Hasta mediados del siglo XX, en muchos países los hombres podían, por ley, matar a sus mujeres si eran descubiertas con otro hombre o si pretendían escapar de la cárcel del matrimonio. Hoy los femicidios están penados en casi todo el mundo, pero aún la sociedad duda de las víctimas, y disculpa a los delincuentes. Los principales mitos de la violencia machista perpetúan la guerra contra las mujeres, pues impiden a los agresores tomar conciencia del daño que causan, y a las víctimas del daño que sufren.
Estos mitos también nos impiden tomar conciencia a nivel colectivo del sufrimiento de las víctimas, y del cambio que necesitamos para garantizar a todas las niñas y mujeres el derecho a una vida libre de violencia.
Aquí van algunos de los mitos más comunes:
1 Mito: La maté porque era mía. La mató porque la amaba.
Realidad: los asesinos de mujeres no matan por amor. Cuando tú quieres a alguien de verdad, no le haces sufrir, ni le tratas mal, ni le quitas la vida. Cuando tú quieres a alguien de verdad, no limitas su libertad, ni obligas a nadie a quedarse a tu lado. Cuando tú quieres a una persona, aceptas que ya no te quiera y prefiera seguir su camino sola. Aunque te duela.
2 Mito: Los hombres que agreden y matan a sus esposas están locos o tienen una enfermedad mental. La realidad es que las personas que sufren trastornos mentales no son más violentas que las personas sanas. Los asesinos de mujeres no son enfermos, ni son monstruos, son hombres normales que han sido educados bajo la ideología machista y no toleran la libertad de las mujeres.
3 Mito: A las mujeres en el fondo les gusta que las violen. Muchas van provocando, dicen: la realidad es que los violadores no solo acosan y agreden a las mujeres con minifalda, también a las que llevan burka, lo mismo las que van tapadas de pies a cabeza, que las que van en bañador por la playa. La ropa no es un motivo para justificar las violaciones. Caminar sola por la calle no es un motivo tampoco, ni beber alcohol, ni salir de noche, ni salir de día.
4 Mito: Los violadores son desconocidos que te asaltan en la calle por la noche. La realidad es que las mujeres sufrimos la mayor parte de las violaciones en nuestro propio hogar. No suelen ser desconocidos, sino nuestros maridos y ex maridos, padres, padrastros, abuelos, hermanos, tíos, primos, cuñados y demás hombres de la familia.
5 Mito: Las mujeres que se quedan en relaciones de violencia son masoquistas y disfrutan sufriendo. En realidad, el foco hay que ponerlo no tanto en las que tardan en marcharse, como en el propio agresor o femicida. Son ellos los que disfrutan haciendo sufrir a sus parejas y ex parejas. Son ellos los que ejercen violencia física, psicológica, emocional y sexual sobre las mujeres.
6 Mito: Es normal tratar mal a la gente a la que quieres cuando te enfadas, te sientes dolido, o estás nervioso.
En realidad: ni es normal, ni tienes derecho a hacer daño a nadie. No importa si estás enojado, estresado, triste, dolido, rabioso, frustrado, desorientado, iracundo: no tienes derecho a hacer sufrir a nadie con tu dolor.
7 Mito: La violencia machista la sufren las mujeres de clase baja y de escasa formación. La realidad es que las mujeres de clase alta y de clase media también la sufren, lo mismos las universitarias que las que ocupan puestos importantes en empreas, instituciones o gobiernos. La sufren lo mismo las mujeres ricas que las pobres, lo mismos las católicas, que las musulmanas o las ateas. Se da en todos los países, en todas las edades, y también en mujeres con estudios superiores.
8 Mito: Los celos son una demostración de amor
La realidad: quien bien te quiere, no te hace sufrir ni te hace llorar. Los bofetones, empujones, tirones de pelo, intentos de asfixia, golpes y patadas no son una muestra de amor, sino de odio. Controlar, presionar, coaccionar y limitar la libertad de tu pareja es un atentado contra los derechos humanos fundamentales.
9 Mito: Del amor al odio hay un paso.
Realidad: cuando quieres a alguien, le quieres siempre, y le tratas bien siempre, aunque no quiera formar pareja contigo, aunque quiera dejar la relación. El amor es lo contrario al odio.
10 Mito del “algo habrá hecho”, muchas personas creen que si un hombre llega al extremo de matar a su compañera, “será por algo”, es decir, piensan en que quizás haya tenido motivos para hacerlo. La realidad es que no hay motivos para asesinar a una mujer, como no lo hay para asesinar a cualquier ser humano. En ningún crimen se culpabiliza a la víctima, excepto en los que tienen que ver con mujeres.