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15 de agosto de 2019

Manual de ética amorosa para ligar en Tinder y otras redes sociales



Articulo publicado en eldiario.es:

-Todas las relaciones son amorosas, sean románticas o no, sean sexuales o no, sean reales o virtuales. Partiendo de esta base, los cuidados deben ponerse siempre en el centro: el cuidado a una misma, el cuidado a las personas con las que te relacionas.

- La base del cuidado es la sinceridad y la honestidad. Cuenta lo que estás buscando: relaciones basadas en el placer sexual o un romance en toda regla, si estás abierto o no para tener una relación sentimental, o varias, si eres monógamo o poliamoroso, si tienes pareja o estás soltero, si te apetece vivir una historia de amor alucinante, o sólo pasar ratos lindos y divertidos.

- No confundas a la otra persona: sé claro y utiliza tu asertividad. Si quieres quedar, dilo. Si no quieres quedar, dilo también. Hay que ser claro y transparente, no marear a la gente con tu indecisión.

- Trata bien a las mujeres y a los hombres con los que te relaciones. No importa si los vas a ver sólo una noche, o si os vais a ver cien noches. No importa si sólo os une el placer sexual, o si también estáis conectados emocionalmente: lo único que importa es el buen trato.

- Cuando alguien quiere ligar contigo y a ti no te gusta, que no se te olvide el buen trato. En lugar de pasar de alguien y bloquearle, hay que explicar con sinceridad cómo te sientes, y contar que no quieres hablar más, que deseas cerrar la relación, o que no quieres empezar ninguna.

- Cuando quedes con una persona en algún sitio, mejor que sea público, como una plaza, una cafetería, un centro social, un centro cultural, un bar o un restaurante, un teatro, un cine, un museo, una discoteca, un parque. A las mujeres nos conviene quedar en espacios seguros y llenos de gente. Ya habrá tiempo para buscar espacios más íntimos si os apetece a ambos.

- Misterios, los justos: la otra persona quiere saber quién eres, cómo vives, qué haces en tu tiempo libre, cuales son tus pasiones... en la primera cita todos necesitamos información para saber si nos gusta o no la otra persona, y si hay algún tipo de afinidad.

- El tiempo que estéis juntos, que sea de calidad. Para mostrar interés lo mejor es tener guardado el celular, y escuchar con atención amorosa a la otra persona, sin interrupciones ni vacíos.

- Si la otra persona se va antes de tiempo de la cita, acepta y respeta. Si te vas tú antes, el otro tiene que aceptar y respetar igual.

- Si le propones a la otra persona iros a un lugar más privado y la otra persona te dice que no, es no.

- Si te entran ganas de darle un beso a la otra persona, es importante que tengas señales muy claras sobre su nivel de receptividad. Si no sabes si la otra persona quiere, díselo con una sonrisa: "me encantaría darte un beso", o pregunta: "¿puedo darte un beso?" Si te dice no, es no.

- Estáis en el sofá y os estáis dando besos, pero cuando la cosa se pone más intensa, ella te dice que no quiere más, y entonces tienes que volver a recordarlo: "No es no". Incluso aunque estéis desnudos, o en mitad del acto sexual. No, es siempre no.

- Si vais más allá de la primera cita y estás viendo a otras personas en la misma red social, o en otras redes, hay que contarlo con naturalidad: estamos todos en lo mismo, buscando gente que nos guste, probando, y explorando. Mentir sólo sirve para crear relaciones de desconfianza que aumentan las inseguridades que llevamos todos encima, los celos y otros asuntos poco placenteros.

- No finjas orgasmos para no herir el frágil Ego del otro. Hay que hablar de sexo y crear el espacio de confianza para que podamos contar lo que nos gusta y lo que no, para compartir nuestras fantasías y nuestras apetencias, para elaborar pactos a la hora de compartir placeres de manera que ambos os sintáis a gusto.

- Hay que hablar de anticonceptivos desde la primera cita: ¿cómo vamos a evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual?, ¿cómo vamos a cuidar nuestra salud y la del otro? No le pidas a nadie que haga el amor sin protección: a las mujeres nos baja la libido cuando los hombres se niegan a usar barreras.

- También hay que pactar la frecuencia del contacto virtual y de las citas presenciales: hay gente que necesita mucha comunicación y pasa el día pegada al teléfono, hay gente que sólo se sienta una vez al día a contestar mensajes, hay gente que no usa redes sociales ni Internet... hay gente que le encanta chatear, y gente que no. Hay que sentarse a explicar qué desea cada cual, qué necesita o qué le apetece, es ideal para poder establecer el ritmo de la comunicación. Es esencial que ambos os sintáis a gusto con los pactos alcanzados.

- Si aumenta la pasión y necesitas, o la otra persona necesita elaborar pactos de exclusividad y os planteáis una relación monogáma, ojalá haya la confianza y la complicidad necesaria para poder hablar de lo que os apetece, y de cómo os sentís, y de cuándo es el momento de dejar las redes para ligar, sin sentirse obligado ni obligar a la otra persona.

- Si a la otra persona no le apetece lo mismo que a ti, hay que aceptar y hablar mucho para ver si se puede construir una relación en la que ambos estéis a gusto, o si quizás sea mejor no seguir porque ambos queréis cosas diferentes. Lo que no funciona es que uno de los dos renuncie a lo que necesita o lo que quiere, y el otro no. Es cuestión de ir negociando, y si no se llega a ningún punto, no pasa nada. Es bonito intentarlo, y de todo se aprende.

- Cuando estás en una o varias relaciones de Tinder, hay que ir midiendo los niveles de recicprocidad y correspondencia, para ver si uno se enamora demasiado y el otro no, o al revés. Porque cuando tienes claro esto, puedes cuidarte mejor a ti mismo y cuidar a la otra persona, tanto si es la otra persona la que está muy enamorada de ti, como si eres tú el que estás muy enamorado.

- Cierra las historias con elegancia, con cariño, con honestidad. Portaté bien. Que os quede a los dos un bonito recuerdo de la relación, no importa cuánto haya durado. Evita las mentiras, los engaños, los chantajes, los reproches. No desaparezcas, enfrenta la cuestión con respeto y cuidando a la otra persona: se trata sólo de decir cómo te sientes y por qué quieres dejar la relación. Respeta también la libertad de la otra persona para irse si desea seguir su camino a solas o con otras personas.


Coral Herrera Gómez


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