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10 de diciembre de 2019

Los derechos humanos nunca dañan a los humanos

Cuando un grupo de gente logra que se reconozcan sus derechos, nunca perjudican a nadie ni privan a nadie de sus derechos humanos fundamentales. Que las mujeres ganen el mismo salario que los hombres no perjudica a los hombres, que las mujeres lesbianas se puedan casar no perjudica a la gente heterosexual, que los niños y niñas vean sus derechos reconocidos no perjudica a nadie, si acaso sólo acaba con los privilegios de ciertos grupos. Puedes saber si algo es un derecho si se cumple esta regla.

Todo lo que perjudique a los demás no es un derecho: comprar bebés a mujeres necesitadas no es un derecho, compartir fotos sexuales de tu ex novia no es un derecho, incitar al odio contra un colectivo o acosar mujeres en la calle tampoco es un derecho, ni pagar por tener sexo con mujeres necesitadas. Todo lo que implique explotar cuerpos ajenos, aprovecharse de las necesidades de alguien, abusar de los demás, hacer sufrir o limitar la libertad de alguien para conseguir lo que uno quiere o necesita, no es un derecho. Es una regla muy sencilla: los derechos que va consiguiendo la gente no limitan tus derechos ni te perjudican en nada.