9 de septiembre de 2025

Son nuestras hermanas: mujeres afganas

 Se me ha partido el corazón con la noticia de que las mujeres afganas no pudieron ser rescatadas de los escombros tras la tragedia. No salieron de casa porque les da más miedo el odio de los hombres que la fuerza destructora de un terremoto. El Gobierno no permitió que las fuerzas de rescate salvaran a las mujeres y se dio la orden de dejarlas morir.

El régimen talibán es el ejemplo del terrorismo misógino, es el caso más extremo de odio contra las mujeres: en Afganistán no se les permite reír, cantar, jugar, pasear por la calle o el campo, no pueden hacer deporte, opinar, tomar decisiones, celebrar con las amigas, no pueden estudiar ni trabajar. 

No se les permite tener ingresos, ni propiedades de ningún tipo: solo pueden ser esclavas domésticas, sexuales y reproductivas. No pueden huir a otro país, no pueden tener una vida propia, no pueden denunciar la violencia que sufren por parte de sus familiares, no pueden defenderse, y no tienen ningún tipo de derechos. Les tratan igual de mal que a los animales: están condenadas nada más nacer a ser esclavas de por vida.

Estamos en pleno siglo XXI y la comunidad internacional no está haciendo nada, excepto algún discurso emotivo de vez en cuando. Nuestras compañeras afganas viven en cárceles portátiles y peligrosas, y dentro de poco ya no podrán ser atendidas por doctoras porque ninguna mujer tiene permitido estudiar medicina.

Lo que están viviendo las niñas y mujeres en Afganistán (estamos hablando de 21 millones de seres humanos) es el infierno total, y nuestros representantes no pueden seguir mirando para otro lado. Los líderes occidentales financiaron y le dieron el poder político a los talibanes, y son ellos los que deben admitir el error, pedir perdón y reparar el daño.  Su silencio ante la tragedia les hace cómplices a todos y a todas.

Sueño con la liberación de las hermanas afganas, las veo quitarse los burkas y los velos, las veo danzando, riendo y cantando, y celebrando la vida que se merecen vivir. Una vida libre y con todos sus derechos humanos garantizados. 

El feminismo internacional no parará de hablar de ellas, y de alzar la voz para que no las olvidemos: son nuestras hermanas. No podemos seguir viviendo como si no estuviera pasando: es un Genocidio contra las mujeres. Rita Segato lo denomina “femigenocidio”, un crimen contra la Humanidad. 


Hay que erradicar el odio contra las mujeres en todo el mundo. Porque ese odio nos está matando. 


No paremos de repetirle a los hombres todos los días: las mujeres nacimos para vivir, no para servir. 


No somos criadas ni esclavas. 


Somos seres humanos.


#FreeAfghanWomen


#DontForgetAfghanWomen


#LibertadMujeresAfganistán 


#StopTerrorismoMachista 


#stopviolenciacontralasmujeres

Coral Herrera Gómez Blog

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