Mi gente alucina cuando vamos a algún sitio y se acerca gente a saludarme, o a pedirme fotos y autógrafos. Pero los que más alucinan son mi hijo y sus amigos, que me preguntan fascinados cómo es ser famosa, cómo lo he conseguido, y cuánto dinero gano. Yo les explico que en realidad no soy famosa, que me conoce solo un círculo reducido de mujeres feministas, hombres igualitarios y gente que lee, que estudia, que está interesada por el tema de las emociones, las relaciones y los derechos humanos.
Me dedico a desmontarles el mito de la fama, y a explicarles lo que no se ve en redes sociales, lo duro que es perder el anonimato, y los peligros a los que te enfrentas cuando tienes un grado tan alto de exposición pública.
Y les cuento las aventuras que me ha tocado vivir en mis viajes, y lo mal que se pasa con el odio y la violencia que recibimos en redes sociales.
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