26 de junio de 2025

Promesas de futuro y finales felices




Las promesas a menudo sirven para demostrar con firmeza y contundencia nuestro compromiso. Prometemos algo a los demás para convencerles de que vamos a hacer algo en el presente para conseguir una meta u objetivo en el futuro. También sirven para que alguien nos perdone un mal comportamiento y tenga la certeza de que vamos a cambiar y a trabajar en ello para mejorar nuestra forma de relacionarnos y de actuar.

Pero otras veces las promesas sirven para engañar, y para conseguir algo de alguien haciendo trampas. Las promesas falsas sirven para alimentar la esperanza, y el mejor ejemplo lo tenemos en la gente que las usa para enamorar a alguien y así tenerla bajo su poder.

Un ejemplo de ello son los hombres que para conseguir sexo con una mujer, se dedican a enamorarlas usando dos técnicas: inflar su ego para que se crea especial y única, y hacer promesas de futuro que no piensan cumplir.

Estos hombres saben que las mujeres adictas al amor romántico que sufren dependencia emocional van buscando al príncipe azul que las salve. Por eso prometen un futuro en común, y te dicen que algún día te van a poner un palacio y a convertirte en madre de sus hijos para que creas que va en serio.

Y no sólo te prometen matrimonio, también pueden prometerte que van a dejar a sus parejas, te prometen un empleo, una beca, un ascenso en el trabajo, y te prometen el pack “Familia Feliz”.

Las promesas son el arma más potente para la manipulación emocional, no solo en la etapa del cortejo sino también durante la relación.

Los hombres maltratadores, por ejemplo, están constantemente prometiendo que no te van a volver a gritar, ni a insultar, ni a pegarte, ni a forzarte a tener relaciones cuando no quieres.

Te prometen que van a dejar a su mujer,

O si eres tú la mujer te prometen que van a dejar de escaparse, de ponerte los cuernos, de mentirte una y otra vez.

Te prometen que ya no van a beber más,

que van a enmendar su comportamiento,

que nunca más te van a dejar, aunque lo hagan constantemente.

Te prometen que están arrepentidos y que van a transformarse en el príncipe azul con el que sueñas desde que eres una niña.

Esta vez sí que es verdad, te dicen.

 Y vuelta a empezar.

Usar las promesas para hacer creer que estas enamorado y comprometido es una forma de abuso, 

engatusar y engañar a las mujeres para tenerlas a tus pies es violencia psicológica y emocional.

Las promesas alimentan la ilusión y las esperanzas. 

Hacer esperar a las mujeres, y entretenerlas con finales felices, es una forma de engañarlas. Porque muchas no han podido vivir su propia vida esperando en el torreón a que el príncipe azul las salvase

Ahora que las mujeres conocemos las técnicas para engañarnos, no aceptamos más discursos cargados de promesas. Lo que queremos son acciones, no palabras. La única forma para demostrar que uno está comprometido es en el día a día, a través de la honestidad y los cuidados mutuos.

A las palabras se las lleva el viento.

Así que hay que demostrar el amor con acciones reales y hechos concretos. Porque el amor es aquí y es ahora. 

El amor solo se conjuga en gerundio: "estoy yendo a terapia", "estoy trabajando en esto o en aquello", "estoy haciendo esto y esto para mejorar" 

Si solo hay discursos bonitos, y promesas que no se cumplen, lo mejor es terminar. 

Los hombres ya no nos engañán más.

La vida es muy corta y no podemos quedarnos sentadas a esperar milagros. Queremos un presente bonito. Nos merecemos un presente bonito.  

Coral Herrera Gómez 





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