Los hombres que me gustan
No llevan traje y corbata
No usan relojes caros
No tienen coches de lujo
No son ricos ni famosos
No son hombres poderosos
Los hombres que me gustan
No tienen cuerpos perfectos y musculados
No tienen millones pudriéndose en el banco
No son violentos ni agresivos,
No sueñan con ser presidentes, mafiosos o narcos.
Los hombres que me gustan no usan su fuerza y su poder para imponer sus deseos
No odian a las mujeres
No se sienten superiores a ellas
No se sienten dueños de sus vidas
No buscan una sirvienta
Buscan a una compañera con la que compartir la vida y las tareas.
Los hombres que me gustan no le tienen miedo al amor ni a las mujeres,
no le tienen miedo al sexo ni al placer femenino,
son hombres con capacidad para dar y recibir cariño y ternura.
Los hombres que me gustan son hombres sensibles,
honestos
e inteligentes.
Son hombres que cuidan y
se comprometen con las causas en las que creen, y con la gente a la que quieren.
Los hombres que me gustan son hombres que leen, estudian e investigan,
hombres que escuchan,
hombres que crecen y evolucionan,
y se lo trabajan para ser mejores personas.
Los hombres que me gustan son
los hombres que creen en la justicia social, en la igualdad, en la libertad, en los derechos humanos.
Son hombres que crean un mundo mejor, y contribuyen desde su vida cotidiana a hacer real la utopía.
Los hombres que me gustan no se aprovechan de las mujeres más pobres para satisfacer sus deseos y cubrir sus necesidades,
no se forran explotando a mujeres y niñas,
no utilizan a sus parejas para liberarse de las tareas domésticas y vivir como reyes.
Los hombres que me gustan son hombres rebosantes de energía y de alegría de vivir,
hombres que cuidan sus emociones para no sufrir y no hacer sufrir a los demás, hombres que no necesitan dominar ni someter a los demás.
Son hombres que valoran y abrazan la vida.
Los que más me gustan son los hombres humildes y conscientes de sus límites, hombres que se revisan, se cuestionan a sí mismos, saben aceptar con deportividad las derrotas, y saben pedir ayuda cuando lo necesitan.
Los hombres que me gustan son aquellos que disfrutan desnudando su alma,
y saben hablar de sus emociones,
y se abren en canal ante ti,
y pueden mostrar su vulnerabilidad sin miedo.
Son hombres leales a sus principios, hombres valientes que no obedecen los mandatos del patriarcado, que se rebelan ante los abusos de poder, que renuncian a sus privilegios masculinos porque saben que lo personal es político y que la revolución empieza dentro de uno mismo.
Los que más me gustan son los que han tomado conciencia de que el frente de batalla de las mujeres está en la cama y en la casa. Y que si ellos cambian, los demás se contagian.
Los hombres que me gustan no niegan su racismo, se trabajan su racismo.
Y su clasismo, su xenofobia, su machismo, su homofobia, y todas las enfermedades de transmisión social.
Los hombres que me gustan son honestos y sinceros,
saben hacer autocrítica amorosa,
saben cuidarse a sí mismos,
y saben cuidar sus relaciones, también cuando se terminan.
Los hombres que me gustan me seducen con sus actos, no con discursos. Me encandilan con su forma de ser y de relacionarse, no con palabras vacías.
Los hombres que me gustan son los hombres que ya no hacen sufrir por amor a sus compañeras.
A mi me gustan y me encantan los hombres que aman y respetan la naturaleza, no se dedican a destruirla ni a destruirse a sí mismos.
Son esos hombres que caminan descalzos, con los pies en la tierra, y a veces miran al cielo, y sueñan con un planeta sin pobreza,
sin violencia
y sin guerras.
Los hombres que me gustan son hombres autónomos que no necesitan criada. Son hombres que se trabajan sus patriarcados, y que se quitan la corona para aprender a relacionarse con las mujeres de igual a igual.
Los que me gustan, son esos hombres en permanente construcción que están educando a sus hijos para que no sean como sus abuelos, y a sus hijas para que sean mujeres libres y autónomas.
Los hombres que más me gustan, sin duda alguna, son los que han comprendido la dimensión política del amor y los cuidados.
Son esos hombres que cambian pañales, que limpian el cuarto de baño, que barren y friegan, que se intercambian recetas de cocina con los amigos.
Son los hombres que hacen lavadoras, doblan y colocan la ropa, compran la comida, la cocinan y la sirven en la mesa. Son hombres que cuidan los espacios que habitan, y sus redes afectivas: no solo disfrutan de sus paternidades, también cuidan de sus padres, madres, hermanas y hermanos, nietos y nietas, cuidan a sus parejas, a sus amigos y amigas, y cuidan las comunidades a las que pertenecen.
Son hombres con capacidad para reírse de sí mismos y para llorar contigo si lo necesitan. Son hombres que saben reconocer sus errores, aprender de ellos, y pedir una disculpa sincera.
Los hombres que me gustan son pocos,
pero los reconozco enseguida
porque me miran a los ojos,
me hablan de tú a tú,
no me tienen miedo,
y me tratan como a una compañera.
Coral Herrera Gómez