonestos: ocultan información o mienten deliberadamente todo el tiempo. Cuando son descubiertos piden perdón y vuelven a mentir, hasta que las mujeres se resignan, o les dejan.
- Unos se enfadan para que te sometas: por ejemplo si saben que estás enfadada, te montan una bronca para que tu enfado quede en un segundo plano.
-Otros te aplican la ley del hielo: te dejan de hablar y te muestran una indiferencia total para que sufras remordimientos y te sientas culpable.
- Unos te hacen creer que te amarán para siempre pero no te cuidan en el presente, otros son unos tacaños del amor y te lo dan en dosis mínimas para que siempre quieras más
- Unos triangulan: te hacen creer que llegaste a la vez que otra chica, o te ponen a una ex en medio de la relación. Así viven como reyes, con dos mujeres pendientes de él, y sufriendo porque él se va con la otra. Puede alternarlas sucesivamente o estar con las dos a la vez: para ninguna de ellas es fácil liberarse de esa cárcel triangular.
- Otros te piden que te des por completo y te hacen creer que tu libertad, tus proyectos, tus redes sociales y afectivas y tus pasiones son un obstáculo para la relación. Te piden que los dejes todo y te dediques a ellos.
- Unos te hacen creer que sin ellos no eres nada, que no vas a poder ser feliz lejos de ellos, que les debes todo, que tu felicidad depende de ellos, y que sola no tienes valor.
- Otros te elogian para que te sientas como una diosa, pero no sólo te lo hacen a ti.
- Unos creen que eres una buena candidata a esposa, otros creen que solo sirves como amante: aunque huyas de los estereotipos y los mandatos patriarcales, ellos tienden a etiquetarte y a tratarte como te mereces, según el tipo de mujer que seas (mujer buena/mujer mala, mujer para casarse/mujer para follar)
-Algunos carecen completamente de empatía y son insolidarios: les da igual que llores por ellos. Piensan que es tu problema, que tú te lo has buscado, y les importa muy poco que te rompas por dentro. Otros en cambio disfrutan viéndote desesperada, triste, amargada, angustiada, y con ansiedad. Se sienten importantes cuando ven llorar a sus parejas, y cuando ven cómo se arrastran mendigando unas migajas de amor. Siempre intentan que creas que lo que te pasa es que estás loca, y que la culpa de tu sufrimiento la tienes tú.
-Unos quieren que les des siempre la razón, que les arregles sus problemas y que les salves de sí mismos,
otros quieren que respetes su libertad para vivir su vida como quieren,
pero todos ellos saben que para tener a una mujer de rodillas, hay que enamorarla y hacerla sufrir, y creen que no importa si para ello tienen que mentir, jugar con tus sentimientos, engañar y manipular sus emociones.
Esta forma de relacionarse está tan normalizada que apenas nos damos cuenta de que hacer sufrir a una persona es violencia.
La manipulación emocional es violencia, pero nos la presentan como un acto de amor: nos han dicho mil veces que "quien bien te quiere, te hará llorar". Nos hacen creer que el amor y el odio es lo mismo, y que "los que más se pelean son los que más se desean", pero lo cierto es que cualquier relación, sea del tipo que sea, y dure lo que dure, ha de estar basada en los cuidados mutuos.
No importa si es una relación virtual o presencial, si es una noche o tres años: cualquier relación de dos personas que se juntan a disfrutar del sexo ha de estar basada en la empatía, el respeto, la complicidad, la solidaridad y los cuidados.
El amor no es un juego si duele: si haces sufrir a los demás, es porque te estás portando mal.
La buena noticia es que todo se puede trabajar, y todo se puede despatriarcalizar.
Y nosotras que sabemos ahora quién se beneficia del sufrimiento de las mujeres, y para qué nos quieren sufriendo, debemos rebelarnos y no permitir que ningún hombre nos manipule emocionalmente y juegue con nosotras.
El corazón del patriarcado está en las relaciones que construimos en pareja, por eso es tan importante conocer estas técnicas masculinas, y negarse a vivir de rodillas frente al amor.
El sufrimiento se acabó: ahora nos toca a todas empezar a disfrutar.
Somos todas dueñas de nuestro amor: ya no nos engañan más.
Coral Herrera Gómez
Si quieres escuchar mi podcast profundizando en el tema: ¿Por qué disfrutan haciendo sufrir?
Si eres un hombre y te apetece trabajártelo, puedes empezar con este libro que escribí: "Hombres que ya no hacen sufrir por amor".
Si eres mujer y quieres sufrir menos, y disfrutar más del sexo, del amor y de la vida, ¡vente al Laboratorio del Amor!
Este es un post de agradecimiento y de buenas noticias. Todas ellas han sido posibles gracias a vuestro amor y a vuestra generosidad:
Tyler Spangler |
El anterior post, Tú y yo no somos nada, iba dirigido a aquellas personas capaces de estar semanas, meses o años en una relación de pareja negando el vínculo. Este post va dirigido a aquellas personas a las que les toca un negacionista de la pareja. Muchas de vosotras me habéis escrito para decirme que os habéis sentido reflejadas y para preguntarme qué hacer si estás en una relación con alguien que no define la relación de ninguna manera, que prefiere mantener en secreto la pareja, y que no quiere compromiso afectivo de ningún tipo.
Prueben a seguir estos pocos pasos:
-Sé práctica y realista, usa tu sentido común: si ahora niega la relación es difícil que la acepte en un futuro. Es duro de asimilar, pero hay personas que no pueden disfrutar del amor, y es mejor estar lejos de ellas.
-Si no es mutuo, no te quedes, y no inviertas tu tiempo y energía. Si no hay equilibrio en las ganas y en los sentimientos, es mejor no sumergirte en ese río.
- No naciste para esperar, y no existen los milagros románticos: pega estas dos frases en la puerta de la nevera para tenerlas presente a diario. La espera y los milagros son mitos que usan para quitarnos la energía y para ponernos de rodillas.
-Recuerda que el amor ni se exige, ni se mendiga. Si no le sale el amor, no le sale. Si sufre de mutilación emocional, es su problema, no el tuyo.
-Evita el autoengaño y mantente despierta: si te cuesta, pide ayuda a las amigas que más te quieren para que te digan lo que tú ya sabes. Escucharlo de ellas te ayudará a poner los pies en la tierra.
-Tienes que anteponer ante todo tu auto-cuidado: es más importante tu bienestar y tu salud mental, que tu necesidad de vivir una historia de amor.
- Comprométete contigo misma: asume tu responsabilidad afectiva en la relación que tienes contigo misma.
-Recuerda que eres dueña de tu amor, y que aunque el amor sea un río de aguas turbulentas, tú sabes nadar. Sabes ponerte a salvo de las corrientes y los remolinos, sabes buscar aguas tranquilas donde nadar placenteramente, sabes salirte del río antes de que se desborde o se precipite en una catarata. Es decir, aún enamorada puedes pensar, utilizar tu sentido común, sopesar los pros y los contras, y tomar decisiones que te beneficien a ti.
-Cuida tu autoestima: estar con alguien que te oculta a los demás, y que te niega, destroza la autoestima de cualquiera. Por muy fuerte que seas y mucho que aguantes, piensa que no tienes por qué pasarlo mal. Es muy doloroso que te pongan muros y límites cuando te enamoras, y es muy duro escuchar a tu pareja decir cosas como: "tú no eres nada, no somos nada, no tenemos nada", "solo somos amigos, no pidas más", "no te enamores de mí, que es imposible que yo te corresponda", "prefiero estar solo, no quiero tener pareja", "algún día tendré pareja, cuando aparezca la persona adecuada" Es muy duro pensar que tú no eres suficientemente buena para que la otra persona se enamore de ti. El problema lo tiene él, que es un privilegiado y se aprovecha de que tú le amas.
- Controla tu ego: tu pareja no te niega el vínculo para hacerse el duro o porque tenga miedo al amor, lo niega porque es machista, y le viene bien para poder tener más parejas. No te quedes pensando que vas a poder enamorarle, o que tu amor lo ablandará, o que vas a convencerle para que se desnude el alma y abra su corazón al amor. Si te pone barreras y obstáculos, acepta y corta la relación: no te tomes si negativa como un desafío. Los mutilados emocionales te pueden machacar viva.
-Ponte una fecha para finalizar la relación: se puede estar en una relación sin definir o en una no relación un mes, dos meses, pero no más. Es el tiempo suficiente para conoceros y saber si queréis algo más, si os apetece construir una relación, o si creéis que es mejor no profundizar y dejar ahí el romance.
- Sé leal a ti misma: no hay nada más doloroso que traicionarse a una misma. Una vez que te hayas puesto una fecha (que puedes adelantar en cualquier momento si ves que te ponen demasiados muros y barreras para disfrutar del romance), intenta cumplir los pactos contigo misma, y deja la relación en la fecha que acordaste si ves que realmente no es mutuo y no hay condiciones para el amor.
- Vive tu duelo y deja atrás el pasado: lo que no puede ser, no puede ser. Te queda mucho por vivir y mucha gente por conocer. No te expongas al sufrimiento innecesario: la vida está llena de gente maravillosa. ¡Huye de los tacaños emocionales, y a otra cosa, mariposa!
Coral Herrera Gómez
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Los negacionistas del amor sois aquellos que, aunque llevéis meses o años en una relación, negáis su existencia todo el tiempo, tanto a vuestra pareja como a los demás. Creéis que sois gente honesta y sincera, y que si vuestra no pareja quiere estar en la no relación es porque quiere. Si sufre por la negación, también es porque quiere: pensáis que ella es libre para tomar sus decisiones y que si permanece en una no relación es porque le gusta sufrir.
Sin embargo, negar una relación de pareja es una forma de violencia contra tu pareja, tanto si niegas y reniegas de tu pareja en la intimidad, como si lo haces en público. Negando la relación no anulas su existencia: lo que haces es rebajar la categoría de la relación a cero para que quede claro que la otra persona no te importa, y que no es significativa en tu vida.
¿Por qué los negadores de relaciones sois capaces de estar meses o años con una persona que os ama? Porque vivís muy cómodos con vuestros privilegios. Generalmente lo hacéis para reivindicar vuestra libertad, porque creéis que la libertad consiste en no tener vínculos sentimentales y afectivos con nadie: cuantos menos compromisos afectivos, más libres os sentís.
Pero negáis la relación sobre todo porque queréis tener la puerta abierta a tener más relaciones sin tener que rendir cuentas ni dar explicaciones. Incluso aunque no tengáis más relaciones, queréis tener la puerta abierta para poder tenerlas, y por eso le insistís tanto a vuestra pareja con el tema: no somos nada, no vamos a ser "algo" nunca, yo puedo vivir perfectamente sin ti, eres solo un pasatiempo para mí, no quiero que conozcas a mi gente ni a mi familia ni conocer a la tuya, no quiero que te creas que esto algún día podrá ser una relación, no te hagas ilusiones y no te enamores de mí porque jamás me voy a enamorar de ti....
Los negacionistas vivís en la paradoja de Schrödinger: estáis en una relación y a la vez no estáis, como el gato en la caja. Os aprovecháis de ambas circunstancias para, por un lado, recibir servicios sexuales, amor y cuidados, y por otro, para sentir que sois solteros y libres para recibir esos servicios de cualquier otra persona.
Muchos negacionistas del amor bromeáis diciendo que mientras llega vuestra media naranja os entretenéis comiendo mandarinas. Es decir, dividís el mundo en jerarquías: las mandarinas son mujeres de "baja categoría" con las que sólo tenéis sexo, y las naranjas son mujeres de "alta categoría" a las que podríais ofrecer el trono del matrimonio, con todos sus derechos y privilegios.
A algunos se os pasa la vida esperando a la llegada de esa mujer que sí merece vuestro cariño, cuidados y amor. Pero para la mayoría, la princesa rosa no llega jamás: ninguna os parece lo suficientemente confiable, sumisa y complaciente, ninguna os parece perfecta, y por eso os limitáis a encadenar no relaciones con mujeres de "baja categoría".
Esto os sucede porque sois machistas: os habéis creído el cuento de que todas las mujeres somos malas, y vuestra forma de defenderos es degradar la relación y hacer creer a la otra persona que no es merecedora de vuestro amor. Os han educado para que creáis que sólo hay unas pocas mujeres buenas en el mundo en las que sí se puede confiar, que sí se merecen ser respetadas y amadas.
Pero no es sólo que tengáis miedo al amor y a las mujeres, es que además os aprovecháis de vuestros privilegios: tenéis a vuestra disposición millones de mujeres dispuestas a sufrir por amor, y a conformarse con las migajas que podáis ofrecerles.
A nosotras nos han educado para esperar y tener fe, y soñar con el día en que el amado "se de cuenta" y se enamore por fin de nosotras.
Nos han enseñado a conformarnos con migajas y a sufrir creyendo que hay una recompensa para nosotras, por eso somos capaces de estar meses y años en no relaciones esperando el milagro del amor.
Cuando una mujer se harta de ser negada una y otra vez y os deja, tenéis a vuestra disposición cientos de mujeres más. No os hacéis cargo del sufrimiento romántico de ninguna de ellas porque pensáis que su necesidad de ser amada es su problema, no el vuestro, y porque no la obligáis a aguantar: os decís todo el tiempo que son libres y que si lo pasan mal es porque les gusta sufrir. Podrían tener otras relaciones si quisieran, pero no las tienen, porque están enamoradas y porque estamos todas educadas bajo el mito de la monogamia y el amor exclusivo como base del amor verdadero. Y os aprovecháis de ello.
Rebajar la relación con una persona a la categoría de "nada" es una forma de maltrato: sabéis que para cualquier persona es doloroso que se niegue su existencia y el vínculo que os une a ella, pero os quitáis el remordimiento afirmando que las mujeres aguantamos la humillación de no ser nada, de no ser nadie, porque queremos. Las mujeres hemos sido educadas para no ser, para no aparecer, para no estar, o para estar en segundo plano. Somos invisibilizadas en los libros de texto y en los libros de Historia, en los medios de comunicación, nos borran de todos los sitios: estamos acostumbradas a no ser reconocidas.
El negacionismo sentimental no sólo hace sufrir a las mujeres, también a los hijos e hijas cuya existencia no reconoces. Negar la existencia de una persona y negar el vínculo que tienes con ella tiene un impacto tremendo en su autoestima y su salud mental. Millones de adultos y adultas viven traumadas por el padre que no reconoció su existencia ni el vínculo que les unía, o por un padre Schrödinger que iba y venía, estaba y no estaba.
La violencia de vuestro negacionismo radica en el sufrimiento que provocáis en las personas con las que os relacionáis al no reconocer su existencia, y negando la responsabilidad afectiva que todos y cada uno de nosotros tenemos en nuestras relaciones.
Una vez que tomas conciencia de tu forma de ejercer violencia, puedes hacerte una gran pregunta: ¿cómo hago para dejar de hacer sufrir a los demás? Puedes renunciar con honestidad a esas no relaciones, puedes pedir ayuda profesional para aprender a relacionarte con las mujeres sin aprovecharte de su necesidad de amor. Puedes trabajar en la autocrítica amorosa para ser mejor persona, puedes trabajarte los privilegios para llegar a entender el impacto que tienen en los demás, y puedes renunciar a ellos para poder construir relaciones libres de abuso, explotación, sufrimiento y violencia.
Todo se puede trabajar en esta vida: el primer paso es dejar de utilizar el negacionismo en beneficio propio, y tomar conciencia del impacto que tus necesidades, tus deseos, tus apetencias, tus palabras y acciones tienen en los demás. Desde esta toma de conciencia puedes empezar a observar tu forma de relacionarte y de cuidar a la gente que tienes a tu alrededor.
Si quieres leer más sobre el tema de la autocrítica amorosa, puedes empezar por aquí. y por aquí.
Coral Herrera Gómez
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Las mujeres amamos como hace siglos, cuando se creía que el Sol era el centro del Universo y había solo 9 planetas girando alrededor. Cegadas por esta visión heliocéntrica de Copérnico, creemos que el amor supremo está en un hombre, el Sol, creyendo que es único y gigantesco, fuente de vida, calor y felicidad, y por eso lo adoramos como a un Dios.
Sin embargo, ahora podemos ver mejor: gracias a los radiotelescopios, nos hemos dado cuenta de que nuestra estrella es bien pequeña, y es una más entre billones de estrellas, que estamos en una esquinita de una galaxia colosal, que también es pequeña si la comparamos con Andrómeda, nuestra galaxia vecina, y con las cien mil galaxias que hemos podido observar, que apenas es una pequeña porción del Cosmos.
Hoy sabemos que el Hombre no es el centro del mundo y que nuestro Universo es descomunal y está lleno de cuerpos celestes. Y al ponernos las gafas violetas y al mirar por los telescopios, es cuando nos damos cuenta de que el amor está en todas las relaciones que tenemos con los demás seres humanos, animales, seres vivos, naturaleza y cosas.
El amor son las personas que nos cuidan. El amor es la forma en la que te relacionas en tu pequeño mundo, es la energía que te mueve cada día. Ya podemos, chicas, salir del agujero negro del amor romántico para explorar nuevos mundos y gozar con la infinitud del amor, que está en todas partes y nos envuelve a nosotras y al Cosmos entero.
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