¿Se imaginan un mundo en el que los lideres y lideresas políticas que gobiernan los pueblos, las ciudades y los países fuesen buenas personas?
Gente sensible, inteligente, alegre, generosa, honesta, coherente, solidaria, valiente, culta, honrada, con empatía, con imaginación, con capacidad para escuchar, con buenas energías...y firmes defensores de la igualdad, la diversidad, la paz, la libertad y los derechos humanos fundamentales. Gente con ganas de cambiar el sistema podrido en el que vivimos.
¿Se imaginan como sería el mundo si en vez de elegir a los peores, eligiésemos a los y a las mejores?