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6 de abril de 2019

No hay recompensa por sufrir por amor

Esta es la cara que se nos queda cuando nos ponemos las gafas del amor
y nos enteramos de que no hay recompensa



Para que las mujeres nos dediquemos a sufrir por amor voluntariamente, el patriarcado tuvo que inventarse el paraíso romántico. El amor es como una religión: nos piden que atravesemos con resignación el valle de lágrimas, y nos aseguran que al final podremos entrar en las puertas del cielo para disfrutar del amor eterno, maravilloso y perfecto. Pero no hay recompensa, ni hay paraíso como premio por aguantar..

Las mujeres somos educadas en la cultura del aguante, el sacrificio y la renuncia con la promesa de que en algún momento de sus vidas, serán recompensadas y obtendrán su premio. En los cuentos de Princesas, este es el principal mensaje que nos lanzan a las mujeres: si sufres y aguantas, si esperas con paciencia, si perseveras y eres leal, él se dará cuenta y caerá de rodillas ante ti, prometerá amarte para siempre, y podréis ser felices.

Es la trampa perfecta para que las mujeres cuidemos a hombres con problemas: nos seducen con la idea de que nuestro amor todo lo puede, y que con mucha paciencia y ternura lograremos cambiar al ogro y convertirlo en el Príncipe Azul. Nuestro ejemplo a seguir sería la Bella, que logra transformar a la Bestia aguantando sus malos tratos. Nos enamoramos del niñito asustado y traumado que habita en todo monstruo, las mujeres tendemos a compadecernos enseguida de esos bebés que piden amor de malas maneras convencidas de que nuestro amor nos salvará a ambos, y que obtendremos nuestra recompensa por ser tan buenas, tan generosas, tan pacientes y amorosas.

Sin embargo, no hay recompensa. No hay premio, ni hay paraíso posible cuando “por amor” renunciamos a nuestra libertad, a nuestros derechos, a nuestras pasiones, a nuestros proyectos, a nuestro auto-cuido. No hay forma de dar y recibir amor en condiciones de sufrimiento, y de malos tratos, no hay manera de construir una relación sana y bonita, no se puede ser feliz cuando cargamos con los problemas de los demás, y se convierten en nuestros problemas.

Cuando las mujeres nos juntamos a hombres con problemas, lo que sucede es que asumimos la responsabilidad de su bienestar, y enseguida se activa la culpa: creemos que podríamos hacer más, o que podríamos hacerlo mejor, pero nada parece contentar al hombre que sufre.   

No importa lo sumisas que seamos, lo obedientes y complacientes que seamos: no nos van a querer más por portarnos como se espera de nosotras, ni nos van a tratar mejor. Más bien al revés: nuestro masoquismo exacerba el sadismo del que se sabe poderoso.

Nuestra condición de víctima nunca nos va a proporcionar el amor eterno que nos prometieron: da igual que suframos mucho, que lo pasemos muy mal, o que le pongamos todo el empeño del mundo en salvar al pobre hombre que no sabe amar. De verdad, compañeras, no hay recompensa, no hay premio, ni hay paraíso.

Los alcohólicos no se salvan por amor, los ludópatas, los drogadictos, los hombres violentos no se transforman en hombres buenos por amor. De los infiernos sale cada uno si quiere y si le pone energías a su trabajo personal, pero nadie puede sacar a nadie de la depresión, de sus traumas de la infancia, de sus odios acumulados, de su mezquindad y miseria.

No hay paraíso a cambio de sufrir y pasarlo mal: la vida se nos va en esperar el milagro romántico que nunca llega. Penélope esperó a Ulises 30 años, La Bella Durmiente esperó a su Príncipe cien años, y así pasan su vida todas las mujeres de los guerreros y los príncipes, esperando a que él vuelva, o a que él cambie, o a que suceda un milagro que nos lleve al paraíso romántico que nos merecemos.

En todas las historias las mujeres esperamos y aguantamos, pero en la realidad, muy pocas son las que disfrutan de finales felices en los que el hombre se redime de sus pecados, o deja de ser un mutilado emocional, o soluciona sus problemas para hacer feliz a su princesa. Y normalmente, el precio que pagamos por aguantar es demasiado alto: sufrir deja una huella en nuestro organismo, nuestro cerebro y nuestro corazón, deteriora nuestra salud mental y emocional, nos pone feas y nos envejece.

No podemos permitirnos el lujo de derrochar nuestra corta existencia en esperar que la situación cambie o el otro cambie. Sólo podemos cambiar nosotras mismas. No podemos desaprovechar nuestras energías en salvar a nuestro amado de sus problemas: necesitamos a nuestro lado compañeros que sepan cuidar y querer bien, que puedan dar lo mejor de sí mismos en la relación, que sean generosos y solidarios, que sepan compartir y estar a la altura en todos los momentos, en los buenos y en los malos.

Vamos a desmitificar el amor para poder amar con los pies en la tierra, para poder querernos sin hacernos daño, para evitar relaciones de abuso y explotación, para que nadie pueda aprovecharse de nuestra necesidad de ser amadas.

Necesitamos ser realistas y querer en el presente, en el aquí y el ahora, sin ser complacientes, sin victimizarnos, sin creer que nuestro amor lo enamorará en el futuro. Sólo en el presente es posible disfrutar del amor, así que olvidémonos de las recompensas: el paraíso está en La Tierra, y en los momentos buenos que puedes vivir con gente que te sabe querer bien.

Coral Herrera Gómez  






5 de abril de 2019

Otras redes sociales son posibles: la Comunidad de Mujeres del Laboratorio del Amor




Una de las cosas más maravillosas que he hecho en la vida es crear mi propia red social, y quiero contaros que me siento muy orgullosa de haber fundado y alimentado esta comunidad de mujeres que nació en el 2015. Ahora que las redes sociales están llenas de violencia verbal, de peleas y malos tratos, para mí la Comunidad del Laboratorio del Amor es un paraíso. 

En el Laboratorio no debatimos, y por tanto no peleamos: lo que hacemos es trabajar en los temas juntas. No hay luchas de Egos apenas: ninguna opinión vale más que otra, y mezclamos constantemente lo personal con lo político. No hay necesidad de llevar la razón e imponer tu criterio, porque cada cual habla desde sus experiencias, y todas son igualmente válidas. Es un proceso de investigación permanente en la que no nos dedicamos a presumir de nuestros conocimientos, sino a compartirlos. 

Todas las mujeres que forman parte de ella escuchan desde el amor y el respeto, por eso apenas hay malentendidos, y los conflictos que surgen los resolvemos sin guerras. Nos escuchamos con amor, nos acompañamos en nuestros procesos, nos damos calorcito humano, compartimos materiales, aprendemos unas de otras y fabricamos juntas las herramientas que necesitamos para llevar la teoría a la práctica. A todas nos une la idea de que se puede sufrir menos, y disfrutar más del amor y de la vida, que no estamos condenadas, y que todo se puede trabajar. 

Soy consciente de que el Labo podría haberse disuelto como cualquier grupo de Whatsapp, pero esta comunidad sigue y crece porque todas la cuidan mucho, y cada cual aporta de una manera diferente: se cuidan las palabras, se acoge con cariño a las nuevas, se acuerpa a las compañeras que están pasando por momentos difíciles, se celebran los éxitos y el bienestar de las que están disfrutando de un buen momento en sus vidas, subimos contenidos interesantes, y damos consejos cuando nos lo piden. Nos felicitamos cuando damos pasos en nuestros procesos personales, nos comprendemos unas a las otras cuando damos pasos para atrás, nos reímos mucho juntas, y no nos sentimos tan "raras" como en otros espacios.

Nadie juzga a las demás, ni se compite para ver quién es más feminista, así que es un espacio en el que una puede andar desnuda y hablar en confianza, sin miedo a las críticas ni al "qué dirán", porque no sólo es una red de afecto, es también un espacio terapéutico y de acompañamiento basado en los cuidados, el placer y el disfrute, la empatía y la solidaridad. Lloramos, nos desahogamos, reflexionamos juntas, y nos divertimos mucho también: todas estamos comprometidas con nuestro auto-cuidado, y el cuidado de la comunidad y de las compañeras. 

Algunas mujeres llevan 4 años participando apasionadamente en esta red social, otras han estado solo unos meses, unas vuelven cuando necesitan acompañamiento, otras se han ido con la mochila cargada de experiencias y conocimientos. Todas han dejado algo lindo en la comunidad. Ya son más de 400 mujeres las que han pasado por el Laboratorio, más otras tantas alumnas de la Escuela, y a veces, cuando se puede, nos reunimos también presencialmente en alguna ciudad del mundo. En la actualidad somos 80 mujeres, de diferentes edades, orientaciones sexuales y países, con formas de sentir y pensar el feminismo muy diversas, y da gusto hablar de cualquier cosa sin miedo a ser atacada. 

Hacemos un chat al mes en directo, y el resto del tiempo trabajamos a nuestro ritmo, con nuestros horarios, sintiéndonos libres para llegar y para irnos cuando queramos. Unas participan mucho, otras no tanto. Unas sólo escuchan y se lanzan cuando se sienten seguras, otras llegan a corazón abierto: es un espacio horizontal en el que yo me siento una más. Antes me sentía muy sola trabajando el tema del amor romántico, ahora siento que además de buenas amigas, somos compañeras de trabajo, y entre todas vamos abriendo camino en un tema que hasta hace muy poco no se hablaba en los espacios públicos y que es tan necesario para acabar con el patriarcado y para poder tener calidad de vida. 

En fin, que quería contaros esto porque me siento muy afortunada de tener a estas compañeras tan amorosas, y de haber creado este espacio de sororidad en el que todas nos sentimos seguras, y a salvo de la violencia que hay en las redes. ¡Si queréis formar parte de nuestra pequeña comunidad, si creéis que otras redes sociales son posibles, sois todas bienvenidas! Laboratorio del Amor

#OtrasRedesSonPosibles #Sororidad #AmorDelBueno #Acompañamiento#Compañerismo #Comunidad #MiTribu



Aquí podéis leer sobre la filosofía y las normas de la Comunidad de Mujeres

Si quieres unirte a nosotras, en mi web tienes toda la información.

28 de marzo de 2019

Salud, dinero y amor



Salud, dinero y amor. Esto es lo que la mayoría de la gente necesitamos para estar bien, es lo que le deseamos a nuestra gente querida con el año nuevo y en sus cumpleaños. Esta debería ser la base también de cualquier partido político que quiera acabar con el sufrimiento y mejorar la vida de la gente: 
- Salud pública, gratuita y de calidad. Aire respirable, alimentos y agua sin veneno.
- Dinero: ingresos dignos, salarios dignos y pensiones dignas. Si no hay empleos para todo el mundo, que haya ingresos para todo el mundo.
- Amor: necesitamos tiempo para el amor y los cuidados, condiciones laborales para cuidar y disfrutar de nuestros seres queridos, nuestros animales, y nuestra vida, que sólo tenemos una.

Estos tres pilares junto con los derechos humanos fundamentales son la base de la política: se trata de que podamos disfrutarlo todos y todas, no sólo unos pocos. Eliminar la pobreza, la explotación y el sufrimiento de millones de personas, garantizarles tiempo e ingresos para que puedan disfrutar del amor y la vida. Los cuidados, en el centro: este debería ser el objetivo de la política de nuestro tiempo #LoPersonalEspolítico #LosCuidadosSonPolíticos  #BuenVivir #DerechosHumanos #SaludDineroYAmor #Tiempo

26 de marzo de 2019

Otras formas de cuidarnos son posibles: colectivizar los cuidados



Este post es un capítulo del libro "Los Cuidados", es un proyecto transmedia autogestionado que además del libro ha realizado un documental. Podéis ver el trailer aquí.

El amor y los cuidados nos han permitido sobrevivir y evolucionar como especie: hoy estamos aquí gracias a nuestra capacidad para la empatía, la solidaridad, la generosidad y la cooperación. Cuidar a los nuevos miembros de la tribu, y a los que no pueden valerse por sí solos (enfermos, gente anciana, gente con discapacidades) nos ha permitido llegar vivos hasta el siglo XXI, multiplicarnos y expandirnos por todo el planeta.

Pasamos muchos años de nuestra vida siendo cuidados por las mujeres: los humanos tenemos infancias muy largas, y ahora también se está alargando la vejez, a medida que aumenta la esperanza de vida humana. Incluso cuando estamos jóvenes y sanos, y tenemos autonomía económica, requerimos cuidados de los demás: cuando tenemos accidentes, cuando enfermamos, cuando sufrimos crisis emocionales, cuando pasamos por momentos duros de nuestras vidas.

Sólo pasamos un tercio de nuestras vidas, en la etapa de la adultez, disfrutando de la autonomía y con nuestras facultades físicas, mentales y emocionales en buen estado. Es cuando tenemos salud y energías para  cuidarnos a nosotras mismas y a los demás. Pero es también el momento en que tenemos que volcarnos en la producción y en la generación de ingresos, ahorro y pensiones, así que se hace imposible del todo compatibilizar ambas responsabilidades a la vez.

Todos necesitamos compañía: somos seres profundamente sociales y emocionales. Necesitamos amor, palabras de aliento, calor humano, sentirnos arropados, recibir y dar demostraciones de cariño. Necesitamos sentirnos aceptados por nuestra familia y nuestra comunidad cercana, y necesitamos las redes de afecto y apoyo mutuo para sobrevivir en un mundo hostil, desigual y violento.

Solos no podemos: necesitamos a nuestra gente para aprender, para celebrar, para ayudarnos mutuamente, para apoyarnos en momentos duros, para compartir la vida. Esas redes que nos sostienen se están perdiendo en la actualidad, por eso aumentan las enfermedades mentales, los trastornos emocionales, las depresiones y los suicidios: en la medida en que nos sentimos solos y aislados del resto, nuestra calidad de vida y nuestra salud mental y emocional se va deteriorando progresivamente.

En nuestra sociedad actual hemos roto con el concepto de “tribu” y vivimos en familias aisladas formadas por dos adultos o una mujer adulta, con uno o varios hijos e hijas. Aún en el mundo rural, la familia extensa (abuelos, abuelas, tías, tíos, primas, etc) sigue funcionando como una red de cuido, pero en las grandes ciudades nos come la soledad. Los ancianos se mueren solos, y de vez en cuando sucede que nadie los echa de menos hasta que el vecindario huele el cadáver en descomposición.

El ritmo de producción es incompatible con la vida: no tenemos espacio ni tiempo para cuidar a los demás porque pasamos todo el día fuera de casa, produciendo para ganar un salario, y atascados en las horas punta de las grandes ciudades. Hemos externalizado los cuidados, y dejamos a nuestros bebés, ancianos y ancianas, y familiares enfermos o con discapacidades, a cargo de mujeres. Unas lo hacen gratis, otras precariamente, y otras en condiciones de semiesclavitud o esclavitud.

Somos nosotras las que sostenemos el mundo con nuestro trabajo de crianza, cuidados y labores domésticas. Pero la mayor carga recae en las mujeres pobres: sin ellas no podríamos producir ni reproducirnos. El capitalismo se sostiene gracias a la explotación de miles de millones de mujeres pobres y del trabajo gratis que realizan todas las mujeres en sus hogares.

Las mujeres que cuidan necesitan que garanticemos su derecho a la autonomía económica, a cotizar en la seguridad social, a salarios dignos, a vacaciones y descansos, a tener pensión de jubilación, a disfrutar de tiempo libre, y a recibir los cuidados de la comunidad para poder ejercer su trabajo en óptimas condiciones psicológicas, emocionales y físicas.

No es justo que no se valore social y económicamente a las madres, las enfermeras, las parteras, las niñeras, las maestras, las cocineras, las cuidadoras, las empleadas de limpieza. No es justo que las madres tengan que separarse de sus crías y no puedan cuidarlas, no es justo que estos cuidados los asuma otra mujer de bajos recursos a cambio de un salario indecente. No es justo que los hombres tengan libres 3 horas más al día que las mujeres. No es justo que tengamos que elegir entre maternidad y carrera profesional, no es justo que si criamos tengamos que renunciar a tener ingresos. No es justo que no se reconozca la inmensa labor que hacen los y las profesionales que se encargan de educar, de curar, de cuidar, de alimentar, de acompañar a las personas que más lo necesitan.

Para cambiar el mundo necesitamos hacernos cargo de los cuidados colectivamente: es un asunto político, social y económico de primer orden. Es urgente dejar de cargarnos a las mujeres toda la carga reproductiva y doméstica, y además obligarnos a asumir también la producción, a costa de nuestra salud y nuestro tiempo libre.

En algunos países nórdicos se han tomado algunas medidas para alargar los permisos de maternidad, y para repartir los cuidados a bebés entre hombres y mujeres, pero no es suficiente: necesitamos un cambio radical en nuestro sistema productivo que nos permita a todos tener tiempo y dinero para cuidar a nuestra gente querida.

Sólo podremos garantizar a los niños y niñas una infancia feliz si esta se desarrolla en un ambiente familiar y seguro, con diversas fuentes de afecto, que le permitan ir construyendo su identidad sin miedos, y sin la angustia de la separación de sus vínculos de referencia. Los bebés se merecen ser cuidados por gente que les quiera, les proteja, les cuide y les eduque con amor. Los ancianos, las ancianas, las personas con discapacidades o enfermas también. Son los más vulnerables, y los que más sufren la crueldad de un sistema que los deja fuera y que no permite que los suyos puedan cuidarlos.

Es el momento de colectivizar los cuidados, y de que todos y todas podamos asumir nuestra responsabilidad en las tareas básicas para la supervivencia (alimentación, higiene y limpieza, administración de los recursos, cuidados a los que necesitan ayuda, crianza y educación de bebés, niños y niñas, cuidados a animales y plantas domésticas). Todos, y también todas, tenemos derecho a ser cuidados y a cuidar a los demás, con el disfrute y las obligaciones que ello conlleva.

Cuidar es una tarea titánica: necesitamos una tribu, necesitamos tiempo y dinero, y condiciones laborales que nos permitan implicarnos activamente en nuestras tareas de crianza y cuidados. Necesitamos expandir los cuidados a la comunidad, ampliar el concepto de familia más allá de la pareja y del parentesco, y construir nuestras redes de cuido en grupos de gente unida por vínculos de afecto y de apoyo mutuo. Cuanto más grande sea la red y más gente comparta los cuidados, más tiempo libre tendremos todos, y más calidad de vida habrá para todos y todas.

Tenemos que poner los cuidados y la crianza en el centro de nuestros movimientos sociales y políticos, y situarlos como una prioridad en la agenda de los gobiernos. También es fundamental un cambio social y cultural: tenemos que aprender a trabajar en equipo, a ser más solidarios  y ayudarnos mutuamente, a tratarnos bien, a querernos bien, a cooperar con la gente para que la vida se nos haga más fácil y más bonita a todos y a todas.

Compartir los cuidados y querernos bien es una forma de resistencia política frente a un sistema que nos quiere solos y solas, aisladas unas de otras,
compitiendo con las demás, sobreviviendo cada cual como puede. Los problemas personales son en su mayoría sociales y políticos, por eso tenemos que buscar soluciones colectivas, no individuales.

Tenemos a favor el avance de la lucha feminista en todo el mundo, y el tremendo salto tecnológico que vamos a dar en las próximas décadas: el mundo laboral va a cambiar de una forma drástica con la llegada de los robots. Ya no será necesario explotar económicamente a miles de millones de personas, así que podremos acabar con la esclavitud femenina y la esclavitud infantil.

Si somos capaces de transformar nuestro sistema productivo de manera que nos beneficie a todos y a todas, podremos asegurar una renta básica para toda la población. Con un ingreso básico asegurado, podríamos cuidar, criar, educar y construir redes afectivas de apoyo mutuo para repartir el trabajo entre todas y todos de una manera equitativa.

El cambio que propone la lucha feminista en nuestra forma de organizarnos y de cuidarnos nos permitiría garantizar los derechos humanos de todas las mujeres, niñas y niños, y personas dependientes: derechos sexuales y reproductivos, derecho a techo y a comida, derecho a una educación y una sanidad pública y de calidad. Derecho a cuidar y a ser cuidados, derecho a vivir una vida libre de violencia, derecho a tener tiempo libre para vivir la vida y disfrutarla con nuestra gente querida. 

Colectivizar los cuidados es, desde mi punto de vista, una de las principales vías para acabar con el patriarcado y el capitalismo. La tarea no es fácil pues se trata de encontrar nuevas formas de organizarnos, de producir y de consumir, nuevas formas de convivir y relacionarnos, nuevas formas de querernos y de cuidarnos. Pero sin duda es un proceso apasionante, porque forma parte de la revolución sexual y emocional, cultural y social, económica y política que estamos llevando a cabo desde los feminismos.

Otras formas de cuidarnos son posibles: desde los cuidados podemos transformar la economía, la política, y la sociedad entera. Colectivizar los cuidados es hoy, por hoy, la única manera de acabar con la desigualdad, la explotación, y la violencia patriarcal, y de transformar el mundo que habitamos en un lugar más pacífico, igualitario y amoroso.


Coral Herrera Gómez  





El libro "Los Cuidados" ha sido coordinado por Antonio Girón y Raquel Congosto junto con Ecologistas en Acción. Tanto el libro como el documental son una propuesta de intervención en territorios para reflexionar y aprender sobre el cuidado y lo común. Han participado asociaciones vecinales, colectivos de barrio, y personal de la Sanidad Pública española.

Haz click aquí para saber más sobre este proyecto.


20 de marzo de 2019

Curso de Primavera en el Laboratorio del Amor






Inicio: 22 de marzo de 2019
Duración: 8 semanas (del 22 de marzo al 19 de mayo)
Formato: en línea
Dirigido a: Mujeres, hombres y gente diversa de todas las edades y países.
Precio: 100 euros
El precio del curso incluye:
  • -un chat en directo con Coral Herrera,
  • -materiales,  ejercicios y una caja de herramientas
  • -pasar a ser miembro permanente del Laboratorio del Amor

Temas del Curso

Tema 1. Autoestima y amor romántico
Tema 2.  El romanticismo patriarcal: desmitificando el amor.
Tema 3. Feminismos y masculinidades, ¿otras relaciones son posibles?
Tema 4. Nuestras utopías amorosas: pactos, estrategias y herramientas para sufrir menos, y disfrutar más del amor.


Preguntas Frecuentes

¿Puedo apuntarme desde cualquier país?, ¿cómo funciona la plataforma?, ¿es fácil navegar por la Escuela?, ¿puedo utilizar el nombre que yo quiera para abrir mi perfil?, ¿todos los contenidos son privados?, ¿cuanto cuestan los cursos y el Laboratorio?, ¿cuando puedo apuntarme?, ¿hay horarios para trabajar?, ¿cuantas horas semanales requiere la participación en un curso o en un taller?, ¿cuál es la diferencia entre el Laboratorio y la Escuela?, ¿cómo puedo pagar por Internet?, ¿cómo es el proceso de inscripción?.... 
Puedes encontrar todas las respuestas a tus preguntas en la página de Preguntas Frecuentes. 

Objetivos del Curso

En este curso vamos a desmontar y desmitificar colectivamente el romanticismo patriarcal de nuestra cultura, y de nuestro interior. Vamos a conocernos mejor a nosotras mismas, a debatir sobre la feminidad y la masculinidad, y las relaciones sexuales, afectivas y sentimentales para imaginar otras formas de querernos y de amarnos. Vamos a fabricar nuestras propias herramientas para gestionar nuestras emociones, para llevar la teoría a la práctica, y para sufrir menos, y disfrutar más del amor.
El trabajo se divide en tres módulos que duran unas dos semanas, haremos ejercicios para trabajar individual y colectivamente. Además, dispondremos de materiales, un foro de acompañamiento y una caja de herramientas colectiva para trabajar durante las tres semanas del curso.
Vente con nosotras a trabajarte el amor, ¡en compañía se desaprende mejor!



17 de marzo de 2019

Cómo saber si mi amistad es infidelidad







A veces los límites entre una relación de amistad y una relación sexual o sentimental no están muy claros, aquí tienes algunas de las claves para saber si puedes estar siendo infiel o no a tu pareja.

Los seres humanos nos queremos de maneras muy diversas y nuestros sentimientos son muy complejos, por eso le ponemos etiquetas a nuestras emociones y a nuestras relaciones: necesitamos delimitar claramente el tipo de interacción que tenemos con los demás para saber cómo comportarnos según el grado de intimidad que se considerada adecuada en cada tipo de relación: familiares, amistades, sentimentales, gente conocida, vecinos, compañeras de trabajo, compañeros de estudios, socios en un negocio, compañeros en un sindicato o un colectivo.

A veces nuestras relaciones no encajan claramente en ningún tipo de categoría: hay gente que las disfruta sin tener que definirlas, y hay gente que sufre mucho por la ambigüedad con la que nos movemos cuando no logramos definir algo con precisión. Muchas relaciones de pareja se inician con una amistad, y luego se convierten en un romance: hay un tiempo en que los amantes se están conociendo antes de definir el tipo de relación que tienen, y de mostrarse públicamente como una pareja.

¿Qué ocurre con la gente que tiene pareja y empieza una nueva relación de amistad?, ¿o qué pasa cuando aparece un ex con el que fuimos muy felices, o un ligue del pasado, un amor de otra época, un conocido con el que tonteamos en su momento sin que la relación vaya a más?, ¿es compatible construir una nueva relación o alimentar una antigua con el pacto de fidelidad que has acordado con tu pareja?

En algunos países las mujeres casadas tienen totalmente prohibido tener una relación de amistad con un hombre, y solo puede relacionarse con los hombres de su familia. En otros la amistad de las mujeres con hombres no están mal vistas si vienen del pasado y están libres de erotismo, pero crean problemas si acaban de surgir y chocan con el pacto de fidelidad que se tiene con la pareja. En mujeres lesbianas y hombres gays que tienen pareja sucede lo mismo cuando comienzan relaciones de intimidad etiquetadas como amistad: si son relaciones muy intensas o si despiertan los celos de sus parejas se convierten en un problema para todos los implicados.

Una de las principales claves para saber si tu relación es una amistad o algo más, es si el secreto. Si estás en una relación de la que no hablas nunca a tu pareja ni a tus amigos, quizás es porque no es una amistad sino un romance. En todas las relaciones hay un grado de intimidad que no tenemos por qué compartir con los demás, pero si se te olvida comentarle a tu pareja con quién andas chateando y qué estás sintiendo, si no hablas de esa persona con tu pareja es porque no tienes claro qué tipo de relación estás sosteniendo, y si es o no compatible con tus pactos de fidelidad.  

Un ejercicio que nunca falla para saber si estás siendo infiel o no a tu pareja es probar a leer las conversaciones que mantienes con tu amiga especial o tu amigo especial como si fueras tu pareja. Desde su mirada puedes intentar ponerte en su lugar y ver si ella o él podrían sentirse engañados o traicionados.

El asunto es si podrías explicarle a tu pareja en qué consiste tu relación de amistad con otra mujer u hombre mirándole a los ojos, sintiéndote tranquilo, con toda la honestidad del mundo. Cuando no puedes hacerlo por miedo a que la otra persona se sienta herida, se enfade o proteste, entonces es porque cuando el río suena, agua lleva.

Imagina que te parte un rayo y mueres fulminada, y después de tu entierro tu novia o tu novio se sientan en el sofá a ver tus fotos y a leer todos tus correos, mensajes, whatsapp, etc., ¿podría encontrar cosas que le dolerían?, ¿podría sentirse mal con tu relación especial con esa otra persona?

Otra pregunta que puedes hacerte: ¿podría hablar en el mismo tono con el que hablo con esa amiga o amigo especial si está delante mi pareja?,  ¿me sentiría igual de libre para ser yo misma?, ¿la conversación sería igual de natural? Puedes probar a hablar por teléfono con esa persona estando tu pareja en casa, y ver si te cortas, si te reprimes un poco, o si eres la misma.

A veces nos autoengañamos pensando que no hay nada malo en tener una conversación erótica o un poco de romanticismo con otra persona. Nos engañamos tanto que ni percibimos esa intensidad sexual, ni ese romanticismo disfrazado de amistad profunda, pero solo con imaginar la cara de tu pareja leyendo esas conversaciones, puedes trabajarte el autoengaño sin problemas.

También puedes hacer un ejercicio de empatía: ¿cómo te sentirías tú si tu pareja tuviese una amiga o un amigo especial en una relación parecida a la que tienes tú con el tuyo?

Muchas de estas amistades especiales son recientes y suelen comenzar con algún asunto práctico en el que uno de los dos le pide al otro un tipo de información específica, o se tratan temas profesionales, o se comparte con el otro algo como un disco que os gusta a los dos, una película que os fascina a los dos, o un libro que uno puede prestarle al otro porque ya no se encuentra en ningún lado. Así es como se liga en la oficina, en la universidad, en el bar, y en las redes sociales: buscamos algún lazo que nos una, algún nexo en común, y lo alimentamos para poder volver a vernos. Se trata de tener algún motivo para poder hablar más y conocernos mejor, para divertirnos un rato, y quién sabe si vivir un romance de amor imposible.

Buscamos intensidades porque nuestras vidas son monótonas y aburridas: necesitamos emociones fuertes fuera de nuestro ir y venir al trabajo, hacer tareas domésticas, seguir la rutina programada de siempre. Y el sexo y el amor son una de las mejores formas para sentirnos vivos, para darle un poquito de emoción a nuestro día a día, para tener una parcela personal que no compartes absolutamente con nadie, para poder escapar de la realidad, para soñar con otro tipo de vida. Sobre todo cuando los vivimos como amores clandestinos.

Algunas de esas relaciones intensas que se convierten en un gran amor se mantienen durante años en la clandestinidad, pero generalmente la mayoría muere porque son descubiertos, o porque los amantes tarde o temprano se ven obligados a elegir entre la pareja oficial y la nueva. Y muchos eligen seguir con su matrimonio oficial o con su amor de toda la vida, porque aunque nos van las emociones fuertes, en el fondo nos sentimos más seguros con lo que hay, que con lo que está por llegar.
Estamos en una cultura monógama y poca gente puede elegir tener varias parejas de una forma libre, sana y consciente. La gran mayoría tiene que elegir, pero antes de hacerlo muchas parejas clandestinas pasan un tiempo tratando de no ser descubiertas, tratando de detener el tiempo, tratando de disfrutar a tope de un pequeño chute de adrenalina y serotonina que les haga la vida menos gris y más colorida.

¿Cómo saber si nuestra amiga o amigo especial es en realidad una relación amorosa y sexual que estás manteniendo en paralelo a tu relación oficial de pareja? Puedes probar a preguntarte qué siente tu amigo o tu amiga especial por ti, y leer las señales que emitimos cuando nos enamoramos de alguien: si responde con rapidez a tus mensajes, si te lanza mensajes ambiguos, si se hace el misterioso o la misteriosa contigo, si te lanza indirectas, si busca motivos para alargar las conversaciones, si te pide ayuda con frecuencia, si notas que te necesita como sostén emocional y desahoga sus penas contigo, si se acuerda todos los días de ti por algún motivo, si comparte todo el tiempo enlaces de todo tipo para mantener el hilo de la conexión el máximo tiempo posible. 

¿Cómo saber si somos nosotras las que estamos enamoradas de nuestra amiga o amigo especial? Cuando estamos todo el tiempo pendientes del teléfono, cuando nos ponemos ansiosas si no nos contestan, buscamos momentos a solas para enviarle un mensaje, nos sentimos alegres cuando nos contestan, y cuando tenemos que disimular la ansiedad o la alegría delante de la pareja para no levantar sospechas. No dejamos nunca el teléfono al alcance de nuestra pareja, ponemos contraseñas, borramos conversaciones o las guardamos en lo más recóndito del móvil, seguimos buscando la excusa para seguir hablando… todas las noches deseamos a nuestro amigo que tenga dulces sueños y buenas noches, o buscamos el mensaje de despedida del amigo o la amiga para irnos a dormir tranquilos.

Para algunas personas la conversaciones calientes son algo normal, y la infidelidad sólo ocurre cuando hay sexo real. A otras les duele más la infidelidad emocional y la romántica, es decir, que su pareja se enamore de otra persona aunque no haga el amor con ella. Es importante contarle a nuestra pareja qué entendemos por infidelidad, y saber qué que entiende tu pareja por infidelidad, para elaborar los pactos necesarios para no hacerse daño, para poder comunicar lo que está pasando a la otra persona con total honestidad, y para poder cuidar a todas las personas con las que te estás relacionando.

Los cuidados y la honestidad son esenciales para poder querernos bien. Para saber si estás siendo infiel puedes preguntarte si estás cuidando a tu pareja y si estás cuidando a tu amiga especial. Puedes preguntarte qué sientes tú por ella, por él, si es verdaderamente un amistad que quieres tener en tu vida, o si te gusta muchísimo, si te estás enamorando y no quieres reconocerlo, o si solamente es una forma de entretenerte y de ponerle un poco de magia a tu vida. Cuando lo tienes claro, es cuando puedes presentarle a tu pareja a tu nueva amiga o amigo, o cuando decides mantener tu amistad en secreto. Lo importante es no jugar con los sentimientos de los demás: en algún momento hay que ser honesta con una misma y con los demás, y siempre es mejor pronto que tarde. Es decir, las relaciones especiales tarde o temprano tienen que salir a la luz, o quedarse en la clandestinidad, asumiendo los problemas que ello conlleva: mentiras, traiciones, engaños a ambas parejas, etc. 

Revisando a fondo nuestros Ego podremos entender por qué a los humanos nos gusta ser el foco de atención de varias personas a la vez, por qué necesitamos sentirnos especiales para más de una persona. Esta necesidad la tienen sobre todo los hombres porque su virilidad se mide por el número de mujeres que es capaz de tener a sus pies, y la honestidad nunca ha sido una característica de la personalidad del macho patriarcal: los hombres han mentido mucho siempre para poder tener a la vez una relación estable y varias pasajeras. Los hombres siempre han gozado de una vida sexual y amorosa más diversa que la de las mujeres, a las que nos educan para que seamos monógamas y aguantemos la promiscuidad masculina con resignación cristiana.

El Ego, el patriarcado, el miedo a la vejez, el rechazo al compromiso emocional, la necesidad de sentirte un macho, la necesidad de cariño, la necesidad de sentirte especial, el placer de tu poder, el placer de sentirte deseado por varias mujeres o varios hombres, la necesidad de sentirte libre aunque te hayas comprometido a contarle a tu pareja todo lo que te pase con otras personas, el miedo a la soledad, el miedo a verte fuera del mercado del amor … son muchos los motivos por los que a veces mantenemos relaciones especiales que no llegan al contacto carnal, pero sí llegan a niveles de intensidad que pueden romper nuestra pareja si somos descubiertos.

Puede que pienses que tu relación virtual es sana y está llena de inocencia, pero si no puedes mostrarla, si no puedes disfrutar de ella en público, entonces no es tan inocente. Por ejemplo, si sacas a la luz tu relación y ocurre que tu amigo especial está enamorado de ti, puede que tengas muchos problemas cuando tu pareja se de cuenta de la intensidad de los sentimientos que tiene la otra persona hacia ti o tú hacia ella.

Creo que es un tema de intensidad, pero también de honestidad. Las parejas sanas tienen cada cual sus tiempos y sus espacios, y sus afectos, y los dos pueden disfrutar de sus redes sociales y afectivas, respetar los pactos y revisarlos constantemente, y construir una relación de plena honestidad y confianza con su pareja. Así que en estas condiciones, ninguno de los dos miembros de la pareja se ve en la necesidad de ocultar una amistad, ni de renunciar a ella.

La frontera entre la amistad y el romance se define por su carácter público. Si puedes incluir a tu amigo especial en tu circulo de gente más cercano, si puedes llevarle a tu casa y presentársela a tu familia, si puedes quedar cuando quieras y durante el tiempo que te apetezca sin que ello dañe a tu pareja, si puedes incluso compartir esa amistad con tu pareja, es porque eres capaz de ser completamente honesta contigo misma y con tus seres queridos, de construir relaciones de confianza y cuidados mutuos con tu pareja y toda tu gente. Y es así como realmente podemos disfrutar de todas nuestras relaciones.

Tu amistad no es una infidelidad cuando hay honestidad, cuando está basada en la ética de los cuidados, cuando puedes sentirte orgulloso de ella y no te da vergüenza, cuando puedes compartir el cariño que sientes hacia tu amiga o amigo con todo el mundo. Así podemos construir nuestras redes afectivas sin sufrir ni hacer sufrir: cuando nuestras parejas tienen la certeza de que vamos a ser sinceros y honestos con ellas, y con todas las personas con las que nos relacionamos, siempre bajo la idea de que hay que quererse y tratarse bien pase lo que pase en nuestras relaciones de pareja y de amistad. 


Coral Herrera




3 de febrero de 2019

Gira Coral Herrera en España 2019

Móstoles, 8 de febrero


Estas son las fechas confirmadas de mis bolos en España, iré añadiendo más conforme vayan confirmando las que faltan:

MADRID 

8 de Febrero Presentación de mis libros 
Lugar: Móstoles, Madrid
Espacio: Delirio Librería y Cómics, calle Sevilla, número 25, Móstoles.
Hora: 19 horas.

12 de febrero, Mesa Redonda sobre el Amor Romántico
Lugar: sede de la Universidad Oberta de Catalunya en Madrid.
Espacio: Plaza de las Cortes, número 4.
Hora: 19 horas.

14 de Febrero, presentación de mis libros con Nuria Varela.
Lugar: Madrid
Espacio: Librería Traficantes de Sueños, calle Duque de Alba, 13. Metro La Latina
Hora: 19:00 horas.




PAÍS VASCO

15 de febrero en Usurbil, Donosti. 

Organiza: Unidad de Igualdad, Ayuntamiento de Usurbil


16 de Febrero Coloquio con Irantzu Varela 
Ciudad: Bilbao
Espacio: Bira
Hora: 20:30 pm
Organizado por: Pikara Magazine y Faktoría Lila

18 de Febrero Charla Cómo sufrir menos y disfrutar más del amor
Lugar: Derio, Bilbao
Espacio: Kultur Birika
Hora: 18 horas
Organizado por: Unidad de Igualdad del Ayuntamiento.

20 de Febrero
Iruña, Pamplona


22 y 23 de Febrero Curso Amor y capitalismo
Lugar: Vitoria-Gasteiz
Espacio: Casa de Asociaciones Simone de Beauvoir
Organizado por: Factoría de Valores, SETEM.


25 de Febrero, Charla Violencia Machista y Amor Romántico
Lugar: Getxo, Bilbao
Espacio: Romo Kultur Etxea
Hora: 19 horas
Organizado por: Igualdad, Ayuntamiento


VALENCIA,

27 de febrero, Xátiva

CÁCERES

2 de marzo


MADRID 

7 de marzo, Conferencia en la Universidad Carlos III de Madrid
Lugar: Getafe, Madrid


9 de Marzo, taller en Fundación Entredós
Lugar: Madrid, calle Marqués Viudo de Pontejos, 4. Metro Sol
Espacio: Fundación Entredós
Hora: 11 am-18.30 pm

En Traficantes, 14 de febrero


En Bilbao, 16 de febrero

En Madrid, en la UOC, 12 de febrero



En Derio, Bilbao, 18 de febrero


Vitoria Gasteiz, 22 y 23 de febrero


Getxo, Bilbao, 25 de febrero




Cáceres, 2 de marzo

29 de enero de 2019

Prólogo Hombres que ya no hacen sufrir por amor





¿Disfrutan los hombres del sexo y del amor?, es la gran pregunta que me ha venido rondando por la cabeza desde que publiqué mi libro Mujeres que ya no sufren por amor. Nosotras llevamos décadas trabajando los patriarcados que nos habitan, y las relaciones con nosotras mismas, entre nosotras y con los hombres, pero, ¿qué están haciendo ellos mientras nosotras crecemos, evolucionamos, y nos liberamos del machismo?, ¿cómo se sienten ante todos los cambios sociales, políticos, económicos, culturales, sexuales y emocionales que está consiguiendo la lucha feminista en todo el planeta?, ¿qué aportan ellos a esta  transformación?, ¿cómo reaccionan ante la pérdida de sus privilegios?


Este nuevo libro está lleno de preguntas en torno a la construcción de la masculinidad patriarcal y a las masculinidades disidentes, la manera en que los hombres se relacionan consigo mismos, con los demás hombres y con las mujeres, su forma de gestionar las emociones y los sentimientos, y su relación con el amor romántico. Son preguntas que pueden ayudar a los hombres que se lo trabajan y a los que tienen ganas de ponerse a ello, pero no saben cómo. Las preguntas nos sirven para analizar la cultura en la que vivimos, y para conocernos mejor a nosotros mismos: son herramientas muy útiles para hacer autocrítica amorosa y para trabajarse todo aquello que queremos trabajar para ser mejores personas y para disfrutar más de nuestras relaciones, y de nuestras vidas.

Los hombres están, en este momento, en una encrucijada histórica: tienen ante sí la oportunidad de unirse a  la lucha por un mundo más pacífico, amoroso, igualitario, diverso y ecológico, o pueden seguir como están, atrincherados en sus posiciones, resistiéndose a una de las mayores revoluciones que están teniendo lugar en este momento de la Historia presente.

El feminismo nos está cambiando la vida a millones de personas, pero, ¿son capaces los hombres de disfrutar de estos cambios?, ¿por qué muchos de ellos siguen resistiéndose a la lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres?, ¿tienen herramientas y capacidad de autocrítica para poder analizar el lugar que ocupan en el mundo, y su papel en una sociedad patriarcal?, ¿se sienten preparados para los cambios que están por llegar?

26 de enero de 2019

Hombres que ya no hacen sufrir por amor, mi nuevo libro en Catarata



Los hombres no nacen, se hacen. La masculinidad patriarcal es una construcción que surge, crece y se transmite de generación en generación en el seno de nuestra sociedad. Igual que la feminidad. Pero también hay muchas formas de ser hombre: existen cada vez más disidentes que no interiorizan los mitos de la masculinidad, ni reproducen sus estereotipos y roles clásicos. Cada hombre, en mayor o menor medida, se rebela contra el patriarcado, aunque la mayoría suele adaptarse para no quedarse al margen, y también para aprovecharse de los privilegios que el sistema concede a los varones solo por el hecho de serlo. Pero como nos cuenta Coral Herrera, los sumisos al orden patriarcal van a tener cada vez más problemas para relacionarse con mujeres independientes.

En un momento en el que cada vez hay más mujeres en lucha por su igualdad, ¿son capaces ellos de disfrutar de estos cambios?, ¿por qué siguen resistiéndose a que sus compañeras obtengan los mismos derechos?, ¿cuál es su relación con el feminismo?, ¿están dispuestos a implicarse en esta revolución? Nos encontramos en un momento histórico: ya no hay excusas para seguir alimentando el machismo que todos hemos heredado y que seguimos llevando dentro. La autora nos incita a declararnos en rebeldía contra los mandatos de género, nos invita a entender que la forma que tenemos de relacionarnos, de amarnos, no es inocente ni definitiva. 

Estas páginas contienen una visión crítica, pero también una llamada a la acción desde el optimismo: porque otras masculinidades son posibles.


INDICE

Introducción 

1. Los hombres no nacen, se hacen 
2. Los hombres y el poder 
3. Los hombres y las mujeres 
4. Los hombres y el miedo a la potencia sexual de las mujeres 
5. Los hombres y el sexo: ¿disfrutan realmente en la cama? 
6. Los hombres y el patriarcado 
7. Los hombres y la amistad 
8. Los hombres y los cuidados 
9. Hombres que sufren por amor 
10. Los mitos de la masculinidad: el salvador, el príncipe azul y el guerrero 
11. Los hombres y el mito de las princesas 
12. El mito de don Juan y la seducción masculina 
13. Hombres que no entienden que no es no 
14. Los hombres y la honestidad 
15. Los hombres y el espacio público 
16. Los hombres y los derechos humanos 
17. Los hombres hacen lo que les da la gana 
18. Los hombres que hacen sufrir por amor 
19. Los hombres y la violencia machista 
20. Los hombres, no todos los hombres 
21. Los hombres y la paternidad 
22. Las masculinidades diversas 
23. Los hombres (también) vivirían mejor sin machismo 
24. Los hombres y el feminismo 
25. Un mensaje para los hombres que se liberan del patriarcado y ya no hacen sufrir por amor


¿Cómo consigo el libro?

Si quieres conseguir mi libro y vives en España, puedes encontrarlo en tu librería favorita, o encargarlo si aún no lo tienen. También puedes pedirle a la editorial que te lo envíen a casa por correo. 

Si vives fuera de España: puedes encargarlo en tu librería, si reciben muchos pedidos le encargan a la distribuidora española que los lleve. También puedes comprarlo en Amazon y en librerías on line, en papel y en digital.  


Visita la página en Catarata:


https://www.catarata.org/libro/hombres-que-ya-no-hacen-sufrir-por-amor_89331/

25 de enero de 2019

¿Es buena persona el héroe de tu hijo?




¿Es buena persona el héroe de tu hijo?,

¿a cuantas personas ha golpeado y asesinado en su historia?, ¿cómo se relaciona con las personas más vulnerables y débiles?, ¿cómo reacciona cuando se enfada?, ¿muestra alguna otra emoción además de la rabia?, ¿cómo trata a las mujeres de la historia?, ¿cómo resuelve sus conflictos, cómo consigue lo que quiere o lo que necesita?, ¿sabe usar su poder sin hacer daño a nadie?

¿cómo trata a los animales?, ¿tiene capacidad para disfrutar del amor y de la vida?, ¿es una persona humilde, es noble, tiene capacidad de autocrítica, es sensible, es empático, es solidario?, ¿cuáles son los valores positivos del héroe aparte de su condición física y sus poderes?, ¿sabe hablar de sus emociones, dice más de cuatro frases seguidas?, ¿es alegre y divertido?, ¿es el típico maltratador con buen corazón?, ¿qué traumas arrastra del pasado?, ¿es un tipo duro que ni siente ni padece?, ¿duerme, come, tiene necesidades fisiológicas humanas?

Si su ídolo es de carne y hueso las preguntas que puedes hacerte son: ¿tiene alguna denuncia por acoso sexual o violación?, ¿está en paz con la ley?, ¿ha robado dinero o está acusado por evasión fiscal?, ¿alquila mujeres para su placer sexual o sus necesidades reproductivas?, ¿es un hombre clasista, machista, racista, homófobo?, ¿cómo trata a sus compañeras y a sus ex? Si es un mafioso o un narco, ¿qué es exactamente lo que admira tu hijo de él?, si es un deportista, ¿cómo se relaciona con sus rivales de juego? Si es un empresario, ¿cómo trata a sus trabajadores? 

Con estas preguntas, y las que te vayan surgiendo en el camino, puedes analizar la forma en que tu hijo está construyendo su masculinidad, los modelos de masculinidad que le inspiran en su proceso, los modelos de relación con los demás animales y humanos que va asimilando en su adoración al héroe. 

Y todo esto te puede servir para buscar otros modelos de masculinidad que no estén basados en los valores patriarcales, y que no mitifiquen al macho alfa mutilado, inseguro y ansioso por acumular poder, recursos y mujeres. Es muy importante que le pongamos atención a esto cuando criamos y educamos niños, porque la única forma de parar la violencia machista es acabar con el machismo y con los héroes del machismo. 

#ElHéroeDeMiHijo #Masculinidades #Patriarcado#Héroes #Machismo #LosHéroesDelMachismo
#OtrasMasculinidadesSonPosibles

Coral Herrera Gómez Blog

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