9 de abril de 2020

¿Eres celosa? Igual el problema no lo tienes tú



"Estás loca y tienes un problema muy gordo", "Me duele que no confíes en mí", "tus celos coartan mi libertad", "eres una paranoica y una celosa patológica", "¿en quién confías más, en mí o en ti, que estás mal de la cabeza?" 

Así consiguen los hombres infieles la libertad que necesitan para poder tener varias parejas mientras tú te mantienes fiel y monógama. Su estrategia es que te creas que el problema lo tienes tú, que pidas perdón por tus ataques de celos, que confíes más en el otro que en ti misma, que te sientas mal por buscar indicios de su infidelidad.  No sólo mienten compulsivamente para poder hacer lo que les da la gana, además son egoístas porque no permiten que tú también tengas otras parejas. Son hombres que mienten sin parar y te machacan la autoestima para que dudes de ti misma y para que no des problemas. Mucho cuidado.
 

Los hombres infieles que tienen pareja oficial utilizan varias estrategias para engañar a sus compañeras. El objetivo es compatibilizar el matrimonio con la vida de soltero y así poder tener una esposa oficial y varias parejas, o al menos, una gran lista de mujeres disponibles, pendientes, y deseosas de tener sexo con él.

Estos hombres practican la infidelidad como si fuera un deporte: su forma de mentir y engañarte, y obligarte a ser monógama es violencia. Para salir de estas relaciones de malos tratos, lo más importante es que entiendas la forma en que te hace sufrir. 

La estrategia más común es hacerte creer que eres una gran celosa sin tener motivos para ello: te acusan de querer amargarles la vida y te hacen sentir mal todo el tiempo. Incluso cuando encuentras pruebas de su infidelidad, él monta una gran bronca y te niega lo que están viendo tus ojos o lo que están escuchando tus oídos. Te repite que no es lo que parece, que estás loca y quiere que dudes de ti misma para que le pidas perdón tú a él. 

Cuando te humillas y le pides perdón, se siente el rey del mambo: se está riendo de tí en tu cara. 

¿Por qué lo hace? Porque es un machista que cree que tú no tienes derecho a tener más parejas porque eres mujer, y él si tiene derecho a estar con quien quiera, porque es un hombre. 

¿Cómo lo hace? Haciéndote sentir culpable y haciéndote creer que el problema lo tienes tú porque estás coartando su libertad. Te hace creer que la falta de libertad le está haciendo sufrir mucho y que eres una maltratadora, así puede hacerse la víctima y protestar porque no le gusta sentirse vigilado o controlado, aunque en el fondo le encanta porque si pudiera ponerte los cuernos con libertad, no le resultaría tan divertido y excitante.

Su estrategia es hacerte sufrir para él poder disfrutar de sus privilegios de hombre. Te pide que confíes en él como un acto de fe, es decir, ciegamente, como si él fuese un dios. 

Así es como se asegura de que cuando tengas indicios claros de su infidelidad, rápidamente confíes en él y desconfíes de ti misma. El objetivo es que no des crédito a lo que ves, lo que oyes y lo que piensas, y que dudes de tu cordura. Por eso te dice que estás loca, que tienes paranoias, que te inventas las cosas para torturarle. Así te instala en la duda permanente y te reprimes a ti misma cada vez que sospechas de él.

Porque si queda claro que tienes problemas de celos, él podrá hacerse la víctima todo el tiempo e incluso podrá explicarle a los demás que tú eres la mala de la película, con el objetivo de que los demás te presionen también y te sientas más culpable aún. Así cada vez que él tenga una cita para serte infiel, tú te quedarás sola pensando que tienes alucinaciones o estás perdiendo la cabeza, y cuando él llegue no dirás nada, para que parezca que no has sufrido y que todo está bien.

Cuanto más culpable te sientes por tener celos y sospechas, más libre intentas que se sienta tu pareja. Cuanto peor tienes la autoestima, más sumisa eres con tu pareja y más aguantas los cuernos, ya que crees que es todo una invención en tu cabeza.

Así él puede acostarse con sus parejas tranquilamente mientras tú estás ocupada yendo al psicólogo para que te ayude a ser menos celosa.

A la larga, empiezas a obsesionarte con tu celotipia: lees posts sobre cómo dejar de ser celosa, vas a charlas y conferencias, entras en foros para conocer a otras mujeres celosas, intentas sanar tus celos... mientras tu pareja sigue divirtiéndose con sus amigas y amantes riéndose en tu cara.

La única manera de salir de esta relación de violencia y malos tratos es darte cuenta de que este tipo mentiroso e infiel es un tipo violento, aunque no te insulte ni te golpee. Cualquier tipo que quiera hacerte creer que estás loca está ejerciendo violencia sobre ti. 

Así que si estás sufriendo porque estás junto a un hombre infiel, es muy importante que la dejes de inmediato y tomes conciencia de que para muchos hombres la infidelidad es un estilo de vida y una forma de estar en el mundo, es un deporte más de la masculinidad patriarcal: creen que tienen derecho a tener varias parejas, y que tú no tienes el mismo derecho que ellos. 

Es machismo puro y duro: es la doble moral según la cual la infidelidad de los hombres es "normal" o "natural", y la de las mujeres es un pecado que pagamos con la muerte. A ellos se les perdonan las aventuras después de tres días durmiendo en el sofá, y a nosotras nos asesinan. Nos educan desde muy pequeñas para que: 
- aprendamos a ser celosas y vivamos la vida como policías del amor, intentando amarrar a ese hombre promiscuo mediante técnicas de vigilancia, coacción, y castigo
- intentemos complacerle constantemente para que no se vaya con otras. 
- aprendamos a vivir con los cuernos y los llevemos con resignación y con dignidad. 

Por eso es tan importante que nos demos cuenta de que no tenemos por qué aguantar, ni sufrir, ni resignarnos, y que no podemos estar con hombres tan machistas y violentos porque destrozan nuestra salud mental con sus técnicas de manipulación. 

Los que realmente tienen que acudir a terapia son ellos: necesitan trabajar el tema de la honestidad porque son educados para mentir sin parar, y para obligar a sus parejas a ser monógamas mientras ellos no lo son. Es un problema social y cultural que tiene que ver con cómo los hombres construyen su masculinidad: ahora mismo hay millones de hombres en el mundo que siendo promiscuos se emparejan en monogamia y se casan para seguir su vida de soltero como si nada. Y este es todo el problema, en realidad: que no quieren tener una sola pareja y que para poder vivir su vida como quieren, tienen que mentir y hacer sufrir a muchas mujeres. 

Tener esto en cuenta es fundamental para dejar de tener celos: nosotras no tenemos por qué cargar con los problemas de honestidad de la masculinidad tradicional, ni tenemos por qué aguantar malos tratos en ninguna relación. 

El amor es para disfrutar, no para sufrir: 

mucho cuidado con los hombres que te dicen que estás loca. 

Coral Herrera Gómez


Publicado en Mente Sana


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