La palabra amor procede de la raíz amma “madre”, también de aquí deriva “amistad” y está relacionado asimismo con conceptos como el apego, la querencia, el deseo, el cariño, la pasión, la amistad, la búsqueda, el erotismo, la sexualidad, los cuidados y la atención, la intimidad y el compromiso.
A nivel etimológico el amor se relaciona con el deseo: querer procede de quarare, “buscar”. Según José Antonio Marina (1999), la palabra voluntad procede de la raíz indoeuropea wel- “querer”, de donde salieron el francés vouloir, el alemán wollen o el eslavo velja, todos con el mismo significado.
Otra raíz es la de eros, palabra de origen desconocido que designaba el dios del amor y el deseo sexual en la Antigüedad griega. Por último, libido significa también “deseo”. Procede de la raíz indoeuropea leubh-, “amar, desear”, de donde han derivado el inglés love y el alemán lieben.
La palabra Amor también se relaciona etimológicamente con el agrado, el cuidado y con la pertenencia a un grupo: la raíz griega phil, de origen desconocido, no expresaba un sentimiento, sino la pertenencia a un grupo social. Se utilizaba también para las relaciones de hospitalidad; de allí pasó a significar “amigo”.
De esta raíz procede también filtro como “bebedizo para despertar el amor”. Otra familia, dilección, deriva del latín diligere, palabra curiosa que procede del verbo leer, y que designa una elección y estima basada en la reflexión. Implica “cuidado, atención”.
La palabra diligente ha pasado a significar “dispuesto a hacer con prontitud e interés las cosas que tiene que hacer” pero, según Marina (1999), se utilizaba originariamente como la palabra para designar el significado de “amante”.