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31 de mayo de 2019

La crueldad del machismo: divertirse haciendo sufrir a los demás



Me ha impresionado mucho la forma en que cientos, miles de personas han estado durante divirtiéndose y torturando a la trabajadora de Iveco en España hasta matarla. Me pregunto cómo se sentirán hoy todos y cada uno de los hombres que participaron en el asesinato. Me pregunto cuántas mujeres habrán compartido el vídeo y habrán participado en el acoso, y cómo se sentirán hoy. 

Me pregunto cómo es posible que se divirtieran tanto en su momento y ahora nadie admita haber participado en el acoso: a todos les da vergüenza admitir que vieron el video y lo compartieron. Hablamos de una empresa de 3 mil trabajadores en la que ni los compañeros ni los dirigentes movieron un dedo para proteger a una mujer que estaba sufriendo horrores por culpa de un hombre machista y violento. 

Me pregunto cómo es posible que a nadie se le ocurriese ir a denunciarle, ya que todo el mundo sabía quién era él. Incluso los que no compartieron el vídeo pero sabían de su existencia: son todos, todas, cómplices de la muerte de Verónica. Me pregunto cómo es posible que ella tuviera miedo de la reacción de su compañero y que él no estuviera apoyandola al cien por cien. 

Probablemente pocos sabían que lo que estaban haciendo era delito, pero la pregunta es: ¿por qué nadie se indignó, nadie se compadeció, nadie hizo nada?, ¿por qué tanta gente encuentra divertido hacer sufrir a una persona? Tenemos que hablar mucho del machismo, de la banalidad del mal, y de la crueldad de nuestra cultura. Tenemos que analizar por qué tanta gente fue incapaz de sentir empatía y ponerse en el lugar de Verónica. Qué nos pasa que nos deshumanizamos cuando seguimos la corriente a la gente sin pensar en lo que estamos haciendo y en sus posibles consecuencias. 

¿Cuando vamos a dejar de divertirnos haciendo daño a la gente más vulnerable y débil?

 #StopViolenciaContraLasMujeres #MachismoMata