Aquí puedes leer la entrevista que me han hecho hoy en El País:
21 de octubre de 2023
14 de octubre de 2023
Infancia y adolescencia: libres de violencia
¿Tú también tienes miedo de que tu hijo se convierta en un monstruo?
Cada vez que vemos las noticias sobre chavales que machacan a sus compañeros hasta empujarles al suicidio, o que violan en manada a sus compañeras, pensamos, "mi hijo nunca haría eso".
Pero en lugar de negar la realidad, es más práctico asumirla e intentar transformarla, por ejemplo si nos hacemos esta pregunta colectivamente: ¿qué podemos hacer ante la violencia que están sufriendo y ejerciendo niñas y niños?
Lo primero es tomar conciencia de que la violencia la aprenden en casa, y que exponer a los niños y a las niñas a la violencia, es violencia.
Es decir, darle a un menor un dispositivo en el que pueda acceder libremente a buscadores, y en el que pueda ver cualquier tipo de película, serie de televisión, videojuego, etc es violencia, porque supone exponer a tus hijos a relatos basados en la glorificación del macho violento que siembra el terror y destruye todo lo que tiene a su alrededor.
Los niños y las niñas, a través de las pantallas, aprenden a disfrutar viendo como otros seres humanos y otros animales sufren (golpes, humillaciones, torturas, palizas, tiroteos, empalamientos, descuartizamientos, etc), y con el porno aprenden a excitarse sexualmente viendo vídeos de violaciones a mujeres , adolescentes y niñas.
Se insensibilizan completamente con el sufrimiento ajeno, naturalizan y normalizan la violencia, y necesitan dosis cada vez más fuertes y brutales de odio y destrucción para poder seguir divirtiéndose. Muchos se hacen adictos a la violencia, y muchos otros al porno más bestial e inhumano.
Algunos niños ven porno por primera vez con ocho años. Les sale con solo teclear la palabra "niñas", "culo", "sexo" en Google o en Youtube. Haced la prueba vosotros mismos.
También les salen anuncios de porno en los videojuegos en línea. Lo tienen al alcance de sus manos, les bombardean a diario por todos lados. Muchos de los niños que están ahora en la cárcel de menores quisieron grabar su propio vídeo, muchos de ellos ni siquiera sabían que violar a solas o en manada es delito: "era mi novia y a ella parecía que le gustaba, ¿cuál es el problema?"
Las madres y los padres somos los que les ofrecemos los dispositivos, y luego nos quedamos horrorizados cuando la policía nos llama para decirnos que nuestro hijo y sus amigos se han meado encima de un compañero para humillarlo, o que han violado a una niña para divertirse en grupo.
La mayoría de las madres y los padres se preguntan en qué momento su hijo se convirtió en un monstruo y en un terrorista machista, si parecía un niño normal.
Las madres y padres de niños violentos y niños violadores no saben donde aprendió su hijo a odiar a las mujeres, ni cómo aprendió a someterlas. Pero lo cierto es que sus hijos se han pasado toda la infancia consumiendo todo tipo de violencia, y la que más engancha a los machos es la violencia sexual. No buscan placer, buscan sentir que tienen el poder.
Es una irresponsabilidad total dejar a los niños y a las niñas con una pantalla sin ningún tipo de protección ni restricción, y es hora de que entendamos que es violencia, y que estamos poniendo en peligro su vida y su salud mental y emocional.
Lo demuestran los datos:
- el aumento de casos de violencia en las aulas
- el aumento de niños adictos al porno
- el aumento de violaciones de manadas de niños contra niñas
- el aumento de niños y niñas con problemas para concentrarse, para aprender, para relacionarse con los demás desde el respeto y la igualdad
- el deterioro de la salud mental y emocional de la infancia y la adolescencia, y el aumento en el número de suicidios de niños y niñas que sufren violencia psicológica, emocional, física y sexual.
Aunque cada vez más padres y madres están tomando conciencia del peligro, su mayor miedo no es que sus hijos e hijas hagan daño a los demás. Su preocupación es que sus criaturas no sufran violencia, y ni siquiera se preguntan si su hijo podría estar haciendo daño a alguien en la escuela.
No podemos seguir mirando para otro lado. Somos nosotras, las madres y los padres, quienes debemos educar a la nuevas generaciones para que aprendan a divertirse sin someter y sin hacer sufrir a nadie.
Somos nosotras las que debemos pedirle al gobierno que prohíba el acceso al porno a menores, y quienes debemos pedirle a las industrias culturales que dejen de ensalzar constantemente al macho violento, y empiecen a tomar conciencia de los valores que están transmitiendo en sus producciones.
Todos sus contenidos están cargados de estereotipos, mitos y mandatos de género, toda la ideología que subyace a esos contenidos está basada en el machismo, el odio, la tiranía, el acaparamiento y la acumulación de riqueza, la dominación y el poder, el dinero, la supremacía del macho blanco.
Frente a los principios del capitalismo y el patriarcado, tenemos que ofrecerles, tanto en casa como en las aulas, los principios de la ética del amor y la filosofía de los cuidados: la solidaridad, la comunidad, el bien común, la cooperación, la ternura, el compromiso, el apoyo mutuo.
La comunidad educativa debería volcarse en enseñar a niñas y a niños a identificar las enfermedades de transmisión social que promueven (racismo, clasismo, machismo, misoginia, homofobia, gordofobia...)
Necesitan herramientas para defenderse de la exposición a la violencia, y para tomar conciencia de las violencias que sufren y ejercen contra los demás.
El Estado debe prohibir en las escuelas los dispositivos con los que enseñan porno a los niños y niñas más pequeñas en los ratos de descanso. También los usan para insultar, castigar y torturar a los y las compañeras.
El Estado debe aprobar ya una ley para erradicar la violencia de inmediato en los centros educativos, y acompañar esa ley de medidas educativas, como una asignatura en la que aprendan los valores de la Ética del amor y la Filosofía de los Cuidados.
Todos y todas somos responsables de la violencia que ejercen nuestros hijos contra otros niños y niñas, y contra el profesorado.
En nuestra mano está la clave del cambio que necesitamos para acabar con la violencia que sufren y ejercen nuestros hijos. Nosotras, madres y padres, somos su primer ejemplo: ellos aprenden el maltrato viendo cómo nos relacionamos entre nosotros y con ellos. Demos ejemplo, empecemos por las violencias que sufrimos y ejercemos en el hogar.
Además, necesitamos el apoyo de la industria cultural, de la comunidad educativa, y el Estado. Sin una transformación de nuestra Cultura y nuestra Educación, no podremos educar a nuestros hijos e hijas para que sean buenas personas y para que aprendan a relacionarse desde el respeto, el amor y el compañerismo.
Tu hija puede estar destrozando psicológicamente a otra niña, tu hijo puede estar machacando a su profesora, porque aunque tú le hayas intentado educar en el respeto, lo cierto es que tú criatura está rodeada de violencia y es probable que no sepa divertirse de otra manera.
Es urgente que dejemos de mirar para otro lado y de pensar que nuestro hijo o hija jamás haría daño a los demás. Empecemos ya a tomar medidas y a proteger a nuestras criaturas de la exposición a la violencia, desde su más tierna infancia. Las pantallas les están destrozando el cerebro, y el corazón: cuidemos los contenidos que consumen igual que cuidamos su alimentación. Igual que te preocupas por su salud física, debes cuidar también su salud mental y emocional.
Nuestros hijos tienen derecho a vivir una infancia libre de violencia, se merecen una vida mejor y un mundo mejor.
#Educación #Crianza #madres #padres
#infancia #adolescencia
#cuidados #etica
Coral Herrera Gómez
11 de octubre de 2023
Un mundo mejor para las niñas
¿Por qué el 11 de octubre es el Día Internacional de las Niñas?
Porque las niñas sufren abuso sexual infantil en todo el mundo y en todas las clases sociales. Según la ONU, los violadores son sus padres, abuelos, hermanos, tíos, padrastros y amigos de la familia.
Como consecuencia de las violaciones, sufren enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados y maternidades forzadas, muertes por embarazos de riesgo y aborto.
Las niñas, en todo el mundo, son traficadas bajo el negocio de la gestación subrogada cuando son bebés, sufren matrimonios forzados con hombres adultos mayores, son víctimas de la mutilación genital y la amputación de pechos, y son esclavizadas para la explotación doméstica, laboral, sexual y reproductiva. Son usadas como sirvientas en millones de hogares del planeta.
Las niñas son víctimas de la pobreza y el hambre las guerras, las sequías, y las catástrofes climáticas. No solo sufren malos tratos en sus hogares y en el colegio, también sufren acoso sexual: en las aulas, en el transporte público, en la calle. Cada año que pasa aumenta el número de violaciones en manada por parte de sus compañeros del colegio.
Las niñas son las que más pobreza sufren, las que menos tiempo pueden estudiar, las que menos acceso tienen al mercado laboral y a la obtención de ingresos.
Las cifras sobre el horror y la violencia que sufren las niñas son espantosas, tenemos que pedir a los gobiernos medidas efectivas para protegerlas.
Hoy todo el mundo habla de "invertir" en las niñas, de empoderamiento y liderazgo, y lo que necesitamos es que dejen de maltratarlas, de violarlas y esclavizarlas.
Hoy más que nunca hay que poner en primer plano a las niñas afganas, iraníes, ucranianas, sirias, palestinas, yemeníes, tahitianas... todas están sufriendo una niñez espantosa porque sus países están sumidos en la violencia. A ellas les toca la peor parte.
Tenemos que crear un mundo mejor para que todas puedan vivir en paz, libres de explotación y violencia, con sus necesidades básicas cubiertas y sus derechos fundamentales garantizados.
#DíaInternacionalDeLaNiña
10 de octubre de 2023
¿Qué necesitamos para cuidar nuestra salud mental y emocional?
En el Día Mundial de la Salud Mental y Emocional, ¿qué necesitamos los seres humanos para vivir una Buena Vida, libres de sufrimiento?:
- ingresos dignos, un techo para vivir, agua potable, comida y energía para resistir el frío y el calor.
- nuestras libertades y derechos humanos fundamentales garantizados.
- tiempo libre para descansar, y para disfrutar de nuestras pasiones y nuestra gente querida.
- sustituir las relaciones basadas en la dominación, la dependencia, el abuso y la explotación por relaciones basadas en la igualdad, la libertad, los buenos tratos, la ternura y los cuidados.
- para hacer frente a la soledad, necesitamos redes de afecto y de apoyo mutuo en las que los cuidados sean recíprocos y compartidos.
- relacionarte con gente con la que poder ser tu misma/o y con la que poder tener conversaciones íntimas y profundas.
- contacto con la naturaleza, tiempo al aire libre, baños de sol y espacios de silencio.
- terapia para todos y todas, no solo para los que puedan pagarla.
-herramientas para poder entender la realidad en la que vivimos, y las violencias que sufrimos y ejercemos.
- herramientas para la utopía: que nos ayuden a soñar y a construir una realidad diferente en la que todos y todas podamos vivir mejor.
- herramientas para cuidar nuestras emociones y nuestras relaciones.
- herramientas para aprender a cuidarnos a nosotros/as mismas, para cuidar los espacios que habitamos, las relaciones que construimos, y el planeta en el que vivimos.
#saludmental #DerechosHumanos
#calidaddevida
#cuidados
#buenavida
#lasaludmentalespolítica
Coral Herrera Gómez
¿Qué necesitas para vivir una Buena Vida?
Más utopías: necesitamos un mundo mejor
Autocuidado: mi contrato amoroso
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8 de octubre de 2023
El antídoto contra la droga romántica
Las grandes librerías están llenas de la droga del amor romántico, especialmente en la sección juvenil, repleta de novelas románticas, rebosantes de estereotipos, mandatos de género, y mitos.
Las principales consumidoras son chicas adolescentes y jóvenes que ya con 14 años son yonquis del romanticismo.
Pero un poco más allá, en un rincón, está el antídoto con el que todas podrán liberarse de la adicción: un libro especial que desmonta todos los mitos, y les podrá ayudar a entender cómo usa el poder el romanticismo para ponerlas a todas de rodillas frente al patriarcado.
En este libro encontrarán las herramientas para poder liberarse, y para poder rebelarse ante los mandatos de género que les dice cómo deben ser los hombres, cómo deben ser las mujeres, y cómo deben relacionarse sexual y sentimentalmente.
En este libro también encontrarán las herramientas para aprender a cuidarse, para aprender a negociar con sus parejas, para construir relaciones igualitarias, libres y sanas.
En el libro encontrarán las claves para aprender a cuidar sus relaciones, para evitar la explotación y el abuso, para amar en libertad y en igualdad, desde los Buenos Tratos, la Ética del Amor y la Filosofía de los Cuidados.
El libro se llama "Cien preguntas sobre el amor. La Revolución Amorosa para jóvenes", de Coral Herrera Gómez Fanpage , y lo tenéis en ebook y en papel 💜☺️
Podéis echarle un vistazo aquí o buscar en tu librería favorita.
5 de octubre de 2023
Autocuidado: el contrato amoroso
Nunca te vayas a vivir bajo el mismo techo con un hombre sin antes firmar un contrato amoroso. La mayoría de las mujeres del mundo trabajan gratis para un hombre, y no viven como princesas en un palacio, sino como sirvientas.
Para protegernos de los abusos y la explotación doméstica hay que dejar claro que nosotras no vinimos al mundo a servir y que no vamos a renunciar a nuestra libertad, ni a nuestros derechos humanos fundamentales.
Hay que sentarse a pactar cómo nos vamos a relacionar y cómo nos vamos a organizar, y si es necesario, ponerlo por escrito para evitar malentendidos y problemas.
Para querernos bien y para disfrutar del sexo y del amor, hay que dejar todo muy claro antes de comprometerse, que si no luego nos sentimos estafadas y nos quedamos atrapadas.
El contrato amoroso es fundamental para que no nos engañen, aquí te cuento cómo aprender a negociar tus pactos de autocuidado y de cuidados.💜
Coral Herrera Gómez
Todos los libros de Coral Herrera
4 de octubre de 2023
Entrevista en Manolitas a la Fresca
1 de octubre de 2023
Los hombres que me gustan
Los hombres que me gustan
No llevan traje y corbata
No usan relojes caros
No tienen coches de lujo
No son ricos ni famosos
No son hombres poderosos
Los hombres que me gustan
No tienen cuerpos perfectos y musculados
No tienen millones pudriéndose en el banco
No son violentos ni agresivos,
No sueñan con ser presidentes, mafiosos o narcos.
Los hombres que me gustan no usan su fuerza y su poder para imponer sus deseos
No odian a las mujeres
No se sienten superiores a ellas
No se sienten dueños de sus vidas
No buscan una sirvienta
Buscan a una compañera con la que compartir la vida y las tareas.
Los hombres que me gustan no le tienen miedo al amor ni a las mujeres,
no le tienen miedo al sexo ni al placer femenino,
son hombres con capacidad para dar y recibir cariño y ternura.
Los hombres que me gustan son hombres sensibles,
honestos
e inteligentes.
Son hombres que cuidan y
se comprometen con las causas en las que creen, y con la gente a la que quieren.
Los hombres que me gustan son hombres que leen, estudian e investigan,
hombres que escuchan,
hombres que crecen y evolucionan,
y se lo trabajan para ser mejores personas.
Los hombres que me gustan son
los hombres que creen en la justicia social, en la igualdad, en la libertad, en los derechos humanos.
Son hombres que crean un mundo mejor, y contribuyen desde su vida cotidiana a hacer real la utopía.
Los hombres que me gustan no se aprovechan de las mujeres más pobres para satisfacer sus deseos y cubrir sus necesidades,
no se forran explotando a mujeres y niñas,
no utilizan a sus parejas para liberarse de las tareas domésticas y vivir como reyes.
Los hombres que me gustan son hombres rebosantes de energía y de alegría de vivir,
hombres que cuidan sus emociones para no sufrir y no hacer sufrir a los demás, hombres que no necesitan dominar ni someter a los demás.
Son hombres que valoran y abrazan la vida.
Los que más me gustan son los hombres humildes y conscientes de sus límites, hombres que se revisan, se cuestionan a sí mismos, saben aceptar con deportividad las derrotas, y saben pedir ayuda cuando lo necesitan.
Los hombres que me gustan son aquellos que disfrutan desnudando su alma,
y saben hablar de sus emociones,
y se abren en canal ante ti,
y pueden mostrar su vulnerabilidad sin miedo.
Son hombres leales a sus principios, hombres valientes que no obedecen los mandatos del patriarcado, que se rebelan ante los abusos de poder, que renuncian a sus privilegios masculinos porque saben que lo personal es político y que la revolución empieza dentro de uno mismo.
Los que más me gustan son los que han tomado conciencia de que el frente de batalla de las mujeres está en la cama y en la casa. Y que si ellos cambian, los demás se contagian.
Los hombres que me gustan no niegan su racismo, se trabajan su racismo.
Y su clasismo, su xenofobia, su machismo, su homofobia, y todas las enfermedades de transmisión social.
Los hombres que me gustan son honestos y sinceros,
saben hacer autocrítica amorosa,
saben cuidarse a sí mismos,
y saben cuidar sus relaciones, también cuando se terminan.
Los hombres que me gustan me seducen con sus actos, no con discursos. Me encandilan con su forma de ser y de relacionarse, no con palabras vacías.
Los hombres que me gustan son los hombres que ya no hacen sufrir por amor a sus compañeras.
A mi me gustan y me encantan los hombres que aman y respetan la naturaleza, no se dedican a destruirla ni a destruirse a sí mismos.
Son esos hombres que caminan descalzos, con los pies en la tierra, y a veces miran al cielo, y sueñan con un planeta sin pobreza,
sin violencia
y sin guerras.
Los hombres que me gustan son hombres autónomos que no necesitan criada. Son hombres que se trabajan sus patriarcados, y que se quitan la corona para aprender a relacionarse con las mujeres de igual a igual.
Los que me gustan, son esos hombres en permanente construcción que están educando a sus hijos para que no sean como sus abuelos, y a sus hijas para que sean mujeres libres y autónomas.
Los hombres que más me gustan, sin duda alguna, son los que han comprendido la dimensión política del amor y los cuidados.
Son esos hombres que cambian pañales, que limpian el cuarto de baño, que barren y friegan, que se intercambian recetas de cocina con los amigos.
Son los hombres que hacen lavadoras, doblan y colocan la ropa, compran la comida, la cocinan y la sirven en la mesa. Son hombres que cuidan los espacios que habitan, y sus redes afectivas: no solo disfrutan de sus paternidades, también cuidan de sus padres, madres, hermanas y hermanos, nietos y nietas, cuidan a sus parejas, a sus amigos y amigas, y cuidan las comunidades a las que pertenecen.
Son hombres con capacidad para reírse de sí mismos y para llorar contigo si lo necesitan. Son hombres que saben reconocer sus errores, aprender de ellos, y pedir una disculpa sincera.
Los hombres que me gustan son pocos,
pero los reconozco enseguida
porque me miran a los ojos,
me hablan de tú a tú,
no me tienen miedo,
y me tratan como a una compañera.
Coral Herrera Gómez
29 de septiembre de 2023
El Abandono Intermitente
Abandono Intermitente: una de las violencias más comunes que ejercen los hombres patriarcales contra sus parejas es la de simular que están muy enfadados y muy dolidos, y desaparecer dos o tres días para estar con otras mujeres.
Es un método muy efectivo porque sirve para dos cosas a la vez: por un lado, pueden hacerse una escapadita sin que les pillen, y dedicarles tiempo a sus amantes, o hacer una visita al burdel.
Por otro lado, sirve para disciplinar a las mujeres: si a ellas les aterra que su marido desaparezca varios días, intentarán ser complacientes y obedientes y no llevar la contraria a su hombre para que no se largue. Ellas no saben que ellos buscarán cualquier excusa para enfadarse cuando necesiten hacer sus escapadas, y no saben que ellos se están aprovechando de su sentimiento de culpa: son muchas las que asumen estos castigos porque llegan a creer que los merecen.
Es una forma de sometimiento muy eficaz: si no se portan bien, si intentan limitar su libertad, tendrán su merecido.
Es un mecanismo de tortura psicológica, porque saben lo mucho que sufren algunas mujeres con el miedo al abandono total. Durante la ausencia, ellos no cogen el teléfono y no dicen donde están, algunas sufren paranoias y entran en un bucle de angustia y ansiedad que las agota, las amansa y las domestica. Ellos, cuando regresan al hogar, se hacen los víctimas para que ellas crean que la culpa de todo es de ellas: son ellas las que les obligan a largarse, porque ellos "no pueden más con la situación".
Muchas acaban pidiendo perdón, y entonces ellos las regalan una reconciliación bonita y una mini luna de miel por unos días para "compensar" el sufrimiento causado.
El abandono intermitente sirve para que las mujeres sean más sumisas y para que ellos puedan hacer uso del privilegio masculino a tener una doble vida con total impunidad. Es una estrategia masculina porque nosotras no podemos hacer lo mismo, especialmente si tenemos hijos y mascotas que cuidar. Desaparecer por unos días es un privilegio de aquellos hombres que pueden hacerlo, y muchos creen que en vez de un privilegio, es un derecho natural, porque llevan siglos usando este método de tortura psicológica y emocional contra sus compañeras. Cuanto más dependientes son ellas, más miedo al abandono sufren, y peor lo pasan.
Lo llaman amor tormentoso, o amor tóxico, pero es terrorismo machista.
¿Os ha pasado alguna vez a vosotras con alguna pareja?, ¿conocéis a mujeres que lo sufren?
#abandonointermitente #violenciapsicológicayemocional
#malostratos
#ViolenciaContraLasMujeres #TerrorismoMachista
Coral Herrera Gómez
¡Vente con nosotras al Laboratorio del Amor! ❤️
27 de septiembre de 2023
¿Por qué nos cuesta encontrar pareja a las mujeres?
Si a las mujeres de hoy en día nos cuesta tanto encontrar pareja es porque es muy difícil encontrar hombres capaces de cuidarse a sí mismos y cuidar sus relaciones.
Son muy pocos los hombres que no se aprovechan de las mujeres de su vida. El gran privilegio masculino es poder recibir cuidados sin darlos, y son muy pocos los que están dispuestos a tener relaciones de cuidados mutuos en las que haya reciprocidad.
Las mujeres a menudo caemos en la trampa que nos tiende el patriarcado cuando nos promete que nuestro amor transformará a nuestra pareja de forma mágica. Nos han hecho creer a todas que los hombres pueden cambiar si aguantamos, si soportamos, si tenemos paciencia, y que habrá premio para las que se sacrifiquen y sufran mucho.
El "premio" es que tu pareja pase de ser un ogro a convertirse en un príncipe azul: si te quedas a su lado, el egoísta mentiroso se convertirá en un hombre honesto, leal, y fiel. Tu amor le curará de sus adicciones, de su mal genio, de su machismo, y si le ayudas a resolver sus problemas, te amará para siempre.
Nosotras ya no creemos en los milagros románticos y sabemos que no hay recompensa por sufrir por amor, También sabemos que nadie cambia si no lo necesita, y que nosotras no podemos autoengañarnos más, ni dejar que nos engañen: es nuestro deber estar lúcidas, ser realistas y prácticas, y tener los pies sobre la tierra.
Es un despilfarro de tiempo y energía intentar "educar" a los hombres y ayudarles a crecer y a desarrollarse como personas para que sean adultos funcionales. Ellos viven mejor en una eterna adolescencia, con una mamá que se encargue de todo: a nosotras no nos sale a cuenta batallar en una lucha de poder sin fin que no vamos a ganar.
Nadie cambia si no lo necesita. Si los hombres no cambian es porque están muy cómodos así.
La vida les sonríe, viven como reyes en sus hogares, ¿por qué iban a querer cambiar?
Nosotras sí necesitamos cambios, por eso estamos yendo a terapia, por eso trabajamos en nuestro crecimiento personal, leemos y nos formamos, escuchamos podcast, hacemos cursos, devoramos libros, y creamos grupos de mujeres que se están trabajando sus patriarcados y están trabajando en su liberación.
Los hombres tienen un trabajo descomunal por delante, pero aún no han empezado. Se resisten profundamente a los cambios, algunos son profundamente conservadores, reaccionarios y anti feministas, y aunque parezcan muy modernos o progeres, siguen pensando como sus abuelos: que las mujeres hemos venido al mundo a servirles, y que cuanto más dócil y sumisa sea una mujer, mejor para ellos.
La gran mayoría de los hombres necesitan trabajar a fondo su machismo, y su miedo y rechazo hacia el amor y las mujeres. Pero también necesitan curar los traumas de la infancia y las heridas de la adolescencia, aprender a hacer autocrítica amorosa y a trabajar por dentro para ser mejores personas, a cuidar su salud mental y emocional, a identificar y a expresar sus emociones sin hacer daño a nadie, a resolver conflictos sin violencia, a ser honestos, a cuidar sus relaciones, y a cuidarse a sí mismos.
Si los hombres no se quieren a sí mismos, ¿cómo nos van a querer a nosotras?
Si no se comprometen consigo mismos, ¿cómo van a comprometerse con nosotras?
Ellos van buscando criadas, nosotras vamos buscando compañeros.
Nosotras ya llevamos un largo recorrido, ellos apenas están empezando.
No podemos quedarnos sentadas esperando, ni rebajar nuestro nivel para que nos alcancen. Empeñarse en que el marido se comporte como un compañero es una tarea muy ardua, y es muy frustrante pasarse la vida peleando.
Creo que lo mejor para nosotras es admitir que no es fácil encontrar un compañero con el que disfrutar del sexo y del amor en igualdad y en libertad.
No hay apenas hombres capaces de construir relaciones igualitarias, y nosotras nos jugamos mucho en el amor, porque en ocasiones puede ser una trampa mortal: las mujeres emparejadas son las que más violencia sufren en el mundo. Algunas pasan 50 años de su vida sufriendo explotación doméstica y explotación emocional, abusos, violaciones y malos tratos, y algunas de ellas son asesinadas por sus maridos.
Así que no podemos correr riesgos: tenemos que protegernos mucho y aprender a cuidarnos en el amor.
A nosotras lo que más nos conviene es trabajar en nuestra autonomía económica y emocional, y ser muy selectivas a la hora de buscar pareja. Nunca debemos conformarnos con hombres que no dan la talla y que no tienen la altura necesaria para tratarnos de tú a tú.
No debemos resignarnos a la idea de que "los hombres son así"
Tenemos que tomar conciencia además que una vez que nos metemos, es muy difícil echar para atrás.
Cada vez es más difícil salir de la cárcel del matrimonio, porque no tenemos dinero para divorciarnos: hoy separarse es un lujo al alcance de muy pocas mujeres.
Así que hay que pensarselo mucho a la hora de compartir la vida con un hombre.
Después de darle muchas vueltas, algunas de nosotras hemos llegado a la conclusión de que se está mejor soltera que mal acompañada y que en caso de enamoramiento, la mejor fórmula es la de "tú en tu casa y yo en la mía", la única forma de que los hombres más machistas no te traten como a una sirvienta.
Estoy convencida de que los hombres empezarán a hacer cambios cuando no encuentren pareja y se queden solos. Será entonces cuando empiecen a adaptarse a los nuevos tiempos y a hacer todo el trabajo interno que ahora no quieren hacer.
Mientras llegue ese momento, nosotras avanti, imparables, siempre hacia delante, en el camino hacia la liberación y hacia la Buena Vida.
Mientras ellos se lo piensan, nosotras sigamos soñando y trabajando por una vida mejor y un mundo mejor.
Pongamos el foco en nosotras mismas, y en la gente que nos quiere y nos cuida.
Sigamos juntas el camino con otras mujeres, ellos que se queden atrás si quieren.
Coral Herrera Gómez
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