1 de agosto de 2013

Los derechos universales del Amor





1. Todos tenemos derecho a querer y a ser queridos. Sin exclusiones por razones de género, orientación sexual, etnia, origen, clase socioeconómica, edad, religión, etc. 

2. Todas tenemos derecho a elegir libremente compañero/a (s) sin imposiciones sobre el género o el número de compañeros/as. También tenemos derecho a elegir la soltería sin sufrir las presiones de nuestro entorno. 

3  Todas tenemos derecho a relaciones igualitarias donde no exista la división de roles tradicional y en las que podamos repartir las cargas de trabajo de un modo equitativo o equilibrado. Todos tenemos derecho a ser bien tratados y a tratar bien a los demás. Tenemos derecho, pues, a tener relaciones amorosas sanas y bonitas, sin jerarquías ni  luchas de poder.

4  Todos tenemos derecho a iniciar o romper nuestras relaciones amorosas o sexuales con libertad, por ejemplo cuando no nos apetece continuar compartiendo o conviviendo con la pareja, sin coerciones de tipo legal, económico, social, moral o religioso.

5. Todos tenemos derecho a controlar nuestra sexualidad en el ámbito de la reproducción, tener acceso a métodos anticonceptivos o elegir libremente la maternidad/paternidad, tanto cuando se tiene pareja, como cuando no se tiene.

6  Todas tenemos derecho a expresar nuestras emociones en público o a no expresarlas si no es nuestro deseo. Esto supone también que todas somos libres para mostrar nuestros afectos en lugares públicos sin discriminaciones basadas en nuestro aspecto físico, nuestra edad, color de piel, clase social u orientación sexual.

29 de julio de 2013

Las soledades posmodernas y las redes de amor





La soledad es una invención moderna.

En el siglo XXI nos juntamos de dos en dos, mejor si es heterosexualmente. Nos unimos en dúos para convivir y para crear familias (o no), en estructuras de dependencia mutua. Dependencia sentimental y económica, dependencia social y afectiva. Cuando estamos sin pareja decimos que estamos solos, pero la soledad es una invención moderna que afecta a los habitantes de las ciudades, lugares donde todos somos personas anónimas y donde nos comportamos como si no tuviéramos nada que ver unos con otros.

Antes la gente vivía en grandes estructuras familiares, en casas amplias donde convivían varias generaciones y parientes sin la misma sangre. La soledad nació en el seno del Romanticismo trágico del XIX, cuando se impuso el individualismo y la gente se encerró en sus nidos de amor para dúos diferentes pero complementarios. Las  calles y las plazas se vaciaron y cada uno miró para lo suyo. 

El budismo con su filosofía del desapego no entiende, sin embargo, la soledad como una tragedia: nacemos solos y morimos solos, y los demás nos acompañan en determinadas etapas del camino. En Occidente, sin embargo, la soledad es la gran enfermedad de los posmodernos. Fromm hablaba de la Era de la soledad, de la época en la que necesitamos emociones intensas, necesitamos comunicarnos y compartir, y sin embargo lo hacemos solos desde casa, apretando el dedo sobre las teclas de una realidad virtual.

El derrumbe de las redes de solidaridad en la posmodernidad nos han dejado a todos más solos y solas, especialmente los que no tienen a alguien cerca para compartir su soledad. En lugar de crear nuevas redes, Coca Cola nos dice que en pareja se vive mejor. Por eso buscamos a nuestra “media naranja”, alguien que llene nuestra soledad, que nos acompañe siempre, que no nos abandone.

Un marido con plata




En la peluquería es el lugar donde más aprendo sobre el patriarcado. A mí me encanta hablar con mujeres sobre los mil temas que nos preocupan a las mujeres, pero en la peluquería a la que voy no se habla de economía internacional, política global o local, temas de corrupción o desempleo, la precariedad económica, o la suciedad de los ríos de la ciudad en la que vivo. En la peluquería de mi barrio se habla de consejos de belleza, trucos domésticos, temas de salud y nutrición, de sexo y amor. Las mujeres que van  a mi peluquería hablan mucho de los maridos y las hijas y los hijos, y el entorno familiar. El suyo y el de otras mujeres: gustan hablar de la vida de las famosas, de sus romances y divorcios, de sus casas.

A mí me cuesta participar porque soy sorda y me cuesta seguir las conversaciones. Me siento rara, como si fuese una antropóloga infiltrada, y me dedico a escuchar y a analizar el patriarcado mientras lo sufro en mis carnes con la depilación, y hace años, con el tinte en el cabello. Ahora sólo voy a cortarme el pelo, y he de reconocer que más de una vez allí se me han ocurrido varios artículos para mi blog, porque como mis redes sociales son feministas, alucino mucho cuando estoy en el mundo real. Así que aprovecho para nutrirme de material y para mis posts.

De todas las cosas espantosas que oigo, lo que más me impacta es el tema bodas. Lo que peor llevo es escuchar como las mujeres desean en voz alta "un marido con plata".  

Las chicas jóvenes de mi peluquería hablan de sus pretendientes y de sus novios o maridos. Y aunque todas ellas parecen muy modernas, en realidad hablan de ellos como si lo más importante de su personalidad fuese su nómina, su cuenta bancaria. Les gusta hablar de la generosidad de sus novios, y de la ostentación de los recursos que él pone a su alcance. Así, hablan de sus novios desde el afán por mostrar su poder adquisitivo y de la posibilidad de que se comprometan seriamente con ellas. Se sienten muy orgullosas si viene su novio a buscarlas en el pedazo de auto último modelo, porque eso demuestra que ellas tienen también éxito si logran que un hombre así venga a recogerlas a la peluquería. Y se las cae el mundo encima si descubren que todo es puro bloff (no tiene plata o ya está casado)

Es extraño que al mismo tiempo que se ilusionan y se decepcionan, todas ellas creen en el amor. y en la posibilidad de encontrar un marido con plata del que poder enamorarse. Bajo esta lógica, lo ideal es un marido con dinero que además sea guapo para que te atraiga sexualmente, y que sea inteligente y divertido para que no te aburra, y que sea fiel, y que sea tierno y sensible pero a la vez viril y fuerte, y que sea sincero, comprometido, estable, incondicional...





Sabemos que este modelo de masculinidad idealizado no existe y nos gusta reirnos en torno a este tema. Como dice mi peluquera: "Los príncipes azules si existen, pero se aman entre ellos". Y todas reímos.


 Sin embargo, la realidad es que a muchas les genera una gran frustración no encontrar a su media naranja. Por eso hablamos tanto de los problemas que nos causa este mito del príncipe azul en la peluquería. 

"El asunto es que si no puedes encontrar a un tipo estupendo con plata, por lo menos que tenga plata, porque ya que le vas a aguantar toda la vida, pues por lo menos pasarla bien, ¿no?", dice una chica mientras le hacen las uñas, y todas sonríen y asienten. 

Esta idea del marido con plata no conoce de edad ni de clase social: la he escuchado también en mujeres feministas y me parece en extremo peligrosa, aunque todas riamos porque suena muy lógico. En un planeta en el que las mujeres apenas somos propietarias de las cosas, cobramos menor salario por igual esfuerzo, nos echan de un trabajo si nos embarazamos, sufrimos el paro en mayor medida en los tiempos de crisis, no solemos alcanzar los puestos de mando en empresas multinacionales ni en universidades,etc es normal que las mujeres necesiten un proveedor de recursos que acabe con su pobreza o aminore su vulnerabilidad. Es normal que deseemos a los hombres con recursos porque para nosotras es más difícil acceder a ellos, dada la discriminación que sufrimos. 

Pero esa dependencia económica nos colocó hace siglos en una situación de subordinación que nos hace a todos profundamente infelices. A ellos porque se sienten utilizados, a nosotras porque limitamos nuestra libertad al escoger por necesidad.

Nuestras relaciones amorosas son conflictivas precisamente por este juego de dependencias, y porque nos han dicho que si un hombre nos ama nos tendrá como a una reina. Chineadas, consentidas, mimadas. Nos han dicho que eso es el amor de verdad

Y sin embargo la realidad es otra. Ser dependientes limita nuestra libertad, y no hay nada más terrible que convivir con gente a la que no amamos, pero a la que necesitamos. Las relaciones de poder hace que unos dominen y otros se sometan, y desde mi punto de vista este tipo de relaciones no tienen nada que ver con el amor. 


Hoy en día, si  unos necesitan una criada doméstica y otras necesitan un proveedor de recursos es porque seguimos inmersos en un sistema desigual en el que cada uno usa sus armas y construye sus estrategias en torno al grupo que le ha tocado (hombre/mujer, rico/pobre). Es por esto que nuestras relaciones a menudo no son desinteresadas, ni sanas, ni igualitarias, ni equilibradas. Y se basan en terribles luchas de poder que nos hacen sufrir mucho.


Debido a esta necesidad económica de las mujeres, algunas afinan sus estrategias para asegurarse la supervivencia desde su rol más patriarcal, con sus armas de mujer, tratando de aprovecharse de personas a las que no aman realmente. Muchas de ellas caen en el victimismo, el chantajismo o declaran la guerra total para extraer todos los recursos posibles de su ex pareja. 


Creo que esto sucede porque nos han dicho que ellos son los responsables de nuestra supervivencia. Se nos educa para que seamos autónomas e independientes, no nos cuentan cuentos en los que las mujeres toman las riendas de su vida y se buscan un trabajo para sobrevivir. La Bella Durmiente espero cien años a que llegara su amado. 

Desde niñas nos cuentan que los príncipes azules te salvan de la pobreza y de las tareas domésticas, como le pasó a Cenicienta y a Blancanieves. Te llevan a un palacio con criados y criadas, y te dan su tarjetero para que compres todo lo que necesitas para ser feliz. La única condición para obtener la ansiada "visa oro" es que seas dulce y bella, como las princesas Disney. 

Sin embargo, a nuestras hijas yo creo que tenemos que dotarlas de autonomía y contarles qué hay después de la boda....  

Son muchas las mujeres que invierten toneladas de tiempo y energía en conseguir un marido que las mantenga de por vida, y muchas las que se frustran porque no se resignan o no se conforman con su realidad (son pocos los hombres que acumulan mucho dinero y son pocos los príncipes herederos). 

La discriminación laboral que sufrimos las mujeres es la causante de las cifras que nos muestran que solemos casarnos con hombres mayores que nosotras. En nuestra sociedad los hombres más ricos del planeta se casan con chicas veinte o treinta años más jóvenes que ellos, y a nadie le parece extraño. 

Sin embargo, esta imagen tan negativa de las mujeres como seres interesados y malévolos nos hace mucho daño. El estereotipo de las mujeres ambiciosas, insaciables, víboras, hienas, vampiresas y chupasangres despiadadas se repite hasta la saciedad en nuestros chistes y relatos.  A pesar de que los hombres maldicen a este tipo de mujeres en sus tangos, boleros y soleás, desde pequeñitas se nos educa para que deseemos un marido con plata. He ahí la contradicción y la doble moral de nuestra cultura. 

En las revistas "femeninas" aprendemos que hay que cuidarse, estar bellas, delgadas y guapas para encontrar a nuestro hombre con plata. En la tele tenemos como ejemplo a seguir a las mujeres de los futbolistas del Real Madrid o del Barça que conquistan a los dioses del Olimpo y se convierten en diosas. 

También están las jovencitas estadounidenses que van a la universidad para encontrar un marido entre sus compañeros del campus: dejan su carrera en cuanto se casan. Automáticamente. Como Kate cuando se casó con Guillermo. 

Unas van a escuelas donde te enseñan a ser una buena esposa, otras mujeres se someten a severas dietas, diversas cirugías, sesiones maratonianas de gimnasio, sesiones de shopping para lucir bellas. 

Lo más grave es que esta transmisión se da de madre a hija, de abuelas a nietas, de tías a sobrinas. Tradicionalmente, ellas nos enseñan la importancia que tiene en tu vida el que un hombre te elija como esposa, nos hablan de amor y de maternidad, pero invisibilizan la cuestión económica que nos lleva a la dependencia emocional que arrastramos las mujeres por generaciones.

Creo que es importante entonces que hablemos de ello, que analicemos esta necesidad que no nos deja relacionarnos con libertad entre nosotras y con los hombres, que pongamos sobre la mesa el coste que tiene ser un proveedor de recursos y el que tiene ser una esposa mantenida. 

 Juntos tenemos que tratar de entender por qué el amor romántico perjudica seriamente la igualdad, tal y como está concebido en nuestra cultura. Y buscar vías para evitar las dependencias mutuas en las relaciones románticas.

Para que las mujeres aprendamos a confiar en nuestra capacidad para resolver, en nuestras habilidades para sobrevivir, para que podamos relacionarnos en un nivel de igualdad, tenemos que aprender a valorarnos, dejarnos de príncipes azules y ayudarnos entre nosotras. 

Para que las mujeres disfruten de la vida con sus compañeros en lugar de frustrarse anhelando "maridos con plata", creo que es esencial acabar con la desigualdad laboral y económica entre hombres y mujeres. Y también con la imagen mitificada de las chicas que se convierten en princesas, que se libran del desempleo y viven en un palacio, como Letizia o Kate. 

Sólo trazando estrategias conjuntas y economías solidarias y justas podremos cambiar nuestras relaciones afectivas y construir otros modelos de feminidad. 

Y si, sólo así podremos hablar de otras cosas en la peluquería. 


Coral Herrera Gómez




19 de julio de 2013

Ningún amor es ilegal





 

Todos los seres humanos tenemos los mismos derechos. Partiendo de esta base, también tenemos los mismos derechos en el ámbito afectivo, sexual y emocional. Todos y todas, independientemente de nuestra orientación sexual, de nuestra identidad de género, de nuestro origen o nuestra edad, tenemos derecho a amar a quien queramos, y a que nos quieran. 


Este es uno de los derechos fundamentales e inaleienables del ser humano: amar en libertad. Juntarse, disfrutar y separarse en libertad.


3 de julio de 2013

La construcción cultural del amor romántico







                  El amor es una construcción humana sumamente compleja que posee una dimensión social y una dimensión cultural. Ambas dimensiones influyen, modelan y determinan nuestras relaciones eróticas y afectivas, nuestras metas y anhelos, nuestros gustos y nuestros sueños románticos.  Tanto la sexualidad como las emociones son, además de fenómenos físicos, químicos y hormonales, construcciones culturales y sociales que varían según las épocas históricas y las culturas. El amor se construye en base a la moral, las normas, los tabúes, las costumbres, creencias, cosmovisiones y necesidades de cada sistema social, por eso va cambiando con el tiempo y en el espacio, y por eso no aman igual en China que en Nicaragua, ni los bibri aman del mismo modo que los semais.

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15 de junio de 2013

La violencia de género y el amor romántico










Conferencia Coral Herrera Gómez
Noviembre 2014
Gran Canaria, España




El amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, especialmente en los países en donde son ciudadanas de pleno derecho y donde no son, legalmente, propiedad de nadie. Son muchos los que saben que combinar el cariño con el maltrato hacia una mujer sirve para destrozar su autoestima y provocar su dependencia, por lo tanto utilizan el binomio maltrato-buen trato para enamorarlas perdidamente y así poder domarlas.


2 de junio de 2013

Haika Ediciones



El Rincón de Haika nació en Madrid en el año 2007 en formato blog, y hoy es un pequeño proyecto editorial radicado en San José de Costa Rica que publica textos on line sobre cuestiones sociales, diversidad, amores, relaciones y temas de género desde un enfoque queer. 


La editorial on line nace con dos Series: 


 -Colección Digital El Rincón de Haika: es gratuita, tiene 7 títulos y se puede leer on line o descargar en pdf. 


- Serie Queer:, está aún en fase de comercialización y acaba de lanzar el libro 
 Bodas Diversas y Amores Queeren digital y en papel. 


Los próximos lanzamientos de Haika Ediciones son: 

- "Bodas Reales. Cómo se aman los príncipes y las princesas del siglo XXI. Análisis queer de los mitos románticos del patriarcado, el capitalismo, la religión y la monarquía en base a la boda de los Príncipes de Asturias" 

-"La construcción sociocultural de la realidad desde una perspectiva queer".






Ediciones Haika


Libros comerciales

Bodas Diversas y Amores Queer 

Haika Ediciones, San José, 2013.




Mi nuevo libro sobre mis bodas en Madrid, Tánger y San José, y otras bodas diversas. En estas páginas encontrarán reflexiones en torno a los ritos nupciales y las utopías románticas posmodernas, anécdotas personales, historias de vida, cuentos sobre bodas románticas y divertidas, y unas cuantas preguntas. Es una propuesta a medio camino entre el cuento y el ensayo para aportar a la visibilización de la diversidad de nuestra realidad amorosa, para contribuir a la creación de nuevos relatos sobre amores románticos, y a la lucha por el matrimonio igualitario y los derechos humanos de la población LGBTQ. 










Libros gratuitos





Colección Digital El Rincón de Haika





























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                              http://haikaediciones.blogspot.com
                            





31 de mayo de 2013

Prólogo del libro Bodas Diversas y Amores Queer



Hoy tengo el gusto de presentarles mi nuevo libro sobre mis bodas en Madrid, Tánger y San José, y otras bodas diversas. En estas páginas encontrarán reflexiones en torno a los ritos nupciales y las utopías románticas posmodernas, anécdotas personales, historias de vida, cuentos sobre bodas románticas y divertidas, y unas cuantas preguntas. Es una propuesta a medio camino entre el cuento y el ensayo para aportar a la visibilización de la diversidad de nuestra realidad amorosa, para contribuir a la creación de nuevos relatos sobre amores románticos, y a la lucha por el matrimonio igualitario y los derechos humanos de la población LGBTQ.








Me casé por amor. Y escribo este libro porque me encantan las bodas.

Aquí les cuento sobre las bodas que he creado, las bodas que he protagonizado y algunas bodas que he vivido de gente muy querida. Me apetecía dejar la teoría y sumergirme en la realidad, fuente inagotable de narrativas de todo tipo, a menudo más complejas, coloridas y diversas que las de ficción. Mientras les entretengo con historias de amor, haremos un análisis crítico de de los ritos nupciales de nuestra cultura y también obtendremos herramientas para poder analizar nuestras propias bodas en clave de humor, y con enfoque de género.

Este es mi primer libro escrito desde una perspectiva queer, con afán crítico y con mucho humor. Con mucho amor, también.

Lo escribí con el afán de contribuir a la despatriarcalización del amor romántico y a la construcción de relaciones más sanas, igualitarias y libres; y para tratar de entender por qué nos casamos y nos divorciamos tanto, por qué el matrimonio se considera el día más importante en la vida de una mujer, por qué todos los relatos acaban en boda, por qué solo unos pocos pueden casarse, y por qué dedicamos tanto tiempo y energía a encontrar a nuestra media naranja.

Pienso que es fundamental que aprendamos a querernos más allá de las etiquetas que nos separan, que logremos crear redes de afecto y de ayuda mutua más allá de la pareja, que luchemos unidos por el derecho a amar de todo ser humano (sea cual sea su identidad de género o su orientación sexual), que aprendamos a tejer redes de solidaridad para poder trabajar unidos por el bien común.

Además, creo que es fundamental contribuir a este trabajo de desmitificación y de nuevas construcciones desde la cultura: es necesario contarnos otros cuentos, visibilizar otras historias amorosas, dar espacio a héroes y heroínas de carne y hueso, crear tramas narrativas más diversas y coloridas.

Y por eso he escrito este libro. Bodas diversas y amores queer está confeccionado con diversas historias de vida, incluida un trocito de la mía propia. En él encontraréis anécdotas y relatos de celebraciones de amores diversos, muchas preguntas, alguna idea para vuestra propia boda y reivindicaciones variadas.

Es el libro más personal que he escrito porque habitualmente me escondo detrás de la teoría y de autoras y autores de prestigio para poder opinar sobre un tema que hasta ahora no ha tenido mucho espacio en el mundo académico.

Nos casamos y nos divorciamos todos los días, y yo no puedo seguir hablando del tema como si no fuese una humana que se enamora perdidamente. Caigo bajo los influjos de los mitos románticos como cualquier otra, y es importante para mí hablar y escribir de ello porque lo romántico es político y porque estoy trabajando desde hace años –como mucha otra gente– en resolver la contradicción entre el enfoque feminista queer y las emociones patriarcales que me habitan.

Ésta es la primera obra en la que mezclo teoría y praxis, intelecto y sentimientos, cultura y política, porque no los vivo ya como realidades opuestas, según la lógica del pensamiento binario patriarcal. Escribo desde donde soy, desde mis propias experiencias, desde mi contexto de mujer blanca treintañera emigrante juvenil, sin pretensiones de objetividad o neutralidad.

Manejo el lenguaje académico y el de la calle por igual, y quizás lo noten ustedes mientras leen: ambas jergas se complementan, no son contradictorias, flotan en el magma de jergas que me habitan sin jerarquías (el pachuquismo tico, el madrileñismo barriobajero, la finura académica, la jerga periodística y bloguera, la jerga del mundo del cine y el teatro…).

Quería también contarles que las doctoras feministas que critican el romanticismo patriarcal también se enamoran, disfrutan del amor, sufren lo indecible, se ilusionan y se decepcionan, e incluso se casan. Como todo el mundo.



Coral Herrera Gómez

17 de mayo de 2013

Entrevista: "El futuro del Periodismo Digital"



Entrevista para: Periodismo Digital: Un Medio Emergente; tesis de graduación de 
Digna González Villalta, estudiante de periodismo. Ha trabajado en prensa escrita y radio y quiere especializarse en Comunicación y Producción Digital.




Entrevista de Digna González a Coral Herrera Gómez

                                  
Digna González:  ¿Considera usted que el blog es un precedente para el periodismo digital?

Coral Herrera: Los blogs nacieron no sólo de la mano de periodistas que se introdujeron en el mundo 2.0. Mucha gente pudo empezar a tener su propia bitácora digital, su cuaderno de notas, su álbum de fotografías, su columna de opinión… el mundo de los blogs es tan diverso porque cualquiera que tenga ganas de comunicar algo puede hacerlo a través de estas plataformas de creación de contenidos. 

Creo que fue más adelante, con la introducción de la prensa tradicional en el mundo digital, cuando los y las periodistas empezaron a darse cuenta de que los blogs eran una gran herramienta de trabajo. Prueba de ello es que hoy todos los grandes periódicos tienen grandes bloggers en sus portadas.


Digna González: 
¿Puede un blogger desplazar la labor del periodista?

Coral Herrera: 
Lo mejor de Internet, sin duda alguna, es la diversificación de fuentes. Para mí es un lujo poder leer las noticias de los grandes grupos internacionales, de los medios alternativos, o las opiniones de tus amigos o de tus contactos, es la tendencia en el presente y en el futuro. 

En internet podemos ver lo que dicen los medios oficiales y alternativos de diferentes países, podemos escuchar otras voces, podemos emitir opiniones y debatir sobre los temas en pequeños o grandes foros. Se acabó eso de que el micrófono lo tenga el presentador. Ahora todos podemos crear contenidos y ofrecer opinión.

10 de mayo de 2013

Entrevista a Coral Herrera, de Yaiza Saiz para La Vanguardia





Entrevista de Yaiza Saiz para La Vanguardia: 
¿Existe el amor verdadero?


Yaiza Saiz: 

1.      Ahora que no existe hambre, ni guerra, que todo es lineal sin grandes cambios, que somos una generación aburrida…¿creemos en la ilusión del amor romántico simplemente para dar sentido a nuestras vidas?

Coral Herrera: 

        Estamos en la era del vacío, que decía Gilles Lipovetsky, o la era de la soledad, que decía Erich Fromm. Ahora que todo es relativo y muchos descreídos ya no esperan revoluciones sociales, nos aferramos a paraísos individuales, a utopías emocionales de carácter individualista que nos sirven para evadirnos de un mundo que no podemos cambiar, que parece ir a peor. El amor romántico sirve para mantenernos distraídos con promesas que casan con la ley del “sálvese quien pueda”, la gente busca emociones y tiene hambre de sensaciones rápidas e intensas, de sentimientos fuertes que nos llenen el vacío. El romanticismo posmodernos es una utopía porque nos vende mitos que no casan con la realidad, bastante más compleja y diversa.


Y.S: 

2.      ¿Se podría afirmar que la búsqueda del amor romántico es un hecho reciente, un producto cultural al que se ha sometido a las generaciones de las últimas décadas?

CH: La búsqueda del amor romántico es muy antigua: en todas las culturas hay relatos que nos hablan de esta búsqueda, hay hombres y mujeres que se enamoran y desafían las leyes de su sociedad. Es en el siglo XIX cuando el romanticismo invadió todas las artes y toda la cultura burguesa occidental; en el siglo XX este romanticismo se industrializa primero, y se globaliza finalmente a todo el planeta gracias a la industria hollywoodiense y a los medios de comunicación de masas.

Hoy nos gusta alejarnos de nuestra realidad viendo películas, series de televisión, obras de teatro, leyendo novelas románticas que nos haga olvidarnos del sistema violento, desigual y cruel en el que vivimos. Y buscamos los mitos en gente de carne y hueso… por eso nos frustramos.


3.      ¿Por qué si, como dice Erich Fromm, el amor no es hoy un fenómeno frecuente en nuestros días, nos frustramos tanto por tratar de encontrar algo que no existe? ¿Por qué somos adictos al amor romántico?



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