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28 de abril de 2011

El mito del matrimonio en las bodas reales: KATE Y GUILLERMO






Las bodas reales hoy en día cumplen dos funciones: una de tipo político, y otra de carácter mitológico. Sirven para demostrar que “los ricos también lloran”, que sienten, aman y sufren como el resto de los mortales; es un modo de acercarse al pueblo, y a la vez de seducirlo mediante el mito del “matrimonio por amor”, ya que antiguamente los príncipes y princesas se unían para perpetuar dinastías, unir territorios, formar imperios. Y el amor se daba siempre al margen del matrimonio; nadie pedía que los reyes y las reinas se amasen locamente y para siempre.  

Hoy las monarquías europeas tratan de demostrar a la población que son “modernas” porque se unen por amor, como la gran mayoría de la población occidental (al menos, es el principal motivo que se refleja en las encuestas sociológicas). Estas uniones románticas reales, en realidad, sirven para legitimar la perpetuación de las instituciones monárquicas, estructuras que quedaron obsoletas con la imposición de las democracias en casi toda la sociedad occidental.

Ya que la necesidad de la existencia de los reinados actuales es puesta en entredicho por amplios sectores de la sociedad, que protesta porque las familias reales consumen una cantidad de presupuesto público que podría emplearse en sanidad, educación o cultura, las casas reales necesitan seducir a las masas, y una de las mejores formas es a través de las bodas entre hombres y mujeres “modernos” y enamorados.



Esta imagen de “modernidad” comenzó con la boda de Diana de Gales y Carlos de Inglaterra, porque abrió la puerta a otras plebeyas europeas para ocupar tronos reales, y porque fue la primera que se mostró accesible a la prensa, a la que permitió penetrar en la intimidad de las alcobas palaciegas británicas.

Con la boda de Kate Middleton y el Príncipe Guillermo, se ha desatado, de nuevo, un circo mediático que comenzó con la boda de la actriz hollywoodiense Grace Kelly con el Príncipe Rainiero de Mónaco.



 El 19 de Abril de 1956 cerró su carrera cinematográfica con una de las bodas más espectaculares de la época, según Mariángel Alcázar (2002). La organización contó con la ayuda profesional y técnica de Hollywood. La novia fue maquillada y peinada por el equipo de caracterización de la Metro Goldwin Meyer, y su directora de moda fue la diseñadora del vestido. En la pareja confluían dos mundos distintos pero llenos de glamour y prestigio social: Hollywood y la realeza europea. Grace tuvo que renunciar a seguir trabajando, pero a cambio subió al olimpo de las princesas más populares y admiradas del mundo. Había sido educada para ser una princesa y casarse, y además era una mujer joven, sana y extremadamente atractiva: lo tenía todo para ser una verdadera princesa. La práctica totalidad de las casas reales europeas, según Alcázar (2002), rechazaron la invitación de Rainiero para mostrar su desacuerdo con que una mujer norteamericana y además, actriz, subiera al trono de Mónaco. Pero a cambio, la boda fue espectacular y los medios contribuyeron mucho a su lucimiento. 


Desde entonces, las aventuras y desventuras de esa familia real se han convertido en una constante en la prensa rosa internacional. La muerte de Grace Kelly en un accidente de coche intensificó y potenció ese mito, pues Carolina, Estefanía y Alberto quedaron huérfanos, y el Príncipe Rainiero triste y solo para siempre, pues no volvió a casarse.




La boda del Príncipe Carlos de Inglaterra con Lady Di fue todavía más impactante para la población mundial que la de Grace. El relato de esta historia no podría haberlo ideado ni el mejor guionista de telenovelas, porque contiene todos los elementos narrativos para ser una historia apasionante. Para mí, la historia de amor  empieza y acaba en Camilla Parker-Bowles, una mujer perteneciente a la aristocracia inglesa pero sin títulos nobiliarios con la que Carlos ha vivido un intenso y prolongado romance desde su juventud hasta la actualidad.


Conoció al  Príncipe Carlos con 23 años y, según cuenta la prensa rosa, ella le comentó al príncipe que el tatarabuelo de Carlos fue amante de su  bisabuela. A partir de ahí siguieron un romance que no interrumpieron pese a la boda de ella con Andrew Parker-Bowles, con el cual tuvo dos hijos.

Para casar al Príncipe Carlos, la Corona optó por una chica dulce, joven e ingenua llamada Diana. Anteriormente se había elegido a su hermana, pero Diana logró  “arrebatarle” a su hermana el pretendiente y logró ser ella la que alcanzase el mayor sueño de una mujer bien educada. Carlos se casó con una chica con aspecto de virgen; una muchacha sumisa y entregada que no chocaría con los intereses de la monarquía real británica. La boda, celebrada en 1981, fue un acontecimiento mediático de gran envergadura (al que acudió Camilla en calidad de invitada de honor) que logró consolidar la monarquía inglesa y sumir a la población en un encantamiento de carácter romántico que despertó grandes pasiones a lo largo de los años. 

Carlos nunca dejó de amar y de ver a Camilla, y Diana vio como su feliz cuento de princesa rosa se desmoronaba. En lugar de asumir su función como esposa real y hacer su vida por su lado, Diana se rebeló, protestó ante las cámaras, se confesó ante la opinión pública, lloró a mares y se convirtió en la víctima de la malvada Reina Isabel II y su hijo Carlos, hombre calculador y frío que no supo amar las virtudes de su princesa y tampoco supo hacerla feliz.



  
Y VIVIERON FELICES, Y COMIERON PERDICES... Y AL PUEBLO, AJO Y AGUA




La alianza del poder mediático con el poder monárquico ha generado multitud de bodas de ensueño que han sido seguidas a través de televisión por millones de personas en el mundo. La boda de Kate y Guillermo deja en un segundo plano la crisis nuclear de Fukuyima, la represión de las masas que luchan por sus derechos en los países árabes, o la terrible crisis económica que azota Europa. En esta semana apenas se habla de los recortes sociales que está sufriendo la población, de los dividendos millonarios que se están repartiendo los accionistas de las principales empresas multinacionales, de las rebeliones que están teniendo lugar al Sur de Europa y que están dejando miles de muertos . 

Esta boda es como un cuento que actúa de calmante frente al miedo y la preocupación por el desempleo que están sufriendo millones de familias en España, Grecia, Portugal e Italia, y el fenómeno social de la generación perdida de gente muy formada sin posibilidades de trabajar.

Durante una semana nos olvidaremos de como avanza el neoliberalismo y desaparecen nuestros derechos porque hay una pareja feliz que va a casarse con todo el lujo; ellos representan lo que todos querríamos: vivir sin trabajar, y no tener que preocuparnos por nuestro futuro ni el de nuestros hijos e hijas. Kate es plebeya, hermosa, joven, sana y aunque no tiene sangre azul en sus venas, es la elegida por el hijo del heredero de Inglaterra para ser, en el futuro, la Reina del imperio británico. Él es el Príncipe Azul que la eligió para ser su esposa.



Los medios están repitiendo una y otra vez que ella es una chica “normal” (sus padres antes trabajaban, hoy regentan un negocio familiar que les convirtió en millonarios) y que él estudió como un chico “cualquiera” que compartía piso con sus amigos y amigas. Pese a que se separaron temporalmente, hoy nos cuentan que “el amor lo puede todo” y que cuando es amor verdadero, la historia acaba en boda, es decir, con final feliz. Después de que todos los hijos de la Reina Isabel se hayan divorciado (Andrés, Ana, Carlos), la población mundial puede volver a tener fe en que, esta vez sí, Kate y William van a a ser felices, no van a dar motivos de escándalo, van a tener bebés que perpetúen la dinastía Windsor.


Su historia de amor demuestra que la Monarquía no es una institución desfasada o arraigada en la tradición más rígida; porque se les ha permitido casarse, porque se les fotografía yendo de compras, esquiando, saliendo de copas con sus amigos y amigas, navegando por el mar, graduandose en la Universidad, “como cualquier pareja joven”. Además, como son muy “normales”, ambos se implican en dar publicidad y fondo a las organizaciones de caridad que ponen parches a las desigualdades sociales y económicas, pero que no sirven para acabar con ellas.


Lo que no dicen los medios es que ellos tienen privilegios que los elevan por encima de la masa, que ha de conformarse con soñar, a través de ellos, vidas felices sin necesidades ni precariedad. Y es que si la existencia de las Monarquías actuales tiene sentido, es precisamente porque ofrecen espectáculo y estrellas mediáticas con las que el vulgo se entretiene al final de su jornada laboral. La audiencia se identifica con princesas y príncipes, proyecta sus sueños sobre ellos, y también disfruta con sus desgracias, porque así sienten, de algún modo, que además de ser ricos, famosos y envidiables, son personas que, como Lady Di, tienen la regla, cometen adulterios, sufren, se automutilan, lloran, engordan y adelgazan, enferman y mueren. La principal función de las monarquías a nivel simbólico sería, pues, ofrecer relatos de vida que permitan a sus súbditos soñar y entretenerse.





Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Otros artículos de la autora: 

24 de abril de 2011

El Amor de Coca Cola







Esta imagen vale más que mis palabras: para vivir en un mundo mejor basta con abrazarse con fuerza al amor de tu vida, porque es el camino para la felicidad. Esta imagen tan romántica no es nada inocente; nos dice: para ser felices basta con tener a alguien a tu lado, o entre tus brazos, para olvidarse de las desgracias mundiales. 


Coca Cola nos presenta el amor romántico como panacea a todos nuestros males y los de la humanidad. El amor correspondido como tabla de salvación, el romanticismo idealizado como refugio frente al mundo, como solución a la soledad, como paraíso en el que lograr la felicidad. 


Y es que el amor en sí no es más que un medio para alcanzar metas más altas, aunque también lo puedes disfrutar como un fin en sí, del mismo modo que la Coca Cola; sólo con beber el refresco ya experimentas "un mundo de sensaciones" en tu boca, pero que además te socializa, te da alegría, te permite olvidar las penas y recordar que "Todo va mejor con cocacola",y gracias a ella puedes experimentar la "Sensación de vivir", porque Coca Cola es "La chispa de la vida", y si te sientes triste, preocupada, o deseperado, puedes abrazar "El lado Coca Cola de la vida".








El amor romántico de Coca Cola es un amor heterosexual, entre dos jóvenes blancos, adultos de diferente sexo en edad reproductiva, siempre sanos, jóvenes y guapos, de clase media y occidentales. Ese es el modelo canónico que nos han vendido hasta la saciedad en las novelas, las películas, las series televisivas; y todas las demás formas de relacionarse erótica y sexualmente han sido invisibilizadas, o simplemente presentadas como desviaciones a la norma. 








Y es que el amor que rompe con la dualidad, con la heterosexualidad, con las diferencias de edad, de clase social, de idioma o religión, no vende. No vende porque los tríos y los cuartetos son aberraciones que se oponen a la pareja, porque una señora no puede enamorarse de su jardinero, porque dos mujeres no pueden unirse desafiando el institnto reproductivo, porque el amor entre ancianos es obsceno, porque el amor  entre dos hombres es vicio, porque el amor en grupo es lujuria, porque el amor entre gente con deficiencias psíquicas o trastornos mentales no es amor...






El amor de Coca Cola es un amor idealizado, siempre presentado como una fuente inagotable de armonía, paz conyugal, diversión y cariño a borbotones. Es una utopía posmoderna que nos hace olvidar que los seres humanos no somos perfectos, y por tanto las relaciones entre nosotros tampoco lo son; no se nos muestra entonces que el romanticismo patriarcal está basado en la dependencia mutua (dictada por la división de roles), la necesidad, las luchas de poder, el miedo a la soledad, el deseo de belleza y de juventud eterna, la mitificación de una estructura que genera más dolor, decepciones y frustración que otras relaciones afectivas menos idealizadas. 






El amor de Coca Cola nos enseña que para ser feliz no hay que unirse en redes de cooperación y solidaridad mutua, que no es necesario organizarse contra los abusos del poder ni contra la deshumanización del sistema capitalista, que no sirve de nada tratar de cooperar en la creación de un mundo sin guerras, sin destrozo medioambiental, sin jerarquías que discriminen... no, lo importante es TENER a alguien, unirse a otro yo solitario y hacer frente al mundo en parejas, unidos para siempre  en una burbuja de felicidad y armonía individualista.





Coca Cola nos invita a consumir y a olvidarnos de los problemas, y crea campañas inundadas de optimismo donde se nos dicen cosas como "por cada científico diseñando un arma nueva, hay un millón de mamás haciendo pasteles". 
Si, las mamás en casita cocinando, sin duda contribuye a crear un mundo más dulce y amable...






Y es que Coca Cola ha organizado el I Congreso de la Felicidad y ha creado el Instituto de la Felicidad, para tratar de animarnos dado el pesimismo generalizado que cunde ante las guerras, los desastres nucleares, las playas contaminadas, los bajos salarios, los millones de parados, los vertidos de crudo, el enriquecimiento de los ricos, el empobrecimiento de los pobres, la corrupción de los políticos, la falta de ética de las empresas y sus directivos, la contaminación del aire, la violencia machista, el maltrato infantil, las redes de tratas de personas.... 









Coca Cola nos propone que seamos optimistas, que nos amemos de dos en dos, y que nos reproduzcamos alejando la rabia, la preocupación, el dolor y la indignación por la crisis económica... con el optimismo lograremos alcanzar la felicidad (aunque solo sea la propia)






Y antes de terminar, recuerden que para ser feliz hay que beber este refresco y ante todo, tener pareja, si no échenle un vistazo a la web de la Felicidad Coca-Cola: 


http://www.institutodelafelicidad.com/feli/amor-y-sexo/el-amor-lo-m%C3%A1s-importante







Otros artículos relacionados: 


Los mitos románticos en AVATAR


El beso de Iker a Sara


Después del final feliz de la boda...





19 de abril de 2011

Crónicas ticas






PLAYA CHIQUITA, PUERTO VIEJO, LIMÓN


mis pies desnudos caminando 
por el suelo de bambú
mis ojos tropiezan con el altarcito budista
que me conecta con la sacralidad de la vida
la  mosquitera que me proteje
en la casa-árbol con techos de paja

escaleras de troncos
columnas de madera
hogar sin muros
sin ventanas
sin cemento 
sin cristales


el río que pasa por debajo
el sonido de la lluvia tropical en la noche
los gritos de los monos recibiendo alborozados la nueva mañana
el canto de las aves de colores
el sonido del mar a lo lejos
la humedad caliente que se pega al cuerpo
el caminito de selva hacia la playa caribeña


las mujeres afrodescendientes en el mercado
sus atronadoras risas y su ropa de colores
los niños blancos, las niñas mulatas
pieles de miles de mezclas  de colores 
correteando descalzos
jugando en inglés y tico


el verde que se come el asfalto
el azul intenso del mar caribe
el polvo del camino
las velas en la noche que celebran la feminidad
que espantan los feminicidios
que lanzan llamas de esperanza feminista


las risas de las mujeres noruegas
los vestidos blancos de las niñas norteamericanas
la alegría vital y la fuerza de las mujeres caribeñas
las ruedas de energía en Gaia
la salvia blanca inundando de humo la magia
el café rico que no excita

el gallo pinto con leche de coco
los bebés enlazados a los cuerpos de sus mamás
la piña deslizándose por mi piel, dulcificando me
las rastas y las banderas jamaicanas
el tempo caribeño
el oleaje vivo del mar de aguas calientes




Crónicas ticas en San José


Gasolineras fusionadas con farmacias
carteles enormes invitando a comer
los cables de la luz haciendo techos urbanos

 y sosteniendo semáforos
los camiones, los taxis rojos, los jeeps lujosos
los autobuses de mil colores
los volcanes que rodean la ciudad

el nuevo estadio chino-nacional, 
las casitas de colores, 
hermosas de imaginar sin rejas 
los queques, las empanadas, los casados, los gatos de fresa,
la mermelada de guayaba, 
el olor a café rico, 

el guaro con boleros, 
el vino chileno,


las vendedoras de artesanía
los músicos de la calle
los turistas
el sur, el este, el oeste y el norte

las cuadras
las iglesias
los conciertos, exposiciones, charlas y el bullicio universitario
el salto de las zanjas para una lluvia que no conozco aún
la espera inminente del temblor de tierra en semana santa


la solidaridad de hombres y mujeres
que sin conocerme de nada
me abren las puertas de sus casas
me alimentan de sus vivencias

me cocinan energías
me ofrecen su techo 

y me cuentan cómo es el mundo acá


ando perdida con los códigos
ellas y ellos son un faro de luz que me enseña el camino
que me conectan a redes
que me abren paso en medio de una selva de nuevas experiencias
y me enseñan que se puede confiar
que hay más luz que oscuridad
que unas puertas se cierran y otras se abren
que la vida merece la pena vivirla solo por la gente que habita en ella


la experiencia más fuerte acá: 

la gratitud inmensa que me invade y
no sé como expresar
la vivencia del cuerpo, que ya no es un aliado incondicional, 
sino un material que sufre cambios, 
que está conectado a mis miedos, a mis alegrías, a la humedad, 
a la altura, a los cambios de temperatura, a los estados de ánimo, 
a la comida que ingiero, a los pensamientos que digiero, 
a los deseos que nacen.


el dulce acento del tico y la tica, 
la lucha por sobrevivir de los y las nicas, 

los restaurantes chimos y libaneses, 
las pupusas salvadoreñas, 
la música latina de las cantinas, 




las miles de millones de nuevas palabras que aprendo cada día
en forma de plantas, árboles, frutas y animales nuevos
muchos modos de expresar emociones y situaciones, 
cantidad de palabras que me llegan y que aprendo

 como si 
de un nuevo idioma se tratase


la palabra que más me conmueve: solidaridad
la que más me divierte: idiey
la que más uso: mae
la expresión más sensual: qué rico
el verbo más acogedor: chinear,
son miles y acuden a mi a diario, 
como los nuevos olores, 
como los nuevos sabores
como los cambios de clima, 
como las locuras de américa latina


mientras caen las estructuras, aprendo.
esto está más vivo que mi viejo continente
aquí me siento habitante de un planeta 
sacudido por terremotos, volcanes, tormentas tropicales, 
huracanes, inundaciones, oleajes
aquí ya no se ve todo desde lejos a través de imágenes
aquí estoy allá, 
donde pasan las cosas
donde se vive el presente
donde se lucha por sobrevivir
donde no hay tiempo para naufragar en 
mares de tristeza porque aquí hay océanos

de necesidad, de lucha, de esperanza, 
de construcción perpetua

me siento humana y vulnerable,
pequeñita,
ignorante,
luchadora,
insignificante,
valiente,
torpe, 

aprendedora,
exiliada,
necesitada,
dadora,
más cerca de la vida
más cerca de la muerte
más cerca del accidente
del presente
del ahora...





Fotos: 


https://picasaweb.google.com/Koriakino/COSTARICA#slideshow/5597182617672225282




Para Paula y Daniel, Tatiana, Susana, Rigo, Eval, Iveth, Julia, Pamela, Jorge, Alex, Daniel, Maritza, José Ramón y María, Leda, Shirley.... con todo mi amor!





8 de abril de 2011

más amor, y menos golpes







- Es que cuando le conocí no era así; era un hombre maravilloso, si le vieras, tan guapo, tan galante, tan cariñoso.

- ¿Y por qué cambió entonces?

- Pues no sé, empezó a tomar mucho, y venía a casa y se ponía a golpearme por nada. Ahora ya no porque está mi hijo el mayor y no se lo consiente, pero antes me daba palizas y yo no le daba motivos, era el alcohol.

-Yo no encuentro que haya motivos para que un hombre te pegue, Guadalupe.

-Ya, bueno, lo que quiero decir es que ya entraba con ganas de pegarme a la casa, pero era porque  iba borracho, siempre los fines de semana se emborracha y se pone así.

-¿Y tú cuando bebes te da por pegar palizas a la gente?

-No, yo no, al revés, me pongo más cariñosa.

-Entonces no es el alcohol el motivo, ¿no?.

-No, es la rabia.

- ¿Y qué le da rabia?

- No sé, llega y empieza a llamarme estúpida, inútil, zorra, y puta, y de todo.  Es como para desahogarse, porque tiene un jefe que lo trata mal y le paga siempre tarde. Pero yo no tengo la culpa, digo yo.

-No, claro. 

- Ya no me pega porque una vez lo denuncié, pero me sigue insultando.

- Y tú que haces.

- Le digo que me deje en paz. 

-¿Y no te hace caso?.


4 de abril de 2011

Libro "La construcción sociocultural del amor romántico", de Coral Herrera Gómez






Coral Herrera Gómez: 
"La construcción sociocultural del amor romántico", 
Editorial Fundamentos, Madrid, 2011.


La construcción sociocultural del Amor Romántico” es un análisis multidisciplinar sobre la gran utopía emocional del siglo XX y XXI. En el libro analizo el amor y su dimensión social, biológica, política, económica, cultural, religiosa, sexual y emocional desde una perspectiva de género. 

Es parte de mi tesis doctoral (La construcción sociocultural de la realidad, del género y del amor romántico desde una perspectiva feminista queer), y a lo largo de todo el libro analizo los mitos románticos para entender porqué amamos así y no de otra forma, para desmontar los mitos, los estereotipos y los roles que nos ofrecen los relatos y que perpetúan la desigualdad entre mujeres y hombres.

En el libro resumo la evolución del amor romántico desde Grecia a nuestros días, y también hablo sobre la adicción del amor y sus patologías, los procesos orgánicos desatados en el proceso de enamoramiento y desenamoramiento, de cómo aprendemos a amar, y cómo transmitimos a las nuevas generaciones las normas no escritas del amor romántico occidental. 

Escribo sobre el matrimonio y el divorcio, sobre la sexualidad humana, las ideologías amorosas (las oficiales y las alternativas), las diferentes formas de relacionarse erótica y afectivamente (modelos de amor no hegemónicos, y en ocasiones, clandestinos).Analizo las diferentes formas de vivir el amor que nos impone la cultura según seamos hombres o mujeres, y desmonto la idea de que lo natural y lo normal sea la monogamia, la heterosexualidad, y la idea de la pareja como fin para reproducirse.

También he tratado de desmitificar el matrimonio como meta ideal a alcanzar, he incidido en la sujeción femenina y las consecuencias del patriarcado en los afectos y el deseo. Mi idea es que lo mismo que el amor se construye, se puede deconstruir, y volverse a inventar. 

El amor se puede descapitalizar y despatriarcalizar: otras formas de quererse son posibles. Para sufrir menos y disfrutar más del amor, es fundamental llevar a cabo una revolución social y política, porque otras formas de organizaros y relacionarnos son posibles. También tenemos que revolucionar nuestra cultura y nuestra comunicación: necesitamos otros cuentos, con otras heroínas y otros héroes, con otras tramas y otros finales felices. 

Yo creo que Lo Romántico es político, es decir: el amor es un asunto de todos y de todas. El amor puede ser un potente dispositivo de control social para tener a las mujeres subordinadas a los hombres, y para que la gente se entretenga construyendo niditios de amor en dúo, pero también puede ser una herramienta para la transformación: creo que podemos construir relaciones sanas, igualitarias, basadas en el respeto, en el buen trato y en el compañerismo. Otros romanticismos son posibles: cuanto más expandamos el amor, más fácil acabaremos con el patriarcado, las jerarquías, la violencia y la cultura del interés propio y el egoísmo. 

Si aprendiésemos a querernos más y mejor, podríamos extender el amor a la comunidad, al pueblo, al país: con mucho amor podríamos acabar con los discursos de odio que atentan contra los derechos humanos y que oímos a diario en nuestros medios de comunicación. 

El amor no tiene por qué ser una esclavitud para nosotras: ninguna está condenada a sufrir, ni a pasarlo mal, ni a "aguantar". El amor ha de ser una fuente de goce y disfrute, por eso es tan importante analizarlo, desmontarlo, desmitificarlo y reinventarlo. Creo que liberar al amor del patriarcado y el capitalismo es una tarea individual, pero también colectiva: nos queda mucha tarea por delante, pero sin duda el trabajo es apasionante.  
 





INDICE DEL LIBRO

INTRODUCCIÓN
I.           LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL AMOR

1.1. ¿COMO CONSTRUIMOS LA REALIDAD?

1.1.1. ¿QUÉ ES LA REALIDAD?

1.1.2.LA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DE LA IDENTIDAD Y EL GÉNERO


  1.2. ¿QUÉ ES EL AMOR?

1.2.1. EL ENAMORAMIENTO Y EL DESENAMORAMIENTO.

1.2.2 FUNDAMENTOS BIOLÓGICOS DEL AMOR

1.2.3. LA DIMENSIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA DEL AMOR

1.2.4. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE LOS GÉNEROS: EL MATRIMONIO Y EL DIVORCIO 


1.3. LA SEXUALIDAD HUMANA.

1.3.1. LA SEXUALIDAD FEMENINA
1.3.2. LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DE LA SEXUALIDAD
1.3.3. EL MITO DE LA MONOGAMIA
1.3.4. EL MITO DE LA HETEROSEXUALIDAD
1.3.5. IDEOLOGÍAS SEXUALES Y AMOROSAS ALTERNATIVAS

1.4.EL AMOR Y EL PODER ENTRE LOS GÉNEROS.

1.4.1. ¿AMAN IGUAL LOS HOMBRES Y LAS MUJERES?

1.4.2. EL PODER PATRIARCAL EN EL AMOR


II.        LA CONSTRUCCIÓN CULTURAL DEL AMOR
2.1. LA CONSTRUCCIÓN CULTURAL DE LA REALIDAD Y DEL AMOR

2.1.1. LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DE LA REALIDAD
2.1.2. LA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DEL AMOR
2.1.3.LAS IDEOLOGÍAS AMOROSAS
2.1.4.LA DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL AMOR.
2.1.5.LA DIMENSIÓN MÍTICA Y RITUAL DEL AMOR

2.2. EL AMOR PASIONAL EN LAS NARRACIONES HUMANAS

EL AMOR PASIONAL EN LA ANTIGÜEDAD GRIEGA
EL AMOR CORTÉS
EL AMOR PASIONAL DEL SIGLO XVIII
EL AMOR ROMÁNTICO
EL ROMANTICISMO FEMENINO


III.     EL AMOR COMO UTOPÍA EMOCIONAL DE LA POSMODERNIDAD

3.1.   LA CULTURA DE MASAS POSMODERNA

3.2.   LA IDENTIDAD POSMODERNA

3.3.   LAS RELACIONES AMOROSAS EN LA POSMODERNIDAD: EL AMOR COMO UTOPÍA EMOCIONAL

3.4.   PROPUESTAS PARA LA CONSTRUCCIÓN SOCIOCULTURAL DEL AMOR EN EL SIGLO XXI


Entendida siempre como un fenómeno reproductivo biológico y ninguneada por el discurso científico, muy pocos son los estudiosos que han concedido a la pasión amorosa la atención que merece. El presente título, fruto de un trabajo de investigación doctoral, analiza el fenómeno del amor en toda su complejidad, pero incidiendo especialmente en su construcción sociocultural desde una perspectiva queer.

La tesis central de esta obra es que las emociones están construidas en la sociedad a través de la cultura, y por ello aprendemos a sentir a través de las narraciones y los mitos. Los patrones emocionales que aprendemos en la infancia y adolescencia a través de películas, cuentos, novelas y canciones no han sido susceptibles, hasta hace poco, de ser investigados con rigor académico, y sin embargo determinan nuestra identidad, nuestra vida cotidiana, nuestras formas de organización social y económica.

Mediante un proceso de crítica y deconstrucción, la autora va desvelando la mitificación del romanticismo patriarcal, visibilizando las utopías emocionales de la posmodernidad, y deconstruyendo el pensamiento binario y los conceptos de lo “normal” o lo “natural”, variables según las culturas y las épocas históricas, del mismo modo que varía la cultura amorosa en cada rincón del planeta. El libro se centra en el análisis del amor de pareja occidental, y elabora una crítica acerca de los condicionamientos sociales y culturales que empobrecen y limitan nuestra sexualidad y nuestras redes de afecto.

Coral Herrera Gómez (Madrid, 1977) es Doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual. Es docente e  investigadora, consultora de género y comunicación, blogger y escritora. Dedicó su tesis doctoral al tema del amor romántico desde una perspectiva multidisciplinar que parte de los feminismos, y los estudios de masculinidad. 

A partir de entonces, su trayectoria profesional ha estado ligada a  la reflexión en torno a la construcción de la realidad desde los medios de comunicación y las industrias culturales. También ha ahondado en la relación de legitimación que existe entre nuestras estructuras emocionales y culturales, y nuestra organización sociopolítica y económica. En su blog se dedica a deconstruir los mitos de la heterosexualidad monogámica que perpetúan las desigualdades y la dependencia mutua, siempre con un lenguaje de humor y de batalla. Su propuesta final es que expandamos el amor hacia las comunidades para acabar con el patriarcado, el individualismo, las jerarquías y las desigualdades.




El libro se puede adquirir en todas las librerías de España y algunas de América Latina. 

Puedes también comprarlo en Internet:

en la web de Traficantes de Sueños o en la Editorial Fundamentos si vives en España, 

y en Amazon.com si vives fuera de España. 

También puedes pedirlo en la Biblioteca de tu barrio o de tu pueblo si quieres leerlo gratis.