31 de enero de 2024

¿Qué pasa si mi pareja quiere controlarme? Pregunta 11



Pregunta número 11 del libro 100 preguntas sobre el amor


• No te pongas esa falda tan corta.

• Si sales con tus amigas, tienes que volver a las 10 a tu casa.

• Mándame una foto para que vea dónde estás y con quién.

• No me gusta ese vestido.

• No quiero que te vayas a la ciudad a estudiar.

• No quiero que hables con tus ex.

• Quita esa foto de tus redes sociales.

• Si yo no puedo ir a esa fiesta porque estoy enfermo, tú tampoco vas.

• Sales demasiado con tus amigas y no me dedicas tiempo a mí.

• Prefiero que dejes de trabajar y te quedes en casa cuidando a mis hijos.


Estas órdenes y mandatos no son una prueba de amor, sino de vigilancia y control. Aunque las leyes de nuestros países digan que hemos nacido libres e iguales a los hombres, lo cierto es que la mayor parte de las mujeres de este planeta no son libres ni pueden elegir cómo vivir su vida.

Algunas pasan la mitad de su vida obedeciendo a su padre y la otra mitad a su marido. No pueden elegir dónde quieren vivir, no pueden estudiar lo que les gusta ni elegir su profesión, no pueden elegir la soltería ni decidir cuánto tiempo quieren estar en pareja, no pueden divorciarse, no pueden elegir libremente su maternidad, no pueden elegir el número de hijos que quieren tener, no pueden viajar sin permiso de los hombres, no pueden practicar deportes ni dedicarse a sus pasiones.

Algunas mujeres que nacen en países desarrollados pueden ser dueñas de su vida gracias a la lucha de las mujeres feministas, que han logrado la aprobación de las leyes que garantizan su libertad y de derechos humanos. Sin embargo, incluso las mujeres con estudios y trabajo, aunque parezcan muy modernas, ejercen de sirvientes de sus maridos y trabajan toneladas de horas gratis para ellos. Creen que lo hacen por amor, pero en realidad es explotación. La mayoría de las mujeres occidentales tienen doble y triple jornada laboral, una en el campo, en la fábrica o en la oficina, y otras dos en la casa: una como trabajadoras del hogar y otra como cuidadoras de bebés, niños o familiares con discapacidades o enfermedades.

La mayor parte de las mujeres del mundo pierden su libertad al casarse y tener hijos, incluso aunque las leyes digan que tenemos derecho a separarnos cuando queramos: los salarios que tenemos no nos permiten ser autónomas ni nos permiten divorciarnos. Y nuestra dependencia no es solo económica, sino también emocional.

Aún son muchos los maridos y los novios que controlan y vigilan a las mujeres con las que tienen una relación sentimental, que dan órdenes y limitan su libertad de movimientos, que no les permiten vestir como quieren ni hacer lo que desean. Muchas, muchísimas mujeres siguen pidiendo permiso a sus maridos para salir a pasear, para ver a sus amigas, hacer deporte, estudiar e incluso para cuidar su salud sexual. Muchas usan anticonceptivos a escondidas, pero tienen que tener mucho cuidado.

El precio que tienen que pagar las mujeres que desobedecen a sus maridos es demasiado alto: muchas sufren castigos, palizas y violaciones por ejercer su libertad. Cada día son asesinadas 137 mujeres en el planeta a manos de sus parejas, bien por desobedecer, bien por intentar escapar de la prisión del matrimonio. Para muchas, obedecer a su amo y soportar su violencia es la única manera de mantenerse con vida.

¿Te puede pasar a ti?

Muchas mujeres occidentales creemos que a nosotras no nos va a pasar. Pero lo cierto es que todavía hay muchos hombres que actúan como carceleros y como policías con sus parejas: ejercen vigilancia y control, y exigen obediencia.

Algunos lo hacen con tono autoritario, otros usan el victimismo y hacen chantaje emocional, otros emplean tácticas de seducción y la gran mayoría utiliza el amor para que renunciemos a nuestra libertad.

Es muy fácil someter a una mujer libre usando el amor para que crea que obedece voluntariamente y no se sienta prisionera, “lo hago por tu bien, porque yo sé qué es lo mejor para ti”, “no te permito que hagas esto o lo otro porque te amo”, “si me quisieras de verdad... no irías a esa fiesta, no vestirías así, vendrías hoy a verme, intentarías satisfacerme en todo”.

Muchos hombres se aprovechan de la necesidad de las mujeres de tener pareja y de sentirse amadas para dominarlas y para tenerlas a sus pies. Cuanto más dependientes somos, más poder tienen sobre nosotras y más limitan nuestra libertad: nos exigen sacrificio, renuncia y obediencia en nombre del amor.

Muchas de nosotras renunciamos a nuestra libertad creyendo que así nos van a querer y cuidar mejor. Pero es justo lo contrario. 

Cuanto más sumisas y obedientes somos, más peligro corremos.

Cuanto más complacientes somos, más abusan de nosotras.

¿Cómo protegernos y cuidarnos? Las señales más claras de que estás en una relación de dominación están dentro de ti, escucha cómo te sientes, sé honesta contigo misma y hazte todo el tiempo la pregunta clave: ¿estoy haciendo lo que quiero o estoy haciendo lo que quiere mi pareja?

También puedes preguntarte: ¿cómo reacciona mi pareja cuando hago lo que me gusta y lo que quiero?, ¿respeta mi pareja mi libertad o intenta limitarla constantemente?, 

¿me haría daño mi pareja si quisiera dejar la relación?

Al empezar la relación, puedes intentar explicarle a tu pareja que no vas a obedecer órdenes o prohibiciones ni chantajes de ningún tipo, pero solo una vez. No puedes estar todo el tiempo peleando.

Da igual que tu pareja llore o se enfade: si pretende limitar tu libertad para moverte, para vestirte, para estar con tu gente, para conocer gente nueva, para hacer las cosas que más te gustan, entonces, hay que dejar la relación sin dudarlo ni un segundo.

Si tu pareja no confía en ti, te puede hacer mucho daño.

Si necesita controlarte, vigilarte y castigarte, estás en peligro.

Si no sabes cómo salir de esa relación, pide ayuda a tus amigas y a tu gente querida.

Si no te sientes libre para ser tú misma y para hacer lo que quieres, si la otra persona no confía en ti, lo mejor es aceptar que no es posible construir una relación bonita desde el miedo, el control y la dominación. Tu libertad y tu bienestar son lo primero siempre, nunca renuncies a ellas en nombre del "amor". 


Coral Herrera Gómez


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Editorial Catarata, Madrid, 2023. 



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