5 de marzo de 2024

No te cases nunca: vamos a contar verdades



Los hombres casados viven más años que los solteros. Su salud es mucho mejor, y son más felices que los hombres solteros, divorciados y viudos. 

Las mujeres solteras viven más años,  gozan de mejor salud y son más felices que las mujeres casadas. 

Estas fueron las conclusiones de Paul Dolan, profesor de Ciencias del Comportamiento en London School of Economics en el estudio que publicó en 2019 y su conclusión fue: "Si eres hombre, quizás deberías casarte. Si eres mujer, estás mejor sola" 


¿Y por qué será que el matrimonio solo beneficia a los hombres?

Pues porque al casarse, todos son premiados con una mujer-criada, una mamá-esposa, una mujer que ejerce de secretaria, cocinera, limpiadora, niñera, enfermera, asistente, psicóloga, maestra, lo hace gratis, y además te trata con amor. 

¿Y cómo es tener una cuidadora todos los días de la semana, todos los días del año, hasta el final de tus días?

 Una mujer que no sólo trabaja gratis, sino que además no tiene días de descanso ni vacaciones, no puede pedir permiso por enfermedad, no cotiza a la seguridad social, y no cobra salario. Está siempre disponible para ti, siempre a tu servicio.

Todo son ventajas, porque además, ahora las esposas-madres también traen dinero a casa: aguantan sin rechistar la doble jornada laboral, y no solo son unas excelentes profesionales, también son buenas trabajadoras del hogar, buenas mamás, buenas vecinas, buenas esposas.

Tienen la casa limpia, la nevera llena, la comida hecha, llevan la administración del hogar, la contabilidad, la carga mental, y además están listas todas las noches para ofrecerte servicios sexuales. 

A los hombres les viene muy bien tener una sustituta de mamá con la que poder tener sexo, una mujer que les cuide cuando enferman, y que les ate en corto. porque los hombres ya sabemos que no tienen auto control y no saben regularse a sí mismos: necesitan una mujer que sea a la vez madre, maestra, vigilante y carcelera. Una mujer que les guíe por el camino del bien, y haga todo el trabajo que les toca hacer a ellos en la casa y con los hijos. 

¿Cuales son los incovenientes para los hombres? 

Que no todas sirven a los hombres con alegría. Muchas protestan por la explotación y el abuso, por las escapaditas masculinas y por los cuernos que llevan. No todas las mujeres obedecen todo el tiempo; hay muchas que reclaman, patalean, lloran, montan broncas una tras otra. Por eso hay tantos chistes sobre hombres que escapan de mujeres gruñonas. Para ellos la mujer ideal es la que no se queja, la que se resigna y se deprime, la que se calla y se aguanta. 

 Hay mujeres que se pasan años intentando educar a sus maridos para que cambien, otras son más prácticas y más realistas, y hacen su vida pasando de sus maridos, y otras logran liberarse de la carga y echan a volar.

A la mayor parte de los hombres les compensa tener una esposa gruñona y amargada que pasa todo el tiempo enfadada.

A quienes no nos compensa es a nosotras.  

El matrimonio es una estafa, y es una trampa. Creemos que al casarnos el hombre se comportará como un compañero, que trabajaremos en equipo, que recibiremos los mismos cuidados que damos. Todas soñamos con un hombre autónomo que sepa cuidarse a sí mismo y sepa cuidar a sus seres queridos, pero apenas hay hombres así.

Después de la boda nos encontramos maternando a un hijo mayor, y después nos toca maternar a nuestros hijos pequeños, y cuantos más hijos tienes, más atrapada estás en el matrimonio.

Cuando comprendes en tus carnes la profunda injusticia que supone no tener tiempo libre para que tu marido viva como un rey, ya es demasiado tarde. Los hombres gozan del doble de tiempo libre que las mujeres en todo el mundo, lo que significa que pueden dedicarse a sus pasiones, hacer ejercicio y practicar deporte, pueden divertirse con los amigos, pueden pasar tiempo con sus familiares, pueden estudiar idiomas, o másters, o doctorados, pueden descansar y dormir más, y pueden tener las amantes que quieran.

Las mujeres tenemos apenas una hora libre al día. Por eso somos nosotras las que pedimos mayoritariamente el divorcio: antes el principal motivo era la infidelidad masculina, ahora es la sobrecarga doméstica.

¿Qué impacto tiene en nuestra salud mental, emocional y física la doble y triple jornada laboral? Pues en España, por ejemplo, las mujeres somos las que más psicofármacos estamos consumiendo en toda Europa, para poder aguantar un ritmo de vida tan estresante y agotador: antidepresivos, ansiolíticos, somniferos...

La falta de sueño y descanso, unido al estrés y la sobrecarga de trabajo, son factores fundamentales para explicar por qué las mujeres casadas tienen menos esperanza de vida que las solteras.

Vivir trabajando para los hombres, tanto dentro como fuera de casa, es agotador.

Y muy frustrante.

La frustración, el enojo, la decepción, la rabia, nos amarga la vida. Cuanto más nos creemos el mito romántico, más nos duele el darnos cuenta de que el amor romántico es una estafa, y la "familia feliz" una trampa.

Miramos a las mujeres solteras y sin hijos con envidia, porque ellas no tienen que servir a los hombres, ni tienen que aguantar cuernos, ni tienen que pasarse el día trabajando para que la familia feliz sea feliz.

Las mujeres solteras creen que las casadas son muy felices porque generalmente las casadas no cuentan las verdades, ni muestran públicamente cómo se sienten. Ponen fotos en redes sociales para que los demás crean que tienen un marido maravilloso, unos hijos maravillosos, y una vida maravillosa. Por eso cuando deciden divorciarse nadie entiende nada, "con lo felices que se os veía en las fotos"

A nosotras no nos compensa el matrimonio, porque los privilegios y los abusos de los hombres nos amargan la existencia, nos quitan tiempo para disfrutar de la vida, nos enferman y nos quitan años de vida. 

Vivir en guerra constante es muy frustrante, porque ellos juegan con ventaja, no se dejan domesticar, y casi siempre ganan las batallas.

Así que para vivir mejor, las mujeres tenemos que evitar el matrimonio, y nunca convivir bajo el mismo techo que nuestros amantes. 

La mejor fórmula es que cada uno viva en su casa, porque los hombres ganan en tiempo y calidad de vida, y nosotras perdemos. Perdemos la salud, perdemos horas al día, perdemos la alegría: el matrimonio solo les beneficia a ellos.

Para que las mujeres jovenes no caigan en la trampa, vamos a contar verdades.

Vamos a dejar de fingir que somos felices en redes sociales.

Vamos a explicarles que no es una cuestión de mala o de buena suerte: el matrimonio es una estructura basada en la dominación masculina y en los privilegios de los hombres.

Las nuevas generaciones de hombres y mujeres tienen que tener claro que cuando los cuidados no son mutuos, están en relaciones de abuso y de explotación. 

A los niños hay que hablarles de justicia social y derechos humanos, y a las niñas hay que contarlas la verdad del matrimonio, para que no se conviertan en criadas y no acaben atrapadas, amargadas y empastilladas.

Para muchas mujeres el matrimonio es una trampa mortal, pues todos los días son asesinadas 137 mujeres en el planeta por desobedecer a sus maridos o por intentar escapar de la cárcel del matrimonio. El lugar más peligroso del mundo para las mujeres y las niñas es el hogar: las violan y las matan los maridos, los padres, padrastros, abuelos, tíos, primos, y amigos de la familia.

Por eso es tan importante desmontar el mito romántico. Ellas tienen derecho a saber la verdad, a escuchar a sus madres, abuelas, tías, primas, y vecinas, a enfrentarse a la vida con los ojos abiertos, sin la venda que les ponemos en los ojos cuando son pequeñas.

Todas tienen que saber, además, que tienen derecho a vivir una Buena Vida, y que la mejor manera para vivir mejor es permanecer soltera.

Coral Herrera Gómez



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