Hoy me levanté de la cama como una fiera, soltando bufidos y con una nube negra de tormenta encima de mi cabeza.
"Será que estoy premen", pensé.
Me senté frente al ordenador, y cuando iba a empezar con la tarea, me levanté a por un vaso de agua y me di cuenta de que tenía lumbago.
"Será de conducir ayer de Cádiz a Málaga", pensé (me estresé un poco porque había un coche ardiendo en la carretera y los coches empezaron a chocar unos con otros porque íbamos todos mirando el fuego y el humo, y casi me dan a mi también, llegué a casa agotada)
Me volví a sentar y a levantar mil veces, hable por teléfono con la editorial para organizar la presentación en Málaga y en Madrid, me mandaron la portada, el texto de la contraportada, envié mi bio, y volví a abrir el libro, sin conseguir avanzar apenas, hasta que me di cuenta de lo que me estaba pasando.
Es miedo, es terror, el cuerpo lo siente y me lo dice.
Me pasa siempre cuando estoy pariendo un libro. Me cuesta mucho leerme a mí misma y revisar la edición, porque tengo encima mío a la mujer insegura que pone pegas y peros, y ejerce la autocensura sin piedad. Le pido amablemente que me deje trabajar tranquila, y me quedo con la Coral creativa que sabe hacer autocrítica amorosa. Pro en cuanto me descuido, vuelve a entrar la perfeccionista a señalarme todo lo que está mal.
Ella es mi ego, que tiene mucho miedo al fracaso.
En el blog es fácil escribir, porque puedo editar mis textos las veces que quiera. Pero en papel, una vez que lo entregas a las máquinas, ya no hay nada que hacer. Es un trabajo enorme soltar, y permitir que la cría salga del nido. Ya no tienes el control, ya es un ser con identidad propia, y con autonomía.
Para soltar, tienes que trabajarte el ego y ser humilde, y pensar que lo hiciste lo mejor que pudiste. Es tu creación, pero ya no está dentro de ti, así que lo sueltas para que se multiplique y llegue a las librerías, y se meta en las casas y en las camas de la gente.
Es una responsabilidad enorme la que siente una, pensando, ojalá les guste, ojalá les ayude...
Es difícil no angustiarse pensando si habrá erratas, si pese a las mil veces que lo has repasado, se te habrá escapado algo.
¿Por qué es tan difícil este proceso final de la creación? Porque sientes que has perdido la objetividad por completo. Intentas alejarte para verlo desde lejos, como lo vería alguien que no lo conoce, y que se asoma por primera vez. Y no lo logras, porque sientes que ese libro eres tú misma.
Para no sufrir tanto, intento convencerme de que no soy yo:
"si a la gente no le gusta tu libro, no significa que tú no valgas nada"
Pero es dificilismo, el ego es tan poderoso.
Me digo que toda la gente que escribe también tiene libros fallidos, que los que componen tienen canciones maravillosas y también alguna mala, que todo el mundo se equivoca y que siguen para delante. Pero el miedo es una emoción muy intensa y muy primaria, y no se cura solo con razonamientos y sentido común. Lo fabrica el ego, por eso cuanto más te trabajas la humildad y la confianza en ti misma, más libre y confiada te sientes.
Fijaros si es poderoso el ego, que siempre que escribo un nuevo libro, me tortura con algún dolor o le da por bajar su sistema defensivo para alejarme del ordenador.
Me siento igualmente frente a la pantalla, trato de hablarme con amor, calmar mi miedo, respirar hondo, olvidarme, concentrarme, y disfrutar.
Los dolores y el miedo solo se me van trabajando, realmente.
Y cuando me ducho o lavo platos, trato de convencerme de que lo importante no es cómo va la gente a recibir la obra, y cómo van a ser las criticas. Lo importante es el amor que le pongo a todo el proceso, desde que tengo la idea, creo el título, y elaboro el índice, hasta que envío a mi editora la revisión final.
Con amor sale todo mucho mejor, lo mismo unas lentejas que un libro. Yo me digo, disfrútalo, que gozando el proceso, sabe más rico. Y visualizo ese momento glorioso en que llega el cartero y me trae mi libro impreso. Siempre me late el corazón, me da vértigo asomarme a la caja, luego lo miro, lo huelo, lo abrazo con fuerza, y se lo presento a todo el mundo llena de felicidad y de orgullo.
Ya no es mío, pero luego lo veo en todas las ciudades y pueblos a los que voy. Me explota el corazón de ternura cuando venís a mis presentaciones y me pedís que os lo firme. Lo toco y lo saludo, dejo mi energía amorosa en él, y pienso, "qué bueno que te atreviste, valiente".
Y bueno, en esas estoy, lectoras mías, animándome a mí misma, y terminando la revisión de mi octavo libro, que es el primero que escribo sobre el amor para jóvenes. Mientras le doy los últimos toques, intento no hacerme boicot a mí misma, e intento poner en práctica todos los saberes del autocuidado, la autoestima y el ego. Trato de aplicarme a mí misma lo de las Mujeres que ya no sufren... para poder disfrutar de este momento tan emocionante y tan lindo.
¿Qué os puedo contar mientras?
Que es mi octavo libro, que es para adolescentes y jóvenes, es gordito y azul, y en él hablo sobre sexo, amor, relaciones de pareja, autocuidado, derechos humanos, igualdad, libertad, autonomía, bienestar, placer y disfrute, buenos tratos, cuidados, mitos románticos, el buen vivir, quererse bien, transformación, y liberación.
Los principales temas son: ética amorosa y filosofía de los cuidados, feminismo, masculinidades, amor del bueno, otras formas de quererse son posibles, lo romántico es político, y la Revolución Amorosa.