11 de julio de 2012
Desde LRM Femimagazine hemos tenido la gran oportunidad de
entrevistar a Coral Herrera Gómez:
Coral Herrera Gómez es Doctora en Humanidades por la
Universidad Carlos III de Madrid, y se ha especializado en Teoría de Género y
Teoría de la Comunicación Audiovisual. Coral es escritora, investigadora,
docente, y blogger. Ha trabajado como consultora de comunicación y Community
Manager para UNESCO Oficina Multipaís Centroamérica y México, y como lectora de
español en la Universidad Sorbona IV. Formó parte del grupo de investigación
CRIMIC del Instituto de Estudios Hispánicos en París, y del Instituto de
Investigaciones de Género de la UC3M. Ha dirigido la colección de Género de la
editorial Fundamentos. Ha publicado dos libros en España, “Más allá de las
etiquetas” y “La construcción sociocultural del amor romántico”, y un capítulo
en el libro colectivo 25 Muestras de Cine de Mujeres de Pamplona. Ha publicado
numerosos artículos en diferentes revistas científicas nacionales e
internacionales, en papel y en digital, y colabora ocasionalmente con
periódicos españoles e internacionales. Tiene un blog desde hace 4 años, El
Rincón de Haika, en el que publica sus trabajos sobre los mitos románticos que
perpetúan la desigualdad y las relaciones basadas en la dependencia.
1ª) Su curriculum es muy multidisciplinar, ¿por qué?
Elegí la carrera de Humanidades porque quería estudiar de
todo y quizás más adelante especializarme en algo. Me encantó poder ver el
mundo desde diferentes discilplinas: antropología, historia, psicología, literatura, historia del Arte, semiótica,
sociología, filosofía, teoría política, teoría económica, etc. En el doctorado
me centré en la teoría de la Comunicación Audiovisual y la teoría de Género, y
hoy me dedico al análisis de la ideología que hay en la magia de nuestra
cultura, a destripar los mitos insertos en nuestra cultura, a investigar sobre
el tema del amor romántico y su dimensión sociopolítica y económica, además de
mitológica.
2ª) ¿La comunicación nace o se hace?
Se hace, se hace. La comunicación es hoy el principal motor
que mueve el mundo. Gracias a las tecnologías podemos transmitir información
por todo el planeta en cuestión de segundos, y ya no tenemos que resignarnos a
un modelo vertical en el que unos pocos ofrecen contenidos y otros, la gran
mayoría, los consume. Es cierto que aún está la brecha digital y es muy
profunda, pero creo que estamos en un momento realmente apasionante porque ya
no somos receptores pasivos de productos fabricados por otros. Gracias a las
redes la comunicación se ha vuelto horizontal: todos podemos escribir, opinar,
hacer crítica, contrastar informaciones, escribir comentarios, ofrecer
contenidos y de esta forma no estar sometidos a la tiranía de los grandes
medios, que van perdiendo paulatinamente su hegemonía. Es un lujo poder tener
acceso a la cultura, intercambiar
experiencias e información de este modo tan inmediato, en este medio tan
abierto. Supongo que pronto controlarán y regularán Internet para restringir
las primaveras revolucionarias y para cortar esta vía de comunicación masiva y
barata.
3ª) ¿Qué temas o temáticas son fundamentales para usted?
Los derechos humanos. Creo que las luchas feministas,
ecologistas y pacifistas son la clave de nuestro presente y nuestro futuro. Me
admira que la gente de todo el mundo se lance a las calles a protestar contra
los gobiernos, los bancos, y las multinacionales. Me conmueve la lucha de la
gente por crear un mundo mejor, y cada vez que salgo a la calle a protestar
junto con más gente, vuelvo esperanzada a casa. Es esencial que estemos
informados, despiertas, unidos en la lucha por los derechos de las mujeres, de
los colectivos de gays, lesbianas y transexuales, los derechos de los pueblos
indígenas, los derechos de la infancia, los derechos laborales y las libertades
democráticas, los derechos de la Tierra y todos los seres vivos que la habitan.
Lo mejor de estas luchas es que se han globalizado, que la gente está informada
y harta; donde hay opresión siempre habrá resistencia.
4ª) ¿Considera que en su ámbito enfrenta más obstáculos u
otro tipo de obstáculos a los que enfrentan los hombres?
Mi ámbito de trabajo es fundamentalmente el mundo académico,
aunque también trabajo en el área de la comunicación y la edición. El principal
escollo que he encontrado en la Universidad han sido las jerarquías, que sitúan
a unos arriba y otros abajo. Normalmente hay más hombres en los puestos de
poder (decanos, vicedecanos, rectores), y más catedráticos hombres que mujeres.
A la Universidad le falta incorporar el enfoque de género en todas las
disciplinas; pero creo que se está haciendo mucho en este área con la creación
de Institutos de Investigación de Estudios de Género, que van visibilizando a
las científicas, escritoras, artistas, filósofas, etc. La Ciencia está dejando
de ser hipermasculina; aún queda mucho por hacer, pero estamos en el camino.
5ª) ¿Cuál ha sido su
trabajo más difícil?, ¿por qué?
He trabajado en diversas áreas: como profesora de clases
particulares, profesora de Academia, fomadora en género, cajera de
supermercado, repartidora de publicidad, cuidadora de niños/as, auxiliar de
cocina rápida, teleoperadora, grabadora de datos, actriz, ayudante de
producción en cine, ayudante de dirección en teatro, blogger y dinamizadora en
las redes sociales, editora y correctora de textos, y escribo artículos para
diversos medios.
Mi experiencia laboral entonces ha sido muy diversa, y muy
precaria (mucho trabajo gratuito, trabajos sin contrato y sin cotizar a la
seguridad social, pagos en negro, etc), pero lo más difícil en el área laboral
ha sido tener que inmigrar a otro país en busca de trabajo.
En España tuve que quitar el doctorado del currículum para
poder acceder a algún puesto de trabajo, por precario que fuese. Estuve dos
años enviando millones de curriculums justo cuando comenzaba la crisis y
empezaban los recortes en investigación, en políticas de igualdad, en cultura y
en educación.
Sin embargo, en Costa Rica me contrataron como Asistente de
Comunicación en UNESCO, y fue todo un reto por la gran responsabilidad que
supone el trabajar para una agencia de la ONU.
Tuve que familiarizarme con la jerga y con todo el mapa de
Centroamérica, pero aprendí muchísimo. Mi tarea consistía en organizar ruedas
de prensa, eventos culturales, edición de textos relacionados con el mundo de
la cultura y del desarrollo, sistematizar los contenidos de la página web,
hacer un blog y promocionarlo en las redes sociales. La comunicación con mi
jefa ha sido maravillosa porque me sentí con libertad para preguntar cuando no
sabía, para proponer, para hablar, para trabajar en equipo. Me sentía muy valorada
y respetada por mi trabajo; es el único salario digno que he tenido en mi vida.
6ª) ¿Cómo definiría su último trabajo?
Mi último trabajo fue como profesora en la Universidad de la
Sorbona, en París. En realidad es un puesto de lectora de español, y mi tarea
era enseñar al alumnado la lengua y la cultura de mi país. Aunque el sueldo era
muy exiguo, me gustó mucho la experiencia; éramos casi todas mujeres, tanto las
compañeras como las profesoras. Me encanta estar con gente joven y siempre
trato de eliminar las jerarquías que separan a las estudiantes de las
profesoras. Lo que no me gusta son las relaciones competitivas que se
establecen en los departamentos universitarios por los puestos que se
ofrecen. Pero eso ocurre en cualquier
empresa o institución en la que hay jerarquías.
7ª) ¿Qué es el amor romántico?.
¿Por qué lo ha considerado
tan importante como para dedicarle un libro completo?
“LA CONSTRUCCIÓNSOCIOCULTURAL DEL AMOR ROMÁNTICO”
“LA CONSTRUCCIÓNSOCIOCULTURAL DEL AMOR ROMÁNTICO”
Cuando terminé el doctorado en Humanidades decidí aprovechar
mi debilidad (la multidiciplinariedad) y convertirla en mi fuerza. Quise
analizar el amor romántico desde todas las perspectivas y tuve que leer muchos
años todo tipo de estudios, ensayos, tratados, artículos, etc. El amor
romántico no es solo un fenómeno cultural, sino que tiene una dimensión
sociopolítica y económica fundamental, porque creo que es la clave para la
perpetuación del sistema patriarcal. A través de la cultura, aprendemos a amar,
y adoptamos el estilo de vida que la gran mayoría de la población sueña.
La organización de la sociedad en dúos no es casual: cuanto
más individualismo haya, menos gente habrá en las calles. El amor romántico es
un anestesiante social, porque ofrece paraísos individualistas y limita la
sexualidad y el erotismo a una sola persona. La ideología patriarcal del amor
romántico está basada en el mito de la heterosexualidad y en el mito de la
mongamia, en la división de roles entre hombres y mujeres, en la función
reproductiva. Por eso me encanta analizar otras culturas amorosas que rompen
con estos conceptos tan rígidos, y por eso amo la diversidad amorosa: swingers,
sadomasoquistas, amores libres, ciberamores, amores prohibidos, amores
clandestinos… el inmenso abanico de posibilidades a la hora de quererse y
relacionarse con el resto va tomando visibilidad y fuerza, sobre todo gracias a
las tecnologías de la comunicación.
Creo que para lograr la igualdad entre hombres y mujeres y
el respeto a la diversidad amorosa y sexual es esencial romper las estructuras
emocionales basadas en la tradición y en los mitos patriarcales. Yo apuesto por
un sistema amoroso basado en la libertad, no en la dependencia mutua; y también
abogo por la expansión de las redes de afecto y cuidado más allá de la pareja.
Creo que es fundamental no restringir los cambios a lo
social y lo económico: lo personal es político, y el amor romántico no es la
salvación a todos los problemas, aunque a las mujeres nos hayan educado para
creer que la felicidad está en ser amada por alguien. En nuestro deseo, sentimientos,
metas, sueños y anhelos se encuentra la clave del patriarcado, y por eso la
lucha por la igualdad tiene que trabajar también el asunto de las dependencias
emocionales. Las mujeres y los hombres debemos trabajar por liberar nuestras
relaciones de toda la carga patriarcal. No solo hay que salir a la calle para
luchar contra la discriminación, sino también en la cama y en la casa. Por eso
creo que tenemos que trabajar unidas en la expansión de los afectos, en la
creación de redes de cariño, y eliminar la dependencia emocional, sobre todo la
femenina.
8ª) ¿Por qué considera que los mitos, los estereotipos y los roles siguen tan vigentes en la actualidad, y especialmente, en el ámbito audiovisual?
Hay miedo a innovar. Aunque disponen de tecnología punta,
los contenidos no se han renovado, siempre se habla de los mismos temas
tratados del mismo modo. El mercado solo financia películas tradicionales,
aunque se proyecten en 3D. Creo que gran parte de la responsabilidad recae en
los creadores de contenidos. Escritores, guionistas, productores, cineastas,
etc siguen aferrados a los estereotipos y eso hace que su trabajo sea muy limitado, porque se basa en la repetición
constante de personajes tipificados y tramas narrativas que se vienen
reproduciendo desde la antigüedad griega hasta nuestros días. La industria
cultural tiene la responsabilidad de incorporar una perspectiva mucho más
amplia, más allá de la tradición binarista que nos divide en dos grupos: las
mujeres y los hombres, los héroes y los villanos, los protagonistas y los
secundarios.
La diversidad y
complejidad del mundo puede enriquecer mucho a nuestra cultura, pero aún
seguimos aferrados a la tradición que simplifica todo en base a oposiciones.
Creo que hay que atreverse a innovar, a contar otros cuentos diferentes a los
que ya nos sabemos, a romper con el imperio de la piel blanca de los
protagonistas, a romper con el régimen heterosexual. Hay que romper con los
estereotipos de la pobreza, del VIH, de la edad, de la feminidad, de la
masculinidad, de la pareja feliz. Hay que ir más allá de las etiquetas que
sirven para discriminar. Creo que vamos por buen camino, hay mucha gente que se
está atreviendo a romper con las convenciones, aunque su trabajo no sea
“comercial” y no logren llegar al gran público. Queda mucho trabajo por hacer
en el área de la cultura.
9ª) ¿Considera que la Internet es un buen vehículo para
fomentar la igualdad y la diversidad?
Es la herramienta fundamental. Yo soy más feliz desde que
existe Internet. Gracias a Facebook y Twitter, estoy en contacto con multitud
de colectivos feministas, de hombres igualitarios, lesbianas, bisexuales, gays
y gente queer, y puedo leer artículos, intercambiar enlaces, seguir las luchas
de estos coletivos, ver vídeos de sus manifestaciones y protestas, leer
manifiestos reivindicativos, y seguir el trabajo que están realizando en sus
comunidades. Me siento parte de una red de gente que piensa, que debate, que
propone, que comparte, que difunde, que se apoya mutuamente, y gracias a eso
una no se siente sola. Internet es un medio maravilloso para conocer gente y
para expandir esta lucha por la igualdad y la diversidad, para leer autoras que
no están en el mercado de masas, para tender puentes entre los hombres
igualitarios y los feminismos, para crear conexiones con movimientos de
derechos humanos, para dar voz a las minorías, para trabajar juntox por un
mundo mejor.
Muchísimas gracias por su colaboración. Para LRM El
Femimagazine es un verdadero lujo haberla podido entrevistar.
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