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19 de octubre de 2020

Ser escritora, madre y feminista



Ser escritora, madre y feminista en pleno siglo XXI no es fácil. Para escribir hace falta un cuarto propio, una red de apoyo para la crianza, y tener tiempo, energía e ingresos. En este post hago un repaso de los principales obstáculos y desafíos que encontramos en el camino las mujeres que escribimos:  

INGRESOS

- No es fácil publicar, pero cuando lo logras, cobras al año de haber publicado, y los libros apenas tienen un año de vida. Al final de su etapa, lo retiran de todas las librerías y desaparece para siempre del mercado editorial, así que tienes que exprimir tu imaginación e intentar que alguna editorial se interese por tu nuevo libro.  

- Las autoras, como los autores, apenas recibimos entre el 8 y el 10 por ciento de la venta de cada libro, y tenemos que pagar entre un 20 y un 25% del euro que ganamos con cada libro a Hacienda. 

- Las subvenciones estatales son para las editoriales, no para las personas que escriben. La única fuente de ingresos son las ventas, y tienes que vender mucho para que los ingresos sean decentes. y para que tu editorial apueste por ti. 

- Si tienes un trabajo estable y estás criando, tienes ingresos, pero no tienes tiempo ni energía para escribir. A no ser que tengas una hermosa red de apoyo para la crianza, algo bien difícil si vives en la gran ciudad, o si vives lejos de tu gente querida.

- Si no tienes un trabajo estable y necesitas ingresos, una de las posibilidades es convertirte en trabajadora autónoma, impartiendo formación y tratar de conseguir que nos inviten a dar talleres, clases, charlas y seminarios para tener ingresos. Son pocos los meses del año en los que hay eventos formativos o culturales, así que tienes que intentar vivir todo el año de lo que generas en los meses en los que hay trabajo. Y tienes que tener en cuenta que en países como España, las profesionales autónomas pagan más impuestos que las grandes empresas y las multinacionales. 

- Si no escribes ficción o poesía, tienes que saber que los ensayos se venden menos que las novelas, y tienes que conseguir financiación para poder investigar y leer sobre el tema del que escribes. Si trabajas para una Universidad es más fácil porque investigar forma parte de tu salario, pero tienes que lidiar con las dificultades que tienen las investigadoras y las científicas en casi todos los países del mundo: la precariedad salarial, la falta de derechos laborales, el techo de cristal, las penalizaciones cuando decides ser madre, etc.

- Tenemos que hacer mucho trabajo gratis para ser conocidas, y hay gente que se aprovecha de tu necesidad para generar ingresos con tus textos. En los últimos años los blogs nos han permitido llegar a audiencias enormes, pero los blogs no generan ganancias. El trabajo que hacemos gratis en las redes nos permite ganar seguidoras, lo difícil es lograr generar ingresos. Y generar ingresos no depende de tus habilidades como escritora, sino de tu capacidad para venderte y generar productos que te compre la gente: libros, talleres, proyectos de formación...


TIEMPO Y ENERGÍA 

- Cuando eres escritora y te conviertes en madre, el gran problema es la escasez de tiempo y energía. Para poder escribir tienes que tener una buena condición física y estar en unas condiciones óptimas: no se puede escribir cuando tienes sueño o estás agotada, cuando tienes que pasar el día haciendo trabajos del hogar, cuando no has dormido porque has cuidado la fiebre de tu bebé toda una noche. Lo más duro es el período que va de los 0 a los 3 años.

- Si eres mamá y trabajas en casa, conseguir silencio e intimidad para concentrarse es una odisea. Necesitas un cuarto propio para trabajar sin interrupciones, pero en las grandes ciudades es casi imposible tener un espacio propio. La única solución que me ha funcionado a mí para poder escribir sin interrupciones es dejar de dormir: por las noches reina la calma, no suena el teléfono, no hay niños pidiendo atención y amor. Si, ya sé que no dormir es malo para la salud.

- Dependencias: si tienes familiares que dependen de ti por discapacidad, accidente o porque son adultos mayores, necesitas mucha energía para cuidarte y para cuidar a los demás, y si no tienes red de apoyo, escribir es una tarea titánica o directamente, imposible.

- Además de escritora, tienes que ejercer de manager, administrativa, contable, coordinadora, productora y relaciones públicas. Son cosas que te quitan mucho tiempo y energía: negociar los contratos y aprender las dinámicas de relación dentro del mundo editorial, que son muy complejas y difíciles de entender, acudir a eventos y saraos literarios, hacer contactos, aprender contabilidad y administración para encargarte tú misma de tus facturas, de toda la burocracia y los trámites, tus declaraciones de Hacienda, de tus contratos con entidades, de las llamadas y los mails, la coordinación y logística de tus giras. 


EXPOSICIÓN Y VULNERABILIDAD

- Cada vez que publicas un libro tienes que promocionarlo y exponerte públicamente, viajar allá donde te inviten a hablar de tu libro, y a menudo tienes que gastarte dinero en ello porque las librerías no tienen dinero para pagarte transporte, alojamiento y hotel. Si tienes hijos e hijas, necesitas toda una red de cuidados para poder viajar en tiempos de promoción. 

- Da igual si eres tímida o extrovertida, si eres o no fotogénica: tienes que saber venderte en redes, estar en todas y comprender el funcionamiento de cada una de ellas. Tienes que intentar sacar tiempo para interactuar con tu público, ganar seguidores y seguidoras, aprender las artes de la comunicación y la publicidad, y ser tu propia community manager para ser visible y ganar seguidoras.  

- A medida que vas siendo más conocida, y más te tienes que exponer en público, más vulnerable te sientes. Hay gente que te adora, pero que se decepciona porque no piensas igual que ellos. Hay gente que te envidia, y vuelca sobre ti todas sus frustraciones, y hay gente que puede destrozar tu carrera en una sola tarde. A golpe de click, cualquier persona puede hundirte publicando el pdf de tu libro, o acusándote de cualquier cosa: basta con que coja un párrafo de tu obra y lo descontextualice. Su objetivo es generar polémica y escándalo para ganar seguidoras: con los linchamientos en redes cualquiera puede destrozar tu trabajo de años en pocos minutos. 

- Plagios y pirateo: nos hace mucho daño que la gente utilice nuestros textos sin citarnos, que nos copien las ideas, que se apropien de nuestro trabajo. Mucha gente recibe felicitaciones en sus muros copipegando lo que han dicho otras mujeres sin sonrojarse lo más mínimo: aún falta mucha sensibilidad y concienciación para que la gente respete la autoría de las mujeres que escriben.

- Crisis periódicas: de vez en cuando vienen oleadas de miedo y angustia ante la falta de estabilidad económica. Tienes que aprender a vivir con ello hasta que cese la tormenta que hay dentro de ti. En esas crisis sientes la tentación de dejarlo todo, estudiar para hacerte una oposición y ser funcionaria del Estado, o buscar la manera de cambiar de profesión. A veces la crisis acaba cuando recibes mails de gente que quiere contratarte, o recibes mails de apoyo de tus lectoras. A mí me ayudan muchísimo los mensajes de mujeres que me cuentan cómo mi trabajo les ayudó a tomar decisiones y les cambió la vida, porque me siento útil y siento que mi trabajo merece la pena porque ayuda a mucha gente. Entonces sigo en esto, hasta la siguiente crisis.


PATRIARCADO

- La literatura científica y la de ficción ha sido siempre un mundo dominado por los hombres. Ellos  venden más que las mujeres, y tienen más presencia en las Ferias del Libro, los congresos y las tertulias. También tienen más espacio y visibilidad en las librerías.

- Cualquier cosa que escribamos nosotras queda catalogada como "literatura para mujeres", lo que se traduce en que los hombres no nos leen ni nos compran los libros, y apenas vienen a las presentaciones que hacemos en librerías y centros culturales.

- Los medios de comunicación de masas sólo entrevistan y mueven a los best-sellers y a los productos estrella de las editoriales más grandes. Lo más difícil es salir en la televisión, a no ser que generes alguna polémica o te veas en medio de algún escándalo para llamar la atención de los periodistas, que suelen visibilizar más el trabajo de los hombres. 

- Escribir desde el feminismo te abre muchas puertas, pero también te cierra otras. Como verás en las redes, los negacionistas y anti-feministas tienen mucho tiempo libre para dedicarse a atacar a  las activistas y defensoras de los derechos humanos de las mujeres. La violencia y el acoso en redes es cada vez mayor, y hay lobbies organizados que financian campañas contra activistas y ciberactivistas feministas. Las más famosas sufren agresiones en la calle y reciben amenazas de muerte. 

El apoyo que ha tenido el feminismo por parte de la sociedad ha abierto el camino para las escritoras más jóvenes, y poco a poco el mercado editorial va haciendo hueco a nuestros ensayos, cuentos, poemas y novelas. Pero es un mundo muy competitivo: cada año salen cientos de nuevos títulos y sólo obtienen visibilidad las estrellas consagradas. En dos o tres meses tu libro puede acabar en el rincón más oscuro de la librería, ahí donde nadie lo ve, hasta que es retirado del mercado. 

A pesar de todo esto, yo animo a las mujeres que escriben a que disfruten de su gran pasión, y a que entrenen en este arte de escribir con constancia y perseverancia. La gran lucha es tener tiempo para escribir, al mismo tiempo que generas ingresos para vivir, así que para poder enfocar tus energías es muy importante que el proceso de escribir sea fuente de placer y alegría. 

Coral Herrera Gómez