Si tú jamás te has puesto de rodillas frente a un hombre, si nunca has sufrido violaciones por parte de tu pareja, si jamás has tenido que servir a un hombre y trabajar gratis para él, si estás orgullosa de ti misma porque no dependes económica ni emocionalmente de un hombre, es normal que te cueste entender por qué hay tantas mujeres en el mundo sufriendo explotación y violencia por parte de sus parejas.
Pero seguro que puedes trabajar un poco dentro de ti la empatía para intentar entender que la culpa no la tienen las víctimas, y que hay mujeres que han sido educadas para ser adictas al romanticismo, y para pasar su vida cuidando a un señor, aguantando, soportando y sacrificandose por él.
El amor romántico es una trampa para muchísimas mujeres porque todo el sistema está volcado en hacernos creer que la felicidad está en el matrimonio y en la familia, aunque las cifras sobre violencia machista, violencia contra la infancia, violencia contra las personas mayores y la violencia contra las mascotas en el seno de la "familia feliz" nos digan justo lo contrario.
El hogar es el sitio más peligroso del mundo para las mujeres, y para millones de ellas es imposible escapar. Cuantos más hijos tienen, cuanto más pobres son, más atrapadas están.
Pero también hay mujeres libres y con autonomía económica que están en la cárcel del amor, y que podrían salir de ella, pero no salen. Y es porque nos han hecho creer que sufrir por amor tiene premio, y tienen que darse cuenta de que es mentira. Que sufrir no tiene recompensa ni merece la pena. Y eso lleva su tiempo.
¿Por qué es tan difícil salir? Porque tenemos el mito dentro, y el amor es una droga muy poderosa y muy adictiva.
No todas las mujeres tenemos claro que no hemos venido a este mundo a sufrir, no todas saben que tienen derecho a una Buena Vida, no todas tienen herramientas para cuidarse a sí mismas y para defender su libertad y sus derechos humanos. No todas las mujeres tienen cerca a mujeres feministas que les ayuden a abrir los ojos.
Así que por favor, un poco de empatía si tú ya los has abierto. No ayuda que hables de las mujeres que sufren por amor desde una posición de superioridad: cada cual necesita su tiempo para salir del infierno. Desde fuera es muy fácil juzgar y decir: "yo jamás permitiría que un hombre me tratase mal". Pero desde dentro, muchas no pueden salir aunque quieran. Unas tienen recursos y red de apoyo, otras están solas y ni siquiera saben que el abuso y la explotación emocional, sexual y doméstica que sufren es violencia machista.
Algunas logran liberarse, otras no lo logran nunca, y otras pierden la vida en el camino, asesinadas a manos de su maltratador. No es un problema personal que cada cual tenga que resolver como pueda, es un problema social y político, es un problema colectivo, y es un asunto de todas y todos. Lo que tenemos que hacer es ayudarnos y cuidarnos entre nosotras, y crear redes de apoyo mutuo.
Si tú ya te has liberado, o si nunca has estado en la cárcel del amor, sé solidaria y ayuda a las demás a quitarse la venda, a abrir los ojos, y a salir de la jaula.
Estamos haciendo una revolución y necesitamos cooperación y trabajo en equipo, en el camino hacia la liberación tenemos que ir todas juntas.
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Artículo en inglés:
Among us: empathy, camaraderie and sisterhood
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