Joe Webb, artista |
Así que se nos invita a moderar el largo de nuestros escotes y nuestras faldas, dejamos el rojo pasión del pintalabios, y los selfies provocativos en las redes sociales. Ya no nos hace falta despertar el deseo de los machos, ahora hay que demostrarle al príncipe azul que somos su princesa. Estos son los dos únicos modelos de feminidad que nos ofrece el patriarcado: santas o putas. Los hombres de bien nunca se casan con putas, así que el único camino es demostrar que somos mujeres buenas, fieles y sumisas para que al menos uno se enamore de nosotras.
Venus trasmutando en Hera: pasan los siglos y la cultura patriarcal nos sigue enviando los mismos mensajes para que sigamos obedeciendo los mandatos de género. Y para que nuestro objetivo en la vida sea ser reconocidas, deseadas y amadas por un hombre. Algunas permanecen siempre en la categoría de «mujeres para follar», gratis o pagando, y otras logran subir al trono del matrimonio y reinar desde su posición de madres-esposas. Esas son las que "triunfan".
Ya es hora de romper esta jerarquía que nos divide en dos grupos opuestos y nos coloca en diferentes categorías. Hay que desobedecer los mandatos de género y romper con estos estereotipos y roles que nos mantienen subordinadas a la dominación masculina y nos hacen creer que sin el amor de un hombre no somos nada.
#NiPrincesasNiPutas #OtrasFormasDeSerMujeresSonPosibles
#MujeresQueYaNoSufrenPorAmor