30 de septiembre de 2017
Si tú te liberas del mandato "sufrirás por amor", nos liberamos todas. Gracias, compañera.
Hoy te atreviste a romper tus cadenas después de varios meses sufriendo en una relación que ya no era de amor. Estuvimos acompañándote y acuerpandote entre todas, viendo como dudabas, como cogías fuerzas poco a poco, respetando tus tiempos, sosteniéndote cuando te venías a abajo, y escuchándote cuando necesitabas desahogarte. Y hoy diste el paso, lo hiciste, hablaste claro y alto y te dijiste a tí misma: prefiero estar sola a estar mal acompañada. Ya no más sufrir por amor: te has liberado, y nos ha liberado a todas.
Nos has enviado un audio alucinante para contarnos de su liberación, y se nos han saltado las lágrimas al escuchar tu voz emocionada y tu llanto. Hay alegría, hay miedo, hay mucha pena, y un profundo dolor en tu voz, pero también hay muchas ganas de vivir, de pasar a otra etapa, de empezar de cero, de mirar con ilusión el futuro. Y es contagioso: todas las compañeras del Laboratorio del Amor nos sentimos felices de haber podido acompañarte, y de sentir que es posible sufrir menos, y disfrutar más del amor.
Cada vez que una de nosotras se rebela contra el mandato patriarcal "sufrirás por amor", todas las demás damos un paso hacia delante. Cada vez que una de nosotras decide romper una relación en la que no se siente bien cuidada, bien amada, bien querida, bien tratada, las demás nos liberamos con ella. Porque lo romántico es político, y cada vez somos más las mujeres que estamos haciendo un trabajo inmenso a nivel personal y colectivo para liberarnos del patriarcado.
Lo que has hecho hoy, poner fin a una relación que te hacía daño y te chupaba las energías y el tiempo, nos ha ayudado a todas. Porque vos sos el ejemplo de que podemos salir de relaciones que nos hacen daño, y de que podemos acabar con la dependencia emocional que nos subordina y nos mantiene sumisas a un hombre que no nos trata bien. Con tu decisión, nos damos cuenta de nuevo de que podemos tomar decisiones sensatas que nos beneficien a nosotras y a todas las demás, podemos disfrutar del amor de nuestros seres queridos y así no sentirnos solas jamás. Podemos elegir con quien queremos estar, cuánto tiempo y en qué condiciones, podemos elaborar pactos con nosotras mismas y cumplirnos, podemos cuidarnos, escucharnos, protegernos y querernos a nosotras mismas. Podemos irnos cuando nos hacen daño, podemos gritar basta cuando ya no le vemos sentido a vivir sufriendo por amor. Podemos ayudar a las demás en el proceso de empoderamiento frente a los mandatos del amor romántico que nos quiere de rodillas, sufridoras, sumisas, masoquistas. Podemos ser la mujer que nos de la gana de ser: podemos construir nuestra identidad femenina rebelandonos a los estereotipos, los roles y los mandatos de género, podemos desmitificar el amor romántico y reinventarlo. Podemos fabricar nuestras propias herramientas para gestionar nuestras emociones, para superar los duelos, para aprender a cuidarnos, para elegir las mejores compañías.
Me siento muy orgullosa de esta comunidad de mujeres tan diversas: jamás pensé que podría ser tan maravilloso trabajar juntas en el proceso de despatriarcalizar y desmitificar el amor. Es tan hermoso sentirnos escuchadas sin ser juzgadas, animarnos unas a otras, darnos buenos consejos, y acompañarnos las unas a las otras desde puntos tan lejanos del planeta. Poco a poco, nuestro trabajo colectivo va dando sus frutos, y esto nos empodera a todas porque nos hace pensar que podemos soñar con otras maneras de amar, y que realmente otras formas de quererse son posibles.
Gracias, amora, por compartir este proceso de liberación con nosotras, y por demostrarnos que aunque no es fácil llevar la teoría a la práctica, es posible transformar nuestras vidas y el mundo que habitamos. Habrá momentos muy difíciles a partir de ahora, pero estamos contigo para sostenerte y acompañarte en todo el proceso. El paso más duro ya lo has dado: ahora tienes delante un folio en blanco para pintarlos con los colores que desees, tienes dentro de ti muchas ganas de vivir, y tienes alrededor mucha gente que te quiere y te apoya.
¡Te mandamos un abrazo todas las compañeras del Laboratorio, gracias por atreverte a ser feliz!
Publicado por
Coral Herrera Gómez