La mayoría de los hombres no nos admiran, solo nos desean. Preguntad y veréis cómo la mayoría no pueden decirte el nombre de las mujeres a la que admiran profundamente. Apenas pueden nombrar a unas pocas astronautas, deportistas, filósofas, investigadoras, pintoras, escultoras, poetas, científicas, médicas, empresarias, defensoras de los derechos humanos, lideresas ecologistas, pacifistas o feministas,, o presidentas de países. Menos aún si están vivas.
No les resulta tan difícil nombrar varias famosas a las que, más que admirar por su trabajo, desean. Y ocurre que no es lo mismo admirar que desear: no es casualidad que sean todas mujeres muy jóvenes, muy bellas y sexys que posan, cantan o salen en la tele. Muchos se sienten más atraídos por su erotismo que por su arte y su talento.
Por eso todos conocen a Marilyn Monroe como una sex symbol, no como una mujer de gran inteligencia con un coeficiente intelectual superior al de Einstein. Y por eso el propio Einstein se atrevió a bromear con Monroe sobre qué pasaría si tuvieran un hijo con la inteligencia de Einstein y la belleza de Monroe, y cómo sería al revés. El pobre no sabía con quién estaba hablando.
La mayoría de los hombres no leen libros escritos por mujeres, ni ven deporte femenino, ni saben nombrar mujeres cientificas vivas e importantes. Si a los niños varones les preguntas qué quieren ser de mayores, ninguno te hablará de mujeres que son un ejemplo a seguir. Es mucho más fácil que una niña te diga que quiere ser como Bill Gates, Mozart, Einstein, el Che, Messi, Mandela, Kubrick, que un niño te diga que quiere ser como Carila Rackete, la capitana del barco que rescata vidas humanas en el Mediterráneo, Berta Cáceres, defensora hondureña de los derechos humanos y de la vida en el planeta, o como Hedy Lamarr, la científica que inventó el WIFI.
Los hombres no tienen figuras femeninas de referencia, los niños tampoco: solo les ofrecemos modelos de hombres importantes. En la televisión apenas salen mujeres que no son "deseables": las mujeres adultas mayores, mujeres obesas, mujeres sabias, mujeres lesbianas, mujeres intelectuales, mujeres con discapacidades, etc están invisibilizadas.
En los libros de texto y de Historia tampoco aparecemos, así que es muy difícil que un varón admire a mujeres importantes, porque nos borran y nos silencian todo el tiempo.
Y también es muy difícil admirar mujeres importantes para las niñas: apenas tienen referencias de mujeres que están trabajando por construir un mundo mejor.
Haced la prueba y preguntad a los hombres que tenéis cerca: ¿cuáles son las mujeres que más te gustan?, ¿y las mujeres importantes que más te inspiran?, ¿cuál es el último libro escrito por una mujer que has leído?, ¿quién es tu directora de cine/deportista/pintora/filósofa/empresaria/política favorita?
Probablemente las únicas mujeres a las que los hombres llegan a admirar son las que les han parido y criado, las que les cuidan o les han cuidado, y a las que han visto trabajar sin descanso y luchando cada día para salir adelante en un mundo dominado por los hombres.
Las mujeres tenemos derecho a ser visibles, a que se reconozca nuestro trabajo, a tener figuras de referencia, a conocer a las mujeres importantes de nuestra cultura, y sus valiosos aportes a la ciencia, a la política, a la economía, a la cultura y a la sociedad.
El mundo está lleno de mujeres admirables.
Coral Herrera Gómez