13 de agosto de 2022

Si estás empezando una relación, esto te interesa




Si estás ilusionada y con ganas de disfrutar de tu nuevo amor, ten claro que lo primero es el auto cuidado, y dejar las cosas claras desde el principio.


El mejor método para construir una relación sana e igualitaria, para evitar peleas, para evitar el abuso y la explotación, y para que ambos podáis disfrutar del amor, es aprender a comunicarse, y a negociar para alcanzar unos acuerdos que os permitan quereros bien.

Si al empezar la relación os sentráis a escuchar a la otra persona y elaboráis una serie de pactos para cuidar la pareja, y para cuidaros mutuamente, os evitaréis muchos malentendidos y mucho sufrimiento. 

Se trata de hablar sobre los temas más importantes: cómo vais a cuidar vuestra salud sexual, cómo vais a manejar los gastos, la frecuencia de vuestras citas, la forma de comunicaros cuando no estéis juntos, lo que os gusta y no os gusta del sexo, lo que cada uno espera de la relación... sabiendo todo esto desde los inicios, os será más fácil establecer unos pactos que os ayudarán a quereros bien, y probablemente podréis disfrutar mucho más del amor.

Pero primero, el Pacto contigo misma

Antes de sentarte a negociar con tu pareja, tendrás que sentarte primero contigo misma y hacerte varias preguntas, la más importante: ¿qué quiero yo, qué necesito yo para estar bien?

Así podrás luego comunicar a tu pareja qué quieres, qué no quieres, podrás poner tus límites, y podrás negociar siendo leal a ti misma. 

Esto es importante porque las mujeres tendemos a decir que sí a todo, a dejarnos llevar por el amor, a ser complacientes, a soportar situaciones que no nos hacen bien, a aguantar y a sufrir en nombre del amor. Nos preocupamos más del bienestar de los hombres que del nuestro, y por eso somos más proclives a ceder en todo. 

Si nos dejamos llevar por la estructura del romanticismo patriarcal, un día de pronto nos vemos de sirvientas de nuestros maridos en casa, rodeadas de niños, con una carga de trabajo descomunal y con un rencor y una rabia tremendas al ver que nuestra pareja vive mucho mejor que nosotras.

Nos dijeron que ibamos a ser princesas y acabamos como sirvientas: cuando nos damos cuenta de la injusticia es tarde: él tiene tiempo para descansar y disfrutar de la vida, mientras nosotras estamos con doble y triple jornada laboral, sin derecho al descanso, y sirviendo a un tipo que vive como un rey.  

Da igual que seamos muy feministas, que hayamos leído mucho, que tengamos claro que no vinimos a este mundo a sufrir ni a ser criadas de los hombres: es muy fácil caer en la estafa romántica.
Así que para cuidarnos a nosotras mismas, tenemos que dejar las cosas muy claras desde el principio: hay que sentarse a negociar con la pareja varias cuestiones, y hay que tener conversaciones incómodas.

A algunas personas les parece que hablar de cosas importantes es es poco romántico, pero lo cierto es que nosotras no podemos darnos el lujo de que la cosa fluya por sí sola. 

Para empezar con buen pie, hay que dejar claro qué es lo que queremos y lo que no queremos, y para que la pareja se consolide y evolucione, la negociación tiene que ser un proceso constante. Una vez que tenéis los acuerdos más importantes, tenéis que seguir hablando mucho para contaros cómo os estáis sintiendo, para evaluar cómo están funcionando los acuerdos, y para cambiarlos si hace falta.  Es un ensayo permanente, hasta que demos con la fórmula con la que ambos nos sintamos bien. 


¿Qué cuestiones son las más importantes para negociar? 

    Tipo de relación y compromiso

¿Queremos una relación abierta, cerrada, poliamorosa, una relación a distancia, queremos una relación informal, ocasional, queremos un vínculo profundo o mejor empezamos con tranqulidad a conocernos? Si el tipo de pareja que queremos no es el mismo que el de nuestra pareja, lo mejor es no empezar la relación, porque nosotras no vamos a hacer cambiar de opinión al otro, ni es justo que queramos obligar al otro a empezar la relación como nosotras queremos. Nosotras no tenemos por qué ceder ante sus necesidades y deseos: si no hay afinidad ni compatibilidad a la hora de entender el amor y la relación de pareja, es mejor que cada cual tire por su lado. 

Por ejemplo, tú quieres un vínculo profundo con tu pareja, y tu pareja no quiere pareja, quiere estar solo y  tener amantes. La trampa es cuando crees que puedes estar con él, enamorarlo y llevarlo a donde a ti te interesa: generalmente los hombres que no quieren enamorarse, no se enamoran, y los que no quieren comprometerse,. juegan contigo un tiempo, pero no se comprometen. Es decir, lo de que tu amor todo lo puede es un mito. 

Para disfrutar del amor, tenemos que tener las mismas o similares apetencias, encontrarnos en un momento en que necesitemos lo mismo, tener una idea parecida sobre qué es el amor y cómo queremos construir el vínculo amoroso. 

  
     Placer y deseo

La mayoría de los hombres no preguntan por miedo, y muchos porque creen que viendo porno aprenden todo sobre la sexualidad femenina. Pero lo cierto es que la mayoría no sabe proporcionar placer a las mujeres, no saben ni donde está el clítoris, y les importa muy poco el placer de sus compañeras.

Algunos te exigen que cuentes los orgasmos has tenido, y luego le informes de la cantidad, pero solo están pensando en su ego de macho y en su nivel de hombría, no en tu placer. Por eso tan pocos preguntan cómo pueden hacerte llegar al orgasmo, y por eso hay tantas mujeres que fingen en la cama. 

Así que para que no sea él el único que disfruta, tiene que saber qué es lo que te gusta, qué es lo que no te gusta, qué te apetece probar, qué es lo que no te apetece. Y tiene que saber que todo en el sexo tiene que ser mutuo: el sexo oral y el sexo anal tienen que ser recíprocos, siempre. 

Si tu amante está como loco por abrirte el culo y él no está dispuesto a ser penetrado, entonces tienes que dejarle ir. Si tu novio te exige que le hagas sexo oral y no está dispuesto a darte placer a ti, tienes que buscar amantes que no sean tan machistas y tan egoístas. 


    Salud sexual

Si un hombre no quiere usar ningún método anticonceptivo, está ejerciendo violencia sobre ti. Si un hombre te contagia con enfermedades de transmisión sexual, está ejerciendo violencia sobre ti. Demuestra que no le importa nada tu salud ni tu vida, y ten por seguro que en caso de embarazo te va a dejar completamente sola: la mayoría de los hombres ni quieren ser padres, ni quieren usar condón. 

Muchas mujeres creen que si les permiten a los hombres no usar condón, ellos las eligirán más veces y las amarán más que a las demás. Es una idea completamente falsa: el mundo está lleno de chicas capaces de poner en riesgo su salud y su vida, con tal de retener al macho. 

Cuando el macho sí está dispuesto a cuidar su salud y a cuidar la tuya, el problema más grande que encontramos es que casi todos los métodos para evitar enfermedades y embarazos están hechos para nosotras, y que muchos de esos métodos son hormonales y a algunas mujeres les hace mucho daño. 

Cierto es que muchas mujeres, aunque lo pasen fatal, usan métodos hormonales para que sus parejas disfruten, porque vivimos en una cultura en la que lo más importante es la satisfacción de las necesidades del macho (sexo, comida, cuidados). Pero como sabes que tu vida no puede girar alrededor de estas necesidades, entonces tienes que pensar en ti, en tu salud, y en tu placer. 
Si tu pareja no se preocupa por tu salud y te pide que tengáis relaciones sin protección, es porque no te ama, y no te cuida. Y tienes que dejarle inmediatamente. 


    Nuestras pasiones y nuestras redes de afecto

El tiempo que le dedicamos a nuestra gente querida es innegociable. Es decir, tu pareja no puede pedirte que le dediques todo el tiempo a él y te olvides de tus amigas y de tu familia.
 
Si lo hace, tienes que salir corriendo de esa relación. Tú tienes derecho a tener tus propios espacios con la gente de tu familia, con tus amigas y amigos, con tus compañeros y compañeras de trabajo, y también tienes derecho a tener tu espacio y tu tiempo para ti, y nadie puede impedirtelo. 
Al principio de la relación es normal que queramos pasar todo el tiempo con nuestro amado/a, pero jamás debemos permitir que nadie nos aleje de nuestra gente querida. 

Lo que sí podemos es negociar cómo vamos a hacer para compatibilizar nuestra relación con nuestra vida de siempre. Una pareja con una relación sana comparte mucho tiempo junta las redes sociales de ambos, pero también le dedican tiempo en exclusiva a sus amigas y amigos más queridos. 

Y aunque es cierto que vivimos con muy poco tiempo, es posible equilibrar los tiempos que dedicamos a la pareja, los tiempos que dedicamos a nuestra red afectiva, y los tiempos que queremos dedicarnos a nosotras mismas y a nuestras pasiones. 

Una de las claves para que tu relación dure es que te sientas libres para irte y para quedarte, que no tengas que renunciar a lo que te hace feliz, que puedas dedicarte a tus aficiones sin ningún tipo de traba: no hay nada peor que renunciar a aquello que te gusta para que la otra persona haga lo mismo.  

Si a ti te gusta salir a caminar a la naturaleza, jugar al ajedrez, leer libros, ir al teatro, bailar y cantar con tus amigas, surfear, practicar artes marciales, visitar museos, viajar, escribir, ir al cine, montar en bicicleta, hacer manualidades, trabajar la arcilla, pintar al óleo, observar aves, navegar en kayak, montar en bicicleta, o aprender cosas nuevas, recuerda que nunca debes renunciar a nada por tener pareja, ni puedes obligar a tu pareja a renunciar a sus pasiones por ti. 

Lo que sí podéis negociar son los tiempos que vais a dedicar a disfrutar cada semana, o cada mes, o las actividades que vais a compartir y las que no…. pero nunca renunciar a tu vida, ni configurarla en torno a la vida de tu pareja.  


    Dinero

Esta es una de las conversaciones más incómodas, pero es necesario tenerla. Las mujeres y los hombres no tenemos los mismos ingresos, ni las mismas condiciones laborales, ni la misma estabilidad en el trabajo. Ellos cuentan con una serie de derechos que nosotras no tenemos, y esto debe contemplarse en las negociaciones sobre el reparto de los gastos, lo  que quiere decir que a la hora de manejar el dinero, tenemos que evaluar si se dan las condiciones para dividirlos de forma igualitaria, o si será mejor hacerlo de forma proporcional. 

No permitas que un hombre te pague todo, ni que tenga poder económico sobre ti, porque la dependencia económica nos hace presas a las mujeres. Recuerda que ellos no dan dinero a cambio de nada, y que te puede salir muy caro que tu economía dependa de la suya. 

Recuerda también que no debes prestar dinero a los hombres que no conoces, por muy enamorada que estés, porque una de las peores violencias que sufrimos las mujeres es precisamente la violencia económica, y tiene que ver con nuestros ahorros o con la firma de créditos para ellos que van a nuestro nombre. Mucho cuidado, que no se puede mezclar el amor y el dinero. 


    Cuidados

Las relaciones en las que no hay cuidados mutuos y recíprocos, son explotación. A los hombres les han enseñado a recibir cuidados, pero no a cuidar, de manera que es muy probable que tu chico crea que tiene derecho a tener su secretaria, su enfermera, su cocinera, su limpiadora y su asistente personal gratis, todos los días del año. 

Si tu pareja no está dispuesta a asumir sus responsabilidades como adulto, tienes que dejar la relación. Si tu pareja ejerce explotación doméstica sobre ti, cuando estés harta de ser su criada, lo tendrás muy difícil para escapar. Mira a las mujeres a tu alrededor: la gran mayoría dedican todo o gran parte de su tiempo a cuidar a sus maridos y a sus hijos, a sus suegros y demás familiares, y apenas reciben cuidados de los demás. 

Ni siquiera tenemos tiempo para cuidarnos a nosotras mismas.  

Si tu chico no sabe cuidarse de sí mismo, ni sabe cuidar su hogar, jamás te vayas a vivir con él. La única forma de no vivir como una sirvienta es no compartir techo bajo ninguna circunstancia. 

Si tu chico no pretende abusar de ti y está dispuesto a tratarte como a una compañera, entonces podéis sentaros a pensar en cómo repartiros las tareas de cuidados, por un lado el cuidado del hogar, y por otro lado, el cuidado de los seres queridos (bebés, mascotas, y familia). Se trata de distribuir las tareas y de equilibrar los tiempos para que ambos tengáis igualdad de condiciones, ni más ni menos. 
Mucho cuidado con los que se comprometen y no hacen nada de lo que dicen, o los que empiezan con buen pie y poco a poco van dejando de hacer lo que tienen que hacer. 
Los viajes en pareja son una manera práctica de conocer al amado y de saber si están buscando una compañera o una criada. 


    Cuestiones innegociables

La libertad de movimientos no se puede negociar. Jamás debes pedirle permiso a un hombre para entrar o salir, para ir o venir, para ver a tu gente querida, para hacer cosas que te gustan, para vestir de una forma u otra. Una relación en la que necesitas pedir permiso al macho es un infierno, y si no le obedeces, probablemente tendrás que aguantar sus castigos. El amor solo puede disfrutarse en condiciones de libertad e igualdad.  

Tu privacidad y tu derecho a la intimidad: es innegociable porque es un derecho humano al que no tienes que renunciar. No tienes por qué darle las contraseñas de tu correo y tus redes sociales a tu pareja, tienes derecho a tener conversaciones con tus amigas sin que las escuche o las lea tu pareja, tienes derecho a compartir con tu pareja las cosas que tú quieras, y no debes permitir nunca que viole tu intimidad. Ni por las buenas, ni por las malas. 

La maternidad y la paternidad: si uno de los dos no quiere tener hijos e hijas, no puede obligar al otro a renunciar a su maternidad/paternidad. Y al revés: si tu sueño es fundar una familia feliz, no puedes obligar a la otra persona a tener bebés. Si ambos miembros de la pareja queréis tener hijos, entonces si podéis negociar cómo os vais a implicar en la crianza, cómo os vais a repartir el trabajo, cuantos queréis tener, y qué tiempo y recursos tenéis para una tarea tan colosal. 


¿Qué ocurre si mi pareja no quiere hablar o no cumple los acuerdos?


Que no tienes por qué aceptar sus condiciones. Si él no quiere escucharte, es porque quiere dominarte, y su plan es que vayas asumiendo poco a poco sus imposiciones, sin tener que decirlo en voz alta. Por ejemplo, esos hombres que cuando se van a vivir con una mujer no te dicen claramente que quieres que te encargues de todo, pero como no mueven un dedo ni se hacen la cama, tú tendrás que asumir que te toca cargar con todo, sin necesidad de que él diga: “quiero que seas mi sirvienta”

Si tu pareja está dispuesto a firmar el contrato amoroso pero no cumple los pactos, no hace falta pelear, ni sufrir, ni pasarlo mal: lo mejor es dejar la relación. Podéis sentaros a hablar de por qué no se respetan los acuerdos, e intentarlo de nuevo, pero lo mejor es siempre separarse. Si se los salta constantemente, es una prueba muy clara de que ni te respeta, ni te quiere realmente. 

Si él pacta pero no cumple ningún acuerdo, también es una demostración de que no te ama y no le importas. Da igual lo que te diga con las palabras, lo que importa siempre son los actos, los hechos, lo que hace, no lo que dice. 

Si tu pareja no quiere hablar, y no quiere negociar sobre ningún tema y te pide que le obedezcas en todo, entonces tienes que salir corriendo. El no quiere una compañera, quiere una sierva. 

Cuídate mucho

Hay muy pocos hombres dispuestos a relacionarse en igualdad, y con capacidad para tratar a las mujeres como compañeras, así que antes de comprometerte en la relación, tienes que conocerle bien y ver cómo se comporta cuando está enfadado, y cómo te trata cuando hay un problema o un conflicto. Si en la primera pelea te trata mal, te insulta, te humilla, y te menosprecia, entonces, no es tu relación.

Si quieres más consejos y quieres encontrar las herramientas que necesitas para: 

negociar contigo misma y con tu pareja, 

para aprender a usar tu poder, 

para comunicarte con asertividad, 

para defender tus derechos y tu libertad, 

para evitar malentendidos, 

para dejar de pelear, 

para construir una relación bonita, 

y para terminarla con amor y sin dramas, 


puedes unirte al Laboratorio del Amor, mi escuela virtual de mujeres,


y conseguir el libro de El Contrato Amoroso: Herramienta para mujeres que negocian en la pareja




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Empecemos imaginando el final

20 de julio de 2022

¿Qué pasaría si...? Hilos Utópicos contra el Apocalipsis



Ahora que está tan de moda soñar con el fin del mundo y los apocalipsis, ahora que nos quieren a todas y a todos muertos de miedo, os invito a darle la vuelta, a poneros creativos/as, y a soñar con un mundo mejor. 

Hoy empiezo una serie de Hilos Utópicos en la que todos y todas podréis aportar.

Antes de activar tu imaginación, recuerda que la Utopía es un camino que se hace al andar, y que tenemos los medios, las habilidades, los conocimientos y la tecnología para llevar a cabo los cambios que necesitamos.

Empecemos soñando con la erradicación de la pobreza: ¿qué pasaría en tu vida y qué ocurriría en el mundo si todas y todos tuviéramos los ingresos y las necesidades básicas garantizadas?

- Se acabaría el hambre, la desnutrición y el sufrimiento de millones de personas en el mundo.

- Las tasas de muerte asociadas a la pobreza caerían en picado.

-Disminuirían las tasas de muerte infantil, esclavitud y trabajos forzados para niños y niñas.

- Las familias dejarían de vender a sus niñas a hombres mayores y se acabarían los matrimonios forzados.

- Los proxenetas y traficantes de mujeres y bebés se quedarían sin mujeres pobres a las que explotar laboral, sexual, y reprodutivamente.

- Los traficantes de órganos no encontrarían a nadie dispuesto a vender su riñón ni sus córneas, ni ninguna parte de su cuerpo.

- Se acabaría la mendicidad en las calles y la inseguridad en las ciudades, porque todo el mundo tendría lo suficiente para comer y para tener energía en casa.

- Los campos de concentración de mujeres esclavizadas desaparecerían, y la industria del porno dejaría de ser rentable.

-Las parejas que no se quieren y hoy permanecen juntas porque no tienen dinero para separarse, podrían divorciarse tranquilamente.

- Acabaríamos con el descomunal odio que existe hoy hacia las personas pobres.

- Nuestro sufrimiento caería en picado, junto con las tasas de suicidios por motivos económicos, así como las enfermedades y los trastornos mentales.

- Acabaríamos con las masas de personas refugiadas y exiliados que migran huyendo de la pobreza y el hambre. 

-Los hombres podrían vivir más años al salirse de las pandillas y las estructuras mafiosas que trafican con drogas y armas.

- Las personas dependientes, con discapacidades, malformaciones, enfermedades físicas y mentales, y las personas accidentadas no estarían condenadas a la pobreza, ni a la dependencia, ni sufrirían exclusión social por falta de recursos.

- Los empresarios tendrían que elevar los salarios, acortar las jornadas laborales, y garantizar todos nuestros derechos laborales para conseguir mano de obra. No dudéis que nos respetarían y nos cuidarían muchísimo más.

-Tendriamos más tiempo y energía para organizarnos, para crear redes de resistencia y apoyo, para protestar contra las injusticias, para sacar adelante proyectos sociales, y para luchar por nuestros derechos fundamentales.

- Las mujeres podrían salir de las relaciones de violencia machista con más facilidad, y empezar una nueva vida sin depender de las ayudas que ponen y quitan los políticos de turno.

- Las mujeres podríamos enfrentar y parar el acoso sexual de nuestros compañeros y superiores en el centro de trabajo, sin miedo a quedarnos sin empleo.

- Las mujeres podríamos elegir nuestras maternidades con más libertad, y no tendríamos que renunciar a ser madres por falta de recursos económicos.

- Las mujeres dejaríamos de tener doble y triple jornada laboral, y dejaríamos de servir y de trabajar gratis para los hombres: se acabaría la explotación doméstica.

-Las mujeres podríamos juntarnos y separarnos con libertad, y podríamos cambiar nuestra forma de organizarnos y de relacionarnos entre nosotras y con los hombres.

- Nuestras relaciones serían menos interesadas, dependientes y abusivas, y por tanto, menos conflictivas y violentas.

- Seríamos más libres para elegir nuestra profesión, para cambiar de ocupación laboral, para tomarnos descansos, para sacar adelante nuestros propios proyectos.

-Quien quisiera podría salirse del sistema de autoexigencia y competición constante que nos marca hoy el capitalismo.

- Podríamos estudiar más años y jubilarnos antes, podríamos tener mucho más tiempo para aprender cosas nuevas y disfrutar de la vida.

- Mujeres y hombres podríamos criar a nuestros propios hijos e hijas, y acompañarlos el tiempo que queramos.

- A los ejércitos, grupos mafiosos y órdenes religiosas les resultaría muy difícil encontrar voluntarios para dejarse matar o para matar a otros seres humanos a cambio de unas monedas.

- Acabaríamos con las desigualdades sociales por razones económicas, pero también el fin de la pobreza tendría un fuerte impacto en las enfermedades de transmisión social: clasismo, xenofobia, machismo, homofobia, etc.

- Los trabajos esenciales, que son los más duros, tendrían unas condiciones excelentes de remuneración y unas condiciones inmejorables: agricultores/as, pastores/as, trabajadoras de la limpieza, cuidadoras de personas y animales, personal sanitario y docente, servicios de emergencias, bomberos, guardias forestales...

-Tambien los animales y demás seres vivos se verían beneficiados porque podríamos dejar de explotarles y maltratarles para hacer dinero.

- Muchas personas, al salir de la pobreza, tendrían más derecho a tener derechos, aunque sobre derechos humanos hablaremos en el próximo hilo. 


Ahora sí me preguntáis sobre cómo podríamos acabar con la pobreza, es obvio que uno de nuestros grandes problemas son los acaparadores: en la Tierra unas pocas familias acaparan todas las riquezas y los recursos, y se les pudre el dinero en el banco. Podemos limitar este acaparamiento y esta acumulación, a la vez que podemos dejar de gastar dinero en guerras, ejércitos, iglesias, familias reales, banqueros, grandes empresarios, y señores de la guerra, que son los que más reciben del dinero que ponemos entre todos y todas cada año a través de los impuestos. Si dejásemos de mantener a esta gente y tomáramos una serie de medidas como la Renta Básica Universal, podríamos erradicar la pobreza con facilidad, no hay excusas.


¿Os imagináis como cambiarían nuestras vidas, y como cambiaría el mundo si logramos cambiar nuestra economía, y nuestra forma de organizarnos y de relacionarnos?


Se aceptan sugerencias, os invito a uniros a este ejercicio colectivo en mi Twitter y mi Facebook, y a activar la imaginación para soñar colectivamente un mundo sin pobreza.

No necesitas sentirte superior a nadie



No eres superior a los demás. Ni tus conocimientos, ni tu carisma, ni tu capacidad de liderazgo te hace superior al resto.

No eres superior a los demás por tener un cuerpo perfecto y una belleza deslumbrante, 

ni por tus atributos físicos y tus encantos,

ni por tu habilidad para seducir y enamorar a muchas mujeres y hombres.


No eres superior a los demás por tener un título universitario, 

o un título nobiliario,  

ni por tus habilidades artísticas o deportivas, 

ni por tu sensibilidad y generosidad, 

ni por ser una persona especial o diferente a las demás.


No eres superior a los demás por meter muchos goles,

ni por tener muchos likes en redes,

ni por ser muy inteligente, o muy culto/a, 

ni por salir en la tele, ni por recibir muchos aplausos o tener muchos seguidores.


No eres superior por haber leído muchos libros, 

ni por saber mucho de un tema,

ni por tener mucho talento,

ni por recibir un premio o muchos premios, 

ni por la profesión que elegiste,

ni por tu alto cargo o tu puesto en la empresa o en la institución.


No eres superior a los demás por tener dinero y tiempo para viajar a lugares exóticos, 

no eres superior a nadie por tener una vida muy emocionante y divertida, 

ni por tener muchos amigos y amigas, 

ni por tener ese apellido, 

ni por pertenecer a una iglesia y a una religión, 

ni a ese club de fútbol tan importante.


No eres superior por haber sufrido mucho en la vida, 

ni por los sacrificios que has hecho,

ni por haberte esforzado mucho en la vida,

ni por haberte casado con fulanita o fulanito.


No eres superior por tener muchas mujeres o muchos hijos, o muchas propiedades,

ni por haber nacido en el país en el que naciste,

ni por haber nacido en la familia que naciste, 

ni por ganar medallas deportivas,

ni por haber tenido suerte, 

ni por tener buenos contactos,

ni por estar triunfando en tus negocios.


No eres superior a nadie por lucir calzado y ropa cara, 

ni por tener un reloj de tecnología punta, 

ni por conducir un coche de lujo,

ni por tener una mansión con criadas a tus órdenes.


No eres superior a los demás, siempre hay alguien más arriba que tú.

No eres superior a nadie, y no necesitas serlo. 

No necesitas mirar a los demás desde arriba. No lo necesitas para nada.

No necesitas presumir todo el tiempo de lo bien que estás, ni de cómo has triunfado en la vida.

No es necesario malgastar tanta energía en competir con la gente para brillar y para demostrar que eres el mejor o la mejor.

No necesitas compararte todo el rato, ni causar impresión, ni despertar la envidia de gente que vive lejos y no conoces de nada. 


No necesitas sentirte superior a nadie para ser feliz. 


Necesitas, únicamente, sentirte uno más, una más en el grupo, sentirte aceptada por tu comunidad, y sentirte amada y cuidada por tus seres queridos. Nada más.

Coral Herrera Gómez 

19 de julio de 2022

El feminismo y la Renta Básica Universal


Si las mujeres tuviésemos ingresos garantizados gracias a una Renta Básica Universal, podríamos: 

- divorciarnos y separarnos: sin autonomía económica no hay libertad.

- dejar de trabajar gratis o precariamente para los hombres.

- salir de inmediato de la pobreza y la prostitución.

- estaríamos a salvo de la Trata de mujeres esclavizadas

- no tendríamos que alquilar nuestros cuerpos ni vender a nuestros bebés.

- podríamos escapar con más facilidad de la violencia de nuestras parejas

- podríamos enfrentar y parar el acoso sexual de nuestros compañeros y superiores en el centro de trabajo, sin miedo a quedarnos sin empleo.

- podríamos elegir nuestras maternidades con más libertad, y no tendríamos que renunciar a ser madres por falta de recursos económicos.

- podríamos criar a nuestros propios hijos e hijas el tiempo que queramos.

- podríamos juntarnos y separarnos con libertad, y podríamos cambiar nuestra forma de organizarnos y de relacionarnos entre nosotras y con los hombres.

- podríamos disfrutar de una Buena Vida libre de explotación doméstica, laboral, sexual, reproductiva y emocional.


Todo son ventajas: si seguimos trabajando en la defensa de los derechos humanos de las mujeres y acabamos con la pobreza, podremos erradicar la explotación, la violencia y el sufrimiento de millones de mujeres.

#RentaBásicaUniversal #Femimismoparatodas

18 de julio de 2022

Cuidar a los que nos cuidan


No valen los aplausos ni los homenajes post mortem: tenemos que exigir a los gobiernos que dejen de maltratar al personal sanitario, docente, de limpieza, guardas forestales, bomberos, emergencias y demás servicios esenciales. Hay que subirles el salario, darles estabilidad laboral, darles medios y proporcionarles condiciones dignas para trabajar. 

Me duele en el alma ver cómo los bomberos se juegan la vida para proteger nuestros bosques, nuestras casas, huertos y animales domésticos y salvajes. En la mayoría de los incendios son los vecinos y las vecinas los que les están cuidando, aportando cada cual lo que puede.

España está ardiendo por todos lados, en muchas comunidades no hay medios suficientes para pararlos, y además están tratando fatal a las personas que ponen su cuerpo y su vida para proteger nuestras vidas. En esta semana han muerto dos trabajadores en España por culpa de la violencia institucional que ejercen los gobernantes de las comunidades autónomas, que privatizan y recortan en servicios esenciales. 

Mientras, el gobierno central mira para otro lado y se gasta nuestro dinero en armas y en aviones que no sirven para salvar vidas, sino para matar. 

Sabemos perfectamente cómo cuidar la naturaleza durante el invierno para evitar incendios, si los políticos no toman las medidas necesarias deben ir a prisión. Son los responsables del cuidado de nuestras tierras, son los que recalifican terrenos quemados para venderselos a la industria inmobiliaria, son los que destrozan nuestro patrimonio público para regalárselo a empresas privadas. Sus políticas son criminales, porque matan personas y millones de animales cada año.

Hay que acabar urgentemente con esta locura de cada verano, y no valen excusas: tenemos los medios, los conocimientos y las habilidades necesarias para cuidar la naturaleza, proteger nuestras tierras, y cuidar a los que nos cuidan.

Coral Herrera Gómez 

17 de julio de 2022

Aprender a morirse con amor, desde la Filosofía de los Cuidados


Admiro mucho a la gente que se despide de la vida y de los suyos con amor. Gente que lo deja todo preparado para que su muerte no sea un problema, ni un desastre, ni genere guerras de ningún tipo entre sus familiares. 

Gente que se esmera en no dejar deudas emocionales de ningún tipo, que antes de irse es capaz de pedir perdón y de ir cerrando historias con su gente para que nadie se quede sin hablar las cosas difíciles que hay que hablar, o las cosas que nunca nos atrevimos a decir, pero que hay que decir para quedarnos todos y todas en paz. 

Me admira mucho la generosidad y la ternura con la que algunas personas preparan su despedida, las cosas que hacen con sus manos y las cartas de cariño que escriben como recuerdo, las conversaciones profundas que sostienen con sus seres queridos, y la manera en que arreglan los papeles para que la familia no tenga que sufrir la pesadilla de la burocracia. 

Es poca la gente que logra irse así, la mayoría de las personas somos incapaces de hablar de nuestra propia muerte y de prepararnos para ella con dignidad y amor. En casi todas las familias se habla de la muerte en pasado, de los familiares que se fueron, pero no de los que van a morir. Fingimos ser eternos y negamos la muerte hasta que nos pega el zarpazo y nos deja destrozados.

En la escuela nos podrían dar herramientas para aprender a cuidar a nuestra gente querida cuando nos vamos a ir de esta vida. 

Cuidar significa, entre otras cosas, ahorrar sufrimiento a los tuyos, y no usar tu muerte para hacer daño a tus seres queridos: para hacer chantaje emocional, para vengarse, para castigar, para decir la última palabra y dejar a tus seres queridos sin posibilidad de réplica. 

Necesitamos también un método de autodefensa emocional para poner límites a los muertos que nos quieren destrozar la vida:  hay gente que imagina con placer su funeral y disfruta imaginando el dolor de los suyos, y se deleita con el inmenso poder que va a seguir ejerciendo desde la ausencia. 

Hay gente que sigue manipulando emocionalmente a los demás muchos años después de su muerte. Por ejemplo, todos los que quedan traumados por la falta de cuidados y atención en su infancia, por los abusos sexuales y los maltratos que sufrieron, los que no pudieron denunciar al muerto cuando estaba vivo y siguen apareciendo en sus peores pesadillas. 

Hay gente que se va dejando deudas económicas, corazones destrozados, asuntos varios sin resolver, hijos e hijas no reconocidas, o secretos inconfesables que salen a la luz en el funeral, y que pueden convertir la vida de sus seres queridos en un infierno. Por ejemplo, esos hombres que llevan una doble vida y consiguen que todas sus mujeres, hijos e hijas se conozcan el día del entierro. Les importa poco o nada el dolor que causa en las esposas el saber que su vida entera fue una mentira, una estafa total, y el de las amantes por haber permanecido años en la sombra, ninguneadas e invisibilizadas. 

Hay gente egoísta que es capaz de escribir cartas o mensajes sin derecho a réplica, e incluso es capaz de culpar a alguien de su muerte sin darle la oportunidad de defenderse, con el objetivo de amargarle la vida con la culpabilidad, que a muchos/as les acompañará hasta la tumba. 

Así que hay que tener herramientas para que todos podamos valorar lo importante que es irse con la conciencia tranquila, cuidar a tus seres queridos hasta el final, y poder desear que sean felices sin tí. Aprender a dejar como legado un recuerdo maravilloso, mucho amor y mucha paz. 

Ojalá pudiésemos aprender todo esto en la escuela: a morirnos sin hacer daño a nadie, a no dejar deudas a nadie, a prepararnos y preparar a los demás para la despedida, a decir adiós con mucho amor, a cuidar a los que se quedan, a cuidar a los que se van, y a dejarlos ir en libertad cuando llega su momento. 

Ojalá todos y todas pudiéramos cuidarnos y cuidar en el proceso de la muerte e irnos de esta vida, ya sea voluntaria o involuntariamente, con mucha dignidad y tranquilidad, sin violencia y sin dolor. 

Ojalá liberados de todo, rodeados de muchos cuidados y mucho amor.

Coral Herrera Gómez 


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12 de julio de 2022

Cómo evitar hacer daño a tu pareja cuando te enfadas




Después de publicar el post de ayer sobre lo importante que es dejar una relación cuando tu pareja te insulta, te humilla, te menosprecia o te hace sentir un basura, porque es violencia emocional y psicológica, me escribieron muchas chicas contándome que ellas son violentas cuando discuten con sus parejas, y me preguntaban si es posible pelearse sin violencia, y cómo dejar de usarla cuando se sienten mal.
Solo mujeres las que piden ayuda.

Lo más importante para entrenar en las artes de la comunicación no violenta, es entender que la violencia es todo aquello que decimos o hacemos para hacer daño a alguien y para beneficiarnos personalmente del sufrimiento del otro o la otra.

Por ejemplo, cuando hacemos daño para divertirnos, para sentir que hemos ganado una pelea, para dejar claro que llevamos razón, o que somos superiores a nuestra pareja. Cuando hacemos daño para ser obedecidos o para obligar a alguien a que haga lo que queremos.

En nuestra cultura parece que "lo normal" cuando te enfadas con alguien es intentar hacerle daño usando las armas que más duelen: comentarios cargados de desprecio, bromas humillantes, insultos, acusaciones falsas, ataques y amenazas.

Es más, creemos que tenemos derecho a hacerlo cuando nos sentimos mal. Creemos que la gente que nos quiere tiene que aguantar nuestra ira, nuestra frustración, nuestra rabia, y que sólo con pedir perdón se soluciona todo hasta la siguiente vez.

Lo primero es darnos cuenta de que no tenemos derecho a hacer daño a los demás por muy dolidos o dolidas que estamos, y que este es el principal motivo por el cual se nos acaba el amor en todas las relaciones, pero sobre todo en las de pareja.

Lo segundo es tomar conciencia de que el objetivo de una pelea no es machacar a tu "enemigo/a", en realidad discutimos porque queremos arreglar el problema, así que hay que centrarse en llegar a acuerdos y buscar soluciones. Las lluvias de reproches "es que tú..." no sirven de nada si no hablas de ti, de la parte que te toca en el conflicto.

Lo tercero es que tomar conciencia de cómo usas tus palabras cuando discutes con tu pareja o con tu gente querida. Si cuidas cada palabra que sale de tu boca, y a pesar de ello notas que estás muy intentando hacer daño a la otra persona, tienes que parar inmediatamente. 

Si no logras controlarte, tienes que salir del espacio de discusión y no volver hasta que te hayas calmado y puedas hablar sin herir y son hacer sufrir a la otra persona.

A veces es suficiente con media hora, otras veces hacen falta varias horas o varios días, hasta que puedas sentarte a escuchar con amor a la otra persona y puedas hablar de cómo te sientes sin atacar.

"Pelearse con amor "es todo un reto, sobre todo en la pareja. A la gran mayoría de las personas nos cuesta tratar con amor a nuestra gente cuando nos enfadamos, pero sin duda es un hermoso desafío en el que podemos entrenar a diario: tratarnos bien mutuamente, en las buenas y en las malas. 

Cuando tú tratas bien a tu pareja y haces autocrítica amorosa es más fácil que tu pareja también cuide sus palabras, su tono, su volumen, y sea capaz de pedir disculpas y buscar soluciones al problema.

Si tu pareja no es capaz, tienes que ponerle límites y no permitir que te hable o te toque hasta que se calme. 

Una buena estrategia para parejas es tener en la mesa papel y lápiz y apuntar en el papel todas las expresiones verbales y actos que nos hagan daño del otro. Si al cabo de una semana nos juntamos a leerlos y esos papeles están cargados de insultos y comentarios humillantes, entonces es que algo está yendo muy mal. 

Ten en cuenta que toda la violencia verbal tiene como objetivo minar tu autoestima, y que por muy fuerte que seas, no es posible aguantar mucho tiempo cuerda junto a alguien que te demuestra tanto desprecio en las discusiones.

Si es tu pareja la que no puede tratarte bien por mucho que lo intente, o si eres tú la persona que maltrata, entonces hay que alejarse y pedir ayuda profesional. 

Coral Herrera Gómez 



Autocuidado para chicas que no quieren sufrir por amor

 



¿Qué le diría yo a las chicas jóvenes que van a empezar su primera relación amorosa y no quieren sufrir ni pasarlo mal?


Que se cuiden mucho a sí mismas, y entre ellas. Y que entrenen en las artes del autocuidado feminista todo el tiempo, tengan o no pareja.


Les diría que lo primero, antes de empezar una relación, es asumir la responsabilidad enorme que tienes sobre tu bienestar y tu salud mental y emocional. 


Y que para poder cuidarte a tí misma, tienes que entender que tú eres dueña de tu vida y de tu amor.


Autocuidado es dejar inmediatamente a tu pareja la primera vez que te insulta. No importa que te pida perdón, con una vez que intente hacerte daño es suficiente. 


Autocuidado es dejar a tu pareja la primera vez que se burle de ti para humillarte, o haga bromas crueles para que los demás se rían también de ti. 


Autocuidado es dejar esa relación de inmediato, la primera vez que lo haga. No puedes permitirte el lujo de estar con personas que tienen complejo de inferioridad y necesitan aplastarte para sentirse superiores a ti.


Autocuidado es reaccionar rápido si en vuestro primer conflicto o problema te trata mal, te grita o te hace sentir una basura.


Autocuidado es entender que por mucho que te guste alguien, no puedes permitirte el lujo de estar con una persona que no controla su ira.


Es en el primer conflicto donde puedes ver con claridad el infierno que puedes pasar si te comprometes con una pareja que ejerce violencia verbal contra tí: amenazas, insultos, chantaje emocional, comentarios cargados de desprecio, palabras que hieren.


Autocuidado entonces, es que no te comprometas en ninguna relación hasta que os toque vivir la primera pelea. Si la otra persona es capaz de expresar como se siente sin hacerte daño, y si quiere arreglar el problema, todo bien. Si lo único que quiere durante la pelea es hacerte sentir mal, entonces tienes que alejarte inmediatamente. 


Autocuidado es renunciar a tu romance con rapidez, no pasar ni una, desenamorarte rápido, en cuanto notes que tu pareja quiere quiere hacerte sufrir.


Recuerda que estar enamorada, encantada, encandilada o intoxicada no es una excusa para quedarte en relaciones donde no te quieren bien. 


Autocuidado es tener muy claro que te mereces buenos tratos todo el rato, y que tú eres la máxima responsable de tu felicidad.


Autocuidado es también ser humilde, aceptar la realidad, y asumir que tú no vas a cambiar a nadie con tu amor. 


No pierdas tiempo y energía tratando de enseñar a tu pareja a tratarte bien. 


Es más importante que pongas el foco en cuidarte a tí misma.


Recuerda siempre, todo el rato, que tienes derecho a vivir una Buena Vida. 


Y cuando se te olvide, ojalá todas las mujeres de tu vida puedan recordártelo cada día.


Coral Herrera Gómez 


Libros para la Revolución Amorosa

El Laboratorio del Amor 

9 de julio de 2022

Escucha a tu gente con amor

 


¿Cómo saber qué es lo que necesitas trabajar para liberarte, para crecer y para vivir mejor? El auto engaño, el miedo y la soberbia muchas veces no nos dejan asomarnos a las profundidades de nuestro yo, y así es difícil tomar conciencia de lo que nos hace sufrir y lo que hace sufrir a los demás. 

Para saber qué podríamos mejorar en nosotros y nosotras, hay un método infalible: escucha a la gente que tienes a tu alrededor. Abre tu corazón y escucha con amor.

Ellos/as te pueden decir con cariño y honestidad cómo te ven, y qué creen que te tienes que trabajar para estar mejor y para que ellas estén mejor.

La gente que más te quiere puede decirte, también, con amor cuáles son tus defectos, tus meteduras de pata, tus torpezas, miserias y mezquindades..

 siempre y cuando tengas ganas de escucharles. 

La gente que te quiere protesta de maneras diferentes cuando les haces daño o abusas: puedes ignorarles, puedes ponerte a la defensiva, o puedes hacer autocrítica amorosa y asumir tu parte de responsabilidad en los conflictos que tienes en tus relaciones.

Si la gente siente que no puede decirte las cosas con franqueza, si sienten que no puedes o no quieres ver la realidad, si reaccionas fatal y jamás admites errores, es probable que se alejen sin decirte el por qué.  

O quizás te lo han dicho muchas veces ya. Y por eso se van.

Este silencio, esa distancia, y tu soledad, también te pueden dar pistas de que algo está pasando. 

De tí depende: si quieres cuidar tus relaciones, si quieres cuidar tu salud mental y emocional, si quieres conocerte mejor, si quieres trabajar tu inconsciente, si quieres ir a mejor, 

cultiva la humildad y escucha a tu gente.

Con amor.

Coral Herrera Gómez

#autocríticaamorosa #mujeresquesecuidan

#humildad #escuchaconamor


Espacios de liberación y amor entre mujeres


Una de las mejores cosas de ser mujer es que nosotras tenemos tres espacios amorosos en los que podemos desnudarnos, abrir nuestros corazones, desahogarnos, llorar y reír, compartir secretos, jugar como niñas, crear, cantar, danzar y divertirnos juntas. Son espacios de liberación y disfrute en los que todas damos y recibimos cuidados.

El primer espacio lo disfrutamos con amigas y mujeres de nuestra familia, con las que creamos redes de afecto y apoyo mutuo que nos permiten sobrevivir.

El segundo es el de los pequeños grupos de mujeres con los que nos juntamos para hacer talleres, para compartir conocimientos y saberes, para leer libros y ensayos, para investigar y aprender cualquier cosa juntas, para hacer retiros espirituales, para hacer terapia, para hacer deporte, para organizarnos por alguna causa, para trabajar en nuestras liberaciones, y para prestarnos ayuda mutua.

El tercero es más amplio, es el de los grupos femeninos grandes: manifestaciones, concentraciones, congresos, jornadas, seminarios, proyectos artísticos, colectivas feministas de carácter cultural, social y político, las asociaciones, las casas de mujeres, y las comunidades virtuales de mujeres en lnternet.

En estos espacios las mujeres dejamos de ser empleadas, madres, hijas, esposas, y dejamos nuestra máscara social para integrarnos en una comunidad en la que todas hablamos el mismo idioma, y podemos ser nosotras mismas, aunque no nos conozcamos. 

Son espacios seguros en los que nos sentimos libres para hablar de sexo, de emociones, y sentimientos, para disfrutar juntas de nuestras pasiones, para mostrar nuestros proyectos y crear alianzas, para sanar y florecer juntas. 

Es muy reconfortante a la par que terapéutico darte cuenta de que tus problemas personales son también colectivos, y que por tanto, las soluciones tienen que ser colectivas. 

Y que no estamos solas, somos muchas mujeres con ganas de defender nuestro derecho a vivir una Buena Vida. 

Es hermoso poder pertenecer a estas comunidades y compartir el trabajo que estamos haciendo cada una para liberarnos (de los miedos, de la culpa, de los mitos, de los mandatos, de la angustia, del cansancio), celebrar juntas los éxitos y acompañar a las que están en ello, abrazar a las que están empezando, y aprender de las veteranas, que nos demuestran que sí se puede, y nos enseñan el camino a seguir.

Yo me siento muy afortunada por poder disfrutar de estos espacios tan amorosos, me dan energía y alegría para poder soportar este ritmo de vida tan bestial que llevamos. 

Y me siento muy orgullosa por la capacidad tan hermosa que tenemos para organizarnos, da igual que seamos 20 o 200: nos lo pasamos súper bien, aprendemos un montón, y volvemos a casa llenas de rebeldía y de amor.

Hoy venía pensando en el tren que me encantaría que mi hijo Gael pudiera disfrutar con grupos de chicos cuando sea mayor. 

Estoy segura de que si los hombres pudieran crear sus propios espacios de liberación y acompañamiento, vivirían mucho mejor y disfrutarían más de sus relaciones. 

Sé que hay unos cuantos brotes de hombres en proceso de liberación, pero son muy pocos aún: les queda mucho para llegar a la primavera.

Mientras ellos arrancan, nosotras seguimos caminando. 

Yo siento que hay que cuidar con mucho mimo y ternura estos espacios de intimidad y amor entre mujeres, crear muchos más, expandirlos y multiplicarlos, que haya varios en cada barrio, en cada comunidad, en cada pueblo. 

Porque a muchas mujeres les salva la vida tener una red de apoyo, y porque son nuestra mejor medicina, una hermosa fuente de energía, y uno de los mayores regalos de la vida. 

#mujeresqueseliberan #amorentremujeres #cuidados #gruposdemujeres #buenvivir #buenavida #autocuidado #feminismo# liberación #colectivas #buenavida  #comunidaddemujeres

6 de julio de 2022

Tu también tienes derecho a vivir una Buena Vida




Todas nosotras tenemos derecho a vivir una Buena Vida, libre de sufrimiento, explotación y violencia.

Una Buena Vida es aquella en la que tenemos todas nuestras necesidades básicas cubiertas: agua potable, techo para protegernos del viento y la lluvia, comida caliente 3 veces al día, ropa de abrigo en invierno, energía para calentarnos y refrescarnos, aire limpio, todos nuestros derechos garantizados, y una buena red amorosa de gente que nos cuide y nos quiera bien. 

Una Buena Vida es aquella en la que todas tenemos derecho a tener derechos. Todas nosotras necesitamos dinero, porque sin ingresos no es posible tener nuestros derechos garantizados.

Además necesitamos tener derecho a descansar y a divertirnos: para disfrutar de la Buena Vida, necesitamos tener tiempo y energía para disfrutar de nuestras pasiones y de nuestros seres queridos. 

El derecho a tener una Buena Vida es universal: todos los seres vivos de este planeta lo tenemos. 

Ni los animales ni las mujeres estamos excluidas: nosotras no vinimos al mundo a servir a los hombres, ni a sufrir, ni a pasarlo mal. No vinimos aquí a sacrificarnos, sino a gozar de la existencia de la misma manera que gozan los hombres.

La vida es un regalo, y a veces es muy corta, y es solo una, así que vivir una Buena Vida es también un deber. 

Los políticos están obligados a erradicar la explotación, el sufrimiento y la violencia, y a proporcionar a toda la población las condiciones necesarias para una Buena Vida.

Ninguno de nosotros podemos ser felices si los demás sufren: la Buena Vida es un asunto colectivo. 

Mucha gente cree que solo unas pocas personas tienen derecho a vivir bien, y que unas se lo merecen más que otras, pero lo cierto es que no es una cuestión de méritos.

Es una cuestión de justicia social: todos y todas nacemos con este derecho. 

Las mujeres y las niñas también.



 

A mí se me cambió la vida el día en el que me di cuenta de que yo tengo este derecho y este deber, y desde entonces no paro de contárselo a todo el mundo en mis libros, en mis charlas, en mis talleres, en mis posteos en redes. 

Sentí mucha alegría y mucha fuerza al tomar conciencia de la responsabilidad que tengo: es mi deber cuidarme y procurarme una Buena Vida, a mí misma y a las demás mujeres y niñas del mundo.

Tomar conciencia de que no puedo ni debo renunciar a mi libertad y a mis derechos fundamentales en nombre del “amor” me permitió comprometerme a fondo con mi bienestar y mi salud física, mental y emocional. 

Y también con mi placer y mi derecho al goce y al disfrute.

Ahora sé que para poder vivir una Buena Vida es fundamental construir relaciones basadas no en la servidumbre, sino en la reciprocidad, el compañerismo, la libertad, la solidaridad y los cuidados mutuos. 

Sin redes de amor no es posible sobrevivir en un mundo tan violento y cruel. Solo el amor puede frenar la violencia y la autodestrucción, solo el amor nos puede salvar como especie: tenemos los conocimientos, las habilidades, y las capacidades necesarias para mejorar nuestras vidas, para cambiar la forma de organizarnos y de relacionarnos. 

Sabemos cómo eliminar la pobreza y la explotación, cómo aprender a resolver nuestros problemas sin hacernos daño, y sabemos que para garantizar los derechos de todas las mujeres, y para que todos y todas podamos disfrutar de la Vida, hay que colectivízar y repartir los cuidados. 

Muchas de nosotras ya hemos empezado con los cambios personales que necesitamos para la transformación social, porque sabemos que todo empieza en una misma, y que la principal batalla está en el hogar, 

#UnaBuenaVida #buenvivir #disfrutar #JusticiaSocial #cuidados #autocuidado #BienComún #DerechosHumanos 

#OtroMundoEsPosible

Coral Herrera Gómez 









30 de junio de 2022

Coral Herrera en Julio

 




Este mes voy a estar presencial y virtualmente en varios sitios: 

El martes 5, a las 18 horas podéis uniros a la retransmisión de mi charla virtual en Ecuador con la organización PAZ Y DESARROLLO , a las 11 am en Ecuador, a las 6 pm en España 





El miércoles 6 presencialmente en la Universidad de Valencia en un evento organizado por Psicólogas y psicoólogos Sin Fronteras.


El jueves 8 y viernes 9 en Soria, también presencial, impartiré dos talleres en el Congreso de Género y Educación en Soria , organizados por la Universidad de Valladolid y el Instituto de las Mujeres de España. 




Y mañana día 1 de julio en este directo en Instagram con @adiosamoresperros


Más eventos de Coral Herrera 



23 de junio de 2022

No cuidar es un privilegio patriarcal



Hay personas en este mundo que solo reciben cuidados, pero no los dan. Es un privilegio de hombres y de mujeres ricas: su vida no se ve alterada lo más mínimo cuando sus padres enferman o envejecen, ni cuando tienen crías. Su tiempo de sueño y de descanso, su trabajo, su vida social, su tiempo de ocio, permanecen intactas. Alardean de ello públicamente, y tienen los hijos que les apetece, sin que nadie se pregunte cómo le afecta a un ser humano recién nacido ser cuidado por personas desconocidas con las que no tienen vínculos sentimentales. 

Sólo los y las profesionales de la salud mental saben cómo se siente la gente que se pasa toda la infancia cambiando de nana,  mendigando tiempo a a sus progenitores y pidiendo atención, amor, y cuidados. 

Ellas saben bien cómo nos afecta vivir con padres y madres ausentes, las implicaciones que tiene para nuestra autonomía y nuestra autoestima crecer con carencia de afecto, y cómo esa carencia nos crea todo tipo de traumas, miedos, complejos, inseguridades, dolencias mentales y dependencia emocional. 

La falta de cuidados y de afecto es violencia porque nos provoca un sufrimiento tremendo, especialmente en la infancia y la vejez, y en los momentos de nuestra vida en los que somos más vulnerables y más amor necesitamos. 

No cuidar es un privilegio, y siempre se hace a costa de las mujeres más pobres, que son quienes sostienen nuestra economía con su trabajo gratuito y/o mal pagado.

Coral Herrera Gómez

La Renta Básica y la liberación de las mujeres


 


Si las mujeres tuviésemos ingresos garantizados gracias a una Renta Básica Universal, nuestras vidas cambiarían de arriba a abajo. Los efectos más inmediatos serían estos:  

- podríamos divorciarnos y separarnos: sin autonomía económica no hay libertad.

- podríamos dejar de trabajar gratis (o precariamente) para los hombres y abandonar la doble jornada laboral.

- miles de mujeres podrían salir de la prostitución, de la noche a la mañana. 

- los traficantes no tendrían a su disposición millones de mujeres desesperadas y estaríamos a salvo de la Trata de mujeres y niñas. 

- podríamos escapar con más facilidad de la violencia de nuestras parejas, si además tuviéramos apoyo psicológico y emocional, y el apoyo de nuestra gente querida. 

- podríamos enfrentar y parar el acoso sexual de nuestros compañeros y superiores en el centro de trabajo, sin miedo a quedarnos sin empleo.

- no tendríamos que alquilar nuestros cuerpos ni vender a nuestros bebés.

- podríamos elegir nuestras maternidades con más libertad, y no tendríamos que renunciar a ser madres por falta de recursos económicos.

- podríamos criar a nuestros propios hijos e hijas el tiempo que queramos.

- podríamos juntarnos y separarnos con libertad, y podríamos cambiar nuestra forma de organizarnos y de relacionarnos entre nosotras y con los hombres.

- podríamos disfrutar de una Buena Vida libre de explotación doméstica, laboral, sexual, reproductiva y emocional.

Todo son ventajas: si seguimos trabajando en la defensa de los derechos humanos de las mujeres y acabamos con la pobreza, podremos erradicar la explotación, la violencia y el sufrimiento de millones de mujeres. Sin dinero, sin ingresos, no hay liberación posible. 

#RentaBásicaUniversal #paratodas #MujeresQueSeLiberan

No sé si sabéis que hay una iniciativa de ley para la Renta Básica Universal en Europa, y la recogida de firmas acaba el sábado:

https://rentabasicaincondicional.eu/


Artículo de Coral Herrera Gómez: El amor, las mujeres y la Renta Básica Universal






¿Has firmado ya para la Inciativa de Ley por la Renta Básica Universal en Europa? 





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