Tengo el placer de anunciaros que se abren 15 plazas para entrar en la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del Amor. Este mes vamos a trabajar a fondo en el tema de los celos, tenéis toda la info y el botón de inscripción en mi web:
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30 de diciembre de 2019
26 de diciembre de 2019
No has tenido mala suerte en el amor
La mala suerte en el amor la tenemos todas. Porque somos demasiadas intentando vivir historias de amor lindas y preguntándonos por qué no lo logramos. Pues bien, no funciona porque vivimos en un mundo muy desigual, violento y machista. Y así no se puede querer bien.
Nuevo post en mi blog: Amor en Construcción, revista Mente Sana.
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Coral Herrera Gómez
25 de diciembre de 2019
Es solo sexo
Cuando decimos que “solo” tenemos sexo con alguien es para dejar claro a ese alguien y a los demás que esa persona no es importante para nosotros. Es toda una declaración de intenciones para que él o ella sepa que no sentimos nada bonito o especial, ni lo vamos a sentir.
De alguna manera estamos avisando de que es una relación sin importancia que no va a crecer, ni tampoco va a durar, de que nuestras vidas no se van a ver en absoluto afectadas. Porque no es una relación, es “solo sexo”.
Nos han hecho creer que el sexo es algo sucio que podemos hacer con cualquiera y que el amor en cambio es algo hermoso que solo se hace con gente especial. Por eso decimos que una relación es “solo sexo” cuando queremos dejar claro que algo es nada.
Mi nuevo post en la revista Mente Sana.
Publicado por
Coral Herrera Gómez
20 de diciembre de 2019
No sólo en las calles hay que luchar
Uno de los mayores actos de rebeldía feminista es no dejar que te traten mal, y no sufrir "por amor". Lo político es personal también: estamos luchando para acabar con la violencia machista en las calles, pero la mayor victoria está en los cambios que hacemos para estar bien y para disfrutar de la vida. Por eso cada vez que una de nosotras deja una relación en la que no se siente bienquerida ni cuidada, no sólo te liberas tú, sino que nos liberamos todas.
Es la mejor forma de aplicar el feminismo a tu vida personal: salir de relaciones que te hacen sufrir. Y para eso nos estamos apoyando las unas a las otras, para que siempre que tengamos la tentación de aguantar o soportar estupideces, podamos rebelarnos y decir: no quiero que ninguna mujer sufra, yo soy una mujer y tampoco quiero sufrir.
El feminismo nos ayuda a tener siempre presente que las mujeres tenemos derecho a disfrutar, y a vivir una vida libre de sufrimiento y de violencia. Nosotras también tenemos ese derecho, cada una de nosotras. Por eso lo personal es político, y lo político es personal, por eso no sólo en las calles hay que luchar
#MujeresQueYaNoSufrenPorAmor #SiTeLiberasTúNosLiberamosTodas
Es la mejor forma de aplicar el feminismo a tu vida personal: salir de relaciones que te hacen sufrir. Y para eso nos estamos apoyando las unas a las otras, para que siempre que tengamos la tentación de aguantar o soportar estupideces, podamos rebelarnos y decir: no quiero que ninguna mujer sufra, yo soy una mujer y tampoco quiero sufrir.
El feminismo nos ayuda a tener siempre presente que las mujeres tenemos derecho a disfrutar, y a vivir una vida libre de sufrimiento y de violencia. Nosotras también tenemos ese derecho, cada una de nosotras. Por eso lo personal es político, y lo político es personal, por eso no sólo en las calles hay que luchar
#MujeresQueYaNoSufrenPorAmor #SiTeLiberasTúNosLiberamosTodas
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Coral Herrera Gómez
19 de diciembre de 2019
Asambleas para el amor
Cómo acabar con las luchas de poder en la pareja
En todas las
relaciones humanas hay luchas de poder, y todos queremos ganar todas y cada una
de las batallas que libramos contra los demás. Cada cual tenemos nuestros
intereses, nuestras necesidades y nuestros deseos, y establecemos nuestras
propias estrategias para conseguirlo: nos posicionamos como dominadores o
dominadas, y desde ahí manipulamos nuestra realidad y a los demás para lograr
lo que necesitamos.
En estas
condiciones, relacionarse en pareja es complicado, porque estamos más
acostumbrados a hacer la guerra que a amarnos, y se nos da mejor luchar que
cooperar. La pareja requiere un enorme trabajo en equipo, mucha complicidad,
generosidad, solidaridad, sinceridad, honestidad, y mucha comunicación. Y no es
fácil relacionarse desde el compañerismo en una sociedad patriarcal y machista
en la que las mujeres estamos por debajo de los hombres en la jerarquía social.
Tenemos que
trabajar mucho los patriarcados que nos habitan para poder construir relaciones
igualitarias basadas en el respeto, la ternura, el trabajo en equipo, la
honestidad, la comunicación amorosa, y
la igualdad. Aquí algunas de las cosas que podemos hacer para acabar con las
luchas de poder en la pareja:
-
El
amor no es una guerra: no conviertas a tus amantes en enemigos de los que hay
que defenderse y a los que hay que ganar como sea. Disfruta del amor como un
espacio de placer y compañerismo, en el que puedas ser tu misma y en el que
ambos podáis construir una historia de amor hermosa, libre de abusos y
violencia.
-
Identificar
y trabajar los patrones de relación del romanticismo patriarcal. Comportamientos que parecen “normales” o
“naturales” cuando estamos en pareja como la posesividad, los celos, el control
sobre la pareja, son esquemas de relación patriarcales basados en la dominación
y la sumisión, y son a menudo violentos. Sin embargo, no reconocemos como
violencia nuestra forma de imponernos sobre el otro, ni los insultos, los
chantajes, las amenazas, el victimismo, los castigos, el engaño y las mentiras.
Y es que nos han hecho creer que la violencia pasional es amor, y que cuanto
más pasión hay, más sufrimiento se genera en la pareja, y por lo tanto, más
amor hay. Sin embargo, ya sabemos que no hay por qué sufrir y pasarlo mal: el
amor es una de las experiencias más hermosas de la vida y hay que disfrutarlo.
-
Disidencia:
hay que desobedecer todos los mandatos de género que convierten a las mujeres
en sirvientas de los hombres. Hay que acabar con el trabajo gratis de las
mujeres, y repartir los cuidados, la crianza y las tareas domésticas entre
ambos miembros de la pareja. Actualmente ellos siguen gozando de tres horas más
al día de tiempo libre mientras nosotras hacemos doble y triple jornada. No
nacimos para ser sirvientas, ni para criadas: para podernos relacionar en
igualdad es fundamental relacionarnos en horizontal, romper con los roles y las
tradiciones, y repartir las tareas en igualdad de condiciones.
-
Autocrítica.
Los hombres tienen que trabajar su masculinidad en profundidad, para liberarse
del machismo. Acostumbrados a relacionarse desde la competitividad, tienen que
desaprenderlo todo para poder aprender a relacionarse en horizontal dentro de
la pareja. Tienen que trabajarse el compañerismo con las mujeres, aprender a expresar
lo que sienten y lo que quieren, y aprender a pactar con honestidad. Nosotras
también tenemos que trabajarnos lo nuestro: los cambios son individuales, y
también colectivos.
-
Trabaja
tu Ego: el Ego siempre quiere dominar, imponer sus normas, saciar su deseo,
recibir aplausos y reconocimiento de los demás, despertar su admiración y
envidia, manipular su realidad y a la gente con la que se relaciona. El Ego
necesita ganar, le gusta que le obedezcan, le gusta que los demás se sometan,
necesita sentir siempre que tiene el poder y el control. Hay que trabajarlo
mucho para que no estropee nuestras relaciones: cuanto más egoístas y
egocéntricos somos, peor funcionamos en pareja.
-
Aprende
a decir que no si eres la persona que siempre cede. Te sentirás mucho mejor si
eres capaz de decir asertivamente porqué no quieres hacer algo, o porqué no
estás de acuerdo en algo, o porque hay cosas que te hacen sentir mal.
-
Aprende
a ceder si estás acostumbrado a imponer tu voluntad. Aprende a ser humilde y
generoso: no tienes porqué ganar todas las batallas. No es importante ser
siempre el ganador. Se aprende mucho cuando no se consigue todo lo que uno quiere: aprovecha para aprender
a elaborar pactos que os beneficien a ambos, o que, al menos, no os perjudiquen a
ninguno.
-
Líneas rojas: la
mayor parte de las cosas son negociables, pero hay unas pocas que son
innegociables. Cada cual tiene sus líneas rojas, es importante tenerlas claras
y respetarlas, las propias y las de la otra persona. Si las líneas rojas chocan
frontalmente, es mejor no seguir con la relación: ninguno de los dos tenéis por
qué ceder en cosas que consideráis imprescindibles en vuestras vidas.
-
Aprende
a practicar la comunicación amorosa: escucha a tu compañero o compañera,
expresa tus sentimientos sin hacer daño a nadie, sé sincera o sincero con la
otra persona, explica qué quieres sin adoptar un estilo agresivo ni victimista.
Tenemos que aprender a conversar, negociar, ceder, pactar, repartir tareas y
asumir responsabilidades igualitariamente.
-
Cuando
aparezca el conflicto, evitar el drama y la violencia: aún estando enfadados o
dolidos, podemos tratarnos bien, hablarnos con respeto, alejarnos con cuidado,
o sentarnos a hablar si ya nos sentimos preparados para tener una conversación
profunda. Sin insultos, sin reproches, sin comentarios humillantes o
despreciativos, sin malos tratos.
-
Usa
tu sentido del humor y tu creatividad cuando estéis en una lucha de poder. Es
todo mucho más fácil cuando nos podemos reír ambos de la situación, y de
nosotros mismos. Entre risas es más fácil ponerse a buscar soluciones que nos
ayuden a salir del conflicto sin que ninguno de los dos se sienta perdedor, es
más fácil relativizar y restarle importancia al conflicto, y nos dispone mejor
a ambos para negociar lo mejor para los dos.
Coral Herrera
Gómez
www.cuerpomente.com/blogs/coral-herrera/hablar-sobre-amor-ayuda-a-tomar-decisiones-hablar-sobre-amor-para-tomar-decisiones
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Coral Herrera Gómez
29 de noviembre de 2019
Desconexión total para desengancharte del amor
Lo mejor para desengancharse de la droga del amor es no volver a probarla. Para separarse de tu pareja lo mejor es la desconexión total en la vida real y la vida virtual. Cero contacto.
Mi nuevo post en la revista Mente Sana.
Mi nuevo post en la revista Mente Sana.
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Coral Herrera Gómez
24 de noviembre de 2019
También hay maltrato sin golpes
Para aprender a identificar la violencia machista es importante entender que también hay maltrato sin golpes ni violencia física. Si tu pareja te dice constantemente que no te quiere, si habla mal de ti a los demás, si te obliga a asumir toda la carga doméstica y de cuidados, si se ríe de ti o te ridiculiza, si pretende que le obedezcas, si te hace sentir fea, si intenta aislarte de tu gente querida, si te humilla, si te vigila, si se niega a usar condón, si te presiona para tener relaciones sexuales cuando no te apetece, si controla tu dinero, si no respeta tu privacidad, si te obliga a pagar sus deudas, si te obliga a pedirle permiso cuando quieres hacer cualquier cosa, si controla tu vestuario, si te es infiel y te miente constantemente, si te contagia con enfermedades de transmisión sexual, si pretende que te quedes embarazada cuando tú no deseas ser madre, si se cree que eres su sirvienta, si te chantajea emocionalmente, si no confía en ti y te vigila y te cela, es violencia machista.
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Coral Herrera Gómez
5 de noviembre de 2019
#1 Trampas del romanticismo patriarcal
Cuando él hace como que se compromete pero sigue de fiesta: una de las trampas que nos pone el romanticismo patriarcal es hacernos creer que tu novio se va a convertir en un buen compañero de vida y en un papá comprometido. La sorpresa viene cuando él sigue de fiesta sin ti, huye agobiado y tú te quedas en casa sola, criando sola, asumiendo toda la carga doméstica y de cuidados, cabreada y frustrada porque en el noviazgo te trató como a una compañera, montasteis el nidito de amor, luego te pidió hijos, y después decidió seguir su vida como si nada.
Ante esta situación tenemos tres opciones: o buscar una mamá sustituta para poder seguir la fiesta con él, o separarte de él, o seguir con él, eternamente cabreada porque él es un ser libre con criada a su servicio, y tú te ves atada a la enorme responsabilidad de tener una familia, con doble jornada laboral y sin apenas tiempo libre.
Para muchas mujeres el matrimonio y la maternidad son una cárcel, pero nos lo venden como una utopía igualitaria, aunque son muchos los hombres que jamás forman equipo ni tratan a las mujeres como compañeras. Trampas del patriarcado moderno que nos hace creer que el amor es compartir una vida en común con un hombre que nos tratará como a iguales.
No hay más que echar un vistazo a las estadísticas de uso del tiempo libre en las que se ve la enorme diferencia que existe entre hombres y mujeres. #TrampasDelAmorRomántico
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Coral Herrera Gómez
6 de septiembre de 2019
¿Para qué sirve la autocrítica amorosa?
La autocrítica
amorosa es maravillosa para la salud mental y emocional, y sirve para muchas
cosas:
O con miedo, pero apostar.
La autocrítica amorosa es el método con el que me trabajo los patriarcados que me habitan, el amor romántico, mis relaciones afectivas, y todo aquello que necesito trabajar para ser mejor persona.
También trabajo la autocrítica amorosa en buenas compañías con las mujeres del Laboratorio del Amor. Nos hacemos muchas preguntas, nos brindamos consejos, nos escuchamos y nos acompañamos, cuestionamos y desmontamos el amor romántico, aprendemos a querernos a nosotras mismas, nos responsabilizamos y nos comprometemos con nuestro bienestar, y nos rebelamos juntas.
Es mucho más fácil en grupo que a solas: trabajar con más mujeres nos ayuda a entender que nuestros problemas no son personales, son colectivos. En estos años que hemos pasado juntas hemos empezado a florecer: recoger los frutos que va dando este trabajo es una de las cosas más hermosas del mundo, porque no sólo cambiamos nosotras para sufrir menos y disfrutar más del amor. Estamos cambiando todas.
Cuando una se libera, nos liberamos todas.
El cambio individual va transformando poco a poco el mundo en el que vivimos. Cada vez somos más mujeres comprometidas con nuestro trabajo personal para vivir mejor y que los demás vivan mejor.
Comprometidas con el auto-cuidado, con nuestro derecho al placer, a disfrutar del sexo y del amor, y el derecho a tener una buena vida libre de sufrimiento.
Coral Herrera Gómez
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Coral Herrera Gómez
31 de agosto de 2019
17 de agosto de 2019
Próximos talleres en Costa Rica y en España
el 1 de noviembre en Sevilla, España |
el 31 de agosto en Amarú, San José de Costa Rica |
y en España en Sala Mera, en Sevilla, el 1 de Noviembre.
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Coral Herrera Gómez
15 de agosto de 2019
Manual de ética amorosa para ligar en Tinder y otras redes sociales
Articulo publicado en eldiario.es:
-Todas las relaciones son amorosas, sean románticas o no, sean sexuales o no, sean reales o virtuales. Partiendo de esta base, los cuidados deben ponerse siempre en el centro: el cuidado a una misma, el cuidado a las personas con las que te relacionas.
- La base del cuidado es la sinceridad y la honestidad. Cuenta lo que estás buscando: relaciones basadas en el placer sexual o un romance en toda regla, si estás abierto o no para tener una relación sentimental, o varias, si eres monógamo o poliamoroso, si tienes pareja o estás soltero, si te apetece vivir una historia de amor alucinante, o sólo pasar ratos lindos y divertidos.
- No confundas a la otra persona: sé claro y utiliza tu asertividad. Si quieres quedar, dilo. Si no quieres quedar, dilo también. Hay que ser claro y transparente, no marear a la gente con tu indecisión.
- Trata bien a las mujeres y a los hombres con los que te relaciones. No importa si los vas a ver sólo una noche, o si os vais a ver cien noches. No importa si sólo os une el placer sexual, o si también estáis conectados emocionalmente: lo único que importa es el buen trato.
- Cuando alguien quiere ligar contigo y a ti no te gusta, que no se te olvide el buen trato. En lugar de pasar de alguien y bloquearle, hay que explicar con sinceridad cómo te sientes, y contar que no quieres hablar más, que deseas cerrar la relación, o que no quieres empezar ninguna.
- Cuando quedes con una persona en algún sitio, mejor que sea público, como una plaza, una cafetería, un centro social, un centro cultural, un bar o un restaurante, un teatro, un cine, un museo, una discoteca, un parque. A las mujeres nos conviene quedar en espacios seguros y llenos de gente. Ya habrá tiempo para buscar espacios más íntimos si os apetece a ambos.
- Misterios, los justos: la otra persona quiere saber quién eres, cómo vives, qué haces en tu tiempo libre, cuales son tus pasiones... en la primera cita todos necesitamos información para saber si nos gusta o no la otra persona, y si hay algún tipo de afinidad.
- El tiempo que estéis juntos, que sea de calidad. Para mostrar interés lo mejor es tener guardado el celular, y escuchar con atención amorosa a la otra persona, sin interrupciones ni vacíos.
- Si la otra persona se va antes de tiempo de la cita, acepta y respeta. Si te vas tú antes, el otro tiene que aceptar y respetar igual.
- Si le propones a la otra persona iros a un lugar más privado y la otra persona te dice que no, es no.
- Si te entran ganas de darle un beso a la otra persona, es importante que tengas señales muy claras sobre su nivel de receptividad. Si no sabes si la otra persona quiere, díselo con una sonrisa: "me encantaría darte un beso", o pregunta: "¿puedo darte un beso?" Si te dice no, es no.
- Estáis en el sofá y os estáis dando besos, pero cuando la cosa se pone más intensa, ella te dice que no quiere más, y entonces tienes que volver a recordarlo: "No es no". Incluso aunque estéis desnudos, o en mitad del acto sexual. No, es siempre no.
- Si vais más allá de la primera cita y estás viendo a otras personas en la misma red social, o en otras redes, hay que contarlo con naturalidad: estamos todos en lo mismo, buscando gente que nos guste, probando, y explorando. Mentir sólo sirve para crear relaciones de desconfianza que aumentan las inseguridades que llevamos todos encima, los celos y otros asuntos poco placenteros.
- No finjas orgasmos para no herir el frágil Ego del otro. Hay que hablar de sexo y crear el espacio de confianza para que podamos contar lo que nos gusta y lo que no, para compartir nuestras fantasías y nuestras apetencias, para elaborar pactos a la hora de compartir placeres de manera que ambos os sintáis a gusto.
- Hay que hablar de anticonceptivos desde la primera cita: ¿cómo vamos a evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual?, ¿cómo vamos a cuidar nuestra salud y la del otro? No le pidas a nadie que haga el amor sin protección: a las mujeres nos baja la libido cuando los hombres se niegan a usar barreras.
- También hay que pactar la frecuencia del contacto virtual y de las citas presenciales: hay gente que necesita mucha comunicación y pasa el día pegada al teléfono, hay gente que sólo se sienta una vez al día a contestar mensajes, hay gente que no usa redes sociales ni Internet... hay gente que le encanta chatear, y gente que no. Hay que sentarse a explicar qué desea cada cual, qué necesita o qué le apetece, es ideal para poder establecer el ritmo de la comunicación. Es esencial que ambos os sintáis a gusto con los pactos alcanzados.
- Si aumenta la pasión y necesitas, o la otra persona necesita elaborar pactos de exclusividad y os planteáis una relación monogáma, ojalá haya la confianza y la complicidad necesaria para poder hablar de lo que os apetece, y de cómo os sentís, y de cuándo es el momento de dejar las redes para ligar, sin sentirse obligado ni obligar a la otra persona.
- Si a la otra persona no le apetece lo mismo que a ti, hay que aceptar y hablar mucho para ver si se puede construir una relación en la que ambos estéis a gusto, o si quizás sea mejor no seguir porque ambos queréis cosas diferentes. Lo que no funciona es que uno de los dos renuncie a lo que necesita o lo que quiere, y el otro no. Es cuestión de ir negociando, y si no se llega a ningún punto, no pasa nada. Es bonito intentarlo, y de todo se aprende.
- Cuando estás en una o varias relaciones de Tinder, hay que ir midiendo los niveles de recicprocidad y correspondencia, para ver si uno se enamora demasiado y el otro no, o al revés. Porque cuando tienes claro esto, puedes cuidarte mejor a ti mismo y cuidar a la otra persona, tanto si es la otra persona la que está muy enamorada de ti, como si eres tú el que estás muy enamorado.
- Cierra las historias con elegancia, con cariño, con honestidad. Portaté bien. Que os quede a los dos un bonito recuerdo de la relación, no importa cuánto haya durado. Evita las mentiras, los engaños, los chantajes, los reproches. No desaparezcas, enfrenta la cuestión con respeto y cuidando a la otra persona: se trata sólo de decir cómo te sientes y por qué quieres dejar la relación. Respeta también la libertad de la otra persona para irse si desea seguir su camino a solas o con otras personas.
Coral Herrera Gómez
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Cómo cuidarte cuando estás enamorada
Publicado por
Coral Herrera Gómez
6 de agosto de 2019
Cómo cuidarte y cuidar a tu ex cuando te separas
Cuando llega la separación en una relación de pareja, hay que cuidarse mucho y cuidar a la otra persona. Al dejar de amar a alguien, no dejamos de quererlo y de preocuparnos por su bienestar y su salud. Algunos tips para quererse bien mientras nos separamos:
Cuando llega el
desamor y una relación se acaba, ayuda mucho todo el trabajo que estamos haciendo desde el feminismo con las emociones y el auto-cuidado. Esas mismas herramientas pueden ayudarnos mucho a separarnos con
amor, y a cuidarnos mucho a nosotras mismas: podemos construir una ética amorosa que nos permita
romper nuestras relaciones intentando no empezar una guerra, no sufrir, y no
hacer daño a la otra persona.
Una de las claves
para cuidarnos cuando nos separamos es ser valiente y honesta/o. Hay que hablar mucho sobre
cómo nos sentimos. El primer paso es sentarse a hablar con una misma y decirse
en voz alta lo que está pasando: "me estoy desenamorando, ya no siento lo
mismo de antes, ya no quiero seguir con él/ella".
Aceptar es una de
las claves para poder separarnos bien: hay que ser muy realista, muy humilde y
muy generosa, y hay que trabajarse mucho el Ego. La aceptación con
respecto a una separación llega cuando somos realistas y asumimos que se acabó
la historia. Con la aceptación empieza el duelo, y desde ahí nos es más fácil ser
generosas y dejar marchar a la otra
persona de nuestro lado.
Es maravilloso cuando podemos llegar a desear a nuestro ex lo mejor en la nueva etapa que comienza: se abre ante nosotras un nuevo horizonte, una nueva vida con nuevos afectos y con nuevas experiencias y aprendizajes. Es fascinante que ambos podamos dejar el pasado atrás, vivir varias vidas, y tenernos para siempre en el recuerdo.
Es maravilloso cuando podemos llegar a desear a nuestro ex lo mejor en la nueva etapa que comienza: se abre ante nosotras un nuevo horizonte, una nueva vida con nuevos afectos y con nuevas experiencias y aprendizajes. Es fascinante que ambos podamos dejar el pasado atrás, vivir varias vidas, y tenernos para siempre en el recuerdo.
Aceptar que ya no
estamos enamoradas no es nada fácil.
Aceptar que ya no
nos quieren es también muy difícil, y muchas nos resistimos con uñas y dientes, pensando que lo último que se pierde es la esperanza.
Cuanto más nos resistimos, más duele el desamor. Algunas recurrimos al auto-engaño (volverá, esto es un mal sueño, en el fondo me ama, se dará cuenta de lo equivocado que está), y nos aferramos a un clavo ardiendo. Inevitablemente soñamos con el milagro romántico, el final feliz que vemos en las películas, ese momento en el que sucede algo mágico, y por fin él se da cuenta de lo maravillosa que es ella, lo ciego que estaba, y lo mucho que la ama.
Cuanto más nos resistimos, más duele el desamor. Algunas recurrimos al auto-engaño (volverá, esto es un mal sueño, en el fondo me ama, se dará cuenta de lo equivocado que está), y nos aferramos a un clavo ardiendo. Inevitablemente soñamos con el milagro romántico, el final feliz que vemos en las películas, ese momento en el que sucede algo mágico, y por fin él se da cuenta de lo maravillosa que es ella, lo ciego que estaba, y lo mucho que la ama.
Una vez que dejas
de soñar con el milagro (cuando la otra persona te deja claro que ya no quiere seguir y no hay vuelta atrás, y cuando por fin escuchas lo que te están diciendo), aceptas lo que te está pasando. Viene el segundo paso, que
es mucho más difícil todavía: decirle al otro/a cómo te sientes. Cuesta mucho,
porque si es la otra persona la que se quiere ir, sabes que lo vas a pasar mal. Pero si eres tú la que quieres deshacer el lazo que os une, no quieres hacerle daño, te sientes una traidora, y te come la
culpabilidad: prometiste que le querrías y le amarías para siempre. Estás
fallando, estás demostrando que no puedes cumplir una promesa, y no sabes ni
por qué te está pasando.
Cuanto más tiempo
tardamos en sentarnos a hablar con la pareja, peor. Cuando llega el
desenamoramiento nuestro comportamiento cambia, y las vibraciones cambian:
nuestra infelicidad, nuestra culpabilidad, y nuestra desgana se palpa en el
ambiente. La otra persona se empieza a dar cuenta y empiezan las preguntas, las
excusas, las sospechas, las mentiras, la confusión y la incertidumbre, los
miedos, los reproches, las peleas, el victimismo, las posiciones defensivas,
los ataques para provocar reacción, las
llamadas de atención (trágicas o agresivas), las luchas de poder y las
guerras... que aceleran el desamor y nos hacen sufrir mucho.
Tardamos tanto en
dar el paso porque no nos han enseñado a separarnos bien, a cerrar las historias
con cariño. Creemos que cuando llega el momento de separarse, toca vivir una
escena dramática llena de insultos, reproches, reclamos, amenazas, chantajes y
cosas que se dicen en momentos de dolor para hacer daño a la otra persona. La mayor parte de las veces iniciamos una guerra por inercia, creyendo que lo normal es odiar a aquel o aquella que ya no te ama.
Si sigue pasando el tiempo y no te has sincerado, te sientes todavía más culpable y te comen los miedos, los remordimientos y las angustias, que al principio son sólo tuyas, y después son compartidas. Cuanto más disimulas, peor te sientes, y si tu pareja te pide que
seas sincera y no lo eres, entonces es el infierno: cuando te dan oportunidades
para que rompas la relación y no las aprovechas te sientes terriblemente.
Hay gente que
lleva su cobardía al extremo y se lo monta muy mal: por ejemplo aquellos que eligen portarse mal con su pareja para que sea la otra persona la que de el paso y
rompa la relación. Es común en los hombres porque tienen más dificultades para
decir lo que sienten, y porque generalmente las mujeres depositan en ellos la
responsabilidad de velar por su bienestar y su felicidad. Para eso está el
amor: a las chicas nos enseñan que ellos son los salvadores y los solucionadores de problemas, y que sin
un hombre no podemos ser felices. Entonces a ellos les cuesta más romper porque
se sienten culpables o porque les da pereza. Así que eligen este camino que
parece más fácil, y que sin embargo, tiene el efecto contrario.
Portarse mal con
tu compañera no sirve para que te deje y sufra menos, sino más: las mujeres fuimos
educadas para aguantar malos tratos, indiferencia, y para sufrir todo el tiempo
"por amor": en todas las películas nos dicen que cuanto más sufres,
más grande será la recompensa. Es el masoquismo romántico el que nos mantiene
en relaciones tóxicas, dañinas, y basadas en la dependencia emocional.
Portarte mal para
que te dejen es una opción que atenta contra la ética del amor: es una tortura
para la persona a la que quieres. No le dices lo que pasa, no le das
información para que pueda tomar sus decisiones, le dejas con esa duda que
genera esperanza y desesperanza: es una forma de maltrato, y duele mucho.
También duele separarse y caer en el circulo vicioso de separación-reconciliación que hace tan intensas las relaciones. Es peligroso meterse en este círculo porque nos lleva a hacernos mucho daño, a sufrir mucho, y a convertirlo en una relación tóxica. Cuanto más alargamos la separación definitiva, más duele: hay que cortar por lo sano y tratar de empezar cuanto antes el contacto cero para desengancharse.
También duele separarse y caer en el circulo vicioso de separación-reconciliación que hace tan intensas las relaciones. Es peligroso meterse en este círculo porque nos lleva a hacernos mucho daño, a sufrir mucho, y a convertirlo en una relación tóxica. Cuanto más alargamos la separación definitiva, más duele: hay que cortar por lo sano y tratar de empezar cuanto antes el contacto cero para desengancharse.
Hay parejas que
logran separarse unidas, y viven juntos el proceso antes del contacto cero. Conversan mucho sobre lo que sienten y sobre los pactos que quieren hacer para sobrellevar la
separación de la mejor manera posible, para hacer el proceso más fácil, para
respetar los tiempos de cada uno, para repartirse los bienes comunes, para
compartir la crianza y educación si tienen hijos en común, para ir hablando sobre
la manera en que va cambiando nuestra relación y la mejor manera de ir separando
nuestros caminos.
Se sufre mucho
menos cuando te portas bien, y cuando sientes que la otra persona se está
portando bien contigo y te está cuidando. Aunque ya no te ame, aunque ya no la ames.
Lo importante es cuidarse mutuamente, portarse bien, y que se porten bien contigo.
Lo importante es cuidarse mutuamente, portarse bien, y que se porten bien contigo.
Este es el escenario ideal, pero otras veces ocurre que hay tanto
dolor cuando nos separamos, que la comunicación es imposible. Entonces es mejor
desconectar del todo, y gestionar la separación por separado, con ayuda de
nuestra gente querida que se ofrezca para ejercer de mediadora, o de
profesionales que nos ayuden a negociar. Lo más importante, es mantener el contacto
cero para vivir el duelo, calmar los ánimos, y empezar a cerrar las heridas abiertas que duelen porque están en carne viva.
Cuando hay muchas
emociones fuertes de por medio que nos impiden sentarnos a hablar con respeto y cariño, es mejor cortar la relación de raíz, dejar que se calmen las emociones, tomarse un descanso emocional, desintoxicarnos y desengancharnos
del amor romántico. En el proceso, hay que cuidarse mucho y vivir el duelo en
las mejores compañías pensando que todo pasa, todo cambia, y nada permanece, ni
el dolor más intenso del mundo.
A veces es sólo
cuestión de desengancharse de la droga del amor, hacerse un detox, tomarse un descanso, y aliarse con el paso del tiempo, que va cicatrizando todas nuestras
heridas y nos permite construir nuevas relaciones y nuevos afectos. También es
cuestión de cuidarse y trabajarse todo aquello que haya que trabajarse por dentro para pasar el duelo de la mejor manera posible.
Al separarte lo normal es que sientas empatía y te preocupes por el sufrimiento del otro, pero sobre
todo hay que preocuparse y ocuparse en el de una misma: es fundamental que nos
cuidemos mucho durante todo el proceso, tanto la salud física como la salud
mental y emocional. Es el momento de rodearte de tu gente querida, pedir ayuda
y calorcito, y tener espacio para conversar largamente y llorar las penas. Después,
toca levantarse y empezar una nueva etapa en tu vida.
Necesitamos
trabajarnos mucho y hablar mucho para aprender a despedirnos con cariño, sin rencor, sin odio,
sin miedos, sin egoísmo y sin deseos de venganza. Para poder negociar sin pelearnos, es fundamental:
- que seamos generosos,
- que sostengamos una posición ética basada en los buenos tratos,
- que no seamos ambiguos y no levantemos falsas esperanzas,
- que seamos honestos
- que hablemos mucho sobre lo que nos está pasando,
- que cuidemos mucho nuestras palabras y nuestros actos,
- que usemos el sentido común,
- que respetemos mucho a la otra persona
- que no alarguemos el proceso,
y que podamos cuidarnos mutuamente si se dan las condiciones, durante el tiempo que dure el proceso de separación.
- que seamos generosos,
- que sostengamos una posición ética basada en los buenos tratos,
- que no seamos ambiguos y no levantemos falsas esperanzas,
- que seamos honestos
- que hablemos mucho sobre lo que nos está pasando,
- que cuidemos mucho nuestras palabras y nuestros actos,
- que usemos el sentido común,
- que respetemos mucho a la otra persona
- que no alarguemos el proceso,
y que podamos cuidarnos mutuamente si se dan las condiciones, durante el tiempo que dure el proceso de separación.
Coral Herrera Gómez
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Coral Herrera Gómez
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