Hay mucha gente que cree que la pobreza es inevitable, que los ricos estimulan la economía y aportan al avance de los países, que los pobres son pobres porque quieren, que los pobres son felices con lo poco que tienen, y que no hay mucho que podamos hacer para cambiar nuestro sistema económico, excepto sobrevivir cada cual como buenamente pueda.
Estos mitos se desmontan con la realidad. Los datos, informes y estudios demuestran todo lo contrario: los pobres trabajan más que los ricos, los pobres sueñan con una vida mejor, los ricos frenan el desarrollo del progreso y los avances en sus países, los ricos no piensan en el Bien Común ni en la Justicia Social, y los pobres mantienen a los ricos.
Vamos a desmontar estos cinco mitos con cifras:
Mito 1) Los ricos son necesarios porque sostienen y estimulan la economía de un país
Mucha gente afirma que ellos son los que crean empleo porque son los dueños de las empresas. Pero no es cierto, porque los salarios son muy bajos y apenas pagan impuestos.
Las personas que sostienen las naciones son las familias trabajadoras y las mujeres que trabajan gratis.
Los ricos no estimulan
- De los 20 millones de trabajadores que hay en España, unos “9,5 millones de personas cobran sueldos de 1.000 euros mensuales que no llegan a fin de mes”. Según datos de CIS, el 35% e los españoles llega justo a fin de mes, el 11% necesita tirar de ahorros y más del 5% tuvo que endeudarse.
- De media, los españoles de entre 55 y 59 años tuvieron un sueldo medio de unos 28.240 euros anuales en 2019, mientras que el 61% de los asalariados menores de 25 años recibió un sueldo mensual inferior a 1.336 euros en 2020.
- Las mujeres cobran 5. 000 euros menos que los hombres: el salario medio para ellos es de 2.300, y el de las mujeres fue 1.800 euros.
Los ricos no aportan
- En España. dos de cada diez multinacionales españolas pagan solo un 2,6% de su beneficio por el impuesto sobre sociedades. El resto, en torno al 16%.
- El 90,76% de los ingresos totales del Estado proceden de las familias trabajadoras.
- Las familias españolas pagan casi 50 veces más impuestos que las grandes empresas en España. Además, dedican el 40% de su salario, mientras que las familias europeas dedican un 29% de media.
-Evasión fiscal: 60.000 millones de euros pierde España cada año por la evasión fiscal de multinacionales y grandes fortunas. Son apenas estimaciones, pues un 80,6% del fraude total fiscal y laboral queda oculto y sin castigo cada año.
Has leído bien: los trabajadores pagan un 40% de sus ingresos, y los ricos solo un 2%.
Y estos datos lo que nos dicen es que siguen pagando más los que menos tienen, y que por lo tanto los ricos no aportan apenas a la economía y el progreso de sus países.
Los ricos no son necesarios
Pero hay más: los pilares del sistema económico son las mujeres que trabajan gratis. Sin nosotras el capitalismo patriarcal no sería posible: somos las que parimos obreros y obreras, las que les críamos y educamos, las que les cuidamos cuando enferman, les preparamos para ser personas adultas, funcionales y productivas, y somos las que hacemos posible que los obreros lleguen a sus puestos de trabajo bien comidos, bien dormidos, bien vestidos, con sus necesidades básicas cubiertas, listos para producir.
En todo el mundo, las mujeres sufrimos doble y triple jornada laboral, y aportamos 11 billones de dólares anuales a la economía trabajando gratis en el hogar y en los cuidados de todos los miembros de la familia, incluidos los animales y las plantas.
Hablamos de millones de horas diarias dedicadas por las mujeres a sostener el sistema económico para que unos pocos puedan acaparar y acumular la riqueza.
Mientras, en todo el mundo los ricos impiden el avance de la economía de sus países: la evasión y la elusión fiscal de las grandes empresas a través de paraísos fiscales cuestan a los países en desarrollo al menos 100.000 millones de dólares al año, según Oxfam.
Los ricos viven de los pobres
Los ricos necesitan masas de gente necesitada y desesperada. Algunos de ellos viven a menudo de la usura (los pobres son los más endeudados), y de la explotación de mano de obra barata.
Nunca lograrían ganar tantísimo dinero si tuviesen que pagar salarios justos, así que no pueden tolerar que los gobiernos tomen medidas contra la pobreza. Ponen el grito en el cielo cuando pretenden aumentar los salarios y las pensiones porque ellos no ven personas, sólo ven números.
Los ricos nos necesitan también porque los grandes contratos los hace el Estado con nuestro dinero. Ellos no aportan, pero con lo que aportamos nosotras, ellos viven como dioses.
Nosotras tenemos que trabajar en sus negocios, cuidar a sus hijos y mayores, limpiar sus casas, satisfacer sexualmente a los hombres ricos, y ellos nos dicen que así lo ha querido Dios.
Los empresarios se enriquecen con la plusvalía mucho más que con la venta de sus productos o servicios: cuanto más nos explotan, más dinero ganan. Nos roban el tiempo de vida y la energía a cambio de salarios que nada tienen que ver con el valor de nuestro trabajo.
Si en el mundo todas las personas tuvieran los ingresos garantizados, los empresarios no encontrarían a nadie dispuesto a trabajar por 1 dólar al día, ni por 4 dólares la hora. No podrían acumular dinero aprovechandose de nuestra necesidad, ni podrían hacernos préstamos para cobrar los intereses, ni podrían manejar esas cifras de ceros tan obscenas que manejan hoy en día.
Por eso en sus medios de comunicación nos quieren hacer creer que gracias a ellos funciona el país, porque crean puestos de empleo, y por eso tienen derecho a pedirle a los gobiernos que transfieran nuestro dinero a sus bolsillos, que recorten servicios sociales, y que nos quiten los derechos fundamentales: saben que si no podemos ir al médico ni podemos estudiar, tendremos que endeudarnos y convertirnos en clientes de sus hospitales y universidades privadas.
La gran mayoría de los políticos trabajan para ellos: desmantelan todo lo público para desviar fondos a sus cuentas bancarias, recortan en becas y en prestaciones sociales para generar más precariedad, más necesidad, y más sufrimiento.
Cuanto más sufrimos nosotros, más se ríen ellos.
Mito 2) Los pobres son pobres porque quieren.
La mayor parte de la gente que sostiene esta idea creen que son vagos, perezosos y no tienen ganas de prosperar, muchos afirman que son unos parásitos que impiden el progreso en sus países.
Sin embargo, la mayoría de las personas pobres tienen empleo, muchos hasta dos y tres empleos.
Una de cada 10 personas del mundo vive en extrema pobreza, son 736 millones de personas las que viven con menos de 1,90 dólares al día. No tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación. Pobres multidimensionales hay 1.400 millones, la mitad son menores de 18 años.
Cada 4 segundos muere una persona a causa de la pobreza, son 21. 000 personas al día en todo el mundo.
Todas las cifras son de informes publicados por la organización Oxfam Intermón.
Las personas más pobres son las que más trabajan, y la gran mayoría son mujeres y niñas. Ellas sostienen la economía de sus países: trabajan dentro y fuera de casa durante todo el día, muchas sin salario, sin días de descanso, sin vacaciones, sin bajas por enfermedad, sin derecho a la seguridad social, y sin derecho a jubilarse.
Las condiciones en las que trabajan estas mujeres son terribles; dedican todo su tiempo y su energía a ganar unas monedas que no les permiten vivir una vida digna. Todas ellas sin derechos humanos, muchas sin acceso a la educación, sin acceso al sistema sanitario, y sin posibilidad de liberarse de la explotación que sufren, en las fábricas, en los campos de cultivo, en los hogares de los ricos, y en sus propias casas.
Las mujeres que se dedican a los cuidados no tienen los mismos derechos que los demás trabajadores. En España se les reconocieron sus derechos hace tan sólo unos meses, en 2022. En el resto del mundo, las cuidadoras no reciben salario si enferman, no tienen apenas horas libres en la semana, no pueden salir libremente de las casas en las que viven, sufren acoso sexual de los hombres de la casa, y maltrato psicológico y emocional de todos sus habitantes.
Los pobres no son pobres porque quieren: lo son porque los ricos acaparan los trabajos mejor pagados, tienen acceso a las mejores universidades, acréditos, ayudas y subvenciones, tienen contactos, y de hecho, son los que menos horas de tiempo dedican a trabajar. Podéis verles en las páginas del corazón, de fiesta en fiesta, de yate en yate, de comida en comida, disfrutando de la vida y derrochando a manos llenas.
Los 10 hombres más ricos poseen más riqueza que el 40 % más pobre de la humanidad. La riqueza que ostentan los 20 milmillonarios más ricos supera el PIB de toda África subsahariana. .
La concentración obsecena de la riqueza dará lugar pronto al primer al primer "billonario" del mundo en tan sólo 25 años. Esta persona necesitaría derrochar UN MILLÓN de dólares al día durante 2.738 AÑOS para gastar toda su fortuna.
Mito 3) Los pobres son felices con poco.
No es cierto, su esperanza de vida es inferior. La diferencia entre barrios ricos y pobres de una misma ciudad puede ser de quince años o más.
La pobreza acorta la vida más que la obesidad, el alcohol y la hipertensión: la población de bajos o nulos recursos sufre más la mortalidad temprana, y todo tipo de enfermedades a causa de la mala o la escasa alimentación, el frío y el calor extremos, la violencia, y la dificultad para acceder a medicinas, tratamientos y atención médica.
El riesgo de morir por enfermedades crónicas en los grupos socioeconómicos bajos es entre un 25% y 50%, y hasta un 150% , dependiendo de la circunstancia.
Ser pobre te condena a sufrir también depresiones, trastornos y enfermedades mentales y emocionales: nueve de cada diez personas con problemas con la hipoteca sufren problemas de salud mental frente al 12% del resto de la población.
Para los niños y las niñas, la pobreza conlleva un mayor riesgo de morir durante el embarazo o el parto, de sufrir muerte prematura, desnutrición, enfermedades infecciosas. La pobreza afecta a la inteligencia y al rendimiento escolar: "Las estructuras del cerebro destinadas a procesos críticos para el aprendizaje son vulnerables a las circunstancias ambientales de la pobreza, como el estrés, la escasa estimulación y la nutrición"
Las mujeres sufren más la pobreza : la mayoría no tienen acceso a educación sexual, a anticonceptivos, y a la interrupción del embarazo. Muchas mueren durante el embarazo y el parto, y también en abortos clandestinos. Cuantos más hijos tienen, más pobres son, y más vulnerables a vivir violencias de todo tipo, tanto en la familia como en las instituciones.
Ser pobre es vivir expuesto a todo tipo de explotaciones. En el caso de los hombres, explotación laboral. En el caso de las mujeres, explotación laboral, doméstica, sexual, emocional y reproductiva.
La explotación es violencia porque las personas que generan el sufrimiento se benefician de él. Las que más expuestas están a la explotación de su energía, su tiempo y su cuerpo son las mujeres, con ellos se enriquecen los hombres que las usan de mercancía para sus negocios (burdeles, clinicas reproductivas, industria pornográfica, traficantes de esclavas domésticas, traficantes de esclavas sexuales, etc)
Sometidas a la explotación sufrimos todo tipo de abusos, malos tratos y violencias (económica, emocional, psicológica, física, sexual), por lo que enfermamos más y morimos antes que las mujeres de clase media y alta.
Los pobres no son felices con lo poco que tienen: solo es posible ser feliz cuando tus necesidades básicas están cubiertas (agua potable, comida tres veces al día, techo, ropa de abrigo), tus ingresos son dignos, y tus derechos están garantizados (especialmente el derecho a la Salud y a la Educación) Si no tienes las condiciones mínimas para vivir bien, y para procurar a tus hijos e hijas una Buena Vida, no puedes ser feliz: los pobres se suicidan mucho más que los ricos, y todos, absolutamente todos y todas las personas que sufren la pobreza, querrían tener una vida mejor.
Mito 4) Tú puedes salir de la pobreza y convertirte en millonario si lo deseas realmente.
A los medios les encanta contarnos historias de superación personal basadas en el mito de la transformación mágica. Es el cuento del patito feo que se convierte en cisne, el mito del pobre que trabaja mucho para crear un imperio de la nada. ya sabéis, ese hombre que se pone a vender camisetas en la calle y a los pocos años tiene tiendas de lujo en las principales ciudades del mundo, esa mujer que pedía en la calle, se puso a vender sandwiches, y acabó siendo millonaria...
Sin embargo, la realidad es bien diferente: la mayoría de los ricos son ricos por herencia. Heredan apellidos, títulos, bienes, propiedades, dinero y contactos.
Los nuevos ricos lo son por dos motivos: o explotan mano de obra barata, o tienen contactos políticos. Muchos montan una empresa cuando ya tienen pactado el contrato con la administración.
La corrupción es uno de los factores que más influyen en el aumento de la pobreza, junto con la explotación de la mano de obra barata en los países más pobres.
Para poder llegar a ser rico, si no naces en una buena familia, necesitas contactos en el gobierno de tu país.
Es cierto que algunos chavales de Sillicon Valley se hicieron extremadamente ricos con sus pequeñas empresas tecnológicas, pero esto no es lo más común: son excepciones a la norma. La norma es que no hay sitio para todos, y que sólo unos pocos afortunados pueden acaparar lo de todos.
La norma es que no hay empleo para todos y todas, ni salarios dignos para todos, y que solo una pequeña parte de los y las trabajadoras tendrán salarios que les permitan condiciones de vida dignas y que les permitan ahorrar.
La norma es que un ser humano esté sirviendo en el mercado laboral hasta el mismo día de su muerte: pocos países pueden proporcionar a sus habitantes el derecho a jubilarse.
Es cierto que a algunas personas les toca la lotería y les cambia la vida, pero por probabilidad, tienenes más papeletas de que te caiga un rayo a que te toque el premio.
También es cierto que algunos youtubers y algunos streamers se han hecho millonarios sin salir de casa, pero son pocos. La mayoría no gana esas cantidades desorbitantes.
No es fácil hacerse rico, pero una vez que alcanzas cierto nivel económico, todas las puertas se abren para tí, y aumentan exponencialmente tus capacidades para hacer más dinero: el dinero llama al dinero.
La vida es más dura y más cara para los pobres. La mayoría no posee conocimientos sobre el mundo financiero y la forma de manejar su dinero, y la gran mayoría vive permanentemente endeudada, ambas cuestiones dificultan su capacidad para ascender socialmente y para desarrollar sus proyectos profesionales o empresariales.
Las diez personas más ricas del mundo son hombres, las personas más pobres del planeta, mujeres.
No es cierto que no somos ricos porque no lo deseamos con fuerza: no lo somos porque son muy pocos, cada vez menos, los que se quedan con todos los recursos, y porque esos pocos ganan cada vez más: los niveles de concentración de riqueza son cada vez mayores.
¿Por qué algunos acumulan tanto dinero que no podrían gastarlo en cien vidas aunque quisieran?, ¿para qué acumulan tanto?, y lo más increíble: ¿por qué la gente les admira tanto?, ¿por qué tantos sueñan con ser tan avariciosos y tan llenos de codicia?
Los mitos en torno a la riqueza y la pobreza siguen perpetuando la idea de que los ricos son personas exitosas porque tienen talento y son muy productivos: sin embargo, hay muchisimos pobres que tienen talento y no pueden vivir de ello, y son muy trabajadores y muy disciplinados, y no pueden salir de la pobreza.
Y es porque la pobreza es estructural: nadie podría acumular dinero sin quitarselo a los demás. Nadie podría enriquecerse si no hubiera pobres, y si no hubiese esclavas trabajando gratis todos los días varias horas.
El sistema capitalista no podría funcionar sin las toneladas de sufrimiento humano que genera: cuanta más pobreza y hambre, cuanta más violencia, cuanto más dolor, más ricos son los ricos.
Mito 5) La pobreza es inevitable
"Así lo ha querido Dios", "unos tienen suerte y otros no, así es la vida", "unos merecen más que otros por haber estudiado o por haber nacido en tal familia", "de todo tiene que haber en este mundo", "los ricos son seres superiores que se merecen disfrutar de su éxito y de su poder", "unos mandan, y otros obedecen, así es la vida", "acabar con la pobreza es una utopía", son expresiones comunes para justificar esta idea falsa y para perpetuar los privilegios de las clases poderosas.
Es una cuestión de sentido común: la pobreza se puede acabar si distribuimos la riqueza de un modo justo y equitativo.
Hay muchas propuestas para reducir y erradicar el sufrimiento humano:
- Un impuesto anual sobre el patrimonio –comenzando en tan solo un 2 % para las fortunas millonarias y llegando al 5 % en el caso de las milmillonarias– podría generar 2,52 billones de dólares cada año, suficiente para sacar de la pobreza a 2 300 millones de personas, fabricar vacunas para todo el mundo y proporcionar servicios de salud y protección social universales a la población de los países de renta media y baja.
- Dejar de explotar a las mujeres y pagarles por su trabajo como al resto de la masa trabajadora sería otra medida que acabaría con la pobreza de muchas mujeres y de sus familias.
- Dejar de saquear a los países pobres y perdonarles la deuda externa.
- Garantizar a toda la población su derecho a Vivienda, a Salud y a Educación.
- Garantizar a toda la población ingresos dignos, tengan o no tengan empleo, con una Renta Básica Universal.
- Frenar el éxodo hacia las grandes ciudades y apostar por el desarrollo del mundo rural.
- Parar las guerras que solo benefician a los hombres que fabrican y venden armamento.
- Frenar la catástrofe climática, si es que aún estamos a tiempo. Cada vez hay más personas obligadas a desplazarse por culpa de las sequías y las inundaciones, y a perderlo todo en el camino.
- Educar en las aulas y a través de los medios de comunicación para que todo el mundo aprenda que es posible vivir sin pobreza, y es posible un mundo diferente si nos organizamos de otra manera.
Para la ONU la erradicación de la pobreza es el objetivo principal de su trabajo, pero después de 15 años de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no se ha conseguido gran cosa. Los ricos siguen acumulando sin parar. Si bien el porcentaje de gente que vive en la pobreza cayó significativamente (de casi el 27% en 2000, al 9% en 2017), sin embargo la pandemia ha vuelto a incrementar el nivel de pobreza en todo el mundo.
En España, después de la pandemia, ya hay 13 millones de pobres, y en el mundo post covid, hay 200 millones más de pobres. Mientras, los de arriba han incrementado su riqueza de una manera obscena con la pandemia: los diez hombres más ricos duplicaron su fortuna durante el tiempo que duró la pesadilla.
Conclusiones
Es importante desmontar los mitos para que entendamos por qué el 99% de la población permite que el 1% acumule toda la riqueza del mundo, por qué trabajamos para ellos y les compramos sus productos, y por qué la gran mayoría de la población humana sufre tanta miseria.
Desmontar los mitos también es útil para entender por qué los ricos no tienen medida, no tienen escrúpulos, son profundamente insolidarios, y la gran mayoría se opone a la creación de una Renta Básica Universal.
Ellos viven mejor cuantos menos derechos humanos tenemos. Porque de hecho, hacen negocios millonarios con ellos.
Esto no nos lo enseñan en la escuela, y de esto no se habla en los medios, porque es peligroso que tomemos conciencia de cómo los ricos viven de nosotros, y también es peligroso que sepamos que hay otras formas de organizarse económicamente que no implican explotación, sufrimiento ni violencia.
Enseñar a la gente a pensar en el Bien Común es peligroso: la mayoría vive intentando sobrevivir, inmersa en la filosofía del individualismo y el egoísmo más feroz, creyendo que no se puede hacer nada, que todo depende de la suerte, y tratando de no ver el dolor y la miseria.
Cuanto más anestesiados estamos frente a la injusticia, más nos costará rebelarnos ante ella y ponernos a trabajar por un mundo mejor.
Sin embargo, también hay mucha gente despierta, con conciencia social, luchando para sensibilizar y concienciar a las mayorías, y tratando de construir un mundo mejor.
Tenemos las ganas, los conocimientos, la inteligencia, la tecnología, las capacidades y las habilidades de acabar con la explotación, el sufrimiento y la violencia.
Ahora es cuestión de convencer a los ricos que aprendan a tener empatía, a pensar en el Bien de la Humanidad, a entender el concepto de justicia social, de igualdad y libertad, que conozcan y respeten los derechos humanos, que se den cuenta de que el dinero que guardan en sus cuentas bancarias es dinero estancado, y que no necesitan acumular tanto.
Mientras, la gente tiene que tomar conciencia de la clase social a la que pertenece realmente, entender cómo funciona el capitalismo y el patriarcado, para que puedan darse cuenta de que los intereses de la mayoría no coinciden con los intereses de la minoría de ricos que controlan el mundo. Es la única manera de que dejemos de votar a los partidos que gobiernan para ellos.
Poca cosa, ¿verdad?
Tenemos mucho trabajo por delante, lo primero es desmontar los mitos, abrir los ojos, y dar a conocer la realidad del mundo en el que vivimos. Después, desatar nuestra creatividad para soñar con un mundo mejor. Y por último, unirnos y ponernos manos a la obra para llevar la utopía a la realidad.
Coral Herrera Gómez
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