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15 de enero de 2018

Propuesta para recuperar el placer de conversar

¿Y si probamos a eliminar el tono de desprecio cuando opinamos en los hilos para hablar con la gente que no piensa como nosotras? Se me ocurre de pronto que si utilizásemos un tono más tranquilo a la hora de opinar y de aportar en una buena conversa, seguro que la conversa no se convertiría en una guerra. También habría que abstenerse de insultar, de hacer suposiciones y acusaciones si no conoces bien a la persona, de ofenderse por todo, de descalificar automáticamente a las que opinan lo contrario a nosotras, de explicarle a la otra persona cosas en tono de superioridad y condescendencia. No es fácil, pero hay que intentar no meternos personalmente con alguien y no desviar el foco de la conversación hacia la pelea.

Y por último, podríamos también intentar no etiquetar ni situar a la gente en el bando de las enemigas o las amigas, creo que también ayudaría mucho a que recuperáramos el placer de conversar, de aprender juntas, de construir conocimiento colectivo en las redes sociales. Tenemos unas herramientas muy potentes para debatir, para organizarnos, para denunciar, para visibilizar, para llegar a acuerdos, aprovechemosla. 

Cuidemos las formas a la hora de hablarnos y de pensar colectivamente sobre un tema para no herir ni tratar mal a las compañeras. Yo creo que es importante poner en práctica nuestro feminismo, que es un movimiento y una teoría que lucha por garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. De violencia también en las redes. 

Pensemos entre todas, ¿cómo podríamos hablar sobre temas delicados (prostitución, maternidad y lactancia, compraventa de bebés, etc) desde el respeto, y el cuidado mutuo?, ¿cómo podríamos hacer para convertir el enojo en argumentos, para evitar malentendidos y malos rollos, para comunicarnos de la forma más amorosa posible?, ¿cómo debatir sin ira, sin rencor, sin agresividad, y sobre todo, sin ese tono de desprecio que se nos pone automáticamente cuando convertimos la conversación en una guerra? 

Pensemos, amigas, que este facebook ultimamente está cargado de tensiones, peleas y malos rollos, y cada vez la gente se aísla más en sus grupos de afinidad, vamos a ver cómo podemos hacer para construir una comunicación más placentera para que podamos disfrutar todas.

Coral Herrera Gómez

14 de enero de 2018

Hombres maltratados




Si cientos o miles de hombres empezasen a hablar del acoso sexual, el maltrato y las violaciones que sufren de otros hombres, ¿pondrían los demás hombres en duda sus testimonios?, ¿les acusarían de ser vengativos, mentirosos, de querer destrozar el prestigio de sus violadores?, ¿les tacharían de puritanos, de exagerados, o sentirían empatía hacia ellos? 

Pienso por ejemplo en los niños que han sufrido abusos sexuales y violaciones en su infancia a manos de sus padres, abuelos, padrastros, tíos o amigos cercanos a su familia. A la mayor parte de los niños no se les cree, o no se les protege aunque se les crea. Para no generar escándalo social les obligan a seguir soportando los abusos, o a permanecer callados toda su vida. Unos se suicidan, otros viven con el trauma en silencio para toda la vida, y otros denuncian en el ámbito familiar o públicamente a sus agresores, que nunca irán a la cárcel porque sus delitos prescriben cuando esos niños alcanzan la edad adulta. 

Hay muchos hombres heterosexuales que sufren la violencia machista de otros hombres porque son raros, porque no son como los demás, o porque su aspecto es afeminado. Desde pequeños están sometidos a constantes pruebas por parte del grupo para demostrar su virilidad, y quienes no dan la talla sufren el desprecio, las burlas y las humillaciones de sus compañeros. El acoso a los niños diferentes, extranjeros, o niños disidentes del patriarcado es constante: en los colegios, en los parques, en todos sitios hay matones que ejercen la violencia patriarcal junto a su grupo de seguidores. Es curioso que en lugar de llamarlo machismo, lo llamemos "bullying", cuando en realidad toda la violencia que reciben los hombres es patriarcal. Pienso en todos los hombres con discapacidades, con malformaciones, con enfermedades mentales y emocionales que tienen que enfrentarse a diario con un mundo hecho por y para los machos alfa. 

También pienso en los hombres gays y bisexuales, y en cómo les jode la vida el patriarcado. No sólo sufren la opresión patriarcal desde que salen de su casa hasta que vuelven, día a día, en todos los sitios, sino que además, también sus relaciones afectivas y de pareja están impregnadas de machismo. Pienso en la vergüenza y el dolor que sienten al denunciar a su pareja por malos tratos, del trato que sufren en comisarías y juzgados, del miedo a no ser creídos cuando cuentan su historia. 

Si pudiésemos escuchar a los hombres hablar de la violencia machista que sufren con sus parejas masculinas, de sus relaciones de dominación y sumisión, de la manera en que reproducen el régimen heterosexual en sus parejas gays, y cómo se sienten cuando son maltratados emocional, física y psicológicamente, podríamos entender mejor cómo funciona el patriarcado, y cómo nos afecta a todas y a todos. 

Visibilizar la violencia patriarcal que sufren los hombres podría servir para acabar con el negacionismo de los machistas, que insisten que todo es un invento de las feministas para dominarlos y acabar con ellos, y que sólo hablan de los hombres maltratados por las mujeres. La realidad es que la mayor parte de los violadores, maltratadores y asesinos de mujeres y de hombres en el planeta son hombres, aproximadamente un 90%, Los hombres vivirían también mejor sin patriarcado, así que la lucha feminista también les beneficia a ellos.  


Coral Herrera Gómez 

13 de enero de 2018

Las víctimas del feminismo

Las víctimas del feminismo: quería lanzar una pregunta sobre las víctimas del feminismo, es decir, todas aquellas personas que se sienten oprimidas por los avances de la igualdad entre hombres y mujeres. Y sobre las víctimas de la lucha LGBTQ, todas aquellas personas que se sienten oprimidas por el avance en torno a los derechos y libertades de mujeres lesbianas, hombres gays, gente bisexual, mujeres u hombres trans, etc. 

¿Os habéis sentido alguna vez perjudicados o perjudicadas por las victorias de estas luchas sociales y políticas?, 

¿conocéis a gente que haya sufrido injusticias, discriminación y violencia a causa de las mejoras en el ámbito de los derechos humanos de las mujeres?, 

y por último, ¿creéis que está bien planteada la pregunta, será que hay demasiado sarcasmo en el planteamiento?

10 de enero de 2018

Los cambios son imparables, no te resistas

Los cambios son imparables. Da igual que te resistas, que lo niegues, que hagas berrinche, que mientas, que manipules información, que llores desconsolado, que te llenes de odio: vamos poco a poco, pero estamos ganando la lucha por las libertades y los derechos humanos, la igualdad y la paz, el bien común, la diversidad y el amor. 

Vamos lento, porque estamos haciendo una revolución y vamos lejos: vuestra rabia ante cada avance nuestro nos nos detiene, nos hace más fuertes y más felices. Cuanto antes os adapteis a lo que se os viene encima, mejor: para sobrevivir necesitáis aceptar y asumir que los cambios son imparables



 #MatrimonioIgualitario #Amor#Feminismo #DerechosHumanos #Diversidad #RevoluciónDeLosAfectos#QuererseBien #Empoderamiento #OtrasFormasDeQuererse#LoRománticoEsPolítco

3 de enero de 2018

#AmorDelBueno #RomanticismoSocial

Todo mi trabajo se mueve en torno a la idea de cómo con mucho amor del bueno se puede transformar el mundo. No hablo sólo del amor de pareja, sino más bien de un amor colectivo que nos permita querernos bien, querernos más y mejor. Con mucho amor del bueno podríamos acabar con las guerras, con el patriarcado, con el capitalismo salvaje, con la violencia y las enfermedades de transmisión social (racismo, clasismo, xenofobia, homofobia, homofobia, lesbofobia, transfobia, islamofobia, etc).

Necesitamos más romanticismo social, porque para trabajar por un mundo mejor necesitamos toneladas de empatía, generosidad, solidaridad, apoyo mutuo, cooperación, trabajo en equipo, autocrítica. Y para eso hay que acabar con las jerarquías y la explotación, y poner de moda el buen trato y las relaciones basadas en el respeto y la ternura social. El amor del bueno ha de ser colectivo: vamos a juntarnos a luchar por la igualdad, la diversidad, las libertades y los derechos humanos. 

Podemos empezar aquí mismo, en las redes sociales, este campo de batalla donde todo el mundo quiere ganar. Vamos a tratar de recuperar el placer de la conversa incluso ante diferencias ideológicas abismales, intentemos escucharnos sin insultarnos y sin descalificar a las demás. Podemos seguir con nuestras redes afectivas, nuestro vecindario, nuestros compañeros y compañeras del trabajo, y extender ésta energía brutal al conjunto de la Humanidad, los animales, los seres vivos y la naturaleza. Así podríamos caminar acompañandonos los unos a otros hacia la utopía individual y la colectiva, que al final son la misma cosa: no podemos ser felices en un mundo tan violento como el que habitamos ahora, por mucho que tratemos de cerrar los ojos ante el dolor de los demás. 

Vamos a querernos más y mejor, que la vida es muy bonita y muy corta. #ADisfrutarYAQuerernos

Coral Herrera 

Ideología de género y fascismo






¿Por qué dicen que están en contra de la «ideología de género» cuando en realidad están en contra del feminismo, la igualdad y los derechos humanos?

¿Por qué los llamamos «conservadores» cuando en realidad queremos decir «fascistas»?


16 de diciembre de 2017

Agradecida: 4 millones de visitantes




Este blog ha alcanzado la maravillosa cifra de 4 millones de visitas: 4 millones de gracias, sin mis lectoras y lectores esto no sería posible ;)

9 de diciembre de 2017

Tiempo y energías para disfrutar del amor y de la vida

La vida sólo dura unos años, el día sólo dura 24 horas, nuestra energía también es limitada. Nuestras energías y nuestro tiempo son muy limitados. La vida sólo dura unos años, vamos a enfocarnos en dedicarle nuestro escaso tiempo a cosas que nos den placer, a gozar con nuestras pasiones, a disfrutar con la gente linda que encontramos en el camino, a hacer realidad nuestros sueños y nuestros proyectos, a defender nuestros derechos y nuestras libertades, a construir un mundo mejor para todas. 

Centrémonos en estar bien, en disfrutar del presente, en cuidarnos y cuidar a la gente que queremos, en aprender y compartir, en tejer redes de solidaridad y ayuda mutua. No perdamos más nuestras energías en sufrir por amor, en despertar admiración y envidia en los demás, en ahogarnos en relaciones conflictivas y dolorosas, en batallar y sostener eternas luchas de poder, en imponerse y tratar de llevar la razón, en acumular poder y recursos. 

Convirtamos la rabia y el cabreo existencial en alegría de vivir, en energía para luchar por un planeta más justo, más libre, pacífico, diverso, feminista, ecologista, animalista, y libre de violencias y jerarquías. Nuestro tiempo y nuestras energías son un tesoro: vamos a centrarnos en lo verdaderamente importante, vamos a querernos bien y a derrochar amor del bueno y del contagioso
#DerechosParaTodas #OtroMundoEsPosible#RevoluciónAmorosa #AlegríaDeVivir #AGozarYADisfrutar#NoALasGuerras #UnidasJamásSeremosVencidas

Coral Herrera 

25 de octubre de 2017

Tú no eres como las demás




«Tú no eres como las demás». Cuando un hombre te dice esto para seducirte, está haciéndote creer que eres especial y a tu Ego seguro que le encanta. Pero esta frase es de manual (la dicen siempre) y es super machista. 

Quiere decir algo así como: «son todas unas zorras, unas interesadas, unas manipuladoras, unas aprovechadas, menos tú. Las mujeres son todas malas, menos tú, que pareces buena persona, que parece que se puede confiar en ti. No sólo no eres como ellas sino que eres mucho mejor y por eso te mereces que yo me fije en ti y te elija como pareja (no importa si es para una noche o para varias)».

No te dejes seducir por el patriarcado: las demás son tus compañeras, y tu no eres mejor o peor. Eres única, pero no tienes por qué sentirte superior a las demás mujeres para quererte a ti misma o para que te quiera un hombre de esos que odian a las mujeres (a todas menos a ti, o eso dice).

Coral Herrera Gómez 

23 de octubre de 2017

Necesitamos toneladas de autocrítica amorosa

Necesitamos toneladas de autocritica amorosa para identificar los patriarcados que nos habitan a todos, hombres, mujeres y gente diversa. Del patriarcado no se libra nadie: nacemos en él, nos educamos en él, lo interiorizamos, lo reproducimos, lo transmitimos y lo enseñamos a las nuevas generaciones. Está muy dentro y alrededor de nosotros, en la interacción social y afectiva, en la cultura y la comunicación, en las leyes, en el ámbito laboral, en las escuelas, en las redes sociales, en las relaciones de pareja, en la Ciencia, en las religiones, en la Medicina, en la Filosofía, en el arte, en los partidos políticos, en los movimientos sociales, y si, también en los feminismos. T

Tenemos que analizar la realidad colectivamente, tenemos que conocernos mejor a nosotras mismas, tenemos que desaprenderlo todo y volverlo a inventar, tenemos que despatriarcalizar el deseo, las emociones, la manera en la que nos relacionamos sexual y afectivamente, la manera en que convivimos y nos organizamos política y económicamente. 

Es un trabajo de transformación individual y colectiva, una revolución a todos los niveles, y el objetivo es cambiar el mundo. Por eso necesitamos tanta autocrítica amorosa: para visibilizar el problema, para hablarlo, para generar debate, para reflexionar a solas y en grupos, para empezar con la interacción cotidiana con nuestra gente cercana, la del día a día. 

El objetivo común es acabar con la desigualdad, la discriminación, la explotación, los abusos, las agresiones y las violaciones. La violencia nos afecta a todos: si queremos un mundo mejor y una vida mejor hay que hablar mucho sobre lo que nos pasa, escucharnos las unas a las otras, trabajarnos los patriarcados, elaborar pactos de convivencia, tejer redes de ayuda mutua, y tomar acción, en las calles, en las plazas y en las redes. Y sobre todo, en una misma, en uno mismo, para que la autocrítica pueda ser colectiva. 

#AutocríticaAmorosa #LuchaFeminista #Despatriarcalizarnos

Coral Herrera Gómez 

22 de octubre de 2017

Las pasiones de las masas

Las pasiones futboleras, religiosas o patrióticas son las tres principales que hacen vibrar a las masas, las que hacen que la gente salga a las calles de una forma masiva. 

Yo nunca he sentido esas pasiones, no me he lanzado a la calle para celebrar el triunfo de un equipo de fútbol, ni he llorado porque mi Virgen favorita no puede salir en procesión porque llueve, ni he cogido en mi vida una bandera de España para defender mi país. 

Eso me sitúa casi siempre en un papel de espectadora de los acontecimientos sociales e históricos, y confieso que lo que me gustaría es que a la gente le moviese más lo que a mí me mueve y me conmueve: la lucha por la libertades y los derechos humanos y animales, la solidaridad frente a las injusticias, la lucha contra la explotación y la pobreza, contra la violencia patriarcal, contra la xenofobia, el racismo, el clasismo, la homolesbotransfobia, la lucha contra el destrozo de la naturaleza y el medio, la construcción de otras formas de organización social, política y económica, la solidaridad entre los pueblos. 

Esas cosas que no despiertan tantas pasiones en las masas, pero que son fundamentales para transformar y mejorar nuestras vidas y el mundo en el que vivimos.

Coral Herrera Gómez

18 de octubre de 2017

Aprender es un placer

¿Por qué tenemos que aprenderlo todo a golpes, por qué hay que pasarlo mal para darse cuenta de las cosas, por qué no podemos aprender las cosas sin sufrir?. Aprender es un placer en todas las áreas de la vida, pero especialmente en el amor. Por eso podemos trabajar en ello para sufrir menos, y disfrutar más del amor: en el Laboratorio del Amor desmontamos el romanticismo patriarcal, nos inventamos nuevas formas de querernos, nos transformamos individual y colectivamente, construimos juntas herramientas que nos faciliten el entrenamiento en el arte de amar. 

Os invito a uniros a nosotras en este enlace

http://otrasformasdequererse.com/laboratorio-del-amor/


 #AprenderEsUnPlacer #QuererseBien#LoRománticoEsPolítico #OtrasFormasdeQuererse

15 de octubre de 2017

#YoTambién #MeToo

#MeToo #YoTambién A mí también me acosan en la calle. Cuando estaba muy delgada me acosaron. Estando embarazada me acosaron. Ahora que soy gorda y tengo 40 años, también me acosan. Da igual como voy vestida, si voy sola, con mi amiga o con el bebé. Me acosaron en París, en México, en Madrid, en Costa Rica, el acoso machista es universal. Pero no renuncio a mi derecho a moverme con libertad, sigo caminando #LaCalleEsNuestra #StopAcosoCallejero #ViolenciaMachista

2 de octubre de 2017

Tú que tanto amas España


Tú que tanto amas España, no guardes la bandera: es el momento de demostrar tu amor por la patria, es la hora de liberar a España de la Mafia, de salir a las calles a pedir la dimisión del Gobierno, de empezar (por fin) a defender el patrimonio y los intereses del pueblo español. 

Tú que tanto amas tu país, ahora que estás tan encendido, es el momento de parar el aumento de la pobreza y la desnutrición infantil. Tu amor por España tiene que servir para liberarla de la violencia policial, de la ley mordaza, de los desahucios, de los obscenos salarios, de las espantosas condiciones en las que tienen que trabajar los españoles para enriquecer a cuatro empresarios multimillonarios que no pagan impuestos. Este es el momento de demostrar que amas tanto a España que no vas a consentir que todos los que quieren romper España queden impunes y se lleven el dinero a Suiza, que regalen nuestras escuelas y hospitales de todos nosotros a sus amigos, que recorten las ayudas sociales, que encarcelen a tus compatriotas por hacer chistes, que los violentos maten a las mujeres españolas en sus casas, y que los curas sigan violando niños españoles con total impunidad.
Tú que tanto amas a España, es el momento de protegerla de los ladrones y corruptos a los que tanto admiras y a los que votas convencido de que es mucho mejor tener fascistas en el Gobierno a tener «rojos».
Tú que tanto amas España, no guardes tu bandera, que hay que protegerla de la organización criminal que la gobierna.

Coral Herrera

18 de septiembre de 2017

En el centro, los cuidados.

Poner en el centro los cuidados. No concibo tener un bebé para que lo cuiden otras mujeres y pagarles menos de lo que me pagan a mí, cuando debería ser al revés: las cuidadoras deberían ganar mucho más que yo porque cuidar es uno de los trabajos más hermosos y duros del mundo. Estoy disfrutando mucho de la crianza, aunque está siendo bien dura porque estoy muy lejos de mi familia y mi tribu, y estoy criando a solas con mi compañero, lo que hace que sea más difícil compatibilizar mi trabajo con la maternidad. 

Me he pasado muchos años trabajando muy duro para consolidar mi trayectoria profesional, y ahora que me llueven las ofertas de trabajo para viajar por el mundo dando conferencias y talleres, pues no puedo decir que sí a todas, especialmente las que requieren de muchas horas de viaje en avión, tren, bus, etc. Esto me genera emociones contrapuestas, porque por un lado me apasiona mi trabajo, y por otro tengo claro que lo primero ahora para mí es mi compromiso con la maternidad y la crianza, esto es el centro de mi ética y mi praxis feminista.Lo asumí así cuando hace años tuve que aplazar la elaboración de mi tesis doctoral para cuidar a mis abuelos y acompañarlos en el último año de su vida, hasta la muerte. Fue una experiencia muy dura, pero crecí muchísimo como persona y ellos se sintieron muy acompañados, y yo sentí que les había devuelto todo el amor y los cuidados que me dieron ellos a mí todos los veranos y navidades de mi infancia. Me pareció lo justo: ellos me cuidaron, ahora me toca a mí cuidarlos. 

Ahora estoy en un momento de mi vida parecido, porque la maternidad me exige muchas energías y mucho tiempo. A Gael le doy teta a demanda y no puedo separarme muchas horas de él, así que cuando me invitan de universidades u organizaciones feministas a dar conferencias y talleres sólo tengo tres opciones: o me lo llevo, o voy y vengo como un rayo veloz, o no puedo ir. Sé que es una etapa en la vida y que en la medida en que Gael vaya adquiriendo autonomía, yo recuperaré la mía, poco a poco. 


Pero de momento, pues tendré que decir que no a invitaciones maravillosas como las que me hacen últimamente, aunque me encanta viajar, compartir mis conocimientos, aprender cosas nuevas, generar espacios de empoderamiento feminista, repensar colectivamente las emociones y las relaciones amorosas... Me siento privilegiada por ambas cosas: por el trabajo que tengo, y por poder cuidar de mi bebé, aunque ambas no sean fácilmente compatibles. 

Y como no son compatibles, para sentirme honesta y coherente con mi teoría, mis escritos, mis conferencias, pongo en el centro de mi vida los cuidados, que para mí constituyen el epicentro de la transformación radical de este mundo que habitamos.

17 de septiembre de 2017

La violencia machista es un problema colectivo

La violencia machista no es un problema individual, sino colectivo. No es un asunto de cada pareja, es un asunto político porque en todo el planeta millones de mujeres viven bajo un régimen de terror en sus hogares, y sus hijos e hijas también. Algunas viven así toda la vida, otras logran salir si tienen apoyo de su gente,y otras son asesinadas. De hecho, el terror machista mata a muchas más personas que el yihadista, aunque los atentados en la calle si despiertan la indignación y la conmoción popular, y los atentados en casa no le importan a nadie. Los gobiernos destinan mucho dinero y atención a los yihadistas y muy poco al machismo que nos mata, nos viola y nos agrede a diario. Esta es la razón por la cual la violencia es un grave problema social: o acabamos con el machismo, o el machismo acaba con nosotras. #MachismoMata #StopViolencia #LoPersonalEsPolítico #NiUnaMenos #VivasNosQueremos

¿Las mujeres son las buenas y los hombres son los malos?


Claro que hay mujeres malas. Hay mujeres violentas, crueles, mentirosas, manipuladoras, y opresoras. Hay mujeres fascistas, clasistas, racistas, misóginas, de todo hay. Los feminismos no niegan esta realidad, no pretenden situar a todas las mujeres como las «buenas» y a los hombres como los «malos». Las mujeres interiorizamos el patriarcado porque vivimos en él y si, lo transmitimos a nuestros hijos e hijas. Algunas mujeres trabajamos muy duro para despatriarcalizarnos, otras son cómplices del patriarcado toda su vida. Si, los grupos de oprimidos suelen ser opresores también, reciben violencia de gente con más poder, y reproducen la violencia con gente con menos poder. También hay oprimidas que aman a sus opresores y odian a sus compañeras.

Las mujeres nos rebelamos y nos adaptamos al patriarcado, pero la gran diferencia con los hombres es que no nos organizamos en grupos para secuestrar hombres y convertirlos en esclavos sexuales, no mutilamos a los niños varones para impedirles el acceso al placer, no hacemos violaciones en grupo ni las grabamos para divertirnos. No acosamos a los hombres por la calle, en el metro o en el bus, no les encerramos en las casas, no les obligamos a trabajar gratis para nosotros, no matamos a los hombres para vengarnos de otras mujeres, no les encarcelamos si no desean ser padres, no ponemos a los hombres a cuatro patas en la publicidad de productos dirigidos a las mujeres, no les empalamos ni les torturamos.

Podemos ser muy malas, pero nosotras no tenemos el poder económico, ni el legislativo, ni el judicial, ni el político, ni el mediático para someter a la mitad de la población, ni queremos hacerlo. En ningún país del mundo hay igualdad plena entre hombres y mujeres, en todos se viola, se mata y se tortura a mujeres. Esto es un problema social, un asunto político: los hombres tienen que poner a trabajarse las masculinidades, y tenemos que despatriarcalizarlo todo de arriba a abajo para acabar con tanta desigualdad y violencia.

Las feministas no vemos una guerra de sexos en los que ambos bandos juegan en condiciones de igualdad: vemos una guerra contra las mujeres, y estamos luchando contra ella. Porque son muchos siglos de injusticias, explotación, esclavitud, humillaciones, abusos, asesinatos, torturas, cosificacion, e invisibilización, y ya no podemos más.

Si tú no ves esta guerra, ponte las gafas violetas que vas a alucinar y vas a gritar: ¿Pero qué mundo es este?, ¿Cómo es posible tanta violencia, opresión y sufrimiento?, ¿Qué puedo hacer yo para luchar contra la desigualdad y la violencia machista?

Coral Herrera Gómez

16 de septiembre de 2017

¿Sólo princesas o brujas?

El otro día vi una niña disfrazada de doctora y me sorprendió tanto... Me puse a pensar que las niñas siempre quieren ser princesas porque no tienen otros referentes. Las protagonistas de las películas infantiles son todas princesas que esperan a su príncipe azul. No son científicas, ni deportistas, ni artistas, ni profesoras, ni políticas, ni astronautas, ni inventoras, ni intelectuales ni defensoras de los derechos humanos: son todas princesas que no trabajan. Ninguna sueña con cambiar el mundo, sólo desean que llegue el milagro que las salve a ellas y les solucione sus problemas. Ninguna quiere acabar con el hambre, la desigualdad, las guerras, la violencia contra las mujeres y los animales, la esclavitud infantil, las mutilaciones genitales o el destrozo de la naturaleza. Su sueño es casarse con un hombre rico.

Así crecen las niñas de nuestro tiempo, sin más referentes que las princesas tontas que se creen especiales y se sienten superiores a las campesinas, siempre solas y desamparadas, siempre esperando a que alguien las ame.

Si no son princesas, son brujas malvadas: la pobreza de modelos de referencia es producto del machismo que nos divide entender dos grupos opuestos: las buenas y las malas.

Es el momento de contarles otros cuentos, de hablarles de mujeres de carne y hueso que han hecho grandes cosas en la Historia de la Humanidad, ya es hora de ofrecerles otros referentes de feminidad y otras heroínas. Seguro que así los niños varones también dejan de sentirse el centro del Universo y dejan de tratar mal a las niñas que suspiran por ellos.

15 de septiembre de 2017

Sobre la guerra contra las mujeres #2

No hay una guerra de sexos en las que algunas veces ganan los hombres y otras veces, las mujeres. Es una guerra contra las mujeres, y tenemos muchos frentes abiertos: nuestro derecho a decidir, derecho a elegir libremente la maternidad, contra la violencia obstétrica, contra los malos tratos y los asesinatos de mujeres y sus hijas e hijos, la discriminación salarial, el acoso callejero, el techo de cristal, el romanticismo patriarcal que nos hace dependientes y sumisas, la lesbofobia y la bifobia, la transfobia, la trata de esclavas sexuales y reproductivas, la invisibilizacion y la revictimización mediática, el ciberacoso, contra las leyes que atentan contra nuestros derechos humanos, las violaciones y la cultura de la violación, los discursos de odio que lanzan desde los altares y los platós, la discriminación en las ciencias, la política, los deportes, las artes, la Medicina, etc Hemos celebrado grandes logros del feminismo, cambios que nos han mejorado la vida a muchas mujeres pero no a todas. Ganamos unas batallas y perdemos otras, damos pasos de gigante y retrocediendo, pero sin duda lo peor de todo esto es el negacionismo (esos que dicen que el patriarcado no existe), y la indiferencia. Cada asesinato de mujeres y niñas y niños se consideran casos aislados, aunque sucedan todos los días, aunque afecte a mujeres de todas las edades, clases sociales, etnias y religiones. La sospecha recae siempre sobre la víctima: ella es la culpable por emparejarse con un machista o con un loco, por no irse, por no denunciar, por denunciar... La guerra contra las mujeres la lideran los medios de comunicación y la publicidad, junto con los parlamentos, las instituciones, la educación, los gobiernos y los grupos de machistas organizados para atacar a las feministas. Pero nadie habla de ella porque las personas que mueren no son hombres, son mujeres, esos animales que si no obedecen al amo merecen ser castigadas con palizas o con la muerte.

14 de septiembre de 2017

Acoso escolar: ¿Será mi hijo el agresor?

#AcosoEscolar Las mamás y papás andan muy  preocupados por el tema del acoso escolar, todos quieren proteger a sus hijas e hijos, pero son muy pocos los que se preocupan de educarlos para que no sean acosadores. La gente piensa en sus crías como víctimas, pero dado que hay muchísimos niños que ejercen violencia sobre sus compañeras y compañeros, resulta que tu hijo puede ser uno de ellos. Deberíamos preguntarnos si estamos educando a nuestros hijos e hijas para que amen la diversidad, para que respeten a todas las que no son como ellos, para que aprendan a relacionarse amorosamente con los demás. Se les enseña a defenderse, pero no les damos herramientas para que gestionen sus emociones y para que no usen la violencia en la resolución de conflictos. Si queremos una sociedad libre de agresores en los colegios (y en el mundo adulto) tenemos que acabar con el machismo, el racismo, la xenofobia, la homolesbotransfobia y todas las formas de odio contra la gente diversa. Es fundamental que aprendan a ser uno más, a renunciar a las relaciones de dominación y sumisión, a convivir con niñxs con malformaciones, con discapacidades o con enfermedades. Los niños y las niñas necesitan referentes de adultos que se traten bien, necesitan ejemplos de empatía, ternura social y solidaridad, y si no lo ven en casa, ni en la calle, ni en los medios, es difícil que aprendan la cultura del Buen Trato. Los niños no nacen violentos; aprenden a odiar y a ser violentos. #StopBullying #NoMásViolencia #QuererseBien #TernuraSocial #BuenTrato #AmorDelBueno

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