Otras canciones
románticas son posibles
La
mayor parte de nuestras canciones siguen exaltando la violencia pasional, las
guerras románticas, la necesidad de venganza cuando nos rompen el corazón, la
sumisión erótica de la mujer, el asesinato de mujeres, y el sufrimiento
femenino como muestra de amor verdadero. Pero muchas de nosotras estamos hartas
de dramas alemanes, tragedias griegas, culebrones latinos, y sufrires eternos, y reivindicamos
nuestro derecho a disfrutar del amor. Queremos otras canciones, otros
romanticismos, otros finales felices, otras formas de querernos.
Existen
muchas canciones que rompen con la tradición romántica del amor como una
prisión o una enajenación mental que te limita y te ata al ser amado. Canciones
maravillosas como la de Silvio Rodríguez:
“Yo te quiero libre, libre de verdad, libre
como el sueño de la libertad… “.
Necesitamos
poner de moda canciones e historias de amor que rompan con la ideología
hegemónica que atraviesa nuestra cultura amorosa: poesía que rompa con la
propiedad privada y la exclusividad en la pareja, con las jerarquías, el
sadomasoquismo romántico y las luchas de poder. Tenemos que reivindicar una
música que no perpetúe los estereotipos y los roles de género, y que
reivindique la diversidad sexual y amorosa de nuestra realidad cotidiana.
Necesitamos canciones que canten más al amor y menos al desamor, y que sean
capaces de ampliar nuestro concepto de “amor” mucho más allá de la pareja
monógama en edad reproductiva.
La
música es un motor de transformación, igual que el amor. Con música podremos
visibilizar y crear otros modelos de relación, otras tramas, otras historias,
otros protagonistas que en lugar de emplear la violencia para resolver sus
conflictos, tengan herramientas para quererse bien, para respetarse, para cuidarse
mutuamente, y para separarse con cariño.
Es
fundamental que revolucionemos nuestro arte, nuestra música, nuestros relatos y
nuestras representaciones a la vez que transformamos el mundo de los afectos, la
sexualidad y el erotismo, las emociones y los sentimientos. Tenemos, también,
que reivindicar nuestro derecho al amor y trabajar para que todo el mundo pueda
unirse independientemente de su género, su orientación sexual, su clase social,
su profesión, su edad, o su ideología.
Tenemos
que cantarle al amor colectivo, a la ternura social entre los barrios y los
pueblos, a otras formas de quererse alejadas de la ideología patriarcal y
capitalista que nos hace sufrir tanto. Tenemos que dar espacio a los músicos y
músicas, a la gente que compone y que canta otras historias de amor que nos
muestren la riqueza del mundo en el que vivimos: hay muchas formas de juntarse
y organizarse, y no tenemos por qué seguir cantando eternamente la misma
canción.
Coral Herrera Gómez
Índice de canciones analizadas en el artículo
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Y sin embargo te quiero. Concha
Piquer
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Y sin embargo te quiero. Joaquín
Sabina
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Tentación. José Luis Perales
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Corazón Loco. Bebo y El Cigala
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Mi amor secreto. Lola Flores
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Sin ti no soy nada. Amaral
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Un hombre de verdad. Alaska
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Con una mirada. Marta Sánchez
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Como yo te amo. Rocío Jurado.
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Si tú me dices ven. Los Panchos
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No controles. Mecano
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No soy esa. Mari Trini
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Me gusta ser una zorra. Las
Vulpes
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Que te den. Amparo Sánchez
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Quisiera amarte menos. Martirio
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Todo cambia. Mercedes Sosa
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Malo. Bebe
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El ramito de violetas. Cecilia
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La Zarzamora. Isabel Pantoja
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Juana Peña. Mártires del Compás
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Tatuaje. Concha Piquer
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Ingrata. Café Tacuba
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Matalás. Alejandro Fernández
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Olvídame y pega la vuelta. Pimpinela.
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Teatro. La Lupe
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Rata de dos patas. Paquita la
del Barrio
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Yo te quiero libre. Silvio
Rodríguez
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La mujer que al amor no se asoma…
-
Déjate querer.