Gustavo Klimt |
¿Hay algo más delicioso que sentir el calor de un ser vivo que se duerme encima tuyo? Un bebé humano o un cachorro animal, que confía y se siente seguro en tus brazos. Una amiga que se recuesta en tu panza o en tus pantorrillas para dormir la siesta, un hijo que se acomoda a tu lado buscando calor y refugio en la tormenta, un gato que se acurruca ronroneando en tu regazo, un amante o un amante que se queda rendido en tus brazos después de hacer el amor.
¿Hay algo más delicioso que caer en el sueño encima de alguien que te quiere y te cuida? Recostada sobre el pecho de tu abuela, refugiada en el cuerpo de tu madre, escuchando el corazón de tu compañera o compañero, de tu gato, de tu perro.
Acompasar la respiración y el latido cardíaco, sentirse a salvo de todo, sabiendo que alguien te acuna y te vela el sueño para que navegues por un mar en calma, y al abrir los ojos, salgas poco a poco hacia tierra firme.
Dormir encima, que se duerman encima de ti, encontrar refugio amoroso en los brazos de otro ser vivo.
El mejor somnífero y ansiolítico del mundo, la mejor borrachera de oxitocina, es el piel con piel, el corazón con corazón ❤️
Coral Herrera Gómez