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30 de diciembre de 2019

Los celos en el Laboratorio del Amor





Tengo el placer de anunciaros que se abren 15 plazas para entrar en la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del Amor. Este mes vamos a trabajar a fondo en el tema de los celos, tenéis toda la info y el botón de inscripción en mi web:

26 de diciembre de 2019

No has tenido mala suerte en el amor

La mala suerte en el amor la tenemos todas. Porque somos demasiadas intentando vivir historias de amor lindas y preguntándonos por qué no lo logramos. Pues bien, no funciona porque vivimos en un mundo muy desigual, violento y machista. Y así no se puede querer bien.



25 de diciembre de 2019

Es solo sexo



Cuando decimos que “solo” tenemos sexo con alguien es para dejar claro a ese alguien y a los demás que esa persona no es importante para nosotros. Es toda una declaración de intenciones para que él o ella sepa que no sentimos nada bonito o especial, ni lo vamos a sentir.

De alguna manera estamos avisando de que es una relación sin importancia que no va a crecer, ni tampoco va a durar, de que nuestras vidas no se van a ver en absoluto afectadas. Porque no es una relación, es “solo sexo”.

Nos han hecho creer que el sexo es algo sucio que podemos hacer con cualquiera y que el amor en cambio es algo hermoso que solo se hace con gente especial. Por eso decimos que una relación es “solo sexo” cuando queremos dejar claro que algo es nada.

Mi nuevo post en la revista Mente Sana. 

20 de diciembre de 2019

No sólo en las calles hay que luchar

Uno de los mayores actos de rebeldía feminista es no dejar que te traten mal, y no sufrir "por amor". Lo político es personal también: estamos luchando para acabar con la violencia machista en las calles, pero la mayor victoria está en los cambios que hacemos para estar bien y para disfrutar de la vida. Por eso cada vez que una de nosotras deja una relación en la que no se siente bienquerida ni cuidada, no sólo te liberas tú, sino que nos liberamos todas. 

Es la mejor forma de aplicar el feminismo a tu vida personal: salir de relaciones que te hacen sufrir. Y para eso nos estamos apoyando las unas a las otras, para que siempre que tengamos la tentación de aguantar o soportar estupideces, podamos rebelarnos y decir: no quiero que ninguna mujer sufra, yo soy una mujer y tampoco quiero sufrir. 

El feminismo nos ayuda a tener siempre presente que las mujeres tenemos derecho a disfrutar, y a vivir una vida libre de sufrimiento y de violencia. Nosotras también tenemos ese derecho, cada una de nosotras. Por eso lo personal es político, y lo político es personal, por eso no sólo en las calles hay que luchar 

#MujeresQueYaNoSufrenPorAmor #SiTeLiberasTúNosLiberamosTodas

19 de diciembre de 2019

Asambleas para el amor






Cómo acabar con las luchas de poder en la pareja

En todas las relaciones humanas hay luchas de poder, y todos queremos ganar todas y cada una de las batallas que libramos contra los demás. Cada cual tenemos nuestros intereses, nuestras necesidades y nuestros deseos, y establecemos nuestras propias estrategias para conseguirlo: nos posicionamos como dominadores o dominadas, y desde ahí manipulamos nuestra realidad y a los demás para lograr lo que necesitamos.

En estas condiciones, relacionarse en pareja es complicado, porque estamos más acostumbrados a hacer la guerra que a amarnos, y se nos da mejor luchar que cooperar. La pareja requiere un enorme trabajo en equipo, mucha complicidad, generosidad, solidaridad, sinceridad, honestidad, y mucha comunicación. Y no es fácil relacionarse desde el compañerismo en una sociedad patriarcal y machista en la que las mujeres estamos por debajo de los hombres en la jerarquía social.

Tenemos que trabajar mucho los patriarcados que nos habitan para poder construir relaciones igualitarias basadas en el respeto, la ternura, el trabajo en equipo, la honestidad, la  comunicación amorosa, y la igualdad. Aquí algunas de las cosas que podemos hacer para acabar con las luchas de poder en la pareja:

-          El amor no es una guerra: no conviertas a tus amantes en enemigos de los que hay que defenderse y a los que hay que ganar como sea. Disfruta del amor como un espacio de placer y compañerismo, en el que puedas ser tu misma y en el que ambos podáis construir una historia de amor hermosa, libre de abusos y violencia.

-          Identificar y trabajar los patrones de relación del romanticismo patriarcal.  Comportamientos que parecen “normales” o “naturales” cuando estamos en pareja como la posesividad, los celos, el control sobre la pareja, son esquemas de relación patriarcales basados en la dominación y la sumisión, y son a menudo violentos. Sin embargo, no reconocemos como violencia nuestra forma de imponernos sobre el otro, ni los insultos, los chantajes, las amenazas, el victimismo, los castigos, el engaño y las mentiras. Y es que nos han hecho creer que la violencia pasional es amor, y que cuanto más pasión hay, más sufrimiento se genera en la pareja, y por lo tanto, más amor hay. Sin embargo, ya sabemos que no hay por qué sufrir y pasarlo mal: el amor es una de las experiencias más hermosas de la vida y hay que disfrutarlo.

-          Disidencia: hay que desobedecer todos los mandatos de género que convierten a las mujeres en sirvientas de los hombres. Hay que acabar con el trabajo gratis de las mujeres, y repartir los cuidados, la crianza y las tareas domésticas entre ambos miembros de la pareja. Actualmente ellos siguen gozando de tres horas más al día de tiempo libre mientras nosotras hacemos doble y triple jornada. No nacimos para ser sirvientas, ni para criadas: para podernos relacionar en igualdad es fundamental relacionarnos en horizontal, romper con los roles y las tradiciones, y repartir las tareas en igualdad de condiciones.

-          Autocrítica. Los hombres tienen que trabajar su masculinidad en profundidad, para liberarse del machismo. Acostumbrados a relacionarse desde la competitividad, tienen que desaprenderlo todo para poder aprender a relacionarse en horizontal dentro de la pareja. Tienen que trabajarse el compañerismo con las mujeres, aprender a expresar lo que sienten y lo que quieren, y aprender a pactar con honestidad. Nosotras también tenemos que trabajarnos lo nuestro: los cambios son individuales, y también colectivos.

-          Trabaja tu Ego: el Ego siempre quiere dominar, imponer sus normas, saciar su deseo, recibir aplausos y reconocimiento de los demás, despertar su admiración y envidia, manipular su realidad y a la gente con la que se relaciona. El Ego necesita ganar, le gusta que le obedezcan, le gusta que los demás se sometan, necesita sentir siempre que tiene el poder y el control. Hay que trabajarlo mucho para que no estropee nuestras relaciones: cuanto más egoístas y egocéntricos somos, peor funcionamos en pareja.

-          Aprende a decir que no si eres la persona que siempre cede. Te sentirás mucho mejor si eres capaz de decir asertivamente porqué no quieres hacer algo, o porqué no estás de acuerdo en algo, o porque hay cosas que te hacen sentir mal.

-          Aprende a ceder si estás acostumbrado a imponer tu voluntad. Aprende a ser humilde y generoso: no tienes porqué ganar todas las batallas. No es importante ser siempre el ganador. Se aprende mucho cuando no se consigue todo lo que uno quiere: aprovecha para aprender a elaborar pactos que os beneficien a ambos, o que, al menos, no os perjudiquen a ninguno.

-          Líneas rojas: la mayor parte de las cosas son negociables, pero hay unas pocas que son innegociables. Cada cual tiene sus líneas rojas, es importante tenerlas claras y respetarlas, las propias y las de la otra persona. Si las líneas rojas chocan frontalmente, es mejor no seguir con la relación: ninguno de los dos tenéis por qué ceder en cosas que consideráis imprescindibles en vuestras vidas.

-          Aprende a practicar la comunicación amorosa: escucha a tu compañero o compañera, expresa tus sentimientos sin hacer daño a nadie, sé sincera o sincero con la otra persona, explica qué quieres sin adoptar un estilo agresivo ni victimista. Tenemos que aprender a conversar, negociar, ceder, pactar, repartir tareas y asumir responsabilidades igualitariamente.

-          Cuando aparezca el conflicto, evitar el drama y la violencia: aún estando enfadados o dolidos, podemos tratarnos bien, hablarnos con respeto, alejarnos con cuidado, o sentarnos a hablar si ya nos sentimos preparados para tener una conversación profunda. Sin insultos, sin reproches, sin comentarios humillantes o despreciativos, sin malos tratos.

-          Usa tu sentido del humor y tu creatividad cuando estéis en una lucha de poder. Es todo mucho más fácil cuando nos podemos reír ambos de la situación, y de nosotros mismos. Entre risas es más fácil ponerse a buscar soluciones que nos ayuden a salir del conflicto sin que ninguno de los dos se sienta perdedor, es más fácil relativizar y restarle importancia al conflicto, y nos dispone mejor a ambos para negociar lo mejor para los dos.



Coral Herrera Gómez   


www.cuerpomente.com/blogs/coral-herrera/hablar-sobre-amor-ayuda-a-tomar-decisiones-hablar-sobre-amor-para-tomar-decisiones

29 de noviembre de 2019

Desconexión total para desengancharte del amor

Lo mejor para desengancharse de la droga del amor es no volver a probarla. Para separarse de tu pareja lo mejor es la desconexión total en la vida real y la vida virtual. Cero contacto.

Mi nuevo post en la revista Mente Sana.

24 de noviembre de 2019

También hay maltrato sin golpes




Para aprender a identificar la violencia machista es importante entender que también hay maltrato sin golpes ni violencia física. Si tu pareja te dice constantemente que no te quiere, si habla mal de ti a los demás, si te obliga a asumir toda la carga doméstica y de cuidados, si se ríe de ti o te ridiculiza, si pretende que le obedezcas, si te hace sentir fea, si intenta aislarte de tu gente querida, si te humilla, si te vigila, si se niega a usar condón, si te presiona para tener relaciones sexuales cuando no te apetece, si controla tu dinero, si no respeta tu privacidad, si te obliga a pagar sus deudas, si te obliga a pedirle permiso cuando quieres hacer cualquier cosa, si controla tu vestuario, si te es infiel y te miente constantemente, si te contagia con enfermedades de transmisión sexual, si pretende que te quedes embarazada cuando tú no deseas ser madre, si se cree que eres su sirvienta, si te chantajea emocionalmente, si no confía en ti y te vigila y te cela, es violencia machista.


5 de noviembre de 2019

#1 Trampas del romanticismo patriarcal




Cuando él hace como que se compromete pero sigue de fiesta: una de las trampas que nos pone el romanticismo patriarcal es hacernos creer que tu novio se va a convertir en un buen compañero de vida y en un papá comprometido. La sorpresa viene cuando él sigue de fiesta sin ti, huye agobiado y tú te quedas en casa sola, criando sola, asumiendo toda la carga doméstica y de cuidados, cabreada y frustrada porque en el noviazgo te trató como a una compañera, montasteis el nidito de amor, luego te pidió hijos, y después decidió seguir su vida como si nada.

Ante esta situación tenemos tres opciones: o buscar una mamá sustituta para poder seguir la fiesta con él, o separarte de él, o seguir con él, eternamente cabreada porque él es un ser libre con criada a su servicio, y tú te ves atada a la enorme responsabilidad de tener una familia, con doble jornada laboral y sin apenas tiempo libre.

Para muchas mujeres el matrimonio y la maternidad son una cárcel, pero nos lo venden como una utopía igualitaria, aunque son muchos los hombres que jamás forman equipo ni tratan a las mujeres como compañeras. Trampas del patriarcado moderno que nos hace creer que el amor es compartir una vida en común con un hombre que nos tratará como a iguales.

No hay más que echar un vistazo a las estadísticas de uso del tiempo libre en las que se ve la enorme diferencia que existe entre hombres y mujeres. #TrampasDelAmorRomántico

6 de septiembre de 2019

¿Para qué sirve la autocrítica amorosa?




La autocrítica amorosa es maravillosa para la salud mental y emocional, y sirve para muchas cosas:

          - Para conocerte mejor a ti misma y aceptarte tal y como eres
          - Para tomar conciencia de lo que tienes que trabajarte para ser mejor persona
          - Para ser plenamente responsable de tu bienestar y tu felicidad
          - Para ser más libre y autónoma
          - Para identificar qué necesitas para estar bien
          - Para trabajarte todo aquello que te hace sufrir y hace sufrir a los demás
          - Para trabajarte todo aquello que crees que puedes mejorar en ti
          - Para saber qué quieres, qué deseas, y qué necesitas
          - Para divertirte más contigo misma
          - Para cuidarte más
          - Para poder cuidar más a tus seres queridos
          - Para escucharte con amor y plena atención
          - Para aprender a comunicarte contigo misma
          - Para ser más humilde
          - Para ayudarte a ti misma y construir tu autoestima
          - Para aprender a tratarte bien, y para tratar bien a los demás
          - Para evitar el autoengaño y el autoboicot
          - Para evitar la dependencia emocional
          - Para construir relaciones sanas y libres
          - Para trabajar los patriarcados que te habitan desde la infancia
          - Para parar la guerra contra ti misma
          - Para sanarte y curar viejas heridas
          - Para dialogar, llegar a acuerdos y pactar contigo misma,
          - Para aprender a respetar los pactos que estableces contigo misma
          - Para elaborar planes y estrategias que te permitan poner en práctica la teoría
          - Para fabricar las herramientas que necesitas para llevar la utopía a la realidad
          - Para ser la escritora de tu propia historia de vida
          - Para liberarte de tus miedos e inseguridades
          - Para mantener el ego a raya
          - Para aprender a hablarte con más ternura
          - Para ser más paciente y comprensiva contigo misma
          - Para ser más sincera y empática contigo misma
          - Para aprender a gestionar tus emociones y que no hagan daño a nadie
          - Para sentirte acompañada en la vida incluso cuando estás sola
          - Para centrarte en tus proyectos
          - Para empoderarte y empoderar a tus compañeras
          - Para aprender a valorar tu red de afectos
          - Para poder llegar al fondo y a la raíz de todo
          - Para ampliar tus pasiones y el gusto por la vida
          - Para ser honesta contigo misma y con las demás personas 
          Para disfrutar más de tu compañía
          - Para tomar conciencia de la gente que te quiere y te cuida
          - Para felicitarte por tus pequeños y grandes avances en el trabajo personal
          - Para animarte a ti misma en las recaídas y los retrocesos
          - Para volver a identificar qué tienes que trabajarte para estar bien 
          - Para crecer, para aprender de ti misma, y para hacerte más sabia,
          - Para conectar de nuevo con tu niña interior.
          - Para ponerte siempre de tu lado
          - Para mantener a raya los miedos y las inseguridades
          - Para hacerte la vida más fácil y más bonita, 
          - Para hacer la vida de los demás más fácil y bonita
          - Para dejar atrás el pasado y mirar al futuro con ilusión.
          - Para saborear tu presente.
          - Para aprender a usar tu poder sin hacer daño a nadie
          - Para sentirte orgullosa de ti misma
          - Para disfrutar más del sexo y del amor
          - Para desmitificar el amor romántico y ser más realista
          - Para disfrutar más de todas tus relaciones sexuales, afectivas y familiares
          - Para ser valiente y atreverte a todo
          - Para que no permitas que nadie te haga daño
          - Para distinguir lo que es importante y lo que no
          - Para sufrir menos, y disfrutar más 
          - Para tomar conciencia de que tienes derecho a vivir una buena vida
          - Para utilizar el sentido común y para tomar buenas decisiones
          - Para dejar de poner en el centro de tu vida la pareja romántica
          - Para apostar por tus sueños, y tus proyectos sin miedo. 
                  O con miedo, pero apostar.
         - Para comprometerte contigo misma al cien por cien: con tu relación contigo misma,                 con tu auto cuidado, con tu crecimiento, con tu salud mental y emocional, con tu felicidad.


La autocrítica amorosa es el método con el que me trabajo los patriarcados que me habitan, el amor romántico, mis relaciones afectivas, y todo aquello que necesito trabajar para ser mejor persona.

También trabajo la autocrítica amorosa en buenas compañías con las mujeres del Laboratorio del Amor. Nos hacemos muchas preguntas, nos brindamos consejos, nos escuchamos y nos acompañamos, cuestionamos y desmontamos el amor romántico, aprendemos a querernos a nosotras mismas, nos responsabilizamos y nos comprometemos con nuestro bienestar, y nos rebelamos juntas. 

Es mucho más fácil en grupo que a solas: trabajar con más mujeres nos ayuda a entender que nuestros problemas no son personales, son colectivos. En estos años que hemos pasado juntas hemos empezado a florecer: recoger los frutos que va dando este trabajo es una de las cosas más hermosas del mundo, porque no sólo cambiamos nosotras para sufrir menos y disfrutar más del amor. Estamos cambiando todas. 

Cuando una se libera, nos liberamos todas. 

El cambio individual va transformando poco a poco el mundo en el que vivimos. Cada vez somos más mujeres comprometidas con nuestro trabajo personal para vivir mejor y que los demás vivan mejor.

Comprometidas con el auto-cuidado, con nuestro derecho al placer, a disfrutar del sexo y del amor, y el derecho a tener una buena vida libre de sufrimiento. 

Si quieres saber más sobre la autocrítica amorosa y el trabajo que hacemos en el Laboratorio del Amor, y si quieres unirte a nosotras, haz click aquí


Coral Herrera Gómez


17 de agosto de 2019

Próximos talleres en Costa Rica y en España

el 1 de noviembre en Sevilla, España

el 31 de agosto en Amarú, San José de Costa Rica

En Costa Rica imparto un taller en Amarú, el 31 de Agosto, 

y en España en Sala Mera, en Sevilla, el 1 de Noviembre.  


15 de agosto de 2019

Manual de ética amorosa para ligar en Tinder y otras redes sociales



Articulo publicado en eldiario.es:

-Todas las relaciones son amorosas, sean románticas o no, sean sexuales o no, sean reales o virtuales. Partiendo de esta base, los cuidados deben ponerse siempre en el centro: el cuidado a una misma, el cuidado a las personas con las que te relacionas.

- La base del cuidado es la sinceridad y la honestidad. Cuenta lo que estás buscando: relaciones basadas en el placer sexual o un romance en toda regla, si estás abierto o no para tener una relación sentimental, o varias, si eres monógamo o poliamoroso, si tienes pareja o estás soltero, si te apetece vivir una historia de amor alucinante, o sólo pasar ratos lindos y divertidos.

- No confundas a la otra persona: sé claro y utiliza tu asertividad. Si quieres quedar, dilo. Si no quieres quedar, dilo también. Hay que ser claro y transparente, no marear a la gente con tu indecisión.

- Trata bien a las mujeres y a los hombres con los que te relaciones. No importa si los vas a ver sólo una noche, o si os vais a ver cien noches. No importa si sólo os une el placer sexual, o si también estáis conectados emocionalmente: lo único que importa es el buen trato.

- Cuando alguien quiere ligar contigo y a ti no te gusta, que no se te olvide el buen trato. En lugar de pasar de alguien y bloquearle, hay que explicar con sinceridad cómo te sientes, y contar que no quieres hablar más, que deseas cerrar la relación, o que no quieres empezar ninguna.

- Cuando quedes con una persona en algún sitio, mejor que sea público, como una plaza, una cafetería, un centro social, un centro cultural, un bar o un restaurante, un teatro, un cine, un museo, una discoteca, un parque. A las mujeres nos conviene quedar en espacios seguros y llenos de gente. Ya habrá tiempo para buscar espacios más íntimos si os apetece a ambos.

- Misterios, los justos: la otra persona quiere saber quién eres, cómo vives, qué haces en tu tiempo libre, cuales son tus pasiones... en la primera cita todos necesitamos información para saber si nos gusta o no la otra persona, y si hay algún tipo de afinidad.

- El tiempo que estéis juntos, que sea de calidad. Para mostrar interés lo mejor es tener guardado el celular, y escuchar con atención amorosa a la otra persona, sin interrupciones ni vacíos.

- Si la otra persona se va antes de tiempo de la cita, acepta y respeta. Si te vas tú antes, el otro tiene que aceptar y respetar igual.

- Si le propones a la otra persona iros a un lugar más privado y la otra persona te dice que no, es no.

- Si te entran ganas de darle un beso a la otra persona, es importante que tengas señales muy claras sobre su nivel de receptividad. Si no sabes si la otra persona quiere, díselo con una sonrisa: "me encantaría darte un beso", o pregunta: "¿puedo darte un beso?" Si te dice no, es no.

- Estáis en el sofá y os estáis dando besos, pero cuando la cosa se pone más intensa, ella te dice que no quiere más, y entonces tienes que volver a recordarlo: "No es no". Incluso aunque estéis desnudos, o en mitad del acto sexual. No, es siempre no.

- Si vais más allá de la primera cita y estás viendo a otras personas en la misma red social, o en otras redes, hay que contarlo con naturalidad: estamos todos en lo mismo, buscando gente que nos guste, probando, y explorando. Mentir sólo sirve para crear relaciones de desconfianza que aumentan las inseguridades que llevamos todos encima, los celos y otros asuntos poco placenteros.

- No finjas orgasmos para no herir el frágil Ego del otro. Hay que hablar de sexo y crear el espacio de confianza para que podamos contar lo que nos gusta y lo que no, para compartir nuestras fantasías y nuestras apetencias, para elaborar pactos a la hora de compartir placeres de manera que ambos os sintáis a gusto.

- Hay que hablar de anticonceptivos desde la primera cita: ¿cómo vamos a evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual?, ¿cómo vamos a cuidar nuestra salud y la del otro? No le pidas a nadie que haga el amor sin protección: a las mujeres nos baja la libido cuando los hombres se niegan a usar barreras.

- También hay que pactar la frecuencia del contacto virtual y de las citas presenciales: hay gente que necesita mucha comunicación y pasa el día pegada al teléfono, hay gente que sólo se sienta una vez al día a contestar mensajes, hay gente que no usa redes sociales ni Internet... hay gente que le encanta chatear, y gente que no. Hay que sentarse a explicar qué desea cada cual, qué necesita o qué le apetece, es ideal para poder establecer el ritmo de la comunicación. Es esencial que ambos os sintáis a gusto con los pactos alcanzados.

- Si aumenta la pasión y necesitas, o la otra persona necesita elaborar pactos de exclusividad y os planteáis una relación monogáma, ojalá haya la confianza y la complicidad necesaria para poder hablar de lo que os apetece, y de cómo os sentís, y de cuándo es el momento de dejar las redes para ligar, sin sentirse obligado ni obligar a la otra persona.

- Si a la otra persona no le apetece lo mismo que a ti, hay que aceptar y hablar mucho para ver si se puede construir una relación en la que ambos estéis a gusto, o si quizás sea mejor no seguir porque ambos queréis cosas diferentes. Lo que no funciona es que uno de los dos renuncie a lo que necesita o lo que quiere, y el otro no. Es cuestión de ir negociando, y si no se llega a ningún punto, no pasa nada. Es bonito intentarlo, y de todo se aprende.

- Cuando estás en una o varias relaciones de Tinder, hay que ir midiendo los niveles de recicprocidad y correspondencia, para ver si uno se enamora demasiado y el otro no, o al revés. Porque cuando tienes claro esto, puedes cuidarte mejor a ti mismo y cuidar a la otra persona, tanto si es la otra persona la que está muy enamorada de ti, como si eres tú el que estás muy enamorado.

- Cierra las historias con elegancia, con cariño, con honestidad. Portaté bien. Que os quede a los dos un bonito recuerdo de la relación, no importa cuánto haya durado. Evita las mentiras, los engaños, los chantajes, los reproches. No desaparezcas, enfrenta la cuestión con respeto y cuidando a la otra persona: se trata sólo de decir cómo te sientes y por qué quieres dejar la relación. Respeta también la libertad de la otra persona para irse si desea seguir su camino a solas o con otras personas.


Coral Herrera Gómez


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Cómo cuidarte cuando estás enamorada

6 de agosto de 2019

Cómo cuidarte y cuidar a tu ex cuando te separas



Cuando llega la separación en una relación de pareja, hay que cuidarse mucho y cuidar a la otra persona. Al dejar de amar a alguien, no dejamos de quererlo y de preocuparnos por su bienestar y su salud. Algunos tips para quererse bien mientras nos separamos:

Cuando llega el desamor y una relación se acaba, ayuda mucho todo el trabajo que estamos haciendo desde el feminismo con las emociones y el auto-cuidado. Esas mismas herramientas pueden ayudarnos mucho a separarnos con amor, y a cuidarnos mucho a nosotras mismas: podemos construir una ética amorosa que nos permita romper nuestras relaciones intentando no empezar una guerra, no sufrir, y no hacer daño a la otra persona.

Una de las claves para cuidarnos cuando nos separamos es ser valiente y honesta/o. Hay que hablar mucho sobre cómo nos sentimos. El primer paso es sentarse a hablar con una misma y decirse en voz alta lo que está pasando: "me estoy desenamorando, ya no siento lo mismo de antes, ya no quiero seguir con él/ella".

Aceptar es una de las claves para poder separarnos bien: hay que ser muy realista, muy humilde y muy generosa, y hay que trabajarse mucho el EgoLa aceptación con respecto a una separación llega cuando somos realistas y asumimos que se acabó la historia. Con la aceptación empieza el duelo, y desde ahí nos es más fácil ser generosas y dejar marchar a la otra persona de nuestro lado.

Es maravilloso cuando podemos llegar a desear a nuestro ex lo mejor en la nueva etapa que comienza: se abre ante nosotras un nuevo horizonte, una nueva vida con nuevos afectos y con nuevas experiencias y aprendizajes. Es fascinante que ambos podamos dejar el pasado atrás, vivir varias vidas, y tenernos para siempre en el recuerdo.

Aceptar que ya no estamos enamoradas no es nada fácil.

Aceptar que ya no nos quieren es también muy difícil, y muchas nos resistimos con uñas y dientes, pensando que lo último que se pierde es la esperanza. 

Cuanto más nos resistimos, más duele el desamor. Algunas recurrimos al auto-engaño (volverá, esto es un mal sueño, en el fondo me ama, se dará cuenta de lo equivocado que está), y nos aferramos a un clavo ardiendo. Inevitablemente soñamos con el milagro romántico, el final feliz que vemos en las películas, ese momento en el que sucede algo mágico, y por fin él se da cuenta de lo maravillosa que es ella, lo ciego que estaba, y lo mucho que la ama.

Una vez que dejas de soñar con el milagro (cuando la otra persona te deja claro que ya no quiere seguir y no hay vuelta atrás, y cuando por fin escuchas lo que te están diciendo), aceptas lo que te está pasando. Viene el segundo paso, que es mucho más difícil todavía: decirle al otro/a cómo te sientes. Cuesta mucho, porque si es la otra persona la que se quiere ir, sabes que lo vas a pasar mal. Pero si eres tú la que quieres deshacer el lazo que os une, no quieres hacerle daño, te sientes una traidora, y te come la culpabilidad: prometiste que le querrías y le amarías para siempre. Estás fallando, estás demostrando que no puedes cumplir una promesa, y no sabes ni por qué te está pasando.

Cuanto más tiempo tardamos en sentarnos a hablar con la pareja, peor. Cuando llega el desenamoramiento nuestro comportamiento cambia, y las vibraciones cambian: nuestra infelicidad, nuestra culpabilidad, y nuestra desgana se palpa en el ambiente. La otra persona se empieza a dar cuenta y empiezan las preguntas, las excusas, las sospechas, las mentiras, la confusión y la incertidumbre, los miedos, los reproches, las peleas, el victimismo, las posiciones defensivas, los ataques para provocar reacción, las  llamadas de atención (trágicas o agresivas), las luchas de poder y las guerras... que aceleran el desamor y nos hacen sufrir mucho.

Tardamos tanto en dar el paso porque no nos han enseñado a separarnos bien, a cerrar las historias con cariño. Creemos que cuando llega el momento de separarse, toca vivir una escena dramática llena de insultos, reproches, reclamos, amenazas, chantajes y cosas que se dicen en momentos de dolor para hacer daño a la otra persona. La mayor parte de las veces iniciamos una guerra por inercia, creyendo que lo normal es odiar a aquel o aquella que ya no te ama. 

Si sigue pasando el tiempo y no te has sincerado, te sientes todavía más culpable y te comen los miedos, los remordimientos y las angustias, que al principio son sólo tuyas, y después son compartidas. Cuanto más disimulas, peor te sientes, y si tu pareja te pide que seas sincera y no lo eres, entonces es el infierno: cuando te dan oportunidades para que rompas la relación y no las aprovechas te sientes terriblemente.

Hay gente que lleva su cobardía al extremo y se lo monta muy mal: por ejemplo aquellos que eligen portarse mal con su pareja para que sea la otra persona la que de el paso y rompa la relación. Es común en los hombres porque tienen más dificultades para decir lo que sienten, y porque generalmente las mujeres depositan en ellos la responsabilidad de velar por su bienestar y su felicidad. Para eso está el amor: a las chicas nos enseñan que ellos son los salvadores y los solucionadores de problemas, y que sin un hombre no podemos ser felices. Entonces a ellos les cuesta más romper porque se sienten culpables o porque les da pereza. Así que eligen este camino que parece más fácil, y que sin embargo, tiene el efecto contrario.

Portarse mal con tu compañera no sirve para que te deje y sufra menos, sino más: las mujeres fuimos educadas para aguantar malos tratos, indiferencia, y para sufrir todo el tiempo "por amor": en todas las películas nos dicen que cuanto más sufres, más grande será la recompensa. Es el masoquismo romántico el que nos mantiene en relaciones tóxicas, dañinas, y basadas en la dependencia emocional.

Portarte mal para que te dejen es una opción que atenta contra la ética del amor: es una tortura para la persona a la que quieres. No le dices lo que pasa, no le das información para que pueda tomar sus decisiones, le dejas con esa duda que genera esperanza y desesperanza: es una forma de maltrato, y duele mucho.

También duele separarse y caer en el circulo vicioso de separación-reconciliación que hace tan intensas las relaciones. Es peligroso meterse en este círculo porque nos lleva a hacernos mucho daño, a sufrir mucho, y a convertirlo en una relación tóxica. Cuanto más alargamos la separación definitiva, más duele: hay que cortar por lo sano y tratar de empezar cuanto antes el contacto cero para desengancharse.

Hay parejas que logran separarse unidas, y viven juntos el proceso antes del contacto cero. Conversan mucho sobre lo que sienten y sobre los pactos que quieren hacer para sobrellevar la separación de la mejor manera posible, para hacer el proceso más fácil, para respetar los tiempos de cada uno, para repartirse los bienes comunes, para compartir la crianza y educación si tienen hijos en común, para ir hablando sobre la manera en que va cambiando nuestra relación y la mejor manera de ir separando nuestros caminos.

Se sufre mucho menos cuando te portas bien, y cuando sientes que la otra persona se está portando bien contigo y te está cuidando. Aunque ya no te ame, aunque ya no la ames.

Lo importante es cuidarse mutuamente, portarse bien, y que se porten bien contigo.

Este es el escenario ideal, pero otras veces ocurre que hay tanto dolor cuando nos separamos, que la comunicación es imposible. Entonces es mejor desconectar del todo, y gestionar la separación por separado, con ayuda de nuestra gente querida que se ofrezca para ejercer de mediadora, o de profesionales que nos ayuden a negociar. Lo más importante, es mantener el contacto cero para vivir el duelo, calmar los ánimos, y empezar a cerrar las heridas abiertas que duelen porque están en carne viva.

Cuando hay muchas emociones fuertes de por medio que nos impiden sentarnos a hablar con respeto y cariño, es mejor cortar la relación de raíz, dejar que se calmen las emociones, tomarse un descanso emocional, desintoxicarnos y desengancharnos del amor romántico. En el proceso, hay que cuidarse mucho y vivir el duelo en las mejores compañías pensando que todo pasa, todo cambia, y nada permanece, ni el dolor más intenso del mundo.

A veces es sólo cuestión de desengancharse de la droga del amor, hacerse un detox, tomarse un descanso, y aliarse con el paso del tiempo, que va cicatrizando todas nuestras heridas y nos permite construir nuevas relaciones y nuevos afectos. También es cuestión de cuidarse y trabajarse todo aquello que haya que trabajarse por dentro para pasar el duelo de la mejor manera posible.

Al separarte lo normal es que sientas empatía y te preocupes por el sufrimiento del otro, pero sobre todo hay que preocuparse y ocuparse en el de una misma: es fundamental que nos cuidemos mucho durante todo el proceso, tanto la salud física como la salud mental y emocional. Es el momento de rodearte de tu gente querida, pedir ayuda y calorcito, y tener espacio para conversar largamente y llorar las penas. Después, toca levantarse y empezar una nueva etapa en tu vida.

Necesitamos trabajarnos mucho y hablar mucho para aprender a despedirnos con cariño, sin rencor, sin odio, sin miedos, sin egoísmo y sin deseos de venganza. Para poder negociar sin pelearnos, es fundamental: 

- que seamos generosos, 
- que sostengamos una posición ética basada en los buenos tratos, 
- que no seamos ambiguos y no levantemos falsas esperanzas, 
- que seamos honestos 
- que hablemos mucho sobre lo que nos está pasando, 
- que cuidemos mucho nuestras palabras y nuestros actos, 
- que usemos el sentido común, 
- que respetemos mucho a la otra persona
- que no alarguemos el proceso, 

y que podamos cuidarnos mutuamente si se dan las condiciones, durante el tiempo que dure el proceso de separación. 



Coral Herrera Gómez Blog

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