El personaje de Coral Herrera no existiría sin las redes sociales, es decir, sin vosotras y vosotros. Nunca imaginé que algún día me iban a leer todos los días dos mil personas, cien mil al mes, cuatro millones en tan pocos años. Cuando publiqué mis dos primeros libros, no tuve entrevistas ni ruedas de prensa ni alcancé el foco mediático. Mi sueño era escribir en un periódico o trabajar en radio o televisión, y mandé muchos currículums, pero era el momento en el que estalló la crisis en España y los grandes medios estaban despidiendo a muchas trabajadoras. En lugar de darme por vencida, se me ocurrió hacer mi propio medio, y me abrí un blog que al principio sólo leían mis amigas y amigos, y luego fue creciendo y creciendo gracias a vosotras, que empezasteis a compartir en vuestros muros mis posts.
Poco a poco ha ido aumentando el número de amigos y amigas, y seguidoras, gracias a lo cual me empezaron a llamar para impartir conferencias y talleres en universidades, institutos, ayuntamientos, diputaciones, congresos, jornadas. Es gracias también al Facebook que empecé a ser conocida en América y me empezaron a invitar a países como México, Paraguay, Ecuador, Honduras, República Dominicana, Estados Unidos. Y según iba aumentando mi popularidad en las redes, los medos empezaron a fijarse en mí. La primera entrevista en un medio de masas fue en el Diario Público, luego me pidieron colaboraciones puntuales en El País y en eldiario.es. Recuerdo la emoción que sentí cuando me invitaron a participar en el programa de Documentos TV en RTVE. Pensé entonces que iba a poder tener autonomía económica y dar el salto a la fama, pero no. He pasado muchos años buscando empleo, trabajando gratis o muy precariamente, y esperando alguna llamada de esas grandiosas que te cambian la vida.
Afortunadamente, nunca he parado de trabajar y ya no necesito esa llamada. Le he dedicado mucho tiempo y cariño a mi blog y a mis redes, y al final siento que todo este amor ha dado sus frutos, porque gracias a vuestro reconocimiento y apoyo en las redes me atreví a fundar mi propia red (el Laboratorio del Amor), y a abrir mi propia Escuela del Amor en la que ya llevo dos años investigando y trabajando el tema con mujeres de todos los países. Hoy por fin puedo decir que siendo hija del Facebook, me leen muchas más personas de las que yo jamás hubiera podido soñar, y lo más increíble es que por fin vivo de mi trabajo, de mis contribuciones a medios digitales, de mis conferencias y talleres por el mundo. Mis ingresos son muy humildes y no son estables, pero puedo mantenerme a mi misma y a mi familia, que era mi meta desde que terminé mi tesis doctoral hace diez años.
Ha sido maravilloso darme cuenta de que no necesito el foco ni la fama: puedo vivir de mi trabajo gracias a esta comunidad de Facebook, Twitter, Instagram, Linkedin, Pinterest y Google + que me lee, que comparte mis posts, que habla de mí, que comenta en mis publicaciones, que me recomienda y me anima a seguir. Me siento tan reconocida, valorada y querida aquí con vosotras, que no puedo evitar preguntarme si puedo estar a la altura recibiendo tanto amor del bueno. Gracias a todas y a todos por vuestro apoyo, me siento inmensamente afortunada.
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