24 de abril de 2022

Libérate de la necesidad de llamar la atención



Libérate de la necesidad de llamar la atención: en la infancia, llamamos la atención buscando amor y cariño, tiempo de calidad y plena atención de los adultos. También llamamos la atención cuando tenemos un problema que no sabemos expresar con palabras, cuando nos desbordan emociones a las que no sabemos poner nombre, cuando estamos viviendo una época traumática y necesitamos sentirnos protegidos, y queridos. A la mayor parte de los niños y las niñas solo les prestamos atención especial cuando se portan mal: prefieren que les regañemos a que no les hagamos ni caso.

Las personas adultas llamamos la atención por los mismos motivos, pero además lo hacemos también para sentirnos únicos y especiales, para brillar y acaparar los focos, para sentirnos diferentes, y por tanto, superiores al resto. Hay muchas maneras de llamar la atención, por ejemplo, usando nuestro cuerpo, al que adornamos con cortes y colores de pelo llamativos, ropa extravagante, piercings y tatuajes. Las mujeres llamamos la atención con nuestro capital erótico, es decir, posando sexys para despertar el deseo de los hombres y la envidia de las mujeres. Los hombres exhiben sus músculos y su fuerza, sus habilidades deportivas o intelectuales, su capacidad para acumular recursos y mujeres. 

Los ricos llaman la atención con sus coches de lujo, sus motos acuáticas, sus barcos y yates, su ropa cara, su calzado de lujo, sus joyas, sus operaciones de cirugía estética, sus relojes, bolsos y complementos caros, sus mansiones y sus viajes. La clase media busca llamar la atención con sus objetos de imitación de marcas caras, y sus viajes baratos a lugares de ensueño. Los y las adolescentes llaman la atención estando todo el día enfadados, y desobedeciendo normas, provocando a sus progenitores para que estalle el drama. Pensemos por ejemplo en el aumento de las autolesiones, y la forma en que castigan sus cuerpos para que les ayuden y les cuiden. 

Usamos las drogas, el alcohol, y la fiesta para parecer transgresores y rebeldes. Desafiamos la autoridad para demostrar nuestra valentía, nuestra osadía, nuestra excentricidad, nos entregamos al sufrimiento y coqueteamos con la muerte para dejar a los demás boquiabiertos. Nos exponemos al peligro innecesariamente para aumentar nuestro prestigio y subir puestos en la jerarquía social, especialmente los hombres, que mueren en competiciones absurdas, pero también cada vez más mujeres: las cifras de operaciones estéticas que acaban en enfermedad o muerte nos demuestran hasta donde somos capaces de llegar para lucir bellas y atraer las miradas. 

En las redes sociales también pedimos atención desesperadamente: una gente usa su talento y trata de publicar contenidos atractivos, otra gente expone su vida para mostrar a su familia feliz y para simular estar disfrutando de una vida de ensueño, otra gente ataca ferozmente a otra gente para montar batallas y ganar seguidores/as. Cada cual tenemos nuestras estrategias para enamorar a los demás, poca gente se plantea si son éticas o no: para muchos, el fin justiofica los medios, y no le importa hacer daño a los demás para llegar a lo más alto.

La gente más insegura es la que más atención necesita: cuanto más pequeña es nuestra autoestima, más necesita el ego el reconocimiento y los aplausos de los demás. Cuanto más complejo de inferioridad desarrollan, más necesitan sentirse superiores a los demás. 

También necesitan mucho amor todos aquellos y aquellas que no han vivido una infancia tranquila y feliz, rodeados de cariño y de cuidados: cuanto peor nos tratan los y las adultas que nos trajeron al mundo, más amor y atención le pedimos a los demás. De hecho, construimos nuestra identidad alrededor de esta necesidad de aceptación y de sentirnos significativos e importantes.

Este ansia por llamar la atención aumenta a la misma velocidad que está desapareciendo nuestra capacidad para prestar plena atención a algo o a alguien durante más de cinco minutos seguidos, en el caso de las nuevas generaciones, hablamos de segundos. 

No sabemos cómo pedir amor de buenas maneras. Mucha gente llama la atención tratando de opacar la luz que emiten los demás, y tratando de destruir a sus rivales para quedar solos en el podio de los ganadores. A veces hacemos sufrir a los demás para sentirnos importantes cuando en realidad lo que queremos recibir demostraciones de amor.

Mucha gente sueña con alcanzar la fama para que le quieran millones de personas desconocidas, aunque en realidad no lo necesitamos para nada. 

Nos encanta asomarnos a la vida de los dioses y las diosas de nuestra cultura, aquellas que sí han logrado triunfar, aquellos que acaparan riqueza y atraen las miradas de todo el planeta. Nos sentimos fracasados, nos come la envidia y nos invade la frustración por no poder cumplir el sueño de despertar la envidia de los demás.

Esta necesidad de atención, y de sentirnos por encima de los demás nos hace sufrir mucho, porque ahí arriba solo hay sitio para unos pocos. Depender de los likes de los demás puede ser peligroso: nuestra autoestima pierde la autonomía por completo, y es fácil que nos invada el narcisismo. Perdemos libertad buscando la aprobación de los demás, y además, el amor de los fans puede convertirse en odio de la noche a la mañana, la competición por acaparar miradas y flashes es brutal, los y las famosas pasan de moda, y cuando envejecemos y perdemos la belleza o el encanto, nos entierran en el olvido, especialmente a las mujeres. 

Por eso es tan importante liberarse de esta necesidad de llamar la atención trabajando la humildad: no necesitamos para nada sobresalir por encima de los demás. 

En realidad lo único que necesitamos, todos y todas las homo sapiens, es que nuestra gente nos acepte tal y como somos, que nos quiera y nos cuide. Y para que nos cuiden, tenemos que cuidar a los demás. No solo aprender a cuidarnos a nosotras y nosotros mismos, sino también a cuidar nuestras relaciones, que son el único antídoto contra la soledad y la brutalidad del sistema en el que vivimos. 

Y eso es todo.

Coral Herrera Gómez




No necesitas intermediarios


22 de abril de 2022

Coral Herrera en Siberia

 


Estoy muy contenta de anunciaros que la próxima semana estaré en Extremadura, en la Mancomunidad de Siberia, impartiendo dos charlas para adolescentes en institutos, y un taller para mujeres en el Palacio de Cultura de Herrera del Duque. Es gratis y solo hay que inscribirse en este teléfono: 924 64 22 14




Más eventos de Coral Herrera Gómez

21 de abril de 2022

Cómo liberarte de la tiranía del "qué dirán"

               Ilustración de Alexis Franklin.      


¿Como liberarte de la tiranía del "qué dirán"?

Prueba a empezar por ti misma: cuando dejas de juzgarte, también dejas de juzgar a la gente. Es una liberación darte permiso para ser tú misma, y a la vez darle permiso a las demás para que hagan con sus vidas lo que quieran.

Cuando dejas de opinar sobre lo que la gente hace o dice, sobre su aspecto físico, su vestimenta, su vida sexual o su forma de vivir la vida, también te deja de afectar lo que dice la gente de tí. 

La mayor parte de las veces juzgamos solo por envidia: cuando te liberas de ella, te das cuenta de que realmente no tiene ninguna importancia si una mujer ha ganado o ha perdido peso, si viste ropa moderna o pasada de moda, si está casada o no, si se acuesta con muchos o con ninguno.

Y descubres que adaptarte para cumplir con los mandatos sociales y de género no sirve para nada, porque te van a criticar igual, cumplas o no cumplas. Así que mejor desobedece, y haz con tu vida lo que te plazca. 

Es un método muy sencillo y eficaz: si dejas de criticar a las demás, te sientes más libre del miedo a las habladurías, los chismes y los rumores. Si tú no contribuyes a ello, no solo liberas a las demás, sino también a tí, y es entonces cuando puedes empezar a ser tú misma, a tomar decisiones, a hacer lo que siempre quisiste, y empiezas a vivir para tí, no para los demás. 

Coral Herrera Gómez


Si quieres trabajar tus liberaciones en buenas compañías,

 ¡vente con nosotras al grupo "Mujeres que se liberan" en el Laboratorio del Amor!





13 de abril de 2022

No necesitas intermediarios


 "Dios me mira, se fija en mí, me desea sexualmente, me ama, luego yo soy una diosa"

 El romanticismo patriarcal nos lleva a endiosar a los hombres solo para sentirnos especiales y únicas, distintas a las demás. 

La liberación llega, compañeras, cuando dejamos de dejamos de usar a los hombres como intermediarios, cuando dejamos de anhelar la divinidad, y cuando controlamos nuestro ego. 

Para amarnos a nosotras mismas no necesitamos ponerles a ellos en medio, no necesitamos enamorarnos del deseo o del amor que hay en sus ojos. 

Podemos encontrarnos con nosotras en el espejo, en nuestra propia mirada amorosa. 

Para aceptarnos, valorarnos y querernos no necesitamos intermediarios, basta con aprender a conectar con nosotras mismas.

Coral Herrera Gómez

11 de abril de 2022

Empiezo por mí misma: autocrítica amorosa y feminista




Para hacer pedagogía feminista, lo que más me ayuda es hablar del trabajo que hago conmigo misma para liberarme de los patriarcados que me habitan. 

En mis talleres, charlas, conferencias, cuento mi proceso de autocrítica amorosa, hablo de cómo aprendí a ser patriarcal, de cómo gracias al feminismo he aprendido a analizar la forma en que sufro y ejerzo el patriarcado, y de cómo entreno cada día para ser más consciente de mis privilegios y la manera en que uso mi poder. 

Voy de la teoría a la práctica, y de lo personal a lo político: para cambiar el mundo hay que empezar por una misma. Cuando abro mi corazón y parto de mis experiencias personales, del trabajo que hago a solas, con mi pareja y con mis compañeras del Laboratorio, la gente se contagia mucho más fácilmente. 

Cuando les haces ver que nadie nace siendo feminista, que todo se puede trabajar, y que podemos fabricar las herramientas para liberarnos individual y colectivamente, entonces el proceso de transformación parece más fácil. Y aunque es un trabajo para toda la vida, al poco de empezar puedes recoger los frutos de las semillas que siembras, y qué gusto da sentir en una misma los cambios.

Así que creo que el ejemplo es mucho más eficaz que los discursos bonitos, a mí me funciona lo mismo con mi hijo, que con los chicos de mis talleres de Masculinidades No Violentas. 

Lo veo muy claro: en la medida en que las nuevas generaciones nos vean hacer autocrítica amorosa, les será más fácil asumir su responsabilidad y ponerse a trabajar. 

Estoy segura que cuanto más autocrítica amorosa haga el feminismo para liberarse de la estructura del patriarcado, más movimientos sociales se pondrán a ello.

Podemos empezar por cosas sencillas, como aprender las bases de la comunicación y la cultura de la no violencia, y aprender a cuidarnos entre nosotras.


Coral Herrera Gómez

 #PedagogíaFeminista #AutocríticaAmorosa #MujeresQueSeLiberan #empiezopormímisma



8 de abril de 2022

¿Cómo serían nuestras vidas libres de sufrimiento romántico?



A las mujeres el mito del amor romántico nos quita poder, nos resta fuerzas, nos roba energías, nos baja la autoestima, nos sube el ego, nos aísla de las demás mujeres, nos pone de rodillas frente a los hombres, nos amarga la existencia, nos deprime y nos da ansiedad, nos pone a trabajar gratis, nos pone a competir entre nosotras, y saca lo peor de nuestra personalidad. 

El amor romántico nos somete como una droga, nos convierte en adictas, nos causa dependencia emocional, nos convierte en zombies sin voluntad propia, nos destroza la salud mental y emocional, nos hace mucho más vulnerables a la dominación masculina. 

No nos podemos olvidar que además es un instrumento que usan muchos hombres para manipularnos emocionalmente, para esclavizarnos en el hogar o en el burden, para aprovecharse económicamente de nosotras, y para vivir como reyes.

En el Laboratorio del Amor estamos haciendo juntas un ejercicio de imaginación: ¿cómo hubiera sido mi vida  si no hubiese desperdiciado tanto tiempo y energía en soñar el amor, en encontrar el amor, en cuidar a mi pareja?, ¿y si no hubiera aguantado malos tratos por parte de mis parejas, yu me hubiera ido a la primera?

Dado que muchas de nosotras hemos dedicado toneladas de horas y de recursos en el amor, ¿qué habráis hecho si no hubieséis estado tan entrenidas con el amor romántico?, ¿cómo se ha visto afectada tu salud mental y emocional, y tu salud física, por culpa del sufrimiento romántico?, ¿y tu rendimiento académico en los estudios?, ¿y tu profesión y tu carrera?, ¿y tus proyectos personales, laborales, sociales, artísticos, cómo se han visto afectados por la cantidad de energía que le has puesto al amor romántico?

¿Cómo sería un mundo sin mujeres que sufren por amor?, ¿qué estaríamos haciendo ahora si no fuésemos yonkis del amor romántico?, ¿cómo habrían sido nuestras relaciones sexuales y sentimentales sin romanticismo? 

Yo imagino que tendríamos una vida sexual mucho más rica y variada, que tendríamos más tiempo y energía para disfrutar, podríamos tener una calidad de vida maravillosa, podríamos amar en libertad, sin acabar presas, podríamos...

¿Quieres ver mi vídeo en youtube hablando de las ventajas de vivir libres de romanticismo? 

Aquí lo tienes: 



7 de abril de 2022

Detox romántico: cómo liberarte de la droga del amor

 






El amor romántico es una de las drogas más potentes y adictivas que hemos inventado, y a las mujeres nos hace mucho daño porque desde pequeñas nos educan para que seamos adictas al amor. Sin embargo, podemos desengancharnos y pasar el síndrome de abstinencia como cuando nos queremos desintoxicar de cualquier otra adicción: aquí os dejo algunos de las medidas que podéis tomar para practicar el autocuidado y para liberaros de su enorme poder. 

Si quieres trabajarte estas adicciones en buenas compañías, ¡vente con nosotras al Laboratorio del Amor! 

Paremos la guerra en las aulas: desaprender la violencia



Todos aprendemos a ser violentos a través de tres vías: el hogar, los relatos y los medios, y la escuela. 

Lo primero que aprendemos al entrar en la escuela es que los niños que merecen respeto y admiración son los que ejercen violencia contra otros niños y niñas. Desde el primer día aprendemos a despreciar a los que se atreven a denunciar la violencia que sufren ellos, u otros niños. 

Hay tres insultos para someter a los niños y niñas: el primero es "chivato", y sirve para que los niños valientes se callen, y los violentos puedan actuar con libertad. El segundo es "empollón", para que creas que no hay nada peor que ser un buen estudiante, y tener buenas notas. El tercero es "pelota", y se aplica a los niños y niñas que colaboran en el aula y cuidan a sus profesores y profesoras.

Sin embargo, el insulto más humillante para un niño es "nena", y "maricón", y es el más efectivo para hacerles obedientes a los mandatos del patriarcado: a todos los varones da terror ser comparados con los seres inferiores. Las niñas son lo más despreciable que existe en la faz de la Tierra. 

Así que para no ser comparados, los niños intentan que nadie les identifique como "buenas personas";: tiene mucho más prestigio ser "malo" y "rebelde". Los que gozan de mayor popularidad son los que más hacen sufrir a los demás, incluidos profesores y profesoras: cuanto más les insultan y maltratan, cuanto más desafían su autoridad, más puntos ganan delante de los demás. 

¿Y qué ocurre con los niños que no desean hacer daño a nadie? Que se ven obligados a ser violentos para evitar agresiones y para ganarse el respeto del resto, en los centros educativos imperan dos leyes: la del derecho del pez grande a comerse al chico, y la ley del sálvese quién pueda. 

En la secundaria es aún peor: para muchas víctimas de la violencia escolar, ir al instituto cada día es un auténtico infierno. Si no eres violento y agresivo, te toca aguantar risas, bromas crueles, burlas humillantes, comentarios despreciativos...

El equipo directivo solo actúa cuando hay lesiones físicas, de manera que los agresores se dedican a destrozar emocionalmente a los demás con total impunidad. 

Nadie hace nada porque los violentos se excusan con la idea de que lo hacen para divertirse y divertir a los demás, lo hacen porque "es gracioso", y como todo el mundo se ríe, no parece violencia. Pero en realidad es una violencia brutal que destroza psicológica y emocionalmente a las víctimas. 

En mis talleres de Masculinidades No Violentas los chavales me lo explican así: "si no soy agresivo, los demás me comen vivo, es una guerra y tienes que atacar para que no te hagan daño" , es decir, todos dicen que atacan en defensa propia. Es la excusa universal para crear ejércitos, invertir en armamento, invadir países y masacrar poblaciones: todo se hace siempre en defensa propia. 

Conozco a muchos profesores y profesoras que son víctimas de esta violencia y que querrían parar esta guerra, pero apenas tienen tiempo, ni herramientas para trabajar en ello. También las madres y los padres viven aterrorizados con la amenaza del suicidio: todos los días hay chavales y chavalas que no aguantan tanto sufrimiento y se suicidan, o lo intentan.  

No sirve de nada hacer murales y cantar canciones por un mundo de paz si los centros educativos no son capaces de parar la guerra en las aulas. Es cuestión simplemente de poner en el centro lo urgente, y utilizar las herramientas que tenemos para acabar con la violencia:

- dejar de llamar bullying al maltrato y la violencia. Es importante llamar a las cosas por su nombre. 

- enseñar autocrítica amorosa en las aulas para que todos puedan tomar conciencia de la violencia que sufren, y la que ejercen en las aulas. 

-proteger a los niños y niñas que denuncian la violencia que sufren ellas mismas y los demás. 

- dejar de mitificar al macho violento, dejar de proteger a los agresores, dejar de aplaudirles y de tenerles miedo, dejarles solos y ofrecerles alternativas para que prueben a relacionarse con otras estrategias que no impliquen el uso de la violencia. 

- empoderar a los niños y niñas para que dejen de tener miedo a los agresores y se unan para hacerle frente. 

- ofrecer formación a estudiantes y profesorado, y personal no docente, sobre la cultura de la no violencia y los buenos tratos, la ética amorosa y la filosofía de los cuidados. 

-explicar la dimensión política del humor y como lo usamos para hacer sufrir a los demás.

-crear el sello de escuelas libres de violencia implementando medidas y protocolos especiales.

- utilizar los medios de comunicación para sensibilizar y concienciar a la población sobre la necesidad de parar la guerra en las escuelas.


Coral Herrera Gómez


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4 de abril de 2022

Eventos de Coral Herrera en Abril

 



Este mes tengo dos eventos, uno virtual y los demás presenciales: 

7 de abril en la Universidad Miguel Hernández, es un conversatorio organizado por el Observatorio de Masculinidades, es virtual y es gratis, podéis participar desde cualquier país, y podéis inscribiros aquí.

11 y 12 de abril en Navarra, organizado por Lunes Lilas, que consiste en dos charlas y un taller: 

11 de abril a las 19: 15 en Estella

12 de abril a las 11:00 am en Iruña, y el taller por la tarde de 17 a 20 horas. 


Aquí tenéis los carteles: 


día 11 de abril, Estella, 19 horas

Casa de la Cultura



día 12 de abril en la mañana, en Iruña:  

en el CIVICAN



En la tarde, en Iruña, taller en la Casa de las Mujeres 


Más eventos de la Gira 2022 aquí

1 de abril de 2022

Un mundo sin violencia




Nuestra supervivencia como especie depende de nuestra capacidad para resolver nuestros problemas sin utilizar la violencia.

La capacidad la tenemos: solo hay que aprender en las escuelas a construir nuestras relaciones desde el respeto mutuo, la ética amorosa y la filosofía de los cuidados.

31 de marzo de 2022

No nos mata el amor, nos mata el machismo



 "El amor te hace cometer locuras", es la frase favorita de los machistas para justificar su violencia, y no solo la usan para pegar a otros hombres por atacar a su pareja, también sirve para justificar el maltrato psicológico, emocional y físico hacia sus propias parejas. 

"El amor te hace cometer locuras" es también el argumento que usan los periodistas: "se volvió loco de celos", o "ella quería abandonarle y enloqueció", son las frases más comunes para justificar los femicidios cuando las mujeres quieren separarse o huir de la violencia, y son asesinadas.

El amor no mata a las mujeres, nos mata el machismo.

Coral Herrera Gómez


30 de marzo de 2022

Conferencia Hombres y amor romántico: Coral Herrera en la UMH

 


El día 7 de Abril esuve en la Universidad Miguel Hernández, Alicante, en el ciclo de seminarios organizados por el Observatorio de Masculinidades, hablando de mi libro y de los Hombres que ya no hacen sufrir por amor. 





Si quieres estar al tanto de todas las conferencias y talleres que imparto en este año, entra en este enlace. 



29 de marzo de 2022

Todo lo que podría haber hecho Smith, y no hizo



Tuvo el micrófono y el privilegio de disponer de varios minutos delante de millones de personas, podría haberlo utilizado para explicar por qué duele tanto cuando se hace una broma cruel a alguien que está sufriendo la enfermedad que padece Jada.

Podría haber contado lo mal que lo están pasando ambos, en qué consiste la enfermedad, y como se sintió cuando escuchó la broma de Rock.

Podría haber pedido a Rock que se disculpara y le pidiera perdón a su compañera delante de una audiencia planetaria, y habría quedado como un señor. 

Y todos los que defendéis a Smith lo sabéis: los humanos tenemos muchas herramientas para resolver conflictos y reparar el daño que hace la violencia verbal sin usar la violencia física.

 Y utilizar la excusa de que fue violento por amor es absurda: amor y violencia no pueden ir en una misma frase. Es puro patriarcado.

Si Smith hubiese podido aprender esto en la escuela, si le hubiesen dado estas herramientas en un tallercito de Masculinidades No Violentas, si le hubiesen enseñado a cuidar sus emociones y a usar el poder de la palabra, no tendría que estar ahora pidiendo perdón y agachando la cabeza.

 Y su Óscar no estaría en peligro. 

Y Rock, y los demás hombres podrían haber aprendido una hermosa lección. 

Y el auditorio le habría aplaudido a rabiar. 

 #MasculinidadesNoViolentas #OtrasFormasDeRelacionarse son posibles 

Coral Herrera Gómez

El humor es político: es violencia cuando hace daño


Reírse de una persona por su aspecto físico  para que todo el mundo se ría de ella es violencia. 

Es violencia porque hace daño.

Lo hacemos constantemente, todos los días: nos reímos de las personas gordas, de las bajitas, de las cojas, de las ciegas, de las sordas. Nos reímos de las que sufren deformidades, de las locas, de las que llevan gafas, el pelo afro, el aparato de dientes. 

Nos reímos de las personas que tienen orejas grandes, narices grandes, tetas pequeñas, piernas cortas, y también hacemos chistes humillantes hacia la gente por su color de piel, por su orientación sexual, por la pluma gay, por su edad, por su acento, por sus pecas, por su vida sexual (tanto si es nula como si es diversa y múltiple) 

Nos reímos de las discapacidades físicas y psíquicas de los demás, señalamos al diferente, a la rara, a la anormal. 

Hacemos bromas crueles sobre el aspecto físico de la gente y sobre su forma de ser, de vestir, de caminar o de hablar. 

El humor es político porque lo usamos para señalar a la gente que se desvía de la norma y desobedece los mandatos sociales: es una forma de castigo y de disciplinamiento para el que se atreve a ser él o ella misma. 

Y lo increíble es que lo hacemos sin darnos cuenta, creyendo que las bromas no hieren ni matan. 

Por eso cuando una niña se quita la vida porque no pudo soportarlo, nos preguntamos cómo ha podido pasar algo así. Nuestra salida suele ser culpar a la víctima: era demasiado sensible, no supo defenderse... Recibimos fotos y vídeos de mujeres teniendo relaciones sexuales y las compartimos porque es muy gracioso reírse de su pérdida del honor y prestigio, pero cuando se suicida nos quedamos helados, preguntándonos como algo que parecía divertido, pudo hacer sufrir tanto a alguien.

El humor es político porque perpetúa los estereotipos, los prejuicios, las jerarquías. Y porque cuando se hace desde el privilegio, de arriba hacia abajo, no tiene gracia, y perpetúa la discriminación y la violencia que sufren las personas más vulnerables. 

Nos reímos de ellas en las aulas, en los parques infantiles, en los bares, en las fábricas, en las oficinas, en los espacios deportivos, en los medios de comunicación, en los grupos de amigos, en las redes sociales, y en casa también: el humor es un arma política que marca nuestra posición de poder, y la de la persona o el colectivo de personas de las que nos estamos riendo. 

Usamos el humor para atacar y para humillar, para sentirnos importantes, para que los demás nos respeten, para ganar seguidores. 

Y además podemos defendernos diciendo que nosotros solo queríamos divertir a los demás, pero el humor no es inocente. 

El humor es político porque va cargado de ideología, y por eso puede servir para desmitificar y desenmascarar a los amos del mundo, o puede servir para lo contrario. Puede ser un medio de transformación, o puede servir para que todo siga como está. Podemos usarlo contra los más débiles, o contra los poderosos. 

Creo que por eso, desde que tengo conciencia de que el humor es político, solo me río con la gente que es capaz de reírse de sí misma, y es capaz de hacer que su audiencia pueda reírse de sí misma también. 

Y siento que si me hubiesen enseñado esto en la infancia, no me habría reído de los chistes machistas, racistas, capacitistas, xenófobos, homófobos, gordofóbicos y clasistas que me contaron. 

Y no habría participado en las risas del grupo contra el diferente, ni me habría prestado yo a ser el centro del bullying cuando me tocaba. Porque a todos y a todas nos ha tocado alguna vez aguantar con una sonrisa amarga las bromas crueles y los comentarios humillantes de los demás. Quieres que te trague la tierra o que la otra persona pare ya, pero aguantas porque si no los demás te van a decir que qué poco sentido del humor tienes, que "solo era una broma", y que qué amargada que no aguantas ni un rato. 

Lo mismo si te lanzas a defender a alguien que lo está sufriendo; te expones a que la otra persona la tome contigo y no pare. Es una guerra en la que está en juego tu dignidad y tu posición social: la gente joven vive en ella a diario en los centros educativos. Lo usan para hacerse daño porque entre risas no parece violencia. 

Pero es violencia porque hace daño.

Por eso es tan importante que en las aulas les expliquemos la dimensión política del humor, cómo funciona, para qué lo usamos, y contra quién.

 Si todos y todas tomamos conciencia del uso que hacemos del humor, y de cómo sufrimos y ejercemos violencia a través del humor, podremos usarlo para liberarnos. Y además, podremos aprender a divertirnos sin hacer daño a nadie. 

Es uno de los mayores retos que tenemos por delante si queremos vivir en un mundo mejor: aprender a usar el humor, y dejar de disfrutar haciendo sufrir a la gente y a los animales.

#OtrasFormasDeReírseSonPosibles

#ElHumorEsPolítico

#EsViolenciaPorqueHaceDaño


Coral Herrera Gómez

28 de marzo de 2022

Autonomía, redes y resistencia: retos para el futuro de los Hombres Igualitarios

 



Retos para el futuro de las asociaciones de hombres igualitarios y de su papel en la agenda feminista. Coral Herrera Gómez en la Revista AHIGE Especial 20 Aniversario.


Los hombres igualitarios empezaron leyendo a las grandes autoras de referencia del feminismo y cuando llegaron a las calles, se encontraron entre ellos en espacios y asambleas feministas, empezaron a asistir a talleres y actividades mixtas.

AHIGE es una de las asociaciones de hombres que se atrevió a dar el siguiente paso: empezar a reunirse en espacios propios, empezar a organizarse, a conseguir financiación propia para sus actividades, y a convocar sus propias concentraciones, protestas, y manifestaciones. 

En la segunda década del siglo XXI, los hombres ya están articulando su propia agenda de trabajo y de lucha, apoyando la agenda feminista, y haciéndose cargo de la parte que les toca como hombres.  

Es el futuro del movimiento de hombres y los estudios de masculinidad: fortalecer la autonomía a la vez que se tejen nuevas alianzas con otros colectivos españoles, europeos y de otros países, y redes para avanzar en los objetivos comunes con el feminismo y los demás movimientos.  

Queda mucho trabajo por hacer, pero creo que hay cada vez más hombres comprometidos con la igualdad, y que son cada vez más las mujeres que apoyamos sus luchas. Estos son algunos de los retos que tienen por delante: 


1) El discurso negacionista, misógino y machista de la extrema derecha 

El gran reto que tenemos por delante como sociedad es cuestionar los discursos misóginos de la derecha, que pretenden deslegitimar la lucha feminista y los avances para la igualdad.

La extrema derecha y la derecha, están más fuertes que nunca, gracias al apoyo con el que cuentan dentro del poder judicial y del poder mediático. Su discurso es emocional: pretenden presentar a los hombres como las víctimas del feminismo utilizando el mito de las denuncias falsas. Apelando al miedo y al odio, promueven abiertamente el machismo, el negacionismo y el antifeminismo, 

Su discurso cala en la gente más joven porque les hace creer que son víctimas de un movimiento social que pretende quitarles su estatus, su poder, su posición en la jerarquía social, y que el feminismo es sólo un grupo de mujeres que odian al género masculino y luchan por destruirles. Como consecuencia ha aumentado el número de hombres jóvenes que niegan la violencia machista.


2) La brecha feminista entre hombres y mujeres

En las calles hay cientos de colectivos feministas trabajando en diferentes áreas,… tratando de despatriarcar el mundo, mientras la mayor parte de los hombres asisten como espectadores a la revolución feminista. 

Nosotras estamos formándonos, haciendo discurso, hacemos talleres y cursos, celebramos asambleas y encuentros, hacemos terapia individual y colectiva para trabajarnos los patriarcados, y ya hablamos un lenguaje diferente al de nuestros compañeros. 

Nosotras hablamos de nuestros sentimientos y traumas. Antes lo hacíamos en la intimidad, ahora desde el #MeToo, lo hacemos en redes sociales. Hemos roto el pacto de silencio entre hombres: ahora somos capaces de hablar de lo personal y de lo político, y ponemos el cuerpo, la cara, el nombre y los apellidos. 

Los hombres, mayoritariamente, reaccionan defensivamente: no quieren sentirse culpables, porque no quieren asumirse como responsables. No se sienten incluidos en la lucha feminista, porque no pueden liderarla. Se sienten culpabilizados y muchos, tienen una serie de resistencias que les impide lanzarse a las calles a protestar contra los femicidios y las violaciones sexuales en grupo. 

Ante el aumento de la violencia contra las mujeres, se señala como culpables a las víctimas: eligió un mal compañero, iba vestida provocativa, son unas exageradas,… 

Las cifras no desatan la indignación entre los hombres. La mayoría no se sienten parte de un sistema basado en la masculinidad patriarcal, ni se ven como privilegiados: muchos creen que a medida que las mujeres ganan en derechos, ellos pierden los suyos. 

Las asociaciones de hombres por la igualdad van creciendo y fortaleciéndose en España, pero lo cierto es que la brecha entre hombres y mujeres se va agrandando cada vez más. 

Los hombres aún siguen anclados en el discurso: muchos apoyan el feminismo como teoría, pero aún no tienen herramientas para hacer autocrítica amorosa y plantearse cómo usan sus privilegios, cómo usan su poder, cómo ejercen el patriarcado, cómo lo transmiten a las nuevas generaciones. Estas herramientas no han llegado a la población de una forma masiva. Hacemos talleres y formaciones, congresos sobre masculinidades alternativas, nuevas o disidentes, pero no hemos llegado aún a la calle. 

Y esto es un tema obviamente de comunicación y de pedagogía: el reto es precisamente tratar de ofrecer alternativas a la postura defensiva, tomando responsabilidad y llevando la crítica al modelo patriarcal a sus entornos masculinos y a las calles.

 

3) Referentes de nuevas masculinidades

En nuestra cultura actual apenas hay referencias de masculinidades desobedientes que no se arrodillen frente al patriarcado y no se sometan a la tiranía del género.  Los héroes patriarcales, por contrario,  tienen millones de seguidores que asumen sus planteamientos desde la admiración y la idolatría. 

Sin embargo, la población más joven está buscando su identidad porque ya no le sirven los modelos tradicionales, las calles están llenas de hombres que desafían el orden patriarcal, pero apenas encuentran nuevos modelos de identidad. Tienen que crearlos prácticamente de la nada. 

Todos conocemos gente que no cumple con los mandatos de la masculinidad y la feminidad, y que no sigue los mandatos sociales de cómo relacionarse en estructuras monógamas y heterosexuales, pero lo cierto es que no estamos llegando a ellos.

Todos sabemos, además,  cuáles son los castigos que la sociedad  aplica, a estos hombres, para que se repriman a sí mismos, y a los demás, y se conviertan en “hombres de verdad”.

AHIGE señala en su Filosofía la importancia de crear referentes masculinos desde las disidencias, y creo que aquí está en gran parte la clave del gran reto que tienen los hombres igualitarios y anti-patriarcales, cómo dar a conocer el trabajo que están haciendo, las redes y alianzas de los colectivos y asociaciones de hombres que creen y luchan por la igualdad, para atraer cada vez a más jóvenes, a más hombres que sean imagen y referencia de alternativa y cambio a un modelo social justo, equitativo e igualitario.


4) Lo personal es político: dar la cara, poner el cuerpo 

Creo que una de las claves principales es que los chicos puedan escuchar a hombres que están trabajando sus patriarcados. Hombres que no solo les hablen de lo político, sino que sean capaces también de hablar desde lo personal. Les toca poner el cuerpo, dar la cara, abrir su corazón y compartir sus procesos. Les toca contar las veces que sufrieron e hicieron sufrir, las formas en que se aprovecharon de sus privilegios, la manera en que les aplasta el patriarcado, la forma en que ellos aplastan a los demás y compartan con ellos sus experiencias de liberación, de cómo  han podido deconstruirse a sí mismos y cambiar su forma de relacionarse con los demás desde los principios y valores del feminismo;

La gente joven conecta cuando les hablas desde ti mismo, con tu verdad, con tus fallos y tus aciertos, con tus zonas luminosas y tus zonas oscuras. Así entienden que se trata de un proceso, para ser mejores personas, y para contribuir a la construcción de un mundo libre de sufrimiento, explotación y violencia. 

Los cambios sociales van acompañados de cambios culturales Es obvio que no sólo es preciso, entonces, hacer una revolución educativa, sino también una revolución cultural que baje al macho alfa del pedestal en el que está. Necesitamos otras tramas y otros finales felices para mostrar la diversidad de nuestra realidad. Y necesitamos, sobre todo, referentes reales de hombres diversos y comprometidos con la construcción de un mundo mejor para todas y todos. 

¿Cómo implicar a productores, guionistas, dibujantes, creadores, editores, etc, en esta revolución cultural? 

Hay que pensar nuevos modos de comunicar y de conectar con las audiencias, para que sueñen con otro tipo de personajes, de tramas, de finales, que nos ofrezcan otros valores y otros principios que no sean los del patriarcado más rancio. 

Son las nuevas generaciones las que pueden crear nuevos relatos, nuevas canciones, nuevas historias, libres de mitos y estereotipos de género.

 

5) Sumar fuerzas: más hombres igualitarios 

¿Cómo dar a conocer este movimiento social, y cómo concienciar a la población masculina de la importancia de trabajar las masculinidades para poder acabar con la violencia machista?, ¿cómo ilusionar a la gente joven y expandir el movimiento para transformar el mundo para hacerlo un lugar más habitable, más humano, más igualitario, más pacífico, más amoroso y más justo?, ¿Cómo hacer que los hombres entiendan que la violencia machista es un problema de hombres, como decía Saramago?, ¿cómo hacer para que los hombres se ilusionen con la posibilidad de trabajarse y de liberarse a sí mismos de los mandatos del patriarcado?, ¿cómo enseñar a los más jóvenes el arte de la autocrítica amorosa para que puedan entender los mecanismos del poder y el funcionamiento de la estructura patriarcal?, ¿cómo convencerles de que con la igualdad ganamos todos y todas, y podamos sustituir la explotación por la cooperación?, ¿Cómo contagiar la ilusión?

No es nada fácil, porque el discurso hegemónico lo ocupa todo: 

Creo que una de las claves es que los hombres se sientan protagonistas de su propio proceso de transformación. Como decía Kelley Temple, los hombres, necesitan tomar el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista. Es decir, tener su propia agenda feminista, y tener autonomía como movimiento social. 

Crear las alianzas y el apoyo mutuo entre el movimiento de hombres igualitarios y el de mujeres feministas: para poner en el centro de nuestra agenda los cuidados compartidos. Pero aun tiempo, mantener espacios no mixtos, que podamos trabajar juntos, y por separado. 

Fortalecer y expandir las alianzas con otros movimientos sociales y otros colectivos como el ecologista, el antiespecista, el anticapitalista, el LGBTQ, etc

El papel del Estado para: promover los estudios e investigaciones sobre masculinidad en los entornos académicos, y financiar las iniciativas sociales en los vecindarios y las calles, e incluir el trabajo con varones para la prevención de la violencia machista en sus agendas y en sus políticas públicas. 

Fomento de la formación transversal el feminismo y las masculinidades alternativas, en todas las etapas y los contenidos de la educación formal, (dotando de las herramientas necesarias para, que el alumnado, se conozca mejor a sí mismos/as, para aprender las claves del autocuidado. Desarrollando la autocrítica amorosa y el pensamiento crítico, aprendiendo a resolver sus conflictos y a desarrollar la empatía, la solidaridad, la honestidad, y tomar conciencia de la importancia de la justicia social, la igualdad y la no violencia, superando el modelo patriarcal de relación) 

Crear espacios de seguridad para todos aquellos niños que no siguen la norma patriarcal, evitando el bullying que sufren los que se atreven a romper con los estereotipos. 


6) Comunidades de resistencia y apoyo mutuo entre hombres

Para hacer la revolución, es preciso crear un tejido social que sea el caldo de cultivo para la formación de pequeñas y grandes comunidades de hombres que se trabajan sus patriarcados. 

Necesitamos encontrar espacios de seguridad, crear espacios y comunidades de resistencia y apoyo mutuo que trabajen por la construcción de unas nuevas masculinidades, porque lo cierto es que los hombres igualitarios siguen siendo hombres raros. Por eso es fundamental promover la creación de grupos de hombres donde los disidentes se sientan pertenecientes y no tan solos.

En estas comunidades los hombres podrán relacionarse en una estructura horizontal basada en la cooperación, el compañerismo, los cuidados mutuos, y las redes entre comunidades permitirán ir creando ese tejido social en el que cada vez más hombres se sientan incluidos. Cuanto más participativo sea el proceso para construir una agenda de lucha propia, más hombres se sentirán implicados en el trabajo personal y colectivo, y más comunidades se crearán en torno a este movimiento social.

En la medida en que nos vamos uniendo, vamos adquiriendo más fuerza para organizarnos y construir nuestras alternativas sociales. 

Por eso es fundamental el trabajo de comunicación dentro del movimiento: 

Estar en redes sociales, y aumentar la producción audiovisual 

Necesitamos alianzas con los medios de comunicación para que el mensaje llegue masivamente a la población.

Mostrar historias de hombres que se atreven a compartir sus procesos personales de transformación, Hombres que enseñen las claves del autocuidado y los cuidados hacia los demás, cómo se vence el miedo a las burlas y a la tiranía del qué dirán.


Coral Herrera Gómez


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Puedes leer más artículos de Coral Herrera sobre Masculinidades en este enlace.


27 de marzo de 2022

Motivos para seguir en pie

 

Ilustración de Cecile Desserle

Motivos para seguir en pie, y para seguir luchando: a veces la vida te pesa toneladas, sientes que no puedes más, nada tiene sentido, todo es oscuridad y la luz al final del túnel parece muy lejana. A veces la distancia entre tus sueños y la realidad es demasiado grande, y el mundo te parece demasiado complicado, la vida demasiado difícil, y no ves la manera de salir hacia delante.

Todos y todas estamos luchando a diario, para dejar el pasado atrás, para sanar las heridas de la infancia, para dejar de sufrir, para cumplir nuestros sueños, para buscar la paz interior, para vivir mejor, y para encontrar motivos para seguir.

Y no es fácil: basta con ver un telediario y se derrumba toda tu fe en la Humanidad. Guerras entre naciones, pobreza y miseria, hambrunas, millones de personas y animales huyendo de sus países, la catástrofe climática, la violencia contra los niños y las niñas, millones de personas sufriendo y pensando en suicidarse.

Y después, anuncios publicitarios que te venden la felicidad a través de sus productos y sus soluciones mágicas. 

Y después, programas de gente famosa que lo tiene todo: dinero, salud, poder, amor, éxito y felicidad.

Y después, cuando apagas la televisión y todo queda en silencio, tu propia imagen en la pantalla, y el reflejo de tu propia vida, que a veces no se parece en nada a la que soñaste.

No es fácil vivir rodeados de tanta violencia, tantas injusticias, tanta desigualdad y sufrimiento, no es fácil sobrevivir en este mundo donde todos nos hacemos tanto daño porque no tenemos herramientas para cuidarnos y cuidar nuestras relaciones.

Pero merece la pena seguir en pie, y a mí me ayuda pensar que:

- no estoy sola en el mundo. Mucha gente me quiere, me cuida, me ayuda y se preocupa por mí. Y sé que muchas se sienten felices porque formo parte de su vida, se sienten queridas y cuidadas por mí, y saben que pueden contar conmigo.


- no solo recibo ayuda cuando lo necesito: también ayudo a mi gente y a personas desconocidas cuando me necesitan. Y el mundo está lleno de personas que quieren ayudar, lo que me reconforta muchísimo. 


-no soy tan rara, ni tan extraña: aunque no seamos mayoría, somos muchas las personas que soñamos con una vida mejor, para nosotras mismas y para las demás.


-hay muchas cosas que quiero saber, muchas cosas que quiero aprender, muchos lugares nuevos que visitar, mucha gente nueva a la que conocer, muchas experiencias hermosas que quiero vivir.


-hay muchos libros, películas, canciones, obras de teatro, cómics, poemas, series de televisión, y muchas obras de arte con las que puedo gozar. Gracias a la cultura puedo escaparme, volar, salir de mi vida, y asomarme a otras épocas, viajar a otros mundos, y vivir otras realidades.


-la vida está llena de placeres, y yo he venido al mundo a disfrutar de: una noche de amor, un atardecer en la playa, un amanecer en la montaña, un paseo en la ciudad, una comida deliciosa, unas vacaciones sin relojes, un abrazo apretado, una fiesta con música y baile, un concierto inolvidable, un paisaje grandioso, un libro que te atraviesa el corazón, una tarde de lluvia y orgasmos, una noche viendo estrellas y galaxias, un día de juegos y risas, un encuentro con gente maravillosa, un viaje al pasado, un sueño hermoso del que no quieres despertar...


-estar viva es un regalo, y un milagro: soy la descendiente de muchas generaciones de seres humanos que vivieron, lucharon, se amaron y se reprodujeron. Que yo esté viva aquí y ahora, es un producto del azar, y una hermosa casualidad. Y como sólo hay una vida, y a veces es muy corta, me digo a mí misma que  merezco poder disfrutarla el tiempo que dure.


-como no sabemos cuántos años nos quedan por vivir, quiero disfrutar de mi presente y cuando llegue el final, sentirme afortunada por los abrazos y los besos que recibí, los ratos de intensa felicidad que pude vivir, y todo lo que aprendí en el camino.

 
-cuando no le encuentro sentido a la vida, pienso que el amor es una energía universal que nos mueve, que nos une, que nos hace felices, y que yo tengo dentro de mí toneladas para repartir y compartir.


- me alivia saber que si mi salario es un miseria, puedo unirme a más gente para que nos lo suban a todos. Si sufro una injusticia, puedo juntarme a la gente que sufre lo mismo que yo para aunar fuerzas. Si hay algo que me duele, que me indigna, que me retuerce las tripas, puedo convertirlo en la causa de mi vida. Y así no solo vivo en mí, sino también en relación con los demás.


-cuando yo no tengo fuerzas para protestar, siempre hay gente en las calles pidiendo justicia, libertad, igualdad, y luchando por sus derechos y los míos.


-hay gente hermosa que cree en el amor y trabaja desde el amor: en centros médicos y  hospitales, guarderías, colegios, universidades, servicios sociales, equipos de emergencia... En todas partes hay gente que le pone cariño a su trabajo, alivia el sufrimiento de los demás, y ayuda como puede a que nuestras vidas sean más fáciles y más bonitas.


-hay mucha gente tratando de contribuir a la construcción de un mundo mejor desde los movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, asociaciones vecinales, colectivos de mujeres, asociaciones de inmigrantes, de estudiantes, de trabajadores y trabajadoras, de población LGBT, y organizaciones que defienden los derechos humanos, los derechos de los animales, y los demás seres vivos, y gente poniendo mucha energía y mucho tiempo de sus vidas para salvar el planeta. Y yo puedo formar parte de estos grupos humanos y aportar con mi granito de arena, puedo ser útil y puedo ayudar.


-me queda mucho por aprender: gracias a la ciencia y a la filosofía puedo gozar investigando, leyendo y pensando, puedo ensanchar mis horizontes, llegar a nuevos territorios del saber, satisfacer mi inmensa curiosidad, romper mis propios esquemas, superar mis creencias y prejuicios, aprender a ser humilde, y juntarme con más gente para construir conocimiento colectivo.

-todas somos semillas y frutos en potencia, todos tenemos algo hermoso dentro que puede florecer si nos liberamos del ego, del miedo, del odio, de la envidia, de la culpa, del narcisismo, del afán de poder, de la necesidad de acumular y brillar.

-siento que si yo me lo trabajo, puedo llegar a ser mejor persona y también puedo ayudar a que los demás lo sean, y si somos muchas trabajando en nuestra transformación personal y colectiva, podemos cambiar el mundo y hacerlo un lugar más habitable y más amoroso.

- tenemos la inteligencia, los conocimientos y las habilidades necesarias para acabar con la violencia y la destrucción, y para construir un mundo en el que todas y todos vivamos una buena vida, libre de sufrimiento. Me da esperanzas pensar que solo tenemos que  utilizar el sentido común para cambiar nuestra forma de organizarnos.

 
-tengo derecho a vivir esta Buena Vida, y no solo defiendo este derecho para mí, sino también para toda la Humanidad.


-hago un repaso de los privilegios que yo tengo, de los derechos de los que disfruto, y pienso en cómo hacer para que estos derechos no sean privilegios y podamos disfrutarlos todos y todas.


-otro mundo es posible, otras formas de organizarnos y de relacionarnos son posibles, otras formas de follar y de querernos son posibles.


Con un cambio radical en la educación bastaría para que las nuevas generaciones tengan otros valores, otros principios, y muchas más herramientas para aprender a ser buenas personas, para aprender a cuidarse, para aprender a pensar en el Bien Común, y para resolver sus conflictos y sus problemas sin hacer daño a nadie.

Y como lo sé, no doy por perdida está batalla jamás: aunque nunca lleguemos a la meta, y aunque a veces estamos dispersos, o tengamos formas diferentes de luchar, estamos en el mismo camino. 

Y tengo la impresión de que los que soñamos con otra forma de vivir, somos más que los que se han resignado y solo quieren sobrevivir. 

Aunque mucha gente parezca dormida o anestesiada, aunque mucha gente pierde la esperanza y tira a diario la toalla, también hay mucha gente sensible, lúcida y despierta, gente maravillosa que contagia a los demás con su bondad, su fuerza, su compromiso, su solidaridad y su alegría de vivir.

Todo esto me da fuerzas para seguir en pie, y cuando flaqueo y pierdo la fe, repaso este listado, me vuelvo a poner en pie.

Y aquí lo comparto por si os ayuda a vosotras y a vosotros también. 💜

Coral Herrera Gómez 


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26 de marzo de 2022

Liberarse de la necesidad de ser deseadas

Ilustración de Marynn


Nos han hecho creer que la medida de nuestra valía es nuestra belleza, y que para ser felices, necesitamos que los hombres nos deseen y nos amen. Y para ello tenemos que estar guapas, siempre disponibles, y en constante competición con nosotras mismas y con las demás mujeres. Sin embargo, esta utopía de la felicidad es una trampa: ser deseadas sexualmente no nos garantiza que nos vayan a querer bien, ni que nos vayan a amar más. A las guapas también les ponen los cuernos, también las sustituyen por otras guapas, sufren malos tratos, y también las matan. 

Da igual lo que hagamos para cumplir con los mandatos de la belleza, el mundo está lleno de mujeres jóvenes, hermosas e inteligentes. El patriarcado nos pone a competir y nos somete a través de nuestros miedos y complejos, y el ego: la obsesión por la belleza no sólo nos baja la autoestima, también nos vuelve narcisistas e inseguras. Nos quiere entretenidas en nosotras mismas, ilusionadas y frustradas por la necesidad de brillar, destacar por encima de las demás, y obtener prestigio social.


Hay que tener mucho cuidado con este culto al cuerpo, hoy moldeado y tiranizado para despertar el deseo sexual de los hombres. Porque todas, absolutamente todas nosotras envejecemos, da igual las dietas, las cremas, los tratamientos y las operaciones a las que sometamos a nuestros cuerpos. Si nos dejamos dominar por el ego y el narcisismo, nos aislamos de las demás: cuando empezamos a perder puntos por la edad, nos vemos solas y reducidas a la nada.


Nuestra meta en la vida no puede ser ir de compras, vestir a la moda, pasar horas frente al espejo, ir al salón de belleza, acumular likes en Instagram con tus selfies, posar sexys para ellos y agradar a los demás... 

Porque si eso se convierte en el centro de nuestras vidas, cuando los hombres dejan de desearnos, y las demás mujeres dejan de envidiarnos, nos sentimos invisibles y vacías.

 Y cuando nuestros cuerpos se transforman con la maternidad, es peor aún, porque muchas se castigan todavía más para borrar las huellas de la maternidad. Disciplinar el cuerpo y luchar contra él requiere, cada año, más horas de tortura, y más dinero. Invertir en nuestros cuerpos para venderlos no nos libera, nos hace más esclavas de la industria de la belleza y el negocio del deseo masculino.

A muchas de nosotras nos ha liberado el feminismo, y ya sabemos que es más importante entrenar el corazón para ser buena persona, que cumplir con los vanos imposibles de la belleza patriarcal. No compensa para nada machacarnos en el gimnasio y pasar hambre, no hace falta sufrir para estar guapa. Lo que nos pone guapas es la sonrisa y la alegría de vivir.


Cuando comprendes esto, aprendes a distinguir lo importante de lo superfluo, y el día en que te das cuenta de que es mucho más importante estar viva y estar sana, vivir sin dolores ni enfermedades físicas y mentales, que lucir bella, entonces das un gran paso hacia la liberación.


Y una vez empiezas a caminar hacia ella, aprendes a cuidarte de verdad, pones tu energía, tu tiempo y tu dinero en otros proyectos más placenteros, te lo trabajas para ser mejor persona, tu vida se llena de pasiones y afectos, la belleza pasa un segundo plano, y empiezas a disfrutar más de la vida.


Es un proceso de liberación bien hermoso, que se disfruta más si en el camino ayudamos a las niñas para que se lo ahorren, y a las adolescentes que ya están sometidas a la tiranía de la belleza y de la mirada del macho. Podemos ayudarles a iniciar su propia liberación para que el sueño de sus vidas no sea tener muchos seguidores, sino mucha gente querida a su alrededor. 


Porque de verdad, no necesitamos ni la admiración, ni la envidia, ni los likes en redes sociales.


Lo que necesitamos de verdad, todas y cada una de nosotras, es mucho amor del bueno.


Coral Herrera Gómez 




Mujeres que se liberan: ¿quieres unirte a nosotras?


24 de marzo de 2022

La culpa, la responsabilidad y la autocrítica amorosa



Uno de los grandes descubrimientos que iluminaron mi vida: el día en que dejé de echarle la culpa de todo a los demás y asumí la responsabilidad de mis actos, de mis palabras, de mi forma de relacionarme con el mundo. Dejé de hacerme la víctima cuando entendí la responsabilidad que tengo yo en los conflictos con los demás, y aprendí a hacer autocrítica amorosa.  

La gran mayoría de la gente es incapaz de admitir que se ha equivocado, que ha cometido un error, que no ha sabido gestionar una situación... lo fácil siempre es victimizarse y echarle la culpa a alguien. Y lo más común es que las personas que utilizan esta estrategia la repitan siempre: intentan dar pena para que les perdones o les des la razón. Pero jamás piden disculpas ni cambian su comportamiento, porque les va bien así, y porque así es como dominan y manipulan a los demás. 

A mi me cambió la vida cuando entendí que victimizarse y culpar al resto es una forma de ejercer el poder que puede llegar a ser muy violenta. Para los demás no es fácil defenderse porque si me coloco desde la posición de la "buena", al otro le pongo en el bando de los "malos", y le obligo a darme la razón, a ceder en un conflicto, o a que hagan lo que yo quiero-necesito-deseo que hagan. Les hago sentir culpables para no hacerme yo responsable. 

Cuando empiezo a darme cuenta del impacto que tiene en los demás mi forma de relacionarme, y del daño que puedo llegar a hacer con mi forma de manipular, entonces me lo empiezo a trabajar. 

Da miedo ver tu propia mezquindad, da miedo asomarse a tu oscuridad, da miedo mirarse en el espejo y ver a tu ego pidiendo más, pero cuando descubres que puedes ser mejor persona y que todo se puede trabajar en esta vida, y cuando tienes las herramientas, y gente a tu alrededor que las usa, es mucho más fácil.  

Necesitamos aprender a hacer autocrítica amorosa y a ser responsables, desde la más tierna infancia, lo mismo en casa que en las aulas. 

Coral Herrera Gómez

#Culpa #Responsabilidad #Dominación #Manipulación #Poder #AutocríticaAmorosa #TodoSePuedeTrabajar #Coeducación

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