Vivimos en una época en la que las víctimas son culpabilizadas, y los culpables se victimizan. Victimizarse se ha convertido en una estrategia común para no hacer autocrítica y no asumir las consecuencias de nuestras decisiones y nuestros actos.
Vivimos en una sociedad narcisista e infantilizada en la que todos queremos ganar las batallas a las que nos enfrentamos, y esta estrategia nos sirve para evadir nuestra responsabilidad cuando hay problemas o conflictos. Cuando pretendemos manipular a los demás, nos situamos como víctimas señalando a los demás como culpables.
Usamos la victimización también para conseguir lo que necesitamos, deseamos y queremos, y para salirnos con la nuestra cuando los demás nos ponen límites que no queremos aceptar. Nos situamos como víctimas para no tener que admitir errores, para no tener que pedir perdón, para no reparar el daño que hemos causado, y además pretendemos que los otros se sientan malas personas por no ponernos esos límites, y por no hacer lo que queramos que hagan.
Victimizarse es un acto de dominación sobre los demás que apela a la culpa, pero también a la compasión, ¿qué tal si empezamos a hacer autocrítica amorosa, a asumir la responsabilidad sobre nuestros actos, a admitir los límites que nos ponen los demás?
Y en Ivoox: