A veces se me olvida que vine a este mundo principalmente a disfrutar, y de vez en cuando me lo tengo que recordar a mí misma para que no se me olvide. No es fácil deshacerse de la culpa y darse permiso para disfrutar: el patriarcado me recuerda todos los días que debo siempre anteponer las necesidades de los demás a las mías. Cuando pienso en mí misma y en mi placer, me siento egoísta porque soy mujer, y sé que si fuera hombre no me sentiría tan culpable.
Así que para poder disfrutar me tengo que convencer de que no todo son obligaciones, que tengo derecho al placer, que es importante parar, que no puedo estar absorbida por la producción y la generación de ingresos, la maternidad y la crianza, las tareas del hogar.
Parece mentira que tenga que apuntarme en un papel lo importante que es estar bien, y lo mucho que me merezco disfrutar de mi derecho al descanso y al tiempo libre. Pero si no lo hago, no me doy el espacio y el tiempo para parar los relojes y dedicarme al disfrute de esta única vida que tengo, que está pasando demasiado deprisa.
Haciendo el listado de las cosas con las que disfruto, me doy cuenta de que la mayoría son gratis, y que solo se trata de encontrar el tiempo y el espacio para saborear la vida.
Es un listado muy personal y cada una de nosotras podemos hacer el nuestro, hoy os comparto el mío:
- Caminar me hace muy feliz. En la ciudad y los pueblos, pero sobre todo en la naturaleza. Caminar me ayuda a pensar, a recordar y a imaginar, así que puedo viajar en el tiempo hacia detrás y hacia delante, y también puedo analizar mi presente, hacerme preguntas, y tomar conciencia de mi propia existencia, y de mi recorrido vital. Caminando se me ocurren siempre soluciones a mis problemas, y también me ayuda a tomar perspectiva sobre mi propia vida.
-Pasar tiempo con mi gente querida: es mi combustible, me da energía para poder con todo. Estar con mi familia de sangre y mis familias elegidas, compartir con mis amigas y amigos da sentido a mi vida. Y lo más importante: me divierto mucho y me río un montón con mi gente. Además, me siento yo misma con todas ellas: me siento libre para desnudarme, para ser quien yo soy, sin miedo a ser juzgada o rechazada, porque es gente que me conoce bien y me acepta tal y como soy.
- Ir a conciertos a bailar y a cantar: me encanta hacerlo en espacios pequeños y grandes, sobre todo al aire libre. Cuando me junto con cientos o miles de personas a disfrutar de la música y de la danza, me siento muy feliz, me contagio siempre de la energía de la gente que se divierte y se expresa con libertad.
-Ir a manifestaciones y participar en movimientos sociales en defensa de los derechos humanos y para protestar contra las injusticias: me siento feliz cuando me junto con gente comprometida que sueña con un mundo mejor y sale a la calle para luchar por el Bien Común. Me hace sentir menos sola en mi sueño de transformar la sociedad, menos sola, menos rara, y sobre todo, me siento acompañada y me siento parte de una comunidad de gente solidaria que no se resigna, que no se conforma, y que cree que otro mundo es posible.
- Ir al teatro, al cine, a museos: necesito el arte y la cultura porque alimentan mi espíritu, me dan placer, y me permiten desconectar de mi realidad y de mí misma. La belleza de las historias y las creaciones de los demás me elevan por encima de la realidad del día a día, y me hacen entrar en éxtasis. Y no solo me gusta asistir como espectadora, también me encanta hacer teatro y participar en procesos creativos con la gente.
-Leer libros y escribir: son dos de mis pasiones que siempre realizo en solitario. Disfruto mucho la soledad porque en ella siento que puedo viajar a otras realidades, expandir mi imaginación, vivir otras vidas. Leyendo desconecto de mí misma, escribiendo, conecto conmigo misma como nunca.
-Tomar el sol y el viento: necesito sentir la caricia de nuestra estrella y de la brisa, me siento muy feliz recibiendo energía solar, viendo las nubes pasar, y observando a las aves surcar el cielo. Me encanta tumbarme en la tierra, en la hierba, en la arena, en una roca a tomar el sol y a nutrirme con su calor.
-Disfruto mucho del silencio, y lo busco mucho porque noto que es esencial para conservar la cordura y la salud mental. Cuando hay demasiado ruido no puedo pensar bien: en el silencio encuentro la paz que necesito para poner en orden mis emociones y mis ideas, y para descansar.
- Disfruto haciendo el amor con mi pareja, disfruto mucho el contacto físico con mi gente querida y los abrazos que doy y recibo. Las caricias y las demostraciones de amor son otro de mis combustibles vitales.
-Disfruto comiendoy cocinando, me encanta cocinar para los demás y verlos disfrutar comiendo lo que les he preparado. Es uno de los mayores placeres de la vida.
- Disfruto viendo atardeceres y amaneceres de Sol y de Luna, sola y acompañada. Son momentos mágicos y en mi memoria conservo muchos recuerdos hermosos de ellos.
- Me encanta observar el cielo en la noche e ir descubriendo a los planetas, las estrellas, las galaxias... ya con telescopio es el goce total. Disfruto mucho leyendo sobre el Cosmos y viendo vídeos sobre astronomía y divulgación científica.
- Disfruto mucho nadando, montando en bici, y haciendo yoga, sola o en buenas compañías. Es autocuidado mental, emocional y físico, pero además es un placer.
- Disfruto conociendo gente nueva y escuchando sus historias de vida. Me fascina la forma en que los seres humanos nos desnudamos frente a los demás, y les ofrecemos generosamente nuestra intimidad. Me encanta encontrar gente con la que me siento libre para ser yo misma, sin miedo a ser atacada, sin miedo a ser juzgada, y por eso también disfruto tanto con mi gente querida cuando abrimos nuestros corazones y nos contamos la vida.
- Disfruto mucho de las conversaciones profundas con personas adultas y con niñas y niños. Me encanta aprender de los conocimientos de los demás, me encanta que me rompan los esquemas, me encanta escuchar a la gente que sabe mucho sobre un tema, me encanta reflexionar en colectivo sobre los más variados temas.
- Disfruto tomando conciencia de todo lo que está bien en mi vida: vivo sin dolor y sin enfermedades graves, vivo sin sufrimiento mental ni físico, mi gente está bien, y tengo lo necesario para vivir bien: un techo, agua potable, comida caliente, ducha caliente, ropa de abrigo, electricidad para iluminarme y para calentarme en invierno, ingresos dignos, derecho a la educación y a la salud, gente que me quiere y me cuida, y a la que quiero y cuido. Tomo conciencia de los privilegios que tengo sabiendo que hay millones de personas en el mundo que no tienen derecho a vivir una buena vida y no pueden disfrutar de los derechos humanos fundamentales.
- Disfruto mucho ayudando a la gente, sintiéndome útil, y aportando mi granito de arena para la construcción de un mundo mejor.
¿Y vosotras, cómo disfrutáis de la vida, y cómo sacáis espacio y tiempo para disfrutar?
Coral Herrera Gómez