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6 de abril de 2019

No hay recompensa por sufrir por amor

Esta es la cara que se nos queda cuando nos ponemos las gafas del amor
y nos enteramos de que no hay recompensa



Para que las mujeres nos dediquemos a sufrir por amor voluntariamente, el patriarcado tuvo que inventarse el paraíso romántico. El amor es como una religión: nos piden que atravesemos con resignación el valle de lágrimas, y nos aseguran que al final podremos entrar en las puertas del cielo para disfrutar del amor eterno, maravilloso y perfecto. Pero no hay recompensa, ni hay paraíso como premio por aguantar..

Las mujeres somos educadas en la cultura del aguante, el sacrificio y la renuncia con la promesa de que en algún momento de sus vidas, serán recompensadas y obtendrán su premio. En los cuentos de Princesas, este es el principal mensaje que nos lanzan a las mujeres: si sufres y aguantas, si esperas con paciencia, si perseveras y eres leal, él se dará cuenta y caerá de rodillas ante ti, prometerá amarte para siempre, y podréis ser felices.

Es la trampa perfecta para que las mujeres cuidemos a hombres con problemas: nos seducen con la idea de que nuestro amor todo lo puede, y que con mucha paciencia y ternura lograremos cambiar al ogro y convertirlo en el Príncipe Azul. Nuestro ejemplo a seguir sería la Bella, que logra transformar a la Bestia aguantando sus malos tratos. Nos enamoramos del niñito asustado y traumado que habita en todo monstruo, las mujeres tendemos a compadecernos enseguida de esos bebés que piden amor de malas maneras convencidas de que nuestro amor nos salvará a ambos, y que obtendremos nuestra recompensa por ser tan buenas, tan generosas, tan pacientes y amorosas.

Sin embargo, no hay recompensa. No hay premio, ni hay paraíso posible cuando “por amor” renunciamos a nuestra libertad, a nuestros derechos, a nuestras pasiones, a nuestros proyectos, a nuestro auto-cuido. No hay forma de dar y recibir amor en condiciones de sufrimiento, y de malos tratos, no hay manera de construir una relación sana y bonita, no se puede ser feliz cuando cargamos con los problemas de los demás, y se convierten en nuestros problemas.

Cuando las mujeres nos juntamos a hombres con problemas, lo que sucede es que asumimos la responsabilidad de su bienestar, y enseguida se activa la culpa: creemos que podríamos hacer más, o que podríamos hacerlo mejor, pero nada parece contentar al hombre que sufre.   

No importa lo sumisas que seamos, lo obedientes y complacientes que seamos: no nos van a querer más por portarnos como se espera de nosotras, ni nos van a tratar mejor. Más bien al revés: nuestro masoquismo exacerba el sadismo del que se sabe poderoso.

Nuestra condición de víctima nunca nos va a proporcionar el amor eterno que nos prometieron: da igual que suframos mucho, que lo pasemos muy mal, o que le pongamos todo el empeño del mundo en salvar al pobre hombre que no sabe amar. De verdad, compañeras, no hay recompensa, no hay premio, ni hay paraíso.

Los alcohólicos no se salvan por amor, los ludópatas, los drogadictos, los hombres violentos no se transforman en hombres buenos por amor. De los infiernos sale cada uno si quiere y si le pone energías a su trabajo personal, pero nadie puede sacar a nadie de la depresión, de sus traumas de la infancia, de sus odios acumulados, de su mezquindad y miseria.

No hay paraíso a cambio de sufrir y pasarlo mal: la vida se nos va en esperar el milagro romántico que nunca llega. Penélope esperó a Ulises 30 años, La Bella Durmiente esperó a su Príncipe cien años, y así pasan su vida todas las mujeres de los guerreros y los príncipes, esperando a que él vuelva, o a que él cambie, o a que suceda un milagro que nos lleve al paraíso romántico que nos merecemos.

En todas las historias las mujeres esperamos y aguantamos, pero en la realidad, muy pocas son las que disfrutan de finales felices en los que el hombre se redime de sus pecados, o deja de ser un mutilado emocional, o soluciona sus problemas para hacer feliz a su princesa. Y normalmente, el precio que pagamos por aguantar es demasiado alto: sufrir deja una huella en nuestro organismo, nuestro cerebro y nuestro corazón, deteriora nuestra salud mental y emocional, nos pone feas y nos envejece.

No podemos permitirnos el lujo de derrochar nuestra corta existencia en esperar que la situación cambie o el otro cambie. Sólo podemos cambiar nosotras mismas. No podemos desaprovechar nuestras energías en salvar a nuestro amado de sus problemas: necesitamos a nuestro lado compañeros que sepan cuidar y querer bien, que puedan dar lo mejor de sí mismos en la relación, que sean generosos y solidarios, que sepan compartir y estar a la altura en todos los momentos, en los buenos y en los malos.

Vamos a desmitificar el amor para poder amar con los pies en la tierra, para poder querernos sin hacernos daño, para evitar relaciones de abuso y explotación, para que nadie pueda aprovecharse de nuestra necesidad de ser amadas.

Necesitamos ser realistas y querer en el presente, en el aquí y el ahora, sin ser complacientes, sin victimizarnos, sin creer que nuestro amor lo enamorará en el futuro. Sólo en el presente es posible disfrutar del amor, así que olvidémonos de las recompensas: el paraíso está en La Tierra, y en los momentos buenos que puedes vivir con gente que te sabe querer bien.

Coral Herrera Gómez  






5 de abril de 2019

Otras redes sociales son posibles: la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del Amor




Una de las cosas más maravillosas que he hecho en la vida es crear mi propia red social, y quiero contaros que me siento muy orgullosa de haber fundado y alimentado esta comunidad de mujeres que nació en el 2015. Ahora que las redes sociales están llenas de violencia verbal, de peleas y malos tratos, para mí la Comunidad del Laboratorio del Amor es un paraíso. 

En el Laboratorio no debatimos, y por tanto no peleamos: lo que hacemos es trabajar en los temas juntas. No hay luchas de Egos apenas: ninguna opinión vale más que otra, y mezclamos constantemente lo personal con lo político. No hay necesidad de llevar la razón e imponer tu criterio, porque cada cual habla desde sus experiencias, y todas son igualmente válidas. Es un proceso de investigación permanente en la que no nos dedicamos a presumir de nuestros conocimientos, sino a compartirlos. 

Todas las mujeres que forman parte de ella escuchan desde el amor y el respeto, por eso apenas hay malentendidos, y los conflictos que surgen los resolvemos sin guerras. Nos escuchamos con amor, nos acompañamos en nuestros procesos, nos damos calorcito humano, compartimos materiales, aprendemos unas de otras y fabricamos juntas las herramientas que necesitamos para llevar la teoría a la práctica. A todas nos une la idea de que se puede sufrir menos, y disfrutar más del amor y de la vida, que no estamos condenadas, y que todo se puede trabajar. 

Soy consciente de que el Labo podría haberse disuelto como cualquier grupo de Whatsapp, pero esta comunidad sigue y crece porque todas la cuidan mucho, y cada cual aporta de una manera diferente: se cuidan las palabras, se acoge con cariño a las nuevas, se acuerpa a las compañeras que están pasando por momentos difíciles, se celebran los éxitos y el bienestar de las que están disfrutando de un buen momento en sus vidas, subimos contenidos interesantes, y damos consejos cuando nos lo piden. Nos felicitamos cuando damos pasos en nuestros procesos personales, nos comprendemos unas a las otras cuando damos pasos para atrás, nos reímos mucho juntas, y no nos sentimos tan "raras" como en otros espacios.

Nadie juzga a las demás, ni se compite para ver quién es más feminista, así que es un espacio en el que una puede andar desnuda y hablar en confianza, sin miedo a las críticas ni al "qué dirán", porque no sólo es una red de afecto, es también un espacio terapéutico y de acompañamiento basado en los cuidados, el placer y el disfrute, la empatía y la solidaridad. Lloramos, nos desahogamos, reflexionamos juntas, y nos divertimos mucho también: todas estamos comprometidas con nuestro auto-cuidado, y el cuidado de la comunidad y de las compañeras. 

Algunas mujeres llevan 4 años participando apasionadamente en esta red social, otras han estado solo unos meses, unas vuelven cuando necesitan acompañamiento, otras se han ido con la mochila cargada de experiencias y conocimientos. Todas han dejado algo lindo en la comunidad. Ya son más de 400 mujeres las que han pasado por el Laboratorio, más otras tantas alumnas de la Escuela, y a veces, cuando se puede, nos reunimos también presencialmente en alguna ciudad del mundo. En la actualidad somos 80 mujeres, de diferentes edades, orientaciones sexuales y países, con formas de sentir y pensar el feminismo muy diversas, y da gusto hablar de cualquier cosa sin miedo a ser atacada. 

Hacemos un chat al mes en directo, y el resto del tiempo trabajamos a nuestro ritmo, con nuestros horarios, sintiéndonos libres para llegar y para irnos cuando queramos. Unas participan mucho, otras no tanto. Unas sólo escuchan y se lanzan cuando se sienten seguras, otras llegan a corazón abierto: es un espacio horizontal en el que yo me siento una más. Antes me sentía muy sola trabajando el tema del amor romántico, ahora siento que además de buenas amigas, somos compañeras de trabajo, y entre todas vamos abriendo camino en un tema que hasta hace muy poco no se hablaba en los espacios públicos y que es tan necesario para acabar con el patriarcado y para poder tener calidad de vida. 

En fin, que quería contaros esto porque me siento muy afortunada de tener a estas compañeras tan amorosas, y de haber creado este espacio de sororidad en el que todas nos sentimos seguras, y a salvo de la violencia que hay en las redes. ¡Si queréis formar parte de nuestra pequeña comunidad, si creéis que otras redes sociales son posibles, sois todas bienvenidas! Laboratorio del Amor

#OtrasRedesSonPosibles #Sororidad #AmorDelBueno #Acompañamiento#Compañerismo #Comunidad #MiTribu



Aquí podéis leer sobre la filosofía y las normas de la Comunidad de Mujeres

Si quieres unirte a nosotras, en mi web tienes toda la información.

20 de marzo de 2019

Curso de Primavera en el Laboratorio del Amor






Inicio: 22 de marzo de 2019
Duración: 8 semanas (del 22 de marzo al 19 de mayo)
Formato: en línea
Dirigido a: Mujeres, hombres y gente diversa de todas las edades y países.
Precio: 100 euros
El precio del curso incluye:
  • -un chat en directo con Coral Herrera,
  • -materiales,  ejercicios y una caja de herramientas
  • -pasar a ser miembro permanente del Laboratorio del Amor

Temas del Curso

Tema 1. Autoestima y amor romántico
Tema 2.  El romanticismo patriarcal: desmitificando el amor.
Tema 3. Feminismos y masculinidades, ¿otras relaciones son posibles?
Tema 4. Nuestras utopías amorosas: pactos, estrategias y herramientas para sufrir menos, y disfrutar más del amor.


Preguntas Frecuentes

¿Puedo apuntarme desde cualquier país?, ¿cómo funciona la plataforma?, ¿es fácil navegar por la Escuela?, ¿puedo utilizar el nombre que yo quiera para abrir mi perfil?, ¿todos los contenidos son privados?, ¿cuanto cuestan los cursos y el Laboratorio?, ¿cuando puedo apuntarme?, ¿hay horarios para trabajar?, ¿cuantas horas semanales requiere la participación en un curso o en un taller?, ¿cuál es la diferencia entre el Laboratorio y la Escuela?, ¿cómo puedo pagar por Internet?, ¿cómo es el proceso de inscripción?.... 
Puedes encontrar todas las respuestas a tus preguntas en la página de Preguntas Frecuentes. 

Objetivos del Curso

En este curso vamos a desmontar y desmitificar colectivamente el romanticismo patriarcal de nuestra cultura, y de nuestro interior. Vamos a conocernos mejor a nosotras mismas, a debatir sobre la feminidad y la masculinidad, y las relaciones sexuales, afectivas y sentimentales para imaginar otras formas de querernos y de amarnos. Vamos a fabricar nuestras propias herramientas para gestionar nuestras emociones, para llevar la teoría a la práctica, y para sufrir menos, y disfrutar más del amor.
El trabajo se divide en tres módulos que duran unas dos semanas, haremos ejercicios para trabajar individual y colectivamente. Además, dispondremos de materiales, un foro de acompañamiento y una caja de herramientas colectiva para trabajar durante las tres semanas del curso.
Vente con nosotras a trabajarte el amor, ¡en compañía se desaprende mejor!



26 de enero de 2019

Hombres que ya no hacen sufrir por amor, mi nuevo libro en Catarata



Los hombres no nacen, se hacen. La masculinidad patriarcal es una construcción que surge, crece y se transmite de generación en generación en el seno de nuestra sociedad. Igual que la feminidad. Pero también hay muchas formas de ser hombre: existen cada vez más disidentes que no interiorizan los mitos de la masculinidad, ni reproducen sus estereotipos y roles clásicos. Cada hombre, en mayor o menor medida, se rebela contra el patriarcado, aunque la mayoría suele adaptarse para no quedarse al margen, y también para aprovecharse de los privilegios que el sistema concede a los varones solo por el hecho de serlo. Pero como nos cuenta Coral Herrera, los sumisos al orden patriarcal van a tener cada vez más problemas para relacionarse con mujeres independientes.

En un momento en el que cada vez hay más mujeres en lucha por su igualdad, ¿son capaces ellos de disfrutar de estos cambios?, ¿por qué siguen resistiéndose a que sus compañeras obtengan los mismos derechos?, ¿cuál es su relación con el feminismo?, ¿están dispuestos a implicarse en esta revolución? Nos encontramos en un momento histórico: ya no hay excusas para seguir alimentando el machismo que todos hemos heredado y que seguimos llevando dentro. La autora nos incita a declararnos en rebeldía contra los mandatos de género, nos invita a entender que la forma que tenemos de relacionarnos, de amarnos, no es inocente ni definitiva. 

Estas páginas contienen una visión crítica, pero también una llamada a la acción desde el optimismo: porque otras masculinidades son posibles.


INDICE

Introducción 

1. Los hombres no nacen, se hacen 
2. Los hombres y el poder 
3. Los hombres y las mujeres 
4. Los hombres y el miedo a la potencia sexual de las mujeres 
5. Los hombres y el sexo: ¿disfrutan realmente en la cama? 
6. Los hombres y el patriarcado 
7. Los hombres y la amistad 
8. Los hombres y los cuidados 
9. Hombres que sufren por amor 
10. Los mitos de la masculinidad: el salvador, el príncipe azul y el guerrero 
11. Los hombres y el mito de las princesas 
12. El mito de don Juan y la seducción masculina 
13. Hombres que no entienden que no es no 
14. Los hombres y la honestidad 
15. Los hombres y el espacio público 
16. Los hombres y los derechos humanos 
17. Los hombres hacen lo que les da la gana 
18. Los hombres que hacen sufrir por amor 
19. Los hombres y la violencia machista 
20. Los hombres, no todos los hombres 
21. Los hombres y la paternidad 
22. Las masculinidades diversas 
23. Los hombres (también) vivirían mejor sin machismo 
24. Los hombres y el feminismo 
25. Un mensaje para los hombres que se liberan del patriarcado y ya no hacen sufrir por amor


¿Cómo consigo el libro?

Si quieres conseguir mi libro y vives en España, puedes encontrarlo en tu librería favorita, o encargarlo si aún no lo tienen. También puedes pedirle a la editorial que te lo envíen a casa por correo. 

Si vives fuera de España: puedes encargarlo en tu librería, si reciben muchos pedidos le encargan a la distribuidora española que los lleve. También puedes comprarlo en Amazon y en librerías on line, en papel y en digital.  


Visita la página en Catarata:


https://www.catarata.org/libro/hombres-que-ya-no-hacen-sufrir-por-amor_89331/

22 de noviembre de 2018

Alumnas del Laboratorio del Amor




Cuando leo los mensajes de despedida que dejan las alumnas de la Escuela y el Laboratorio del Amor me emociono un montón y pienso que mi trabajo es útil y ayuda a la gente a estar mejor, a trabajarse por dentro, a poner en práctica toda la teoría, a fabricar herramientas para sufrir menos, y disfrutar más del amor. Y que entre todas, estamos creando una comunidad sororaria de acompañamiento y empoderamiento en la que ponemos en el centro las emociones, el deseo, los sentimientos, las relaciones, los cuidados y los afectos. Es un trabajo individual y colectivo que ya va dando sus frutos. Aquí podéis leer sus mensajes:


"Mi primer acercamiento a la deconstrucción de los mitos del amor romántico fue a través de tu libro y desde entonces he seguido con mucha atención tus textos. Me apetecía mucho conocer tus talleres y poder remunerar de alguna manera todo el aprendizaje que he obtenido gracias a tus textos en el pasado. Es alucinante la cantidad de recursos que nos has ofrecido, siento que tengo mucho material para seguir rascando e indagando y que todo ese material será pertinente porque me fío mucho de tu criterio. Estoy agradecida de que el taller no se quede en dos semanas, sino que nos des pistas para poder seguir trabajando. Sé que puedo seguir avanzando en mi trabajo personal leyendo tus textos y haciendo los ejercicios que me quedan pendientes. Son útiles y pertinentes con o sin Coral Herrera al otro lado en directo :) Tu tono cercano, tu implicación hablando de ti y el seguimiento que has hecho de nuestras respuestas me ha encantado. He sentido que estabas ahí detrás, de verdad. En los cursos online siempre tengo la duda de si la persona que dinamiza tiene precocinados los textos y simplemente los suelta automáticamente un año tras otro. En ese sentido, me ha encantado tu acompañamiento.

En serio, he alucinado con tu implicación, gracias. Coral, quiero cerrar este texto diciéndote lo mismo que decía al abrirlo: gracias a ti he aprendido tanto y ha mejorado mucho mi vida. Quiero agradecértelo de corazón. En estos años han salido tantas corrientes y personas que hablaban del amor, de las relaciones, de los poliamores, de todo... y siempre he pensado que tu discurso era el más sensato y de los pocos aplicables a la gente monógama y polígama porque simple y llanamente nos hablas de cuidarnos mucho a nosotras mismas y de establecer relaciones sanas. También me flipan los textos más "académicos" como el de (hamor) o tu propio libro en los que relacionas capitalismo, atomización de la sociedad y amor romántico. Admiro muchísimo tu capacidad divulgativa para conceptos difíciles de explicar. Gracias por tanto"

Lidia


"Me he sentido muy contenta de tener acceso a todas las experiencias de las participantes. Siento que me susurran claves, cada una con sus acentos y matices. Al leerlas y leerme me viene a la cabeza la frase de la escritora chilena, Marcela Serrano: "todas las mujeres tenemos la misma historia que contar". Es muy poderosa recordarnos y despertarnos a través de las historias de las otras. Definitivamente, el Laboratorio es, a mi parecer, un experimento social-feminista de una potencia tremenda respecto a la deconstrucción del amor romántico y al tejido de redes afectivas de mujeres de todos los lugares"

Eli


"Me encanta. Claro que me he sentido integrada, sería difícil no sentirlo cuando compartimos tantas cosas en común. Lamentablemente muchas hemos tenido experiencias negativas, y el compartirlas, aunque sea en la distancia, nos une.
Me ha sido muy útil, ahora soy mucho más consciente de muchas cosas, y he descubierto muchas actitudes en la pareja que antes toleraba e incluso veía normales pero ahora ya no aguantaría. También tengo más recursos, para cuidarme y saber ver las cosas negativas a tiempo, no justificar, y herramientas para dejar bien y hacer el duelo corto.
Lo que más me gusta es que las que forman parte del Laboratorio del Amor es que sois mujeres muy interesantes, con muchas inquietudes y ganas de vivir, que aunque se hablen de cosas dolorosas es para poder salir de ello bien, a vivir bien, a ser felices, y me encanta el humor con el que desdramatizamos".

Carmen



Más testimonios de alumnas

Nuevo curso intensivo Amor y Autoestima, diez días por 40 euros.

Oferta del Laboratorio: 3 meses x 25 euros.



29 de octubre de 2018

Temas de Noviembre en el Laboratorio del Amor



Durante todo el mes vamos a estar trabajando en el tema del amor sin romanticismo,

 y en la fabricación de herramientas para trabajar los celos en el Laboratorio del Amor. 

Terminaremos con un chat en directo, si os apetece uniros a nosotras, podéis apuntaros aquí: 

http://otrasformasdequererse.com/laboratorio-del-amor/

28 de octubre de 2018

Que tus emociones no hagan daño a nadie: primer principio de la ética amorosa





"Que tus emociones no hagan daño a nadie" es una de las leyes fundamentales del amor y los afectos. También es un principio básico de la autocrítica amorosa: por gigantesco que sea el tsunami emocional que te arrasa, que no deje víctimas a su paso, que no duela a los demás, que no se multiplique. 

Funciona muy bien, por ejemplo, para evitar reproducir la cadena familiar de los malos tratos, o para trabajar los celos, el odio, la pena, los miedos... es justo lo contrario al pensamiento patriarcal que legitima la sed de venganza del amante dolido, y con el que se justifica, por ejemplo, la violencia machista.


Creo que controlar las emociones para que no hagan daño a los demás y tampoco a nosotras mismas, es una de las mejores herramientas para mejorar nuestras relaciones y para cuidar nuestra salud mental y emocional. Las emociones suben de intensidad cuando las estallamos contra la otra persona, y nunca nos hace sentirnos bien. Además no suele provocar reacciones positivas en ella, sino más bien lo contrario. Es así, en realidad, como iniciamos las guerras, los conflictos, y las peleas, con la idea de que si nosotras estamos dolidas, entonces la otra persona tiene que sufrir también.  
La única forma de desahogarnos sin hacer daño a nadie es cuando podemos compartir lo que sentimos con nuestra gente querida. Si tenemos el espacio afectivo para hablar de ellas, si logramos  desahogarnos sin que nuestras palabras hieran a nadie, entonces se van diluyendo poco a poco, bajan en intensidad y volumen, se hacen más manejables para trabajar con ellas. Necesitamos hablar de lo que sentimos, pensar la emoción para lograr que no nos arrase. Necesitamos racionalizarla, tomar distancia, coger otras perspectivas del tema, y escuchar buenos consejos de las amigas y los amigos que nos quieren. A veces, incluso, necesitamos ayuda profesional para tener herramientas que nos permitan trabajar las emociones.
Al compartirlas y sacarlas de las profundidades de nuestro ser, creo que dejan de tener tanto poder sobre nosotras. De pronto no parecen ya monstruos gigantescos y no nos sentimos tan vulnerables. Una vez que las vemos manejables, es más fácil sentarse a hablar con la persona con la que hemos tenido el conflicto, por ejemplo. Para solucionarlo y elaborar nuevos pactos, o para separarnos sin hacer la guerra. 
Mi propuesta es que tomemos esta idea como un principio fundamental de la ética amorosa: que mis emociones no hagan daño a nadie, ni a mi misma. Tenemos que aprender a manejar la ira, la pena, la frustración, el dolor, el desamparo, el odio, los miedos, la rabia y la tristeza para que no nos destruyan, y no destruyan a los demás.
De lo que se trata al fin y al cabo, es de disfrutar de la vida y del amor, y para eso es fundamental aprender a surfear en los tsunamis emocionales, a sacar toda la emoción sin que estalle contra nadie, a convivir con las emociones, a expresarlas y compartirlas, a manejarlas para que no nos inunden, y para que podamos tener calidad de vida. Y porque nos merecemos estar bien, y ser felices. 

Coral Herrera Gómez

6 de octubre de 2018

Filosofía y normas del Laboratorio del Amor





Filosofía 

- El Laboratorio es un espacio de acompañamiento terapéutico basado en la sororidad entre mujeres, el auto-cuidado y los cuidados entre nosotras, la solidaridad, y el compañerismo.
- El Laboratorio es un espacio de seguridad y confianza, un lugar en el que caminamos desnudas sin miedo a ser etiquetadas ni juzgadas, sin miedo a mostrarnos tal y como somos, sabiendo que nadie va a tratarnos mal en ningún momento, y que estaremos rodeadas de mujeres que comparten el espacio con mucha empatía y amor del bueno.
- El Laboratorio del Amor es un espacio libre de violencia patriarcal, de machismo y misoginia, lesbofobia, homofobia y transfobia, racismo y xenofobia, gordofobia y clasismo. Es una comunidad de mujeres diversas en la que no tienen cabida los discursos de odio, ni los comentarios despreciativos o humillantes, ni los insultos, ni las faltas de respeto, ni el abuso, ni el acoso, ni las guerras entre personas o entre bandos enfrentados.  
- El Laboratorio es como una relación amorosa en la que todas nos sentimos libres para llegar, para quedarnos el tiempo que queramos, para irnos,y para volver las temporadas que lo necesitemos. Las fechas de entrada y salida las pones tú, las puertas del Laboratorio están siempre abiertas.

- Trabajamos desde la idea de que se puede sufrir menos y disfrutar más del amor, que lo Romántico es Político, y que Otras formas de quererse son posibles: en nuestro trabajo colectivo se mezclan lo personal y lo político, la teoría y la praxis, el análisis y el diseño de estrategias para desaprender lo patriarcal y poder disfrutar más de las relaciones sexuales y sentimentales que construimos con los demás. 
 - En el Laboratorio compartimos conocimientos: nadie imparte lecciones magistrales. Es una red horizontal en la que no hay jerarquías, trabajamos en equipo y ninguna opinión es más válida que la de las demás: no importa si llevas mucho tiempo o si acabas de llegar, si te sientes feminista o no, si eres muy joven o muy mayor, si eres hetera, lesbiana o bisexual. El Laboratorio es un espacio libre de discriminación, y alimentado con mucho amor del bueno.

- En el Laboratorio no discutimos como en las redes sociales. No hacemos debates, sino que trabajamos en un tema que siempre queda abierto a nuevas aportaciones. Cada cual comparte sus aprendizajes y sus vivencias, sus opiniones y sus ideas, y llevamos a cabo una construcción colectiva del conocimiento. Gracias a este trabajo en el que se mezclan las reflexiones con las experiencias personales, no caemos en las guerras habituales de egos para imponer nuestra postura sobre las demás. No hay necesidad de ganar batallas, ni de lucirse, ni de alimentar los Egos machacando a las demás: el Laboratorio es un espacio de trabajo e  investigación permanente en el que trabajamos con preguntas, compartimos materiales, nos contamos las vidas, escuchamos las de las compañeras, y siempre nos relacionamos en un tono respetuoso y amoroso.
- En el Laboratorio nos cuidamos unas a otras, nos tratamos con amor, y nos apoyamos las unas a las otras. Todas preguntamos antes de hacer suposiciones erróneas, y nos escuchamos con amor para evitar malentendidos. Pedimos disculpas si hemos interpretado mal las palabras de la otra compañera. Si las demás nos acompañan en un momento difícil, es importante que mantengamos al tanto a las compañeras de cómo estamos para que no se preocupen.
- En el Laboratorio no sólo compartimos las penas, también las alegrías: noches locas de amor y sexo, enamoramientos, casamientos, ligues, momentos felices, proyectos personales que salen adelante, sueños que se cumplen, trabajos que nos ilusionan, y momentos importantes de nuestras vidas.  
- El objetivo común es poder llevar la teoría a la praxis, por eso además de analizar nuestra realidad desde una perspectiva crítica, también hacemos autocrítica amorosa: para conocernos mejor a nosotras mismas, para aprender a querernos bien y a cuidarnos mucho, y para disfrutar del amor y de la vida. Queremos construir nuestras relaciones desde los principios igualitarios del feminismo desalojando los patriarcados que nos habitan, desobedeciendo los mandatos de género, y liberando al amor del machismo. 
-Nuestro trabajo es a la vez personal y colectivo: cuando una se cuida, está cuidando a todas. Cuando una se libera, nos liberamos todas. Rebelarse a la trampa del amor romántico es uno de los mayores actos de rebeldía política en contra del patriarcado, por eso no podemos separar la lucha personal en nuestro interior, en la cama y en la casa, con la lucha que estamos haciendo en las calles, en las escuelas, en los centros de trabajo, en los parlamentos, en los medios de comunicación, en las religiones, en la ciencia, en los espacios públicos. Esta transformación es contagiosa, sale de mi para las demás, y vuelve a mí: trabajar colectivamente el amor romántico es una de las experiencias más hermosas y revolucionarias que podemos vivir las mujeres.
- Las mujeres del Laboratorio nos sentimos pioneras de un cambio social, cultural, político y económico, sexual y sentimental que está teniendo lugar aquí y ahora, en la Historia de Nuestro Tiempo Presente. Lo estamos viviendo en primera persona, y ya no nos sentimos raras, ni nos sentimos solas: somos cada vez más las mujeres que ya no sufrimos (tanto) por amorTrabajamos la autoestima personal y la colectiva desde un feminismo que incorpora al análisis las diferencias de clase, etnia, origen, orientación sexual, etc. Entre todas estamos aportando a la construcción de una ética amorosa que nos permita poner en el centro de nuestras vidas y en el centro de la política el tema de los cuidados, los afectos, las emociones y el sexo. 


Normas del Laboratorio
- El Laboratorio es una comunidad y todas nosotras aportamos a la construcción, alimentación, mantenimiento y cuidado de este espacio: todas podemos abrir nuevos foros en los foros del Laboratorio, proponer Ejercicios y compartir Herramientas, subir fotos al Álbum de Fotos, publicar en el Blog o proponer una película en el Cine Forum para hablar sobre ella. Entre todas estamos haciendo una buena Biblioteca del Amor, ya tenemos muchos vídeos, entrevistas, artículos, enlaces, libros en pdf, documentales, memés, imágenes, reseñas, guías y manuales. 
- Celebramos un chat en directo al mes, dura hora y media, y cualquiera de nosotras puede proponer un tema, o bien podemos empezar a charlar desde lo personal y tocar varios temas. Cualquiera de nosotras podrá chatear en dúo con cualquier compañera en privado, o en público. Todas podéis proponer la celebración de un chat extraordinario en el Foro de Señoras si lo necesitáis para que acudan las que puedan.
- En el Laboratorio no hay límites de tiempo ni espacio: puedes escribir todo lo que desees, cuantas veces desees, sin miedo a aburrir o ser pesada. ¡No está permitido disculparse cuando una se extiende mucho!
Toda la información que aquí se comparte es confidencial, cuando entras aquí firmas una especie de  pacto en el que te comprometes a cuidar a tus compañeras, a velar por su seguridad, y a mantener lealtad al grupo respetando el derecho a la intimidad y la privacidad de todas las miembras de la comunidad. 

En tres años ya han pasado por el Laboratorio más de 300 mujeres. En la actualidad, somos más de cincuenta mujeres diversas de diferentes edades, profesiones, países, orientaciones sexuales, religiones... Cada una de nosotras está luchando desde sus trincheras, en su casa, en el trabajo, en sus relaciones sexuales y sentimentales para transformar el mundo y transformarse a sí mismas. El Laboratorio es un espacio para trabajar lo romántico en buenas compañías: nos acompañamos, nos escuchamos, nos damos buenos consejos, compartimos nuestros aprendizajes, nos apoyamos las unas a las otras, nos empoderamos juntas, compartimos herramientas y diseñamos estrategias para trabajar el amor y la autoestima juntas.

Si queréis saber más sobre el Laboratorio del Amor, podéis visitar mi web y ver el vídeo en el que os explico cómo funcionamos. Sois todas bienvenidas a este taller permanente en la Escuela del Amor: 

1 de septiembre de 2018

Beneficios de trabajarse la autoestima desde el feminismo




Trabajarse la autoestima tiene múltiples beneficios no sólo para una misma, sino para todas las mujeres, y ya que nos ponemos, para la Humanidad entera. El patriarcado se hunde en la medida en que las mujeres nos cuidamos y nos queremos a nosotras mismas, y tomamos conciencia de lo importante que es querernos y cuidarnos entre nosotras.

Es un proceso de retroalimentación: cuanto mejor estamos con nosotras mismas, cuanto más nos valoramos y más nos queremos, cuanto más nos trabajamos por dentro, más fácil nos resulta relacionarnos con los demás, y sobre todo con las demás. Porque cuando tenemos seguridad y confianza en nosotras mismas es más fácil dejar de competir y rivalizar, y ponerse a cooperar. El amor de las demás mujeres nos sube la autoestima a cada una de nosotras, también, y a la inversa: el amor a una misma cuando es grande, se multiplica y se expande en todas las direcciones. 

Toda la cultura patriarcal está basada en la idea de que las mujeres no podemos. Y efectivamente, solas no podemos luchar frente a un mundo que nos explota, nos ningunea, nos tiraniza, nos invisibiliza, abusa de nosotras, nos cosifica, nos convierte en mercancía, nos somete, nos domina, nos machaca día tras día para que adquiramos conciencia de nuestra inferioridad, y para que interioricemos dentro la guerra que el patriarcado libra contra las mujeres en todos los ámbitos de nuestras vidas.

El patriarcado está fuera y está dentro de nosotras, la revolución por tanto ha de ser doble: tenemos que luchar contra la misoginia que nos habita, contra la gordofobia que nos hace rechazar nuestros cuerpos, contra el clasismo, el racismo, la lesbofobia, y todas las fobias que nos habitan y se vuelven contra nosotras mismas. Ahora mismo hay miles de mujeres luchando contra sí mismas, exigiendose a sí mismas todo lo que nos impone la cultura patriarcal para que seamos mujeres tradicionales y modernas, para que cumplamos nuestros roles femeninos, para que seamos las mejores en todo: en la cama, en el trabajo, en la casa, en nuestra comunidad.

Hay muchas mujeres sometidas a la tiranía de la belleza porque creen que así las van a querer más, gastando toneladas de tiempo, energías y dinero en ajustarse a los modelos de belleza patriarcal que te hace ver fea, gorda, vieja, y con pelo por todas partes, para que te pongas a perder kilos, aclarar o broncear la piel, estirarla para que no se arrugue, hacer sus pies pequeños o sus tetas grandes, mantener a raya la flacidez, operar para parecerse a las famosas, estar siempre sexys y disponibles a las miradas de los hombres.

Somos muchas las mujeres que sufrimos porque nos sentimos imperfectas, y nos hemos creído que nadie nos querrá si no nos esforzamos en estar bellas y en ser las mejores en todo.

Y es que no nos miramos con ojos de amor, sino con los ojos con los que nos mira el patriarcado. 

Así que hay que empezar a mirarse con buenos ojos y a liberarse de esos patriarcados que nos habitan. Una vez que tenemos identificado qué nos hace bien y qué no, cómo nos hacemos autoboicot a nosotras mismas, cómo nos sometemos y nos rebelamos a los mandatos de género, entonces hay que pasar a la acción.

Lo primero es asumir la responsabilidad que tenemos en nuestra salud, nuestro bienestar y nuestra felicidad. Somos mujeres adultas y no podemos depender de que otro adulto nos ame y nos cuide, y nos haga felices. Con una pareja podemos compartir la felicidad, pero no exigir que la otra persona tenga que cargar con su felicidad y con la tuya. No podemos cargar a nadie con algo que depende enteramente de nosotras, y no es justo, además.

Cuando asumimos plenamente esa responsabilidad de cuidarnos para estar bien, y nos ponemos a trabajar para hacernos la vida más fácil y más bonita, hay que confiar en nuestra capacidad para cuidarnos a nosotras mismas, y asumir un fuerte nivel de compromiso con una misma. Igual o más que cuando nos enamoramos y nos comprometemos con el amado o la amada. 

Ser honesta y leal con una misma es esencial para poder cuidarse y para poder llevar la teoría a la práctica. Nuestro mayor enemigo es el Ego, que cree que todo está fuera y hay que buscarlo, y exigirlo a los demás. El Ego es insaciable y siempre quiere más poder, más aplausos, más reconocimiento, más admiración, más cariño, más deseo, más  atención.


De los demás sólo necesitamos sentirnos aceptadas y queridas: despertar envidia o admiración en gente que no conocemos no nos hace sentir bien, sólo hincha nuestro Ego. Lo que de verdad nos hace felices es saber que nuestra gente nos quiere, nos valora, nos acepta tal y como somos. 

Y para que nos acepten así, tenemos que aceptarnos nosotras. Al conocernos mejor en el trabajo que estamos haciendo en torno a nuestra autoestima, detectaremos cosas que no nos gustan, que nos hacen daño, que querríamos cambiar o mejorar. Y en esto consiste el trabajo personal para que sea completo: tenemos que hacer autocrítica amorosa para poder ser conscientes de nuestros logros pequeños y grandes, para trabajar todo lo que se pueda mejorar, y para iniciar el camino hacia la transformación personal y colectiva.


Con respecto a nuestras relaciones de pareja, amar es toda una inversión de tiempo y de energía, así que hay que ver bien donde ponemos nuestro amor, con quién compartimos los trocitos de vida, qué clase de personas quieres a tu lado. El foco principal en el escenario es el nuestro: nosotras somos lo más importante. Luego está nuestra necesidad de vivir una historia de amor, y nunca debe ser a cualquier precio, hay que elegir bien a las compañías con las que compartimos la vida.

Cuesta un tiempo darse cuenta de que no basta con que te quieran mucho: tienen que quererte bien, y no todo el mundo tiene las herramientas para ello. Así que es muy importante que tu red de gente sea gente alegre, sana, generosa, con inteligencia emocional, con empatía, solidarias, en fin, buenas personas, es de lo que se trata.

Cuando te quieres mucho esto lo ves muy claro, no permites que nadie te toree ni te trate mal, aunque sea alguien que te gusta mucho o alguien a quien quieres mucho. Eres perfectamente capaz de ver si alguien te conviene o no, y tomas decisiones sensatas que te beneficien a ti siempre. Eres capaz de cortar una relación con alguien que te fascina si te das cuenta de que no hay reciprocidad o no se dan las condiciones para poder quererse bien, y disfrutar del amor. 

Otro beneficio al trabajar la autoestima es que podemos conocernos mejor a nosotras mismas, y paliar un poco la soledad, y el miedo a la soledad que nos hace tan dependientes de los demás. De alguna manera, al convertirnos en compañeras y cómplices de nosotras mismas, la soledad se aleja porque nos sentimos acompañadas de la cuna a la tumba, siempre con nosotras mismas, en los buenos y en los malos momentos.

Cuando te quieres bien, sucede también que te va mucho mejor todo, que todo parece más fácil: el examen te sale mejor, porque estás más relajada y confías más en ti misma. Te sale mejor la comida cuando cocinas, te rinde más el tiempo de trabajo o de estudio, se te ocurren grandes ideas, te vuelves más curiosa, surgen en ti nuevos proyectos, sientes ganas de aprender cosas nuevas y de conocer gente nueva, te enfadas menos con el mundo, tienes mejor humor y mejores ánimos, te apetece ser útil y ayudar a tu gente, te pones más creativa, es un proceso contagioso.


Cuando te quieres bien, la gente también aprende a quererte bien, a respetarte, a tratarte con cariño. Es más fácil poner límites a los demás, expresar tus necesidades y tus deseos, decir lo que quieres y lo que no, y negociar en todas tus relaciones para que no duelan. Cuando te quieres bien, no consientes que te manipulen, que te hieran, que te amarguen la vida más de una o dos veces: es más fácil cortar por lo sano cuando tenemos claro lo que necesitamos y lo que queremos, y lo que no queremos.

Otro beneficio de quererse bien a una misma es que tienes más tiempo para disfrutar de tus pasiones porque no gastas energía en batallar contra ti misma. Tus energías son para disfrutar, para crecer, para aprender, para compartir con los demás: la vida es más bonita cuando estás tranquila, en paz y a gusto contigo misma. Tener más energías te permite hacer muchas cosas nuevas, te permite diversificar afectos, moverte con libertad, y relacionarte también con más libertad y más alegría.

Porque al final es esto lo que necesitamos, chicas, más alegría, más tranquilidad, más placer, más orgasmos, más risas, más abrazos, más puertas y ventanas abiertas. De alguna manera cuando estamos mal estamos muy centradas en nosotras mismas, muy en nuestro ombligo, y nos cuesta salir al mundo y disfrutar de la gente, porque claro, no nos sentimos bien.

Pero cuando logramos sentirnos bien con nosotras mismas, entonces como que todo va mejorando como por arte de magia, nuestro bienestar tiene un impacto positivo en los demás: en la gente con la que convivimos, en el espacio de trabajo, en los sitios en los que estamos, en nuestras familias y grupos de gente querida, con nuestros animales y plantas domésticas.

Lo personal es político, y cuanto mejor estamos las mujeres, más nos unimos y más logros conseguimos, y la sociedad entera avanza. Todo son beneficios cuando te  trabajas la autoestima para quererte más y mejor: todo nuestro mundo late a nuestro son, se contagia de nuestras buenas vibras, nos siente felices con nosotras mismas. Y esto, no sé si os habéis parado a pensarlo, pero tiene un efecto rebote en las niñas, en las adolescentes, en tus amigas, en tus compañeras de estudios o de trabajo, y hasta en las mujeres con las que te cruzas por la calle.

Así que pongámonos generosas: cuanto mejor estamos nosotras, mejor están las demás compañeras y los demás seres queridos. Es incluso más fácil si nos lo tomamos no sólo como un proceso personal, sino más bien colectivo: al aprender a cuidarnos a nosotras mismas, estamos poniendo nuestro granito de arena para que haya cada vez más mujeres liberadas de la culpa, el miedo, la falta de confianza en una misma, el machismo, y la violencia. Todas sufrimos diversos grados de violencia en nuestras vidas por haber nacido mujeres, por eso cuando una de nosotras se libera de una relación de violencia machista, nos liberamos todas. Cuando una se va  de una relación en la que no la quieren bien, estamos todas ganando, porque lo que empodera a una, nos empodera a todas.

Y si nos cuidamos mucho a nosotras y entre nosotras, nos será más fácil acabar con el machismo y el patriarcado, porque cuando las mujeres nos empoderamos, no hay quien nos pare.


Coral Herrera Gómez






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Vamos a trabajar durante dos meses juntas para fabricar las herramientas que necesitamos para aceptarnos, querernos y cuidarnos mejor. Puedes apuntarte cuando quieras en mi web: 





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26 de agosto de 2018

¿Cómo saber si hay amor en mi relación?


Ilustración de Frida Castelli



Muchas mujeres están en relaciones de pareja en las que no hay amor. Quizás puede que haya mucho romanticismo, pero no hay amor. La trampa en la que caemos gracias a este gran espejismo colectivo que es el mito del amor romántico, es precisamente que aguantamos demasiado tiempo en relaciones que parecen de amor, pero no lo son.

A las mujeres heterosexuales nos cuesta distinguir el amor de la violencia porque la cultura amorosa patriarcal en la que hemos sido educadas nos hace creer que quién bien te quiere, te hará llorar, que los que más se pelean son los que más se desean, y que del amor al odio hay un paso.

Es una cultura sadomasoquista en la que a nosotras nos toca el papel de sufridoras, y nos hace creer que cuando un hombre nos vigila, nos controla, nos limita la libertad, ataca nuestro derecho a la privacidad, lo hace "por amor". Que sin el amor de un hombre no somos nada. Que los celos son pruebas de amor, que la violencia es pasional, que los malos tratos son "normales" entre dos seres que se quieren. Y es que son el pan nuestro de cada día: vivimos en una cultura muy machista y muy violenta en la que hemos naturalizado la violencia y el sufrimiento, y nos hemos acostumbrado y hasta resignado pensando que es imposible estar en una relación amorosa basada en el respeto mutuo, el placer y el compañerismo.
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Sin embargo, las mujeres que ya no sufrimos por amor estamos cansadas de aguantar malos tratos en nombre del amor, estamos hartas de relaciones en las que no somos felices, estamos cansadas de nuestro rol de mujer sacrificada que todo lo soporta por amor, y ya no nos creemos el cuento de que haya algo de amor en una relación machista en el que a nosotras nos toca obedecer, someternos, renunciar a nuestra libertad, y trabajar gratis sirviendo al señor.

Para nosotras el amor tiene que estar basado en el placer, el disfrute, el compañerismo, la solidaridad, el buen trato, la libertad y la igualdad, la honestidad y la sinceridad. Creemos que si duele, no es amor. Confiamos en nuestra capacidad para evaluar si una relación nos está haciendo felices o no, si nos compensa o no, si puede funcionar o no, y en nuestra capacidad para tomar decisiones si la respuesta es no. Porque priorizamos el auto-cuido por encima de cualquier relación romántica: lo primero es nuestra salud, nuestro bienestar, nuestra felicidad.

La mejor herramienta para hacer análisis de las relaciones en las que estamos es hacernos  preguntas. Os invito a poneros las gafas violetas con los filtros del amor, y a hacernos todas las  preguntas que se nos ocurran para intentar averiguar si estamos en una relación en la que hay amor, o si por el contrario estamos en una relación basada en la dependencia y la necesidad, en la dominación y la sumisión, en la comodidad o en el interés.

Las preguntas las tenemos que poner entre todas, aquí lanzo unas cuantas para empezar:

- ¿Te sientes plenamente correspondida en tu relación?, ¿crees que los dos estáis igual de ilusionados y tenéis las mismas ganas, y la misma intensidad en vuestros sentimientos?

- ¿Te sientes amada?, ¿Cómo te demuestra tu compañero su amor?,

- Si no te lo demuestra, ¿por qué no te lo demuestra?

- ¿Tenéis los dos el mismo concepto, o parecido, del amor, y del tipo de pareja que querríais tener? Si la respuesta es no, ¿hay condiciones para  amarse si vuestras apetencias no coinciden?

- ¿Te sientes aceptada tal y como eres?, ¿te ha pedido tu pareja que cambies tu forma de ser, o hagas cambios en tu vida?

- ¿Te sientes bien, te sientes feliz, estás a gusto en tu relación?, ¿porcentaje de felicidad?

- ¿Te sientes bien tratada?,

- ¿Te sientes bien tratada todo el tiempo, la mayor parte del tiempo, o sólo a veces?

- ¿Te sientes bien tratada cuando hay conflictos y discusiones?

- ¿Cómo tratas tú a tu compañero?, ¿notas mucha diferencia entre su forma de tratarte y la tuya hacia él?

- ¿Cómo habla de sus ex-novias?

 - ¿Cómo habla de las mujeres?

- ¿Cómo trata a la camarera que os está sirviendo la comida en el bar?

- ¿Crees que tu compañero es buena persona?

- ¿Crees que tu compañero es buena persona todo el tiempo, con todo el mundo?

- ¿Cómo se comporta con los animales?

- ¿Es machista? ¿Es racista, clasista, homófobo, lesbófobo, xenófobo?, ¿emite discursos de odio?

- ¿Sus actos y sus palabras se corresponden, lo que dice y lo que hace es coherente?

- ¿Cuantas pasiones y aficiones tenéis en común, hay compatibilidad entre ellas?

- ¿Se ocupa y se preocupa por tu placer, o sólo piensa en el suyo?

- ¿Crees que tu compañero tiene ganas de disfrutar del amor y del sexo, o hay algún obstáculo que le impida vivir sus relaciones con libertad y alegría, como por ejemplo, el miedo?

- ¿Sabe escuchar con amor?, ¿te escucha a ti con amor?

- ¿Cómo son sus relaciones con sus amigos y amigas, y con su familia?

-  ¿Sientes que la relación es fácil, o es difícil? Fluye el amor, ¿o estáis siempre peleando?

- ¿Ha mentido delante de ti alguna vez a alguien?

- ¿Cómo crees que te ve él, qué te dicen sus ojos cuando te mira, qué cosas le gustan de ti?

- ¿Cómo le habla de ti a los demás, cómo le habla de ti a su mejor amigo, te gusta lo que estás escuchando al imaginarlo?

- ¿Cómo te habla a ti sobre ti misma, cómo habla de ti a los demás cuando estás tú presente?

- ¿Se ha desnudado emocionalmente delante de ti, te ha dejado ver su interior, te ha hablado sobre sí mismo y sobre sus sentimientos?

- ¿Quién es el que se siente más feliz en la relación?, ¿quién es el que mejor está de los dos, o estáis igual de bien los dos?

- ¿Te sientes cuidada?,

- ¿Te sientes cuidada siempre, o solo a veces? Cuando enfermas, ¿te cuida?, ¿te ayuda cuando tienes problemas?, ¿se preocupa por ti?

- ¿Sientes que tienes intimidad y privacidad?, ¿respetas tú la suya?

- ¿Cómo actúa cuando está estresado o nervioso?

- ¿Os veis ambos juntos en el futuro, o alguno de los dos se ve fuera de la relación?

- ¿Te sientes libre para ser tú misma, para expresarte, para contar cómo te sientes, para hablar de tus deseos?

- ¿Te sientes libre en la relación para tener tus propios espacios, tus propios tiempos?

- ¿Cómo le acepta tu gente a tu chico?, ¿qué piensa él de tu gente?

- Si tu gente no le gusta, ¿crees que él trata de aislarte, o respeta tu red de afectos?

- Si su gente no te gusta, ¿crees que él se siente libre para relacionarse con su red de afectos?

- ¿Cómo se comunica contigo?, ¿quién llama primero?, ¿cuánto tarda en contestar tus mensajes?

- ¿Respeta los pactos a los que habéis llegado para estar juntos, o los rompe a menudo?

- ¿Crees que tu compañero confía plenamente en ti?

- Y tú, ¿confías plenamente en tu pareja?

- ¿Os reís mucho juntos?, ¿te estás divirtiendo?

- ¿Estás renunciando a algo, o te estás sacrificando por algo?

- Si es feminista, si dice que se está trabajando el patriarcado, ¿hay coherencia entre sus discursos y sus actos?

- ¿Hay compañerismo, igualdad y trabajo en equipo en tu relación?

- ¿Cómo os repartís las tareas en la casa, la crianza, los cuidados?,

- ¿Disfrutáis ambos de la misma cantidad de tiempo libre?

- ¿Cómo es vuestra forma de organizaros económicamente, sois solidarios el uno con el otro, dependéis del otro para vuestra subsistencia, cómo es la relación cuando no hay igualdad en los ingresos?

- ¿Te compensa la relación, sientes que las cosas buenas realmente compensan las malas?

- ¿Te gustaría que hubiese algún cambio en tu relación?, ¿Crees que es posible que haya un cambio en la realidad?

- ¿La relación ahora es mejor que al principio, o peor?

- ¿Imaginabas que tu relación iba a ser así?, ¿cómo la soñabas?

- ¿Tu relación se ha convertido en un cruce constante de reproches mutuos?, ¿hay cansancio o hartura por parte de ambos?

- ¿Qué cosas podrían mejorar en la relación?

- ¿Qué cosas te gustaría trabajarte a ti para ser mejor persona y para disfrutar del amor?

- ¿Y tu pareja, qué podría trabajarse para mejorar también?, ¿crees que tiene herramientas y ganas para hacerlo?

- ¿Cómo habla de sí mismo?, ¿cómo le ves el Ego y cómo le ves la autoestima?

- ¿Te da la razón en todo, te lleva la contraria en todo?, ¿te ríe todas las gracias?, ¿se pone por debajo de ti, o por arriba de ti, o permanece en el mismo nivel que tú?

- ¿Y tú, te pones por encima o por debajo, alternas posiciones de dominación y sumisión, o tratas de tener relaciones horizontales e igualitarias?- ¿Cuál es el porcentaje de nivel de sinceridad y honestidad de tu pareja?

- ¿Cómo sería tu vida si no estuvieses con tu pareja actual?, ¿qué estarías haciendo?

- ¿Cómo será la vida de él sin ti, qué estaría haciendo?

- ¿Tiene tu pareja miedo de quedarse solo/a?,

- ¿Y tú, tienes miedo a quedarte sola?

- ¿Te sientes encadenada a tu pareja por los sentimientos que albergas hacia ella, o por alguna otra atadura económica, contractual, etc?

- ¿Crees que tu pareja se siente libre estando en esta relación contigo?

- ¿Confías en ti misma para saber cuando es el momento de romper la relación, si llega ese momento?

- ¿Cómo crees que se comportaría él en la ruptura, te trataría con amor, o te haría la guerra?



Coral Herrera Gómez



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