“Es una locura querer reducir el amor a una ecuación o limitarlo a una forma única de expresión. Aquellos que lo intentaron se dieron cuenta bien pronto de que habían equivocado el camino. La experiencia amorosa no conoce fronteras. Varía de individuo a individuo”.
Émile Armand; La vida sensual, la camaradería amorosa
De pequeñas aprendimos que lo normal es que el amor erótico se limite a una sola persona del sexo contrario. Es cierto que en la época de guardería los adultos ríen cuando decimos que tenemos varios novios o varias novias, como si fuese una extravagancia infantil; pero pronto se nos enseña que el deseo sexual y la intimidad solo se comparten con uno. Lo demás es etiquetado como promiscuidad, adulterio o traición, y pronto comprobamos que transgredir las normas de la monogamia en nuestra sociedad tiene un coste muy alto.
Y es que la mayor parte de las sociedades humanas límitan la libertad sexual y amorosa de sus miembros; nuestras comunidades poseen unas reglas morales y legales, unos tabúes y prohibiciones que constriñen nuestro deseo sexual con la excusa de mantener el orden social y la convivencia.
Las sociedades en las que se practica el amor libre son minoritarias, pero han existido y existen con variaciones. Un ejemplo de ello es la cultura hippie o la cultura anarquista libertaria, o culturas no occidentalizadas como la comunidad de los Mosuo en China (os pongo el vídeo al final del artículo). A mí me fascina que a través de los medios de comunicación podamos acceder hoy a culturas que tienen ideologías amorosas diferentes a la nuestra. Y es que al estar basada en las relaciones jerárquicas y la monogamia, limitan enormemente nuestra capacidad de disfrute y nuestras releciones amorosas.
En el amor romántico occidental, la monogamia es la parte luminosa, y el adulterio es la parte oscura de las parejas. El adulterio siempre comienza siendo clandestino y causa un enorme escándalo social, en cambio la gente que practica el amor libre se ve exenta de vivir ocultando sus amores, mintiendo a su pareja “oficial”, traicionando la confianza de los suyos. Las poliamorosas, por ejemplo, son personas que viven el amor sin estar sujetos a la idea de la propiedad privada, la exclusividad, el miedo y los celos, o al menos, trabajan para lograr relaciones más plenas basadas en la libertad, la confianza, la sinceridad, el cariño.
Y es que la mayor parte de las sociedades humanas límitan la libertad sexual y amorosa de sus miembros; nuestras comunidades poseen unas reglas morales y legales, unos tabúes y prohibiciones que constriñen nuestro deseo sexual con la excusa de mantener el orden social y la convivencia.
Las sociedades en las que se practica el amor libre son minoritarias, pero han existido y existen con variaciones. Un ejemplo de ello es la cultura hippie o la cultura anarquista libertaria, o culturas no occidentalizadas como la comunidad de los Mosuo en China (os pongo el vídeo al final del artículo). A mí me fascina que a través de los medios de comunicación podamos acceder hoy a culturas que tienen ideologías amorosas diferentes a la nuestra. Y es que al estar basada en las relaciones jerárquicas y la monogamia, limitan enormemente nuestra capacidad de disfrute y nuestras releciones amorosas.
En el amor romántico occidental, la monogamia es la parte luminosa, y el adulterio es la parte oscura de las parejas. El adulterio siempre comienza siendo clandestino y causa un enorme escándalo social, en cambio la gente que practica el amor libre se ve exenta de vivir ocultando sus amores, mintiendo a su pareja “oficial”, traicionando la confianza de los suyos. Las poliamorosas, por ejemplo, son personas que viven el amor sin estar sujetos a la idea de la propiedad privada, la exclusividad, el miedo y los celos, o al menos, trabajan para lograr relaciones más plenas basadas en la libertad, la confianza, la sinceridad, el cariño.
El
amor libre es una forma de quererse que han seguido algunos grupos humanos
desde el principio de los tiempos. La idea principal es que los amantes permanecen
juntos hasta que dejan de querer estarlo, y no tienen que limitar su amor a una sola persona. En el amor libre no hay
propiedad privada, de modo que cada una hace con su cuerpo lo que quiere, y
nadie tiene exclusividad sexual sobre el cuerpo de otra persona.
Las
relaciones libres están basadas en las ideas de igualdad, libertad y
fraternidad; es una forma de expandir el acto amoroso y liberarlo de las normas
morales sexuales de cada sociedad. El amor libre es contrario al egoísmo de las
personas; de lo que se trata es de que todos disfruten, que no existan
monopolios que constriñan las relaciones. La práctica del amor libre trata de
derribar prejuicios, tabúes, discriminaciones, prohibiciones y normativas, y
basa sus relaciones en la sinceridad y la confianza mutua. En el amor libre no tendrían
lugar las mentiras, los engaños ni la hipocresía, y mucho menos la doble moral.
Estas idealizaciones tienen un carácter utópico que viene dado
por su impracticabilidad: para que se diera el amor libre las personas tendrían
que vivir en un sistema social, político y económico de carácter libertario, es
decir, sin jerarquías de poder. Podemos afirmar, pues, que el amor libre es
también un mito que sin embargo ha sido practicado en todas los siglos y
épocas, del mismo modo que el amor romántico.
En
el ideario del amor libre no
existen relaciones de poder o dominación, y por tanto, en su visión idealizada,
estaría libre de engaños y traiciones, de obstáculos y mentiras, de acciones
desesperadas, homicidios y suicidios. El amante libre acepta el rechazo del otro, o el fin de
las relaciones con el otro, con suma deportividad,
admitiendo que no se puede hacer nada sobre las pulsiones sexuales y el estado
de enamoramiento en otra persona.
Por lo tanto, no hay estrategias que cumplir,
no hay tramas en las que tratar de forzar la realidad, no hay ganas de hacer
sufrir al otro para atraerlo de nuevo hacia el amante. Simplemente porque se
respeta que el otro no quiera, y se le deja marchar tan libremente como llegó.
Cierto que se le puede transmitir la desazón que nos provoca la ruptura, pero
el amante libre sigue amando al otro y a los demás porque su forma de estar en
el mundo es amorosa. El amor libre no contempla la batalla, la guerra, el acoso
o la conquista, la derrota o el triunfo.
El
amor libre es
más recolector que cazador, porque no emplea la violencia de
la pasión, porque permite que el tiempo y el libre fluir de los acontecimientos
le junten y le separen de las personas. Además, el amante libre disfruta siempre el carpe diem, porque no proyecta su dominio sobre el otro, su
influencia o su poder en el futuro. Vive lo que hay, en el terreno de la
interacción de los cuerpos, y lo vive con profundidad, estando presente en el
acto amoroso, entregándose por completo a sus sentimientos y emociones; el amor
libre carece de obstáculos porque se siente como energía vital y como
experiencia maravillosa.
Nuestro sistema está basado en el poder, la
propiedad privada, el egoísmo, y la competitividad, y todo ello aderezado por
la xenofobia, la misoginia, la homofobia, etc. de modo que es difícil que podamos
practicar el amor libre de
prejuicios, jerarquías y
discriminaciones. Es casi una utopía convencer al amante que lo normal es que se alegre de que su amada esté gozando
con otra persona, sencillamente por el miedo y las inseguridades que este acto puede
provocarnos. Yes que los grandes males de la Humanidad vienen provocados por la
esclavitud del apego y el intenso miedo que siente el ser humano a perder a sus
seres queridos, sus posesiones, su posición, su profesión, su honor, su
estabilidad. El miedo a las mujeres, a etnias, culturas, idiomas diferentes, el
miedo a enamorarse, el miedo a no sentir, el miedo a vivir y el miedo a morir: el
miedo es sin duda el principal obstáculo para la libertad y
la felicidad del ser humano.
Breve recorrido
histórico del amor libre
El término amor libre, también conocido como unión libre o unión de hecho, surge a finales del siglo XIX y forma parte de la ideología del anarquismo, aunque también tuvo defensores anteriores y posteriores que no se identificaron con esa ideología. Según la concepción anarquista, todo acuerdo libre entre personas adultas es un compromiso legítimo que debe ser respetado por quienes lo suscriben así como por terceros, por lo tanto las relaciones sentimentales o sexuales no necesitan ningún permiso o autorización expresa del Estado, ni ningún compromiso religioso.
La
libertad del amor libre se fundamenta en la soberanía individual y la
asociación voluntaria, por lo que además de la unión libre incluye:
La
elección libre de pareja.
El
ejercicio del placer sexual.
La
camaradería afectiva.
Respeto
y sinceridad entre ambas partes.
El
amor libre ha llegado a confundirse muchas veces con la ausencia de cualquier
responsabilidad o compromiso en el amor y en las relaciones sexuales. Lo que se
enfatiza en las diferentes concepciones de amor libre es que las relaciones
amorosas o sexuales deben ser libres y por tanto responsables, es decir tomadas
en un estado de conciencia.
En
unos casos designa una forma de convivencia voluntaria basada en la sinceridad
y el respeto mutuos, ya se trate de una relación a corto o a largo plazo.
El
encuentro sexual ocasional, siempre que sea consensuado y responsable también
encaja dentro de esta visión.
Las
concepciones revolucionarias enmarcaban al amor libre como algo necesario
dentro del cambio social. Las posiciones de amor libre han sido especialmente
defendidas dentro del anarquismo y en algún grado en el liberalismo y el
socialismo por mujeres feministas, aunque también por muchos varones. Dentro
del anarquismo se puede destacar los ensayos y la acción de mujeres anarquistas
como Emma Goldman o Voltairine de Cleyre, en el área del marxismo están los
escritos de Alexandra Kollontai, teórica feminista rusa.
En
el siglo XX, la defensa y práctica del amor libre resurgió en la generación Beat de los años 50, en mayo del 68 y en el seno del movimiento hippie en Estados Unidos, que se convirtió en una
subcultura cuyos principios aún son seguidos hoy en día con diferentes grados
de intensidad. Aún quedan comunidades en aldeas remotas hippies (por ejemplo, en la alpujarra granadina o en algún
pueblo de la costa gaditana), pero como sucede con casi todos los
movimientos colectivos, hoy en día pervive en nuestras sociedades mayormente en
el mundo de la moda y la estética. A pesar de ello, el impacto de esta cultura
alternativa fue enorme y tuvo unas consecuencias visibles, porque es el marco en el cual se
desató la revolución sexual.
La
cultura hippie era profundamente pacifista y ecologista, porque hicieron del
amor su máxima vital:
"Vivimos en un
mundo en el que nos escondemos para hacer el amor... pero la violencia se
practica a plena luz del día" (John Lennon).
Los y las hippies destacaron la necesidad de
relacionarse amorosamente con la tierra, sus recursos y sus habitantes.
Indisolublemente unido a este concepto sobre el amor universal, estaba el
concepto de libertad. Los hippies rechazaban el poder, las
jerarquías, la dominación y la autoridad, y proponían relaciones igualitarias,
libres y armoniosas entre los seres humanos. Despojaron al erotismo y
a la pasión de su afán posesivo y exclusivista, de su indisolubilidad, y sobre
todo la desproveyeron de su dimensión económica y social. El amor era una forma
de trascendencia y espiritualidad, la entendían como la fuerza que guió a
Cristo en su intento rebelde de acabar con las injusticias de los poderosos y
la desigualdad económica.
Las
hippies detestaban las clases
sociales, la moral sexual burguesa, las relaciones basadas en la propiedad
privada y poseían un estilo de vida hedonista cuya máxima era el carpe diem. Rechazaban la violencia y
por ello la lucha armada; su discurso no estaba lleno de rabia, sino de amor.
Creían que para cambiar el mundo primero debíamos cambiar los humanos,
conocernos mejor a nosotros mismos, trabajarnos las miserias humanas, y hacer
felices a los demás, de modo que cuando se reunían era para celebrar que
estaban vivos.
El movimiento hippie organizó numerosas protestas contra la guerra
de Vietnam, pero también se reunieron para desnudarse, bailar, cantar, amarse
sin trabas, y probar drogas psicotrópicas; en este sentido es un movimiento
cultural que se asimila al Romanticismo por su afán escapista. En los grandes
festivales practicaban nudismo, escuchaban música y se relacionaban libremente entre sí, provocando un escándalo
social en la puritana sociedad estadounidense.
El
movimiento hippie era idealista porque creía que la paz mundial,
la igualdad económica, el fin de las jerarquías y el triunfo del amor libre eran posibles. Exportó a Occidente la
filosofía oriental y las formas de espiritualidad de hindúes y budistas, poco
conocidas hasta entonces. Su punto de referencia fue la India, y de allí exportaron
a Occidente sus prácticas religiosas, el Yoga y la Meditación trascendental, la
música, los símbolos y sobre todo, la filosofía de la no violencia budista.
A
pesar de que los teóricos no se ponen de acuerdo sobre el impacto real en la
sociedad de este movimiento, lo que es indudable es que el hippismo fue uno de los primeros fenómenos sociales que
triunfaron por su visibilidad mediática.
Actualmente esta concepción del amor libre ha tomado diferentes formas y expresiones, como por ejemplo los amores Kuir, los amores swinger o el poliamor, que está basado en la multiplicación de parejas de forma libre. El poliamor mantiene la estructura dual pero rompe con la exclusividad, y abre las relaciones a un mundo más diverso, más complejo, más enriquecedor. Hoy es practicado por muchas personas, y se considera que personajes más famosos que han practicado poliamoría son: Simone de Beauvoir, Sartre, John Lennon, Yoko Ono, Anáis Nin...
Generalmente las prácticas amorosas y sexuales alternativas han sido practicadas en el silencio, en el seno de reducidos grupos sociales, por ejemplo entre las clases altas. Pero en la actualidad van tomando visibilidad gracias sobre todo a Internet, a reportajes periodísticos en los grandes medios sobre estos grupos, a una mayor tolerancia social sobre la diversidad sexual y amorosa.
La Red es un punto de encuentro para obtener información, compartir puntos de vista, conocer gente con ideologías amorosas parecidas a la tuya, y crear redes poliamorosas, de intercambio de pareja, de prácticas como el bdsm, etc.
MANIFIESTO POLIAMOROSO
(Colectivo Poliamor en México)
Lo decimos de modo contundente:
olemos algo enrarecido en el amor tradicional; algo se pudre, algo subyugante
lo atraviesa: una forma de dominación casi imperceptible.
Cuestionamos en ese sentido lo
incuestionable. Cuestionamos la monogamia obligatoria, la cosificación del ser
amad@, la cárcel dicotómica del sexo-género y sus roles opresivos.
Impugnamos la familia nuclear
tradicional y la mediocridad del monosexismo.
Aborrecemos la mitología del
príncipe azul, la bella durmiente y de la media naranja, del “hasta que la
muerte los separe” y la familia feliz.
Repudiamos los odios y la
violencia sistemática que se genera contra toda manifestación que no se someta
al sistema hegemónico.
Cuestionamos toda esencialización
del sexo, el género, la sexualidad y el amor.
Nos asquea el yugo del
patriarcado y de la dominación masculina que permea a la humanidad entera y nos
está llevando a la destrucción del planeta y de la especie.
Rechazamos esa violencia
disfrazada de amor que son los celos.
Pugnamos por erradicar toda forma
de dominación, autoridad, jerarquía y orden impuesto.
Repudiamos un sólo y único modo
de sentir, percibir, pensar y vivir los afectos, la sexualidad y las relaciones
amorosas.
Queremos desenmascarar al amor
tradicional como una forma más de dominación sistemática, para algun@s, casi
imposible de percibir.
Así, nos proponemos trabajar en
las siguientes 6 objetivos-áreas:
1. Erradicar. Aspiramos a
descolonizarnos de la dominación que ha tomado y hecho suyo nuestros corazones,
nuestra entraña, nuestra carne y nuestra alma.
2. Encarnar. Queremos hacer el
poliamor, queremos hacer carne, materia, realidad el poliamor. Ansiamos
imaginar y crear el amor más allá de lo que nos han impuesto como “el verdadero
amor”. Hacerlo letra, imagen fija y en movimiento, canción y poema, pensamiento
y acción, reflexión y creación; en una palabra, hacerlo vida.
3. Infectar. Queremos propagar el
virus del poliamor y del amor libre. Queremos hablarle a tod@s del poliamor.
4. Tejer y hacer red. Pretendemos
crear una red solidaria de poliamorosos en México y en todo el mundo. Queremos
revertir la consigna política de “divide y vencerás”. Deseamos hacer alianzas
con otros grupos hermanos, con otros rebeldes y excluidos que luchan por la
autodeterminación y por una vida digna. Amamos la libertad y nos sentimos
profundamente cercanos de todo movimiento libertario.
5. Ser lúdicos, festivos,
reventados. Anhelamos compartir contigo unos tragos, un café, un paisaje, unas
risas, sueños, la alegría, amaneceres, la cama. Reclamamos gozo. Queremos
emborracharnos contigo en la fiesta de la vida.
6. PERO SOBRE TODO, TE QUEREMOS A
TI. TE DESEAMOS. TE QUEREMOS LIBRE, LIGERO, DIGNO, PLENAMENTE AMOROS@. QUEREMOS
ESCUCHARTE, SABERTE, SENTIRTE. QUEREMOS SABER TUS HISTORIAS, TUS DESEOS, TUS
GANAS. QUEREMOS QUE NOS COMPARTAS, QUE NOS TOQUES. DESEAMOS TU DESEO HACIA
NOSOTROS.
Si te leíste en alguno o varios
de estos objetivos-áreas, es porque desde siempre han sido tuyos. En cada uno
de ellos hay mucho que hacer, desde grupos de encuentro hasta orgías del
pensamiento pasando por talleres, proyectos artísticos, tertulias, brigadas de
divulgación, fiestas temáticas, literatura, cinedebates, obra, investigación,
terapias, teoría, etc. Te conminamos a que propongas proyectos al respecto o
que te sumes a los que empezaremos a construir. No queremos decirle a nadie qué
hacer. No queremos caer en lo que estamos criticando. Te damos la palabra. ¿Qué
quieres, qué deseas, qué propones?
Queremos contigo. ¿Quieres con
nosotr@s?
Atte. Colectivo Poliamor en
México (estamos en Facebook).
A continuación os dejo un vídeo muy interesante otra de las formas de practicar y vivir el amor libre que existe en una comunidad China, los Mosuo, que muchos han calificado como "sociedad matriarcal":
Los Mosuo: Libertad sexual par raulespert
Los Mosuo: Libertad sexual par raulespert
Aquí tenéis más información sobre el tema:
Libro "El amor libre" de Osvaldo Baigorría
web POLIAMORÍA
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En el blog LLegando Lejos...
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