30 de marzo de 2022

Conferencia Hombres y amor romántico: Coral Herrera en la UMH

 


El día 7 de Abril esuve en la Universidad Miguel Hernández, Alicante, en el ciclo de seminarios organizados por el Observatorio de Masculinidades, hablando de mi libro y de los Hombres que ya no hacen sufrir por amor. 





Si quieres estar al tanto de todas las conferencias y talleres que imparto en este año, entra en este enlace. 



29 de marzo de 2022

Todo lo que podría haber hecho Smith, y no hizo



Tuvo el micrófono y el privilegio de disponer de varios minutos delante de millones de personas, podría haberlo utilizado para explicar por qué duele tanto cuando se hace una broma cruel a alguien que está sufriendo la enfermedad que padece Jada.

Podría haber contado lo mal que lo están pasando ambos, en qué consiste la enfermedad, y como se sintió cuando escuchó la broma de Rock.

Podría haber pedido a Rock que se disculpara y le pidiera perdón a su compañera delante de una audiencia planetaria, y habría quedado como un señor. 

Y todos los que defendéis a Smith lo sabéis: los humanos tenemos muchas herramientas para resolver conflictos y reparar el daño que hace la violencia verbal sin usar la violencia física.

 Y utilizar la excusa de que fue violento por amor es absurda: amor y violencia no pueden ir en una misma frase. Es puro patriarcado.

Si Smith hubiese podido aprender esto en la escuela, si le hubiesen dado estas herramientas en un tallercito de Masculinidades No Violentas, si le hubiesen enseñado a cuidar sus emociones y a usar el poder de la palabra, no tendría que estar ahora pidiendo perdón y agachando la cabeza.

 Y su Óscar no estaría en peligro. 

Y Rock, y los demás hombres podrían haber aprendido una hermosa lección. 

Y el auditorio le habría aplaudido a rabiar. 

 #MasculinidadesNoViolentas #OtrasFormasDeRelacionarse son posibles 

Coral Herrera Gómez

El humor es político: es violencia cuando hace daño


Reírse de una persona por su aspecto físico  para que todo el mundo se ría de ella es violencia. 

Es violencia porque hace daño.

Lo hacemos constantemente, todos los días: nos reímos de las personas gordas, de las bajitas, de las cojas, de las ciegas, de las sordas. Nos reímos de las que sufren deformidades, de las locas, de las que llevan gafas, el pelo afro, el aparato de dientes. 

Nos reímos de las personas que tienen orejas grandes, narices grandes, tetas pequeñas, piernas cortas, y también hacemos chistes humillantes hacia la gente por su color de piel, por su orientación sexual, por la pluma gay, por su edad, por su acento, por sus pecas, por su vida sexual (tanto si es nula como si es diversa y múltiple) 

Nos reímos de las discapacidades físicas y psíquicas de los demás, señalamos al diferente, a la rara, a la anormal. 

Hacemos bromas crueles sobre el aspecto físico de la gente y sobre su forma de ser, de vestir, de caminar o de hablar. 

El humor es político porque lo usamos para señalar a la gente que se desvía de la norma y desobedece los mandatos sociales: es una forma de castigo y de disciplinamiento para el que se atreve a ser él o ella misma. 

Y lo increíble es que lo hacemos sin darnos cuenta, creyendo que las bromas no hieren ni matan. 

Por eso cuando una niña se quita la vida porque no pudo soportarlo, nos preguntamos cómo ha podido pasar algo así. Nuestra salida suele ser culpar a la víctima: era demasiado sensible, no supo defenderse... Recibimos fotos y vídeos de mujeres teniendo relaciones sexuales y las compartimos porque es muy gracioso reírse de su pérdida del honor y prestigio, pero cuando se suicida nos quedamos helados, preguntándonos como algo que parecía divertido, pudo hacer sufrir tanto a alguien.

El humor es político porque perpetúa los estereotipos, los prejuicios, las jerarquías. Y porque cuando se hace desde el privilegio, de arriba hacia abajo, no tiene gracia, y perpetúa la discriminación y la violencia que sufren las personas más vulnerables. 

Nos reímos de ellas en las aulas, en los parques infantiles, en los bares, en las fábricas, en las oficinas, en los espacios deportivos, en los medios de comunicación, en los grupos de amigos, en las redes sociales, y en casa también: el humor es un arma política que marca nuestra posición de poder, y la de la persona o el colectivo de personas de las que nos estamos riendo. 

Usamos el humor para atacar y para humillar, para sentirnos importantes, para que los demás nos respeten, para ganar seguidores. 

Y además podemos defendernos diciendo que nosotros solo queríamos divertir a los demás, pero el humor no es inocente. 

El humor es político porque va cargado de ideología, y por eso puede servir para desmitificar y desenmascarar a los amos del mundo, o puede servir para lo contrario. Puede ser un medio de transformación, o puede servir para que todo siga como está. Podemos usarlo contra los más débiles, o contra los poderosos. 

Creo que por eso, desde que tengo conciencia de que el humor es político, solo me río con la gente que es capaz de reírse de sí misma, y es capaz de hacer que su audiencia pueda reírse de sí misma también. 

Y siento que si me hubiesen enseñado esto en la infancia, no me habría reído de los chistes machistas, racistas, capacitistas, xenófobos, homófobos, gordofóbicos y clasistas que me contaron. 

Y no habría participado en las risas del grupo contra el diferente, ni me habría prestado yo a ser el centro del bullying cuando me tocaba. Porque a todos y a todas nos ha tocado alguna vez aguantar con una sonrisa amarga las bromas crueles y los comentarios humillantes de los demás. Quieres que te trague la tierra o que la otra persona pare ya, pero aguantas porque si no los demás te van a decir que qué poco sentido del humor tienes, que "solo era una broma", y que qué amargada que no aguantas ni un rato. 

Lo mismo si te lanzas a defender a alguien que lo está sufriendo; te expones a que la otra persona la tome contigo y no pare. Es una guerra en la que está en juego tu dignidad y tu posición social: la gente joven vive en ella a diario en los centros educativos. Lo usan para hacerse daño porque entre risas no parece violencia. 

Pero es violencia porque hace daño.

Por eso es tan importante que en las aulas les expliquemos la dimensión política del humor, cómo funciona, para qué lo usamos, y contra quién.

 Si todos y todas tomamos conciencia del uso que hacemos del humor, y de cómo sufrimos y ejercemos violencia a través del humor, podremos usarlo para liberarnos. Y además, podremos aprender a divertirnos sin hacer daño a nadie. 

Es uno de los mayores retos que tenemos por delante si queremos vivir en un mundo mejor: aprender a usar el humor, y dejar de disfrutar haciendo sufrir a la gente y a los animales.

#OtrasFormasDeReírseSonPosibles

#ElHumorEsPolítico

#EsViolenciaPorqueHaceDaño


Coral Herrera Gómez

28 de marzo de 2022

Autonomía, redes y resistencia: retos para el futuro de los Hombres Igualitarios

 



Retos para el futuro de las asociaciones de hombres igualitarios y de su papel en la agenda feminista. Coral Herrera Gómez en la Revista AHIGE Especial 20 Aniversario.


Los hombres igualitarios empezaron leyendo a las grandes autoras de referencia del feminismo y cuando llegaron a las calles, se encontraron entre ellos en espacios y asambleas feministas, empezaron a asistir a talleres y actividades mixtas.

AHIGE es una de las asociaciones de hombres que se atrevió a dar el siguiente paso: empezar a reunirse en espacios propios, empezar a organizarse, a conseguir financiación propia para sus actividades, y a convocar sus propias concentraciones, protestas, y manifestaciones. 

En la segunda década del siglo XXI, los hombres ya están articulando su propia agenda de trabajo y de lucha, apoyando la agenda feminista, y haciéndose cargo de la parte que les toca como hombres.  

Es el futuro del movimiento de hombres y los estudios de masculinidad: fortalecer la autonomía a la vez que se tejen nuevas alianzas con otros colectivos españoles, europeos y de otros países, y redes para avanzar en los objetivos comunes con el feminismo y los demás movimientos.  

Queda mucho trabajo por hacer, pero creo que hay cada vez más hombres comprometidos con la igualdad, y que son cada vez más las mujeres que apoyamos sus luchas. Estos son algunos de los retos que tienen por delante: 


1) El discurso negacionista, misógino y machista de la extrema derecha 

El gran reto que tenemos por delante como sociedad es cuestionar los discursos misóginos de la derecha, que pretenden deslegitimar la lucha feminista y los avances para la igualdad.

La extrema derecha y la derecha, están más fuertes que nunca, gracias al apoyo con el que cuentan dentro del poder judicial y del poder mediático. Su discurso es emocional: pretenden presentar a los hombres como las víctimas del feminismo utilizando el mito de las denuncias falsas. Apelando al miedo y al odio, promueven abiertamente el machismo, el negacionismo y el antifeminismo, 

Su discurso cala en la gente más joven porque les hace creer que son víctimas de un movimiento social que pretende quitarles su estatus, su poder, su posición en la jerarquía social, y que el feminismo es sólo un grupo de mujeres que odian al género masculino y luchan por destruirles. Como consecuencia ha aumentado el número de hombres jóvenes que niegan la violencia machista.


2) La brecha feminista entre hombres y mujeres

En las calles hay cientos de colectivos feministas trabajando en diferentes áreas,… tratando de despatriarcar el mundo, mientras la mayor parte de los hombres asisten como espectadores a la revolución feminista. 

Nosotras estamos formándonos, haciendo discurso, hacemos talleres y cursos, celebramos asambleas y encuentros, hacemos terapia individual y colectiva para trabajarnos los patriarcados, y ya hablamos un lenguaje diferente al de nuestros compañeros. 

Nosotras hablamos de nuestros sentimientos y traumas. Antes lo hacíamos en la intimidad, ahora desde el #MeToo, lo hacemos en redes sociales. Hemos roto el pacto de silencio entre hombres: ahora somos capaces de hablar de lo personal y de lo político, y ponemos el cuerpo, la cara, el nombre y los apellidos. 

Los hombres, mayoritariamente, reaccionan defensivamente: no quieren sentirse culpables, porque no quieren asumirse como responsables. No se sienten incluidos en la lucha feminista, porque no pueden liderarla. Se sienten culpabilizados y muchos, tienen una serie de resistencias que les impide lanzarse a las calles a protestar contra los femicidios y las violaciones sexuales en grupo. 

Ante el aumento de la violencia contra las mujeres, se señala como culpables a las víctimas: eligió un mal compañero, iba vestida provocativa, son unas exageradas,… 

Las cifras no desatan la indignación entre los hombres. La mayoría no se sienten parte de un sistema basado en la masculinidad patriarcal, ni se ven como privilegiados: muchos creen que a medida que las mujeres ganan en derechos, ellos pierden los suyos. 

Las asociaciones de hombres por la igualdad van creciendo y fortaleciéndose en España, pero lo cierto es que la brecha entre hombres y mujeres se va agrandando cada vez más. 

Los hombres aún siguen anclados en el discurso: muchos apoyan el feminismo como teoría, pero aún no tienen herramientas para hacer autocrítica amorosa y plantearse cómo usan sus privilegios, cómo usan su poder, cómo ejercen el patriarcado, cómo lo transmiten a las nuevas generaciones. Estas herramientas no han llegado a la población de una forma masiva. Hacemos talleres y formaciones, congresos sobre masculinidades alternativas, nuevas o disidentes, pero no hemos llegado aún a la calle. 

Y esto es un tema obviamente de comunicación y de pedagogía: el reto es precisamente tratar de ofrecer alternativas a la postura defensiva, tomando responsabilidad y llevando la crítica al modelo patriarcal a sus entornos masculinos y a las calles.

 

3) Referentes de nuevas masculinidades

En nuestra cultura actual apenas hay referencias de masculinidades desobedientes que no se arrodillen frente al patriarcado y no se sometan a la tiranía del género.  Los héroes patriarcales, por contrario,  tienen millones de seguidores que asumen sus planteamientos desde la admiración y la idolatría. 

Sin embargo, la población más joven está buscando su identidad porque ya no le sirven los modelos tradicionales, las calles están llenas de hombres que desafían el orden patriarcal, pero apenas encuentran nuevos modelos de identidad. Tienen que crearlos prácticamente de la nada. 

Todos conocemos gente que no cumple con los mandatos de la masculinidad y la feminidad, y que no sigue los mandatos sociales de cómo relacionarse en estructuras monógamas y heterosexuales, pero lo cierto es que no estamos llegando a ellos.

Todos sabemos, además,  cuáles son los castigos que la sociedad  aplica, a estos hombres, para que se repriman a sí mismos, y a los demás, y se conviertan en “hombres de verdad”.

AHIGE señala en su Filosofía la importancia de crear referentes masculinos desde las disidencias, y creo que aquí está en gran parte la clave del gran reto que tienen los hombres igualitarios y anti-patriarcales, cómo dar a conocer el trabajo que están haciendo, las redes y alianzas de los colectivos y asociaciones de hombres que creen y luchan por la igualdad, para atraer cada vez a más jóvenes, a más hombres que sean imagen y referencia de alternativa y cambio a un modelo social justo, equitativo e igualitario.


4) Lo personal es político: dar la cara, poner el cuerpo 

Creo que una de las claves principales es que los chicos puedan escuchar a hombres que están trabajando sus patriarcados. Hombres que no solo les hablen de lo político, sino que sean capaces también de hablar desde lo personal. Les toca poner el cuerpo, dar la cara, abrir su corazón y compartir sus procesos. Les toca contar las veces que sufrieron e hicieron sufrir, las formas en que se aprovecharon de sus privilegios, la manera en que les aplasta el patriarcado, la forma en que ellos aplastan a los demás y compartan con ellos sus experiencias de liberación, de cómo  han podido deconstruirse a sí mismos y cambiar su forma de relacionarse con los demás desde los principios y valores del feminismo;

La gente joven conecta cuando les hablas desde ti mismo, con tu verdad, con tus fallos y tus aciertos, con tus zonas luminosas y tus zonas oscuras. Así entienden que se trata de un proceso, para ser mejores personas, y para contribuir a la construcción de un mundo libre de sufrimiento, explotación y violencia. 

Los cambios sociales van acompañados de cambios culturales Es obvio que no sólo es preciso, entonces, hacer una revolución educativa, sino también una revolución cultural que baje al macho alfa del pedestal en el que está. Necesitamos otras tramas y otros finales felices para mostrar la diversidad de nuestra realidad. Y necesitamos, sobre todo, referentes reales de hombres diversos y comprometidos con la construcción de un mundo mejor para todas y todos. 

¿Cómo implicar a productores, guionistas, dibujantes, creadores, editores, etc, en esta revolución cultural? 

Hay que pensar nuevos modos de comunicar y de conectar con las audiencias, para que sueñen con otro tipo de personajes, de tramas, de finales, que nos ofrezcan otros valores y otros principios que no sean los del patriarcado más rancio. 

Son las nuevas generaciones las que pueden crear nuevos relatos, nuevas canciones, nuevas historias, libres de mitos y estereotipos de género.

 

5) Sumar fuerzas: más hombres igualitarios 

¿Cómo dar a conocer este movimiento social, y cómo concienciar a la población masculina de la importancia de trabajar las masculinidades para poder acabar con la violencia machista?, ¿cómo ilusionar a la gente joven y expandir el movimiento para transformar el mundo para hacerlo un lugar más habitable, más humano, más igualitario, más pacífico, más amoroso y más justo?, ¿Cómo hacer que los hombres entiendan que la violencia machista es un problema de hombres, como decía Saramago?, ¿cómo hacer para que los hombres se ilusionen con la posibilidad de trabajarse y de liberarse a sí mismos de los mandatos del patriarcado?, ¿cómo enseñar a los más jóvenes el arte de la autocrítica amorosa para que puedan entender los mecanismos del poder y el funcionamiento de la estructura patriarcal?, ¿cómo convencerles de que con la igualdad ganamos todos y todas, y podamos sustituir la explotación por la cooperación?, ¿Cómo contagiar la ilusión?

No es nada fácil, porque el discurso hegemónico lo ocupa todo: 

Creo que una de las claves es que los hombres se sientan protagonistas de su propio proceso de transformación. Como decía Kelley Temple, los hombres, necesitan tomar el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista. Es decir, tener su propia agenda feminista, y tener autonomía como movimiento social. 

Crear las alianzas y el apoyo mutuo entre el movimiento de hombres igualitarios y el de mujeres feministas: para poner en el centro de nuestra agenda los cuidados compartidos. Pero aun tiempo, mantener espacios no mixtos, que podamos trabajar juntos, y por separado. 

Fortalecer y expandir las alianzas con otros movimientos sociales y otros colectivos como el ecologista, el antiespecista, el anticapitalista, el LGBTQ, etc

El papel del Estado para: promover los estudios e investigaciones sobre masculinidad en los entornos académicos, y financiar las iniciativas sociales en los vecindarios y las calles, e incluir el trabajo con varones para la prevención de la violencia machista en sus agendas y en sus políticas públicas. 

Fomento de la formación transversal el feminismo y las masculinidades alternativas, en todas las etapas y los contenidos de la educación formal, (dotando de las herramientas necesarias para, que el alumnado, se conozca mejor a sí mismos/as, para aprender las claves del autocuidado. Desarrollando la autocrítica amorosa y el pensamiento crítico, aprendiendo a resolver sus conflictos y a desarrollar la empatía, la solidaridad, la honestidad, y tomar conciencia de la importancia de la justicia social, la igualdad y la no violencia, superando el modelo patriarcal de relación) 

Crear espacios de seguridad para todos aquellos niños que no siguen la norma patriarcal, evitando el bullying que sufren los que se atreven a romper con los estereotipos. 


6) Comunidades de resistencia y apoyo mutuo entre hombres

Para hacer la revolución, es preciso crear un tejido social que sea el caldo de cultivo para la formación de pequeñas y grandes comunidades de hombres que se trabajan sus patriarcados. 

Necesitamos encontrar espacios de seguridad, crear espacios y comunidades de resistencia y apoyo mutuo que trabajen por la construcción de unas nuevas masculinidades, porque lo cierto es que los hombres igualitarios siguen siendo hombres raros. Por eso es fundamental promover la creación de grupos de hombres donde los disidentes se sientan pertenecientes y no tan solos.

En estas comunidades los hombres podrán relacionarse en una estructura horizontal basada en la cooperación, el compañerismo, los cuidados mutuos, y las redes entre comunidades permitirán ir creando ese tejido social en el que cada vez más hombres se sientan incluidos. Cuanto más participativo sea el proceso para construir una agenda de lucha propia, más hombres se sentirán implicados en el trabajo personal y colectivo, y más comunidades se crearán en torno a este movimiento social.

En la medida en que nos vamos uniendo, vamos adquiriendo más fuerza para organizarnos y construir nuestras alternativas sociales. 

Por eso es fundamental el trabajo de comunicación dentro del movimiento: 

Estar en redes sociales, y aumentar la producción audiovisual 

Necesitamos alianzas con los medios de comunicación para que el mensaje llegue masivamente a la población.

Mostrar historias de hombres que se atreven a compartir sus procesos personales de transformación, Hombres que enseñen las claves del autocuidado y los cuidados hacia los demás, cómo se vence el miedo a las burlas y a la tiranía del qué dirán.


Coral Herrera Gómez


Puedes leer la revista entera y descargarla en este enlace.

Puedes leer más artículos de Coral Herrera sobre Masculinidades en este enlace.


27 de marzo de 2022

Motivos para seguir en pie

 

Ilustración de Cecile Desserle

Motivos para seguir en pie, y para seguir luchando: a veces la vida te pesa toneladas, sientes que no puedes más, nada tiene sentido, todo es oscuridad y la luz al final del túnel parece muy lejana. A veces la distancia entre tus sueños y la realidad es demasiado grande, y el mundo te parece demasiado complicado, la vida demasiado difícil, y no ves la manera de salir hacia delante.

Todos y todas estamos luchando a diario, para dejar el pasado atrás, para sanar las heridas de la infancia, para dejar de sufrir, para cumplir nuestros sueños, para buscar la paz interior, para vivir mejor, y para encontrar motivos para seguir.

Y no es fácil: basta con ver un telediario y se derrumba toda tu fe en la Humanidad. Guerras entre naciones, pobreza y miseria, hambrunas, millones de personas y animales huyendo de sus países, la catástrofe climática, la violencia contra los niños y las niñas, millones de personas sufriendo y pensando en suicidarse.

Y después, anuncios publicitarios que te venden la felicidad a través de sus productos y sus soluciones mágicas. 

Y después, programas de gente famosa que lo tiene todo: dinero, salud, poder, amor, éxito y felicidad.

Y después, cuando apagas la televisión y todo queda en silencio, tu propia imagen en la pantalla, y el reflejo de tu propia vida, que a veces no se parece en nada a la que soñaste.

No es fácil vivir rodeados de tanta violencia, tantas injusticias, tanta desigualdad y sufrimiento, no es fácil sobrevivir en este mundo donde todos nos hacemos tanto daño porque no tenemos herramientas para cuidarnos y cuidar nuestras relaciones.

Pero merece la pena seguir en pie, y a mí me ayuda pensar que:

- no estoy sola en el mundo. Mucha gente me quiere, me cuida, me ayuda y se preocupa por mí. Y sé que muchas se sienten felices porque formo parte de su vida, se sienten queridas y cuidadas por mí, y saben que pueden contar conmigo.


- no solo recibo ayuda cuando lo necesito: también ayudo a mi gente y a personas desconocidas cuando me necesitan. Y el mundo está lleno de personas que quieren ayudar, lo que me reconforta muchísimo. 


-no soy tan rara, ni tan extraña: aunque no seamos mayoría, somos muchas las personas que soñamos con una vida mejor, para nosotras mismas y para las demás.


-hay muchas cosas que quiero saber, muchas cosas que quiero aprender, muchos lugares nuevos que visitar, mucha gente nueva a la que conocer, muchas experiencias hermosas que quiero vivir.


-hay muchos libros, películas, canciones, obras de teatro, cómics, poemas, series de televisión, y muchas obras de arte con las que puedo gozar. Gracias a la cultura puedo escaparme, volar, salir de mi vida, y asomarme a otras épocas, viajar a otros mundos, y vivir otras realidades.


-la vida está llena de placeres, y yo he venido al mundo a disfrutar de: una noche de amor, un atardecer en la playa, un amanecer en la montaña, un paseo en la ciudad, una comida deliciosa, unas vacaciones sin relojes, un abrazo apretado, una fiesta con música y baile, un concierto inolvidable, un paisaje grandioso, un libro que te atraviesa el corazón, una tarde de lluvia y orgasmos, una noche viendo estrellas y galaxias, un día de juegos y risas, un encuentro con gente maravillosa, un viaje al pasado, un sueño hermoso del que no quieres despertar...


-estar viva es un regalo, y un milagro: soy la descendiente de muchas generaciones de seres humanos que vivieron, lucharon, se amaron y se reprodujeron. Que yo esté viva aquí y ahora, es un producto del azar, y una hermosa casualidad. Y como sólo hay una vida, y a veces es muy corta, me digo a mí misma que  merezco poder disfrutarla el tiempo que dure.


-como no sabemos cuántos años nos quedan por vivir, quiero disfrutar de mi presente y cuando llegue el final, sentirme afortunada por los abrazos y los besos que recibí, los ratos de intensa felicidad que pude vivir, y todo lo que aprendí en el camino.

 
-cuando no le encuentro sentido a la vida, pienso que el amor es una energía universal que nos mueve, que nos une, que nos hace felices, y que yo tengo dentro de mí toneladas para repartir y compartir.


- me alivia saber que si mi salario es un miseria, puedo unirme a más gente para que nos lo suban a todos. Si sufro una injusticia, puedo juntarme a la gente que sufre lo mismo que yo para aunar fuerzas. Si hay algo que me duele, que me indigna, que me retuerce las tripas, puedo convertirlo en la causa de mi vida. Y así no solo vivo en mí, sino también en relación con los demás.


-cuando yo no tengo fuerzas para protestar, siempre hay gente en las calles pidiendo justicia, libertad, igualdad, y luchando por sus derechos y los míos.


-hay gente hermosa que cree en el amor y trabaja desde el amor: en centros médicos y  hospitales, guarderías, colegios, universidades, servicios sociales, equipos de emergencia... En todas partes hay gente que le pone cariño a su trabajo, alivia el sufrimiento de los demás, y ayuda como puede a que nuestras vidas sean más fáciles y más bonitas.


-hay mucha gente tratando de contribuir a la construcción de un mundo mejor desde los movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, asociaciones vecinales, colectivos de mujeres, asociaciones de inmigrantes, de estudiantes, de trabajadores y trabajadoras, de población LGBT, y organizaciones que defienden los derechos humanos, los derechos de los animales, y los demás seres vivos, y gente poniendo mucha energía y mucho tiempo de sus vidas para salvar el planeta. Y yo puedo formar parte de estos grupos humanos y aportar con mi granito de arena, puedo ser útil y puedo ayudar.


-me queda mucho por aprender: gracias a la ciencia y a la filosofía puedo gozar investigando, leyendo y pensando, puedo ensanchar mis horizontes, llegar a nuevos territorios del saber, satisfacer mi inmensa curiosidad, romper mis propios esquemas, superar mis creencias y prejuicios, aprender a ser humilde, y juntarme con más gente para construir conocimiento colectivo.

-todas somos semillas y frutos en potencia, todos tenemos algo hermoso dentro que puede florecer si nos liberamos del ego, del miedo, del odio, de la envidia, de la culpa, del narcisismo, del afán de poder, de la necesidad de acumular y brillar.

-siento que si yo me lo trabajo, puedo llegar a ser mejor persona y también puedo ayudar a que los demás lo sean, y si somos muchas trabajando en nuestra transformación personal y colectiva, podemos cambiar el mundo y hacerlo un lugar más habitable y más amoroso.

- tenemos la inteligencia, los conocimientos y las habilidades necesarias para acabar con la violencia y la destrucción, y para construir un mundo en el que todas y todos vivamos una buena vida, libre de sufrimiento. Me da esperanzas pensar que solo tenemos que  utilizar el sentido común para cambiar nuestra forma de organizarnos.

 
-tengo derecho a vivir esta Buena Vida, y no solo defiendo este derecho para mí, sino también para toda la Humanidad.


-hago un repaso de los privilegios que yo tengo, de los derechos de los que disfruto, y pienso en cómo hacer para que estos derechos no sean privilegios y podamos disfrutarlos todos y todas.


-otro mundo es posible, otras formas de organizarnos y de relacionarnos son posibles, otras formas de follar y de querernos son posibles.


Con un cambio radical en la educación bastaría para que las nuevas generaciones tengan otros valores, otros principios, y muchas más herramientas para aprender a ser buenas personas, para aprender a cuidarse, para aprender a pensar en el Bien Común, y para resolver sus conflictos y sus problemas sin hacer daño a nadie.

Y como lo sé, no doy por perdida está batalla jamás: aunque nunca lleguemos a la meta, y aunque a veces estamos dispersos, o tengamos formas diferentes de luchar, estamos en el mismo camino. 

Y tengo la impresión de que los que soñamos con otra forma de vivir, somos más que los que se han resignado y solo quieren sobrevivir. 

Aunque mucha gente parezca dormida o anestesiada, aunque mucha gente pierde la esperanza y tira a diario la toalla, también hay mucha gente sensible, lúcida y despierta, gente maravillosa que contagia a los demás con su bondad, su fuerza, su compromiso, su solidaridad y su alegría de vivir.

Todo esto me da fuerzas para seguir en pie, y cuando flaqueo y pierdo la fe, repaso este listado, me vuelvo a poner en pie.

Y aquí lo comparto por si os ayuda a vosotras y a vosotros también. 💜

Coral Herrera Gómez 


Artículos relacionados:

¿Qué necesitas para vivir una buena vida?

La ética del amor y la filosofía de los cuidados

La Revolución Amorosa

Celebremos nuestras liberaciones

Cómo disfruto de mi vida








26 de marzo de 2022

Liberarse de la necesidad de ser deseadas

Ilustración de Marynn


Nos han hecho creer que la medida de nuestra valía es nuestra belleza, y que para ser felices, necesitamos que los hombres nos deseen y nos amen. Y para ello tenemos que estar guapas, siempre disponibles, y en constante competición con nosotras mismas y con las demás mujeres. Sin embargo, esta utopía de la felicidad es una trampa: ser deseadas sexualmente no nos garantiza que nos vayan a querer bien, ni que nos vayan a amar más. A las guapas también les ponen los cuernos, también las sustituyen por otras guapas, sufren malos tratos, y también las matan. 

Da igual lo que hagamos para cumplir con los mandatos de la belleza, el mundo está lleno de mujeres jóvenes, hermosas e inteligentes. El patriarcado nos pone a competir y nos somete a través de nuestros miedos y complejos, y el ego: la obsesión por la belleza no sólo nos baja la autoestima, también nos vuelve narcisistas e inseguras. Nos quiere entretenidas en nosotras mismas, ilusionadas y frustradas por la necesidad de brillar, destacar por encima de las demás, y obtener prestigio social.


Hay que tener mucho cuidado con este culto al cuerpo, hoy moldeado y tiranizado para despertar el deseo sexual de los hombres. Porque todas, absolutamente todas nosotras envejecemos, da igual las dietas, las cremas, los tratamientos y las operaciones a las que sometamos a nuestros cuerpos. Si nos dejamos dominar por el ego y el narcisismo, nos aislamos de las demás: cuando empezamos a perder puntos por la edad, nos vemos solas y reducidas a la nada.


Nuestra meta en la vida no puede ser ir de compras, vestir a la moda, pasar horas frente al espejo, ir al salón de belleza, acumular likes en Instagram con tus selfies, posar sexys para ellos y agradar a los demás... 

Porque si eso se convierte en el centro de nuestras vidas, cuando los hombres dejan de desearnos, y las demás mujeres dejan de envidiarnos, nos sentimos invisibles y vacías.

 Y cuando nuestros cuerpos se transforman con la maternidad, es peor aún, porque muchas se castigan todavía más para borrar las huellas de la maternidad. Disciplinar el cuerpo y luchar contra él requiere, cada año, más horas de tortura, y más dinero. Invertir en nuestros cuerpos para venderlos no nos libera, nos hace más esclavas de la industria de la belleza y el negocio del deseo masculino.

A muchas de nosotras nos ha liberado el feminismo, y ya sabemos que es más importante entrenar el corazón para ser buena persona, que cumplir con los vanos imposibles de la belleza patriarcal. No compensa para nada machacarnos en el gimnasio y pasar hambre, no hace falta sufrir para estar guapa. Lo que nos pone guapas es la sonrisa y la alegría de vivir.


Cuando comprendes esto, aprendes a distinguir lo importante de lo superfluo, y el día en que te das cuenta de que es mucho más importante estar viva y estar sana, vivir sin dolores ni enfermedades físicas y mentales, que lucir bella, entonces das un gran paso hacia la liberación.


Y una vez empiezas a caminar hacia ella, aprendes a cuidarte de verdad, pones tu energía, tu tiempo y tu dinero en otros proyectos más placenteros, te lo trabajas para ser mejor persona, tu vida se llena de pasiones y afectos, la belleza pasa un segundo plano, y empiezas a disfrutar más de la vida.


Es un proceso de liberación bien hermoso, que se disfruta más si en el camino ayudamos a las niñas para que se lo ahorren, y a las adolescentes que ya están sometidas a la tiranía de la belleza y de la mirada del macho. Podemos ayudarles a iniciar su propia liberación para que el sueño de sus vidas no sea tener muchos seguidores, sino mucha gente querida a su alrededor. 


Porque de verdad, no necesitamos ni la admiración, ni la envidia, ni los likes en redes sociales.


Lo que necesitamos de verdad, todas y cada una de nosotras, es mucho amor del bueno.


Coral Herrera Gómez 




Mujeres que se liberan: ¿quieres unirte a nosotras?


24 de marzo de 2022

La culpa, la responsabilidad y la autocrítica amorosa



Uno de los grandes descubrimientos que iluminaron mi vida: el día en que dejé de echarle la culpa de todo a los demás y asumí la responsabilidad de mis actos, de mis palabras, de mi forma de relacionarme con el mundo. Dejé de hacerme la víctima cuando entendí la responsabilidad que tengo yo en los conflictos con los demás, y aprendí a hacer autocrítica amorosa.  

La gran mayoría de la gente es incapaz de admitir que se ha equivocado, que ha cometido un error, que no ha sabido gestionar una situación... lo fácil siempre es victimizarse y echarle la culpa a alguien. Y lo más común es que las personas que utilizan esta estrategia la repitan siempre: intentan dar pena para que les perdones o les des la razón. Pero jamás piden disculpas ni cambian su comportamiento, porque les va bien así, y porque así es como dominan y manipulan a los demás. 

A mi me cambió la vida cuando entendí que victimizarse y culpar al resto es una forma de ejercer el poder que puede llegar a ser muy violenta. Para los demás no es fácil defenderse porque si me coloco desde la posición de la "buena", al otro le pongo en el bando de los "malos", y le obligo a darme la razón, a ceder en un conflicto, o a que hagan lo que yo quiero-necesito-deseo que hagan. Les hago sentir culpables para no hacerme yo responsable. 

Cuando empiezo a darme cuenta del impacto que tiene en los demás mi forma de relacionarme, y del daño que puedo llegar a hacer con mi forma de manipular, entonces me lo empiezo a trabajar. 

Da miedo ver tu propia mezquindad, da miedo asomarse a tu oscuridad, da miedo mirarse en el espejo y ver a tu ego pidiendo más, pero cuando descubres que puedes ser mejor persona y que todo se puede trabajar en esta vida, y cuando tienes las herramientas, y gente a tu alrededor que las usa, es mucho más fácil.  

Necesitamos aprender a hacer autocrítica amorosa y a ser responsables, desde la más tierna infancia, lo mismo en casa que en las aulas. 

Coral Herrera Gómez

#Culpa #Responsabilidad #Dominación #Manipulación #Poder #AutocríticaAmorosa #TodoSePuedeTrabajar #Coeducación

23 de marzo de 2022

Salir del nido, y echar a volar: el gran salto de tu vida

Ilustración de Cristina Troufa

Una de las claves para tener una buena salud mental y emocional es romper a tiempo el cordón umbilical con tus progenitores, sin sufrir y sin hacerles sufrir a ellos. 

Para poder crecer y llegar a ser una persona adulta con autonomía, es más fácil si tus padres o cuidadores te protegen y te quieren, y a la vez facilitan el desarrollo de tu autonomía y te enseñan a cuidarte a ti misma.

Cuanto más cuidada y querida te sientes, más seguridad y confianza sientes en ti misma para dar el salto. 

Cuanto más pronto aprendes a cuidarte a ti misma, más fácil es prepararte para salir del nido y echar a volar.  

Sin embargo, no tenemos apenas herramientas como hijos e hijas para dar este salto, probablemente uno de los más importantes en la vida

Y además, el sistema en el que vivimos propicia las relaciones interesadas y basadas en la necesidad y la dependencia. 

Mucha gente sale de los cuidados del papá y la mamá para refugiarse en los cuidados que nos brinda la pareja, y esta falta de autonomía nos lleva a construir relaciones insanas basadas en la necesidad, y no en la libertad.

Las madres y los padres tampoco tienen herramientas para trabajarse su egoísmo y su propia dependencia. No es fácil asumir que la crianza consiste básicamente en cuidar durante años a una persona que tiene que alejarse de ti para construir su propia identidad y vivir su propia vida.

Mucha gente se siente frustrada por su propio egoísmo: tuvieron hijos para no estar solos y para ser cuidados en la vejez. 

Otros se frustran porque sus criaturas no son lo que ellos soñaron, pero lo cierto es que los bebés se convierten en seres humanos que hacen sus propias elecciones y toman sus propias decisiones. 

No podemos ser lo que ellos quieren, porque muchos sueñan con criar un Mozart o un Messi. Las exigencias maternas y paternas nos pueden llegar a enfermar, porque hagas lo que hagas, nunca se sentirán orgullosos de ti. 

Y además te dirán mucho eso de: "me has decepcionado", cuando te exijen que estudies Medicina, y tú prefieres ser cooperante en un país remoto. O quieren que seas abogada, y tú lo que quieres es tener tu propio huerto. O quieren que sigas con el negocio familiar, y tú quieres mudarte a otro pueblo o a otra ciudad. 

A veces para crecer hay que matar simbólicamente a la madre y al padre, para luego relacionarte con ellos desde otro lugar, desde tu yo adulto.

Cuanto más egoístas son los cuidadores, más difícil es la rebelión. Pero cuando no te permiten ser tú misma, no hay otro camino para poder vivir tu vida que la sublevación. 

Porque cuanto más tardes en salir, más grande será el miedo, y puede ocurrir que llegue ese momento en que ya no puedas irte porque la dependencia ya es mutua, y tú padre o tu madre, o los dos, ya no saben o no pueden vivir sin tí.

Si logras salir, y aprendes a disfrutar de tu autonomía, puede que un día te veas en el bando contrario. 

Y entenderás que no es fácil: a todos nos cuesta soltar el control y dejar que nuestras niñas y niños se hagan responsables de su propia vida. 

Ser madre o padre requiere de muchísima generosidad, pero no todos tenemos la capacidad para querer sin poseer y sin dominar. 

Hasta el punto de que hay gente que siente unos celos terribles porque sus hijas/os desarrollan otros vínculos fuertes y hermosos con otras personas, y forman sus propias familias con amigos, amigas y/o pareja. 

Por eso es tan complicado que los progenitores dominantes acepten a las nueras y los yernos, y por eso las relaciones familiares son tan difíciles: si tu madre o tu padre tienen demasiado poder sobre ti, será muy difícil que tu pareja asuma esa relación de dependencia. 

Así que para poder vivir tu vida, tienes que soltarte de la mano y empezar a caminar sola.

Lo ideal es que sea un proceso tranquilo y gradual, pero a veces es urgente: cuando tus padres intentan castrarte para que sigas bajo su tutela y no crezcas nunca, tu deber es salir de su nido. 

Cuando no tienes tu propia red de afectos, sino que compartes la de tus padres, cuando no te emparejas nunca, cuando pasas la mayor parte de tu tiempo de ocio con tus progenitores, es porque algo va mal. Hay una edad en la que ya estamos construyendo nuestros lazos, nuestras propias redes familiares, nuestras relaciones sexuales y sentimentales, nuestro propio mundo. Y lo más sano es ir soltando poco a poco, para que sea un proceso ntaural y tranquilo. 

Cuando estás enferma, cuando te sientes deprimida, cuando necesitas un cambio pero estás bloqueada, puedes intentar escuchar a tu cuerpo con amor, porque una vez que sabes lo que quieres, sólo tienes que confiar en ti, y ser leal contigo misma. 

Es cierto que da miedo y también da pereza, se está muy a gusto bajo el ala protectora.

La vida parece más fácil cuando tú no tienes que hacerle frente, y cuando cuentas con la ayuda constante de tus cuidadores. 

Pero no es gratis: el precio que pagas es muy alto, porque desde la dependencia no puedes ser quien tú quieres ser realmente, ni tienes la libertad para elegir tu proyecto de vida, ni adquieres la madurez que necesitas para resolver problemas y para hacerte cargo de tí misma. 

Además, las madres y los padres que hacen su vida en torno a tí, acaban dependiendo de tí, y entonces la salida se hace todavía más difícil. Y es cuando puedes empezar a sentirte atrapada, especialmente si tus hermanas y hermanos han logrado salir.

Hay veces que nos tenemos que ir demasiado pronto del hogar, pero no queda otro remedio que hacerlo. Cuando estás sufriendo maltrato psicológico, emocional y físico, es necesario salir corriendo. Las cifras nos revelan que es en la familia donde sufrimos los mayores niveles de abuso y violencia (psicológica, física y sexual), así que hay gente que para poder sobrevivir tiene que salir de casa muy pronto.

Permanecer en el nido cuando te quieren cortar las alas pone en peligro tu salud mental y emocional, y tu propio proyecto de vida: las luchas de poder en la familia nos quitan mucho tiempo y muchísima energía. Esta energía la necesitamos para construir otros vínculos, elegir a nuestra propia familia y fundar nuestro propio nido. 

Sería maravilloso si en las aulas nos dieran herramientas para hacer esta transición tan importante sin sufrir y sin hacer sufrir, sin dramas ni traumas. Cuando te separas de tu familia de nacimiento con amor, con alegría, compartiendo el proceso con generosidad, es mucho más fácil. 

Necesitamos entrenar estas habilidades para que podamos no solo desarrollar nuestra autonomía como hijas, sino también ayudar en el futuro a nuestras hijas e hijos a independizarse de nosotras. 

Este trabajo nos permitiría además tener relaciones sanas y amorosas con nuestras parejas, porque al salir del hogar no buscaríamos un sustituto de papá o de mamá, sino alguien con quien compartir la vida en una estructura igualitaria, amorosa y de apoyo mutuo.

Pero no solo necesitamos herramientas para construir nuestra identidad sin traumas, para volar del nido con alegría, para cuidarnos a nosotras mismas y a cuidar nuestras relaciones. 

También es fundamental que existan las condiciones sociales y económicas para que podamos volar: la enorme distancia entre los salarios y los precios de los alquileres no permite hoy por hoy a la mayoría de la gente joven empezar su propio proyecto de vida. Y muchos están sufriendo porque no saben cómo transitar desde la adolescencia hacia la adultez, desde la dependencia hacia la autonomía.

Estoy segura que trabajar esto en las aulas bajaría las cifras de enfermedades mentales y suicidios, y ayudaría a millones de personas a sufrir menos y a vivir mejor.

#Volar #Autonomía #Crianza #Rebelión #maternidad #paternidad #Independencia #saludmental #cuidados #educación #adultez #relaciones #amor

Coral Herrera Gómez 

22 de marzo de 2022

Nos salvaron los unicornios



Hoy nos han salvado los unicornios. Gael quería elegir su pasta de dientes, y en la estantería solo había de princesas y de asesinos. Le he dicho que fuéramos a otra tienda donde hubiese pasta de otros colores, con otros dibujos, y ha protestado, así que he rebuscado y un poco más allá he visto una de unicornios. A Gael le encantan los unicornios, menos mal. 

He salido de la tienda pensando que lo tenemos todo en contra. Ellos quieren niños violentos y obsesionados con el éxito, el poder y el dinero. Quieren niñas narcisistas obsesionadas con la belleza, el amor romántico y el dinero. 

Nosotras estamos intentando criar niñas y niños que sean buenas personas y que contribuyan a la construcción de un mundo mejor, pero es una tarea titánica. Ellos son los dueños de la industria del juguete y de los medios de comunicación, los dueños de las empresas de publicidad, las industrias culturales, la industria del porno y los medios de comunicación. Tienen un ejército de publicistas, guionistas, diseñadores y creadores de contenido que perpetúan los estereotipos de género, los mitos, los roles y los mandatos del patriarcado en todas sus producciones: canciones, videoclips, películas, dibujos animados, cómics, programas de televisión, anuncios publicitarios. 

También inundan de azul y rosa las mochilas, las tazas, los estuches, las camisetas, los edredones, la pasta de dientes: es casi imposible encontrar otros colores, y otros dibujos que no sean guerreros o princesas.

Todos los días les bombardean por todos los canales posibles, y les seducen con modelos de masculinidad y feminidad patriarcal, hombres forzudos y sin sentimientos, y mujeres criadas para servir a los hombres.

La tarea que estamos acometiendo las mamás y los papás es titánica. Nuestra cultura es una oda constante al macho violento y a la mujer complaciente, todos los contenidos están impregnados de los valores más peligrosos: el individualismo, el consumismo, el egoísmo y el egocentrismo, el afán de dominación, el acaparamiento de riqueza. Hasta los chistes están impregnados de racismo, clasismo, misoginia: intentar educar a los niños y a las niñas para que piensen en el Bien Común y en los valores de la cooperación y la solidaridad, la ética amorosa y la filosofía de los cuidados es una auténtica odisea. 

La sociedad rechaza a la gente que se atreve a ser diferente, y excluye con crueldad a todos los que no obedecen las normas y no se ajustan a los estereotipos de género. La infancia y la adolescencia necesitan sentirse parte de la sociedad, así que a la gran mayoría le resulta imposible escapar, y se acaban adaptando. Y los que no se adaptan, a veces tienen que pagar un precio muy alto.

Aunque intentemos mantener a nuestras criaturas lejos de la violencia de las pantallas y lejos de los centros comerciales, aunque intentemos que nuestras hijas no crean que la salvación está en ser deseada y amada por un hombre, aunque intentemos que nuestros hijos no aprendan a odiar a las niñas y al color rosa, es muy complicado. 

Si sus amigos desde los 8 años ven violaciones de niñas y mujeres en el porno, explicarles que masturbarse viendo a mujeres humilladas que sufren es violencia no sirve de mucho. Porque para ellos es lo "normal": vean si no cuáles son los vídeos más buscados en las plataformas de pornografía. 

Educar niños y niñas que sepan cuidarse y cuidar a los demás, y cuidar el planeta en el que viven es un desafío constante. El profesorado, los padres y las madres estamos solas frente a un puñado de señores que quieren perpetuar un sistema basado en las jerarquías y la violencia, y tienen todos los medios, porque ellos controlan la cultura, la educación, la información y el entretenimiento. 

Aun así, siento que mi pareja y yo no estamos solos, que hay mucha más gente tratando de dar herramientas a sus hijos e hijas para que sean libres, para que desarrollen el pensamiento crítico, para que sepan cómo, por qué y para qué les mandan esos mensajes a través de los relatos, para que puedan analizar la realidad y contribuyan a transformarla. 

Sé que no es fácil educarlos para que sean buenas personas, pero por mi parte haré todo lo posible para que Gael pueda serlo. Le estoy poniendo todo el amor y la energía del mundo, y aunque a veces me parezca una tarea descomunal, sacaré fuerzas de donde pueda, y seguiré buscando la manera de que no tenga que elegir entre machos violentos y cabreados, y princesitas obedientes. 

Desde hoy sé que en los rincones, escondidos, están los unicornios de colores.

Coral Herrera Gómez 

18 de marzo de 2022

El cambio empieza en ti: dos preguntas para empezar




No te gusta el mundo en el que vives. No sabes por dónde empezar para cambiarlo. Lo personal es político: el cambio empieza en ti.

Vivimos en un sistema de dominación y explotación basado en las jerarquías, en la violencia, y en la opresión de las mujeres, las niñas y los niños, los animales y demás seres vivos. Se llama Capitalismo, se apellida Patriarcado.

Si queremos transformar este mundo, podemos empezar trabajando por dentro para tomar conciencia de cómo lo sufrimos, y cómo lo ejercemos. Para liberarnos de sus mandatos, revisar nuestros privilegios y cambiar la forma en que usamos nuestro poder, podemos hacernos dos preguntas.

La primera es:

¿Cómo me aprovecho yo de las mujeres de mi entorno social y familiar?


Y la segunda:

¿Cómo me beneficio yo de la pobreza y la explotación laboral, doméstica, sexual y reproductiva que sufren las mujeres y las niñas más pobres del planeta?

Sobre sus hombros y en sus cuerpos se sustenta todo el sistema capitalista y patriarcal. En las casas, en las fábricas, en el campo, en los burdeles, en las granjas de bebés, en la ropa que usamos y los alimentos que comemos: todos nos beneficiamos de alguna forma.

Lo personal es político: nuestros cambios personales se convierten en cambios colectivos. Empecemos por nuestras propias vidas, nuestra forma de relacionarnos con los demás, nuestra forma de producir y consumir.

#SeLlamaCapitalismo #SeApellidaPatriarcado #Mujeres #Explotación #DerechosHumanos #DerechosDeLasMujeres #lopersonalespolítico

Coral Herrera Gómez Blog

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Únete al Laboratorio del Amor

Únete al Laboratorio del Amor
Para saber más pincha en la imagen