Ilustración de Cecile Desserle |
Motivos para seguir en pie, y para seguir luchando: a veces la vida te pesa toneladas, sientes que no puedes más, nada tiene sentido, todo es oscuridad y la luz al final del túnel parece muy lejana. A veces la distancia entre tus sueños y la realidad es demasiado grande, y el mundo te parece demasiado complicado, la vida demasiado difícil, y no ves la manera de salir hacia delante.
Todos y todas estamos luchando a diario, para dejar el pasado atrás, para sanar las heridas de la infancia, para dejar de sufrir, para cumplir nuestros sueños, para buscar la paz interior, para vivir mejor, y para encontrar motivos para seguir.
Y no es fácil: basta con ver un telediario y se derrumba toda tu fe en la Humanidad. Guerras entre naciones, pobreza y miseria, hambrunas, millones de personas y animales huyendo de sus países, la catástrofe climática, la violencia contra los niños y las niñas, millones de personas sufriendo y pensando en suicidarse.
Y después, anuncios publicitarios que te venden la felicidad a través de sus productos y sus soluciones mágicas.
Y después, programas de gente famosa que lo tiene todo: dinero, salud, poder, amor, éxito y felicidad.
Y después, cuando apagas la televisión y todo queda en silencio, tu propia imagen en la pantalla, y el reflejo de tu propia vida, que a veces no se parece en nada a la que soñaste.
No es fácil vivir rodeados de tanta violencia, tantas injusticias, tanta desigualdad y sufrimiento, no es fácil sobrevivir en este mundo donde todos nos hacemos tanto daño porque no tenemos herramientas para cuidarnos y cuidar nuestras relaciones.
Pero merece la pena seguir en pie, y a mí me ayuda pensar que:
- no estoy sola en el mundo. Mucha gente me quiere, me cuida, me ayuda y se preocupa por mí. Y sé que muchas se sienten felices porque formo parte de su vida, se sienten queridas y cuidadas por mí, y saben que pueden contar conmigo.
- no solo recibo ayuda cuando lo necesito: también ayudo a mi gente y a personas desconocidas cuando me necesitan. Y el mundo está lleno de personas que quieren ayudar, lo que me reconforta muchísimo.
-no soy tan rara, ni tan extraña: aunque no seamos mayoría, somos muchas las personas que soñamos con una vida mejor, para nosotras mismas y para las demás.
-hay muchas cosas que quiero saber, muchas cosas que quiero aprender, muchos lugares nuevos que visitar, mucha gente nueva a la que conocer, muchas experiencias hermosas que quiero vivir.
-hay muchos libros, películas, canciones, obras de teatro, cómics, poemas, series de televisión, y muchas obras de arte con las que puedo gozar. Gracias a la cultura puedo escaparme, volar, salir de mi vida, y asomarme a otras épocas, viajar a otros mundos, y vivir otras realidades.
-la vida está llena de placeres, y yo he venido al mundo a disfrutar de: una noche de amor, un atardecer en la playa, un amanecer en la montaña, un paseo en la ciudad, una comida deliciosa, unas vacaciones sin relojes, un abrazo apretado, una fiesta con música y baile, un concierto inolvidable, un paisaje grandioso, un libro que te atraviesa el corazón, una tarde de lluvia y orgasmos, una noche viendo estrellas y galaxias, un día de juegos y risas, un encuentro con gente maravillosa, un viaje al pasado, un sueño hermoso del que no quieres despertar...
-estar viva es un regalo, y un milagro: soy la descendiente de muchas generaciones de seres humanos que vivieron, lucharon, se amaron y se reprodujeron. Que yo esté viva aquí y ahora, es un producto del azar, y una hermosa casualidad. Y como sólo hay una vida, y a veces es muy corta, me digo a mí misma que merezco poder disfrutarla el tiempo que dure.
-como no sabemos cuántos años nos quedan por vivir, quiero disfrutar de mi presente y cuando llegue el final, sentirme afortunada por los abrazos y los besos que recibí, los ratos de intensa felicidad que pude vivir, y todo lo que aprendí en el camino.
-cuando no le encuentro sentido a la vida, pienso que el amor es una energía universal que nos mueve, que nos une, que nos hace felices, y que yo tengo dentro de mí toneladas para repartir y compartir.
- me alivia saber que si mi salario es un miseria, puedo unirme a más gente para que nos lo suban a todos. Si sufro una injusticia, puedo juntarme a la gente que sufre lo mismo que yo para aunar fuerzas. Si hay algo que me duele, que me indigna, que me retuerce las tripas, puedo convertirlo en la causa de mi vida. Y así no solo vivo en mí, sino también en relación con los demás.
-cuando yo no tengo fuerzas para protestar, siempre hay gente en las calles pidiendo justicia, libertad, igualdad, y luchando por sus derechos y los míos.
-hay gente hermosa que cree en el amor y trabaja desde el amor: en centros médicos y hospitales, guarderías, colegios, universidades, servicios sociales, equipos de emergencia... En todas partes hay gente que le pone cariño a su trabajo, alivia el sufrimiento de los demás, y ayuda como puede a que nuestras vidas sean más fáciles y más bonitas.
-hay mucha gente tratando de contribuir a la construcción de un mundo mejor desde los movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, asociaciones vecinales, colectivos de mujeres, asociaciones de inmigrantes, de estudiantes, de trabajadores y trabajadoras, de población LGBT, y organizaciones que defienden los derechos humanos, los derechos de los animales, y los demás seres vivos, y gente poniendo mucha energía y mucho tiempo de sus vidas para salvar el planeta. Y yo puedo formar parte de estos grupos humanos y aportar con mi granito de arena, puedo ser útil y puedo ayudar.
-me queda mucho por aprender: gracias a la ciencia y a la filosofía puedo gozar investigando, leyendo y pensando, puedo ensanchar mis horizontes, llegar a nuevos territorios del saber, satisfacer mi inmensa curiosidad, romper mis propios esquemas, superar mis creencias y prejuicios, aprender a ser humilde, y juntarme con más gente para construir conocimiento colectivo.
-todas somos semillas y frutos en potencia, todos tenemos algo hermoso dentro que puede florecer si nos liberamos del ego, del miedo, del odio, de la envidia, de la culpa, del narcisismo, del afán de poder, de la necesidad de acumular y brillar.
-siento que si yo me lo trabajo, puedo llegar a ser mejor persona y también puedo ayudar a que los demás lo sean, y si somos muchas trabajando en nuestra transformación personal y colectiva, podemos cambiar el mundo y hacerlo un lugar más habitable y más amoroso.
- tenemos la inteligencia, los conocimientos y las habilidades necesarias para acabar con la violencia y la destrucción, y para construir un mundo en el que todas y todos vivamos una buena vida, libre de sufrimiento. Me da esperanzas pensar que solo tenemos que utilizar el sentido común para cambiar nuestra forma de organizarnos.
-tengo derecho a vivir esta Buena Vida, y no solo defiendo este derecho para mí, sino también para toda la Humanidad.
-hago un repaso de los privilegios que yo tengo, de los derechos de los que disfruto, y pienso en cómo hacer para que estos derechos no sean privilegios y podamos disfrutarlos todos y todas.
-otro mundo es posible, otras formas de organizarnos y de relacionarnos son posibles, otras formas de follar y de querernos son posibles.
Con un cambio radical en la educación bastaría para que las nuevas generaciones tengan otros valores, otros principios, y muchas más herramientas para aprender a ser buenas personas, para aprender a cuidarse, para aprender a pensar en el Bien Común, y para resolver sus conflictos y sus problemas sin hacer daño a nadie.
Y como lo sé, no doy por perdida está batalla jamás: aunque nunca lleguemos a la meta, y aunque a veces estamos dispersos, o tengamos formas diferentes de luchar, estamos en el mismo camino.
Y tengo la impresión de que los que soñamos con otra forma de vivir, somos más que los que se han resignado y solo quieren sobrevivir.
Aunque mucha gente parezca dormida o anestesiada, aunque mucha gente pierde la esperanza y tira a diario la toalla, también hay mucha gente sensible, lúcida y despierta, gente maravillosa que contagia a los demás con su bondad, su fuerza, su compromiso, su solidaridad y su alegría de vivir.
Todo esto me da fuerzas para seguir en pie, y cuando flaqueo y pierdo la fe, repaso este listado, me vuelvo a poner en pie.
Y aquí lo comparto por si os ayuda a vosotras y a vosotros también. 💜
Coral Herrera Gómez
Artículos relacionados:
¿Qué necesitas para vivir una buena vida?
La ética del amor y la filosofía de los cuidados
Celebremos nuestras liberaciones