Cada uno de nosotros y nosotras establece sus propias estrategias para conseguir lo que necesita, lo que desea, y lo que quiere. Unas estrategias son éticas, y otras no lo son.
¿Qué quiero decir? Que no todo vale para conseguir lo que necesitas: no es justo perjudicar o hacer daño a los demás por muchas ganas que tengamos de alcanzar nuestro objetivo.
Ser buenas personas consiste precisamente en esto: que nuestra manera de actuar no haga sufrir a nadie, y no haga el mal a nadie. Y es muy difícil porque no tenemos herramientas para la empatía ni para analizar nuestros deseos desde una perspectiva ética.
Vamos a pensar mediante ejemplos: tienes calor que quieres ser el hombre más rico del mundo o el más rico de tu país, pero antes habría que preguntarse: ¿cómo afecta a los demás que yo quiera acaparar todos los recursos para mí solo, o para mi familia? Obviamente a los demás nos afecta: cuanto más acapara una persona, menos tienen los demás. Si quieres ser rico montando una empresa, tienes que explotar a miles, quizás millones de personas: pagarles salarios muy bajos, hacerles contratos muy precarios, y pisotear sus derechos laborales. Si en tu país la ley no te lo permite, siempre puedes fabricar tus productos en países donde si se pueda. El caso es que para ser rico tienes que aprovecharte del tiempo y la energía de miles de personas, y lograr que dejen a sus familias y se pasen el día entero trabajando para ti. ¿Es legítimo ser un acaparador y vivir como un rey a costa de la vida y la salud de los demás? Obviamente, no.
Quieres que tu marido abandone a su amante, y la estrategia que elijes es escribir una carta a su amante o llamarle por teléfono para que se aleje de él, bien rogando o amenazando a la otra mujer. ¿Tiene sentido hacer daño a alguien que ni te conoce sólo porque tú estás dolida?, ¿no sería más ético hablarlo con tu pareja?, o mejor, ¿dejar a tu marido y que se vaya a ser feliz con su nueva amada?
Quieres que tu hija estudie Medicina, pero tu hija quiere ser profesora de tenis. Aquí más que plantearte la estrategia que quieres utilizar, deberías preguntarte si no será violento imponer a tu hija un tipo de vida sólo porque a ti te hubiera gustado ser médico y no pudiste. Piensa en la cantidad de gente destrozada psicológica y emocionalmente por sus padres para que fueran como ellos querían, y plantéate cómo te afectó a ti obedecer a tus padres y cumplir sus sueños sin pensar en los tuyos.
Quieres que tu chica no se vaya de tu lado, ¿crees de verdad que machacar su autoestima para que se sienta insegura es buena estrategia?, ¿crees que haciendo que sufra vas a poder tenerla de rodillas?, ¿es ético hacer sufrir a una persona sólo porque no sabes relacionarte en libertad y en igualdad con las mujeres?
Quieres que tu hijo deje de llorar y la estrategia que eliges es encerrarlo en su habitación hasta que se canse y se duerma. ¿Te has parado a pensar en cómo afectan los niveles de cortisol a su cerebro y a su sistema nervioso, has leído algo sobre cómo la angustia, el miedo y el estrés afecta a su desarrollo cognitivo?, ¿has tratado de ponerte en el lugar de un bebé indefenso que no puede hablar, no sabe dónde estás, no sabe si vas a volver, y su única forma de pedir socorro es llorar?, ¿sabes que para el oído humano es insoportable el llanto de un bebé y que la respuesta natural es salir corriendo cuando está pidiendo ayuda?
Quieres divertirte en verano y viajar a algún lugar exótico para llenar tus redes sociales de fotos hermosas, pero puedes pararte a pensar en la dimensión ética del turismo, y en que hay muchas formas diferentes de viajar, ¿de verdad te ves en un hotelazo que ha destruido el ecosistema de un paraje natural para que gente con dinero vaya a relajarse?, ¿has pensado en las emisiones de carbono de tu viaje en avión?, ¿y en la población que tiene su hogar en lugares turísticos?, ¿sabes que alquilar una casa barata en una ciudad sube los alquileres de la vivienda para sus habitantes?, ¿tu dinero está yendo a la población local, o se lo están llevando las multinacionales que no pagan impuestos en ese país gracias a la evasión fiscal?
Quieres acaparar toda la atención y ejercer un poder total sobre tu pareja, tus hijos, tus padres, y todo su entorno porque eres una persona insegura y dominante, y la estrategia que has elegido es ir de víctima para que todos se sientan culpables y malas personas si no se comportan como tú deseas. Las preguntas que puedes hacerte son: ¿es justo que los demás te obedezcan y te sigan la corriente sólo para que no te pongas triste?, ¿es justo que los demás se sometan a tu poder sacrificando su autonomía y su libertad?, ¿has pensado que los demás no han nacido para satisfacer tus necesidades, ni son responsables de tu bienestar o tu felicidad?, ¿te has parado a pensar en lo mal que se siente la gente que te quiere cuando se da cuenta de que les estás haciendo chantajes y les estás amenazando constantemente?
Quieres un rato de placer y te pones una peli porno para masturbarte, ¿te has parado a pensar si los vídeos que ves se ruedan con esclavas sexuales?, ¿sabes cuánto cobran por ello?, ¿te has puesto alguna vez en el lugar de las actrices?, ¿cómo sabes que son actrices?, ¿sabes cuánto dinero ganan?, ¿conoces algo sobre cómo funciona la industria del porno y cuánto sufrimiento genera para que tú te hagas una paja?, ¿qué hay de los vídeos reales con violaciones grupales a una mujer, te has parado a pensar por qué te excitas viendo a mujeres sufrir torturas?, ¿por qué los vídeos porno son cada vez más violentos, por qué será que a los hombres les excita ver mujeres humilladas, arrodilladas y sometidas, y no les importa si es o no un juego, si ellas disfrutan o se mueren del asco y del dolor?
Quieres un rato de placer pero te da pereza iniciar el cortejo con mujeres en una fiesta, así que vas al mercado de mujeres a pagar a otros hombres para eyacular en los agujeros de una mujer alquilada una por veinte euros media hora, treinta sin condón. ¿Es ético alquilar mujeres?, ¿de verdad crees que le estás haciendo un favor?, ¿de verdad crees que lo hace porque le gusta?, ¿te has parado a pensar cómo consiguen los proxenetas mujeres jóvenes y menores de edad disponibles para ser penetradas por decenas de hombres al día?, ¿si ella se prostituye por su cuenta porque lo necesita, por qué te aprovechas de su necesidad?
Quieres que tus hijos te obedezcan y eliges la estrategia del miedo: les amenazas constantemente con la idea de que si no hacen lo que quieres, vas a dejar de amarlos o que te vas a largar un día de pronto, ¿es una buena estrategia aprovecharte de la inocencia de tus hijos e hijas, y de su dependencia para imponer tus necesidades?, ¿por qué disfrutas aterrorizando a niños sin herramientas para comprender tu forma de chantajearles?, ¿no habrá otra manera de lograr que colaboren, por ejemplo elaborando con ellos las normas de convivencia?
Quieres ropa barata y tu estrategia es comprar a las marcas que explotan niñas y mujeres en Bangladesh o en Brasil, ¿es justo que para que tu te compres una camisa por 6 euros haya seres humanos cobrando 20 céntimos la hora?, ¿sabes en qué condiciones laborales lo hacen?, ¿te has parado a pensar que hay una forma de consumir alternativa que no implica sufrimiento ni esclavitud laboral?
Quieres acostarte con tu alumna y la estrategia que utilizas es prometerle una beca a cambio de sexo, sabiendo que está tan desesperada que aceptará, ¿es justo que te aproveches de su necesidad para cumplir tu deseo?, ¿te has planteado que lo tuyo es un abuso de poder en toda regla y que ella por necesidad no es libre para elegir si quiere o no quiere?
Quieres un puesto en tu empresa, en la Universidad, en una institución, o te presentas a un concurso, a las elecciones en un partido político, en un sindicato, en una ong, y elijes la estrategia de jugar sucio contra los demás candidatos mediante la mentira y la difamación, puedes preguntarte: ¿para qué quiero yo ganar?, ¿hasta donde estoy dispuesto a llegar?, ¿los medios justifican el fin?, ¿podría hacerlo de otra manera más creativa y menos destructiva?
Necesitas vengarte de tu ex y optas por la estrategia de hacerle daño a través de los hijos/as que tenéis en común, ¿es legítimo utilizarlos para sentirte mejor?, ¿es tu deseo de venganza legítimo cuando la salud mental y emocional de los tuyos está en juego?, ¿de verdad crees que la venganza va a aliviar tu dolor?
¿Es legítimo utilizar en beneficio propio el miedo, la necesidad, la culpa, la dependencia de los demás?, ¿es posible conseguir lo que necesitas sin perjudicar a nadie?, ¿te ves capaz de cambiar de estrategias o de renunciar a tus objetivos para no hacer daño a los demás?
Si te cuestionas tu estrategia para conseguir lo que necesitas o lo que deseas, y estudias las alternativas que tienes para no aprovecharte de los demás, para no explotar ni abusar, es probable que logres dar grandes pasos en tu trabajo para ser mejor persona.
Es casi imposible ser plenamente coherente con tus ideales de un mundo mejor todo el tiempo, pero sí es cierto que el cambio en cada uno de nosotros y nosotras tiene un impacto social y económico muy grande. Porque cambiando nuestra forma de relacionarnos y de negociar con los demás, y tomando conciencia de que nuestra forma de consumir es un asunto político, es posible cambiar las estructuras de organización, producción y consumo.
Es una cuestión de sentido común, de empatía, y de ética: no dejes nunca de cuestionarte qué es lo que deseas, qué haces para conseguirlo, y qué impacto tiene en los demás.