Sobre el tema de las tetas de Amaral y la Revolución de las Mujeres, contaros que me parece muy buena ocasión para contarle al mundo que España está llena de mujeres esclavas. En mi país hay tres tipos de esclavas: las sexuales, las domésticas y las campesinas.
En pleno siglo XXI, miles de mujeres viven encerradas en campos de concentración donde solo entran y salen hombres a violarlas. Pero no solo tenemos víctimas de la esclavitud sexual, también están las esclavas domésticas, mujeres que trabajan en hogares de ricos, que son en su mayoría inmigrantes sin papeles y sin derechos que solo pueden salir un día a la semana (excepto si a los dueños no les viene bien).
Y por último, las esclavas del campo, que trabajan en pañales bajo los plásticos porque no las dejan salir a orinar, viven en condiciones inhumanas y son violadas en los asentamientos donde viven. Sus dueños son como los de la Edad Media, y aunque un señor de la ONU denunció ante el mundo el horror de la esclavitud en los campos de cultivo de España, años después siguen igual o peor, porque ahora que están organizadas, sufren más represión y violencia.
El mercado de mujeres es un negocio de hombres que se forran explotando a las mujeres, usando su energía, su fuerza de trabajo, sus cuerpos, y los bebés que gestan para otros.
Ellas y sus hijas son el sujeto de la lucha feminista, el epicentro de la Revolución, porque son las que más sufren la explotación y la violencia del capitalismo y el patriarcado. Y no son un colectivo: son cientos, miles de mujeres. Las víctimas de Trata para la esclavitud sexual no pueden organizarse porque viven presas, pero las trabajadoras del hogar y las del campo sí.
No salen en los medios ni encabezan las manifestaciones feministas de las grandes ciudades, pero son ellas las que están haciendo la Revolución en toda España. Son ellas las que están poniendo el cuerpo por la conquista de la libertad y los derechos de todas. Son ellas las mujeres más transgresoras y subversivas, necesitan visibilidad y apoyo del feminismo español, y es su lucha la que debe ponerse en el centro de las políticas de izquierda.
* Para quien quiera saber más sobre la esclavitud sexual, doméstica y laboral de mujeres en España:
Lucha contra la esclavitud en el campo
Lucha contra la esclavitud doméstica
Lucha contra la esclavitud sexual
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