Si estás pensando en separarte o divorciarte, hazlo bien. Es un proceso muy doloroso, pero podemos ahorrarnos toneladas de sufrimiento si somos generosos, si nos cuidamos mutuamente, si cuidamos las palabras en las negociaciones, si le deseamos a la otra persona que le vaya bien, y si nos cuidamos a nosotros mismos y nosotras mismas.