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22 de marzo de 2012

Entrevista en La Directa



Álex Romaguera me hizo esta entrevista para Setmanari de Comunicació DIRECTA

Podéis leerla en catalán en: 


Aquí la tenéis en castellano: 


· ¿En que medida se ha desconstruido el discurso patriarcal del “hombre viril” y la “mujer femenina”?

Creo que esa deconstrucción se está dando en los círculos feministas, en el área de las masculinidades, en el seno del movimiento kuir, entre la gente que ha adquirido una mirada de género sobre la realidad; el debate es cada vez más rico gracias a las redes sociales. El resto de la gente que consume productos culturales de masas sigue asumiendo el discurso, lo reproduce en sus vidas cotidianas, y no lo cuestiona: la televisión, el cine, la radio y la prensa lo siguen repitiendo hasta la saciedad, aunque invisibilizado. Todo lo que aparece representado que no puede ser etiquetado, todas las mujeres masculinas, los hombres femeninos, los gays, lesbianas, intergenero, transexuales, etc. no encajan en este discurso bipolar. Por eso en el cine, en las noticias, en las series de televisión, en las revistas, etc solo aparecen modelos “normales”; los otros son considerados extravagancias, desviaciones, anormalidades, enfermedades o rarezas. El discurso mediático sigue siendo profundamente patriarcal. 


28 de febrero de 2012

25 años de Cine dirigido por Mujeres


Presentación en la Filmoteca Nacional del libro digital "25 años de cine"




El pasado 16 de febrero, de la mano de CIMA, se presentó en Madrid, en la sede de la Filmoteca Nacional en el Cine Doré, el libro digital ’25 años de cine’ de la Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona.
En la presentación estuvieron presentes la cineasta Helena Taberna, Elena San Julián y María Castejón Leorza, organizadoras de la Muestra, y ésta última editora de la publicación, así como Coral Herrera y María Castrejón, dos de las autoras del libro.

La publicación digital gratuita supera ya las 1.000 descargas; contó con el apoyo del Instituto Navarro de las Artes Audiovisuales y la Cinematografía (INAAC) y del Ayuntamiento de Pamplona. En él hay ensayos, entrevistas a directoras( como la francesa Agnes Vardá, la alemana Margarethe von Trotta, la argentina Lucía Puenzo, la egipcia Amal Ramsis y las españolas Helena Taberna y Juana Macías), guías didácticas, opiniones de profesionales que han pasado por la Muestra y una memoria escrita y gráfica de estos 25 años.
En definitiva, una obra que ofrece interesantes y necesarios recursos para ir esbozando nuevos trazos en la historiografía feminista del cine y que anima a la reflexión.

25 de enero de 2012

Audio y Fotos de la Presentación "Más allá de las etiquetas"












Beatriz Gimeno presentó en Madrid mi libro "Más allá de las etiquetas", de la editorial Txalaparta, en la Librería Traficantes de Sueños, el 19 de Enero de 2012. Lo pasamos muy bien, hablamos media hora cada una y luego abrimos el foro donde la gente pudo exponer sus críticas, inquietudes, trabajos, críticas, sugerencias y preguntas. 

Podéis escucharnos aquí dándole al play: 

  Presentación del libro "Más allá de las etiquetas" de Coral Herrera by Traficantesdesueños



Quería dar las gracias desde aquí a Gemma Ubasart, Mikel Txalaparta, Koté, Traficantes de Sueños, por su apoyo y difusión, y a Beatriz Gimeno por acompañarme.


Puedes comprar el libro en las siguientes librerías:

Txalaparta Editorial


Librería Relatoras


22 de junio de 2011

El romanticismo patriarcal en el cine dirigido por mujeres


De 2011-06-22





Hoy sale a la luz el libro: "25 años de cine. Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona", publicado por Ilpes Elkartean Navarra, una Fundación de carácter cultural que organiza anualmente la Muestra Internacional de Cine y Mujeres. 


Para conmemorar su 25 aniversario han lanzado un libro digital y colaboro en él con un artículo titulado: 
"El Romanticismo patriarcal en el cine dirigido por mujeres", en el que analizo los mitos románticos de varias películas: 





• ‘Mi Vida Sin Mí’ (‘My Life Without me’), Isabel Coixet, 2003.
• ‘Te doy mis ojos’, Icíar Bollaín, 2003.
• ‘Siete mesas de billar francés’, Gracia Querejeta, 2007.
• ‘Para que no me olvides’ Patricia Ferreira, 2005.
‘Romance X’, Catherine Breillat, 1999.
• ‘El Piano’, Jane Campion, 1993.
• ‘Lost In Translation’, Sofia Coppola, 2003.


Podeis descargaros gratis el libro en esta web: 


http://www.muestracineymujeres.org/


Espero que lo disfrutéis. 


NOTICIAS: 




El libro fue presentado por Laura Seara, directora del Instituto de la Mujer.

DIARIO DE NAVARRA: 


http://www.noticiasdenavarra.es/2011/06/23/ocio-y-cultura/cultura/ipes-publica-un-libro-digital-que-visibiliza-la-labor-de-las-directoras-de-cine

AMECO PRESS:

http://www.amecopress.net/spip.php?article7236

4 de abril de 2011

Libro "La construcción sociocultural del amor romántico", de Coral Herrera Gómez






Coral Herrera Gómez: 
"La construcción sociocultural del amor romántico", 
Editorial Fundamentos, Madrid, 2011.


La construcción sociocultural del Amor Romántico” es un análisis multidisciplinar sobre la gran utopía emocional del siglo XX y XXI. En el libro analizo el amor y su dimensión social, biológica, política, económica, cultural, religiosa, sexual y emocional desde una perspectiva de género. 

Es parte de mi tesis doctoral (La construcción sociocultural de la realidad, del género y del amor romántico desde una perspectiva feminista queer), y a lo largo de todo el libro analizo los mitos románticos para entender porqué amamos así y no de otra forma, para desmontar los mitos, los estereotipos y los roles que nos ofrecen los relatos y que perpetúan la desigualdad entre mujeres y hombres.

En el libro resumo la evolución del amor romántico desde Grecia a nuestros días, y también hablo sobre la adicción del amor y sus patologías, los procesos orgánicos desatados en el proceso de enamoramiento y desenamoramiento, de cómo aprendemos a amar, y cómo transmitimos a las nuevas generaciones las normas no escritas del amor romántico occidental. 

Escribo sobre el matrimonio y el divorcio, sobre la sexualidad humana, las ideologías amorosas (las oficiales y las alternativas), las diferentes formas de relacionarse erótica y afectivamente (modelos de amor no hegemónicos, y en ocasiones, clandestinos).Analizo las diferentes formas de vivir el amor que nos impone la cultura según seamos hombres o mujeres, y desmonto la idea de que lo natural y lo normal sea la monogamia, la heterosexualidad, y la idea de la pareja como fin para reproducirse.

También he tratado de desmitificar el matrimonio como meta ideal a alcanzar, he incidido en la sujeción femenina y las consecuencias del patriarcado en los afectos y el deseo. Mi idea es que lo mismo que el amor se construye, se puede deconstruir, y volverse a inventar. 

El amor se puede descapitalizar y despatriarcalizar: otras formas de quererse son posibles. Para sufrir menos y disfrutar más del amor, es fundamental llevar a cabo una revolución social y política, porque otras formas de organizaros y relacionarnos son posibles. También tenemos que revolucionar nuestra cultura y nuestra comunicación: necesitamos otros cuentos, con otras heroínas y otros héroes, con otras tramas y otros finales felices. 

Yo creo que Lo Romántico es político, es decir: el amor es un asunto de todos y de todas. El amor puede ser un potente dispositivo de control social para tener a las mujeres subordinadas a los hombres, y para que la gente se entretenga construyendo niditios de amor en dúo, pero también puede ser una herramienta para la transformación: creo que podemos construir relaciones sanas, igualitarias, basadas en el respeto, en el buen trato y en el compañerismo. Otros romanticismos son posibles: cuanto más expandamos el amor, más fácil acabaremos con el patriarcado, las jerarquías, la violencia y la cultura del interés propio y el egoísmo. 

Si aprendiésemos a querernos más y mejor, podríamos extender el amor a la comunidad, al pueblo, al país: con mucho amor podríamos acabar con los discursos de odio que atentan contra los derechos humanos y que oímos a diario en nuestros medios de comunicación. 

El amor no tiene por qué ser una esclavitud para nosotras: ninguna está condenada a sufrir, ni a pasarlo mal, ni a "aguantar". El amor ha de ser una fuente de goce y disfrute, por eso es tan importante analizarlo, desmontarlo, desmitificarlo y reinventarlo. Creo que liberar al amor del patriarcado y el capitalismo es una tarea individual, pero también colectiva: nos queda mucha tarea por delante, pero sin duda el trabajo es apasionante.  
 





INDICE DEL LIBRO

INTRODUCCIÓN
I.           LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL AMOR

1.1. ¿COMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD?

1.1.1. ¿QUÉ ES LA REALIDAD?

1.1.2.LA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DE LA IDENTIDAD Y EL GÉNERO


  1.2. ¿QUÉ ES EL AMOR?

1.2.1. EL ENAMORAMIENTO Y EL DESENAMORAMIENTO.

1.2.2 FUNDAMENTOS BIOLÓGICOS DEL AMOR

1.2.3. LA DIMENSIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA DEL AMOR

1.2.4. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE LOS GÉNEROS: EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO 


1.3. LA SEXUALIDAD HUMANA.

1.3.1. LA SEXUALIDAD FEMENINA
1.3.2. LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LA SEXUALIDAD
1.3.3. EL MITO DE LA MONOGAMIA
1.3.4. EL MITO DE LA HETEROSEXUALIDAD
1.3.5. IDEOLOGÍAS SEXUALES Y AMOROSAS ALTERNATIVAS

1.4.EL AMOR Y EL PODER ENTRE LOS GÉNEROS.

1.4.1. ¿AMAN IGUAL LOS HOMBRES Y LAS MUJERES?

1.4.2. EL PODER PATRIARCAL EN EL AMOR


II.        LA CONSTRUCCIÓN CULTURAL DEL AMOR
2.1. LA CONSTRUCCIÓN CULTURAL DE LA REALIDAD Y DEL AMOR

2.1.1. LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DE LA REALIDAD
2.1.2. LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DEL AMOR
2.1.3.LAS IDEOLOGÍAS AMOROSAS
2.1.4.LA DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL AMOR.
2.1.5.LA DIMENSIÓN MÍTICA Y RITUAL DEL AMOR

2.2. EL AMOR PASIONAL EN LAS NARRACIONES HUMANAS

EL AMOR PASIONAL EN LA ANTIGÜEDAD GRIEGA
EL AMOR CORTÉS
EL AMOR PASIONAL DEL SIGLO XVIII
EL AMOR ROMÁNTICO
EL ROMANTICISMO FEMENINO


III.     EL AMOR COMO UTOPÍA EMOCIONAL DE LA POSMODERNIDAD

3.1.   LA CULTURA DE MASAS POSMODERNA

3.2.   LA IDENTIDAD POSMODERNA

3.3.   LAS RELACIONES AMOROSAS EN LA POSMODERNIDAD: EL AMOR COMO UTOPÍA EMOCIONAL

3.4.   PROPUESTAS PARA LA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DEL AMOR EN EL SIGLO XXI


Entendida siempre como un fenómeno reproductivo biológico y ninguneada por el discurso científico, muy pocos son los estudiosos que han concedido a la pasión amorosa la atención que merece. El presente título, fruto de un trabajo de investigación doctoral, analiza el fenómeno del amor en toda su complejidad, pero incidiendo especialmente en su construcción sociocultural desde una perspectiva queer.

La tesis central de esta obra es que las emociones están construidas en la sociedad a través de la cultura, y por ello aprendemos a sentir a través de las narraciones y los mitos. Los patrones emocionales que aprendemos en la infancia y adolescencia a través de películas, cuentos, novelas y canciones no han sido susceptibles, hasta hace poco, de ser investigados con rigor académico, y sin embargo determinan nuestra identidad, nuestra vida cotidiana, nuestras formas de organización social y económica.

Mediante un proceso de crítica y deconstrucción, la autora va desvelando la mitificación del romanticismo patriarcal, visibilizando las utopías emocionales de la posmodernidad, y deconstruyendo el pensamiento binario y los conceptos de lo “normal” o lo “natural”, variables según las culturas y las épocas históricas, del mismo modo que varía la cultura amorosa en cada rincón del planeta. El libro se centra en el análisis del amor de pareja occidental, y elabora una crítica acerca de los condicionamientos sociales y culturales que empobrecen y limitan nuestra sexualidad y nuestras redes de afecto.

Coral Herrera Gómez (Madrid, 1977) es Doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual. Es docente e  investigadora, consultora de género y comunicación, blogger y escritora. Dedicó su tesis doctoral al tema del amor romántico desde una perspectiva multidisciplinar que parte de los feminismos, y los estudios de masculinidad. 

A partir de entonces, su trayectoria profesional ha estado ligada a  la reflexión en torno a la construcción de la realidad desde los medios de comunicación y las industrias culturales. También ha ahondado en la relación de legitimación que existe entre nuestras estructuras emocionales y culturales, y nuestra organización sociopolítica y económica. En su blog se dedica a deconstruir los mitos de la heterosexualidad monogámica que perpetúan las desigualdades y la dependencia mutua, siempre con un lenguaje de humor y de batalla. Su propuesta final es que expandamos el amor hacia las comunidades para acabar con el patriarcado, el individualismo, las jerarquías y las desigualdades.




El libro se puede adquirir en todas las librerías de España y algunas de América Latina. 

Puedes también comprarlo en Internet:

en la web de Traficantes de Sueños o en la Editorial Fundamentos si vives en España, 

y en Amazon.com si vives fuera de España. 

También puedes pedirlo en la Biblioteca de tu barrio o de tu pueblo si quieres leerlo gratis. 

31 de octubre de 2010

"Amores Dependientes" en UNA ONLINE

U.N.A. ONLINE Redes con visión de Género ha publicado un monográfico sobre el amor en el que sale un artículo mío, "Amores Dependientes". 

Pinchando la imagen podeis leer la revista y pasar las páginas, es una pasada.

16 de septiembre de 2010

Amor y desigualdad laboral



El amor romántico y la desigualdad de género en el empleo

¿Por qué las mujeres se habituaron a sacrificar su vida personal, su formación y estudios y su desarrollo profesional por amor a un hombre?, ¿cómo han asumido mujeres y hombres la división artificial de sus tareas y actividades como algo natural?, ¿qué cuentos nos cuentan cuando somos pequeñas para que creamos que hay labores que sólo pueden ser desempeñadas por hombres?, ¿por qué las tareas domésticas y la reproducción son actividades consideradas femeninas,  sin remuneración (o con unos salarios y unas condiciones laborales precarias), sin prestigio ni reconocimiento social?, ¿por qué, en cambio, cuando un hombre cose o se pone el delantal gana millones de euros?.

leer más en... IGUALATÉ

o pincha aquí:

13 de mayo de 2010

Mi Artículo en U.N.A: Redes con Visión de Género

Me han publicado un artículo en U.N.A sobre el lenguaje sexista y estoy refeliz:

Hay que darle con el ratón a las flechitas para pasar las páginas, es como un librito digital.
El mio empieza en la página 58.

PUEDES LEERLO EN http://www.unaonline.net/





U.N.A. es un medio de comunicación con perspectiva de género, concebido como un modelo de intercambio horizontal. Es una revista online para mujeres, y su filosofía es promover la igualdad desde la diferencia, la solidaridad y la apertura a todas las opciones y talentos  que tenemos las mujeres en nuestros diversos roles.

El objetivo principal de UNA es crear redes de trabajo y promover un uso no sexista del lenguaje. Además, brinda servicios de comunicación para asociaciones de mujeres (como prensa, diseño o formación) y organiza eventos, en coordinación con otras personas e instituciones, como jornadas, networking o talleres.



30 de diciembre de 2009

El Amor Romántico como utopía emocional de la posmodernidad






Herrera Gómez, Coral: El Amor Romántico como utopía emocional de la posmodernidad.
Coral Herrera Gómez





“No hay pueblo ni civilización que no posea poemas, canciones, leyendas o cuentos en los que la anécdota o el argumento –el mito, en el sentido original de la palabra- no sea el encuentro de dos personas, su atracción mutua y los trabajos y penalidades que deben afrontar para unirse”.
Octavio Paz. (1993)
Ninguna civilización conocida, en los siete mil años que llevan sucediéndose, ha dado al “amor” llamado romance esa publicidad cotidiana: en las pantallas, en los carteles, en los textos y los anuncios de las revistas, en las canciones y en las imágenes, en la moral corriente y en lo que ésta deifica. Ninguna ha intentado tampoco con esa ingenua seguridad la peligrosa empresa de hacer coincidir el matrimonio y el “amor” así comprendido, y de basar el primero en el segundo”. 
Denis de Rougemont (1939).


El amor en la posmodernidad es una utopía colectiva que se expresa en y sobre los cuerpos y los sentimientos de las personas, y que, lejos de ser un instrumento de liberación colectiva, sirve como anestesiante social. El amor hoy es un producto cultural que calma la sed de emociones y entretiene a las audiencias. Alrededor del amor ha surgido toda una industria y un estilo de vida que fomenta lo que H.D. Lawrence llamó “egoísmo a dúo”, una forma de relación basada en la dependencia, la búsqueda de seguridad, necesidad del otro, la renuncia a la interdependencia personal, la ausencia de libertad, celos, rutina, adscripción irreflexiva a las convenciones sociales, el enclaustramiento mutuo… Este enclaustramiento propicia el conformismo, el viraje ideológico a posiciones más conservadoras, la despolitización y el vaciamiento del espacio social, con notables consecuencias para las democracias occidentales y para la vida de las personas. Las redes de cooperación y ayuda entre los grupos se han debilitado o han desaparecido como consecuencia del individualismo y ha aumentado el número de hogares monoparentales. La gente dispone de poco tiempo de ocio para crear redes sociales en la calle, y el anonimato es el modus vivendi de la ciudad: un caldo de cultivo, pues, ideal para las uniones de dos en dos (a ser posible monogámicas y heterosexuales).



Las relaciones humanas están, en general, jerarquizadas y mediatizadas por el poder. En un mundo injusto y desigual como el nuestro, las personas se relacionan de un modo jerárquico e interesado (a excepción de los círculos íntimos de parentesco y amistad, en la que sí existe la ayuda mutua y la cooperación). En la era capitalista, los humanos somos también mercancía, objetos de consumo y de ostentación, medios para ascender en la escala social. De este modo, nos atrevemos a afirmar que los modelos de relación erótica y amorosa de la cultura de masas son superficiales, rápidos e intensos, como la vida en las grandes urbes. Es cada vez más común el enamoramiento fugaz, y las personas más que lograr la fusión lo que hacen es “chocar” entre sí.


Creemos, coincidiendo con Erich Fromm, que a pesar de que el anhelo de enamorarse es muy común, en realidad el amor es un fenómeno relativamente poco frecuente en nuestras sociedades actuales: “La gente capaz de amar, en el sistema actual, constituye por fuerza la excepción; el amor es inevitablemente un fenómeno marginal en la sociedad actual”. Y lo es porque el amor requiere grandes dosis de apertura de uno mismo, de entrega, generosidad, sinceridad, comunicación, honestidad, capacidad de altruismo, que chocan con la realidad de las relaciones entre los hombres y las mujeres posmodernas.


Por eso creo que el amor, más que una realidad, es una utopía emocional de un mundo hambriento de emociones fuertes e intensas. En la posmodernidad existe un deseo de permanecer entretenido continuamente; probablemente la vida tediosa y mecanizada exacerba estas necesidades evasivas y escapistas. Esta utopía emocional individualizada surge además en lo que Lasch denomina la era del narcisismo; en ella las relaciones se basan en el egoísmo y el egocentrismo del individuo. Las relaciones superficiales que establecen a menudo las personas se basa en una idealización del otro que luego se diluye como un espejismo. En realidad, las personas a menudo no aman a la otra persona por como es, en toda su complejidad, con sus defectos y virtudes, sino más bien por cómo querría que fuese. El amor es así un fenómeno de idealización de la otra persona que conlleva una frustración; cuanto mayores son las expectativas, más grande es el desencanto.


El amor romántico se adapta al individualismo porque no incluye a terceros, ni a grupos, se contempla siempre en uniones de dos personas que se bastan y se sobran para hacerse felices el uno al otro. Esto es bueno para que la democracia y el capitalismo se perpetúen, porque de algún modo se evitan movimientos sociales amorosos de carácter masivo que podrían desestabilizar el statu quo. Por esto en los medios de comunicación de masas, en la publicidad, en la ficción y en la información nunca se habla de un “nosotros” colectivo, sino de un “tú y yo para siempre”. El amor se canaliza hacia la individualidad porque, como bien sabe el poder, es una fuerza energética muy poderosa. Jesús y Gandhi expandieron la idea del amor como modo de relacionarse con la naturaleza, con las personas y las cosas, y tuvieron que sufrir las consecuencias de la represión que el poder ejerció sobre ellos.



El amor constituye una realidad utópica porque choca con la realidad del día a día, normalmente monótona y rutinaria para la mayor parte de la Humanidad. Las industrias culturales actuales ofrecen una cantidad inmensa de realidades paralelas en forma de narraciones a un público hambriento de emociones que demanda intensidad, sueños, distracción y entretenimiento. Las idealizaciones amorosas, en forma de novela, obra de teatro, soap opera, reality show, concurso, canciones, etc. son un modo de evasión y una vía para trascender la realidad porque se sitúa como por encima de ella, o más bien porque actúa de trasfondo, distorsionando, enriqueciendo, transformando la realidad cotidiana. 

Necesitamos enamorarnos del mismo modo que necesitamos rezar, leer, bailar, navegar, ver una película o jugar durante horas: porque necesitamos trascender nuestro “aquí y ahora”, y este proceso en ocasiones es adictivo. Fusionar nuestra realidad con la realidad de otra persona es un proceso fascinante o, en términos narrativos, maravilloso, porque se unen dos biografías que hasta entonces habían vivido separadas, y se desea que esa unión sitúe a los enamorados en una realidad idealizada, situada más allá de la realidad propiamente dicha, y alejada de la contingencia. Por eso el amor es para los enamorados como una isla o una burbuja, un refugio o un lugar exótico, una droga, una fiesta, una película o un paraíso: siempre se narran las historias amorosas como situadas en lugares excepcionales, en contextos especiales, como suspendidas en el espacio y el tiempo. El amor en este sentido se vive como algo extraordinario, un suceso excepcional que cambia mágicamente la relación de las personas con su entorno y consigo mismas.


Sin embargo, este choque entre el amor ideal y la realidad pura se vive, a menudo, como una tragedia. Las expectativas y la idealización de una persona o del sentimiento amoroso son fuente de un sufrimiento excepcional para el ser humano, porque la realidad frente a la mitificación genera frustración y dolor. Y, como admite Freud (1970), “jamás nos hallamos tan a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desamparadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado o su amor”.


Quizás la característica más importante de esta utopía emocional reside en que atenúa la angustia existencial, porque en la posmodernidad la libertad da miedo, el sentido se ha derrumbado, las verdades se fragmentan, y todo se relativiza. Mientras decaen los grandes sistemas religiosos y los bloques ideológicos como el anarquismo y el comunismo, el amor, en cambio, se ha erigido en una solución total al problema de la existencia, el vacío y la falta de sentido.


Otro rasgo del amor romántico en la actualidad es que en él confluyen las dos grandes contradicciones de los urbanitas posmodernos: queremos ser libres y autónomos, pero precisamos del cariño, el afecto y la ayuda de los demás. El ser humano necesita relacionarse sexual y afectivamente con sus semejantes, pero también anhela la libertad, así que la contradicción es continua, y responde a lo que he denominado la insatisfacción permanente, un estado de inconformismo continuo por el que no valoramos lo que tenemos, y deseamos siempre lo que no tenemos, de manera que nunca estamos satisfechos. A los seres humanos nos cuesta hacernos a la idea de que no se puede tener todo a la vez, pero lo queremos todo y ya: seguridad y emoción, estabilidad y drama, euforia y rutina.

La insatisfacciónpermanente es un proceso que nos hace vivir la vida en el futuro, y no nos permite disfrutar del presente; en él se aúna esa contradicción entre idealización y desencanto que se da en el amor posmoderno, porque la nota común es desear a la amada o el amado inaccesible, y no poder corresponder a los que nos aman. La clave está en el deseo, que muere con su realización y se mantiene vivo con la imposibilidad.


Si la primera contradicción amorosa posmoderna reside fundamentalmente en el deseo de libertad y de exclusividad, la segunda reside en la ansiada igualdad entre mujeres y hombres. Por un lado, la revolución feminista de los 70 logró importantes avances en el ámbito político, económico y social; por otro, podemos afirmar que el patriarcado aún goza de buena salud en su dimensión simbólica y emocional. 



En algunos países las leyes han logrado llevar las reivindicaciones de los feminismos a la realidad social, pese a que la crisis económica nos aleja aún más de la paridad y la igualdad de mujeres y hombres en el seno de las democracias occidentales.

Además de esta ansiada igualdad legal, política y económica, tenemos que empezar a trabajar también el mundo de las emociones y los sentimientos. El patriarcado se arraiga aún con fuerza en nuestra cultura, porque los cuentos que nos cuentan son los de siempre, con ligeras variaciones. Las representaciones simbólicas siguen impregnadas de estereotipos que no liberan a las personas, sino que las constriñen; los modelos que nos ofrecen siguen siendo desiguales, diferentes y complementarios, y nos seguimos tragando el mito de la media naranja y el de la eternidad del amor romántico, que se ha convertido en una utopía emocional colectiva impregnada de mitos patriarcales.

Algunos de ellos siguen presentes en nuestras estructuras emocionales, configuran nuestras metas y anhelos, seguimos idealizando y decepcionándonos, y mientras los relatos siguen reproduciendo el mito de la princesa en su castillo (la mujer buena, la madre, la santa,) y el mito del príncipe azul (valiente a la vez que romántico, poderoso a la par que tierno). Muchos hombres han sufrido por no poder amar a mujeres poderosas; sencillamente porque no encajan en el mito de la princesa sumisa y porque esto conlleva un miedo profundo a ser traicionados, absorbidos, dominados o abandonados.Los mitos femeninos han sido dañinos para los hombres porque al dividir a las mujeres en dos grupos (las buenas y las malas), perpetúan la deigualdad y el miedo que los hombres sienten hacia las mujeres. Este miedo aumenta su necesidad de dominarlas; el imaginario colectivo está repleto de mujeres pecadoras y desobedientes (Eva, Lilith, Pandora), mujeres poderosas y temibles (Carmen, Salomé, Lulú), perversas o demoníacas (las harpías, las amazonas, las gorgonas, las parcas, las moiras). 
  
Paralelamente, multitud de mujeres han besado sapos con la esperanza de hallar al hombre perfecto: sano, joven, sexualmente potente, tierno, guapo, inteligente, sensible, viril, culto, y rico en recursos de todo tipo. El príncipe azul es un mito que ha aumentado la sujeción de la mujer al varón, al poner en otra persona las manos de su destino vital. Este héroe ha distorsionado la imagen masculina, engrandeciéndola, y creando innumerables frustraciones en las mujeres. El príncipe azul, cuando aparece, conlleva otro mito pernicioso: el amor verdadero junto al hombre ideal que las haga felices.


Pese a estos sueños de armonía y felicidad eterna, las luchas de poder entre hombres y mujeres siguen siendo el principal escollo a la hora de relacionarse libre e igualitariamente en nuestras sociedades posmodernas; por ello es necesario  seguir luchando por la igualdad, derribar estereotipos, destrozar los modelos tradicionales, subvertir los roles, inventarnos otros cuentos y aprender a querernos más allá de las etiquetas. 


CONCLUSIONES

Los humanos somos animales soñantes que perseguimos utopías; y coincido con Lluís Duch en la idea que la disposición utópica del ser humano “puede ser considerada, junto a su disposición crítica, como una “estructura de búsqueda. Así, toda construcción utópica puede ser, por un lado, un poderoso instrumento de control social al servicio del poder, pero también un dispositivo liberador si lo pensamos como una planificación del futuro y una crítica a las realizaciones culturales, sociales, religiosas y políticas del presente: “Siempre, las ilusiones han formado parte de los asuntos humanos. Cuando la imaginación no encuentra satisfacción en la realidad, busca refugio en lugares y épocas construidos por el deseo”.
Analizando la dimensión social y política del amor romántico, Francesco Alberoni (1979), afirmó que el enamoramiento es la forma más simple de movimiento colectivo, y lo comparó con los grandes procesos revolucionarios de carácter religioso, social, sindical, o político. El amor de pareja es una aventura que sitúa a las personas en un estado de euforia similar en intensidad a los estados de euforia colectivos; de hecho afirma que entre los grandes movimientos colectivos de la Historia y el enamoramiento hay un parentesco estrecho. Para Alberoni, el enamoramiento es la subversión del orden, el trastrocamiento de las instituciones sociales y económicas. Pone de ejemplo la sociedad feudal, en la que subsistía la estructura de las relaciones de parentesco cuando nace la burguesía y la intelectualidad. El enamoramiento surge en este contexto histórico y social como una chispa entre dos individuos que pertenecen a dos sistemas separados e incomunicables. Se buscan y se unen transgrediendo las reglas endogámicas del sistema de parentesco o de clase, como Abelardo y Eloísa, o Romeo y Julieta.
Creo que si el amor alcanzase una dimensión colectiva, las personas aprenderían a relacionarse con empatía y altruismo y podrían eliminarse las desigualdades sociales y las jerarquías, de modo que el sistema podría transformarse de un modo radical. Esta idea fue planteada en la década de los 70 por Shulamith Firestone, que acuñó el término de pansexualidad perversa polimorfa para describir un tipo de relaciones eróticas y afectivas liberadas de la represión que no estarían configuradas de una manera genital ni evitarían la represión del niño al afecto materno, de modo que toda nuestra cultura experimentaría un proceso de erotización.
Un amor hacia la totalidad de la existencia nos llevaría sin duda a cuidar el planeta y los seres que lo habitan, y cesaría la explotación de unos pocos sobre la mayoría. Nosotras coincidimos con Marcuse (1955) en la idea de que el fin de la represión instintiva, y la liberación sexual humana no supondrían el final de la civilización ni el advenimiento del caos. Para Marcuse la liberación de la represión humana sería tal que permitiría la gratificación, sin dolor, de las necesidades, y la dominación ya no impediría sistemáticamente tal gratificación. La liberación de Eros podría crear nuevas y durables relaciones de trabajo; el mundo no se acabaría y los seres humanos no nos destruiríamos los unos a los otros. 


Es entonces cuando verdaderamente podríamos coincidir con algunos autores (Alberoni, De Rougemont, Giddens, Morín) en que el amor es un acto transgresor, un elemento subversivo que amenaza la ley del pater y el sistema patriarcal en su conjunto. Esto es visible en los escándalos amorosos que ponen en peligro las estructuras básicas sociales, como sucede con el incesto, el amor homosexual, el amor interclasista e interracial, las uniones estables de tríos, los amores entre deficientes mentales, entre ancianos, los amores adúlteros o el sexo en grupo. Son todas formas de relación que muestran otro tipo de ideologías amorosas (marginadas, pero existentes) frente a la aparente omnipotencia de la ideología hegemónica patriarcal.
Si bien a un nivel legislativo e incluso político el patriarcado está en decadencia, en el ámbito emocional y narrativo sigue gozando de buena salud. El fin del patriarcado a nivel simbólico aún está lejos, y es probable que, aunque finalmente llegue a su fin, sea sustitudo por otro sistema de poder, porque, en definitiva, el poder atraviesa todas las relaciones humanas y todas las organizaciones sociales y políticas. La conclusión, es pues, que la idea de una liberación sexual y amorosa colectiva, sin jerarquías de género ni luchas de poder, no deja de ser otra utopía emocional de la posmodernidad.





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